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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

EN SU NOMBRE
JUZGADO SUPERIOR CUARTO EN LO CIVIL Y CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO DE LA REGIÓN CAPITAL

Expediente Nº 07562.-
Medida Cautelar de Suspensión de Efectos.-

Mediante escrito presentado, en fecha 25 de mayo de 2015, ante el Juzgado Superior


Distribuidor y recibido en este Juzgado Superior en fecha 26 de mayo del mismo año,
ELEUDA LIZ CARRERO y ODILO ALONSO, titulares de las cédulas de identidad
números V- 9.704.903 y V- 6.276.009, respectivamente, debidamente asistido por la
abogada Ana Maria Cafora D., inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo el número 86.739, interpusieron recurso de nulidad contra la providencia
administrativa Nº. 0006 de fecha 14 de noviembre de 2015, dictada por la Unidad en
Materia de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, adscrita al Ministerio del
Poder Popular para el Comercio.

En fecha 29 de junio de 2015, se admitió el recurso de conformidad con lo previsto en el


artículo 77 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa (ver folio 18
del expediente judicial).

En fecha 05 de agosto de 2015, la abogada Ana Maria Cafora D., inscrita en el Instituto de
Previsión Social del Abogado bajo el número 86.739, actuando en su carácter de
apoderada judicial de ELEUDA LIZ CARRERO y ODILO ALONSO, titulares de las
cédulas de identidad números V- 9.704.903 y V- 6.276.009, respectivamente, consigno
escrito solicitando medida cautelar de suspensión de efectos de la providencia
administrativa Nº. 0006 de fecha 14 de noviembre de 2015, dictada por la Unidad en
Materia de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, adscrita al Ministerio del
Poder Popular para el Comercio. En consecuencia, en fechas 12 de agosto de 2015, se
ordeno su desglose y se acordó abrir cuaderno separado a los fines de pronunciarse sobre
la medida cautelar solicitada por la parte recurrente (ver folios 01 al 06 del cuaderno
separado).
En fecha 21 de septiembre de 2015 el Alguacil de este Juzgado consignó copias
certificadas a los efectos del pronunciamiento de la medida.

I
DE LA SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR

La parte recurrente fundamentó su solicitud de medida cautelar de suspensión de efectos


en los siguientes términos:

“CIUDADANO
JUEZ SUPERIOR CUARTO EN LO CIVIL Y CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
DE LA REGION CAPITAL.
SU DESPACHO.-
Yo, ANA MARIA CAFORA D., venezolana, mayor de edad, de este domicilio, titular de
la Cédula de Identidad No. 12.477.868, abogada e inscrita en el Inpreabogado bajo el No.
86.739, actuando en mi carácter de apoderada de la parte actora ELEUDA LIZ
CARRERO y ODILO ALONSO, en su carácter de arrendatarios, de conformidad con lo
establecido en los artículo 87 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, 104
de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa en concordancia con los
artículos 585 y 588 Parágrafo Primero del Código de Procedimiento Civil, ante usted,
respetuosamente ocurro para solicitar Decrete Medida Cautelar de Suspensión de Efectos
del Acto Administrativo, dictado mediante Providencia Administrativa No. 0006, de fecha
catorce (14) de Noviembre de 2014, dictada en el expediente No. MC-0005/10-14, por la
Unidad en Materia de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, del Ministerio
del Poder Popular para el Comercio, debidamente impugnada, hasta tanto este Tribunal se
pronuncie sobre la procedencia o no del presente recurso de nulidad, en virtud de que su
ejecución causará un grave perjuicio a mis representados, tal como se detallara en lo
adelante:

PRIMERO
Mis representados son arrendatarios desde el año 2004, de un inmueble constituido por un
local comercial ubicado en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes, nivel Mezzanina,
Avenida principal de la Urbanización Las Mercedes, Caracas, tal como se evidencia de los
contratos de arrendamiento suscritos con la ciudadana Josefina Marcano Aguilera,
venezolana, mayor de edad, de este domicilio y titular de la cédula de identidad No. V-
903.229, en su carácter de propietaria de dicho imueble. que acompañó a: presente escrito
marcados con las letras “A” y “B”. Ahora bien, en el año 2009, en virtud de los excesivos
incrementos, deciden acogerse a la prorroga legal, la cual venció en fecha primero (01) de
Julio de 2011, tal como se evidencia de misiva de fecha 20 de abril de 2011, que
acompaño marcada con la letra “C”, suscrita por la ciudadana Josefina Marcano Aguilera,
mediante la cual informa a mis representados, que en fecha primero (01) de Julio deben
hacer entrega del local por vencimiento de la prorroga legal de dos (2) años a la que se
cogieron, siendo el caso ciudadano Juez, que no se produjo el desahucio del inmueble,
sino que por el contrario, una vez vencida la prorroga legal, suscribieron en fecha primero
(01) de Agosto de 2011, nuevamente contrato de arrendamiento, el cual acompaño
marcado con la letra “D”, dando continuidad a la relación arrendaticia, conforme lo prevee
el artículo 1.600 del Código Civil, pero en virtud de los incrementos abusivos que la
arrendadora pretendía aplicar a mis representados, en Enero de 2012, estos se vieron en la
necesidad de ejercer su derecho y solicitar la regulación del canon de arrendamiento, ante
el órgano respectivo, lo cual ocasiono evidentemente molestias en la arrendadora, por lo
que ahora pretende nuevamente vulnerar los derechos que asisten a mis representados,
tratando de hacer ver que es un contrato a tiempo determinado, lo cual a todas luces se
evidencia que no es así, por cuanto vencida la prorroga legal, no se produjo el desahucio
del inmueble, sino por el contrario, como ha sido expuesto se suscribió contrato de
arrendamiento, sin poder deducirse que se trata de un contrato bajo la forma de convenio
en el cual se le concedía a los arrendatarios un lapso o un término para la desocupación del
inmueble arrendado una vez vencida la prorroga legal, muy por el contrario, de la manera
que fue redactado el documento éste se trata de un contrato de arrendamiento sobre el
mismo inmueble, entre las mismas partes y con cláusulas precisas que atribuyen
obligaciones para ambas partes. Este hecho por una parte viene a renovar la relación
arrendaticia que ya había finalizado por la expiración de la prorroga legal y por la otra
conlleva a la continuación de la relación arrendaticia que tenían las partes desde el año
2004. Siendo que la prorroga legal extingue la relación arrendaticia y que vencida esta si
las partes suscriben un contrato de arrendamiento, tal situación conlleva a darle vida de
nuevo a la relación arrendaticia que había sido extinguida o que había finalizado con la
expiración de la prorroga legal en agosto de 2011, dando así continuidad a la relación
arrendaticia ya que el contrato que suscribieron, estableció derechos y obligaciones para
ambas partes.
El contrato de arrendamiento a tiempo indeterminado es aquel por lo general verbal, pues
no puede probarse su lapso de duración, o de hecho no se estipuló por los contratantes.
También es aquel, que nació en su día a tiempo determinado, pero una vez vencido el
arrendador deja en posesión del inmueble al inquilino y le recibe el canon de
arrendamiento...” (Jurisprudencia Venezolana. Ramírez & Garay. Tomo CXLII. 1997.
Primer Trimestre. 20 de septiembre de 1997. Pág. 405-407).
Situación esta, que encuadra perfectamente en el presente caso ya que si el contrato era a
tiempo determinado, una vez vencida la prorroga legal suscrita mediante anexo de fecha
once (11) de agosto de 2009, que acompaño marcado con la letra “E”, la cual venció el día
primero (01) de julio de 2011 (que tampoco era necesaria, ya que operaba de pleno
derecho) se dejo en posesión del Inmueble a los arrendatarios cobrándose el canon de
arrendamiento correspondiente al mes de julio de 2011, fecha en la cual se supone mis
representados debieron hacer entrega del inmueble arrendado, lo que a todas luces
representa continuidad en la relación arrendaticia, la cual se materializa expresamente
treinta (30) días después, es decir, en fecha primero (01) de agosto de 2011 con la
suscripción del contrato. Al respecto, establece el artículo 1.600 del Código Civil, lo
siguiente:
Art. 1.600 C.C.: “Si a la expiración del tiempo fijado en el arrendamiento, el arrendatario
queda y se le deja en posesión de la cosa arrendada, el arrendamiento se presume
renovado, y su efecto se regla por el artículo relativo a los arrendamientos hechos sin
determinación de tiempo”.
Ciudadano Juez, conforme a los hechos supra descritos, de acuerdo a la Doctrina, a la
Jurisprudencia y al Código Civil se puede evidenciar que el contrato de arrendamiento
suscrito entre las partes paso a ser un contrato a tiempo indeterminado, ya que al habérsele
dado continuidad a la relación arrendaticia aun cuando había expirado el tiempo
establecido en el contrato, así como su respectiva prorroga legal, el contrato se
indetermina.
SEGUNDO
Como consecuencia de lo anterior, en fecha trece (13) de Octubre de 2014, la arrendadora
interpone procedimiento previo a la demanda, ante la Unidad en Materia de
Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, del Ministerio del Poder Popular para
el Comercio, quien declaro agotada la vía administrativa previa a la medida cautelar de
secuestro, mediante Providencia Administrativa No. 0006, de fecha catorce (14) de
Noviembre de 2014, dictada en el expediente No. MC- 0005/10-14, sin analizar la
naturaleza del contrato (determinado o indeterminado).
En virtud de ello, fue incoada demanda de desalojo contra mis representados, la cual cursa
ante el Tribunal Vigésimo Segundo de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, expediente No. Ap31-V-
2014- 001765, que acompaño marcada con la letra “F”, transcurriendo en dicho
procedimiento el lapso para celebrar el debate oral, es decir, nos encontramos
prácticamente en etapa de sentencia, tal como se evidencia de copia del auto dictado por el
mencionado Tribunal, que acompaño marcado con la letra “G”, lo que implica que la
decisión del mencionado procedimiento de desalojo será dictada primero que la del
presente recurso de nulidad, por lo que se hace indispensable la suspensión de los efectos,
para evitar el riesgo de que quede ilusoria la ejecución del fallo, y se le ocasione a mis
representados lesión irreparable o de difícil reparación al ejecutarse una eventual decisión,
lo que constituye un atentado al derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, y supone
un menoscabo a la garantía del derecho fundamental de acceso a la justicia y al debido
proceso, en virtud de que el acto impugnado es el que declara agotada la vía administrativa
sin un análisis previo de la naturaleza del contrato y da origen a la demanda de desalojo
del inmueble objeto de la Providencia Administrativa en cuestión.
TERCERO
Ahora bien, a los fines de sustentar la solicitud de suspensión de efectos planteada,
considero conveniente señalar que tanto la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia como las Cortes Contencioso Administrativo, han examinado las
condiciones de procedencia de la referida excepción legal al principio general de la
ejecutividad del acto administrativo, como lo es la suspensión de los efectos de los actos
administrativos, cuya finalidad de la medida es evitar que la ejecución del acto produzca
lesiones graves o de difícil o imposible reparación, si con posterioridad el acto es anulado,
tomándose siempre en cuenta las circunstancias del caso y el hecho de que la medida de
suspensión no prejuzgue acerca del fondo de la controversia planteada.
En virtud de lo antes expuesto, fundamento la presente solicitud de suspensión de efectos
del acto recurrido, en el hecho de que la ejecución del acto recurrido, dictado por la
Unidad en Materia de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, del Ministerio
del Poder Popular para el Comercio, ocasionaría evidentes daños irreparables a mis
representados, si con posterioridad el acto es anulado, por cuanto existe demanda de
desalojo incoada por la arrendadora, la cual se encuentra en etapa de debate oral, es decir
sentencia, mientras que la presente demanda de nulidad a penas está iniciando, en virtud
de que si se ejecuta como he mencionado el desalojo de! inmueble, antes de que éste
Tribunal dicte un pronunciamiento, quedaría ilusoria la ejecución del fallo (periculum in
mora) y adicionalmente, de considerar con lugar el recurso de nulidad, ya se le habría
ocasionado daños tanto patrimonial como moral a mis representados, ya que los mal
pondría ante sus clientes y ante los demás comerciantes del centro comercial, así como el
deterioro de su patrimonio, es decir de las prendas de vestir, por cuanto en el inmueble
objeto de la Providencia funciona una tienda de alquiler de trajes de fiesta y accesorios de
dama, adicional a la pérdida económica que les ocasionaría el desalojo, sin que luego se
pueda reversar esta situación, en virtud de que una vez desalojados es prácticamente
imposible la restitución a dicho inmueble (Periculum in damni).
Puede concluirse, que concurre en el presente caso la situación de hecho establecida en el
artículo 104 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, y en
consecuencia la suspensión temporal de efectos solicitada, la cual solicito respetuosamente
sea declarada con lugar.
CUARTO
La medida de suspensión de efectos, es una de las medidas preventivas típicas del
contencioso administrativo, sin embargo, el poder cautelar debe ejercerse con sujeción
estricta a las disposiciones legales que lo confieren y la providencia cautelar sólo se
concede cuando se verifiquen concurrentemente los requisitos exigidos en los artículos
585 y 588 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con lo previsto en el
artículo 104 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, lo cual ha
sido reiterado por las Cortes de lo Contencioso Administrativo.
El fumus boni iuris, que consiste en poner en conocimiento al juzgador que la decisión
administrativa recurrida, en un examen superficial, sin prejuzgarse sobre el fondo del
asunto planteado y casi intuitivo encierra una aberración, y como tal es ineludible su
inmediata suspensión o paralización de efectos, a los fines de indagar sobre la existencia
del derecho que se reclama, hasta que recaiga la sentencia que declare su validez o
invalidez.
Tal como ha sido alegado y probado, tanto en la demanda de nulidad como en el presente
escrito, mis representados tienen legitimación e interés para actuar, de conformidad con lo
establecido en el artículo 26 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, el cual legitima para actuar a toda persona que tenga un interés jurídico
actual, tal como se demuestra con los contratos de arrendamientos promovidos, en su
cualidad de arrendatarios del inmueble objeto de la Providencia Administrativa
impugnada, desde el año 2004, relación que se indetermino en virtud de la falta de
desahucio por parte de la arrendataria una vez culminada la prorroga legal en el año 2011,
momento para el cual se encontraba vigente la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios, por
lo que mis representados tienen derecho a seguir ocupando el inmueble arrendado, por
cuanto no existe incumplimiento cor parte de mis representados, que le dé derecho a la
arrendadora a solicitar la entrega del inmueble objeto de la relación contractual, incluso es
necesario acotar, que ante la negativa de la arrendadora de recibir el pago por concepto de
canon de arrendamiento, mis representados se vieron en la necesidad de consignar los
cánones ante la Oficina de Control de Consignaciones de Arrendamientos Inmobiliarios
(OCCAI), bajo expediente No. 2013-0082, por lo que se encuentran ajustados a derecho y
dando cumplimiento a cada una de las obligaciones contractuales.
En cuanto al segundo de los requisitos (periculum in mora), ha sido reiterado por la
doctrina y la jurisprudencia, que su verificación no se limita a la mera hipótesis o
suposición, sino a la presunción grave del temor al daño por violación o desconocimiento
del derecho si éste existiese, bien por la tardanza de la tramitación del juicio, bien por los
hechos del demandado durante ese tiempo, tendentes a burlar o desmejorar la efectividad
de la sentencia esperada.
En tal sentido, se ha establecido que la medida excepcional de suspensión de efectos, es
procedente cuando sea indispensable para evitar que la ejecución del acto produzca al
interesado perjuicios de imposible o de difícil reparación en la sentencia definitiva, si
luego el acto impugnado es, efectivamente declarado nulo.
Tal es el caso de mis representados, en virtud de que, es evidente, que la decisión que
pueda dictar el Juzgado Vigésimo Segundo de Municipio de esta Circunscripción Judicial,
en el procedimiento de desalojo intentado por la arrendadora, será dictada primero que la
sentencia de este Juzgado, con relación a la Nulidad de la Providencia recurrida, la cual
quedaría ilusoria, toda vez que el fallo se daría después de haberse sufrido el daño.
Respecto al periculum in damni, éste se constituye en el fundamento de la medida cautelar
innominada para que el tribunal pueda actuar, autorizando o prohibiendo la ejecución de
determinados actos y adoptar las providencias necesarias para evitar las lesiones que una
de las partes pueda ocasionar a la otra.
Ante la eventual sentencia favorable a mis representados surgiría un riesgo manifiesto a
que haga ilusoria la ejecución del fallo, toda vez que el fallo se daría después de haberse
sufrido el daño, ante un posible desalojo, con todas las implicaciones patrimoniales,
económicas y morales que ello implica, y por tanto como he manifestado en el presente
escrito irreparables. Esa circunstancia denota también el fundado temor de perjuicios
irreparables que sólo a través de la oportuna emisión de una providencia cautelar podría
impedirse o evitar su continuidad.
QUINTO
Por último, solicito respetuosamente a este Tribunal, acuerde la suspensión de efectos de
la Providencia Administrativa No. 0006 dictada por la Unidad en Materia de
Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, del Ministerio del Poder Popular para
el Comercio, de fecha catorce (14) de Noviembre de 2014, hasta tanto se tramite y decida
el presente Recurso Contencioso Administrativo de Nulidad incoado por mis
representados.
En Caracas, a la fecha de su presentación.”

