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1 LA IMPORTANCIA DEL CONOCIMIENTO HISTÓRICO DE LOS PUEBLOS

INDÍGENAS

Desde mi punto de vista, la historia es una ciencia social que nos permite conocer,
investigar y comprender hechos ocurridos en el pasado; considero que es
importante estudiarla porque a través de diferentes fuentes como libros,
fotografías, videos, mapas o imágenes nos permiten realizar un análisis y
explicación de nuestro pasado, cuestionar nuestro presente y construir nuestro
futuro.

Los pueblos indígenas son de una cultura milenaria que lucha cada día por no
perder sus raíces (costumbres, tradiciones, lengua, vestimenta, ideología, etc.) En
la actualidad se los trata como pueblos invisibles, no se les da valor a su modo de
ver la vida. Son llamados “tercera raza” porque fueron mezclas las cuales
surgieron durante la época de la conquista, pero que en otras regiones luchó por
mantenerse “limpia”, garantizando que por muchos siglos perduraran sus
costumbres.

Estos pueblos originarios llevan un largo proceso de muchos años por


reencontrarse y buscar sus raíces para mantenerlas, lo que, de seguir así, les
garantizaría un futuro como comunidad. Como docentes debemos crear
conciencia en nuestros alumnos para hacerles comprender, que habitamos en un
país pluricultural, por lo tanto la convivencia debe ser respetuosa sin importar las
diferencias. Ya que se suele discriminar a una población sin comprender sus
costumbres y en algunas ocasiones los tratamos como individuos menores.

El conocimiento histórico de los pueblos indígenas es importante porque cada


cultura nos ha aportado tradiciones, costumbres, lenguas, formas de vestir y de
pensar. Forman parte de la cultura que nos da identidad y pluralidad. Además son
parte de nuestra herencia histórica que hemos conservado y transformado a
través de los años, pero que a pesar del paso del tiempo y de los cambios que han
tenido, nos recuerda de dónde venimos y cuáles son nuestras raíces. Y ahora son
parte de nuestro presente, por ello es fundamental darnos el tiempo de aprender a
valorarlos y conocerlos, para así garantizar un futuro sin discriminación para todos.

A través del análisis y la reflexión debemos reconstruir los valores de los pueblos
indígenas los cuales se fundan en la cooperación y reciprocidad de la vida
comunitaria y la responsabilidad individual, en la autoridad de los ancianos; en la
comunicación y responsabilidad intergeneracional; en el derecho colectivo a la
tierra y en la búsqueda y construcción de su bienestar. Pues lo mas importante es
que todos reconozcamos la diversidad, y que esta aceptación se convierta en
nuevas acciones para el respeto a todos los derechos de los pueblos indígenas.
En todo el proceso histórico no existe una concepción única acerca de la historia
tampoco se puede conseguir una verdad histórica porque se suceden y
entrecruzan diversas formas de hacer historia, porque nuestro conocimiento del
pasado es el resultado de un contexto social histórico, político y económico de las
sociedades, en un determinado tiempo histórico y cronológico.

Importancia y valor de los grupos indígenas.

Los grupos indígenas son parte de nuestros orígenes, de nuestra historia, de la


variedad cultural. De acuerdo con la ONU la población indígena mundial se
compone de más de 370 millones de personas, contamos con más de 5,000
grupos étnicos. A pesar de que solo representar el 5 % de la población mundial,
su aportación a la cultura mundial no se puede calcular, se debe valorar. Gracias a
ellos es enorme la diversidad cultural con la que contamos.

Son importantes porque cada uno de ellos nos aporta tradiciones, costumbres,
lenguas, formas de vestir, comer y pensar únicas. Forman parte del mosaico
socio-cultural que nos da identidad y pluralidad Sin ellos nuestra riqueza cultural
sería escaza y limitada.

