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Secuencia.

Revista de historia y ciencias


sociales
ISSN: 0186-0348
secuencia@mora.edu.mx
Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora
México

de Arce, Alejandra E.
Michelle Perrot, Mi historia de las mujeres, FCE, Buenos Aires, 2008, 248 pp.
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 73, enero-abril, 2009, pp. 192-197
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127430011

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El artículo central de Coraza constitu- pluralismo memorístico, trabajos como
ye un estudio destinado a documentar el Tiempos de exilios, con su sistematización
papel de las redes sociales en un país que, bibliográfica, su generación de fuentes, su
como todo el continente, presentaba el recurrencia a los principales archivos que
sustrato español originario aunque sobre documentan el fenómeno, constituyen se-
una base de composición europea ma- guramente uno de los mejores antídotos
yor. Coraza pondera aquellos factores que contra el olvidoprofundo del desgarramien-
posibilitaron la asimilación: los lazos fa- to que sufrieron las sociedades europeas y
miliares, el nacimiento de un mundo aso- latinoamericanas en el siglo xx. Son las
ciativo que, por su carácrer no sólo nacio- contribuciones que los historiadores po-
nal, sino regional, facilitó las referencias demos hacer para dotar al movimiento
identitarias de catalanes, gallegos y vas- memorístico del presente de los valores
cos; el impacto en el mundo político y taumatúrgicos y profilácticos que conden-
sindical, particularmente en el afianza- sa la expresión "Nunca más".
miento del anarquismo y el socialismo, al Junto a los logros invesrigarivos rese-
tiempo que incursiona en los ejes discur- ñados, Tiempos de exilios tiene una bonita
sivos y los componentes comunes de los edición de pasta dura, buena caja, exce-
mismos. Quienes pertenecemos a la ge- lente encuadernación y está ilustrada con
neración del '68 e ingresamos al movi- una selección fotográfica inteligente. Es
miento estudiantil universitario acompa- así una contribución a la historia del exi-
ñados del cancionero de la guerra civil lio, de lectura ágil y motivanre.
española podemos testimoniar el arraigo y
la persistencia histórica de estos lazos dis- Ana Buriano C.
cursivos que hicieron que lo sintiéramos INSTITUTO MORA
nuestro y entroncado con las luchas de
aquel presente al "Ejército del Ebro", al
"Quinto Regimiento", a "Asturias la roja"
y a la "Cárcel de Oviedo''. Eran hasta tal Michelle Perrot, Mi historia de las mujeres,
punto referencias cercanas a nuestras iden- FCE, Buenos Aires, 2008, 248 pp.
tidades políticas, que los presos de Oviedo
eran, tan pronto, anarquistas o se conver- Esta obra de Michelle Perrot 1 es la trans-
tían en comunistas, según la tendencia cripción de la serie Histoire des femmes di-
política que se expresaba en nuestros cen- fundidas por la radiodifusora France Cul-
tros de estudio. ture en 2005.
¿Por qué -se preguntan los autores a lo La autora organiza el relato de su his-
largo del texto, aunque con particular én- toria de las mujeres en un recorrido te-
fasis en el estudio de Allier- el exilio no mático de cinco capítulos, en los que
termina por impactar la memoria públi- reconstruye, por un lado, el desarrollo de
ca en el caso uruguayo e ingresa tardía-
mente al espacio público español? Más allá 1 Prestigiosa investigadora francesa quien diri-
de su esperanzada y esperanzadota respues- giera, junto con Georges Duby, la Historia de las mu-
ta, que infiere un posible futuro campo jeres en Üccidente, Taurus Mi no r/Sanrillana, Madrid,
que abrirá, al exilio, la diseminación del 2000, 5 vols.

