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Actividades:
Identidad individual:
Desde edad temprana el individuo tiene los primeros acercamientos con el mundo
que lo rodea, el cual está lleno de objetos, imágenes y sonidos. A través de su
cuerpo conoce el mundo y genera conocimiento sobre sí mismo construyendo una
trayectoria de vida acorde al contexto en el que se desenvuelve “no somos lo
que somos, sino lo que nos hacemos” (Giddens, 1995, p. 99).
Aunque se puede decir, que el individuo se define por el grupo cultural al que
pertenece; por sus rasgos físicos; por su estatus profesional o social, o todo aquello
que fundamente que el individuo tiene identidad, ésta se desarrolla en dos
direcciones, en primer lugar, para el individuo y en segundo lugar para los otros
individuos. En el encuentro con los otros el individuo descubre quién es, elabora un
proyecto de vida que corresponde a una elección personal, pero que toma en
cuenta a los otros, en un proceso dinámico. Por lo tanto, cada forma identitaria es
reconstruida a lo largo de la vida, se puede decir que la identidad personal se
construye durante toda la vida porque responde a un proceso constante de
acumulación de experiencia a través del aprendizaje.
Identidad social:
Así como las decisiones, el estilo de vida y las prácticas que realiza el individuo
influyen en su identidad personal, la definición de intereses también incide. Es decir,
cuando el individuo define sus intereses se identifica de manera particular con
su empleo, cargo, reputación, comportamiento. Al vivir en un mundo observable
en donde existen pequeños grupos que forman parte de la realidad social como el
grupo de amigos, la familia, la escuela, partido político, iglesia, empresa, el
individuo asume que pertenece a ese mundo: “¿Quiénes somos nosotros? Esta
pregunta está íntimamente relacionada con lo que pensamos que otros son y
viceversa”. (Jenkisn, 2008, p. 12). Entonces los individuos se comportan de
acuerdo a las formas que los grupos determinan, dándose un proceso de
identificación entre el individuo y el grupo, mecanismo cognitivo básico para
clasificarse tanto individual como colectivamente. Es así que el individuo sabe quién
es quién y qué es qué.
Identidad profesional.
Si bien la identidad se concibe como una entidad que presenta una permanencia y
estabilidad en el tiempo, para una mayor comprensión del concepto señalamos dos
elementos centrales: uno se refiere a que hay que entender la identidad como un
proceso resultante de permanentes interacciones con otros; el otro, a
entender la identidad en continua construcción o re-construcción. Es propio
del concepto de identidad su carácter dinámico y de transformación
permanente. Contextos de transición o de cambio, situaciones amenazantes,
nuevos referentes, nuevas experiencias y los permanentes intercambios con
el medio que realiza el sujeto y sus necesidades de adaptación, llevan a las
personas a reacomodar aspectos de su identidad, tratando siempre de
mantener una cierta coherencia y valorización de sí (Camilleri, 1999). “La
identidad es entonces una entidad a la vez dinámica, en evolución permanente
y relativamente estable, coherente, generando el sentimiento de continuidad
y de unicidad” (Tap et al., 1990, citado por CohenScali, 2000, pp. 44).
Son diversos los autores que han subrayado el carácter individual y social del
proceso de construcción de identidad en el sentido que cada uno la construye en
una estrecha interacción entre dimensiones personales y sociales. Así, J. M. Barbier
(1996) subraya que la identidad puede entenderse como las construcciones o
representaciones que otros hacen de un sujeto (identidad construida por otro), y
cómo las construcciones que un actor efectúa acerca de sí mismo (identidad
construida por sí). Sin embargo, estas dos dimensiones de la identidad, si bien
distintas, no son independientes por cuanto la identidad personal se configura a
partir de un proceso de apropiación subjetiva de la identidad social, es decir,
de las categorías de pertenencia y por su ubicación en la relación con los
otros. La identidad, entonces, se entiende como el resultado de relaciones
complejas entre la definición que otros hacen del sujeto y la visión que él
mismo elabora de sí.
http://stellae.usc.es/red/blog/view/122578/la-identidad-profesional-del-
docente
Así mismo y, siguiendo las líneas de Latorre (2000), se puede afirmar la existencia
de una doble dimensión sobre la identidad de un docente: por un lado, estaría el
reconocimiento de la propia identidad del docente tanto personal como
profesional y, por otro lado, la que estaría relacionada con los saberes
específicos que se derivan de la profesión y las prácticas que se dan durante
el ejercicio de la profesión, es decir, la identidad para sí (percepciones y
creencias del propio docente) y la identidad para otros (familiares, otros
docentes...).
Como los saberes específicos que se derivan de la profesión y las prácticas que se dan
durante el ejercicio de la profesión contribuyen al proceso de construcción y re-
construcción de la identidad profesional docente, es necesario valorar por tanto, una
orientación histórica de los modelos educativos que han estado permeando ese
desempeño profesional.
La pedagogía es la ciencia que nutre entonces al docente, de esos saberes y
prácticas, y está en el centro de su desempeño profesional. Su objeto de estudio es
la educación como todo proceso de influencia, de desarrollo del hombre, para
formarse de forma integral.