Además son parte de nuestra herencia histórica que nuestros antepasados nos
han dejado y que ellos han conservado y transformado a través de los años,
pero que a pesar del paso del tiempo y de los cambios que han sufrido, nos
recuerdan de donde venimos y cuales son nuestras raíces. No obstante no
tenemos que considerarlos como simples recuerdos de nuestro pasado. Son
parte de nuestro presente, por ello es fundamental darnos el tiempo de aprende a
valorarlos y conocerlos, para así garantizar un mejor futuro para todos.

Es lamentable el nivel de rechazo y discriminación que sufren los grupos étnicos.


Me pregunto si ser diferente tiene algo de malo. Para mí el tener una forma de
vestir, hablar, pensar distinta a la mayoría es parte de lo que nos distingue como
humanos. Los prejuicios erróneos no nos permiten ser justos con ellos,
otorgándoles un trato desigual y alejándoles las oportunidades que requieren para
mejorar su calidad de vida.

Detengamos a reflexionar por un momento. Generalmente de forma errónea


consideramos a los indígenas como ignorantes y los excluimos por ello. Sin
embargo los ignorantes son aquellos que se niegan la posibilidad de ampliar su
conocimiento de las culturas indígenas.
2 CUÁL ES LA SITUACIÓN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS QUE AÚN
EXISTEN EN EL SALVADOR

Los pueblos indígenas piden no ser olvidados

En El Salvador existen 7 pueblos originarios

Integrantes de las comunidades indígenas participan en un ritual en el Salvador


del Mundo.

Comunidades indígenas del país celebraron ayer el día internacional de pueblos


originales y pidieron una vez más, no ser olvidados y que se den a conocer a las
nuevas generaciones, sus raíces ancestrales.

A la actividad, que se desarrolló en la plaza Salvador del Mundo, asistieron


personas que dijeron pertenecer a comunidades pipiles, lencas y kakawilas.

Numerosos particulares se detenían atraídos por los trajes vistosos y los rituales
que se desarrollaron.

Algunos curiosos lamentaron que no se de más difusión a este tipo de actividades,


precisamente para que otras personas conozcan las raíces culturales del país

“Es importante que la sociedad salvadoreña y el Estado traigan a su memoria


que los pueblos indígenas todavía existimos. Somos pueblos con vivencias y
expresiones que nos conectan con el mundo y la naturaleza” dijo Beatriz Pérez,
coordinadora del Consejo Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño (CCNIS).
Abel Bernal, otro representante del CCNIS, aseguró que tienen años de trabajar
para tener la atención de actores de la sociedad que les permitan garantizar la
preservación de su cultura.

“Estamos en la lucha por la sobrevivencia de nuestros pueblos. Queremos que las


próximas generaciones no desconozcan sus raíces ancestrales”, declaró.

Según Amado Ramos, Coordinador Nacional de Pueblos Indígenas, el objetivo


actual es obtener apoyo para recuperar tierras que les fueron arrebatas, por
derogación de decreto legislativo en marzo de 1982, y así garantizar su soberanía
alimentaria.

“Pensamos que se debe fomentar el autogobierno, la organización social indígena,


para luego luchar por la devolución de las tierras ancestrales y recuperar la
soberanía productiva y alimentaria”, acotó Ramos.

Para ello proponen una forma de autogobierno, llamado consejo o “Kalpul”,


compuesto por 4 ancianos y 8 consejeros o asesores.

Hasta la fecha existen tres gobernanzas a nivel nacional. una ubicada en


Metapán, en el sitio Ramsar, aglutina a todas las comunidades ubicadas
alrededor del lago de Güija; la segunda en el municipio de Santa Ana y la tercera
se encuentra en Nahuizalco.

Bernal explicó que la falta de tierra y el impacto ambiental, afectan de forma


directa a estas comunidades, ya que no cosechan todo lo que siembran y sus
cultivos son afectados por plagas.

