Вы находитесь на странице: 1из 14

Bolilla 7: La sentencia. Efectos. Cosa juzgada.

Tema 1: Resoluciones judiciales. Conceptos. Clases y Requisitos. Plazos para pronunciarlas.

El modo normal de terminación del proceso, es el pronunciamiento de la sentencia definitiva. Pero, durante el transcurso del
proceso, y con el objeto de preparar o facilitar el pronunciamiento de la sentencia definitiva, el juez debe dictar numerosas
resoluciones destinadas a producir efectos únicamente DENTRO de aquél.

Las resoluciones judiciales son los actos emanados del órgano judicial. Se clasifican en dos categorías: PROVIDENCIAS SIMPLES y
SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS.

Son providencias simples aquellas resoluciones que propenden al desarrollo o impulso del proceso, u ordena actos de mera
ejecución. Su característica primordial reside en la circunstancia de que son dictadas SIN SUSTANCIACIÓN es decir, sin necesidad
de discusión o instrucción previas. Son ejemplos de ésta: la que tiene por interpuesta una demanda, la que ordena la agregación
de un documento, la que dispone la apertura de la causa a prueba, la que designa fecha para una audiencia, etc. Se trata,
entonces, de resoluciones que el juez PUEDE DICTAR DE OFICIO o proveyendo a peticiones de las que no corresponde conferir
traslado a la otra parte.

Esta clase de resoluciones admite, a su vez una subclasificación fundada en el hecho de que cause o no un gravamen irreparable.
Una providencia causa gravamen irreparable cuando, una vez consentida, sus efectos no pueden subsanarse o enmendarse en
el curso ulterior del procedimiento (aquí cabe incluir, por ejemplo, la resolución que dispone declarar la causa de puro derecho o
imponer una sanción). Las providencias simples son las únicas resoluciones judiciales susceptibles del recurso de revocatoria o
de reposición, siendo apelables SOLAMENTE aquellas que causan gravamen irreparable.

Las sentencias interlocutorias son aquellas que resuelven cuestiones que requieren sustanciación, planteadas durante el curso
del proceso. Deciden todo conflicto que se suscite durante el desarrollo del juicio y se diferencian de las providencias simples
porque se dictan previa audiencia de ambas partes. Constituyen sentencias interlocutorias, por ej., las que se pronuncian sobre
una excepción previa o sobre un incidente de nulidad. Éstas son solamente susceptibles de recurso de APELACIÓN en relación.

Requisitos: Existen requisitos comunes a todas las resoluciones judiciales, cualquiera sea su naturaleza, incluyéndose por lo
tanto a la sentencia definitiva. Se trata de requisitos extrínsecos, y son los sgtes.:
1) Su redacción por escrito y en idioma nacional (por tratarse de instrumentos públicos)
2) La indicación de la fecha y el lugar en que se dictan.
3) La firma del juez cuando se trate de resoluciones de primera instancia, o de los miembros del tribunal o del presidente,
según se trate de sentencias interlocutorias o definitivas, o de providencias simples.

En lo que respecta a los requisitos específicos de cada resolución judicial:


- Las providencias simples no requieren otras formalidades que su expresión por escrito, la indicación de la fecha y el lugar, y la
firma del juez correspondiente o del tribunal. Sin embargo, ellas deben ser motivadas cuando causan un gravamen irreparable,
porque entrañan, en tal caso, para el litigante afectado, la pérdida de una facultad procesal.
A propósito de ellas, dispone el CPTuc.:

Artículo 262: Las providencias de mero trámite no requerirán otras formalidades que la expresión de su fecha y la firma del
juez o del presidente del tribunal que las haya dictado . Sin embargo, bastará la sola firma del secretario en los siguientes casos:
1. Para agregar partidas, exhortos, oficios, pericias, inventarios y cualquier otra clase de documentos o actuaciones que deban
incorporarse a los autos.
2. Para librar los oficios ordenados por el juez, con excepción de aquellos que se dirijan a las autoridades y los que dispongan la
extracción o entrega de fondos.
3. Para disponer el pase de los autos a los Ministerios Públicos y a los demás funcionarios que intervengan en el proceso.
Las providencias simples serán dictadas dentro de los 2 días de presentadas las peticiones por las partes e inmediatamente
si debieran serlo en una audiencia, revistieran carácter de urgente o lo exigiera el procedimiento.

Art.263.- MOTIVACIÓN. Toda providencia que rechace una petición indicará el motivo, bajo pena de nulidad.

De conformidad con el CPN, las providencias simples deben ser dictadas DENTRO DE LOS 3 DÍAS.

1
- Respecto de las sentencias interlocutorias, que son aquellas que resuelven cuestiones que requieren sustanciación, deben
tener, además de los requisitos ya mencionados: 1) Los fundamentos; 2) la decisión expresa, positiva y precisa de las
cuestiones planteadas; 3) El pronunciamiento sobre las costas. ART. 161 del CPN

Dice el Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia:


Art.264.- Las sentencias definitivas y las interlocutorias deberán ser motivadas con arreglo a la ley, ajustarse a lo dispuesto
por el artículo 34 y contener la decisión expresa, positiva y precisa de la cuestión propuesta, bajo pena de nulidad.

Art.34.- APLICACIONES DEL DERECHO. COSA JUZGADA. LITISPENDENCIA.


Deberán aplicar el derecho con prescindencia o contra la opinión de las partes, dando a la relación substancial la calificación que le
corresponda y fijando la norma legal que deba aplicarse al caso.
En todos los casos están obligados a respetar la jerarquía de las normas vigentes y el principio de congruencia.
La existencia de litispendencia y cosa juzgada podrá ser declarada de oficio, aun no mediando petición de parte.

Tema 2: Sentencia definitiva de primera instancia. Contenido: sentencia constitutiva, declarativa, de condena, y
determinativa. Forma y Estructura.
El modo normal de terminación de todo proceso es el pronunciamiento de la sentencia definitiva, que constituye el acto
mediante el cual el juez decide el mérito de la pretensión y cuyos efectos trascienden al proceso en que fue dictada, pues lo
decido por ella no puede ser objeto de revisión en ningún otro proceso (cosa juzgada).

Las sentencias definitivas son las resoluciones judiciales que ponen fin al proceso. Contra ella procede el recurso de apelación
libre cuando se tramitan procesos ordinarios o sumarios.

De conformidad con los ARTS. 163 del CPN y 265 del CPTuc, respecto de su contenido, deben contar con todos los requisitos
comunes a todas las resoluciones judiciales: ser escritas, la mención del lugar y la fecha del pronunciamiento, y la firma del juez.

A estos requisitos se agregan otros, que han de analizarse agrupándolos dentro de las tres partes en las que, tradicionalmente,
se divide el contenido de las sentencias definitivas: los resultandos, los considerandos y la parte dispositiva, o el fallo
propiamente dicho.
1) RESULTANDOS: los incisos 2 y 3 del art. 163 CPN y del 265 CPT, establecen que la sentencia debe contener “el nombre y
apellido de las partes” y “la relación que sucinta de las cuestiones que constituyen el objeto del juicio”, es decir la mención
de los hechos alegados por las partes en sus escritos de demanda, contestación, reconvención y contestación de ésta, así
como el objeto y la causa de la pretensión o pretensiones deducidas.
Es común, a demás, que dentro de los considerandos se incluya una breve relación de los trámites cumplidos en el
expediente.