II
DE LA MEDIDA CAUTELAR SOLICITADA

Siendo la oportunidad para pronunciarse sobre la medida cautelar solicitada, este Juzgado
Superior pasa a hacerlo sobre la misma y al respecto observa:
El elemento fundamental de la tutela judicial efectiva lo constituye la institución de las
medidas cautelares, pues la tutela cautelar judicial es un instrumento que sirve para evitar
el peligro de que la justicia deje en el camino su eficacia, en búsqueda que la sentencia,
que a su vez declare el derecho, pueda ser ejecutada eficaz e íntegramente, de manera que
al obtenerse por este camino la eficacia de la administración de justicia, los derechos, cuya
existencia y protección son declarados por el ordenamiento, puedan hacerse efectivos, y,
de esta forma garantizar la seguridad jurídica.-

El artículo 104 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa,


contempla la posibilidad de suspender los efectos de los actos administrativos:

“A petición de las partes, en cualquier estado y grado del procedimiento el tribunal podrá
acordar las medidas cautelares que estime pertinentes para resguardar la apariencia del
buen derecho invocado y garantizar las resultas del juicio, ponderando los intereses
públicos generales y colectivos concretizados y ciertas gravedades en juego, siempre que
dichas medidas no prejuzguen sobre la decisión definitiva.
El tribunal contará con los más amplios poderes cautelares para proteger a la
Administración Pública, a los ciudadanos o ciudadanas, a los intereses públicos y para
garantizar la tutela judicial efectiva y el restablecimiento de las situaciones jurídicas
infringidas mientras dure el proceso.
En causas de contenido patrimonial, el tribunal podrá exigir garantías suficientes al
solicitante.”

Las medidas cautelares están establecidas en los artículos 103 y siguientes de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa en concordancia con el artículo
585 del Código de Procedimiento Civil que dispone lo siguiente:

“Las medidas preventivas establecidas en este Título las decretará el Juez, sólo cuando
exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo y siempre que se
acompañe un medio de prueba que constituya presunción grave de esta circunstancia y del
derecho que se reclama.”

Es de destacar, que la medida de suspensión de efectos del acto administrativo ha sido


tradicionalmente considerada por la doctrina y la jurisprudencia patria como una
derogatoria al principio de ejecutoriedad y ejecutividad que rige la naturaleza de los actos
administrativos.-

Por su parte, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia ha señalado
de manera reiterada que la suspensión de efectos de los actos administrativos constituye
una medida preventiva establecida por nuestro ordenamiento jurídico, mediante la cual,
haciendo excepción al principio de ejecutoriedad del acto administrativo consecuencia de
la presunción de legalidad, se procura evitar lesiones irreparables o de difícil reparación al
ejecutarse una eventual decisión anulatoria del auto, porque ello podría constituir un
atentado a la garantía del derecho fundamental de acceso a la justicia y al debido proceso.-
Asimismo, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, se ha
pronunciado referente a las condiciones que se deben cumplir para que se acuerden las
referidas medidas innominadas, señalando que a los efectos del otorgamiento de la
protección cautelar deben cumplirse una serie de requisitos o condiciones fundamentales
para que el juez acuerde dicha protección; y que en ese sentido, deberá probarse: 1) La
presunción de la existencia del derecho alegado (fumus bonis iuris) o que el derecho que
se pretende proteger aparezca como probable y verosímil, es decir, que de la apreciación
realizada por el sentenciador al decidir sobre la protección cautelar, aparezca tal derecho
en forma realizable en el sentido de existir altas posibilidades de que una decisión de
fondo así lo considere, 2) El riesgo de que quede ilusoria la ejecución del fallo (periculum
in mora), y 3) Que existiere el temor fundado de que una de las partes pudiera causarle
lesiones graves o de difícil reparación al derecho de la otra (periculum in damni).

En este sentido, debe el Juez velar porque su decisión se fundamente no sólo en un simple
alegato de perjuicio, sino en la argumentación y acreditación de hechos concretos de los
cuales nazca la convicción de un posible perjuicio real y procesal para el recurrente. Por
tanto, las medidas preventivas proceden sólo cuando se verifiquen concurrentemente los
supuestos que las justifican, esto es, que las medidas sean necesarias a los fines de evitar
perjuicios irreparables o de difícil reparación, o bien para evitar que el fallo quede ilusorio,
y que adicionalmente resulte presumible que la pretensión procesal principal resultará
favorable, a todo lo cual debe agregarse la adecuada ponderación del interés público
involucrado; significa entonces que deben comprobarse los requisitos de procedencia de
toda medida cautelar: el riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo y la
presunción grave del derecho que se reclama.-

En efecto, el correcto análisis acerca de la procedencia de la medida cautelar solicitada


requiere de la verificación del periculum in mora, la determinación del fumus boni iuris,
pues mientras aquél es exigido como supuesto de procedencia en el caso concreto, ésta la
presunción grave de buen derecho, es el fundamento mismo de la protección cautelar,
dado que en definitiva sólo a la parte que posee la razón en juicio puede causársele
perjuicios irreparables que deben ser evitados, bien que emanen de la contraparte o sean
efecto de la tardanza del proceso. Además de los requisitos antes expuestos, una condición
adicional es el periculum in damni que es, el fundado temor de que una de las partes pueda
causar lesiones graves o de difícil reparación al derecho de la otra, tal como se expuso
precedentemente, siendo esta última la razón de la medida cautelar innominada ya que en
virtud de este peligro, es que el Tribunal podrá actuar, autorizando o prohibiendo, la
ejecución de determinados actos y adoptar las providencias que tengan por objeto hacer
cesar la continuidad de la lesión.

Establecidos lo anterior, pasa este Juzgado a verificar su cumplimiento en el caso


concreto, y en tal sentido observa: que la parte recurrente solicita la medida cautelar a los
fines de que sean suspendidos los efectos de la providencia administrativa número No.
0006, de fecha catorce (14) de Noviembre de 2014, dictada en el expediente No. MC-
0005/10-14, por la Unidad en Materia de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso
Comercial, del Ministerio del Poder Popular para el Comercio, que declara:
“(…)
AGOTADA LA VÍA ADMINISTRATIVA PREVIA A LA MEDIDA CAUTELAR DE
SECUESTRO de conformidad con lo establecido en el articulo 41 literal “L” de la Ley de
regulación de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, a los fines de que las
partes indicadas puedan dirimir su conflicto por ante los Tribunales de la República
competentes para tal fin. (…)”
Así pues, este Juzgado Superior observa que la parte recurrente fundamenta su solicitud de
medida cautelar en la existencia de una demanda de desalojo en su contra, la cual cursa
ante el Tribunal Vigésimo Segundo de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, expediente Nº Ap31-V-2014-
001765, la cual se encuentra etapa de sentencia, lo que implica que la decisión del
mencionado procedimiento de desalojo será dictada primero que la sentencia que resuelva
el fondo del presente recurso de nulidad.

