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«La Carta (a los Efesios) quiere llamar la atención a sus destinatarios étnico-
cristianos, no por el hecho de que ellos no deben alejarse de los judío-
cristianos, sino sobre todo por el hecho que no deben separarse ni aislarse
de ellos, porque sin Israel no existiría ni siquiera la Iglesia» 4.
2
Cf. R. PENNA, «La proiezione dell’esperienza comunitaria…», 166.
3
H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 22.
4
R. PENNA, Lettera agli Efesini, 55.
5
La mención directa o indirecta de estos dos grupos (judíos y gentiles) puede considerarse de
sumo interés para la teología de Efesios. El presente estudio tiene la intención de estudiar
algunos textos en Efesios sacando a la luz importantes aspectos de la referencia de «judíos y
gentiles» en los primeros tres capítulos: Ef 1,1-14.22-23; 2,1-10.11-22; 3,1-7.8-13.
6
El problema sobre la hostilidad y coexistencia de los judíos y gentiles en la Iglesia como un
único cuerpo de Cristo ha siempre inquietado el ánimo de San Pablo (cf. 2Cor 12,7; Rm 9-11);
con visión amplia y con el optimismo que la escatología realizada procura. El problema
encuentra un tratamiento conveniente y una resolución positiva en la Carta a los Efesios.
Judaísmo y paganismo expresan dos instancias del diseño de salvación: la de la esperanza y de
la fe en el evangelio; ambos son perfeccionados en la toma de posesión por la obra del Espíritu
Santo (cf. Ef 1,11-14).
3
«El corpus se divide claramente en dos partes que en nuestra carta se hallan
nítidamente deslindadas y que poseen aproximadamente la misma extensión.
Su tema es, en general, la realización divina del misterio de Jesucristo en la
Iglesia, integrada por judíos y gentiles (véase 3,6s), o también la realización de
la plenitud de los tiempos»10.
7
Cf. G. BARBAGLIO, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos, 237.
8
Cf. E. PETERSON, Il Mistero degli Ebrei e dei Gentili nella Chiesa, 14.
9
Cf. H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 24.
10
H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 19.
11
Cf. H. SCHLIER, La Carta a los Efesios, 26: «... ahora ha pasado del fondo del primer plano y al
centro de la atención, y así lo expresa el apóstol ante las jóvenes y extrañas comunidades del
oriente. Pero esto pudo suceder, porque la mirada del apóstol había atisbado el fundamento
del misterio de la revelación.
4
12
Cf. A. GONZÁLEZ LAMADRID, «Ipse est pax nostra», (1969), 214.
13
Cf. R. PENNA, Lettera agli Efesini, 60.
14
Cf. R. SCHNACKENBURG, The Epistle to the Ephesians, 19.
5
24
Cf. H. HOEHNER, Ephesians, 62-63: «Certainly Paul is emphasizing the unity of believing Jews
and Gentiles in one body and this can only be based on God’s love and the practice of love of
the believers for one another (more will be developed below)».
25
Cf. CH. REYNIER, Évangile et Mystère, 237.
26
L. ALONSO SCHÖKEL, La Biblia del Peregrino, III, 484.
8
27
Cf. S. ROMANELLO, «Lettera agli Efesini: Commenti recenti e tendenze dell’ese-gesi»,71.
28
J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 15: «L’auteur voudrait souligner le rôle
œcuménique de l’Église, comme lieu où est dépassée l’opposition juif/païen; ou encore,
montrer, comment la proclamation d’une réconciliation universelle est déjà en germe dans
l’Église, à travers laquelle se manifeste le dessein éternel de Dieu ; ou encore, l’unité de l’Église
comme due à la victoire de Dieu sur les puissances hostiles, et donc continûment à préserver et
à soutenir».
29
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 24.
30
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 25.
9
31
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 325.