2) CONSIDERANDOS: a ellos aluden los incisos 4 del ART. 163 CPN y el inciso 5 del ART. 265 CPTuc, que disponen que la
sentencia debe contener “la constancia, por separado, de las cuestiones a las cuestiones litigiosas objeto del juicio” y los
“fundamentos y la aplicación de la ley.
Los considerandos constituyen la parte más importante de la sentencia, ya que en ella el juez debe exponer los motivos o
fundamentos que lo determinan a adoptar una u otra solución para resolver la causa. En esta parte el juez:
1. Determina los hechos.
2. Individualiza la norma legal aplicable.
3. Examina la legitimación de las partes.
4. Ejerce el control de la regularidad del proceso.
En este tramo del pronunciamiento, el juez debe remitirse a los hechos invocados por las partes, confrontándolos con la
prueba que se haya producido, para apreciar el valor de ella y aplicar, finalmente, la norma o normas jurídicas mediantes las
cuales considera que debe resolverse el pleito. Cabe recordar que el juez no está obligado a hacerse cargo de todas las
pruebas, producidas ni a analizar todas las cuestiones propuestas por las partes, pudiendo desechar aquellas que considere
innecesarias o inconducentes.
En lo concerniente a la determinación de las normas aplicables, el juez debe atenerse exclusivamente a su conocimiento del
orden jurídico vigente, hallándose por lo tanto facultado para prescindir de las argumentaciones de orden legal de las partes.
A la vez no siempre constituye requisito indispensable la mención expresa de la norma/s que rigen el caso. La omisión de
citas legales, en efecto, resulta excusable cuando la solución acordada al pleito encuentra su apoyo en doctrina
jurisprudencial o principios del derecho, se halla implícitamente referida a determinado preceptos, o lo discutido en el pleito
tiene predominantemente carácter fáctico.

2
3) PARTE DISPOSITIVA: contiene “la decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad con las pretensiones deducidas en el
juicio, calificadas según correspondiere por ley declarando el derecho de los litigantes y condenando o absolviendo de la
demanda o reconvención en todo, o en parte”. (INC 6 de los respectivos artículos en ambos ordenamientos)

Completan la parte dispositiva la fijación del plazo que se otorgase para el cumplimiento de la sentencia y el
pronunciamiento sobre costas y al regulación de honorarios así como, en su caso, la declaración de temeridad o malicia (
INC. 7 y 8 de los respectivos artículos en ambos ordenamientos)

Clasificación de las sentencias: La sentencia definitiva que pone fin al proceso puede ser clasificada desde diversos puntos de
vista, a saber:
1) Según del órgano de la que emanan y de las formalidades que las rodean, se dividen en sentencias de primera, segunda, o
ulterior instancia.
2) Según el contenido específico: se clasifican en declarativas, de condena y determinativas.
a) Sentencias declarativas: son aquellas que eliminan la falta de certeza a cerca de la existencia, eficacia, modalidad o
interpretación de una relación o estado jurídico. Las declaraciones contenidas en éstas pueden ser positivas (cuando
afirman la existencia de determinado efecto jurídico a favor del actor) o negativas, (cuando, a favor del actor o del
demandado, afirma la inexistencia de determinado efecto jurídico contra ellos pretendido por la contraparte).
En realidad toda sentencia contiene una declaración de certeza como premisa necesaria de la decisión de principal, de allí
que la característica esencial de estas sentencias reside en que la actividad del juez se agota en la declaración de la certeza.
Ejemplos de estas sentencias son las que se pronuncian por la nulidad de o la simulación de un acto jurídico, la
inconstitucionalidad de una norma, la falsedad de un documento, etc.

Una modalidad dentro de estas sentencias, son las llamadas “Sentencias Constitutivas” que son aquellas que constituyen
un efecto jurídico determinado como ser la declaración de incapacidad, la nulidad de un matrimonio, la adopción, el
divorcio, en las cuales se establece un estado jurídico nuevo.
Únicamente puede hablarse de sentencia constitutiva toda vez que el ordenamiento jurídico, condicione la la existencia
legal de una situación determinada a una declaración judicial.
Este tipo de pronunciamientos sólo producen efectos a partir del momento en el que pasan en autoridad de cosa juzgada.

b) Sentencias de Condena: son aquellas que imponen el cumplimiento de una prestación, sea de hacer, de dar o de no hacer.
En ellas, además de declararse la existencia del derecho a una prestación y el incumplimiento de ésta por parte del
obligado, la sentencia de condena aplica la sanción que la ley imputa a ese incumplimiento, creando a favor del titular del
derecho la acción tendiente a obtener su ejecución coactiva.

c) Sentencias determinativas o especificativas: son aquellas mediante las cuales el fija los requisitos o condiciones a que
deberá quedar subordinado el ejercicio de un derecho. Complementan o integran ciertas relaciones jurídicas cuyos
elementos o modalidades no se encuentran determinados por completo. Tal es lo que sucede aquellas que determinan el
plazo para el cumplimiento de una obligación, la que establece la forma de dividirse los bienes comunes, etc.

d) Sentencias exhortivas: se trata de una nueva modalidad de pronunciamientos, ligada al derecho procesal constitucional.
Dice Sagües que estos pronunciamientos se configuran en el supuesto en que el órgano de jurisdicción constitucional, ante
la presencia de una norma inconstitucional o presuntamente inconstitucional, encomienda a los poderes restantes, la
sanción de un nuevo texto acorde a la Constitución o el cumplimiento de la sentencia, pudiendo fijar un plazo al efecto.

3
Tema 3: Sentencia definitiva de Segunda instancia. Forma, estructura, contenido y Poderes del Tribunal.

Las sentencias definitivas dictadas en segunda instancia, o en las instancias extraordinarias, se hallan sujetas a los requisitos
comunes de todas las resoluciones judiciales: redacción por escrito, idioma, fecha, lugar y firma del tribunal. (ARTS. 164 del CPN
y 272 del CPTuc) Y deben contener, en lo pertinente, las enunciaciones y los requisitos establecidos con respecto a las de
primera instancia: el nombre y apellido de las partes y la relación que sucinta de las cuestiones que constituyen el objeto del
juicio, la constancia de las cuestiones a las cuestiones litigiosas objeto del juicio, los fundamentos y la aplicación de la ley, la
decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad con las pretensiones deducidas en el juicio declarando el derecho de los
litigantes y condenando o absolviendo de la demanda o reconvención en todo, o en parte, etc..