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las mujeres como parte de la disciplina La invisibilidad de las mujeres se vin-
histórica; y, por otro, de su experiencia cula con su lejanía del espacio público,
personal como historiadora, dando cuen- con el silencio de las fuentes, con la dificul-
ta de aquellos tópicos que aparecen en la tad de identificar huellas en los discursos
investigación histórica como relevantes a que -por distintos mecanismos- ocultan
la hora de pensar a las mujeres en distin- su presencia. La mayoría de los discursos
tos momentos y procesos históricos. e imágenes sobre mujeres son, según la
¿Cómo se construye una historia que aurora, producidos por hombres
tenga en cuenta las posiciones de varones
y mujeres y sus relaciones en los distin- para ellas la imagen [en lasque son represen-
tos acontecimientos) En este libro, Perrot tadas] es antes que nada tiranía,porque las
se ocupa de re-pensar los acontecimientos confronta a un ideal físico y vesrimenrario
históricos que marcan grandes cambios al que deben someterse. Pero también es la
políticos, económicos, socioculturales y el celebración de ellas mismas, fuenteposible
papel asignado a las mujeres desde la his- de placeres, de juegos suciles .?
toriografía, y qué incidencia tuvieron es-
toS acontecimientos para construir una Perrot propone, entonces, indagar so-
historia de las mujeres. Repasa sucesos bre las voces femeninas en archivos y
significativos de la historia francesa y bibliotecas, en diarios y revistas, en docu-
destaca su relación con la igualación de mentos que reproduzcan sus propias pala-
los géneros, así como su relevancia en la bras, destacando el papel de la prensa fe-
construcción de una historia que piense minista como medio de reivindicación de
a las mujeres como sujetos activos de su sus derechos. Junto con estas fuentes "clá-
historia. sicas", subraya el papel de aquellas pro-
El título del estudio marca una apro- ducidas por la historia oral, y otras que
piación por parte de la investigadora fran- las miradas creativas de los(as) historiado-
cesa, suponiendo la construcción de un re- res(as) pueden construir.
lato del que forma parte como testigo y El capítulo II - "Cuerpo"- está dedica-
protagonista, tanto por su compromiso do a aquellos aspectos relacionados con el
con el movimiento de las mujeres como físico de las mujeres, definido histórica-
por su labor académica. Pretende hacer mente. Las edades y las diferencias en la
visible la presencia de las mujeres en la educación de niños y niñas, la "visibili-
historia. dad" de las muchachas, entre la vergüen-
En el capítulo 1 -"Escribir la historia za de la pubertad y el mandato de la vir-
de las mujeres"- narra, desde su experien- ginidad, se contrapone con la amenaza de
cia personal, la emergencia de la historia de violación y el "destino" en la prostitución.
las mujeres como campo de investigación, Las posturas feministas respecto a este
particularmente en Francia. Reflexiona so- último tema aparecen divididas entre el
bre las posibilidades de "romper el silen- respeto a la libertad individual y la rner-
cio" en el que habían sido sumidas las mu- cantilización del cuerpo. La sexualidad y
jeres. Encara la relación entre el devenir
de la historia y la construcción del relato 2 Míchelle Perrot, Mi Historia detas mujeres, FCE,
histórico, del cual han sido excluidas. Buenos Aires, 2008, p. 31.