Siendo que el fondo controvertido en el presente recurso de nulidad, gira sobre la legalidad
o ilegalidad del acto administrativo objeto de litigio, y la medida de suspensión de efecto
esta dirigida a paralizar el proceso judicial que se sigue ante el Tribunal Vigésimo
Segundo de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, expediente Nº Ap31-V-2014- 001765, quien decide
considera oportuno pronunciarse sobre lo que se ha denominado en el derecho como
cuestión prejudicial y al respecto, la Sala de Casación Social en sentencia nº 624 del 21 de
mayo de 2014, con ponencia del magistrado Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez,
estableció:

“(…) En este sentido, considera esta Sala oportuno señalar que la doctrina y la
jurisprudencia entienden por prejudicialidad, toda cuestión que requiera o exija una
resolución anterior y, previa a la sentencia de lo principal, por estar o hallarse subordinada
a aquella, a los fines de determinar su procedencia o no.
Con relación a la existencia de una cuestión prejudicial que deba resolverse en un proceso
distinto se exige: a) la existencia efectiva de una cuestión vinculada con la materia de la
pretensión a ser debatida ante el órgano jurisdiccional; b) que esa cuestión curse en un
procedimiento judicial distinto de aquel en que se ventilará dicha pretensión; y, c) que la
vinculación entre la cuestión planteada en el otro proceso y la pretensión reclamada en el
proceso posterior influya de tal modo en la decisión de éste, que sea necesario resolverla
con carácter previo a la sentencia, sin posibilidad de desprenderse de aquella. (vid.
sentencias de la Sala Político-Administrativa de fechas 9 de octubre de 1997, 28 de mayo
de 1998 y 10 de junio de 1999, entre otras).
De esta manera, lo esencial para que proceda la prejudicialidad, es que la cuestión sea de
naturaleza tal que su resolución ha de anteceder necesariamente a la decisión del asunto en
el cual se plantea, por constituir aquella un requisito previo para la procedencia de ésta.

Es claro, que el proceso judicial que sigue Tribunal Vigésimo Segundo de Municipio
Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, expediente No. Ap31-V-2014- 001765, esta sujeto a lo que se decida este
Juzgado Superior de fondo en el presente recurso de nulidad, por lo que es evidente que la
causa ventilada en el Tribunal antes mencionado debe estar en conocimiento del presente
recurso que se sustancia en este expediente y más aun en la sentencia de fondo que
ineludiblemente tiene incidencia en las resulta del juicio en el ámbito civil, para así evitar
sentencias inútiles que adolezcan de vicios atentando con el principio de celeridad procesal
y el debido proceso constitucional.

Ahora bien, siendo que los requisitos denominados tradicionalmente fumus boni iuris y
periculum in mora, no se configuran en el caso concreto, y en virtud de todos los
razonamientos expuestos, estima este Juzgado Superior Cuarto en lo Civil y Contencioso
Administrativo de la Región Capital que no se han verificados los requisitos de
procedencia de la tutela cautelar solicitada, resulta forzoso para este administrador de
justicia declarar IMPROCEDENTE la medida cautelar solicitada por la parte recurrente.
Así se decide.

III
DECISIÓN

Por todas y cada una de las razones de hecho y de derecho antes expuestas, este Juzgado
Superior Cuarto en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara
IMPROCEDENTE la solicitud de medida cautelar de suspensión de efectos de la
Providencia Administrativa No. 0006, de fecha catorce (14) de Noviembre de 2014,
dictada en el expediente No. MC-0005/10-14, por la Unidad en Materia de Arrendamiento
Inmobiliario para el Uso Comercial, del Ministerio del Poder Popular para el Comercio,
interpuesta por las ciudadanas ELEUDA LIZ CARRERO y ODILO ALONSO, titulares de
las cédulas de identidad números V- 9.704.903 y V- 6.276.009, respectivamente. En
consecuencia pasa este Tribunal a precisar el dispositivo del fallo en los términos
siguientes:

PRIMERO: Se declara IMPROCEDENTE la solicitud de medida cautelar de suspensión


de efectos de la Providencia Administrativa No. 0006, de fecha catorce (14) de Noviembre
de 2014, dictada en el expediente No. MC-0005/10-14, por la Unidad en Materia de
Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, del Ministerio del Poder Popular para
el Comercio.

SEGUNDO: Se ORDENA la publicación del presente fallo en la página Web del Tribunal
Supremo de Justicia.

PUBLÍQUESE, REGÍSTRESE Y NOTIFÍQUESE

Dada, firmada y sellada en el Despacho del Juzgado Superior Cuarto en lo Civil y


Contencioso Administrativo de la Región Capital, en la ciudad de Caracas, a los
veintinueve (29) días del mes de septiembre del año dos mil quince (2015). Años 205º de
la Independencia y 156º de la Federación.

EMERSON LUIS MORO PÉREZ


EL JUEZ

GABRIEL JOSÉ RODRÍGUEZ PONCE

El SECRETARIO

En esta misma fecha de hoy siendo las diez horas exactas de la mañana (10:00 a.m.) se
publicó la anterior decisión, dando cumplimiento a lo ordenado en el presente dispositivo
de fallo.

GABRIEL JOSÉ RODRÍGUEZ PONCE

El SECRETARIO

Expediente. N° 07562.-
ELMP/GJRP/Yard.-
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL

Tribunal Vigésimo Segundo de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la


Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas
205º y 156º

ASUNTO: AN3E-X-2015-000002

PARTE ACTORA: JOSEFINA MARCANO AGUILERA, titular de la cédula de


identidad Nº V- 903.229.-
APODERADO JUDICIAL DE LA PARTE ACTORA: ROBERTO ALVARADO
BLANCO, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 15.378.-
PARTE DEMANDADA: ELEUDA LIZ CARRERO HERNANDEZ y ODILO ALONSO
PEREZ, titulares de las cédulas de identidad Nº V- 9.704.903 y V- 6.276.009,
respectivamente.-
APODERADAS JUDICIALES DE LA PARTE DEMANDADA: ANA MARIA
CAFORA DRAGONE y LUCRECIA CAFORA D., inscritas en el Inpreabogado bajo los
Nros. 86.739 y 45.864, respectivamente.-

MOTIVO DE LA DEMANDA: DESALOJO.-

SENTENCIA: INTERLOCUTORIA. (Oposición a la medida de Preventiva de Secuestro)