Cuando se trata de sentencias de segunda instancia a dictarse con motivo de un recurso concedido libremente, aquellas deben
contener el voto individual de los jueces que integran el tribunal respectivo. Con carácter previo se procede al sorteo de los
expedientes entre los miembros de la cámara quienes deben instruirse personalmente de ellos antes de celebrar los acuerdos
para pronunciar las sentencias.
Las sentencias de las cámaras se pronuncian previa celebración de los llamados “acuerdos” que deben tener lugar los días que
el presidente o tribunal señale y que constituyen las reuniones destinadas a la determinación de las cuestiones a resolver y a la
discusión verbal de los asuntos. En la práctica, por lo general, dado que las cuestiones han sido ya acordadas en la oportunidad
del sorteo del expediente, y cada uno de los jueces ha formulado su voto por escrito, la reunión de éstos en innecesaria.
El acuerdo se realizará con la presencia de todos los miembros del tribunal y del secretario. La votación se hará en el orden en
que los jueces hubiesen sido sorteados. Cada miembro fundará su voto o adherirá al de otro. La sentencia se dictará por
mayoría, y en ella se examinarán las cuestiones de hecho y de derecho sometidas a la decisión del juez de primera instancia que
hubiesen sido materia de agravios.
La sentencia se encabezará con la pregunta “¿Es ajustada a derecho la sentencia apelada?” A continuación, cada uno de los
jueces expondrá sus argumentos acerca de cada una de las materias que fueron motivo de agravio, y concluye con la votación
por la afirmativa o la negativa (es decir, por la confirmación o revocación – total o parcial - ) de la sentencia impugnada. No es
necesario que todos los componentes del tribunal enuncien sus propios fundamentos, siendo admisible que los jueces que
votan en segundo o en tercer término adhieran al voto del juez preopinante.

La exigencia del voto individual rige ÚNICAMENTE si se trata de SENTENCIAS DEFINITIVAS DICTADAS EN PROCESOS ORDINARIOS
Y SUMARIOS. Las sentencias interlocutorias de las cámaras y las recaídas con motivo del recurso concedido en relación, deben
ser redactadas en forma impersonal.
El fallo se adopta por el voto de la mayoría absoluta de los jueces que integran la cámara, en caso de desacuerdo se requiere la
mayoría opiniones.
Concluido el acuerdo, se redacta en el libro correspondiente, suscripto por los jueces del tribunal y autorizado por el secretario,
y se pronuncia inmediatamente la sentencia.
Las sentencias del la CSJ deben redactarse en forma impersonal, sin perjuicio de que los jueces disidentes, con la opinión de la
mayoría, emitan su voto por separado.

4
Tema 4: Validez constitucional de la sentencia. Congruencia. Principio Iura novit Curia. Consolidación o extinción
del derecho durante el curso del proceso. Doctrina de los actos propios. Condenaciones Accesorias. Temeridad y
malicia en el proceso. Costas y honorarios: concepto y fundamentos. Imposición.

Los considerandos constituyen la pares más importante de la sentencia, ya que en ellos, el juez expone los motivos o
fundamentos que lo determinan a adoptar determinada solución para resolver la causa.

En este tramo del pronunciamiento, el juez debe remitirse a los hechos invocados por las partes, confrontarlos con la prueba
que se haya producido, apreciar el valor de tal prueba, y aplicar la norma o las normas jurídicas mediante las cuales considera
que el pleito debe resolverse. El juez no está obligado a hacerse cardo de todas las pruebas producidas, así como tampoco está
obligado a analizar todas las cuestiones propuestas por las partes. (ARTS. 163 INC. 5 del CPN / 265 INC. 4 del CPTuc).

El principio Iura novit Curia: En virtud de éste, el juez debe atenerse exclusivamente a su conocimiento del orden jurídico
vigente, hallándose facultado para prescindir de las argumentaciones de orden legal que las partes hubieran formulado.

Esta regla se traduce en la necesaria libertad con que cuenta el juez a los fines de subsumir los hechos en la norma jurídica
aplicable al caso, libertad que subsiste aún cuando las partes hubieran alegado otros preceptos legales.

La aplicación de este principio no debe prescindir de la consideración del principio de congruencia, ya que el derecho debe ser
aplicado siempre enmarcado dentro de las situaciones fácticas que las partes invocaran.

La mención explícita de la norma o normas que rigen el caso no siempre constituyen un requisito indispensable, ya que puede
prescindirse de ellas cuando la solución del pleito se apoya en la doctrina, la jurisprudencia, o la aplicación de alguno de los
principios generales del derecho, o lo discutido en el juicio se refiere predominantemente a cuestiones fácticas.

Principio de Congruencia: El denominado principio de congruencia judicial (ART. 34 y 163 CPN) impone la necesaria
conformidad que debe existir entre la sentencia y las pretensiones deducidas en el juicio.
La sentencia debe versar sobre los sujetos individualizados en la demanda, recaer sobre el objeto reclamado y pronunciarse en
virtud de la causa invocada.

Constituye una manifestación del principio dispositivo y reconoce como fundamento a la CN ya que hace al principio de la
inviolabilidad de la defensa en juicio, consagrada en el ART. 18.

La ley exige una estricta correspondencia entre el contenido de la sentencia y las cuestiones oportunamente planteadas por las
partes, lo que supone la adecuación del pronunciamiento a los elementos de la pretensión deducida en juicio. Es el principio de
congruencia procesal el que exige la identidad jurídica entre lo resuelto, en cualquier sentido, por el juez y las pretensiones
planteadas por las partes en los procesos; es decir, que este principio delimita el contenido de las resoluciones judiciales que
deben proferirse, de acuerdo con el sentido y alcance de las peticiones formuladas por las partes en el proceso.

Cuando la sentencia se pronuncia sobre pretensiones o defensas no articuladas por las partes, incurren en el vicio llamado
“extra petita”; por su parte existen pronunciamientos “ultra petita” lo que sucede cuando el fallo excede el límite cuantitativo
o cualitativo de las peticiones contenidas en la pretensión, o la oposición concediendo o negando más de lo reclamado por las
partes. Igualmente incurre en el vicio llamado “citra petita” la sentencia cuando omite el examen de cuestiones
oportunamente planteadas por las partes, cuando éstas sean conducentes a la decisión del pleito.

A la vez, ha de guardar correlación con lo pretendido en la demanda o reconvención en su caso. Ello no obsta a que, si durante el
curso del proceso, ocurren hechos que extingan o consoliden el derecho de las partes, el juez pueda hacer mérito a esos hechos
sobrevinientes para rechazar o admitir la demanda.

Consolidación o extinción del derecho durante el curso del proceso: Durante el curso del proceso el derecho de las
partes puede variar y puede suceder que al demandar se tenga un derecho y que durante el trámite del proceso éste se extinga
(por ejemplo, si muriere el demandado). Tambien puede suceder que durante el trámite de la causa un derecho se consolide,
(por ejemplo, en el caso de la demanda anticipada de desalojo se entrega el inmueble).

La consolidación o extinción del derecho, van junto a los hechos constitutivos, modificativos o extintivos que deben haberse
alegado y probado, y por ello, la sentencia debe atender a los hechos existentes al momento de la decisión aunque se tratara
de circunstancias sobrevinientes.

5
El deber de Fundar: Surge de las disposiciones relativas al contenido de las sentencias el deber de indicar en ella los
fundamentos y la aplicación de la ley (163 inc. 5 CPN y 264 del CPTUC).

Los preceptos legales imponen al juez el deber de fundar toda la sentencia respetando la jerarquía de las normas vigentes y el
principio de congruencia. El juez debe aplicar el derecho que rige el caso y confrontarlo con los hechos comprobados.