RESEÑAS 193
la seducción, como aspectos misteriosos Entre las obligaciones femeninas figu-
(y poderosos) de la vida fem enina, se ran las de transmitir la fe y la acción social
muestran ligadas al sometimiento a las (beneficencia, filantropía) que caracteri-
voluntades masculinas, aun frente a la te- za en mayor medida al catolicismo. En
sistencia, La belleza, como mandato pri- tanto,
mero y ptincipal de las mujeres de todos
los tiempos, es el nexo y la característica la instrucción de las niñas protestantes ten-
perdurable. dría consecuencias de largo aliento sobre la
Para Perrot, el cuerpo de las mujeres condición de las mujeres, sobre su acceso al
queda bajo custodia de la familia y de la trabajo y a la profesión, sobre las relaciones
sociedad. El matrimonio aparece como entre los sexos y hasta sobre las formas del fe-
símbolo de la "normalidad" y, en un prin- m inismo contemporáneo.?
cipio, no supone el amor romántico. La
condición "mujer casada" se traduce en Aún así, la feminidad se define como
la jefatura del hogar y en dependencia eco- contraria al saber. La educación de las ni-
nómico-jurídica. La función materna es ñas debe adecuarse a las funciones sociales
"un pilar de la sociedad": el sentimiento que se les reservan como mujeres dentro
maternal se naturaliza y el cuerpo de las del ámbito doméstico, con marcadas dife-
madres se convierte en un asunto político. rencias de acuerdo con el nivel socioeconó-
En este sentido, la limitación voluntaria de mico de sus familias . El saber margina
la natalidad se instala como cuestión: ¿en a las mujeres, aun bajo leyes que dispo-
quiénes recae la decisión de tener (o no) nen la enseñanza mixta, señala Perrot, La
hijos(as)? El infanticidio y el aborto son igualación de derecho no conduce nece-
planteados como prácticas femeninas, que sariamente a la de hecho y los cambios en
se van modificando históricamente a la las estructuras culturales que definen las
par que surgen legislaciones de planifica- relaciones de género son más lentos que
ción familiar. La medicalización del parto, las reformas legales.
como aspecto del nacimiento, es un pro- La relación de las mujeres y la creación
ceso de masculinización, dice Perrot; una artística también permite indagar acerca
apropiación de un saber que era de las mu- de las relaciones asimétricas entre géneros.
jeres por parte de los médicos. La escritura es un ámbito donde existen
El "Alma" --capítulo 1lI- se construye múltiples obstáculos para la inserción de
como el lugar de la relación entre las mu- "auroras" que comienzan participando en
jeres , las religiones, la cultura, la edu- revistas femeninas, escribiendo novelas,
cación, el acceso al conocimiento y la crea- con temas vinculados a sus saberes coti-
ción (artística). Las grandes religiones se dianos, que logran escaso reconocimiento.
fundan sobre la desigualdad de los sexos, Perrot ejemplifica esta situación a través
naturalizándola. De esta forma, afirma la del caso de George Sand . Tanto en las ar-
historiadora francesa, subordinan (ideológi- tes plásticas (pictóricas) como en la com-
ca y prácticamente) a las mujeres. La cons- posición musical, el predominio masculi-
trucción del poder de los hombres (en este no es notable. Las relaciones entre géneros
caso, del clero) se basa en una apropiación
monopólica del saber y de lo espiritual. 3 tu«, p. 117.

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construidas históricamente definen clara- Por otra parte, el trabajo femenino asa-
mente límites a la "creación femenina". El lariado, tanto en el sector fabril como en
arte debe mucho, según Perrot, a las acti- el de servicios, conlleva el problema de
vidades y figuras femeninas, auque así no conciliar el tiempo de trabajo en el hogar
haya sido evaluada. y el desarrollo de otras ocupaciones fuera
En el capítulo IV, la autora nos acerca de este. En las fábricas, el-trabajo es tem-
al mundo del "Trabajo de las mujeres" y porario, no calificado, cíclico; con jornadas
su desvalorización. La condición de las extensas, en condiciones de sometimien-
mujeres campesinas "atadas a los trabajos to disciplinario y reiteradas denuncias de
rurales" y cuestiones vinculadas con la in- acoso sexual. Las obreras de la costura son
dustrialización y el trabajo asalariado, son ejemplo de la vinculación de "saberes na-
temas que han merecido, según esta in- turales" de las mujeres con actividades que
vestigadora francesa, múltiples reflexio- devienen en fabriles, donde persiste la sub-
nes historiográficas. calificación y menor remuneración. Situa-
En su interpretación, la mujer campe- ciones, señala la autora, denunciadas por
sina es una "mujer ocupada" entre las la- las feministas, quienes promueven los pro-
bores que le reserva la vida y la familia yectos de regulación de las actividades
rural. Las divisiones de papeles y ritmos textiles.
del campo marcan su vida cotidiana. Perrot En el sector de servicios, empleadas,
muestra, además, cómo ciertos cambios enfermeras, institutrices y profesoras dan
en el contexto histórico inciden en las vi- cuenta de la "ocupación" de ámbitos que
das de estas mujeres. El éxodo rural ubi- pasan a considerarse como sustancialmen-
ca a las jóvenes en fábricas, en busca de te femeninos y suscitan la instrucción de
un futuro, en tanto aquellas cuyos compa- las mujeres. El trabajo de las actrices en
ñeros partieron a la guerra deben aprender el espectáculo muestra un ámbito conflic-
a administrar las labores del campo. tivo, complejo y exigente donde se lucha
En relación con la vida rural y más allá por descollar,a pesar de los cuestionamien-
de ella, el trabajo doméstico es consustan- tos y el desafío que este plantea a los pa-
cial a la vida de las mujeres. "Es invisi- peles culturalmente establecidos. Perrot
ble, fluido y elástico" y su permanencia encuentra en estos espacios de actuación
contrasta con los cambios en las prácticas intersticios que evidencian cambios gra-
y sus agentes. El ama de casa, la dueña de duales en las relaciones entre los géneros .
casa y la criada (empleada doméstica) En el capítulo siguiente, "Mujeres en
como figuras que generan este tipo de tra- la polis", la autora detalla las relaciones
bajo, refuerzan la vinculación mujeres- con el espacio de "lo público": la política,
madres-hogares. Los cambios en el traba- los acontecimientos históricos, la acción
jo doméstico se deben fundamentalmente colectiva, el feminismo. Relata aquí la
a los avances tecnológicos. Sin embargo, paulatina "conquista" de espacios que van
las estructuras simbólicas en relación con consiguiendo las mujeres, por ejemplo los
la división de los papeles en la vida do- viajes, vinculados a la atracción de las ciu-
méstica muestran una continuidad tempo- dades y las libertades que representan. Así,
tal que, según Perrot, desafía la explica- la relación mujer-arraigo se evidencia en
ción histórica. los procesos migratorios, pues son ellas