I
NARRATIVA
Se refiere la presente causa a una demanda de DESALOJO, intentada por la ciudadana
JOSEFINA MARCANO AGUILERA contra los ciudadanos ELEUDA LIZ CARRERO
HERNANDEZ y ODILO ALONSO PEREZ.-
Aduciendo la representación judicial de la actora que su mandante es propietaria de un
local comercial distinguido con el N° 113, ubicado en la Mezzanina, dentro de la sede del
Centro Comercial Las Mercedes, de la Urbanización Las Mercedes y que en fecha 02 de
agosto de 2004 suscribió contrato de arrendamiento a tiempo determinado con los
ciudadanos ELEUDA LIZ CARRERO HERNANDEZ y ODILO ALONSO PEREZ,
siendo extendido dicho contrato mediante anexo de fecha 28 de mayo de 2007,
suscribiendo posteriores contratos, siendo el último suscrito en fecha 01 de agosto de 2011
con vigencia del 01 de julio de 2011 al 30 de junio de 2012.
Que en fechas 09 de mayo, 27 de noviembre de 2012, y 26 de junio de 2014, mediante
notificación practicada por la Notaría Pública Cuarta del Municipio Baruta del Estado
Miranda, la primera, y por la Notaría Pública Quinta del Municipio Baruta del Estado
Miranda, la segunda, se le participó a los arrendatarios que el contrato en cuestión no sería
prorrogado a su vencimiento.
Que transcurridos los dos (2) años de prorroga legal sin que los arrendatarios hayan
entregado el inmueble, es por lo que procede a interponer demanda de Desalojo.
La demanda se admitió mediante auto de fecha 08 de enero de 2015, por los trámites del
procedimiento oral.-
En fecha 24 de febrero de 2015, de conformidad con lo establecido en el artículo 585 y el
numeral 2° del artículo 588 del Código de Procedimiento Civil, este tribunal decretó
Medida de Secuestro sobre el inmueble de uso comercial que a continuación se identifica:
“Local comercial distinguido con el Nro. 113, Planta Nivel Mezzanina, Centro Comercial
Paseo Las Mercedes, Municipio Baruta del Estado Miranda”.-
En fecha 09 de marzo de 2015, la representación judicial de la parte demandada consignó
escrito de oposición a la medida Preventiva de Secuestro, en virtud, en virtud de la falta de
motivación del decreto de la medida de secuestro, conforme a la tendencia jurisprudencial
actual, en concordancia a lo establecido en el parágrafo segundo del artículo 588 y 602 del
Código de Procedimiento Civil.-
En fecha 19 de marzo de 2015, la representación judicial de la parte demandada consignó
escrito de promoción de pruebas documentales, las cuales fueron admitidas mediante auto
dictado en esa misma fecha.
Siendo esta la oportunidad para dictar decisión en la presente oposición, esta Juzgadora
pasa a hacerlo en los siguientes términos:
II
ALEGATOS DE LA PARTE DEMANDADA EN SU ESCRITO DE OPOSICIÓN A LA
MEDIDA:
Hizo oposición a la Medida Preventiva de Secuestro, por cuanto el Tribunal no motivó el
decreto de dicha medida, toda vez que el mismo está obligado a fundamentar las razones y
motivos que lo llevaron a considerar probado el “periculum in mora”, el “fumus bonus
iuris” y el “periculum in damni”.-
Asimismo, señaló la representación judicial de la parte demandada que el Tribunal solo
fundamentó el decreto de la medida de secuestro haciendo una simple mención del artículo
41 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Regulación de Arrendamiento
Inmobiliario para el Uso Comercial, lo cual a su entender, es simplemente una instancia
administrativa, con la que el legislador trata de instar a la conciliación de las partes antes
de acudir a la vía jurisdiccional, sin analizar si se encuentran llenos los extremos de los
requisitos establecidos en el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil para su
procedencia.

III
DE LAS PRUEBAS
DE LAS PRUEBAS APORTADAS
PRUEBAS DE LA PARTE DEMANDADA OPOSITORA
• Copia Simple de Contrato suscrito por sus representados y la ciudadana JOSEFINA
MARCANO AGUILERA, en fecha 08 de julio de 2008, debidamente autenticado por ante
la Notaría Pública Séptima del Municipio Baruta del Estado Miranda, bajo el N° 12, Tomo
85.
• Copia Simple de Anexo de contrato, de fecha 11 de agosto de 2009, en el cual la
arrendadora notifica a sus representados la prorroga legal, el tiempo de la misma y el
canon de arrendamiento que regiría para ese momento.
• Copia Simple de Contrato de arrendamiento suscrito en fecha 1° de agosto de 2011,
debidamente autenticado por ante la Notaría Pública Novena del Municipio Baruta del
Estado Miranda, bajo el N° 31, Tomo 70.
• Copia Simple de Comprobante de depósito a nombre de la arrendadora, por concepto de
canon de arrendamiento correspondiente al mes de marzo de 2015.

Este Tribunal con respecto a las pruebas promovidas por la parte demandada-opositora,
por cuanto la valoración de las mismas influye en el mérito de la causa, no serán valoradas
por quien decide en esta sentencia interlocutoria, toda vez que tocaría con su análisis el
fondo de la presente controversia, y ASI SE DECIDE.

DE LA DECISIÓN DEL TRIBUNAL

El Tribunal pasa a decidir sobre la oposición a la Medida Preventiva de Secuestro


decretada en fecha 24 de febrero de 2015, en base a las siguientes consideraciones:
Las medidas preventivas previstas en el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil y
siguientes, tienen por objeto no solo operar como un medio que garantice la ejecución del
fallo, atendiendo a la urgencia de las partes frente a la pretensión de la contraparte ante la
evidencia de que la sentencia de fondo requerirá de un lapso en el cual puede modificarse
maliciosamente la situación patrimonial de las mismas, ésta última es una de las razones
fundamentales de las cautelas judiciales.
De igual modo el mencionado articulo 585 eiusdem, establece que las medidas preventivas
serán decretadas por el Juez solo cuando exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la
ejecución del fallo y siempre que se acompañe un medio de prueba que constituya
presunción grave de esta circunstancia y del derecho que se reclama. Asimismo instituye
la judicialidad de las medidas cautelares, ya que solo el juez puede acordar las medidas,
porque estas medidas necesariamente se traducen en una restricción o limitación al
ejercicio de los derechos fundamentales.
La doctrina venezolana ha conceptualizado las medidas preventivas en disposiciones de
precaución adoptadas por el juez, a instancia de parte, a fin de asegurar los bienes
litigiosos y evitar la insolvencia del obligado o demandado antes de la sentencia.
Ahora bien, para que procedan las medidas preventivas debe tomarse en cuenta lo
siguiente:
• Que exista un juicio pendiente. No solo basta la presentación del libelo de la demanda,
debió ser admitida la misma por el tribunal con posterioridad.
• La presunción de buen derecho que se reclama o el Fumus Boni Iuris.
• Que exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo o el Periculum
in Mora.
• Que la petición encaje dentro de los casos taxativamente determinados en el Código de
Procedimiento Civil.
En este mismo orden de ideas, la oposición a una cautelar debe atender a la finalidad de
acreditar que los extremos de procedencia de la medida no están cubiertos, es decir, a la
ilegalidad del decreto, bien por injusto o por no ajustarse a los presupuestos de la ley.
Señala el autor Jesús Pérez González que “...las medidas cautelares no son meramente
discrecionales de los jueces, sino que, una vez que se verifique el cumplimiento de los
requisitos que establece la norma para su otorgamiento, el órgano jurisdiccional debe
dictarlas, pues otorgar una medida cautelar sin que se cumplan los requisitos de
procedencia violaría flagrantemente el derecho a la tutela judicial efectiva de la
contraparte de quien solicitó la medida y no cumplió sus requisitos; y al contrario, negarle
tutela cautelar a quien cumple plenamente los requisitos implica una violación de su
derecho a la tutela judicial efectiva, uno de cuyos atributos esenciales es el derecho a la
efectiva ejecución del fallo, lo cual solo se consigue, en la mayoría de los casos, a través
de la tutela cautelar...”. (Pérez González, Jesús. El derecho a la tutela jurisdiccional.
Madrid, Civitas, segunda edición, 1989, pp. 227 y ss).
En relación con el poder cautelar del juez, la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal
ha establecido:

“...puede afirmarse que el juez dictará la medida preventiva cuando exista presunción del
derecho que se reclama (fumus boni iuris) y riesgo de que quede ilusoria la ejecución del
fallo, esto es, de que no sean plenamente ejecutables las resultas del juicio (periculum in
mora), ya que, en función a la tutela judicial efectiva, las medidas cautelares en este
ámbito no son meramente discrecionales de los jueces, sino que, una vez que se verifique
el cumplimiento de los requisitos que establece la norma para su otorgamiento, el órgano
jurisdiccional debe dictarlas.

En definitiva, el otorgamiento de una medida cautelar sin que se cumplan los requisitos de
procedencia violaría flagrantemente el derecho a la tutela judicial efectiva a la contraparte
de quien solicitó la medida y no cumplió sus requisitos; y al contrario, la negación de la
tutela cautelar a quien cumple plenamente los requisitos implica una violación a ese
mismo derecho fundamental, uno de cuyos atributos esenciales es el derecho a la eficaz
ejecución del fallo, lo cual sólo se consigue, en la mayoría de los casos, a través de la
tutela cautelar...”. (Sent. 14/12/04, Caso: Eduardo Parilli Wilhem). (Negritas de la Sala).

