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CONFERENCIA

I JORNADA DE REFLEXIÓN BIBLICA

“Judíos y Gentiles, componentes de la única Iglesia en Cristo”


La integración universal de la Iglesia en la concepción paulina de la Carta a
los Efesios

Seminario Mayor Diocesano


Sagrado Corazón de Jesús
Trujillo – Venezuela
26 al 28 de Febrero 2018

1.- Situación general del tema de la investigación.

La finalidad que se propuso realizar esta investigación bíblico-


teológica es la de analizar un tópico importante de la teología eclesial de
Pablo en los tres primeros capítulos de la carta a los Efesios, mirando, de
modo específico, la confrontación de los dos grupos componentes de la
comunidad cristiana divida en judíos y gentiles o judíos y no-judíos que a
través de la obra salvadora de Cristo Jesús han conseguido la
reconciliación y unión hacia una magnitud universal de la única Iglesia.
El debate de este contenido se presenta desde una «nueva»
formulación teológica respecto a las cartas paulinas auténticas (cf. Rom 9-
11; Gál 2,1-16; 1Cor 12,12-31). El problema sobre la convivencia de judíos
y gentiles en la Iglesia, como único cuerpo de Cristo, es visto en Efesios
desde una perspectiva mucho más eclesiológica y escatológica de la
unidad multirracial y cósmica en relación a Cristo (cf. Ef 1,10). Además, la
atención de la relación «judío-cristianos» y «étnico-cristianos» era para
muchos comentadores de Efesios el principal objetivo de la entera carta,
mientras que para otros es un «objetivo accesorio» 1. En efecto, Efesios es
el único escrito neotestamentario que lo tematiza sólo en la primera parte
(cf. Ef 1-3), cualificada como sección «dogmática» o «teológica» Para
Romano Penna, Efesios es la única Carta del Nuevo Testamento que
explícitamente no solo tematiza este argumento, sino que lo expone en la
1
Cf. E. BEST, Efesini, 103. Este mismo autor atribuye la existencia de la importancia del tema al
interno de la primera parte teológica (Ef. 1-3), no siendo el objetivo primario de Efesios, sobre
todo, por su ausencia en Ef 4-6.
2

sección epistolar dogmática o teológica, mientras que Rom 12 lo trata bajo


el objetivo de la praxis y de la exhortación2.
El motivo de la asunción de este argumento es, por lo tanto, de
índole temático, haciendo un recorrido interpretativo de algunas perícopas
de la sección teológica (caps. 1-3) y colocando al descubierto el decidido
enfoque que la relación judíos y gentiles tiene en un nuevo status eclesial.
Se indaga, por lo tanto, la idea comunitaria eclesial efesina dirigida a sus
destinatarios gentiles-cristianos y «con alguna frecuencia se hace
distinción entre ellos y los cristianos procedentes del judaísmo (cf. 1,13;
2,1. 11s. 13. 14ss.; 3,1)» 3. El propósito de este estudio tiende a colmar,
aproximativamente, un reclamo que según R. Penna es fundamental para
la compresión eclesiológica de Efesios:

«La Carta (a los Efesios) quiere llamar la atención a sus destinatarios étnico-
cristianos, no por el hecho de que ellos no deben alejarse de los judío-
cristianos, sino sobre todo por el hecho que no deben separarse ni aislarse
de ellos, porque sin Israel no existiría ni siquiera la Iglesia» 4.

Es significativa la frecuencia con la cual se hace mención de estos


dos grupos en la primera parte teológica de la carta (caps. 1-3)5. El
problema de la hostilidad entre judíos y gentiles pierde aquí de vista su
antigua conflictividad histórica, siendo superada por la unión de ambos
grupos como componentes de la Iglesia mediante la economía salvífica de
Cristo6.

En el campo teológico, la carta a los Efesios ocupa un puesto


relevante respecto a la eclesiología ecuménica, donde la unidad se
proyecta hacia una dimensión de magnitud universal, con elementos
eclesiológicos muchos más claros de como lo había realizado Colosenses

2
Cf. R. PENNA, «La proiezione dell’esperienza comunitaria…», 166.
3
H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 22.
4
R. PENNA, Lettera agli Efesini, 55.
5
La mención directa o indirecta de estos dos grupos (judíos y gentiles) puede considerarse de
sumo interés para la teología de Efesios. El presente estudio tiene la intención de estudiar
algunos textos en Efesios sacando a la luz importantes aspectos de la referencia de «judíos y
gentiles» en los primeros tres capítulos: Ef 1,1-14.22-23; 2,1-10.11-22; 3,1-7.8-13.
6
El problema sobre la hostilidad y coexistencia de los judíos y gentiles en la Iglesia como un
único cuerpo de Cristo ha siempre inquietado el ánimo de San Pablo (cf. 2Cor 12,7; Rm 9-11);
con visión amplia y con el optimismo que la escatología realizada procura. El problema
encuentra un tratamiento conveniente y una resolución positiva en la Carta a los Efesios.
Judaísmo y paganismo expresan dos instancias del diseño de salvación: la de la esperanza y de
la fe en el evangelio; ambos son perfeccionados en la toma de posesión por la obra del Espíritu
Santo (cf. Ef 1,11-14).
3

(cf. Col 1,15-20). Mientras que la eclesiología de Pablo había tenido


normalmente en sus discursos las comunidades cristianas locales, Efesios
presenta el carácter universal de la Iglesia7.

Indiscutiblemente, el problema de la distinción entre judíos y


gentiles era el argumento que Pablo ya había tratado en la carta a los
Romanos mediante el tema de la justificación por la fe (cf. Rom 9-11). E.
Peterson en 1.960 realizó un estudio intitulado: «Il mistero degli Ebrei e
dei Gentili nella Chiesa», donde explicaba que la Iglesia contiene un
misterio que debe ser revelado y es a través de la revelación que se puede
llegar a descubrirlo; es decir, del secreto de la «Ecclesia ex Judaeis et
Gentibus» presente en Rom 9-118. La carta a los Efesios, dirá H. Schlier,
presentará este misterio de la Iglesia con un nuevo lenguaje y estilo9.
La exégesis bíblica se ha dedicado a la tarea de ir descubriendo la
importancia que tiene la Carta a los Efesios sobre la reflexión teológica del
misterio de la Iglesia. La idea de un tema general en la carta a los Efesios
hizo dirigir la atención de H. Schlier en 1.962 sobre el misterio de Cristo en
la Iglesia, compuesta de ex-judíos y ex-gentiles. Esta carta paulina se
caracteriza por su singular contenido. Afirma H. Schlier:

«El corpus se divide claramente en dos partes que en nuestra carta se hallan
nítidamente deslindadas y que poseen aproximadamente la misma extensión.
Su tema es, en general, la realización divina del misterio de Jesucristo en la
Iglesia, integrada por judíos y gentiles (véase 3,6s), o también la realización de
la plenitud de los tiempos»10.

La diferencia básica de Efesios consiste en el tratamiento de la


Iglesia formada por judíos y gentiles, lo cual hace de ella la revelación
central, porque ha sido revelado desde el contenido profundo del
«misterio» en favor de las comunidades lejanas; en otros términos, el
misterio que viene ahora revelado por el Apóstol es traducido con palabras
que lo incluye todo11.

7
Cf. G. BARBAGLIO, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos, 237.
8
Cf. E. PETERSON, Il Mistero degli Ebrei e dei Gentili nella Chiesa, 14.
9
Cf. H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 24.
10
H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 19.
11
Cf. H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 26: «... ahora ha pasado del fondo del primer plano y al
centro de la atención, y así lo expresa el apóstol ante las jóvenes y extrañas comunidades del
oriente. Pero esto pudo suceder, porque la mirada del apóstol había atisbado el fundamento
del misterio de la revelación.
4

Para Antonio González Lamadrid (1.969-1.970) el interés sobre la


relación de estos dos grupos componentes de la Iglesia en Efesios es
mucho más probable desarrollarla en la sección dogmática o teológica de
la carta. Ef 1-3 tiene una profunda convicción sobre el sentido de ser
Iglesia desde la universalidad y la inclusividad. El tema de la relación judíos
y gentiles representa en Efesios un paradigma de la Iglesia que se proyecta
hacia toda la humanidad, porque todo el cosmos tiene a Cristo por
«cabeza» (cf. Ef 1,10.20-23). La llamada específica a un estudio de Efesios
colocó en clara posición la distinción específica de «judíos» y «gentiles». A.
González L. consideraba que Ef 1-3 centraba su discurso en cuatro síntesis
teológicas sobre el misterio de la salvación descritos en Ef 1,3-14; 2,1-10;
2,11-22 y 3,1-1312. Si era un factor importante que la humanidad estaba
dividida en dos bloques (judíos y gentiles) y determina toda la historia de
la salvación su dinámica de unidad eclesial en Cristo es mucho más
clamorosa en los escritos de Pablo y de manera especial en Efesios.