RESEÑAS 195
quienes conservan tradiciones y lazos con Los feminismos -uno de los temas
la cultura nacional. La acción colectiva relevantes para la autora- se van constru-
femenina significa una entrada en el mun- yendo a través de la historia como movi-
do público, tanto desde su desempeño tra- mientos que reivindican la igualdad de
dicional como desde la reivindicación de los sexos. Entre las acciones que promue-
un espacio en la política. Las modalida- ven está la difusión escrita en folletos, pe-
des de acción colectiva de las mujeres evi- riódicos y libros, para convertir a las mi-
dencian, según Perrot, la impotencia de litantes en "intelectuales". Los mítines y la
los hombres, "la sola presencia de las mu- apropiación de las calles como espacio de
jeres en la calle [...] es subversiva y perci- demandas, visibilizan sus luchas, a la vez
bida como violencia". 4 que las hacen temibles. Para Perrot, las
A lo largo de la historia francesa, la mujeres que conforman estos movimien-
participación femenina (y el reconocimien- tos están generalmente vinculadas a las
to de su legitimidad) en distintas movili- clases medias intelectuales, y pertenecen,
zaciones, muestra idas y vueltas en torno en mayor medida, a la religión protestan-
a la igualdad de derechos entre mujeres te. Si bien estos movimientos difieren de
y varones. Diversas formas de acción y acuerdo con las realidades socioculturales,
representación política, y/o sindical, se Perrot indica ciertas demandas de dere-
desarrollan al margen de la inclusión de chos en las que coinciden "las feminisras'':
las mujeres aunque varían históricamen- el derecho al saber, al trabajo, al salario, los
te los grados de incorporación y conside- derechos civiles y los políricos. La reivin-
ración de estas. Las prácticas asociativas, dicación de los derechos sobre el cuerpo
si bien se ligan a la acción social, des- es un tema primordial de la agenda de los
tacan la presencia de las mujeres en el feminismos contemporáneos, como sím-
ámbito local. bolo de la democratización de las rela-
El acceso a la política y al poder cons- ciones entre los sexos, al tiempo que el
tituye la barrera más difícil de franquear. feminismo torna a las mujeres en partici-
El retraso para otorgar la igualdad de pantes del campo polírico, como parte de
derechos políticos reside en múltiples fac- la modernización de aquellas relaciones.
tores, donde el proceso de individuación A modo de conclusión: "¿Y ahora?"
de las mujeres es determinante. La rela- Mediante este interrogante, Michelle Pe-
ción mujer-política parece ser tan poco rrot reflexiona e invita a reflexionar acerca
adecuada como la de mujer-saber, y aun- de diversas realidades que, a su juicio, de-
que se haya avanzado en ambos sentidos berían estar presentes en el relato actual
formalmente, señala Perrot, hay desigua- de la historia de las mujeres. A lo largo de
les accesos al poder, que favorecen a los su narración, la autora quiere demostrar
hombres. El problema radicaría en la per- que las mujeres son actrices de la historia,
sisrencia de ciertas estrucruras de prestigio aunque dominadas por los hombres, y que
vinculadas a espacios, representaciones y la victirnización quira importancia a las
prácticas que "prescriben" determinadas diversas formas de resisrencia y construc-
relaciones entre los géneros. ción de poderes.
Entonces, escribir la historia de las
4 ¡bit!, p. 203 . mujeres tiene un sentido de inteligibilidad