La palabra ¨educación¨ ha tenido históricamente dos sentidos. Uno, que procede de
¨educare¨ (criar, alimentar); y otro, que proviene de ¨ex-ducere ¨ (sacar, llevar, conducir
de dentro hacia fuera).
Por supuesto que de estas acepciones se derivan dos orientaciones que han definido
a la educación y que se han enfrentado generalmente en la historia como antípodas.
Estas son:
Ambos puntos de vista sobre la educación traducen las direcciones del proceso
educativo siguientes:
o Presión de fuera hacia adentro o sea, del objeto al sujeto.
o Desarrollo desde dentro.
Estas dos posiciones se pueden concretar en dos formas de educar, según la
dirección del proceso:
Hetero-educación (influencia externa).
Auto-educación (desarrollo del sujeto en conformidad a una voluntad
autónoma de formación).
Realmente no existe oposición entre estas dos formas, pues ambas se complementan.
Se puede expresar entonces, que:
Toda educación auténtica es aquella que también ayuda al hombre a conocerse
a sí mismo.
Como se puede apreciar por las consideraciones anteriores se presenta a la educación
como un proceso, como una acción que se cumple por una influencia, por un
desarrollo o por ambas cosas a la vez. Además, la educación es un efecto o un
resultado.
Por lo tanto:
Educación es todo proceso de influencia, de desarrollo del hombre, para formarse de
forma integral
Por encima de su valor como efecto o resultado ha de tomarse como un proceso
dinámico. Toda acción educativa tiene que propiciar ese complejo proceso formativo
en el hombre.
Decimos asimismo que cada uno pone el énfasis en un objetivo distinto; esto es, que
acentúa, da prioridad a ese aspecto. No es que se prescinda radicalmente de los otros
dos; pero se centra y privilegia al que le es propio. Por ejemplo, la educación que
enfatiza el proceso, no por eso se desentiende de los contenidos y de los efectos; pero
su acento básico no estará nunca en estos, sino en el proceso personal del educando.
El educador El educando
- es siempre quien educa - es siempre el que es educado
“La Educación Bancaria dicta ideas, no hay intercambio de ideas. No debate o discute
temas. Trabaja sobre el educando. Le impone una orden que él no comparte, a la cual
sólo se acomoda. No le ofrece medios para pensar auténticamente, porque al recibir
las fórmulas dadas, simplemente las guarda. No las incorpora, porque la incorporación
es el resultado de la búsqueda, de algo que exige de parte de quien lo intenta, un
esfuerzo de re-creación de invención.”(Paulo Freire)
Conviene analizar este segundo modelo con especial cuidado, porque es el que más
ha influido en la concepción de la comunicación, en el proceso educativo Si el primer
modelo –el que pone el énfasis en los contenidos- es de origen europeo y acuñado -
por la vieja educación escolástica y enciclopédica que recibimos del Viejo Mundo desde
la colonia, este segundo modelo nació en los Estados Unidos en pleno siglo XX durante
la Segunda Guerra Mundial (década de los 40). Se desarrolló precisamente para el
entrenamiento militar; para el rápido adiestramiento de los soldados
Cuestiona el modelo tradicional, surgió como una reacción contra él, como una
respuesta más actual, más “moderna”.
Da mucha importancia a la motivación.
Rechaza el modelo libresco, los programas frondosos,
Plantea una comunicación con retroalimentación por parte del destinatario.
Postula como objetivo el “cambio de actitudes”
Es un método activo, propone acciones,
Se preocupa mucho de evaluar el resultado de las mismas,
Sin embargo, a pesar de esas aparentes coincidencias que pueden hacérnoslo
atractivo, su diferencia con la educación liberadora resulta radical; pues es tan
autoritario e impositivo como el modelo tradicional o quizás más.
Sus diseñadores – como apuntábamos antes -cuestionaban al tradicional método
libresco por poco práctico; porque no lograba un verdadero aprendizaje en poco tiempo;
por lento, caro e ineficaz; el educando repite y después olvida. Proponían, en su lugar,
un método más rápido y eficiente; más impactante, más “hecho en serie”, de
condicionar al educando para que adoptara las conductas y las ideas que el planificador
había determinado previamente (lo cual explica, de paso, por qué este modelo ha tenido
tanta aceptación en el ejército, en la guerra)
El que determina lo que el educando tiene que hacer, como debe actuar, incluso qué
debe pensar, es el programador. Todos los pasos de la enseñanza vienen ya
programados. Todo se convierte en técnicas: en técnicas para el aprendizaje.
3.- Educación que pone el énfasis en el proceso.- Destaca la importancia del proceso
de transformación de la persona y las comunidades. No se preocupa tanto de los
contenidos a ser comunicados ni de los efectos en términos de comportamiento, cuanto
de la interacción entre las personas y su realidad; del desarrollo de sus capacidades
intelectuales y de su conciencia social.
