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INTRODUCCION

Las historias de nuestros límites han sido y hasta ahora una controversia para todos los
peruanos ya que con cada tratado que se ha realizado siempre nos hemos visto afectados
por la pérdida de una parte de nuestro territorio y dominio de él. Las actuales fronteras del
Perú, son producto de un proceso de consolidación de muchos años, que se inicia en 1821,
tomando como base el Uti possidetis iure de 1810 y se terminará consolidando durante el
siglo XXI. Sin embargo, no son ajenos a la consolidación de esas fronteras los Estados del
Antiguo Perú.

El territorio del virreinato del Perú de 1810, es el mismo que sirvió de base para formar la
República del Perú. No fueron ajenos a este proceso de consolidación, los esfuerzos
diplomáticos de la cancillería peruana que en algunos casos fracasaron y derivaron en
conflictos armados, tomando protagonismo las Fuerzas armadas del Perú. Hasta el siglo
XIX, tuvieron un importante protagonismo el Ejército del Perú, la Marina de Guerra del Perú
y la Policía Nacional del Perú en dichos conflictos, mientras que en los del siglo XX, lo hizo
también la Fuerza Aérea del Perú. Las fronteras así configuradas, con enfrentamiento bélico
o no, culminaron en una serie de tratados con los países vecinos, ya sean de paz, amistad
y límites o de navegación y comercio, como es el caso de los tratados y convenios con los
vecinos países amazónicos.

Actualmente el Perú es uno de los doce países independientes de América del Sur. Se
localiza en la parte central y occidental de dicha parte de América, tiene una superficie
continental de 1.285.215,6 km² que sumados a los 991.194.97 km² de mar peruano
soberano, totalizan 2.276.410,57 km²; y un perímetro de 10.796,50 km, incluyendo el
océano Pacífico (denominado en el Perú Mar de Grau) y los límites de las 200 millas en
cada frontera, norte y sur.
TRATADO INTERNACIONAL DE LÍMITES CON ECUADOR

Desde su nacimiento como repúblicas independientes a principios del siglo XIX, y hasta el
año de 1998, ambos países mostraron discrepancias sobre sus límites fronterizos en
regiones comprendidas entre la cuenca del Amazonas y la cordillera de los Andes. Los
problemas en la delimitación de fronteras entre ambos países tienen su punto de partida
cuando la gran Colombia estado antecedente de ecuador, república del Perú la entrega de
las provincias de tumbes, Maynas. que eran peruanas de acuerdo al principio de la libre
determinación de pueblos, fundamentalmente. Disuelta en 1892 la gran Colombia y nacido
el ecuador independiente, este país revivió en reiteradas ocasiones el viejo reclamo
bolivariano hacia al Perú, llegando a agudizarse la relación entre ambos países en tres
ocasiones $1941, 1981 y 1995 y desembocando en guerras generalmente cortas. %l
conflicto se convirtió durante siglo y medio en el principal factor que dificulta el
fortalecimiento de las relaciones comerciales peruano ecuatorianas.

La frontera entre Ecuador y Perú es la línea que limita los territorios del Ecuador y de Perú.
Consta de dos tramos, uno terrestre y otro marítimo. La frontera terrestre se extiende a lo
largo de 1.529 km, que va de oeste a este, comienza en la boca de Capones en el océano
Pacífico, luego sigue entre las ciudades costeras de Zarumilla (Perú) y Huaquillas
(Ecuador), continúa por el río Zarumilla y río Chira. Al sudeste de Zumba hace una inflexión
para nordeste siguiendo por la Cordillera del Cóndor hasta entrar en la selva amazónica.
Termina en el río Putumayo.

DEMARCACIÓN DE LA FRONTERA TERRESTRE

Esta frontera ha sido una de las más difíciles de trazar debido a los intereses de ambas
naciones sobre los territorios que ésta comprende, a ambos lados de la línea limítrofe. La
frontera entre el Perú y Ecuador quedó delimitada mediante el Protocolo de Paz, Amistad y
Límites de Río de Janeiro, firmado el 29 de enero de 1942, por el doctor Alfredo Solf y Muro,
Ministro de Relaciones Exteriores del Perú y Júlio Tobar Donoso, Ministro de Relaciones
Exteriores del Ecuador. Se constituyeron garantes de su cumplimiento Brasil, Argentina,
Chile y los Estados Unidos. El Canje de Ratificaciones se realizó en Petrópolis (Brasil) el
31 de marzo de 1942. De acuerdo al protocolo en referencia, la línea de frontera entre Perú
y Ecuador es como sigue:

- Sector occidental:
 Boca de Capones en el océano Pacífico;
 Río Zarumilla y quebrada Balzamal o Lajas;
 Río Tumbes o Puyango y quebrada de Cazaderos;
 Quebrada de Pilares y río Alamor hasta el río Chira;
 Río Chira, aguas arriba; ríos Macará, Calvas y Espíndola, hasta su naciente en el nudo de
Cabanillas;
 Ríos Blanco(Perú) y Canchis, aguas abajo, hasta el río Chinchipe;
 Río Chinchipe, aguas abajo, hasta la boca del río San Francisco.

- Sector oriental:

 Río San Francisco, hasta sus nacientes, en la cordillera del Cóndor;


 El divortium acuarum o divisoria de aguas que existe, entre los ríos Santiago (peruano)
y Zamora (ecuatoriano) hasta la confluencia del río Yaupi con el Santiago. Esa divisoria de
aguas la conforma la cordillera del Cóndor;
 Desde allí una línea recta hasta la boca del río Bobonaza, en el Pastaza y otra, hasta la
confluencia de los ríos Cunambo y Pintoyacu, para formar el Tigre;
 Desde este lugar otra línea recta hasta la boca del río Cononaco, en el Curaray. Desde allí,
aguas abajo por este río, hasta la localidad de Bellavista;
 Desde Bellavista otra línea recta hasta la boca del Yasuni, en el río Napo;
 Por el río Napo, aguas abajo, hasta la boca del río Aguarico;
 El río Aguarico, aguas arriba; río Lagartococha o Zancudo, hasta su origen;
 Desde allí una línea recta que va a encontrar al río Güepí. Sigue por este río, aguas abajo,
hasta su confluencia con el Putumayo, donde empieza la frontera con Colombia.

DEMARCACIÓN DE LA FRONTERA MARÍTIMA

El 18 de agosto de 1952, ambos países (junto con Chile) suscribieron en Santiago


de Chile la denominada: «Declaración de Zona Marítima», mediante la cual
reclamaban las aguas marinas hasta 200 millas náuticas inmediatas a sus costas.
En su artículo IV la misma decía:

En el caso de territorio insular, la zona de 200 millas marinas se aplicará en todo el


contorno de la isla o grupo de islas. Si una isla o grupo de islas pertenecientes a
uno de los países declarantes estuviere a menos de 200 millas marinas de la zona
marítima general que corresponde a otro de ellos, la zona marítima de esta isla o
grupo de islas quedará limitada por el paralelo del punto en que llega al mar la
frontera terrestre de los estados respectivos.