Es imprescindible que la sentencia explicite el razonamiento llevado a cabo por el órgano jurisdiccional al emitir su
pronunciamiento para lograr en las partes la convicción de que el juez ha examinado y valorado los hechos y las pruebas
fehacientes traídos al proceso. Ello es llamado “motivación de la sentencia” y comprende su apoyo legal y el resultado del
razonamiento lógico de la conclusión a la que llega el fallo; se trata de la subsunción de los hechos alegados y probados en la
norma legal aplicable al caso.

La conducta observada por las partes: La conducta observada por las partes durante la substanciación del proceso, puede
constituir un elemento de convicción corroborante de las pruebas que permita juzgar las procedencia de las respectivas
pretensiones. También pueden los jueces inferir conclusiones respecto de de sus respuestas, y sus negativas injustificadas. De
ello se sigue, que con arreglo a las disposiciones de los ARTS. 163 inc. 5 del CPN y 40 del CPTuc, la conducta de la parte vale
como “ARGUMENTO DE PRUEBA” a las conclusiones que el juez pueda arribar.

Las presunciones: las no establecidas por la lay constituyen prueba cuando se funden en hechos reales y probados, y, cuando
por su número, precisión, gravedad y concordancia, produjeren convicción según la naturaleza del juicio, de conformidad con las
reglas de la sana crítica.

Doctrina de los actos propios: Constituye una regla de derecho derivada de la teoría de la buena fe, que sanciona como
inadmisible toda pretensión lícita pero objetivamente contradictoria con el propio comportamiento anterior.

La configuración de esta doctrina requiere:


1) Una conducta anterior relevante, eficaz y vinculante.
2) Un comportamiento posterior y contradictorio que frustra las expectativas creadas por el anterior.
3) Identidad jurídica de los sujetos actuantes.
Advirtiéndose estos supuestos, el afectado por aquél obrar puede impugnarlos por acción o excepción.

Ejemplos de aplicación de esta doctrina, es por ejemplo, al interponerse un recurso extraordinario, se alega la
inconstitucionalidad de una norma en la que el recurrente, en instancias anteriores, había fundado su derecho.

Condenaciones Accesorias: Se encuentra prevista por los ARTÍCULOS 165 del CPN y 267 del CPTuc: Cuando la sentencia
condena al pago de frutos, intereses, daños y perjuicio, debe fijarse el importe en cantidad líquida o debe establecerse, al
menos, las bases sobre las que se practicará la liquidación.

El Interés es el precio que debe pagarse por usar una cierta cantidad de capital de préstamo por un tiempo determinado. Es por
ello que, quien resulta vencido en juicio, debe pagar los intereses por el tiempo que utilizó el capital sin corresponderle.

Cuando su fijación fuera imposible por no haber estimado las partes los frutos o intereses, los mismos serán estimados
mediante el proceso sumarísimo. (CPN 165)

Igualmente, la sentencia deberá fijar el importe del crédito o de los perjuicios reclamados siempre que su existencia esté
legalmente comprobada aunque no resulte justificado su monto.

Plazo de cumplimiento: La sentencia debe fijar el plazo en que debe ser cumplida, cuando no lo indica, ella es ejecutable tan
pronto queda consentida o ejecutoriada.

Cuando la sentencia condena al Estado, hay un procedimiento especial para su cumplimiento, expresamente establecido en la
ley, mediante el cual se presupuesta para el ejercicio del año siguiente la suma por la que es condenado al pago; en algunos
supuestos, las sentencias son satisfechas a través de bonos de consolidación de las deudas a determinado plazo.

6
Declaración de Temeridad y Malicia: Tal declaración tiene por objeto reprimir con mayor severidad y eficacia los casos de
inconducta procesal evitando la obstrucción del curso del proceso.

La temeridad alude a una actitud imprudente o desatinada, sin medir sus consecuencias. Incurre en temeridad la parte que litiga
sin razón valedera, quien desconoce una relación contractual para evitar el desahucio, cuando se inicia una acción posesoria sin
título legítimo, etc.

La malicia consiste en utilizar el proceso en contra de sus fines, obstaculizando su curso, actuando la parte o su abogado de
mala, o su conducta expresa un propósito obstruccionista y dilatorio tendiente a la paralización o postergación de la sentencia.
Es ejemplo de conducta maliciosa la petición del beneficio de litigar sin gastos ocultando la buena situación económica, la
interposición reiterada de recursos sin sustento alguno, etc.

Con la declaración de temeridad o malicia, el juez puede imponer una multa a los litigantes o profesionales intervinientes, cuyo
importe será a favor de la contraparte. De conformidad con el código provincial, la misma no puede exceder el valor de las 5
consultas escritas de un abogado.

Señala la Dra. Martínez Vázquez que los jueces están obligados a mantener el orden y decoro en los procesos a fines de procurar
que se llegue al dictado de una sentencia en el menor tiempo posible, y por ello es que constituye un deber y no una mera
facultad del juez, aplicar las sanciones procesales cuando se advierten conductas temerarias o maliciosas.

Costas: Se denominan costas a las erogaciones o desembolsos que las partes se ven obligadas a efectuar como consecuencia
directa de la tramitación del proceso, conforme lo determine la sentencia. Entre estos gastos, se encuentran el de sellado de la
actuación, el impuesto de justicia, los bonos profesionales, los honorarios de abogados y peritos, etc.

El pronunciamiento sobre las costas hacen al contenido de la sentencia, según lo prevé los ARTÍCULOS 163 del CPN y 265 del
CPTuc. El Código provincial prevé incluso que si se hubiera omitido tal decisión, a pedido del interesado, el juez o tribunal que
hubiera incurrido en ella se pronunciará sobre esta materia, dictando una resolución complementaria, aún durante la ejecución
de la sentencia. Durante el curso del proceso, cada parte soporta gastos derivados de él, siendo la sentencia donde corresponde
determinar cuál es el litigante que, en definitiva, debe hacerse cargo de ellos. Al igual que la mayoría de los ordenamientos
procesales provinciales, el CPN ha adherido a la postura de que, como regla, las costas deben ser pagadas por quien ha
resultado vencido en juicio.

CHIOVENDA ha sostenido que el fundamento de la imposición de costas se justifica en que tal condena no es más que el hecho
objetivo de la derrota. Y en la idea de que la actuación de la ley, no debe significar una disminución patrimonial para la parte a
favor de la que se realiza. “Siendo el juicio el medio de conseguir el ejercicio del derecho, no puede conducir sino a la
declaración de éste en su mayor y posible integridad; el derecho debe reconocerse como si lo fuese en el momento de
interponerse la demanda; todo lo que fue necesario para tal reconocimiento, es diminución del derecho y debe reintegrarse al
sujeto del derecho mismo, a los fines de que no sufra detrimento por causa del pleito.