La temática del misterio es esencial en esta epístola. Al apóstol


Pablo le fue confiado la revelación del «misterio de Cristo» (cf. Ef 3,4-5).
Pero el contenido de la revelación no es simplemente el misterio de Cristo
o la inescrutable riqueza de la gracia de Cristo (cf. Ef 3,8). Este «misterio»
vino inesperadamente explicado no sólo en clave cristológica sino, sobre
todo, eclesiológica, no tanto por la justificación de la fe, sino a la
cooptación (llenar las vacantes) de los gentiles a las promesas hechas a
Israel (cf. Ef 3,6 y la conexión de 3,3 con 2,11-22). El Pablo de Efesios es
misionero al servicio no sólo de la libertad del evangelio, sino del soberano
plan salvífico que se realiza en la Iglesia como corpus mixtum y unidad
diversificada13.

Para R. Schnackenburg en 1.982 hubo un cambio de perspectiva


teológica sobre el estudio de Efesios. Esto no sólo fue causado por el tema
de unir juntos a judíos y gentiles en la Iglesia de Cristo, sino que incluye la
entera teología de Efesios a través de la perspectiva escatológica, entre el
presente y el futuro del curso de la salvación. La Iglesia, cuerpo de Cristo,
entidad escatológica, reúne judíos y gentiles. Su existencia manifiesta la
vocación de todas las culturas existentes, es decir, la compresión de la
unidad sin uniformidad de estos dos pueblos cristológicamente unidos 14.

12
Cf. A. GONZÁLEZ LAMADRID, «Ipse est pax nostra», (1969), 214.
13
Cf. R. PENNA, Lettera agli Efesini, 60.
14
Cf. R. SCHNACKENBURG, The Epistle to the Ephesians, 19.
5

La tesis presentada en 1.983 por K. Usami admite el reconocimiento


de dos grupos como destinatarios de Efesios y fácilmente distinguibles por
los pronombres personales de «nosotros» y «vosotros». La tarea
primordial de Efesios fue aquella de garantizar la unidad de la Iglesia,
representada por la unión en Cristo de estos dos grupos, «nosotros» y
«vosotros», en su situación presente real15. Naturalmente, la utilización del
pronombre «nosotros» se colocó en directa contraposición con el
«vosotros», aunque no necesariamente supuso la distinción entre «judíos»
y «gentiles». Sin embargo, no puede excluirse dicha posibilidad sobre la
identificación «nosotros-judíos» y «vosotros-gentiles», pues se trata de
dos esferas categóricamente opuestas16. K. Usami propuso una nueva
descripción de la unidad eclesial, sin separaciones, desigualdades y
discriminaciones en términos de una somatic comprehension of unity en
Efesios17.
R. Penna, en su comentario a Efesios de 1.988, dijo que un tema
típico allí es la relación entre cristianos de origen pagana (a quienes la
epístola fue dirigida, cf. Ef 2,11ss.; 3,1; 4,17) y los cristianos de origen judía
(entre los cuales el mismo autor se incluyó, cf. Ef 1,12ss.) 18. Es así como la
relación de judíos y gentiles se convirtió, particularmente, en un
característico tema de la carta a los Efesios. En efecto, Efesios reviste una
singularidad excepcional sobre el argumento judíos y gentiles, porque
ambos grupos, habiendo ya superado un inicial conflicto de intolerancia,
entran en una nueva situación teológica eclesial, es decir, la de formar
parte de la única Iglesia en Cristo19.

El nuevo status al cual los gentiles formaron parte, es decir, la


Iglesia, no se convierte en una secta que excluye a los cristianos
provenientes del mundo judío. Siendo el autor de Efesios de proveniencia
religiosa judeocristiana, sin embargo, discurre contra los «hijos de la
desobediencia» (ui`oi/j th/j avpeiqei,aj cf. Ef 2,2; 5,6), término usado
en el lenguaje paulino para referirse a los judíos (cf. Rom 11,30.32; Col
15
Cf. K. USAMI, Somatic Comprehension of Unity..., 60.
16
En el texto efesino se destacan algunas ambigüedades de los términos usados; así lo da a
conocer K. USAMI, Somatic Comprehension of Unity..., 60: «How ever, we cannot exclude the
possible allusions of the term “both” in Eph 2,14; to the two cosmic spheres or to the two
spheres of peoples. This term is too ambiguous to define its meaning clearly. It may
comprehend the Jewish and gentile spheres of peoples and similar spheres of community
composed of two really different groups».
17
Cf. K. USAMI, Somatic Comprehension of Unity..., 61.
18
Cf. R. PENNA, Lettera agli Efesini, 53.
19
Un cierto clima de intolerancia se respira, sin embargo, al interno de estas dos facciones. De
hecho, para el autor de Efesios el muro de división (Ef 2,14) se interpone entre judíos y gentiles,
y no entre cielo y tierra.
6

3,6). El autor no utiliza, en Efesios, el término VIoudai/oi, en cambio


utiliza la referencia VIsrah,l (cf. Ef 2,12), entendido como «entidad
superior» o histórico salvífica20. La conexión histórico-salvífica que fue
conferida a Israel, los primeros que esperaron en el Mesías (cf. Ef 1,12), y
la ciudadanía que todos ahora comparten (cf. Ef 2,12.19) es fruto de una
promesa hecha a Israel por Dios, y por la cual, los gentiles son
inmerecidamente partícipes (cf. Ef 3,6)21.
R. Penna fue consciente que al interno de la carta a los Efesios exista
una amenaza que puso en peligro la unidad de la Iglesia. El objetivo
específico de Efesios hacia la unidad se explica mejor porque existió el
peligro de una «tendencia de autodestrucción» de los cristianos
provenientes del paganismo, con el riesgo de un «ensanchamiento
(divaricamento) étnico-religioso» que restauraría la notoria enemistad
entre los judíos y los gentiles. La tendencia a favorecer sólo al grupo gentil
fomenta la disgregación interna anticristiana (cf. Col 2,4-8) de la Iglesia y el
regreso hacia el pasado pre-cristiano o pre-bautismal 22. Aquí el peligro no
se manifiesta por la intolerancia de los judíos contra los gentiles o
viceversa (antisemitismo), sino porque los gentiles olvidaban el nuevo
status de relación con Israel (cf. Ef 2,11-13). Por eso, a ellos fue recordado,
insistentemente, el nuevo status adquirido, contra un intento de remoción
de Israel del horizonte de su propia identidad23.
El autor de Efesios estableció la trascendencia de esta unión en la
Iglesia, vista hasta ahora como una cosa inaudita, y lo hizo utilizando el
recurso del concepto to. musth,rion, propio de la teología apocalíptica
(cf. Ef 1,9; 3,3.4.5.9). La unidad fue una señal evidente que trajo consigo
consecuencias teológicas no menos importantes. Varios intérpretes
resaltaron la problemática de la conversión gentil en las cartas paulinas
para explicar una intención ética en Efesios. La unión entre judíos y
20
Cf. R. PENNA, «La proiezione dell’esperienza comunitaria...», 164.
21
R. Penna extrae características propias de la Carta a los Efesios: «L’esperienza comunitaria
supposta dall’Autore la ricaviamo dal tema che gli sta particolarmente al cuore: quello
dell’unità sia storica che cosmica. Infatti è determinante la preoccupazione di ricordare e
inculcare l’unificazione, da una parte, di tutti in Cristo (cf. 1,10.20-22; 3,10-11), e, dall’altra, di
Israele e pagani in una sola ecclesia (cf. la frequenza del syn: 2,5-6.19.21.22; 3,6 ecc.) Se ne
ricava che tra i destinatari tale unità era minacciata: non tanto da fattori esterni (dato che in Ef.
la polemica è particolarmente assente: 4,14 è troppo vago) quanto piuttosto da un rischio di
disgregazione interna. Questo rischio, secondo Karl-Martin Fischer, consisterebbe nel fatto che
la componente di origine pagana della comunità stava per cedere ad una vena di
antiguidaismo, cercando di emarginare i guideo-cristiani per assumere da soli i loro posti; Ef.
vorrebbe appunto ricordare agli etnico-cristiani che sono ‘soltanto’ co-membri di Israele e
perciò sarebbero richiamati alla tolleranza». R. PENNA, «La proiezione dell’esperienza
comunitaria ...», 164.
22
Cf. R. PENNA, «La proiezione dell’esperienza comunitaria...», 165.
23
Cf. R. PENNA, Lettera agli Efesini, 55.
7