A los fines de decretar una cautelar y específicamente en el caso que nos ocupa, sobre el
inmueble destinado a local comercial de los dispuestos en el artículo 2° del Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley de Regulación de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso
Comercial, el juez debe hacer un análisis, no solo de los requisitos establecidos en el
artículo 585 del Código de Procedimiento Civil y siguientes, sino que debe a su vez,
comprobar que se haya cumplido con el supuesto exigido en el artículo 41 del mencionado
Decreto Ley de Regulación de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, en su
literal “L”, en virtud de existir prohibición taxativa en lo que se refiere al decreto de
medidas cautelares de secuestro, sin que se haya agotado la instancia administrativa
correspondiente, siendo en consecuencia impositivo para el juez examinar que dicho
presupuesto se encuentre lleno; habiendo quien aquí decide, decretado la medida sobre la
cual hoy se decide la oposición, en base a las documentales acompañadas al escrito
Libelar, como son los contratos de arrendamientos suscrito por ambas partes, copia simple
del documento de propiedad del inmueble y notificaciones practicadas por Notaría
Pública, en la cual se le notificó a los demandados la no prórroga del contrato de
arrendamiento, así como Providencia Administrativa N° 0006, de fecha 14 de noviembre
de 2014, emanada de la Unidad de Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial,
cuya valoración no le es dable a esta juzgadora hacerla en esta sentencia sin incurrir en
adelanto de opinión sobre la sentencia de fondo.
Asimismo, la actora al momento de la solicitud del decreto de la medida de secuestro trajo
documentos -que se analizarán y valorarán en la sentencia de mérito- que demostraron
para el momento y con los mismos que su petición llenaba los extremos exigidos en el
señalado artículo y en la Ley Adjetiva, a saber: a) La presunción de buen derecho que se
reclama, y; b) El riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo, así como el
requisito de Ley de demostrar que la vía administrativa correspondiente fue agotada; y que
por tal razón fue decretada, tal como se estableció en el mencionado decreto al
fundamentarse de la manera siguiente: “…Ahora bien, por cuanto se desprende de los
recaudos consignados por la representación judicial de la parte actora, Providencia
Administrativa, Nro. 0006, de fecha 14 de noviembre de 2014, de la Unidad en Materia de
Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, del Ministerio del Poder Popular para
el Comercio mediante la cual se declaró agotada la vía administrativa previa a la Medida
Cautelar de Secuestro, este Tribunal, de conformidad con lo establecido en el artículo 585
y el numeral 2° del artículo 588 del Código de Procedimiento Civil, decreta Medida de
Secuestro sobre el inmueble de uso comercial que a continuación se identifica: “Local
comercial distinguido con el Nro. 113, Planta Nivel Mezzanina, Centro Comercial Paseo
Las Mercedes, Municipio Baruta del Estado Miranda”.
Ahora bien, por cuanto la Medida Preventiva de Secuestro decretada en fecha 24 de
febrero de 2015, fue fundamentada atendiendo los extremos exigidos tanto en la norma
civil adjetiva, como en el Decreto Ley de Regulación de Arrendamiento Inmobiliario para
el Uso Comercial, considera quien aquí decide que la oposición realizada no puede
prosperar en derecho, por lo que resulta forzoso para este Tribunal declarar SIN LUGAR
LA OPOSICIÓN A LA MEDIDA DE SECUESTRO DECRETADA, Y ASI SE DECIDE.
PARTE DISPOSITIVA

En mérito de la anterior exposición este Tribunal Vigésimo Segundo de Municipio


Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por
autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR LA OPOSICIÓN a la medida de SECUESTRO
decretada por este Tribunal, y formulada por la parte demandada. En consecuencia SE
CONFIRMA LA MEDIDA DE SECUESTRO decretada por este Juzgado en fecha
veinticuatro (24) de febrero de Dos Mil Quince (2015).-
De conformidad con el artículo 251 del Código de Procedimiento Civil, se ordena la
notificación de las partes de la presente decisión.
Se condena en costas a la parte demandada, de conformidad con el artículo 274 del Código
de procedimiento Civil.
REGÍSTRESE Y PUBLÍQUESE.-
Dada, firmada y sellada en la Sala de despacho del Tribunal Vigésimo Segundo de
Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en Los Cortijos de Lourdes, a los treinta (30) días del mes de
septiembre de Dos Mil Quince (2015). 205 Años de Independencia y 156 Años de
Federación.-
LA JUEZ,

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
CIRCUITO JUDICIAL DE TRIBUNALES DE MUNICIPIO ORDINARIOS Y
EJECUTORES DE MEDIDAS DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS
TRIBUNAL VIGÉSIMO CUARTO DE MUNICIPIO ORDINARIO Y EJECUTOR DE
MEDIDAS DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ÁREA METROPOLITANA
DE CARACAS
JUEZ: VICTOR MARTIN DIAZ SALAS
ASUNTO PRINCIPAL: AP31-V-2015-000198
PARTE DEMANDANTE: GRUPO BELSU, C.A., sociedad mercantil inscrita en el
Registro Mercantil IV de la Circunscripción Judicial del Distrito Capital y Estado
Miranda, bajo el Nº 4, Tomo 136-A-Cto, de fecha 18 de diciembre de 2007 y ciudadano
ROBERTO BELLELI DEL MONTE, titular de la cédula de identidad Nº V-2.940.069.
APODERADOS JUDICIALES
DE LA PARTE DEMANDANTE: HAYDEE CONTRERAS, ALEJANDRO R. YEMES
y ALEJANDRO YEMES NAVA, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 12.645,
37.117 y 77.209, respectivamente.-
PARTE DEMANDADA:

Ciudadano HENRY HERNAN LOPEZ ROBLES, titular de la cédula de identidad Nº V-


15.149.722
APODERADOS JUDICIALES DE LA PARTE DEMANDADA: JULIO CESAR
TERAN, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 82.740
MOTIVO: DESALOJO