32
J. N. Aletti sitúa la Iglesia sobre un nuevo nivel, que es netamente escatológico en la
comprensión de Efesios: «L’Église est ainsi une réalité eschatologique où la diversité ethnique
n’a certes pas disparu, mais n’est pertinente ni eschatologiquement ni ecclésialement, puisque
c’est l’unité et l’unicité qui caractérisent cet homme nouveau ... Néanmoins, en rigueur de
termes, (Eph 2) les v.15-16 n’autorisent pas à parler de l’Église comme d’un tertium quid,
comme si elle était de même nature qu’Israël et les Nations, pour les raisons énoncées au
paragraphe précédent». J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 153.
33
Cf. J. N. ALETTI, Saint Paul Épître aux Éphésiens, 167.
10
«El hacer parte de la Iglesia, en efecto, no significa ni para los paganos judaizarse ni para los
judíos paganizarse, ninguno de los dos componentes puede prevaricar o sobreponerse al
otro, porque cada uno de ellos en Cristo trasciende el propio particularismo y en Él se
rencuentra con el otro sobre un plano de igualdad, siendo Cristo mismo el ara pacis
viviente de ellos »34.
34
R. PENNA, «La proiezione dell’esperienza comunitaria...», 175-176.
35
Cf. R. PENNA, Lettera agli Efesini, 79.
36
Entre los más representativos son importantes señalar: M. BARTH, Ephesians 1-3; R.
SCHNACKENBURG, The epistle to the Ephesians, 39; E. J. GOODSPEED, The Meaning of Ephesians,18.
11
La segunda parte comprende los vv.11-14 que trata las dos modalidades
del la revelación del diseño (proyecto) de Dios en la comunidad eclesial:
37
Cf. E. BEST, Essays on Ephesians, 6.
38
Cf. CH. REYNIER, L’Épître aux Ephésiens, 53. Pierre Grelot también distinguía, aparte de la frase
introductiva en 3a, seis estrofas en este himno de Ef 1,3-14 ; Cf. P. GRELOT, «La Structure
d’Èphésiens 1,3-14» RB 96 (1989), 196-197: «On peut ainsi délimiter, après une ouverture au v.
3a (“Béni sot le Dieu et Père de notre Seigneur Jésus-Christ”), six “strophes” ou”couplets” qui
comportent les vv. 3b-4, 5-6, 7-8, 9-10,11-12, 13-14».
12
histórico; su existencia fue decidida por Dios mucho antes (cf Ef 1,4. 9-
11)39.
41
CH. REYNIER, L’Épître aux Ephésiens, 57.
14
causa del gran amor con que «nos amó» (cf. v. 4: h]n hvga,phsen
h`ma/j). De esta manera, se describe la «nueva vida» junto a Cristo en
una dimensión de «escatología realizada», es decir, los creyentes, judíos y
gentiles, ya han sido resucitado y exaltado en los cielos con Cristo,
mediante la acción de tres sun-compuestos verbales:
sunezwopoi,hsen tw/| Cristw/| : «nos convivificó con Cristo» (v.5),
kai. sunh,geiren kai. suneka,qisen evn toi/j evpourani,oij evn
Cristw/| VIhsou/: «y nos conrresucitó y nos asentó en los cielos en
Cristo» (v. 6).
Este nuevo status ha sido operado mediante la unión crística, en una
eficaz antítesis con el pasado de muerte pre-cristiana. Los creyentes ahora
son salvados con Cristo, por eso, el autor afirma: ca,riti, evste sesw|
sme,noi: «habéis sido salvados por la gracia» (cf. v. 5c). El autor asimila
este lenguaje, insistiendo sobre la prospectiva de la escatología realizada.
La prospectiva de la argumentación de Efesios mete en evidencia la
participación de los creyentes al destino del status de Cristo en la «nueva
vida» que ya goza de su «plenitud» que es propia del resucitado (cf. Ef
1,20)47. Además, el aspecto del futuro escatológico no es ausente del todo,
cuya riqueza de la gracia de Cristo en los fieles se mostrará en los «siglos
venideros» (cf. 2,7).
47
Cf. S. ROMANELLO, Lettera agli Efesini, 83.