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global, mientras se tome conciencia de los del punto de vista de quien la escribe y
límites de tiempo y espacio respecto de que la construcción del relato resulta de
la historia contemporánea y de las reali- posibilidades que les otorga el lenguaje y
dades "occidentales". Una historia mun- sus experiencias subjetivas, como parte de
dial de las mujeres, consideraría los valo- un contexto sociohistórico dado.
res y experiencias diversos frente a lo
universal y debiera desentrañar las rela- Alejandra E. de Arce
ciones entre los sexos, sugiere Perrot. UNIVERSIDAD NAOONAL DE QUILMES
La historia de las mujeres existe --como
relato- como constructora de identidades,
como medida de diferencias entre los se-
xos (¿los géneros?) y redimensiona los Eli Bartra, MujereJ enelartepopular. Depro-
acontecimientos , sobre todo en el mundo mesas, traiciones, monstruos y celebridades,
occidental. A.fu lado (y por qué no ¿en re- UAM/FoNCA-COKACULTA, México , 2005.
lación con?) dice la autora, se desarrollan
estudios sobre masculinidades e historia El papel de las mujeres en el arte popular
de los hombres. es un tema en el que Eli Bartra es una
La evaluación sobre las mujeres en la his- experta; sobre este asunto ya ha escrito
toria conduce a Michelle Perrot a proponer y compilado varios libros. En términos
que su mayor logro fue la libertad de an- generales, sus trabajos están escritos de
ticoncepción, definido como corazón de la manera amena y resultan accesibles a
revolución sexual. El relato se sigue cons- un público muy amplio; esta es una obra
truyendo con nuevos(as) relatores(as), pro- que fue redactada para solazarse, no sólo
tagonistas, acontecimientos y dimensiones porque la autora lo escribió como si estu-
que den cuenta de la historia de género. viera frente a uno con un café de por me-
Desde un análisis del conjunto de los dio, sino porque el material gráfico que
textos de esta obra podría señalarse, por incluye de Irma Villalobos, ofrece una
un lado, la importancia de narrar la histo- muestra de la maravillosa producción ar-
ria para comprender el presente de las re- tística que brota de manos femeninas
laciones de género y de las representacio- mexicanas y constituye un homenaje a su
nes y prácticas de hombres y mujeres en creatividad.
estos tiempos. Por el otro, un intento por Los intereses de la aurora han sido
explicar las permanencias en las estructu- siempre diversos , pero su entusiasmo por
ras culrurales que rigen las relaciones de descubrir, analizar y dar a conocer las crea-
género . El análisis de Perrot señala temas, ciones artísticas de las mujeres ha ocupa-
fuentes e investigaciones que se relacio- do un lugar muy especial en su produc-
nan con la posibilidad de visualizar a las ción académica y lo celebramos, puesto
mujeres en la historia, al tiempo que brin- que sus trabajos de investigación siempre
dan indicios y proponen nuevas miradas y resultan apasionantes, no sólo porque
destacan la importancia de la creación de mantiene una frescura en su mirada, difí-
fuentes para la historia. cil de encontrar en los acartonados marcos
Mi historia de las mujeres muestra, de académicos, sino también porque las pre-
esta manera, cómo la "historia" depende misas en las que sustenta sus estudios se

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