“Todo lo que tiene que ver con la alimentación diaria de la gente, está amenazado
y nadie hace una gestión en nombre de lo que está sucediendo”, manifestó.

Tradiciones

La celebración del día internacional de pueblos indígenas, inició con un ritual para
agradecer al fuego sagrado por los cultivos de la fecha.

En la ceremonia, ancianos ofrendaron flores de fuego, cacao y elotes, en


agradecimiento. También bailaron danzas típicas como El Tigre y el Venado.
En El Salvador a nivel nacional, se identifican 7 pueblos originarios: Los ulúas,
los lencas, los cacaopera, los chortís, los nonualcos, los nahua-pipil y los
pocomanes.

Los pueblos salvadoreños indígenas siempre han existido

"¡Ya olvidémonos del indígena de museo, con taparrabos y plumas!", propone el


doctor en lingüística y Premio Nacional de Cultura 2010, quien reconoce como un
hito la reforma al artículo 63, aprobada por la Asamblea Legislativa el pasado 12
de junio. Sin embargo, propone que el gesto no se quede en lo simbólico y que el
Estado reivindique los derechos que por años le han sido negados a estos
pueblos.

El nombre que utilicemos para referirnos a ellos no importa: “pueblos indígenas”,


“pueblos originarios”, “poblaciones tribales”, “indios”, “pueblos autóctonos”,
“primeros pueblos” (First Nations), y otros. Aunque en El Salvador son muy pocos
los que aún se pueden llamar indígenas, en el mundo son un grupo social que
suma más de 370 millones de personas distribuidas en más de 70 países.
Habitaron estas tierras, que ahora llamamos salvadoreñas, mucho antes de la
venida de los españoles. Con su trabajo y sudor han contribuido a la construcción
de este país. Con su sangre han escrito algunos de los capítulos más tristes de la
historia salvadoreña. Su lengua ha enriquecido con numerosos vocablos y
topónimos al español que todos hablamos cotidianamente. Su sangre corre por las
venas de la mayoría de salvadoreños gracias al mestizaje salvaje del que fueron
víctimas durante la conquista y colonia españolas, que se prolongó con los criollos
en tiempos de la república. Sin embargo, la Constitución de la República nunca los
reconoció. Es decir, el Estado salvadoreño los ha ignorado desde su fundación.
Siempre han sido un pueblo invisible, no porque no se ven, sino porque nunca han
contado para el país. Por lo tanto, nunca han tenido derechos.

En la sesión plenaria del pasado jueves 12 de junio, la Asamblea Legislativa de El


Salvador reformó la constitución al modificar el artículo 63 de la misma para
agregar un inciso en el que se reconoce la existencia de los pueblos indígenas en
El Salvador: “El Salvador reconoce a los Pueblos Indígenas y adoptará políticas a
fin de mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores y
espiritualidad”. Este reconocimiento es un hito en la historia de El Salvador y en la
lucha de los derechos indígenas, pero ¿llega demasiado tarde? No. Aún es tiempo
de reivindicar los derechos que se les han negado por siglos.

En la discusión de la Asamblea Legislativa hubo oposición por llamarles “pueblos”.


Esta oposición surge de la ignorancia y la falsa concepción que se tiene en El
Salvador sobre la homogeneidad de la población y, por lo tanto, el rechazo a la
diversidad étnica y cultural. El término “pueblo” se utiliza para referirse tanto a los
pobladores de una aldea pequeña como a los habitantes de un país entero. El
“pueblo estadounidense”, por ejemplo, incluye a todos los ciudadanos de aquel
país del norte. Pero el pueblo estadounidense está formado por otros pueblos que
tienen características propias y que por lo tanto forman un grupo social que, aun
siendo parte del crisol estadounidense, mantiene su identidad. Los amerindios, por
ejemplo, son parte del pueblo estadounidense pero forman, étnica y culturalmente,
un pueblo propio; es decir, un grupo social propio, diferente de los otros grupos
sociales (étnica y culturalmente hablando) que conforman la gran nación
estadounidense.