Dos años después, para complementar el acuerdo anterior, los tres países firmaron
el 4 de diciembre de 1954 en Lima el llamado: «Convenio sobre zona especial
fronteriza marítima». Con él buscaban crear en el mar una zona especial que estaría
ubicada más allá de las 12 millas marinas desde sus riberas y que constaría de una
franja con un ancho de 10 millas marinas. El objetivo era ordenar la pesca artesanal
costera y así evitar conflictos jurisdiccionales. Aquí, como en la declaración de 1952,
se vuelve a hablar de límites situados sobre paralelos:

Establéese una "Zona Especial", a partir de las 12 millas marinas de la costa, de 10


millas marinas de ancho a cada lado del paralelo que constituye el límite marítimo
entre los dos países.

Si bien el Perú y Ecuador en la práctica siempre aceptaron que la línea que sigue el
paralelo geográfico constituía su frontera marítima, no fue sino hasta el año 2011
en que éstos la formalizaron mediante el intercambio de notas diplomáticas
idénticas, llamadas también notas reversales, las cuales constituyeron un
entendimiento donde se describió por primera vez, de manera detallada y con las
correspondientes coordenadas y representaciones gráficas, la frontera marítima
entre ambos países. Dicho acuerdo fue registrado en la Secretaría General de
Naciones Unidas como acuerdo internacional, de conformidad al artículo 102 de la
Carta de la ONU.

El límite entre los espacios marítimos bajo soberanía o derechos de soberanía y


jurisdicción del Perú y el Ecuador, incluyendo tanto la columna de agua como su
suelo y subsuelo, se extenderá a lo largo del paralelo geográfico 03º23´33.96"S,
que con el meridiano 80º19´16.31"W corresponde al punto de inicio de la frontera
terrestre ratificada por el Acta de Brasilia de 26 de octubre de 1998 y cuya
equivalencia en el sistema WGS 84, 03º23´31.65"S y 80º18´49.27"O
respectivamente, fue definida en el Acta suscrita la término de la IV Reunión de la
Comisión Mixta Permanente de fronteras Perú-Ecuador (COMPEFEP), llevada a
cabo en Lima, los días 23 y 24 de abril de 2009.
Según este acuerdo la frontera entre los espacios marítimos bajo soberanía o
derechos de soberanía y jurisdicción del Perú y Ecuador, incluyendo tanto la
columna de agua como su suelo y subsuelo, se extiende a lo largo del paralelo
geográfico 03°23’31.65” S que con el meridiano 80°18’49.27” O corresponde al
punto de inicio de la frontera terrestre. El punto de partida de la frontera marítima se
inicia en la coordenada 03°23’31.65” S y 81°09’12.53” O en el sistema WGS84, que
corresponde al punto en el que convergen las líneas de base del Perú y Ecuador, y
es desde este punto en que la frontera se extiende hasta una distancia de 200 millas
náuticas. Las aguas interiores adyacentes a ambos estados son delimitadas por el
paralelo geográfico 03°23’31.65” S. La naturaleza de las aguas interiores de ambos
países es sin perjuicio de las libertades de comunicación internacional, de
conformidad con el Derecho Internacional consuetudinario.

TRATADO DE PAZ DE ITAMARATY ENTRE PERÚ Y ECUADOR

El 17 de febrero de 1995, se firmó en Brasil la ''Declaración de Paz de Itamaraty'', un tratado


que le ponía fin al conflicto entre el Perú y Ecuador. En esta reunión de alto nivel
diplomatico. los vicecancilleres del Ecuador y del Perú, embajador Marcelo Fernández de
Córdoba y embajador Eduardo Ponce Vivanco, en representación de sus gobiernos,
confirman el cese de hostilidades entre el Ecuador y el Perú. En la Declaración de Paz de
Itamaraty se estableció lo siguiente: 1. Aceptar complacidas el ofrecimiento de los países
garantes para el envío de una misión de observadores, a fin de velar por la estricta
aplicación de los compromisos señalados en los numerales 2, 3 y 5 del presente acuerdo.

Las partes solicitan que el plazo de la misión sea inicialmente de 90 días, pudiendo ser
extendido, en caso necesario, para lo que las partes y los países garantes harán
oportunamente los arreglos pertinentes. La misión de observadores de los países garantes
empezará su trabajo al producirse la suspensión de las operaciones militares. Las partes
se comprometen a proveer el apoyo y las facilidades necesarias para que la misión de
observadores pueda ejercer sus funciones y para asegurar la integridad física de sus
miembros, lo que oportunamente será objeto de una "definición de procedimientos'' entre
las partes y los países garantes. Asimismo, las partes se comprometen a designar de
inmediato a las autoridades militares que servirán de enlace con la misión de observadores.
2. Separar inmediata y simultáneamente todas las tropas de los dos países comprometidas
en los enfrentamientos, a fin de eliminar cualquier riesgo de reanudación de las hostilidades,
con prioridad en el caso de las fuerzas que están en contacto directo. En ese sentido, las
tropas de Ecuador se concentrarán en el puesto de Coangos (03° 29' 40.9" S 78° 13' 49.67"
W) y las del Perú en el PV1- Puesto de Vigilancia N° 1 (03° 32' 00" S/ 78° 17' 49" W),
comprometiéndose a no efectuar desplazamientos militares en el área de enfrentamiento.
Dada la importancia de este compromiso, las partes aseguran que la misión de
observadores tendrá las condiciones para verificar su cumplimiento. El proceso de
separación de fuerzas se hará con la supervisión de los países garantes. La misión de
observadores instalará centros de operaciones en los puntos considerados de mayor
tensión, como es el caso de Tiwinza y Base sur.

3. Solicitar a la misión de observadores de los países garantes que, en el marco del


cumplimiento de lo estipulado en el numeral anterior, recomiende a los gobiernos de
Ecuador y Perú un área a ser totalmente desmilitarizada, en cuya determinación se tendrán
debidamente en cuenta las garantías necesarias para la seguridad de las zonas vecinas de
ambos Países.

4. Dejar constancia que las referencias geográficas del numeral (2), tendrán efecto
solamente en la aplicación del citado proceso de desmilitarización y separación de fuerzas.

5. Iniciar de inmediato, como medida de fomento de confianza, en las zonas fronterizas no


comprometidas directamente en los enfrentamientos y con la supervisión de los países
garantes, una desmovilización gradual y recíproca, con el retorno a sus guarniciones y
bases, de las unidades desplegadas en las operaciones militares.

6. Iniciar conversaciones en el contexto del párrafo 4 de la comunicación dirigida a los


gobiernos del Ecuador y Perú por los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro el 27
de enero de 1995, para encontrar una solución a los impasses subsistentes, tan pronto se
cumplan los puntos anteriores y se restablezca un clima de distensión y amistad entre los
dos países. En fe de lo cual, firman la presente declaración los representantes del Ecuador
y del Perú, en dos ejemplares en español, en la ciudad de Brasilia, a las horas del día 17
de febrero del año de 1995, en presencia de los representantes de Argentina, Brasil, Chile
y Estados Unidos de América, países garantes del Protocolo de Río de Janeiro. Hecho en
el Palacio de Itamaraty, Brasilia 17 de febrero de 1995.
TRATADO INTERNACIONAL DE LÍMITES CON CHILE

TRATADO DE ANCON (1883)

El Tratado de Ancón, oficialmente Tratado de Paz y Amistad entre las repúblicas de Chile
y del Perú que se elaboró la dirigencia política y social del Perú para terminar con la
ocupación chilena de Lima, en los días finales de la ‘Guerra del Pacífico’ (1879-1883).