gentiles se enfatizará a través de los conceptos de: elección, filiación,


llamada, iglesia, cuerpo, misterio, unidad, redención, reconciliación,
construcción, sello del Espíritu Santo, hombre nuevo, etc., y su realización
se concretiza en la práctica cristiana24.
El término mystērion trae consigo grandes intereses teológicos, uno
de los cuales designa el elemento fundamental de la Iglesia, ahora
revelado como «cuerpo de Cristo» y presentado como objeto de fe. Existe,
sin embargo, un problema debido al silencio de la Sagrada Escritura
respecto a esta realidad nueva en la cual son unidos judíos y gentiles. La
cuestión esencial es saber por qué no fue anunciado precedentemente la
unidad entre judíos y gentiles y ahora es traducido en término de
«misterio revelado»25. La reflexión sobre el misterio, por lo tanto, provoca
un cambio hacia la novedad de la Iglesia en Efesios.
A partir de una nueva luz exegética de los estudios bíblicos, se
presentará la realización de un análisis bajo el paradigma de la relación
judíos y gentiles en la Iglesia como unidad en Cristo y diversidad de las
entidades étnicas. En esta perspectiva eclesiológica universal es la que
este estudio ha querido indagar, señalando lo más importante de su
riqueza temática, como lo presentó L. Alonso Schökel en su comentario de
la «Biblia del Peregrino» (1.996) sobre Efesios:

«Lo más importante de esta carta es su riqueza temática. Si la carta a los


Colosenses es cristológica, ésta es eclesiológica. Ambas cosas se implican, pero
cambia el peso relativo. Dios tenía un plan, escondido por los siglos y revelado
ahora, ejecutado en y por Jesucristo, desplegado en y por la Iglesia. Una Iglesia
universal, nueva creación y humanidad unificada, edificio compacto y cuerpo en
crecimiento. Más que por suma de iglesias locales, o por coexistencia de judíos
penitentes y paganos convertidos, la unidad se realiza derribando muros, aboliendo
diferencias, infundiendo el Espíritu único. La Iglesia es pueblo de Dios y esposa del
Mesías. Ya no espera una parusía inminente, sino que se empeña en el constante
crecimiento. Las categorías jurídicas ceden el puesto a las místicas» 26.

Uno de los más singulares comentarios de Efesios, al que no faltan


elementos de originalidad, fue realizado en el año 2.001 por Jean-Noël
Aletti. Este comentario amplía el horizonte teológico de Efesios dando
nuevas luces para su interpretación. En efecto, afronta el texto según una
prospectiva sincrónica. Esta es una prospectiva de análisis global que

24
Cf. H. HOEHNER, Ephesians, 62-63: «Certainly Paul is emphasizing the unity of believing Jews
and Gentiles in one body and this can only be based on God’s love and the practice of love of
the believers for one another (more will be developed below)».
25
Cf. CH. REYNIER, Évangile et Mystère, 237.
26
L. ALONSO SCHÖKEL, La Biblia del Peregrino, III, 484.
8

determina una compresión de la composición retórico-literaria de la


carta27. J. N. Alletti dice que el autor señala, insistentemente, en Efesios la
unidad sellada en la Iglesia, y por eso, desea destacar el rol ecuménico de
la Iglesia como lugar donde se ha superado la oposición judíos y gentiles, o
también, la unión en la Iglesia vista como germen de la reconciliación
universal, manifestando así el designio eterno de Dios y su victoria contra
los poderes hostiles. Esta unidad, por lo tanto, deber ser continuamente
preservada y sostenida28.
La línea teológica planteada por J. N. Aletti sigue muy de cerca el
campo semántico del texto y sus diversas correspondencias contextuales.
Si bien, el tema dominante es el mystērion, son importantes algunos
acentos sobre la unidad de la Iglesia en los dos grupos componentes
(judíos y gentiles), el modo de vivir juntos y las posturas que le siguen
sobre el hecho de ser Iglesia y vivir en Iglesia29. Es importante, también, la
identificación de estos dos grupos con los conceptos de «hombre nuevo»
(cf. Ef 2,15) y «un solo cuerpo» (cf. Ef 2,16) en el nuevo status recibido por
estar juntos (los syn-compuestos cf. 2,5-6.19.21.22;3,6 etc.). Así, habiendo
obtenido una nueva identidad en la unidad con Cristo, sin embargo, no se
canceló la diversidad de las entidades étnicas. En efecto, el autor de
Efesios sigue manteniendo la denominación ta. e;qnh (cf. Ef 3,1.6) para
sus destinatarios. Esta aparente incoherencia permite, en realidad, entrar
en la dinámica de la eclesiología efesina y expresa la unidad de Iglesia no
en la uniformidad sino en la diversidad30.
Para J. N. Aletti, la carta a los Efesios no fue un tratado de
eclesiología, ella no tiene estas pretensiones, por lo tanto, es posible leerla
para subrayar el nuevo rol que a la Iglesia se le ha reconocido como
misterio y, al mismo tiempo, ser ella misma proclamación del misterio. La
Iglesia y el misterio van a la par en Efesios, la exégesis de este comentario
lo ha pacientemente revelado, porque las metáforas utilizadas para
expresar el misterio en Ef 3,6 son importante por su contenido y por lo que
silencia (así, por ejemplo, existe la ausencia de los términos de «pueblo de
Dios», «alianza», «pacto», como también aquello que esté dentro de este

27
Cf. S. ROMANELLO, «Lettera agli Efesini: Commenti recenti e tendenze dell’ese-gesi»,71.
28
J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 15: «L’auteur voudrait souligner le rôle
œcuménique de l’Église, comme lieu où est dépassée l’opposition juif/païen; ou encore,
montrer, comment la proclamation d’une réconciliation universelle est déjà en germe dans
l’Église, à travers laquelle se manifeste le dessein éternel de Dieu ; ou encore, l’unité de l’Église
comme due à la victoire de Dieu sur les puissances hostiles, et donc continûment à préserver et
à soutenir».
29
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 24.
30
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 25.
9

marco semántico)31. Al interno se desarrolla la reflexión teológica nacida


de la unión de judíos y gentiles en Cristo, dando origen (creando) al
hombre nuevo. No se trata de una creación «ex nihilo», porque el hombre
nuevo es fruto de la unión de ambos grupos por la acción de Cristo. Es así
que esta nueva entidad simplemente no puede ser llamada tertium genus
o tertium quid; es decir, una nueva o tercera raza que va más de las
distinciones étnicas, afirma J. N. Aletti32.

La Iglesia es una realidad escatológica que sin ser en continuidad de


la suma de identidades entre judíos y gentiles (el autor de Efesios no
menciona el término pueblo de Dios, como resultados de los grupos
anteriores), y sin hacer número con ellos, es el lugar de la unidad de ellos;
unidad entre circuncisos y no-circuncisos en el único cuerpo que es la
Iglesia33. Es importante saber que las luces emitidas por J. N. Aletti es fruto
de su análisis exhaustivo semántico de la carta, esto permite poder así
obtener varios ángulos analíticos de los textos efesinos.