Cuando en El Salvador los partidarios del concepto de nación como una sociedad
homogénea, en términos lingüísticos, étnicos y culturales, se oponen a la
existencia de grupos minoritarios con características propias, están tratando, como
se ha hecho históricamente en el país, de borrar de un plumazo la existencia de
todas las minorías, quitándoles su identidad y, por lo tanto, quitándoles la
posibilidad de exigir sus derechos como grupo social. Los que piensan así están
equivocados, ya que el mundo es diverso por naturaleza. Por otro lado, estamos
los que creemos en una nación multicultural, en donde cada quien mantiene su
identidad pero todos somos parte de la misma nación. Esto se puede ilustrar con
el siguiente ejemplo. En los Estados Unidos, los partidarios del English Only y el
Melting Pot consideran que todos los inmigrantes que históricamente han llegado
a tierras estadounidenses pasan a formar parte del crisol estadounidense al
fundirse unos con otros y perder su idioma y su identidad cultural al cabo de unas
tres generaciones o menos y convertirse en “Americans”. Sin embargo, en una
visión multicultural, se puede hablar de que la nación no es un crisol (melting pot)
en el que todos se funden, perdiendo su identidad, sino un plato de ensalada, en
el que todos los ingredientes se mezclan pero mantienen su identidad: el rábano
sigue siendo rábano, el tomate sigue siendo tomate y la lechuga sigue siendo
lechuga, pero juntos forman la ensalada. ¿Queremos que nuestra sociedad sea un
crisol o un plato de ensalada? De la misma manera que la diversidad biológica
mantiene la salud del planeta, la diversidad cultural, étnica y lingüística mantiene
saludable a nuestra especie: el homo sapiens-sapiens.

Desafortunadamente, nuestros pueblos indígenas han perdido casi todas las


manifestaciones tangibles de su identidad, como la vestimenta, la religión y el
lenguaje, que encontramos en otras poblaciones indígenas alrededor del mundo
(no en todas). Esto no quiere decir, sin embargo, que han dejado de existir como
pueblo. Cualquier antropólogo que haya trabajado con los indígenas salvadoreños
sabe lo difícil que es identificarlos y diferenciarlos de otros grupos sociales. Ser
difícil no significa ser imposible.
3 EN QUÉ PAÍS DE CENTRO AMERIZA SE CONSERVAN MÁS LOS
ASENTAMIENTOS INDÍGENAS Y CUÁLES SON SUS TRADICIONES Y
COSTUMBRES.

La cultura de los grupos étnicos de Centroamérica se encuentra altamente


influenciada por los mayas, grupo primitivo que habitó estas tierras hace miles de
años y de quienes se conservan lugares arqueológicos y tradiciones bien
definidas.

A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este
artículo.

Belice
El estado de Belice adquirió la condición de país independiente del Reino Unido
en 1981 y su lengua oficial es el inglés. Aparte de este idioma, los idiomas que
también se hablan en Belice (aunque no a nivel oficial) son el español, el maya y
el creole. Situado al este de Guatemala y al sur de México, sus habitantes
alcanzan la cifra de 372.000 personas, de las cuales se estima que más de 30.000
son poblaciones indígenas. Las organizaciones en favor de los grupos
indígenas se concentran en el Belize National Indigenous Council.

Ruinas mayas en Belice, América Central – por Dennis Jarvis

La población en su totalidad responde a un mosaico étnico muy diverso, entre los


cuales hay habitantes que descienden de africanos, europeos, angloparlantes,
etc., así como garífunas, cuyos orígenes son africanos y su lengua es la del
Caribe. Otros nativos residentes en Belice son: los maya, los maya q’eqchí y los
mopán.
Aparte de las lenguas indígenas mencionadas anteriormente, se habla también
criollo beliceño, maya quekchí, maya mopan, garífuna y plautdietsch, así como
chino, maya yucateco e hindi a nivel minoritario.