Necesario para algunos, polémico y oneroso para otros, lo cierto es que fue el clímax de
una situación bélica irrepetible para el país. Ocurrió el 20 de octubre de 1883, en el balneario
de Ancón, a las afueras de Lima. En ese apacible lugar se terminó de redactar el
documento, que llevaría el nombre oficial de Tratado de Paz y Amistad entre las Repúblicas
del Perú y Chile’. Tenía 14 artículos y fue firmado por el diplomático peruano José Antonio
de Lavalle, y su similar chileno, el embajador Jovino Novoa.

Novoa insistió, en una primera instancia, para que el Perú vendiera Tacna y Arica a Chile,
a lo que se opuso rotundamente Lavalle. El representante peruano planteó, más bien, un
plebiscito para ambas ciudades. el artículo 1 del tratado ordenaba: “Restablecerse las
relaciones de paz y amistad entre las repúblicas de Chile y Perú”.

Una paz y amistad por decreto tal vez funcionaba bien para los políticos y diplomáticos de
ambos países, pero no necesariamente para las familias afectadas o para los que
combatían aún en la sierra peruana, como el caso del general Andrés A. Cáceres.

CONTEXTO HISTORICO

Lima fue tomada en enero de 1821, la tenaz resistencia dirigida por Andrés Avelino
Cáceres prolongo la guerra por dos años más, finalmente en octubre de 1883 se firmó el
CONTRATO DE ANCON por este tratado el Perú cedió a Chile la provincia de Tarapacá,
así mismo la provincia de Tacna y Arica seria ocupado por espacio de 10 años al termino
de los cuales el plebiscito decidirían si se incorporaban a Perú o continuaban en poder de
Chile.

En 1894 al cumplirse el plazo para la realización del plebiscito el estado chileno no cumplió
lo acordado generándose un conflicto diplomático entre Lima y Santiago, durante los
primeros años de ocupación los intendentes chilenos de Tacna y Arica buscaron armonizar
con el vecindario peruano. En 1898 después de las negociaciones de Guillermo Billinghurst
y Juan La Torre representantes de Perú y Chile respectivamente se firmó el PROTOCOLO
DE SANTIAGO que puso las bases del plebiscito, finalmente el congreso de chile no ratifico
el protocolo y la consulta popular quedo trunca.

A partir de 1901 el gobierno de Chile organizo una agresiva campaña de chilenizacion sobre
la población de Tacna y Arica, esta campaña implico el traslado de civiles chilenos a estas
tierras cometiendo actos abusivos contra la población peruana, se prohibieron los desfiles
e izamientos de las banderas peruanas. Ya habían pasado varias décadas entre el tratado
de Chile y Ancón y no se cumplían el plebiscito, recién en 1922 Perú y Chile llegaron a un
acuerdo específico y aceptaron el arbitraje del presidente de Estados Unidos (Kellogg). En
1925 el presidente de los Estados Unidos envió al general John pershing para que dirija el
plebiscito que decidiría la suerte de Tacna y Arica. El gobierno peruano envió a Arica una
comisión plebiscitaria prescindida por Manuel de Freyse y Santander.

Los comisionados norteamericanos los generales John Pershing y William Lasiter


observaron que no existían necesarias para realizar el plebiscito, ellos constaron los abusos
practicados por las autoridades chilenas , los militares estadounidenses contemplaron la
existencia de grupos militares chilenos como los llamados mazorqueros que hostigaban a
los residentes peruanos golpeándolos en las calles y pintando cruces negras en las
fachadas de sus casas, por estos motivos los militares chilenos concluyeron impracticable
el plebiscito y volvieron a su País. Finalmente ambos gobiernos acordaron reiniciar sus
relaciones diplomáticas y negociar bilateralmente una salida al problema, que acordaron
con el TRATADO DE LIMA.

NEGOCIO

En cuanto a las relaciones mercantiles entre ambas naciones, si no había un convenio


especial de por medio, se mantendrían en el mismo estado en que se hallaban antes del 5
de abril de 1879 (fecha del inicio de la guerra).

Como relata Basadre en su ‘Historia de la República del Perú (1822-1933)’ de 1939, este
asunto de Tacna y Arica fue el que más controversia trajo a los ciudadanos peruanos,
especialmente a los tacneños y ariqueños residentes en Lima, quienes nunca dejaron de
sentirse parte del Perú, y protestaron en 1883 y 1884 por el plebiscito impuesto para sus
provincias.
ACUERDO

La República de Chile por una parte; y de la otra, la República del Perú, deseando
restablecer las relaciones de amistad entre ambos países, han determinado celebrar un
tratado de paz y amistad, y al efecto han nombrado y constituido por sus plenipotenciarios
a saber: S.E. el Presidente de la República de Chile, a don Jovino Novoa; y S.E. el
Presidente de la República del Perú, a don José Antonio de Lavalle, Ministros de Relaciones
Exteriores, y don Mariano Castro Zaldívar; quienes, después de haberse comunicado sus
plenos poderes y de haberlos hallado en buena y debida forma, han convenido en los
artículos siguientes:

Los artículos 1°, 2°, 11°, 13° y 14° reestablecen la paz (art. 1) y las leyes mercantiles
vigentes antes de la guerra (art. 11), ceden a Chile perpetua e incondicionalmente la
provincia de Tarapacá (art. 2), reconocen la validez de los actos administrativos y judiciales
chilenos ocurridos durante la ocupación militar del Perú (art. 13) y por último, ordenan el
intercambio de ratificaciones del tratado antes de 160 días (art. 14).

El artículo 3° fue el más polémico y estipulaba que el territorio de las provincias de Arica y
Tacna continuará poseído por Chile durante 10 años tras los cuales un plebiscito decidiría
a que país querían pertenecer los habitantes. El país ganador debía pagar $10.000.000 al
otro. El plebiscito no se realizó y el status quo permaneció hasta 1929 cuando Tacna fue
devuelta al Perú y Arica quedó como territorio chileno. Según algunos historiadores chilenos
(Bulnes III), el "espíritu" del artículo era una cesión encubierta (para salvar el honor del
gobierno de Iglesias) de ambas provincias a Chile y destinadas a ser entregadas a Bolivia
cuando se firmara la paz con el país del altiplano. Esta interpretación es negada por J.
Basadre o por Cárlos Paz Soldan.

Los artículos 4° al 10° se ocupan de las consecuencias económicas del cambio de


propiedad de los depósitos de guano y salitre. Chile debía destinar el 50% de las ganancias
de la venta de guano desde depósitos ya conocidos al pago de la deuda peruana. Las
ganancias obtenidas de depósitos desconocidos antes del tratado serían totalmente para
Chile (art. 4), esto era válido para cualquier forma de contrato de venta (art. 7). Perú y Chile
debían acordar precios y cantidades de venta para impedir una competencia dañina (art.
5), los acreedores debían hacer calificar sus títulos por las autoridades chilenas (art. 6) y
no se reconocerían otros títulos de deuda (art. 8). Las Islas Lobos de Afuera quedarían bajo
administración y explotación chilena mientras hubiese depósitos de guano explotables y el
50% de las ganancias debían ser entregadas al Perú (art. 9 y 10).