I
En la causa seguida por los abogados HAYDEE CONTRERAS, ALEJANDRO R.
YEMES, y ALEJANDRO YEMES NAVA, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nº
12.645, 37.117 y 77.209, respectivamente, en su carácter de apoderados judiciales la
sociedad mercantil Grupo Belsu, C.A., propietario-arrendador del inmueble objeto del
juicio y del ciudadano Roberto Belleli del Monte, titular de la cédula de identidad Nº V-
2.940.069, en su carácter de arrendatario-subarrendador del mismo inmueble, en contra
del ciudadano Henry López, titular de la cédula de identidad N° V-15.149.722,
representado por el abogado Julio César Terán Martínez, inscrito en el Inpreabogado bajo
el número 82.740, se celebró en fecha tres (3) de diciembre de 2015, el debate oral y se
produjo la decisión, conforme consta en el acta que en esa oportunidad se levanto. Ahora
bien, estando en la oportunidad de publicar el fallo completo, conforme lo dispone el
artículo 877 del Código de Procedimiento Civil, se procede a ello, advirtiendo que se hará
sin narrativa en acatamiento de esa misma norma. A tal efecto tenemos:
TERMINOS DE LA CONTROVERSIA
La parte demandante sostiene que según documento autenticado por ante la Notaria
Publica Cuarta del Municipio Baruta del estado Miranda, en fecha 17 de octubre de 2008,
asentado bajo el Nº 68, Tomo 100 de los libros respectivos, la sociedad de comercio
Grupo Belsu, C.A dio en arrendamiento el inmueble situado en la Planta Baja de la
Quinta contigua a la Policlínica Las Mercedes, ubicada en la avenida Principal de las
Mercedes, Calle California, Edificio Centro Belsu, Urbanización Las Mercedes,
Municipio Baruta del Estado Miranda, al ciudadano Roberto Belleli Del Monte, titular de
la cédula de identidad Nº V-2.940.069. Que en virtud de la cláusula sexta de este
contrato, el ciudadano Roberto Belleli Del Monte, en fecha 11 de abril de 2013,
subarrendó al ciudadano Henry Hernán López Robles, según consta de documento
debidamente autenticado ante la Notaria Publica Cuarta del Municipio Baruta del estado
Miranda, de fecha 11 de abril de 2013, anotado bajo el Nº 29, Tomo 47, de los libros de
autenticaciones llevados por esa Notaria. Que el ciudadano Henry Hernán López Robles,
en su carácter de subarrendador incumplió con las obligaciones adquiridas en el contrato
de subarrendamiento al dejar de cancelar los cánones de arrendamiento relativos a los
meses de julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre de 2014, igualmente,
al dejar de cumplir la obligación que tiene de pagar el agua potable que surte la empresa
Hidrocapital y además cambió el uso de inmueble objeto de litis de un bar restaurant a
una discoteca, lo cual contraviene directamente con lo estipulado en las cláusulas de la
relación arrendaticia. La parte demandada, en sus alegatos sostiene en síntesis que
cumplió con la obligación contractual de cancelar los cánones de arrendamiento mediante
de transferencias bancarias realizadas por medio del banco Banesco a una cuenta de la
cual es titular el ciudadano Roberto Belleli Del Monte. Alego además, que en virtud del
contrato celebrado por las partes, el subarrendador autorizó al subarrendatario a ejercer en
el local toda actividad concerniente y relacionada a un bar, restaurant, arepera, lonchería,
pizzería, pastelería y cafetería y todas aquellas relacionadas con el objeto de la compañía,
razón por la cual su representado obtuvo la licencia de expedido de licores, y que por lo
tanto éste no cambio en modo alguno el destino para el cual es usado el local en cuestión,
y que el subarrendador siempre ha tenido conocimiento de esta situación, razón por la
cual mal podría en estos momentos desconocer la existencia de estos elementos.
II
PRUEBAS
Durante la causa las partes aportaron los siguientes elementos probatorios:
1. Documento de propiedad debidamente protocolizado ante el Registro Público del
Primer circuito del Municipio Baruta del estado Miranda, de fecha 26 de septiembre de
2008, anotado bajo el Nº 2008.44, asiento registral 1 del inmueble matriculado con el Nº
241.13.16.1.45, correspondiente al Libro del Folio Real del año 2008.
2. Estatutos sociales de la empresa Grupo Belsu, C.A.
3. Contrato de arrendamiento autenticado por ante la Notaria Publica Cuarta del
Municipio Baruta del estado Miranda, en fecha 17 de octubre de 2008, asentado bajo el
Nº 68, Tomo 100 de los libros respectivos.
4. Contrato de arrendamiento otorgado ante la Notaria Publica Cuarta del Municipio
Baruta del estado Miranda, de fecha 11 de abril de 2013, anotado bajo el Nº 29, Tomo 47,
de los libros de autenticaciones llevados por ante esa notaria.
5. Inspección Ocular realizada por la Notaria Publica Tercera del Municipio Baruta del
estado Miranda, realizada fecha 12 de septiembre de 2014.
6. Acta de audiencia de conciliación realizada en fecha 07 de noviembre de 2014, ante la
Unidad en Materia de Arrendamientos Inmobiliarios para el Uso Comercial, adscrita al
Departamento de Gestión Comercial del Ministerio del Poder Popular para el Comercio,
en el Procedimiento Administrativo Previo, signado bajo el Nº MC-0004/10-14.
7. Providencia Administrativa producida por la Unidad en Materia de Arrendamientos
Inmobiliarios para el Uso Comercial, adscrita al Departamento de Gestión Comercial del
Ministerio del Poder Popular para el Comercio, en el Procedimiento Administrativo
Previo, signado bajo el Nº MC-0004/10-14.
8. Reportes emitidos por la empresa de seguridad El Regimiento, C.A.
9. Notificación judicial realizada por el Tribunal Octavo de Municipio Ordinario y
Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
signada bajo el Nº AP31-S-2014-011226.
10. Notificación Judicial de fecha 25 de febrero de 2015, a través del Tribunal Cuarto de
Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, signada bajo el Nº AP31-S-2015-000893.
11. Informe Técnico Nº DP-BAR-006-14, producido por la Coordinación Nacional de
Bomberos y Bomberas y Administración de Emergencias de Carácter Civil, expediente
SR-1055-2005.
12. Avisos de cobro de cánones insolutos.
13. Contrato de fecha 11 junio de 2004, autenticado por ante la Notaria Pública Cuarta del
Municipio Baruta del estado Miranda, anotado bajo el Nº 02, Tomo 41, de los libros de
autenticaciones llevados por esa Notaria.
14. Contrato de Arrendamiento autenticado por ante la Notaria Pública Cuarta del
Municipio Baruta del estado Miranda en fecha 26 de febrero de 2007, bajo el Nº 06,
Tomo 13, de los libros de autenticaciones llevados por esa Notaria.
15. Contrato de fecha 22 de junio de 2009, autenticado por ante la Notaria Pública Cuarta
del Municipio Baruta del estado Miranda, quedando anotada bajo el Nº 47, Tomo 51 de
los libros de autenticaciones llevados por esa notaria.
16. Contrato celebrado en fecha 30 de septiembre de 2011 autenticado por ante la Notaria
Pública Cuarta del Municipio Baruta del estado Miranda, quedando anotado bajo el Nº
16, Tomo 135, de los libros de autenticaciones llevados por esa notaria.
17. Carta suscrita por el ciudadano Roberto Belleli en donde autoriza al ciudadano Henry
Hernán López Robles, a ejercer en el local toda actividad concerniente a un bar,
restaurante, arepera, lonchería, pizzería, pastelería y cafetería.
18. Copia simple de las transferencias bancarias relativas al pago del canon de
subarrendamiento, de los meses que van desde el mes de agosto de 2014 hasta febrero de
2015.
19. Factura Nº 5726, de fecha 29 de julio de 2014, emitida por el ciudadano Roberto
Belleli.
20. Las resultas de las inspecciones practicadas por este Juzgado en la tramitación del
cuaderno de medidas.
21. Resultas de la prueba de informes remitida al Banco Banesco, Banco Universal, C.A.
22. Resultas de la prueba de informes relativa a la Superintendencia de las Instituciones
del Sector Bancario.
Durante la audiencia se recibieron las posiciones juradas que fueron absueltas por ambas
partes. Igualmente el Tribunal en compañía de los representantes de las partes procedió a
observar el video realizado durante la inspección Ocular realizada por la Notaria Publica
Tercera del Municipio Baruta del estado Miranda, realizada fecha 12 de septiembre de
2014.
Adminiculando las pruebas y apreciándolas en su conjunto, se establece que entre las
partes aquí en conflicto existe un contrato de arrendamiento que tiene por objeto el
inmueble situado en la Planta Baja de la Quinta contigua a la Policlinica Las Mercedes,
ubicada en la avenida Principal de las Mercedes, Calle California, Edificio Centro Belsu,
Urbanización Las Mercedes, Municipio Baruta del estado Miranda. Que dicha relación
locativa se inició en fecha 11 de junio de 2004, mediante instrumento autenticado. Que
las partes estipularon que el uso del local sería el de bar-restaurant al disponer: “3. El
arrendatario se obliga a utilizar el Local arrendado únicamente para uso comercial,
específicamente para explotar el ramo de BAR-RESTAURANT, comprometiéndose
expresamente a no cambiar su destino, sin el previo consentimiento de EL
ARRENDADOR que a tal efecto sea dado por escrito. El cambio de destino no
autorizado por el Arrendador dará derecho a éste a exigir la Resolución inmediata del
presente Contrato”. Que además se estipuló como prohibiciones sobre el uso del mismo
en la cláusula 8 lo siguiente: “EL ARRENDATARIO se obliga a no utilizar como
hospedaje el inmueble arrendado mediante este Contrato y a no permitir que familia o
persona alguna se hospede ni temporal ni definitivamente dentro del mismo. Igualmente,
EL ARRENDATARIO no realizará acciones que causen molestas a sus vecinos ni
permitirán que terceras personas las realicen. Tomando en consideración que el local
arrendado se encuentra adyacente a una Clínica Privada, EL ARRENDATARIO no
realizará actividades que causen molestias o perturbaciones a los pacientes de la Clínica
ni a los Médicos que laboran en los Consultorios (música, rumores, ruidos, olores, etc)
EL ARRENDATARIO no podrá vender, no despacha, ni comercial venta de licores al
detal en ninguna circunstancia o evento. Así mismo el ARRENDATARIO se
compromete a no realizar ninguna actividad musical que perturbe a los pacientes de la
clínica o que incomode a los médicos y demás profesionales que trabajen en dicha clínica.
La falta de cumplimiento por parte de EL ARRENDATARIO de esta cláusula estipulada,
será causa suficiente para EL SUBARRENDADOR pueda pedir su inmediata resolución,
la entrega inmediata del inmueble completamente desocupado de bienes y personas y el
pago de los daños y perjuicios que por tal motivo se deriven, siendo por la exclusiva
cuenta de EL ARRENDATARIO, el pago de las costas y costos judiciales o de los gastos
extrajudiciales y honorarios de abogado que se ocasionen”.
Igualmente, se establece que en el curso de la relación locativa el arrendatario destinó el
local comercial arrendado a la explotación comercial de una discoteca que funcionó
temporalmente en el mismo y se identificó como “LEVEL”. Este hecho que quedó
demostrado con la inspección ocular realizada por la Notaria Publica Tercera del
Municipio Baruta del estado Miranda, realizada fecha 12 de septiembre de 2014 y que fue
reconocido por el accionado en el curso del procedimiento administrativo que se siguió
previo a este juicio cuando en la misma manifestó: “…no se puede hacer diciendo
mentira, porque en el escrito plantea el accionarte que hay una discoteca hablando de
tiempo presente, lo cierto es que ya no existe, esa situación no se va dar más porque fue
un error que hizo la hija de mi representado…”
Se establece también que el arrendatario realizó mediante transferencias bancarias los
pagos de las pensiones de arrendamiento que se han señalado como insolutas.
III
MERITO
En el presente caso se pretende el desalojo de el inmueble situado en la Planta Baja de la
Quinta contigua a la Policlinica Las Mercedes, ubicada en la avenida Principal de las
Mercedes, Calle California, Edificio Centro Belsu, Urbanización Las Mercedes,
Municipio Baruta del estado Miranda, de conformidad con lo dispuesto en la Ley de
Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, la cual en su artículo
40 establece las causales de desalojo, destacándose para el presente caso las causales
establecidas en los literales a, b y c, los cuales en su orden establecen: a) Que el
arrendatario haya dejado de pagar dos (02) cánones de arrendamiento y/o de (2) cuotas de
condominio o gastos comunes consecutivos; b) Que el arrendatario haya destinado el
inmueble a sus deshonestos, indebidos, en contravención con el contrato de
arrendamiento o las normas que regulen la convivencia ciudadana; c) Que el arrendatario
haya ocasionado al inmueble deterioros mayores que los provenientes del uso normal, o
efectuado reformas no autorizadas por el arrendador.
Ahora bien, en el caso sub iudice, en lo que respecta a la falta de pago de los cánones de
arrendamiento, de las actas que conforman el presente expediente se evidencia que la
parte demandada cumplió fielmente con esta obligación contractual al haber efectuado las
transferencias bancarias que cursan en autos acompañadas a la contestación de la
demanda y que cursan del folio doscientos treinta y cuatro (234) al folio doscientos
cuarenta y uno (241) de la pieza uno del expediente. Siendo así se establece que no se
encuentran llenos los extremos de procedencia de la causal contenida en el literal a del
artículo 40 del Decreto- Ley de Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso
Comercial que exige que el arrendatario haya dejado de pagar dos (02) cánones de
arrendamiento consecutivos y así se decide.
En lo relativo al cambio de destino del inmueble se tiene establecido que en el local
arrendado funcionó temporalmente una discoteca, uso que además de no estar amparado
en lo pactado en el contrato de arrendamiento, resultaba en una abierta inobservancia de
la cláusula 8 del contrato y un uso abiertamente reñido con el destino natural del local
pues se encuentra contiguo a un centro de salud en el cual se presta el servicio de
hospitalización, esta circunstancia permite calificar que por una parte se ha hecho un uso
no autorizado contractualmente, y por la otra, tal uso es contrario a las normas
elementales de convivencia y solidaridad, así las cosas resulta claro que se encuentran
llenos los extremos de procedencia de la causal de desalojo prevista en el literal b del
artículo 40 del Decreto-Ley de Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso
Comercial, así se decide.
En cuanto la causal de desalojo relativa a la modificación del inmueble sin la autorización
del arrendador. Se advierte que no existen pruebas suficientes que permitan establecer la
situación que tenia el local al inicio del arrendamiento, para poder determinar que se han
hecho variaciones al mismo. En razón de ello se estima que no se encuentran llenos los
extremos para que proceda esa causal y así se decide.
Ahora bien en cuanto a la reconvención que ha propuesto alegando que el arrendatario el
derecho preferente de ocupar el inmueble alegando que se encuentra en el supuesto para
que le corresponda una prorroga legal de tres (3) años conforme a Decreto-Ley
Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial. Al respecto debe
advertirse que el artículo 26 ejusdem prevé:
“Al vencimiento de los contratos de arrendamiento con plazos de seis (06) meses o mas,
el arrendatario tendrá derecho a optar por una prorroga legal que será obligatoria para el
arrendador y optativa para el arrendatario, según las siguientes reglas:
Duración de la relación arrendaticia Prorroga máxima
Hasta un (1) año 6 meses
Mas de un (1) año y menos de cinco (5) años 1 año
Mas de cinco (5) años y menos de diez (10) años 2 años
Mas de diez (10) años 3 años