Régimen Legal: el principio general es que la parte vencida en juicio es quien debe pagar los gastos de la contraria, aún cuando
ello no hubiera sido solicitado. Lo que implica que la imposición de costas debe ser realizada aún de oficio por el juez.
(ARTÍCULOS 60 CPN – 104 y 105 del CPTuc)

No obstante el juez podrá eximir total o parcialmente de esta responsabilidad al litigante vencido, siempre que encontrare
mérito para ello, expresándolo bajo pena de nulidad. (105 inc. 1 CPTuc – 68 2º párrafo CPN). En este supuesto cada uno de los
litigantes cargará con las costas generadas por sus actuaciones (ya que al vencido se lo exime del pago de las costas del otro
litigante) y que cada uno pagará a medias las costas comunes.

Los fallos judiciales suele justificar la eximición, y por lo tanto, la imposición de las costas en la existencia de “razón probable o
fundada para litigar”, es decir, cuando se considera que aquél actuó sobre la base de una convicción razonable a cerca de la
existencia de su derecho. La excepción también se ha aplicado en los casos de cuestiones jurídicas complejas o respecto de las
cuales existe jurisprudencia contradictoria, o recientemente modificada, o cuando se trata de la aplicación de leyes nuevas.

7
Se exime del pago de costas cuando: ART. 70 CPN y 105 CPTuc.
1) Se allane en la pretensión, salvo que hubiere incurrido en mora, o por su culpa ha dado lugar a la reclamación.
2) Cuando se allane dentro del 5º día de tener conocimiento de títulos o instrumentos presentados tardíamente.
En los supuestos de allanamiento, éste debe ser REAL, INCONDICIONADO, OPORTUNO, TOTAL y EFECTIVO.

3) Agrega el ART. 105 del CPTuc como otro de los supuestos en los que se exime al vencido de la imposición de las costas, las
cuestiones de derecho, cuando el caso no estuviera expresamente resuelto por la ley.

Excepcionalmente las costas pueden ser impuestas al vencedor cuando se demuestre la inutilidad de la pretensión o su
planteamiento en términos notoriamente exagerados (pluspetición inexcusable) y la otra parte hubiera admitido el monto hasta
el límite establecido en la sentencia (CPN, 70 última parte – CPTuc 109 y 110). No se entenderá que hay pluspetición cuando el
valor de la condena dependa del arbitrio judicial, de dictamen de peritos o de árbitros, de rendiciones de cuenta o cuando la
diferencia no exceda del 20%.

El 109 del CPTuc, impone también las costas al ACTOR, cuando por defectos de su demanda, dio motivo al planteamiento de una
excepción que es rechazada por haberse corregido el defecto o suplido la omisión.

Supuestos especiales:
- Puede suceder que el resultado final del proceso, o el de alguno de sus incidentes, sea parcialmente favorable a ambos
litigantes, supuesto en el que cabe que las costas sean compensadas o distribuidas prudencialmente por el juez en
proporción al éxito obtenido por cada uno de los litigantes. (71 CPN – 108 CPTuc)

- Si el juicio terminase por transacción o conciliación, y si las partes no convinieran otra cosa, las costas se impondrán en el
orden causado respecto de quienes celebraron el avenimiento. En cuanto a las partes que no lo suscribieron, se aplicarán las
reglas generales. Si fuera por desistimiento del proceso o del derecho, serán a cargo de la parte que desista, salvo que el
desistimiento se debiese a cambio de legislación o jurisprudencia. Exceptúase, en todos los casos, lo que pudieran acordar las
partes en contrario. (73 CPN – 114 CPTuc)

- En el caso de anularse el procedimiento por falta imputable a alguna de las partes, serán a su cargo las costas ocasionadas
por lo actuado desde el acto que motivó. (74 CPN – 111 CPTuc)

- En el caso de litisconsorcio facultativo, las costas se impondrán a cargo de los litisconsortes en proporción a la medida de su
interés. Cuando el litisconsorcio fuera necesario, la condena en costas será solidaria. (75 CPN – 112 CPTuc)

Alcance de la Condena de Costas: La condena en costas comprende todos los gastos causados u ocasionados por la
sustanciación del proceso y, fuera de éste, cuando hayan sido imprescindibles, pudiendo el juez reducirlos para evitar excesos.
También los realizados para evitar el pleito (incluyendo los del procedimiento de mediación prejudicial obligatoria). No se
incluirán en ella los gastos innecesarios o superfluos y aquellos que la ley impone a un litigante con prescindencia de la forma de
condenación en costas.
Los correspondientes a pedidos desestimados serán a cargo de la parte que los efectuó u originó, aunque la sentencia le fuere
favorable en lo principal. (77 CPN – 116 CPTuc)

8
Tema 5: Efectos jurídicos de la sentencia. Efectos Sustanciales y procesales.
Mediante la sentencia, el juez crea una norma individual que constituye una nueva fuente reguladora de una situación jurídica
controvertida en el proceso y que debe ser aceptada por las partes y respetada por los terceros. El efecto natural de toda
sentencia consiste en su obligatoriedad o imperatividad.

Existen otros efectos particulares derivados de su contenido:


- Cuando se trate de una sentencia meramente declarativa, queda eliminada la incertidumbre sobre su existencia, eficacia,
modalidad o interpretación de la relación o estado jurídico.
- En las sentencias condenatorias, si el sujeto pasivo no cumple el pronunciamiento, nace un título ejecutivo a favor del
vencedor.

Es efecto relativo de la sentencia la extinción de la competencia del juez con respecto al objeto del proceso, ya que éste aún
conserva sus facultades para conocer en el recurso de aclaratoria, decretar medidas cautelares, o decidir sobre incidentes que
se tramiten por separado.

La sentencia produce efectos secundarios tales como la facultad de pedir el embargo preventivo (o cualquier otra medida
cautelar) en caso de obtenerse pronunciamiento favorable, y la imposición de costas al vencido.

Efectos Temporales:
Las sentencias declarativas proyectan sus efectos hacia el momento en que tuvieron lugar los hechos sobre los hechos sobre
los que versa la declaración de certeza. Así, por ejemplo, declarada la nulidad absoluta de un acto jurídico, la declaración se
retrotrae a la fecha en la que aquél se celebró.

Las sentencias constitutivas, por su parte, producen efecto hacia el futuro. No obstante esta regla no es absoluta, y en cada
caso, es necesario atenerse a lo que dispongas las prescripciones legales pertinentes.

Cuando se trata de sentencias de condena, los efectos temporales de la sentencia tienen principal importancia a los fines de
determinar la fecha desde la cual corresponde abonar los intereses y frutos. Respecto de los intereses, que deben ser
necesariamente reclamados en la demanda, ha de distinguirse según que se trate de obligaciones derivadas de contratos o de
hechos ilícitos:
- En los contratos, si las obligaciones son a plazo, los intereses se devengan desde el vencimiento de aquél, ya que la mora se
produce de pleno derecho. Cuando el plazo no estuviere expresamente convenido, pero resultaran tácitamente de de la
naturaleza y circunstancias de la obligación, los intereses se devengan desde que se formuló la interpelación extrajudicial, o
desde la notificación de la demanda.
- Cuando se trata de hechos ilícitos, los intereses deben liquidarse desde la fecha en que se produjeron los perjuicios sobre
los que versa la reparación.
Respecto de los frutos, la ley prescribe que ellos deben restituirse desde la fecha de notificación de la demanda.

Las sentencias determinativas, producen efectos hacia el futuro, ya que la integración de la relación jurídica se constituye con
motivo del fallo.