El artículo 12° estableció tribunales arbitrales que determinaron las indemnizaciones a


pagar a los ciudadanos chilenos expulsados de Perú cuyos bienes habían sido embargados
al inicio de la guerra.

TRATADO DE LIMA (1929)

El tratado de lima conocido también como Tratado Rada y Gamio - Figueroa Larraín o
Tratado de 1929, se encargó de designar la soberanía de Tacna y Arica.

El Tratado de Lima fue firmado el 3 de junio de 1929 y estableció la devolución de Tacna


por parte de Chile al Perú y Arica quedó establecida como parte del territorio chileno. Según
el tratado, la frontera entre los territorios de Perú y Chile partirá de un punto de la costa
denominado "Concordia" que dista de diez kilómetros al norte del puente del río Lluta, para
seguir hacia el oriente paralela a la vía de la sección chilena del Ferrocarril de Arica a La
Paz y distante diez kilómetros de ella.

En el artículo sexto se indica que Arica pertenecerá a Chile. Otros puntos señalan que los
hijos de los peruanos nacidos en Arica se considerarán peruanos hasta los veintiún años
de edad en la que podrán optar por su nacionalidad definitiva y los hijos de chilenos nacidos
en Tacna, tendrán el mismo derecho. También se refiere a la edificación del monumento el
Cristo de la Concordia en el Morro de Arica como símbolo de la consolidación de amistad
entre ambos estados

ACUERDO

Los Gobiernos de las Repúblicas del Perú y de Chile, deseosos de remover toda dificultad
entre ambos países y de asegurar así su amistad y buena inteligencia, han resuelto celebrar
un Tratado conforme a las bases que el Presidente de los Estados Unidos de América en
ejercicio de buenos oficios solicitados por las Partes, y guiándose por los arreglos directos
concertados entre ellas, ha propuesto como bases finales para resolver el problema de
Tacna y Arica, y al efecto han nombrado sus Plenipotenciarios, a saber: Su Excelencia el
Presidente del Perú al Excelentísimo Señor Doctor Don Pedro José Rada y Gamio su
Ministro de Relaciones Exteriores y su Excelencia el Presidente de la República de Chile al
Excelentísimo Señor Don Emiliano Figueroa Larrain, su Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario en el Perú; quienes después de canjear sus Plenos Poderes y
encontrándolos en debida forma, han convenido en los Artículos siguientes :

Artículo Primero.- Queda definitivamente resuelta la controversia originada por el Artículo


Tercero del Tratado de Paz y Amistad del veinte de Octubre de mil ochocientos ochenta y
tres, que era la única dificultad pendiente entre los Gobiernos signatarios.

Artículo Segundo.- El territorio de Tacna y Arica será dividido en dos partes, Tacna para el
Perú y Arica para Chile. La línea divisoria entre dichas dos partes y; en consecuencia, la
frontera entre los territorios del Perú y de Chile, partirá de un punto de la costa que se
denominará “Concordia”, distante diez kilómetros al Norte del puente del Río Lluta, para
seguir hacia el Oriente paralela a la vía de la sección chilena del Ferrocarril de Arica a La
Paz y distante diez kilómetros de ella, con las inflexiones necesarias para utilizar, en la
demarcación, los accidentes geográficos cercanos que permitan dejar en territorio chileno
las azufreras del Tacora y sus dependencias pasando luego por el centro de la Laguna
Blanca, en forma que una de sus partes quede en el Perú y la otra en Chile. Chile cede a
perpetuidad a favor del Perú todos sus derechos sobre los Canales del Uchusuma y del
Mauri, llamado también Azucarero, sin perjuicio de la soberanía que le corresponderá
ejercer sobre la parte de dichos acueductos que quedan en territorio chileno después de
trazada la línea divisoria a que se refiere el presente artículo. Respecto de ambos Canales
Chile constituye en la parte que atraviesan su territorio, el más amplio derecho de
servidumbre a perpetuidad en favor del Perú.- Tal servidumbre comprende el derecho de
ampliar los Canales actuales, modificar el curso de ellos y recoger todas las aguas
captables en su trayecto por territorio chileno, salvo las aguas que actualmente caen al Río
Lluta y las que sirven a las azufreras del Tacora.

Artículo Tercero.- La línea fronteriza, a que se refiere el inciso primero del artículo segundo,
será fijada y señalada en el territorio con hitos, por una comisión mixta compuesta de un
miembro designado por cada uno de los Gobiernos signatarios, los que costearán, por
mitad, los gastos comunes que esta operación requiera. Si se produjera algún desacuerdo
en la comisión, será resuelto con el voto dirimente de un tercer miembro designado por el
Presidente de los Estados Unidos de América, cuyo fallo será inapelable.

Artículo Cuarto.- El Gobierno de Chile entregará al Gobierno del Perú, treinta días después
del canje de las ratificaciones del presente Tratado, los territorios que, según él, deben
quedar en poder del Perú.- Se firmará, por Plenipotenciarios de las citadas Partes
Contratantes, un acta de entrega que contendrá la relación detallada de la ubicación y
características definitivas de los hitos fronterizos.

Artículo Quinto.- Para el servicio del Perú el Gobierno de Chile construirá a su costo, dentro
de los mil quinientos setenta y cinco metros de la bahía de Arica un malecón de atraque
para vapores de calado, un edificio para la agencia aduanera peruana y una estación
terminal para el Ferrocarril a Tacna, establecimientos y zonas donde el comercio de transito
del Perú gozará de la independencia propia del más amplio puerto libre.

Artículo Sexto.- El Gobierno de Chile entregará al del Perú, simultáneamente al canje de


las ratificaciones, seis millones de dólares, y, además sin costo alguno para éste último
Gobierno, todas las obras públicas ya ejecutadas o en construcción y bienes raíces de
propiedad fiscal ubicadas en los territorios que, conforme al presente Tratado, quedarán
bajo la soberanía peruana.

Artículo Séptimo.- Los Gobiernos del Perú y de Chile respetarán los derechos privados
legalmente adquiridos en los territorios que quedan bajo sus respectivas soberanías, entre
los que figura la concesión otorgada por el Gobierno del Perú a la empresa del Ferrocarril
de Arica a Tacna en mil ochocientos cincuenta y dos, conforme a la cual dicho Ferrocarril,
al término del Contrato, pasará a ser propiedad del Perú. Sin perjuicio de la soberanía que
le corresponde ejercer, Chile constituye a perpetuidad en la parte que la línea atraviesa su
territorio el derecho más amplio de servidumbre en favor del Perú.

Artículo Octavo.- Los Gobiernos del Perú y de Chile condonarán recíprocamente toda
obligación pecuniaria pendiente entre ellos ya sea que se derive o no del Tratado de Ancón.