La experiencia eclesiológica y comunitaria en Efesios no se reduce


simplemente al puro nivel sociológico o a la unidad histórica de judíos y
gentiles, del «estar juntos» en forma extrínseca de cohesión pacífica. La
vinculación del tema se encuentra en la realidad del «Espíritu» (cf. 1,13.17;
2,18.22; 3,5), que dice cuánto es profundo el conseguimiento de dicha
unidad. Se trata de «redescubrir» por parte de la comunidad eclesial el
verdadero novum historicum, y se dirá en Ef 3,5 donde el secreto no fue
revelado a «los hijos de las generaciones pasadas» sino ahora lo es por
medio de los «santos apóstoles y profetas en el Espíritu», en el cual los
«gentiles son coherederos, concorpóreos y copartícipes de la promesa en
Cristo Jesús» junto con los judíos en la Iglesia (cf. Ef 3,6). La caracterización
eclesial de Efesios recogida en la idea de «misterio» brilla en la reunión de
judíos y gentiles (cf. Ef 2,14-18) y se extiende hasta iluminar la historia de la
humanidad (cf. Ef 2,1-10). La «Iglesia» es el concepto central de la lógica
teológica de Ef 1-3 que interpreta el evento de Cristo. La novedad consiste

31
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 325.
32
J. N. Aletti sitúa la Iglesia sobre un nuevo nivel, que es netamente escatológico en la
comprensión de Efesios: «L’Église est ainsi une réalité eschatologique où la diversité ethnique
n’a certes pas disparu, mais n’est pertinente ni eschatologiquement ni ecclésialement, puisque
c’est l’unité et l’unicité qui caractérisent cet homme nouveau ... Néanmoins, en rigueur de
termes, (Eph 2) les v.15-16 n’autorisent pas à parler de l’Église comme d’un tertium quid,
comme si elle était de même nature qu’Israël et les Nations, pour les raisons énoncées au
paragraphe précédent». J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 153.
33
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 167.
10

en «una nueva relación entre diversos», en estar juntos en el nombre de


Cristo por el don de su Espíritu.

«El hacer parte de la Iglesia, en efecto, no significa ni para los paganos judaizarse ni para los
judíos paganizarse, ninguno de los dos componentes puede prevaricar o sobreponerse al
otro, porque cada uno de ellos en Cristo trasciende el propio particularismo y en Él se
rencuentra con el otro sobre un plano de igualdad, siendo Cristo mismo el ara pacis
viviente de ellos »34.

Desde la visión bíblico-teológica de Efesios los gentiles junto con los


judíos forman parte de la única Iglesia, por la acción de Cristo y
conservando la propia identidad de proveniencia étnica. Por eso, es
importante comprender el misterio de la Iglesia. En comunión con el
espíritu misionario y esclesiológico de Pablo, los gentiles son colocados en
relación con los judíos para formar el nacimiento de la Iglesia, como nuevo
grupo trascendente de perspectivas universal y eterna.

2.- El plan eterno de salvación divina para judíos y gentiles

Ya desde el prescrito de Ef 1,1-2 los destinatarios de la Carta a los


Efesios son llamados “santos” que están en Éfeso y “fieles” en Cristo Jesús
(toi/j a`gi,oij toi/j ou=sin evn VEfe,sw| kai. pistoi/j evn
Cristw/| VIhsou/). Pareciera que se trata desde el inicio de dos grupos.
Podemos afirmar con certeza que los términos “santos” Y “fieles” tienen
un fuerte valor teológico y se presentan como adjetivos sustantivados 35.
Algunos comentadores traducen de manera explícita Ef 1,1b: a los santos
que son (también) fieles en Cristo Jesús 36. Para evitar errores en su
interpretación se hicieron notables esfuerzos para distinguir a[gioi
(santos) y pistoi, (fieles). Según E. Best, se quiso realizar una debativa
distinción en la cual a[gioi corresponde a los santos del A.T., es decir, los
judeocristianos y pistoi, los creyentes gentiles. Presumiblemente, se
habría traducido: «aquellos que son judíos cristianos y a aquellos que son
creyentes incorporados en Cristo Jesús». Esto argüía que el concepto
«santos» fuese usado preferencialmente por Pablo para referirse a los
judeocristianos de Jerusalén (cf. Rom 15,25-31), en el mismo aspecto
como lo describe en Ef 2,19, y luego agrega el uso de «fieles» para los
convertidos de origen pagana que eran incorporados posteriormente por

34
R. PENNA, «La proiezione dell’esperienza comunitaria...», 175-176.
35
Cf. R. PENNA, Lettera agli Efesini, 79.
36
Entre los más representativos son importantes señalar: M. BARTH, Ephesians 1-3; R.
SCHNACKENBURG, The epistle to the Ephesians, 39; E. J. GOODSPEED, The Meaning of Ephesians,18.
11

medio del bautismo37. Esto causó muchos desacuerdos de interpretación.


No obstante, todo parece que estos términos se refieran indistintamente a
los dos grupos. No se debe ignorar que Efesios también fue un escrito
exclusivamente dirigido a los gentiles cristianos. El autor de Efesios era un
judeocristiano, esto es debido a que él mismo utiliza frecuentemente la
primera persona del plural (nosotros) en una contraposición entre él y los
gentiles (Ef 2,1-3. 11-14.19-22; 3,1ss).
Ef 1,3-14: Elogía
Inmediatamente, a partir de Ef 1,3 se rompe el estilo epistolar con
una eulogía o fórmula de hk'(r"B. (bendición) de bloque entero y
temáticamente unitario. La gran «eulogía» de Ef 1,3-14 piensa al misterio
de la «voluntad» salvífica de Dios (cf. 1,3.4.5.11ss.). Se puede dividir en
dos partes esta «eulogía». La primera parte comprende los vv. 3-10, que
habla del diseño de Dios comprendido en tres secciones comandadas por
los verbos aoristos cuyo sujeto principal es Dios:

vv.3-6: la bendición como elección y filiación.


vv.7-8: la redención y perdón de los pecados.
vv.9-10: la bendición vista como recapitulación en Cristo.

La segunda parte comprende los vv.11-14 que trata las dos modalidades
del la revelación del diseño (proyecto) de Dios en la comunidad eclesial:

vv.11-12: sobre los judíos.


v.13: sobre los gentiles.
v.14: operando la síntesis de la bendición en judíos y gentiles38.

La primera parte de la bendición comprende los vv. 3-10. En esta


parte, Dios es el sujeto principal de las diferentes acciones en su mayoría
expresada en aoristo. El pronombre personal en primera persona o el
«nosotros eclesial» se conecta a la concepción comunitaria (cf. h`ma/j:
vv. 4.5.6.8.9), donde Dios ha proyectado desde siempre la salvación de
todos los hombres. Para el autor de Efesios la Iglesia no es el resultado de
la decisión de un cierto número de individuos ni el desarrollo del proceso

37
Cf. E. BEST, Essays on Ephesians, 6.
38
Cf. CH. REYNIER, L’Épître aux Ephésiens, 53. Pierre Grelot también distinguía, aparte de la frase
introductiva en 3a, seis estrofas en este himno de Ef 1,3-14 ; Cf. P. GRELOT, «La Structure
d’Èphésiens 1,3-14» RB 96 (1989), 196-197: «On peut ainsi délimiter, après une ouverture au v.
3a (“Béni sot le Dieu et Père de notre Seigneur Jésus-Christ”), six “strophes” ou”couplets” qui
comportent les vv. 3b-4, 5-6, 7-8, 9-10,11-12, 13-14».
12

histórico; su existencia fue decidida por Dios mucho antes (cf Ef 1,4. 9-
11)39.

Todo este himno es una declaración solemne sintética de aquello


que vendrá expuesto más adelante. En Ef 1,3 se proclama la «bendición» a
Dios como Padre del Señor Jesucristo resucitado (Ku,rioj), en quien nos
bendijo (euvlogh,saj h`ma/j) con toda bendición espiritual como
«elegidos» en él para la santificación. Desde el cielo se da inicio, desde
toda la eternidad, a las bendiciones espirituales, que encuentran su
realización al final de los tiempos (v. 10). El avga,ph designa el amor de
Dios por «nosotros» e inspira la elección y llamada a la santidad de los
creyentes (cf. 1,4).