9
Tema 6: Cosa Juzgada. Concepto, clases, importancia constitucional.
Lino Palacio, define a la cosa juzgada como: “la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los efectos de una sentencia
definitiva cuando contra ella no procede ningún recurso (ordinario o extraordinario) susceptible de modificarla, o ha sido
consentida por ambas partes”.
La cosa juzgada es una cualidad de la sentencia que se agrega a ella para aumentar su estabilidad (Liebman)

De ello se sigue que la cosa juzgada supone, fundamentalmente, la INIMPUGNABILIDAD de la sentencia, o lo que es lo mismo, la
preclusión de los recursos que proceden contra ella (ya porque no se han deducido en el plazo que se les ha previsto, cuanto
por haber sido deducidos y haberse resuelto).

La existencia de cosa juzgada puede ser declarada de oficio por el juez en cualquier estado de la causa, en razón de su carácter
de orden público y por la jerarquía constitucional que el instituto reviste.

Para que una decisión judicial adquiera autoridad de cosa juzgada, es necesario que haya sido dictada en un proceso
contradictorio y con carácter final, por lo que no son susceptibles de adquirir esa virtualidad las sentencias dictadas en procesos
voluntarios. Señala LINO PALACIO, que aún tratándose de procesos contenciosos, no cabe invocar la defensa de cosa juzgada
sobre la base de lo decidido en un proceso anterior tramitado en rebeldía de una de las partes, ya que en tal caso se estaría
vulnerando la garantía constitucional de la defensa en juicio.
Tampoco adquieren autoridad de cosa juzgada las sentencias interlocutorias, ya que ellas sólo producen preclusión acerca de las
cuestiones procesales sobre las que versan y carecen de efectos extraprocesales.

Clases: La cosa juzgada supone la inimpugnabilidad de la sentencia, lo que aparece cuando no se concede contra ella recurso de
ninguna naturaleza o se opera la preclusión de las impugnaciones a raíz de su ejercicio, renuncia o deserción. Cuando ello
sucede y, en consecuencia, no resulta factible un ataque directo contra la sentencia se dice que adquiere autoridad de cosa
juzgada en sentido formal.
Por ello, existe cosa juzgada en sentido formal cuando no obstante de ser inimpuganble la sentencia dentro del proceso en el
cual se dictó, existe la posibilidad de obtener en un proceso posterior, un resultado distinto a aquél. Por ej., en el juicio
ejecutivo, el vencido puede promover un proceso de conocimiento tendiente a obtener su modificación.
Cuando la sentencia, además de ser insusceptible de ataque directo mediante la interposición de algún recurso, lo es también
de ataque indirecto a través de la apertura de un proceso que permita la obtención de un resultado distinto al alcanzado en el
anterior, se dice que aquella goza de autoridad de cosa juzgada en sentido material. En este supuesto, a la irrecurribilidad de la
sentencia se agrega la imposibilidad de que en cualquier otro proceso, se juzgue de un modo distinto a lo decidido.
De ello surge que la cosa juzgada en sentido material presupone a la formal, y que esta última puede existir con prescindencia
de la primera.
La cosa juzgada formal no permite su revisión lisa y llana en un proceso ulterior. Por el contrario, la sentencia a dictarse en el
nuevo proceso sólo puede recaer sobre pretensiones o defensas legalmente excluidas del proceso anterior. No se trata de rever
lo discutido en el proceso precedente, sino de agotar el pronunciamiento sobre la totalidad de las facetas involucradas en el
conflicto que sólo puso ser decidido en forma parcial.
El mayor o menor grado de conocimiento judicial y la consecuente amplitud de debate y prueba que podrán desplegar las partes
procesales es lo que determina el carácter formal o material de la cosa juzgada. Si el proceso se enmarca dentro de los
denominados “sumarios” la cosa juzgada adquiere el carácter de formal, siendo material la que ostentan las sentencias dictadas
en procesos de conocimiento pleno.

Importancia constitucional: La CSJ ha sostenido que la “propiedad” no se refiere solamente al dominio de las cosas materiales,
sino que comprende “todos los intereses apreciables que un hombre pueda poseer fuera de sí mismo, fuera de su vida y de su
libertad”.
En ese orden de ideas, la CSJN ha expresado que el derecho reconocido por una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada,
constituye un bien que queda incorporado al patrimonio del interesado, y del cual no puede ser privado sin mengua de precepto
constitucional que consagra la inviolabilidad de la propiedad.
Por aplicación de tal principio se ha resuelto que incurre en violación del ART. 17 de la CN el fallo que deja sin efecto una
sentencia consentida so pretexto de haber sido dictada por error; la resolución que modifica arbitrariamente una sentencia
definitiva pasada en autoridad de cosa juzgada, etc.

10
Tema 7: Límites objetivos y subjetivos de la cosa juzgada en cuestiones de Estado Civil. Cosa juzgada penal en
materia civil y viceversa.

Límites Objetivos: El problema de los límites objetivos de la cosa juzgada es encarado desde dos puntos de vista: uno
fundamentalmente procesal que atiende a la partes o las partes de la sentencia que adquieren fuerza de cosa juzgada; el otro
que se refiere a las cuestiones litigiosas amparadas por la fuerza de la cosa juzgada.

Respecto de punto de vista de la parte/s de la sentencia que adquieren fuerza de cosa juzgada, ha sido ampliamente debatido
en la doctrina, el problema consistente en determinar si la autoridad de la cosa juzgada comprende a la sentencia como una
unidad jurídica, comprensiva tanto de los fundamentos como de la parte dispositiva, o si sólo la parte dispositiva es la que puede
alcanzar la autoridad de la cosa juzgada.
Dentro de los que adhieren a la primera tesis, se encuentra SAVIGNY, mientras que a la segunda, adhiere CHIOVENDA.

SAVIGNY parte de considerar que la comprensión del pensamiento del juez hace necesario examinar los motivos en los que se
funda la decisión. CHIOVENDA, por su parte, entiende que el objeto de la cosa juzgada es la conclusión última de los
razonamientos del juez y no sus premisas. COUTURE considera que si bien, como regla, los considerandos del fallo no hacen
cosa juzgada, por excepción adquieren esa autoridad cuando lo dispositivo se remite a ellos en forma exprea o cuando
constituyen un antecedente lógico absolutamente inseparable.
La última postura es a la que adhiere la doctrina mayoritaria.

Respecto del segundo punto de vista, relativo a las cuestiones litigiosas amparadas por la fuerza de la cosa juzgada, rige el
principio de que su autoridad se extiende a todas aquellas cuestiones que han sido debatidas en el proceso y decididas por la
sentencia.
1) La cosa juzgada cubre incluso aquellas cuestiones que pudiendo haber sido objeto de debate entre las partes, no lo fueron.
2) No adquieren autoridad de cosa juzgada los meros argumentos corroborantes tales como lo que puede formular el juez
acerca del derecho de propiedad en un proceso que versa sobre la posesión o la tenencia. Tampoco la adquieren las
declaraciones incidentales que no sean requeridas para la solución del pleito.