Artículo Noveno.- Las Altas Partes Contratantes celebrarán un convenio de policía


fronteriza para la seguridad pública de los respectivos territorios adyacentes a la línea
divisoria.- Este convenio deberá entrar en vigencia tan pronto como la provincia de Tacna
pase a la soberanía del Perú.

Artículo Décimo.- Los hijos de los peruanos nacidos en Arica se considerarán peruanos
hasta los veintiún años, edad en que podrán optar por su nacionalidad definitiva; y los hijos
de chilenos nacidos en Tacna, tendrán el mismo derecho.

Artículo Undécimo.- Los Gobiernos del Perú y de Chile, para conmemorar la consolidación
de sus relaciones de amistad, resuelven erigir en el Morro de Arica un monumento simbólico
sobre cuyo proyecto se pondrán de acuerdo.
Artículo Duodécimo.- Para el caso en que los Gobiernos del Perú y de Chile, no estuvieren
de acuerdo en la interpretación que den a cada una de las diferentes disposiciones de este
Tratado y en que, a pesar de su buena voluntad, no pudieren ponerse de acuerdo, decidirá
el Presidente de los Estados Unidos de América la controversia.

Artículo Decimotercero.- El presente Tratado será ratificado y sus ratificaciones serán


canjeadas en Santiago tan pronto como sea posible.

DECLARACION DE SANTIAGO (1952)

I. Los factores geológicos y biológicos que condicionan la existencia, conservación y


desarrollo de la fauna y flora marítimas en las aguas que bañan las costas de los países
declarantes, hacen que la antigua extensión del mar territorial y de la zona contigua sean
insuficientes para la conservación, desarrollo y aprovechamiento de esas riquezas, a que
tienen derecho los países costeros.

II. Como consecuencia de estos hechos, los Gobiernos de Chile, Ecuador y Perú proclaman
como norma de su política internacional marítima, la soberanía y jurisdicción exclusivas que
a cada uno de ellos corresponde sobre el mar que baña las costas de sus respectivos
países, hasta una distancia mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas.

III. La jurisdicción y soberanía exclusivas sobre la zona marítima indicada incluye también
la soberanía y jurisdicción exclusivas sobre el suelo y subsuelo que a ella corresponde.

IV. En el caso de territorio insular, la zona de 200 millas marinas se aplicará en todo el
contorno de la isla o grupo de islas. Si una isla o grupo de islas pertenecientes a uno de los
países declarantes estuviere a menos de 200 millas marinas de la zona marítima general
que corresponde a otro de ellos, la zona marítima de esta isla o grupo de islas quedará
limitada por el paralelo del punto en que llega al mar la frontera terrestre de los estados
respectivos.

V. La presente Declaración no significa desconocimiento de las necesarias limitaciones al


ejercicio de la soberanía y jurisdicción establecidas por el Derecho Internacional, en favor
del paso inocente e inofensivo, a través de la zona señalada, para las naves de todas las
naciones.

VI. Los Gobiernos de Chile, Ecuador y Perú expresan su propósito de suscribir Acuerdos o
Convenciones para la aplicación de los principios indicados en esta Declaración en los
cuales se establecerán normas generales destinadas a reglamentar y proteger la caza y la
pesca dentro de la zona marítima que les corresponde, y a regular y coordinar la explotación
y aprovechamiento de cualquier otro género de productos o riquezas naturales existentes
en dichas aguas y que sean de interés común.
TRATADO INTERNACIONAL DE LIMITES PERU CON BRASIL

Las actuales fronteras entre Perú – Brasil, ha sido fijada mediante dos tratados que son: la
convención fluvial “Herrera-Da Ponte” firmado en el año 1851 y el “Tratado Velarde – Rio
Blanco” de 1909 cuyos tratados se realizaron con el propósito de llegar a un acuerdo mutuo
entre las fronteras y así tener dominio absoluto terrestre y fluvial para así sacar provecho
económico de ello.

La Convención sobre comercio y navegación fluvial “Herrera -Da Ponte” fue el primer
tratado el cual se dio durante el gobierno de José Rufino Echenique en el año 1851, siendo
Bartolomé Herrera y Duarte Daponte quienes firmaron el tratado fue unos de los tratados
más discutidos de nuestra historia por tres aspectos: “Haber incluido una cuestión de límites
de suma importancia en un convenio fluvial; la admisión del principio del Uti Possidetis sin
fecha y no haber hecho la delimitación completa de la frontera”. El Tratado Velarde-Rio
Blanco firmado por Hernán Velarde y José María Da Silva, Barón De Rio Branco fue el
Tratado Definitivo de Límites, Comercio y Navegación, que completo la demarcación
iniciada por la Convención de 1851 y consagro para el Perú la libre navegación en el
Amazonas.

TRATADO DE HERRERA-DUARTE (1851)

Según. Lago, R. 2011.afirma que: Este proceso de desmembramiento de territorio


amazónico se inicia en 1851, durante el gobierno de Don José Rufino Echenique, Con este
Convenio perdimos un territorio de 56, 507 Km2. El 23 de octubre de 1851 se firmó en Lima
la Convención de Comercio y Navegación con Brasil, entre el ministro interino de
Relaciones Exteriores del Perú, don Bartolomé Herrera y el ministro plenipotenciario del
Brasil, señor Duarte Da Ponte Ribeyro, convenio que incluyó un parcial acuerdo de límites
de la parte norte de la frontera de ambos países.

Esta Convención ha sido muy criticada porque el Perú aceptó el criterio del Uti possidetis,
por el cual renunciaba a territorios amazónicos ocupados poco tiempo atrás por población
brasileña, a cambio del libre tráfico de mercaderías, productos y embarcaciones por la
frontera y los ríos de ambos países. Se fijó una línea de frontera imaginaria que partía de
la población de Tabatinga hasta la desembocadura del río Apaporis por el norte y el Yaraví
por el sur. La frontera del sur del Yaraví no fue entonces tocada, por ser territorio
desconocido.
Este acuerdo se cuenta entre los actos internacionales más discutidos de la historia
diplomática peruana, porque para llegar a un acuerdo con un país vecino se entregó
territorio nacional. Otro punto de vista considera sin embargo que era necesario un
entendimiento con Brasil, ante la amenaza potencial de los otros países limítrofes, Ecuador
y Bolivia. La libre navegación por el Amazonas la obtuvo el Perú recién el 22 de febrero de
1858, con la firma de una Convención Fluvial, ya bajo el segundo gobierno de Castilla.

TRATADO DE VELARDE-RIO BRANCO

Según. Piz. R. 2001 dijo que: Llamado así por haberse firmado entre el Ministro
Plenipotenciario del Perú en Río, don Hernán Velarde, y el Ministro de Relaciones
Exteriores del Brasil, Barón José María da Silva Paranhos de Río Branco, y que dio paso a
negociaciones que duraron cinco meses; sin embargo las conversaciones se extendieron
hasta la firma del Tratado De Límites, Comercio Y Navegación En La Cuenca Del
Amazonas, que se firmó el 8 de Setiembre de 1909.