17
50
Cf. S. ROMANELLO, Lettera agli Efesini, 95.
19
Cristo» (cf. Rom 9,4; 15,8; Gál 3,16.21), pero, al mismo tiempo, se
establece una discontinuidad porque la Iglesia es unida al Cristo resucitado
y exaltado (cf. Ef 2,5-6); donde judíos y gentiles son creados para ser
«hombre nuevo» y reconciliados en «un solo cuerpo» en el Espíritu (cf. Ef
2,15; 5,23). He aquí el sentido de apertura y universalidad de la salvación
crística y eclesial.
Es, por esta razón, que Pablo constituido «ministro» (dia,konoj, cf.
Col 1,23) del evangelio conforme al don de la gracia de Dios (Ef 3,7), es
destinado para «evangelizar» (euvaggeli,sasqai) a los gentiles la
inescrutable riqueza de Cristo (Ef 3,8). Así se manifiesta delante de todos
cuál es la «economía» (oivkonomi,a) del misterio escondido desde los
siglos en Dios para que «ahora» (nu/n) sea dado a conocer a los
«principados y potestades» mediante la Iglesia, manifestando la
«multiforme» (polupoi,kiloj) sabiduría de Dios creador (cf. Ef 3,8-10).
Esta sobreposición de horizontes – acción de Dios en Cristo y rol del Iglesia
– puede expresar la dimensión trascendente de la realidad eclesial 54. La
Iglesia está llamada a proclamar la salvación de Dios en Cristo a todos los
hombres y a través de ella. La Iglesia no es una identidad que sustituye a
Israel como «pueblo», sino que es una entidad escatológica allí donde el
«misterio de Cristo» se vive. Todo va conforme al proyecto (pro,qesij)
eterno de Dios en Cristo Jesús en quien se tiene la valentía (parrhsi,a) y
acceso en confianza mediante la fe en él (cf. Ef 3,11-12). Pablo pide a sus
destinatarios a no desmayar porque en sus «aflicciones» (qli,yeij) se
manifiesta la gloria de Dios en favor de los gentiles (cf. Ef 3,13).
7.- Conclusión
54
Cf. R. FABRIS, La Tradizione Paolina, 201.
22
a través de las dos instancias grupales distintas: aquellos que son llamados
«nosotros» (judíos cristianos) que esperaron primeramente en el Mesías
(Ef 1,12) y el grupo de «vosotros» (gentiles cristianos) que escuchando la
palabra del evangelio se adhirieron a la fe (cf. Ef 1,13). Ambos fueron
sellados con el Espíritu Santo de la promesa (cf. Ef 1,14).
La Iglesia remarca su significación de característica «universal»,
como la única Iglesia de judíos y gentiles. Para esto recurre a la imagen de
la personalidad corporativa, a través de la iniciativa metafórica de
Cristo-«cabeza» de su «cuerpo», la Iglesia (cf. Ef 1,22-23). La Iglesia-cuerpo
es inseparable de su cabeza; este lenguaje corporal permite comprender
que el cuerpo recibe su vida integrada a Cristo.
La obra de Dios, en su dimensión vertical, se concretiza a
través de la obra pacificadora y reconciliadora de Cristo entre judíos y
gentiles (dimensión horizontal, cf. Ef 2,11-22). Mediante la obra salvífica de
la cruz, Cristo crea un solo «hombre nuevo» (cf. Ef 2,16). No se trata de
una creación «ex nihilo», sino que realiza a partir de los dos grupos de
judíos y gentiles con él, en un solo cuerpo. Las dos entidades son
reconciliadas, pero al mismo tiempo, conservan su propia identidad de
procedencia. La alteridad es esencial. La Iglesia tiene como rol demostrar
su composición en la diversidad. Es por eso, que para algunos
comentaristas, la idea del «tertium quid» no es aquí aplicable, porque las
dos entidades no desaparecen, sino que trascienden en una novedad y
unidad con Cristo55.