Límites Subjetivos: el límite general es que la cosa juzgada comprende solamente a quienes hayan revestido el carácter de
partes en el proceso en el cual se dictó la sentencia que adquirió aquella eficacia. Por lo tanto, la cosa juzgada no puede afectar
ni beneficiar a los terceros que han permanecido ajenos al proceso.
Por partes no sólo ha de entenderse a los sujetos activo y pasivo de la pretensión, sino también a las personas que se han
incorporado voluntariamente al proceso o han sido citadas a intervenir en él, y a quienes la sentencia afecta como litigantes
principales. Esta regla rige también en materia de sustitución procesal.

No obstante, existen situaciones en las cuales la eficacia de la cosa juzgada se extiende a personas ajenas al proceso. Tal es lo
que sucede por ej., con la sucesión de derechos y de conexidad jurídica entre partes y terceros:
1) Respecto a los sucesores universales, cabe distinguir:
a - Personas Físicas: pueden invocar a su favor la calidad de la cosa juzgada en la sentencia que se haya dictado a favor del
causante. Pero, en el supuesto contrario, cuando la sentencia fuera adversa sólo afecta a los sucesores en la medida del art.
3371, sobre la herencia aceptada con beneficio de inventario, obligándolo sólo hasta los bienes que ha recibido en la
herencia en vista de que su patrimonio no se confunde con el del causante.
b – Personas jurídicas: el nuevo ente adquiere de una vez todos los derechos de la persona disuelta a la cual sucede, y por lo
tanto le alcanza cualquier sentencia dictada a favor o en contra de ellas.
2) Los sucesores singulares de las partes, respecto del derecho que se encuentra actualmente litigioso: la extensión refleja del
efecto de la cosa juzgada se determinan en tanto el sucesor de que se trate haya tenido posibilidad cierta de intervenir en el
respectivo pleito o como parte sustituyente o como tercero asistente, o, en su defecto, que el bien adquirido estuviera anotado
como tal en el registro respectivo. Cabe idéntica solución para los legatarios.

No obstante estos principios, en situaciones puntuales, y atendiendo a la naturaleza de ciertas relaciones jurídicas, las leyes
extienden los efectos de la cosa juzgada a ciertos terceros aunque no hayan intervenido en el proceso, como sucede por
ejemplo con la revocación de la donación de inmuebles.

11
En materia de estado civil (juicios de filiación por ejemplo) y de capacidad de las personas, así como en materia dominial (juicios
de usucapión) la doctrina en general coincide en sostener el carácter erga omnes que encuentra sustento en que la nueva
situación ha alterado todas las relaciones existentes.

En las obligaciones solidarias, por su parte, la cosa juzgada es invocable por los coacreedores que no formaron parte del
proceso, así como por los codeudores contra el coacreedor.

Cosa juzgada en las sentencias de Estado: tanto la doctrina como la jurisprudencia aceptan que respecto de las sentencias
relativas a cuestiones de estados, cualquiera sea su naturaleza, pasan en autoridad de cosa juzgada no sólo respecto de quienes
han intervenido en el proceso, sino erga omnes. Ello se debe al carácter de indivisible que reviste el estado civil de las personas y
al principio de orden público que se halla comprometido en las relaciones de familia.

Cosa juzgada en los procesos colectivos: La constitución reconoce en sus arts. 41 y 42 los derechos a un ambiente sano y los de
los usuarios y consumidores, a la vez, prevé en el art. 43 la tutela del amparo colectivo para proteger estos derechos. Ello llevó a
la distinción jurisprudencial entre:
1) Los derechos sobre bienes jurídicos individuales, en los cuales tanto el interés como la legitimación reviste el carácter de
individual, donde cada titular inicia una acción y obtiene una sentencia.
2) Derechos sobre bienes individuales homogéneos, en los cuales la afectación y la legitimación son individuales, no obstante
el interés es homogéneo y susceptible de una sola decisión, por lo que es razonable que se dicte una sentencia que sirva para
todos los casos similares dándole efectos erga omnes a la cosa juzgada.
3) Derechos sobre bienes jurídicos colectivos: donde el bien afectado es colectivo, y el titular del interés es un grupo y no un
individuo en particular. Caracterizándose el proceso colectivo por tener la aptitud de resolver los intereses incluso de los
miembros ausentes del grupo, por lo que la sentencia, cuando ellos hayan sido adecuadamente representados, tiene efectos
de cosa juzgada respecto a ellos.
En las acciones colectivas la legitimación se extiende a figuras como la del Defensor del Pueblo, las asociaciones que
propenden a la tutela de los derechos comprometidos u al afectado. Como consecuencia de ello, la cosa juzgada que se
dicte, debe extenderse a aquellos integrantes del grupo, clase o categoría que no han sido partes en el proceso.

Efectos de la cosa juzgada pena en materia civil y viceversa: El código civil, establece en su ART. 1102 que “Después de la
condenación del acusado en juicio criminal, no se podrá contestar en el juicio civil la existencia del hecho principal que
constituya el delito, ni impugnar la culpa del demandado”. De conformidad con ello, la sentencia penal condenatoria hace cosa
juzgada en el juicio civil.

De ello se sigue que los jueces interviniente en la causa civil sobre la indemnización de daños y perjuicios derivados de un delito
sancionado en sede penal, no se hallan habilitados para rever lo allí decidido acerca de la existencia de un hecho delictuoso y la
responsabilidad del acusado, lo que no obsta a que en el juicio civil pueda ser probada la existencia de culpa concurrente de la
víctima.

El art. 1103 continúa: “después de la absolución del acusado, no se podrá alegar tampoco en el juicio civil la existencia del hecho
principal sobre el que hubiere recaído la absolución”.
La norma prevé el caso en el que la sentencia penal haya declarado la inexistencia del hecho imputando, o que, existiendo el
hecho, el acusado no fue su autor. No es aplicable cuando el pronunciamiento absolutorio resuelve que el hecho no constituye
delito, o cuando, reconociendo la existencia de un delito, no aplica la pena por concurrir un eximente legal, lo que sucede
porque: 1) un hecho no puede ser delito en sede penal, y serlo para el derecho civil; 2) porque la exención de responsabilidad
penal, no obsta al acusado de resarcir los daños ocasionados por su culpa o negligencia.

Respecto del sobreseimiento definitivo, la jurisprudencia se ha pronunciado que este no hace cosa juzgada en el proceso civil
por lo que no obsta a la acción por el resarcimiento de los daños, siempre que no se haya fundado en la inexistencia del hecho o
en que el procesado no intervino en su producción. Por su parte la sentencia absolutoria recaída en juicio criminal tampoco hace
cosa juzgada respecto de la culpa del autor del hecho en cuanto a su responsabilidad por los daños y perjuicios ocasionados.

La cosa juzgada civil en materia penal, no influye en él, ni impide el ejercicio de ninguna acción posterior, intentada sobre el
mismo hecho o sobre otro relacionado con él. (Art. 1105 Cód. Civil). Cualquiera sea la sentencia posterior sobre la acción
criminal, la sentencia anterior dada en el juicio civil pasada en la autoridad de cosa juzgada, conserva todos sus efectos. (Art.
1106 Cód. Civil)
12
Tema 8: El Fraude en el proceso. Revisión del proceso fraudulento. Acción de nulidad.
La sentencia, como norma individual, tiene el efecto natural de constituir un acto obligatorio e imperativo para las partes. La
cosa juzgada, es la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia definitiva cuando contra ella no
procede ningún recurso susceptible de modificarla o ha sido consentida por ambas partes.