Por este documento se consideró:

- La ratificación del principio de amplia libertad de tránsito tanto por tierra como por la
vía fluvial en los ríos dentro de la zona fronteriza.
- El establecimiento de una Comisión Mixta para la demarcación de los límites.
- La detención de la carrera expansionista del Brasil, que amenazaba con llegar hasta
el Ucayali, tal como lo sostuvo el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú don
Melitón Porras, cuando tuvo que enfrentarse a las polémicas que se suscitaron por
haber reconocido el Perú las posesiones de facto del Brasil. La determinación
definitiva de los límites entre ambos países, estableció la demarcación al sur de
Yavari y reconoció "el principio de la más alta libertad de tránsito terrestre y
navegación fluvial para ambas naciones así como que "los buques peruanos
destinados a la navegación en esos ríos comunicaran libremente con el Océano
Atlántico por el Amazonas". Según dicho tratado, la frontera al sur de Yavari es la
siguiente:
 A partir de la naciente del Yavari, el divortium aquarium o línea divisoria de
las aguas entre el Ucayali y el Yurúa, hasta encontrar el paralelo de la boca
(desembocadura) del río Breu en el Yurúa (9º24' 42'').
 El paralelo de la boca del río Breu y el Breu mismo hasta su cabecera
principal (origen). La línea divisoria de las aguas entre el alto Yurúa, al oeste
de las que van para el mismo río al norte, pasando la frontera entre las
cabeceras de los ríos Piqueyacu y Tarahuac, hasta encontrar el paralelo de
los 10º.
 Continua por el paralelo de los 10º hacía el este y por la división de las aguas
entre el Río Embira (Brasileño) y el Río Curanja (Peruano), hasta encontrar
la naciente, cabecera u origen del río Santa Rosa. El río Santa Rosa hasta
su confluencia con el Purus.
 Remonta el río Purus hasta su confluencia con el río Shambuyacu. El río
Shambuyacu hasta su origen, y el meridiano de su nacimiento hasta
encontrar el paralelo de los 11º.
 Desde el paralelo de los 11º hasta encontrar el origen del río Acre, y por el
álveo de este río hasta encontrar el arroyo Yaverija, en donde comienza la
frontera con la Bolivia.
 La frontera al sur del Yavari no fue tocada por desconocerse totalmente esas
regiones. La frontera que estableció esta Convención al Norte de Tabatinga,
ha quedado modificada por el tratado con Colombia en 1922.
TRATADO INTERNACIONAL DE LIMITES PERU CON COLOMBIA

EL TRATADO SALOMÓN - LOZANO Los reclamos territoriales de Colombia al Perú se


remontan a 1822, cuando formaba parte de la Gran Colombia. Don Joaquín Mosquera, en
calidad de Ministro Plenipotenciario, llegó a Lima a fin de obtener la anexión de Guayaquil
a Colombia, gestión que no tuvo éxito. Luego, en 1823, tenemos el Tratado de Límites
Galdeano-Mosquera, el mismo que no fue ratificado por Colombia al no satisfacer sus
pretensiones de dominio sobre los territorios peruanos de Tumbes y Maynas.

Las pretensiones territoriales colombianas resurgen en 1828 cuando Bolívar, ofendido por
el despido de sus tropas y la expulsión de su ministro Plenipotenciario colombiano, Armero,
exigió al representante peruano en Bogotá, José Villa, la “restitución” de las provincias de
Jaén y Maynas. Tales sucesos desencadenaron en enero de 1829 la guerra de Colombia,
llegándose a su término con la suscripción del Tratado de Paz, amistad y Límites del 22 de
setiembre del mismo año, conocido también como Tratado de Guayaquil o Tratado Larrea-
Gual, el cual nunca entró en vigor.

Luego, desde 1830 hasta 1894, la cuestión de límites con Colombia solo aparece en
las protestas diplomáticas formuladas por esta, contra actos internacionales y
administrativos que acreditaban la continuidad y efectividad de la posesión peruana en los
territorios disputados, tales como las convenciones fluviales entre el Perú y Brasil de 1851
y 1858 o el establecimiento del gobierno Litoral de Loreto en 1853.

En 1894, Colombia entonces reaparece solicitando ser parte de los intentos de arreglo
territorial entre el Perú y el Ecuador, manteniéndose a partir de esa fecha expectante y
activo en los diferentes procesos de conversación territorial llevados adelante por
dichos países.

Sin embargo, será recién a principios del siglo XX, que Perú y Colombia
buscarían bilateralmente una solución a su diferendo territorial, para lo cual se debió
superar una etapa de 20 años de negociación pero también de diversos incidentes y crisis,
tales como los protocolos secretos Abadía Méndez-Herboso – que subordinaron la acción
de Colombia al interés de Chile, los incidentes del Putumayo y de la Pedrera, precedidos
por los “escándalos del Putumayo”, así como la interferencia de Colombia en el arbitraje de
Madrid, producto de la política de solidaridad con el Ecuador. Todo ello mientras el Perú
enfrentaba una difícil situación en sus fronteras con Bolivia y Brasil, y por supuesto con
Ecuador.
Superadas estas crisis, finalmente se celebra el Tratado de Límites y Libre Navegación
Fluvial entre el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Alberto Salomón y el ministro
Plenipotenciario de Colombia, Fabio Lozano y Torrijos, el cual fue suscrito el 24 de marzo
de 1922, siendo aprobado por los parlamentos de ambos países y ratificado por los
respectivos gobiernos y producido el canje de los instrumentos de ratificación el 19 de
marzo de 1928, entre el Ministro peruano Celso Pastor y el ministro de relaciones Exteriores
de Colombia, Carlos Uribe.

La nueva demarcación establecida en el tratado incluía, según Bákula, dos aspectos de


importancia:

- El primero consistente en la cesión a Colombia del territorio situado al este de la


línea recta confluencia del río Yaguas con el Putumayo-confluencia del río Atacuarí
en el Amazonas, que delimitado al norte por el Putumayo y al sur por el amazonas,
conforman el espacio llamado “Trapecio de Leticia”, cuyo lado oriental estaba
formado por la recta que desde Tabatinga se prolonga, cruzando el Putumayo, hasta
la confluencia del Apaporis con el Caquetá, convirtiéndose en la divisoria entre
Colombia y Brasil. Esta cesión no solo era territorial sino que también afectaba a la
población histórica y totalmente peruana de Leticia.
- El segundo aspecto implicaba el trazado por el meridiano de la boca del Cuhimbé,
que determina el llamado “Triángulo de San Miguel o Sucumbios”, en el extremo
noroccidental, originalmente incorporado por el Ecuador a Colombia en el tratado
Muñoz-Vernaza-Suárez, y ahora cedido al Perú. Sin embargo, el Perú no pudo
ocupar el Triángulo de Sucumbios, al existir en el río Putumayo una solución de
continuidad en la demarcación que interpone al Ecuador en una pequeña ribera de
ese río, al sur de la desembocadura del río San Miguel.