J. N. Aletti propone un tipo de estructura en la eulogía, combinando


todos los elementos con la relación acciones/actores, donde se ve que en
un primer momento el énfasis está sobre las diversas bendiciones divinas
(vv. 4-10), y en un segundo momento, sobre los dos grupos destinatarios
(judíos y gentiles cristianos):

introducción (enunciado inicial y su motivación global) v.3ab


especificación de la motivación global, según el actuar y según los destinatarios
I – Actuar divino: los momentos de la bendición divina (vv.4-10):
1º preparación pretemporal en Cristo (vv.4-6)
v. 4 ELECCIÓN eterna de NOSOTROS (todos) por la santidad en Cristo
v. 5ss. ADOPCIÓN filial por Él, por su gloria gratificada en Cristo
2º la actuación final en Cristo
v. 7ss. REDENCIÓN mediante la sangre de Cristo y PERDÓN
v. 9ss. MANIFESTACIÓN del musth,rion,
cuyo fin es unificar todo en Cristo
II – Destinatarios de la bendición divina y el don del Espíritu (vv.11-14)
1º vocación respectiva de los judíos y de los gentiles en Cristo (vv.11-13)
v. 11ss. designación como parte de la herencia: los judíos que esperaron
en Cristo
v.13 don del ESPÍRITU a los gentiles que han creído en el Evangelio
2º Espíritu, arras de la HERENCIA eterna para todos (v.14)40.

Dios Padre «en Cristo» nos eligió (evxele,xato h`ma/j) y nos


predestinó (proori,saj h`ma/j) para ser «hijos adoptivos»
(ui`oqesi,a). Con esta «predestinación» la comunidad cristiana adquiere
el origen de su propia identidad. En este sentido, existe el amor compasivo
de Dios-Padre y el ser «hijos adoptivos» se coloca en relación con el Padre
39
Cf. E. BEST, Efesini, 705.
40
Traducción tomada de J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 53.
13

de quien se recibe la herencia que tendrá consecuencia por la «gracia» con


que nos agració (evcari,twsen h`ma/j) en el «amado» (cf. vv. 5-6).
Mediante Cristo se obtiene la «redención» por su sangre derramada
para el perdón de los pecados. La muerte de Cristo rescata a la humanidad
al precio de su propia vida, devolviéndola a su único Señor, y a Dios Padre.
En eso constituye la riqueza de la gracia divina. A través del don gratuito
de su «gracia» todos los hombres son destinatarios y herederos de esta
riqueza, abriéndose a la «sabiduría» e «inteligencia», en los cuales estos
dones permiten conocer el «misterio» (to, musth,rion) de la voluntad
divina (cf. 1,7-8). El origen del «misterio» consiste en la glorificación de
Jesucristo, convirtiéndose en «cabeza» de todas las cosas para
«recapitular» (avnakefalaio,w) en él como el «principio» y punto de
armonía del cosmos. La manifestación del «misterio» tiene como finalidad
unificar «todo» (ta, pa,nta) en Cristo, en los cielos y en la tierra (cf. Ef
1,9-10). La fórmula «en Cristo» y sus consecuentes alusiones en el himno
se encuentra en sentido «instrumental», es decir, como canal mediante el
cual Dios obra la elección, adopción filial, redención, perdón y
manifestación del misterio. Cristo es el lugar donde los creyentes son
identificados con él.
La segunda parte de la bendición comprende los vv. 11-14. El sujeto
aquí no es Dios, sino los grupos representados por el «nosotros» (h`ma/j
= judíos, v. 12) y «vosotros» (u`mei/j = gentiles, v. 13) en distinción. Es
una correspondencia dialéctica entre el autor y sus destinatarios. El diseño
eterno de Dios en Cristo encuentra su concretización histórica a través de
dos modalidades: la elección de Israel (vv. 11-12) y la llamada de los
gentiles (v. 13)41. Éstos representan las dos instancias de la bendición
divina, según el plan (pro,qesij) querido por Dios y realizado en la
«economía» de la plenitud de los tiempos (cf. vv. 10-11; Gál 4,4). Ef 1,11-
12 habla de la «herencia» que tiene una larga tradición en Israel
relacionado con el tema de la Alianza y la posesión de la «tierra
prometida». Un primer grupo con el que el autor se identifica, está
representado por los «judíos» convertidos; ellos fueron los primeros que
«esperaron» (prohlpiko,taj) en Cristo. El segundo grupo es el de los
gentiles llamados a compartir la salvación ya reservada a Israel, después
de haber escuchado el evangelio y recibiendo el don del Espíritu Santo (v.
13). Este Espíritu es garantía de la herencia escatológica de la redención de
ambos en Cristo en una nueva comunidad de salvados, es decir, en la
Iglesia (v. 14).

41
CH. REYNIER, L’Épître aux Ephésiens, 57.
14

3.- La Iglesia “Universal”, cuerpo y plenitud de Cristo”

Existe al final del primer capítulo de Efesios (los vv.22-23) una


introducción ideológica estructurada en vista al concepto de la Iglesia
definida explícitamente como «cuerpo» y «plenitud» de Cristo:

kai. pa,nta u`pe,taxen u`po. tou.j po,daj auvtou/(


kai. auvto.n e;dwke kefalh.n u`pe.r pa,nta th/| evkklhsi,a|(
h[tij evsti. to. sw/ma auvtou/(
to. plh,rwma tou/ pa,nta evn pa/si plhroume,nouÅ

«y todo sometió bajo sus pies,


y lo dio como cabeza sobre todo a la Iglesia,
la cual es su cuerpo
la plenitud del que todo llena en todo».

Esto lleva a comprender mejor el pensamiento efesino sobre el


carácter eclesiológico «universal» en Cristo y la integración de judíos y
gentiles en la Iglesia. La especificidad de Efesios consiste, precisamente, en
la identificación de la Iglesia como «cuerpo crístico», por la simple razón
que Cristo es «cabeza» de este cuerpo eclesial, en un enfoque
completamente nuevo respecto a las cartas auténticas de Pablo que
hablan expresamente de to. sw/ma tou/ Cristou/: «el cuerpo de
Cristo», crucificado y eucarístico (Rom 7,4; 1Cor 12,27)42.

Los vv.22-23 han servido de introducción al tema eclesial de Efesios; y


en este sentido, es importante llegar al punto de la universalidad del
término evkklhsi,a, que, como dice Eduardo de los Santos, se pueden
percibir dos aspectos del mismo: en primer lugar, la parte que toca más de
cerca el tema de la Iglesia formada por judíos y gentiles, como bien lo
describe Ef 2,11-22, es decir, la comunidad cristiana compuesta de
contrarios y unida en la cruz de Cristo; y en segundo lugar, girando en
torno al tema del «hombre nuevo»43.

El discurso sobre la «Iglesia» es inseparable del rol que cumple


Jesucristo dentro de ella. El señorío universal de Jesucristo resucitado y la
exaltación en el trono de los cielos (cf. Ef 1,20) se manifiesta en la Iglesia.
La unión vital de Cristo y la Iglesia viene dada por la doble metáfora de
«cabeza» (kefalh,) y «cuerpo» (sw/ma). Esta relación es el aspecto
42
Cf. G. YORKE, The Church as the body of Christ in the Pauline Corpus, 7.
43
Cf. E. de los SANTOS, La novedad de la metáfora KEFALH-SWMA..., 34.
15

«cualificante» de la eclesiología. A diferencia del resto del N.T. y del


epistolario paulino el término efesino sw/ma adquiere (en 8 apariciones
de 9) un significado eclesiológico 44. Unido a esta realidad, se conecta el
concepto de evkklhsi,a (cf. Ef 1,22), no entendida aquí desde el punto
de vista de comunidad local, sino, «universal», y dentro del lenguaje
metafórico «cabeza-cuerpo» manifiesta la señoría universal de Cristo
como cabeza sobre todas las cosas y dado a la Iglesia como su plenitud =
plh,rwma (cf. Ef 1,23). De esta relación dinámica de la Iglesia con Cristo
se deriva sus dimensiones características: la unidad, la universalidad y el
crecimiento45. La eclesiología está directamente ligada a la cristología en
Efesios, y en cierta forma, se puede hablar de una «eclesiología
critologizada». Cristo siendo «cabeza» por encima de todas las cosas es
dado por Dios a la Iglesia como cabeza de su cuerpo. De la misma manera,
si Cristo es kefalh, del «cosmos» y de la «Iglesia-cuerpo», sólo la Iglesia
es plh,rwma de Cristo, es decir, el ámbito plenamente lleno de su
presencia, sus gracias y sus dones con el que guarda no sólo una relación
de «inmanencia» sino de «trascendencia»46.

