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de Arce, Alejandra E.
Michelle Perrot, Mi historia de las mujeres, FCE, Buenos Aires, 2008, 248 pp.
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 73, enero-abril, 2009, pp. 192-197
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México
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la seducción, como aspectos misteriosos Entre las obligaciones femeninas figu-
(y poderosos) de la vida fem enina, se ran las de transmitir la fe y la acción social
muestran ligadas al sometimiento a las (beneficencia, filantropía) que caracteri-
voluntades masculinas, aun frente a la te- za en mayor medida al catolicismo. En
sistencia, La belleza, como mandato pri- tanto,
mero y ptincipal de las mujeres de todos
los tiempos, es el nexo y la característica la instrucción de las niñas protestantes ten-
perdurable. dría consecuencias de largo aliento sobre la
Para Perrot, el cuerpo de las mujeres condición de las mujeres, sobre su acceso al
queda bajo custodia de la familia y de la trabajo y a la profesión, sobre las relaciones
sociedad. El matrimonio aparece como entre los sexos y hasta sobre las formas del fe-
símbolo de la "normalidad" y, en un prin- m inismo contemporáneo.?
cipio, no supone el amor romántico. La
condición "mujer casada" se traduce en Aún así, la feminidad se define como
la jefatura del hogar y en dependencia eco- contraria al saber. La educación de las ni-
nómico-jurídica. La función materna es ñas debe adecuarse a las funciones sociales
"un pilar de la sociedad": el sentimiento que se les reservan como mujeres dentro
maternal se naturaliza y el cuerpo de las del ámbito doméstico, con marcadas dife-
madres se convierte en un asunto político. rencias de acuerdo con el nivel socioeconó-
En este sentido, la limitación voluntaria de mico de sus familias . El saber margina
la natalidad se instala como cuestión: ¿en a las mujeres, aun bajo leyes que dispo-
quiénes recae la decisión de tener (o no) nen la enseñanza mixta, señala Perrot, La
hijos(as)? El infanticidio y el aborto son igualación de derecho no conduce nece-
planteados como prácticas femeninas, que sariamente a la de hecho y los cambios en
se van modificando históricamente a la las estructuras culturales que definen las
par que surgen legislaciones de planifica- relaciones de género son más lentos que
ción familiar. La medicalización del parto, las reformas legales.
como aspecto del nacimiento, es un pro- La relación de las mujeres y la creación
ceso de masculinización, dice Perrot; una artística también permite indagar acerca
apropiación de un saber que era de las mu- de las relaciones asimétricas entre géneros.
jeres por parte de los médicos. La escritura es un ámbito donde existen
El "Alma" --capítulo 1lI- se construye múltiples obstáculos para la inserción de
como el lugar de la relación entre las mu- "auroras" que comienzan participando en
jeres , las religiones, la cultura, la edu- revistas femeninas, escribiendo novelas,
cación, el acceso al conocimiento y la crea- con temas vinculados a sus saberes coti-
ción (artística). Las grandes religiones se dianos, que logran escaso reconocimiento.
fundan sobre la desigualdad de los sexos, Perrot ejemplifica esta situación a través
naturalizándola. De esta forma, afirma la del caso de George Sand . Tanto en las ar-
historiadora francesa, subordinan (ideológi- tes plásticas (pictóricas) como en la com-
ca y prácticamente) a las mujeres. La cons- posición musical, el predominio masculi-
trucción del poder de los hombres (en este no es notable. Las relaciones entre géneros
caso, del clero) se basa en una apropiación
monopólica del saber y de lo espiritual. 3 tu«, p. 117.
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quienes conservan tradiciones y lazos con Los feminismos -uno de los temas
la cultura nacional. La acción colectiva relevantes para la autora- se van constru-
femenina significa una entrada en el mun- yendo a través de la historia como movi-
do público, tanto desde su desempeño tra- mientos que reivindican la igualdad de
dicional como desde la reivindicación de los sexos. Entre las acciones que promue-
un espacio en la política. Las modalida- ven está la difusión escrita en folletos, pe-
des de acción colectiva de las mujeres evi- riódicos y libros, para convertir a las mi-
dencian, según Perrot, la impotencia de litantes en "intelectuales". Los mítines y la
los hombres, "la sola presencia de las mu- apropiación de las calles como espacio de
jeres en la calle [...] es subversiva y perci- demandas, visibilizan sus luchas, a la vez
bida como violencia". 4 que las hacen temibles. Para Perrot, las
A lo largo de la historia francesa, la mujeres que conforman estos movimien-
participación femenina (y el reconocimien- tos están generalmente vinculadas a las
to de su legitimidad) en distintas movili- clases medias intelectuales, y pertenecen,
zaciones, muestra idas y vueltas en torno en mayor medida, a la religión protestan-
a la igualdad de derechos entre mujeres te. Si bien estos movimientos difieren de
y varones. Diversas formas de acción y acuerdo con las realidades socioculturales,
representación política, y/o sindical, se Perrot indica ciertas demandas de dere-
desarrollan al margen de la inclusión de chos en las que coinciden "las feminisras'':
las mujeres aunque varían históricamen- el derecho al saber, al trabajo, al salario, los
te los grados de incorporación y conside- derechos civiles y los políricos. La reivin-
ración de estas. Las prácticas asociativas, dicación de los derechos sobre el cuerpo
si bien se ligan a la acción social, des- es un tema primordial de la agenda de los
tacan la presencia de las mujeres en el feminismos contemporáneos, como sím-
ámbito local. bolo de la democratización de las rela-
El acceso a la política y al poder cons- ciones entre los sexos, al tiempo que el
tituye la barrera más difícil de franquear. feminismo torna a las mujeres en partici-
El retraso para otorgar la igualdad de pantes del campo polírico, como parte de
derechos políticos reside en múltiples fac- la modernización de aquellas relaciones.
tores, donde el proceso de individuación A modo de conclusión: "¿Y ahora?"
de las mujeres es determinante. La rela- Mediante este interrogante, Michelle Pe-
ción mujer-política parece ser tan poco rrot reflexiona e invita a reflexionar acerca
adecuada como la de mujer-saber, y aun- de diversas realidades que, a su juicio, de-
que se haya avanzado en ambos sentidos berían estar presentes en el relato actual
formalmente, señala Perrot, hay desigua- de la historia de las mujeres. A lo largo de
les accesos al poder, que favorecen a los su narración, la autora quiere demostrar
hombres. El problema radicaría en la per- que las mujeres son actrices de la historia,
sisrencia de ciertas estrucruras de prestigio aunque dominadas por los hombres, y que
vinculadas a espacios, representaciones y la victirnización quira importancia a las
prácticas que "prescriben" determinadas diversas formas de resisrencia y construc-
relaciones entre los géneros. ción de poderes.
Entonces, escribir la historia de las
4 ¡bit!, p. 203 . mujeres tiene un sentido de inteligibilidad
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