Este acuerdo fue duramente criticado en el Perú. La gran objeción residió en la entrega a
Colombia de un tramo en la orilla izquierda del Amazonas, lo que tenía implicancias no solo
soberanas y económicas sino también de orden estratégico y político, a tal extremo que
motivó la oposición del Brasil y, por la referida cesión de Colombia al Perú del Triángulo de
Sucumbios, el acuerdo fue también rechazado por Ecuador. Esta difícil situación interna e
internacional, provocada por el Tratado de 1922, dio lugar a una negociación tripartita que
concluiría con la suscripción del acta de Washington el 4 de marzo de 1925, entre el
Secretario de Estado de los Estados Unidos de américa, Charles E. Hughes y los
representantes de Brasil, Colombia y Perú.
EL CONFLICTO DE LETICIA

La solución a los problemas territoriales con Colombia afectó, especialmente, el sentimiento


de los pobladores del oriente peruano, lo que sumado a las perturbaciones que en la
economía de la región y en el comercio de Iquitos había determinado el incumplimiento por
parte de Colombia del artículo 8 del Tratado de 1922, así como las hostilidades puestas en
práctica contra la navegación y el tráfico comercial peruanos, determinaron que, en la noche
del 31 de agosto al 1 de setiembre de 1932, un grupo de peruanos armados ocupe Leticia,
con detención de las autoridades encabezadas por el intendente del amazonas Alfredo
Villamil Fajardo, lo que tomó por sorpresa a los gobiernos de Lima y Bogotá.

El Presidente del Perú Luis m. Sánchez Cerro inicialmente reprobaría estos hechos,
asegurándole además al ministro de Colombia Lozano y Lozano que el Gobierno del Perú
no estaba involucrado en estos sucesos. Sin embargo, posteriormente, los comandantes
del Ejército, marina y Aviación en Iquitos respaldarían la “reincorporación de
Leticia”, produciéndose diversas manifestaciones populares a favor de los ocupantes. Todo
lo cual provocaría que el Presidente peruano respalde la acción. A partir de ese momento,
la situación comenzaría a complicarse al extremo que Perú y Colombia empezarían a
adquirir armamento, en especial barcos y aviones.

Luego de varios meses Colombia decide el 16 de febrero de 1933 la ruptura de relaciones


diplomáticas con el Perú, iniciando una exitosa campaña internacional dirigida a obtener su
respaldo. Si bien en un inicio, el gobierno colombiano sostuvo que se trataba de un asunto
de orden interno, luego cambiaría de posición, sometiendo la integridad del conflicto a la
jurisdicción de la Sociedad de las naciones. Fue así, como el Consejo de esta organización
autoriza a Colombia a realizar operaciones para el restablecimiento del orden en Leticia,
sin violación del territorio del Perú.

Como consecuencia de esto, se produjeron algunas acciones armadas el 17 de marzo (la


cañonera Pichincha y las tropas peruanas del puesto Cotuhé intercambian disparos), 18 de
marzo (aviones peruanos atacan barcos colombianos en Tarapacá, en la parte norte del
Trapecio sobre el Putumayo), 26 de marzo (fuerzas colombianas atacan la posición de
Güepí, la que es ocupada después de un intenso combate), entre otros
encuentros, principalmente a lo largo del río Putumayo. Ante estos hechos, la Sociedad de
naciones acuerda el 24 de mayo la cesación del fuego en todo el frente, la que es acatada
a partir del día siguiente. El 25 de mayo de 1933, junto con el mexicano Francisco Castillo,
Presidente del Consejo de la Sociedad de naciones, los delegados del Perú y Colombia
firman el Acuerdo de Ginebra, que contiene la “Fórmula de Modalidades”, consistente en
un convenio conciliatorio para regular pacíficamente el incidente de Leticia. En virtud de
este Acuerdo, el 23 de junio se produce la evacuación de Leticia para encargarse de la
administración de la misma a una Comisión de la Sociedad de naciones. El 24 de mayo de
1934 se suscribe el Protocolo de Paz, amistad y Cooperación de Río de Janeiro y el Acta
Complementaria que ponen fin al conflicto y el 19 de junio del mismo año la Sociedad de
Naciones entrega Leticia a las autoridades colombianas.

El acta Complementaria ratificó la libertad de navegación y de tránsito, estableciendo


algunas normas sobre el comercio de cabotaje, medidas de policía, sanidad e inmigración,
se previó un régimen aduanero especial (luego incorporado en el Convenio de Cooperación
Aduanera de 10 de mayo de 1938), y se aseguró la navegación, el comercio y el
tráfico peruano en la zona fronteriza, que el tratado de 1922 había perturbado. Esto puso
fin al conflicto de Leticia, que trajo un total de 67 muertos colombianos y una cifra menor en
el Perú.

Se abre entonces un breve período de armonía y búsqueda de relaciones constructivas. En


ese ánimo, el 20 de julio de 1936, ambos países celebran un Convenio sobre intercambio
de publicaciones y otro sobre intercambio intelectual y cultural; luego, el 10 de mayo de
1938 se firma en Bogotá entre el Canciller de Colombia Antonio Rocha y el ministro del
Perú Ricardo Rivera Schreiber, el Convenio de Cooperación Aduanera previsto en el
Protocolo de Río de 1934, estableciendo una tarifa aduanera común y reglamentando el
comercio fluvial entre las partes, previendo la presencia de policía de frontera y represión
del contrabando.

EL PROTOCOLO DE RÍO DE JANEIRO O PROTOCOLO DE AMISTAD Y


COOPERACIÓN ENTRE LA REPÚBLICA DE PERÚ Y LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Primera Etapa:

El 24 de octubre de 1933 se reunió la comisión destinada para arreglar la disputa


colombo- peruana, que fue instalada por el canciller brasileño Afrânio de Melo Franco. La
parte peruana estaba conformada por Víctor M. Maúrtua, Víctor Andrés Belaúnde, Alberto
Ulloa Sotomayor y Raúl Porras Barrenechea. La delegación colombiana, por Roberto
Urdaneta Arbeláez, Luis Cano Villegas y Guillermo Valencia Castillo. El 31 de octubre
sucedió la segunda reunión entre la delegación peruana y la colombiana, en ella se trató
sobre el método que se debía adoptar en las negociaciones, debido a que la representación
colombiana sostenía que correspondía a la peruana presentar lo que consideraba
problemas pendiente para estudiar las posibles soluciones; por el contrario, la comisión
peruana afirmaba que ambas partes debían presentar memorandos que expresaran sus
puntos de vista. Se designó a los jefes de ambas representaciones para buscar una
solución, además de convenirse una serie de comunicaciones informarles, hasta que fuera
necesario otro procedimiento para constar los puntos de acuerdo y divergencia.

Segunda etapa:

En una entrevista entre los jefes de ambas delegaciones, el jefe peruano sugirió un canje
de territorios: la parte sur del trapecio amazónico a cambio de un área mayor de
territorio peruano en el alto Putumayo, el jefe colombiano rechazó esa posibilidad e insistió
en una serie de acuerdos de navegación, policía, etc., entre ambos países. El 20 de febrero
de 1934, regresó a Río de Janeiro el canciller brasileño Melo Franco y se reunió con los
jefes de ambas partes para buscar una solución, debido a que las negociaciones estaban
estancadas; ambas partes presentaron formalmente memorandos, en los cuales ilustraban
sus posiciones en ese momento.