4.- La condición teológica de judíos y gentiles antes y ahora con Cristo

El autor en Ef 2,1-10 se dirige directamente a los destinatarios con el


recurso dialéctico representado por el cambio de los pronombres:
«vosotros» - «nosotros». Algunos estudiosos han querido resaltar el
contraste del pecaminoso pasado pre-cristiano (pote,) de los «gentiles»
como «hijos de la desobediencia» (evn toi/j ui`oi/j th/j avpeiqei,aj) y
de los «judíos» como «hijos de la ira» (te,kna fu,sei ovrgh/j); otros,
tratan de ver una diferencia general entre los creyentes y los «otros» (cf.
v.3: oi` loipoi,). Sin embargo, la constatación paulina ayuda, también,
descubrir que ambos grupos antes de su conversión estaban en situación
de muerte conforme al comportamiento del pecado dominado por las
fuerzas de este mundo (vv.1-3). La situación de los creyentes era
completamente negativa.
El dinamismo de acción es entendido de modo «vertical», es decir,
de Dios hacia los creyentes en su condición de muerte en el pecado. Pero,
de este pasado de muerte Dios actúa a través de su gran amor, siendo
«rico en misericordia» (Ef 2,4), cuya salvación ha sido efectiva mediante
Cristo. Se cambia, de esta manera, la situación negativa del pasado de
muerte. Dios beneficia a los creyentes, estando muertos en los delitos, a
44
Cf. Ef 1,23; 2,16; 4,4.12.16 x2; 5,23.30.
45
Cf. R. FABRIS, La Tradizione Paolina, 200.
46
Cf. R. PENNA, «Efesios», 469.
16

causa del gran amor con que «nos amó» (cf. v. 4: h]n hvga,phsen
h`ma/j). De esta manera, se describe la «nueva vida» junto a Cristo en
una dimensión de «escatología realizada», es decir, los creyentes, judíos y
gentiles, ya han sido resucitado y exaltado en los cielos con Cristo,
mediante la acción de tres sun-compuestos verbales:
sunezwopoi,hsen tw/| Cristw/| : «nos convivificó con Cristo» (v.5),
kai. sunh,geiren kai. suneka,qisen evn toi/j evpourani,oij evn
Cristw/| VIhsou/: «y nos conrresucitó y nos asentó en los cielos en
Cristo» (v. 6).
Este nuevo status ha sido operado mediante la unión crística, en una
eficaz antítesis con el pasado de muerte pre-cristiana. Los creyentes ahora
son salvados con Cristo, por eso, el autor afirma: ca,riti, evste sesw|
sme,noi: «habéis sido salvados por la gracia» (cf. v. 5c). El autor asimila
este lenguaje, insistiendo sobre la prospectiva de la escatología realizada.
La prospectiva de la argumentación de Efesios mete en evidencia la
participación de los creyentes al destino del status de Cristo en la «nueva
vida» que ya goza de su «plenitud» que es propia del resucitado (cf. Ef
1,20)47. Además, el aspecto del futuro escatológico no es ausente del todo,
cuya riqueza de la gracia de Cristo en los fieles se mostrará en los «siglos
venideros» (cf. 2,7).

La nueva situación de vida con Cristo es posible porque la salvación


recibida para los creyentes viene mediante la fe, como don de Dios, y no
por «obras» humanas (vv.8-9). No aparece aquí el típico concepto de
«justificación por la fe» (cf. Rom 4,25; 5,1.16.18; 10, 4; Gál 2,16.17.21). En
Efesios juega un papel importante la actuación de la gracia (ca,rij) divina
mediante la «fe», por esta razón, judíos y gentiles han sido unidos a Cristo
por la redención y perdón de los pecados (cf. Ef 1,7) y son salvados (cf. Ef
2,5). La salvación es adquirida por el don gratuito de la gracia y no por la
«ley» judaica, como acto presente de la «creación» inaugurada «en Cristo»
para buenas obras (v.10).

5.- Unión y reconciliación eclesial de judíos y gentiles en Cristo

La reconciliación y unión de judíos y gentiles en la Iglesia es el


primer paso visible del plan de Dios de «unir todas las cosas en Cristo» (cf.
Ef 1,10). La sección de Ef 2,11-22 cambia su dinamismo de acción desde el
punto de vista «horizontal» en el cual se verifica la acción de Cristo en la

47
Cf. S. ROMANELLO, Lettera agli Efesini, 83.
17

historia mediante la reconciliación de judíos y gentiles entre sí y con Dios.


En ella se puede constatar tres pasos importantes:
a.- En Ef 2,11-13 el pasado (pote,) en el cual los gentiles cristianos
estaban excluidos de la historia de la salvación prometida a Israel y realiza
en Jesucristo48: eran «gentiles en la carne» (ta, e;qnh evn sarki,),
llamados «incircuncisión» (avkrobusti,a) por aquéllos que son llamados
«circuncisión en la carne» (peritomh. evn sarki,); «separados de
Cristo», «excluidos de la ciudadanía de Israel» y «extranjeros de los pactos
de la promesa», «sin esperanza» y «sin Dios (a;qeoi) en el mundo» (vv.
11-12). Pero, recordando la situación pasada se constata, en el presente,
que ahora (nuni,) en Cristo Jesús los que estaban «lejos» (makra,n) son
convertidos en «cercanos» (evggu,j) por la sangre de Cristo (v. 13).
b.- En Ef 2,14-18 el tema central recae en la persona de Cristo que es
el sujeto de pacificación y unión eclesial de judíos y gentiles: él mismo es
«nuestra paz» (h` eivrh,nh h`mw/n) el que de ambos pueblos (ta.
avmfo,tera) hizo uno (e[n), derribando la «pared de división» (to.
meso,toicon tou/ fragmou/) que los separaba. Esto puede bien
representar la metáfora referida al muro que separaba en el templo de
Jerusalén el patio de los gentiles de la zona de los judíos y de Dios al
interno del santuario, que el autor acoge para expresar la «anulación» de
la ley de mandamientos en ordenanzas, a saber, la «enemistad» (e;cqra)
de ambos grupos en la carne de Cristo. Todo esto lleva a una finalidad
precisa de la obra de Cristo, es decir, «crear» en él de los dos (du,o),
judíos y gentiles, para «un solo hombre nuevo» (eivj e[na kaino.n
a;nqrwpon), y así, haciendo la paz (cf. vv.14-15). En el N. T. el verbo
kti,zw: «crear» tiene únicamente por sujeto a Dios (cf. Ef 4,24; Col 3,10);
Cristo recibe una connotación de mediación en la creación (cf. 1Cor 8,6;
Col 1,16; Ef 2,10; Jn 1,3; Heb 1,2), nunca como sujeto. Sólo en Ef 2,15
Cristo es sujeto de la creación. Se verifica, entonces, aquí una elevada
cristología que indica el hecho que la obra de Cristo es algo absolutamente
nuevo, creación nueva, que trasciende las categorías étnicas pre-
existentes49. La diversidad étnica, sin embargo, no es aniquilada. Por la
creación del «hombre nuevo» nace de la diversidad de judíos y gentiles
uniéndose en Cristo resucitado, en una entidad escatológica trascendente
que ha sido dada a la Iglesia (cf. Ef 1,23), es decir, unidad en la diversidad.
No se trata de una «fusión» sino de un «corpus mixtum». Cristo y la Iglesia
son indisolublemente inseparables. No es, simplemente, una «tercera
raza» o tertium quid, es una entidad totalmente nueva de las dos que
estaban separadas. Por esta razón, quizás el autor de Efesios silencia el
48
Cf. R. FABRIS, Pablo, el Apóstol de las Gentes, 544.
49
Cf. S. ROMANELLO, Lettera agli Efesini, 99.
18