Esta vida trascendente se hace evidente en la morada con Dios en el
cielo. La Iglesia obtiene de esta forma características y dimensiones
escatológicas. Los judíos y gentiles tienen acceso al Padre por el Espíritu;
por eso, la Iglesia se convierte en el lugar de la morada de Dios, donde
todos son reunidos, siendo Cristo la «piedra angular» de dicha
construcción (cf. Ef 2,19-22).
Esta dimensión eclesial alcanza su carácter esencial como «misterio
de Cristo» revelado a Pablo (Ef. 3,1-13). He aquí donde judíos y gentiles
reciben su definición dentro de la única Iglesia (cf. Ef 3,6). La novedad
eclesial consiste en que ambos grupos son un solo cuerpo en Cristo. El
lenguaje eclesiológico corporal experimenta una extraordinaria novedad
sólo en Efesios. La Iglesia no es llamada «pueblo de Dios», para reforzar su
dimensión universal. Este sentido de «corporeidad» eclesial tiene aspectos
de continuidad y discontinuidad con Israel.
La idea fundamental de la Carta a los Efesios es la universalidad de la
Iglesia y su mística unión con Cristo. El “misterio” de Dios era constituir a
55
J. N. ALLETTI, Saint Paul Épitre aux Éphésiens, 153.
23
Cristo centro y cabeza de todas las cosas. A Cristo convergen todos los
seres del universo, tanto de los cielos en el mundo cósmico, como “los de
la tierra”: la humanidad en pleno. En Cristo, pues, como su centro y
cabeza, adquiere unidad y razón de ser toda la humanidad y el universo
pleno creado por Dios56.
La Iglesia tiene la conciencia de ser la comunidad de los judíos y
gentiles, que prosigue la misión de su fundador y Señor. Según la
enseñanza paulina, Cristo ha llevado la paz a estos dos grupos, los ha
reconciliado en Cristo destruyendo el muro que lo separaba, los ha unido
en único cuerpo por medio de la cruz (cf. Ef 2,14-18). El encuentro de la
totalidad de Israel y gentiles convertidos al único Dios es destino a
desarrollarse históricamente (cf. Rom 11,26), desde ahora la Iglesia de
judíos y gentiles prefigura escatológicamente este encuentro en la Iglesia,
erigida como signo de reconciliación entre los pueblos (cf. Gal 2,7-9) 57.
Dios elige hijos e hijas en todas las naciones paganas. Estos, por
medio de la fe en Cristo, Hijo obediente y resucitado, plenitud de Israel,
tienen desde ese momento parte de la Elección en gracia y la misión de
Israel. Con Cristo-Mesías, y por él los paganos, que eran un pueblo que
carecía de ley, que carecía de esperanza y vocación, que no conocía a Dios,
reciben la gracia de entrar en la Elección de Israel. Esto es adquirir, por el
Mesías crucificado y vivo, una parte en la adopción filial prometida a Israel.
Por tanto, la teoría del rechazo de Israel es un error, un absurdo, pues
supone que Dios puede ser infiel a su Alianza. Eso es no entender el
misterio de Cristo… En el Hijo obediente y resucitado, vemos, pues, el
cumplimiento de Israel, que no significa su supresión ni su aniquilamiento.
El cumplimiento de Israel debe también ser recibido por Israel. Pero ése es
su problema y es también el secreto (misterio) de Dios58.
La Iglesia no es el producto reformado del judaísmo. La fe en la
resurrección del crucificado implica la misión entre los no-judíos, sin
renunciar a las raíces judías, para constituir la única Iglesia integrada por
judíos y gentiles.
“Pues la Ley por medio de Moisés fue dada,
pero la gracia y la verdad vinieron
por medio de Jesucristo”
(Jn 1,17).
56
R. Mielgo, San Pablo para el Pueblo, Caracas, 1989, 479.
57
Cf. Renzo Fabris, Gli Ebrei Cristiani, 85.
58
Jean-Marie Lustiger, La Promesa, Madrid, 2002, 165-166.