Durante el lapso de prorroga legal, la relación arrendaticia se consideran a tiempo


determinado, y permanecerán vigentes las mismas condiciones, estipulaciones y
actualizaciones de canones, convenidos por las partes en el contrato vigente, salvo las
variaciones del canon de arrendamiento que sean consecuencia de un procedimiento de
regulación”.
Ahora bien, la interpretación de esta norma debe ocurrir en armonía con la teoría general
de los contratos basada en la fuerza de ley que estos tienen entre las partes, en el deber de
las mismas de ejecutarlos de buena fe y en el derecho de resolverlos o exigir su ejecución
judicialmente, cuando se produce el incumplimiento de un contrato bilateral. Estas
circunstancias impiden que el arrendatario que se encuentre incurso en el incumplimiento
del contrato tenga derecho a la prorroga legal. Así y siendo que como se estableció
anteriormente en el presente caso el arrendatario incumplió el contrato al destinar el
inmueble a un uso distinto del pactado y contrario al que por naturaleza puede ser propio
del mismo, violando además los deberes de solidaridad y convivencia, se establece que el
arrendatario no tiene derecho a la prorroga legal y así se decide.
IV
DECISIÓN
Con fundamento en los razonamientos que anteceden el Tribunal Vigésimo Cuarto de
Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, administrando justicia en nombre de la Republica y por la
autoridad de la Ley declara CON LUGAR la demanda y SIN LUGAR la reconvención
intentada por la parte demandada en su escrito de contestación y como consecuencia de
ello se condena a la demandada, a entregar libre de bienes y personas el inmueble
constituido por el local situado en la Planta Baja de la Quinta contigua a la Policlínica Las
Mercedes, ubicada en la avenida Principal de las Mercedes, Calle California, Edificio
Centro Belsu, Urbanización Las Mercedes, Municipio Baruta del estado Miranda.
Con fundamento en el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil, se condena a la
parte demandada al pago de las costas por haber resultado totalmente vencida.-
Regístrese y Publíquese y Déjese Copia Certificada de la presente decisión.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Tribunal Vigésimo Cuarto de
Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, adscrito al Circuito Judicial de los Tribunales de Municipios
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, con sede en Los
Cortijos de Lourdes, a los siete (7) días del mes de enero del año dos mil dieciséis
(2016).- Años: 204º de la Independencia y 156º de la Federación.-
El Juez,

Abg. Víctor Martín Díaz Salas.-


La Secretaria

Abg. Jerimy Uzcategui


En esta misma, se dictó y publicó la anterior sentencia, previas las formalidades de Ley.-
Conste,
La Secretaria,

Abg. Jerimy Uzcategui


VMDS/JU/Pedro.-
EXP. Nº AP31-V-2015-000198

Abg. FLOR DE MARIA BRICEÑO BAYONA

LA SECRETARIA,

IDALINA PATRICIA GONCALVES


En la misma fecha, siendo las dos y veinte de la tarde (02:20 p.m.), se registró y publicó la
sentencia que antecede.-
LA SECRETARIA,

IDALINA PATRICIA GONCALVES.

ASUNTO: AN3E-X-2015-000002

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