término lao,j para referirse a la Iglesia como novedad respecto al pueblo


de Israel (cf. Os 2,1; Rom 9,26). Efesios reelabora una de las ideas
eclesiológicas fundamentales de Pablo, aquella de la unidad eclesial e igual
dignidad de sus miembros (cf. 1Cor 12,13, Gál 3,28) 50. El «hombre nuevo»
es Cristo donde se unen judíos y gentiles en la Iglesia en «nueva creación»
(cf. 2Cor 5,17; Gál 6,11). Y esto ha sido posible, a través de la muerte en
cruz del Cristo (cf. v. 16: stauro,j), reconciliando a ambos en «un solo
cuerpo» (evn e`ni. sw,mati), es decir, la Iglesia. De esta manera, Cristo
en su cuerpo crucificado «mató» (avpoktei,nw) la enemistad en él
mismo; y en este mundo «evangelizó» (euvaggeli,zw) la «paz» a
«lejanos» (makra,n) y «cercanos» (evggu,j). De esta manera, ambos
(oi` avmfo,teroi), judíos y gentiles, tienen «acceso» (prosagwgh,) al
Padre, inseridos a Cristo en un solo Espíritu (cf. vv. 17-18).
En contraste con los vv. 11-13 se presenta la nueva situación eclesial
de Ef 2,19-22. El autor se dirige a los gentiles cristianos en una línea
eclesial netamente positiva distinta a la situación del pasado; por eso,
afirma en el presente: «ya no sois extranjeros ni forasteros», sino que sois
«conciudadanos de los santos» (sumpoli/tai tw/n a`gi,wn) y
«familiares de Dios» (oivkei/oi tou/ qeou/). La Iglesia viene descrita con
imágenes edilicias, es decir, con términos que derivan de la denominación
oi=koj: «casa».
La reflexión sobre judíos y gentiles cristianos alcanza un punto
álgido donde todos son igualmente miembros de la Iglesia. No se trata de
una edificación monolítica de una pieza, sino de una construcción de
varios elementos en donde Dios ha puesto ahora su morada como
santuario espiritual. Pablo había ya formulado la idea de la unión de judíos
y gentiles en un único cuerpo (cf. 1Cor 12,13); este aspecto corporativo
emerge también en la armoniosa construcción «bien compacta»
(sunarmologe,w) de piedras que crecen para ser «templo santo» en el
Señor (cf. v. 21). En esta construcción Cristo es la «piedra angular»
(avkrogwniai/oj) que algunos han entendido como «clave de bóveda»;
ella es el punto de unión y cohesión de toda la edificación (cf. Is 28,16; Job
38,6; Sal 118,22; 1Pe 2,6). Lo importante es que la Iglesia no tiene otro
«fundamento» (qeme,lioj) fuera de Cristo (cf. 1Cor 3,11; Rom 15,20). La
prospectiva de Efesios es distinta en cuanto se perfila junto a Cristo, piedra
angular, un fundamento eclesiológico ministerial de los «apóstoles y
profetas» (v. 20: oi` avpo,stoloi kai. profh/tai; cf. Ef 3,5; 4,14). Esta
sobreposición de imágenes no crea una «concurrencia» ni una sustitución

50
Cf. S. ROMANELLO, Lettera agli Efesini, 95.
19

entre Jesucristo y el grupo fundante de la Iglesia, sino que enfatiza su


continuidad en la historia de la salvación51.
La Iglesia está en una realidad trascendental de unidad, de tal
manera, los gentiles no deben convertirse a la «ciudadanía de Israel», sino
que los gentiles son «conciudadanos de los santos» junto a los judíos
creyentes, y, particularmente, se pasa de un pasado negativo de ser:
«extranjeros», «separados de Cristo», «sin esperanza» y «sin Dios» a ser
«familiares de Dios» mediante Cristo. De consecuencia, la Iglesia es
esencialmente un edificio nuevo, y en cuanto tal, puede ser construida de
«piedras» diversas, judíos y gentiles que son juntamente edificados
(sunoikodome,w). El uso de los dos verbos compuestos con la
preposición sun pretende indicar la unión en Cristo de judíos y gentiles
como composición eclesial de perfecta unión 52. No se trata,
implícitamente, el rechazo de Cristo hacia el judaísmo, y la admisión de los
gentiles no lo constata. Sobre el fundamento de los apóstoles y profetas
con Cristo, piedra angular, ambos grupos forman un edificio bien
compacto; y este edificio, existe ya; su crecimiento no es numérico sino de
madurez (cf. Ef 4,13), y los creyentes son una familia en la cual Dios
encuentra su morada espiritual (v. 22; cf. 1Cor 3,9-17; 1Pe 2,5-10) 53. La
Iglesia como «santuario santo» en el Señor es una innovación que señala
la presencia de Dios en la comunidad eclesial (cf. Mt 18,20).

6.- El «misterio de Cristo»: la Iglesia compuesta de judíos y gentiles


cristianos

La obra de la «unificación» y «reconciliación» en Cristo de judíos y


gentiles cristianos es tarea importante para la misión de Pablo, quien es
elegido por Dios en su estado de «prisionero de Cristo Jesús» en favor de
los «gentiles» (Ef 3,1). Todo el discurso de Ef 3,1-13, descrito como una
«paréntesis» teológica, se presenta en una fuerte conexión con los
capítulos 1 y con Ef 2,11-22, como confluencia simultánea de las diversas
categorías histórico-salvíficas que forman parte del «misterio» que según
la «economía» de la gracia encuentra en Pablo un exponente importante
conforme a la «revelación» que le fue dada a conocer y que ha sido escrita
poco antes (cf. Ef 3,3).
Toda esta fase del misterio mantenido en «secreto» consigue una
compresión escatológico-eclesial en Dn 2. Por otra parte, existe un
interesante paralelismo con Col 1,24-28, sin embargo, Efesios trae una
51
Cf. R. FABRIS, La Tradizione Paolina, 201.
52
Cf. R. PENNA, Lettera agli Efesini, 151.
53
Cf. E. BEST, Efesini, 710.
20

particular novedad eclesiológica. Esto va en relación a la especial


«compresión» de Pablo respecto al «misterio de Cristo» (to, musth,rion
tou/ Cristou/) (cf. Ef 3,4): misterio que no fue dado a conocer (ouvk
evgnwri,sqh) «en otras generaciones» (o] e`te,raij geneai/j) a los
«hijos de los hombres» y que sólo en el presente, es decir, en el «ahora»
(nu/n), fue revelado (avpekalu,fqh) a sus «santos apóstoles y
profetas» del N.T. (toi/j a`gi,oij avposto,loij auvtou/ kai.
profh,taij) en el Espíritu (cf. Ef 3,5).
El misterio de Cristo consiste en la «inclusión» de los judíos y
gentiles cristianos en el «cuerpo de Cristo», que es la Iglesia. Esto es
debido al hecho que cada disparidad, separación religiosa y racial ha sido
cancelada por la muerte y resurrección de Cristo, porque todos los
hombres se reconocen unidos en Cristo (cf. Ef 1,10).
Ef 3,6 describe, claramente, con términos construidos por los sun-
compuestos, la unidad de judíos y gentiles en la única Iglesia: los gentiles
son llamados a ser «co-herederos» (sugklhrono,ma) y «co-corporado»
(su,sswma) y «co-partícipe» (summe,toca) de la promesa «en Cristo»
mediante el «evangelio» (euvagge,lion). La parte de la unión de los dos
grupos se expresa colocando a los gentiles a través del su,n de compañía
con los judíos. La novedad se establece con el neologismo del término
su,sswma: concorporado, es decir, la Iglesia es «cuerpo de Cristo» y
manifiesta la universalidad y unidad entre judíos y gentiles cristianos
juntamente a Cristo. La Iglesia es el resultado de la acción reconciliadora
con Cristo de los dos grupos diversos considerados enemigos por el muro
de separación. Esta unión en Cristo se convierte en una referencia inaudita
que no tiene precedentes en el A.T., debido a que el término sw/ma no
tiene un correlativo bíblico en el A.T. para referirse a la asamblea creyente,
y particularmente, su,sswma es solamente utilizado aquí para
especificar la unión de judíos y gentiles en la única Iglesia, cuerpo. Quizás,
por esta razón, el autor probablemente silencia el término de lao,j tou/
qeou/: «pueblo de Dios» aplicado sólo a Israel y no a los gentiles (cf. Núm
23,9). Todo ello se orienta en la base de la revelación del misterio eclesial
sobre la admisión de los «gentiles» dentro de la Iglesia «en Cristo», y no a
través de las prácticas de la ley mosaica para «judaizarse» y así obtener la
salvación de Dios.
La unidad en Cristo acentúa la paridad de las diversidades étnicas y
las trasciende. La novedad eclesial de este «misterio» se revela mediante
el anuncio del «evangelio», a través de las promesas dadas a Israel, en
continuidad con el «Israel recreado» (cf. Rom 9,27); por eso, los gentiles
son asociados a los judíos como herederos y partícipes de la promesa «en
21