No obstante puede suceder que en un juicio existan vicios trascendentes, sustanciales e inherentes al proceso, que se adviertan
luego de pasada en autoridad de cosa juzgada la sentencia, lo que meritaría que ella sea revisada. La revisión de la cosa juzgada
es admisible cuando ésta es ilícita, fraudulenta o írrita.

La cosa juzgada posee un atributo de autoridad ya que ella obsta a la apertura de un nuevo proceso sobre la misma cuestión
debatida en él. A la vez posee un atributo de eficacia, ya que la cosa juzgada es inmodificable.

La inmutabilidad que adquiere la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada no es un efecto natural, sino que es asignado
por razones de orden público, y, por lo tanto, no es absoluta. Consecuentemente la cosa juzgada dictada en un proceso
fraudulento, no reúnes las características de validez constitucional.

El recurso de revisión es la vía impugnativa establecida por la legislación procesal que persigue la revocación de una sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada, cuando padece de vicios por falta de discernimiento, intención o libertad, configurados
a través de dolo, violencia, fraude o simulación, sea que se ejerciten entre las mismas partes o de éstas contra terceros. Este
recurso se interpone ante un órgano jurisdiccional supremo en jerarquía. Se trata de un remedio extraordinario, excepcional y
de interpretación estricta; características que encuentra su fundamento en que la cosa juzgada constituye uno de los principios
esenciales en los que se funda la seguridad jurídica.

No se encuentra regulada en el código procesal de la Provincia.


No obstante, está prevista en los Códigos de Córdoba, Mendoza, Corrientes, San Luis, Tierra del Fuego, Misiones, Río Negro y La
Rioja.

Debe tratarse de una causal EXTRAORDINARIA, que habilite la impugnación de una sentencia ante un tribunal superior. Los
vicios deben ser trascendentes y precedentes a la resolución que se pretende atacar, siendo legitimadas para interponer el
recurso las partes que han sufrido el perjuicio.

Cuando no existe una legislación que regule específicamente el recurso de revisión, la forma por la que se procura la declaración
de invalidez de una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada es a través de la de una creación jurisprudencial conocida
como “acción autónoma de nulidad” o la expresión de Couture “demanda revocatoria de la cosa juzgada fraudulenta”.

Se trata de una nueva instancia que se esboza en una petición calificada y cuyo objeto es una sentencia que ha pasado en
autoridad de cosa juzgada; lo que supone una revisión del procedimiento con fundamento en hechos nuevos.

Esta acción debe ser de interpretación restringida, excepcional y en caso de duda estarse a la no anulación de la sentencia que
ha hecho cosa juzgada. Pero a demás, deba basarse en hechos externos al proceso. La irregularidad denunciada no debe
provenir del proceso que la precedió, ya que los vicio “in procedendo” deben atacarse por vía de incidente, excepción o recurso
y los “in iudicando”, se impugnan por medio de todos los recursos, y siempre antes de que la sentencia haya quedado firme.

Doctrina y Jurisprudencia: La acción de nulidad por cosa juzgada írrita no está legislada en Argentina, pero tampoco está
prohibida, por lo que la doctrina y la jurisprudencia han ido admitiéndola. Por ello, ante la ausencia de regulación expresa, debe
acudirse a las disposiciones del Código Civil:

Artículo 16: Si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el espíritu de la ley, se atenderá a los principios
de leyes análogas; y si aún la cuestión fuere dudosa, se resolverá por los principios generales del derecho, teniendo en
consideración las circunstancias del caso.

Artículo 1047: La nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, aun sin petición de parte, cuando aparece
manifiesta en el acto. Puede alegarse por todos los que tengan interés en hacerlo, excepto el que ha ejecutado el acto,
sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba. Puede también pedirse su declaración por el ministerio público, en el
interés de la moral o de la ley. La nulidad absoluta no es susceptible de confirmación.

Parte de la doctrina no está de acuerdo con la acción autónoma de nulidad fundada en la inmutabilidad de la sentencia, y
afirmando que su admisión hace peligrar la seguridad jurídica, entre ellos: Lascano, Alsina, Ibáñez Frocham.

13
Otros, por su parte, adhieren a ella: Morello, Hitters, etc.

Jurisprudencialmente el instituto ha sido admitido en numerosos fallos de la CSJN: Tibold, Etchepare, Atlátida, Bemberg, etc.
De los que ha surgido que:
1) La cosa juzgada no es absoluta.
2) La firmeza debe estar condicionada a vicios de la voluntad de las partes o del juzgador,
3) La seguridad jurídica debe ceder a razón de la justicia.
4) La estafa no puede ser convalidada por los órganos jurisdiccionales.
5) Para la configuración de la cosa juzgada no es necesaria la existencia de un juicio regular.
6) La falta de procedimiento no es óbice para la revisión.

La Corte de nuestra provincia ha adherido al criterio de la CSJN admitiendo la vía de la acción autónoma de nulidad para
invalidar fallos que se encontraban firmes cuando se reúnan los requisitos. No obstante, no existe legislación sobre el tema.

Motivos:
1) Prueba Documental Incompleta cuando se descubre documentos anteriores a la sentencia, o prueba documental inexacta
declarada tal después de dictada la sentencia.
2) Prueba Testimonial viciada cuando los testigos en los que se basó el fallo han sido condenados por falso
testimonio, delitos u otras conductas dolosas.
3) Cuando se comprueba el prevaricato, cohecho, violencia o cualquier maquinación fraudulenta conocidos después de la
formación de la cosa juzgada.

Caracteres y Trámite: Se trata de una acción que se concreta por una demanda principal. Es autónoma, ya que genera una
nueva instancia con todas sus etapas.

Se encuentran legitimados para promoverla las partes afectadas o los terceros perjudicados, y el ministerio público, y está
dirigida contra las partes del juicio.

No suspende la ejecución de la sentencia, salvo que se diera caución suficiente, de lo que se sigue que este proceso admite el
dictado de medidas cautelares. Se tramita mediante proceso ordinario, en virtud de la disposición según la cual todo lo que no
tiene un trámite específico, debe seguir esa vía (CPN, 319 – CPTuc 275).

Por razones de conexidad, el juez competente es el que intervino en el proceso principal cuya anulación se reclama.

Respecto del plazo para interponer la demanda, el criterio no es unánime en la doctrina: Berizonce, considera que debe ser
interpuesta dentro de los 60 días de conocidos los hechos que fundamentan la nulidad; Palacio por su parte señala que ha de
serlo dentro de los 5 días, que es el plazo para deducir el incidente de nulidad.

El demandado, está facultado para hacer valer la excepción de cosa juzgada, la que además puede ser declarada de oficio, y
que es valorada como defensa de fondo.

Si se hace lugar a la pretensión, queda anulada la sentencia, debiendo dictarse luego un nuevo fallo sobre el fondo del asunto.

14

Вам также может понравиться