Las negociaciones continuaron, insistiendo la posición peruana en varios canjes de


territorios, siendo todos rechazados por la delegación colombiana, en esos momentos,
estaba próximo a vencerse el plazo para la administración de Leticia por parte la Sociedad
de Naciones, por lo que la parte peruana solicitó una prórroga, solicitud que también
rechazada por la delegación colombiana; ante esto, la posición peruana propuso una
comisión mixta para la administración de Leticia, proposición también rechazada.
TRATADO INTERNACIONAL DE LIMITES PERU CON BOLIVIA

CONFEDERACIÓN 1826

Como entre Perú y Chile, se continuó una larga y exacerbada cuestión territorial, la
de Tacna y Arica, surgió naturalmente en Bolivia la idea de que este problema podría
tener solución mediante la tercería boliviana que asignara a este país una nueva
zona litoral, que serviría, de separación geográfica de Perú y Chile y resultaría la
reposición de Bolivia a su condición de país ribereño.

El 15 de noviembre de 1826 se firmó el tratado por el que Perú y Bolivia se reunían


para formar la federación Boliviana bajo la jefatura de Bolívar.

En los acuerdos de 1826, Perú pagó muy caro el consentimiento boliviano en la


federación.

Un tratado de límites (escrito en la misma fecha) cedía a Bolivia:

Departamento de Tacna y Tarapacá y Puerto de Arica.

TRATADO ALIANZA DEFENSIVO PERÚ – BOLIVIA 1873

El 06 de febrero de 1873, las repúblicas de Perú y Bolivia suscriben un acuerdo


internacional, conocido como Pacto Secreto Perú – Bolivia. Firmaron este acuerdo,
en la ciudad de Lima, mediante sus representantes, el Ministro José de la Riva
Agüero Looz Corswarem y el Plenipotenciario José de la Cruz Benavente.

FINALIDAD:

Por medio de este tratado se debían asistencia en caso de agresión externa, en


salvaguarda o protección de los recursos naturales en el desierto de Atacama.

Este tratado se mantuvo en total secreto hasta 1879. La alianza entre Perú y Bolivia
termino en 1880, tras la batalla del Alto de la Alianza en Tacna, Perú, durante la
Guerra del Pacifico.

LA ADHESIÓN ARGENTINA A LA ALIANZA

Apenas firmado el Tratado de Alianza, Perú inicio gestiones ante Argentina para que
se adhiera a él. Por medio del ministro Manuel Yrigoyen.
El canciller Argentino pidió primero que Bolivia arreglara sus asuntos con Argentina,
lo cual le fue prometido; y que el tratado Boliviano – Chileno de 1866 no cayese
dentro del casus foederis, lo cual no fue aceptado.

Luego solicito la ampliación de la alianza a Chile o, por el contrario, su reducción al


Perú y Argentina. Rechazó la Cancillería de Lima esta fórmula para lo cual invocó
la lealtad internacional y la mancomunidad de intereses con Bolivia.

ARGENTINA

Argentina decidió entonces la Alianza con el Perú y Bolivia tal y como había quedado
expuesto en febrero en 1873.

BOLIVIA

Tuvo una actitud negativa

Impidieron el total acuerdo entre los tres presuntos aliados, con respecto a Bolivia y
Argentina, que debatían problemas fronterizos.

Con lo cual, Argentina se inhibió de conocer y adherirse al Tratado por lo que declaró
una neutralidad tácita.

Los límites con el país de Bolivia han sido fijados mediante los Tratados de Osma-
Villazón de 1902, Polo Sánchez Bustamante de 1909, y el Protocolo Concha-
Gutiérrez de 1932.

TRATADO DE OSMA-VILLAZÓN DE 1902

El 23 de setiembre y el 30 de diciembre de1902, el ministro peruano Don Felipe de


Osma y el canciller boliviano Don Eleodoro Villazón firmaron dos tratados: de
demarcación y arbitraje sobre la cuestión de límites.

La frontera Perú-Boliviana se dividió en dos zonas: una fluvial y otra terrestre.

Una comisión demarcadora debía fijar los hitos de la frontera en la zona terrestre,
comprendida entre los territorios ocupados por Chile y el lugar en que la frontera
actual coincide con el río Suches. Sobre esta zona no había casi discusión pues
los límites eran conocidos tradicionalmente.
Por el tratado de arbitraje se sometió a la decisión del Gobierno Argentino, a quién
debían pertenecer los territorios de la zona fluvial, de conformidad con las
disposiciones y títulos emanados del poder español vigentes en 1810.

Por este tratado, Perú y Bolivia convenían que procederían a la demarcación de la


línea que separan las provincias peruanas de Tacna y Arica y la boliviana de
Carangas, inmediatamente después de que aquellas volvieran a estar bajo la plena
soberanía del Perú.

La frontera sur Bolivia y Perú había suscrito en el Tratado de fronteras el 23 de


septiembre de 1902.

En él se acordó que una comisión mixta delimitaría la frontera desde el río Suches
hasta el extremo norte de las ocupaciones Chilenas.

Tiempo después, mediante el Protocolo de 2 de julio de 1925, se aprobó el estatuto


de la comisión mixta de límites boliviano – peruana, y se dividió la frontera del sur
en 3 secciones para su mejor estudio.

La primera sección comprendía desde el arroyo pachasili, confluente del río


Suches, hasta la bahía de Coccahuí.

La segunda desde esa bahía atravesando el lago Titicaca y la península de


Copacabana, hasta la naciente del río desaguadero.

La tercera desde este naciente hasta la confluencia del río Maure con el río
Ancomarca.

En cuanto a la frontera con Tacna, pese a que dicha provincia retorno al Perú en
1929, no se ha podido determinarla todavía. El Perú alega que debe reconocerse
la frontera que Bolivia aceptó en el tratado de Paz y Amistad con Chile. Pero
Bolivia, considera que dicho tratado fue impuesto por la fuerza y que el arreglo de
fronteras en esa zona debía enmarcarse en el mencionado tratado de fronteras de
1902.

ARBITRAJE ARGENTINO (30-12-1902)

Perú y Bolivia resolvieron poner término definitivo a su controversia de límites


sometiéndola al fallo definitivo e inapelable del gobierno argentino, cuya altísima
respetabilidad inspiraba a las dos partes igual consideración y confianza.
Polo Sánchez Bustamante de 1909

Más tarde se intenta lograr una modificación al Laudo Arbitral haciéndose efectivo
mediante la firma del Tratado de Rectificación de Fronteras que fue suscrito en La
Paz el 17 de setiembre de 1909, entre el Ministro del Perú, doctor Solón Polo, y el
Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, don Daniel S. Bustamante, dos días
después del Protocolo de solemne aceptación.

Mediante este Tratado, se definió la frontera entre el río Suches y la confluencia


de los ríos Acre y Yaverija.

Este tratado fue de importancia trascendental, pues puso punto final al litigio
fronterizo peruano-boliviano, y evitó la alianza entre Bolivia y Chile contra el Perú.
Un escenario bélico como ese habría resultado fatal para el Perú; y posiblemente
se habría cumplido la siempre recurrida amenaza de que Bolivia recuperara su
acceso al mar a costa de territorio peruano.

Protocolo Concha-Gutiérrez de 1932

Quedó aprobada y ratificada la delimitación del Lago Titicaca. Desde la bahía de


Cocahui en el norte hasta la salida del río Desaguadero en el sur.

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