Cristo» (cf. Rom 9,4; 15,8; Gál 3,16.21), pero, al mismo tiempo, se
establece una discontinuidad porque la Iglesia es unida al Cristo resucitado
y exaltado (cf. Ef 2,5-6); donde judíos y gentiles son creados para ser
«hombre nuevo» y reconciliados en «un solo cuerpo» en el Espíritu (cf. Ef
2,15; 5,23). He aquí el sentido de apertura y universalidad de la salvación
crística y eclesial.
Es, por esta razón, que Pablo constituido «ministro» (dia,konoj, cf.
Col 1,23) del evangelio conforme al don de la gracia de Dios (Ef 3,7), es
destinado para «evangelizar» (euvaggeli,sasqai) a los gentiles la
inescrutable riqueza de Cristo (Ef 3,8). Así se manifiesta delante de todos
cuál es la «economía» (oivkonomi,a) del misterio escondido desde los
siglos en Dios para que «ahora» (nu/n) sea dado a conocer a los
«principados y potestades» mediante la Iglesia, manifestando la
«multiforme» (polupoi,kiloj) sabiduría de Dios creador (cf. Ef 3,8-10).
Esta sobreposición de horizontes – acción de Dios en Cristo y rol del Iglesia
– puede expresar la dimensión trascendente de la realidad eclesial 54. La
Iglesia está llamada a proclamar la salvación de Dios en Cristo a todos los
hombres y a través de ella. La Iglesia no es una identidad que sustituye a
Israel como «pueblo», sino que es una entidad escatológica allí donde el
«misterio de Cristo» se vive. Todo va conforme al proyecto (pro,qesij)
eterno de Dios en Cristo Jesús en quien se tiene la valentía (parrhsi,a) y
acceso en confianza mediante la fe en él (cf. Ef 3,11-12). Pablo pide a sus
destinatarios a no desmayar porque en sus «aflicciones» (qli,yeij) se
manifiesta la gloria de Dios en favor de los gentiles (cf. Ef 3,13).

7.- Conclusión

Al final de la investigación se ha podido constatar que en la sección


teológica de Efesios (Ef 1-3) el tema de la Iglesia presenta características de
integración entre sus componentes étnicos de judíos y gentiles a través de
la unidad con Cristo. Si bien, Efesios lo afronta desde una dimensión
singular que enfatiza y corrobora las ideas que vienen de las cartas
auténticas de Pablo (cf. Rom 9-11; Gál 2,1-16; 1Cor 12,12-31). No obstante,
adquiere una novedad desde el punto de vista del «misterio de Cristo».
El tema de la Iglesia tiene un carácter netamente cristológico y
escatológico porque sus miembros están unidos a él. El proyecto salvífico
que Dios había previsto, se realiza en todas las cosas recapituladas en
Cristo (cf. Ef 1,10). La eulogía describe, por tanto, la bendición con la que
Dios ha beneficiado a todos los creyentes dentro del «nosotros eclesial», y

54
Cf. R. FABRIS, La Tradizione Paolina, 201.
22

a través de las dos instancias grupales distintas: aquellos que son llamados
«nosotros» (judíos cristianos) que esperaron primeramente en el Mesías
(Ef 1,12) y el grupo de «vosotros» (gentiles cristianos) que escuchando la
palabra del evangelio se adhirieron a la fe (cf. Ef 1,13). Ambos fueron
sellados con el Espíritu Santo de la promesa (cf. Ef 1,14).
La Iglesia remarca su significación de característica «universal»,
como la única Iglesia de judíos y gentiles. Para esto recurre a la imagen de
la personalidad corporativa, a través de la iniciativa metafórica de
Cristo-«cabeza» de su «cuerpo», la Iglesia (cf. Ef 1,22-23). La Iglesia-cuerpo
es inseparable de su cabeza; este lenguaje corporal permite comprender
que el cuerpo recibe su vida integrada a Cristo.
La obra de Dios, en su dimensión vertical, se concretiza a
través de la obra pacificadora y reconciliadora de Cristo entre judíos y
gentiles (dimensión horizontal, cf. Ef 2,11-22). Mediante la obra salvífica de
la cruz, Cristo crea un solo «hombre nuevo» (cf. Ef 2,16). No se trata de
una creación «ex nihilo», sino que realiza a partir de los dos grupos de
judíos y gentiles con él, en un solo cuerpo. Las dos entidades son
reconciliadas, pero al mismo tiempo, conservan su propia identidad de
procedencia. La alteridad es esencial. La Iglesia tiene como rol demostrar
su composición en la diversidad. Es por eso, que para algunos
comentaristas, la idea del «tertium quid» no es aquí aplicable, porque las
dos entidades no desaparecen, sino que trascienden en una novedad y
unidad con Cristo55.
Esta vida trascendente se hace evidente en la morada con Dios en el
cielo. La Iglesia obtiene de esta forma características y dimensiones
escatológicas. Los judíos y gentiles tienen acceso al Padre por el Espíritu;
por eso, la Iglesia se convierte en el lugar de la morada de Dios, donde
todos son reunidos, siendo Cristo la «piedra angular» de dicha
construcción (cf. Ef 2,19-22).
Esta dimensión eclesial alcanza su carácter esencial como «misterio
de Cristo» revelado a Pablo (Ef. 3,1-13). He aquí donde judíos y gentiles
reciben su definición dentro de la única Iglesia (cf. Ef 3,6). La novedad
eclesial consiste en que ambos grupos son un solo cuerpo en Cristo. El
lenguaje eclesiológico corporal experimenta una extraordinaria novedad
sólo en Efesios. La Iglesia no es llamada «pueblo de Dios», para reforzar su
dimensión universal. Este sentido de «corporeidad» eclesial tiene aspectos
de continuidad y discontinuidad con Israel.
La idea fundamental de la Carta a los Efesios es la universalidad de la
Iglesia y su mística unión con Cristo. El “misterio” de Dios era constituir a

55
J. N. ALLETTI, Saint Paul Épitre aux Éphésiens, 153.
23

Cristo centro y cabeza de todas las cosas. A Cristo convergen todos los
seres del universo, tanto de los cielos en el mundo cósmico, como “los de
la tierra”: la humanidad en pleno. En Cristo, pues, como su centro y
cabeza, adquiere unidad y razón de ser toda la humanidad y el universo
pleno creado por Dios56.
La Iglesia tiene la conciencia de ser la comunidad de los judíos y
gentiles, que prosigue la misión de su fundador y Señor. Según la
enseñanza paulina, Cristo ha llevado la paz a estos dos grupos, los ha
reconciliado en Cristo destruyendo el muro que lo separaba, los ha unido
en único cuerpo por medio de la cruz (cf. Ef 2,14-18). El encuentro de la
totalidad de Israel y gentiles convertidos al único Dios es destino a
desarrollarse históricamente (cf. Rom 11,26), desde ahora la Iglesia de
judíos y gentiles prefigura escatológicamente este encuentro en la Iglesia,
erigida como signo de reconciliación entre los pueblos (cf. Gal 2,7-9) 57.
Dios elige hijos e hijas en todas las naciones paganas. Estos, por
medio de la fe en Cristo, Hijo obediente y resucitado, plenitud de Israel,
tienen desde ese momento parte de la Elección en gracia y la misión de
Israel. Con Cristo-Mesías, y por él los paganos, que eran un pueblo que
carecía de ley, que carecía de esperanza y vocación, que no conocía a Dios,
reciben la gracia de entrar en la Elección de Israel. Esto es adquirir, por el
Mesías crucificado y vivo, una parte en la adopción filial prometida a Israel.
Por tanto, la teoría del rechazo de Israel es un error, un absurdo, pues
supone que Dios puede ser infiel a su Alianza. Eso es no entender el
misterio de Cristo… En el Hijo obediente y resucitado, vemos, pues, el
cumplimiento de Israel, que no significa su supresión ni su aniquilamiento.
El cumplimiento de Israel debe también ser recibido por Israel. Pero ése es
su problema y es también el secreto (misterio) de Dios58.
La Iglesia no es el producto reformado del judaísmo. La fe en la
resurrección del crucificado implica la misión entre los no-judíos, sin
renunciar a las raíces judías, para constituir la única Iglesia integrada por
judíos y gentiles.
“Pues la Ley por medio de Moisés fue dada,
pero la gracia y la verdad vinieron
por medio de Jesucristo”
(Jn 1,17).

56
R. Mielgo, San Pablo para el Pueblo, Caracas, 1989, 479.
57
Cf. Renzo Fabris, Gli Ebrei Cristiani, 85.
58
Jean-Marie Lustiger, La Promesa, Madrid, 2002, 165-166.

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