El tercer tipo de educación: el endógeno, el que se centra en la persona y pone el
énfasis, en el proceso. Es el modelo pedagógico de Paulo Freire, su principal inspirador,
que lo llamó “educación liberadora” o “transformadora”
Ya no se trata, pues, de una educación para informar (y aún menos para conformar
comportamientos) sino que busca FORMAR a las personas y llevarlas a
TRANSFORMAR su realidad. De esa primera definición, el pensador brasileño extrae
los postulados de esta nueva educación.
- No más un educador del educando.
- No más un educando del educador
- Un educador-educando con un educando-educador.
Lo cual significa:
- Que nadie educa a nadie
- Que tampoco nadie se educa solo
- Que los hombres se educan entre sí mediatizados por el mundo.
Esta dinámica en el transcurso de la cual los hombres se van educando entre sí, es
precisamente “el proceso” educativo.
Y en el que hay también quien está ahí –el “educador / educando” pero ya no como el
que enseña y dirige, sino para acompañar al otro, para estimular ese proceso de análisis
y reflexión, para facilitárselo; para aprender junto a él y de él; para construir juntos.
Otros rasgos:
No es una educación individual, sino siempre GRUPAL “Nadie se educa solo”, sino a
través de la experiencia compartida de las interrelaciones con los demás.
El eje aquí no es el profesor, sino el grupo educando. El educador está ahí para
estimular, para facilitar el proceso de búsqueda, para problematizar, para hacer
preguntas para escuchar, para ayudar al grupo a que se exprese y aportarle información
que necesita para que avance en el proceso. Es un facilitador
file:///C:/Users/PC-05/Downloads/2009-Metas-Aprendizaje-Profesional-
Docente.pdf
TEMA II
Ver el video en el link: https://www.youtube.com/watch?v=7BDo2fyFFCA
DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE: Sus componentes y
características.
La temática del desarrollo profesional de maestros y profesores involucra dos
visiones en pugna: un enfoque que concibe al perfeccionamiento como una serie de
acciones que sirven para subsanar elementos “deficitarios” de los docentes frente a
las necesidades actuales, y otro punto de vista más actualizado que supone que la
formación profesional es un proceso continuo a lo largo de toda la vida. Esta
última visión responde a la conceptualización más reciente centrada en el concepto
de desarrollo profesional (Avalos, 2002).
Los profesores reaparecen, en este comienzo del siglo xxi, como elementos
insustituibles, no solo en el fomento de los aprendizajes, sino también en la
construcción de procesos de inclusión que respondan a los desafíos de la diversidad
y al desarrollo de métodos apropiados de utilización de las nuevas tecnologías.
- Entornos virtuales:
https://www.researchgate.net/publication/277222283_Eduwikis_nuevos_ent
ornos_colaborativos_para_la_profesionalizacion_docente_p_1-11
http://ux.edu.mx/file/10-LOS-ENTORNOS-VIRTUALES-COMO-UNA-
ALTERNATIVA-PARA-LA-FORMACION-Y-ACTUALIZACION-DE-
NORMALISTAS-Y-DOCENTES..pdf
El término “wiki” puede relacionarse con el uso libre y democrático de la edición,
gestión de la información y la construcción del conocimiento a través de las redes
digitales. Estos recursos virtuales invitan al docente a un proceso colaborativo
de construcción permanente de ideas, experiencias, inquietudes, es decir, a una
nueva filosofía que favorece la creación de comunidades de conocimientos
colectivos en red, abiertas y públicas para el desarrollo sostenible cultural. En
síntesis, estas utilidades comunicativas constituyen otros modos y estilos de vida
en el ciberespacio (López Meneses y Ballesteros, 2006).
TEMA III
Sin embargo, el modo como estas áreas se llenan de contenidos, las articulaciones
que ocurren entre ellas, las actividades que demanda su enseñanza y aprendizaje
tanto a los educadores como a los futuros profesores son sustancialmente
diferentes de contexto en contexto y de institución en institución.
Las competencias profesionales son las capacidades que tenemos para poner
en práctica todos nuestros conocimientos, habilidades y valores en el ámbito
laboral. Son unas cualidades que precisamente en los últimos años han
cobrado una especial importancia en los procesos de selección.
Todos tenemos estas capacidades, sin embargo, tan solo unas pocas de ellas son
las que determinan donde se encuentra nuestro verdadero valor como
profesionales. Tener claro cuáles son nos ayudaría a conocernos mejor, a saber
cómo destacar, y a ampliar nuestros horizontes profesionales.
Existen diversas definiciones del término competencia que varían desde habilidad,
aptitud, capacidad e incluso ámbito. Así, Perrenoud (1999) define competencia
como “capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo de situación, capacidad que
se apoya en conocimientos, pero no se reduce a ellos”.
http://www.edu.xunta.gal/centros/cafi/aulavirtual2/file.php/1/competencias_profesio
nais/competencias_profesionales_docentes.pdf
D: Investigador/a e innovador/a:
E: Especialista en su materia:
G: Competente en TIC
24. Software
25. Dispositivos.
26. Herramientas institucionales.