Costa Rica
La cultura indígena de Costa Rica se remonta ya a la época precolombina o
prehispánica, cuando convivían hasta ocho tribus étnicas en Costa Rica, país
situado al norte de Nicaragua y al sureste de Panamá. Estas poblaciones nativas
han llegado hasta nuestros días y son conocidos como los Cabécares, Bribris,
Ngäbe, Huetares, Borucas, Térrabas, Malekus y Chorotegas. Todos estos grupos
tribales se encuentran dispersos entre un total de 24 territorios a lo largo del país y
se estima que existen hasta seis idiomas indígenas de Costa Rica. En el censo del
año 2011 el resultado fue que había más de 100.000 habitantes indígenas en el
país.

Monumento Nacional Guayabo, Costa Rica – por NH53

La influencia de los grupos étnicos de Centroamérica en todo el país es palpable


en cualquier parte, incluso en el vocabulario que emplean sus habitantes, quienes
han incorporado palabras de los dialectos indígenas, tales como Poásque se
refiere a una flor amarilla que crece cerca de la cima del volcán Arenal.

El Salvador
El Salvador es un país que limita al norte y al este con Honduras y al oeste con
Guatemala. En la actualidad, se calcula que hay más de 6 millones de habitantes
en el país, entre los cuales conviven tres grupos étnicos de Centroamérica:
los Náhuat-Pipil, los Lencas y los kakawiras. Aunque todavía no cuentan con
reconocimiento constitucional oficial, se encuentran inmersos en tal proceso. Los
Lencas poseen grandes influencias de sus ancestros: los mayas y los nahuas. En
cuanto a los Pipiles, éstos también descienden en gran medida de los nahua,
hecho que se puede ver reflejado en su idioma, el náhuatl, lengua ya hablada por
el pueblo azteca. La presencia de los Pipiles es tan importante, que dieron nombre
a varias tierras del centro del país, como por ejemplo Cuzcatlán. Se considera que
la población indígena de El Salvador conserva su identidad originaria fuertemente
arraigada.

Parque Atecozol, Izalco, El Salvador – por David Stanley

Guatemala
Guatemala se sitúa en el extremo norte de Centroamérica y, en sus orígenes, este
país fue el foco principal en el que habitaban los antiguos mayas, especialmente
entre los siglos IV y X. De este modo, en la actualidad gran parte de la población
guatemalteca posee raíces indígenas, que se manifiestan sobre todo en sus
rasgos, así como en sus tradiciones culturales y sociales. El número total estimado
de habitantes indígenas de Guatemala supera la cifra de 6 millones, lo que
significa que un 60% de la población total del país es indígena. Esto lo convierte
en el segundo país de América Latina con mayor densidad de población tribal, lista
que encabeza Bolivia.
Mujer indígena de Guatemala con traje típico étnico

No obstante, esto no significa que gocen de una mayor inclusión en las estructuras
del Estado. Los principales grupos étnicos de Guatemala son los que se
mencionan a continuación: Achi’, Akateko, Awakateco, Chalchiteco, Ch’orti’, Chuj,
Itza’, Ixil, Jacalteco, Mopan, Garífuna, etc.

Honduras
Honduras está considerado como un país multicultural, multilingüe y multiétnico.
Los más de 8 millones de habitantes que viven en el país incluyen un gran número
de culturas indígenas, muchos de ellos afrodescendientes. De igual manera, los
indígenas primitivos de Honduras provienen de Asia, quienes llegaron a América a
través del Estrecho de Behring hace más de 20 mil años.

Hacienda típica de una familia de la tribu Pech, en Honduras – por Inti Martínez
Alemán

Por número de habitantes, se estima que en Honduras residen nueve grupos


principales de indígenas, a saber: Lencas, Pech, Tawahkas, Maya-Chortis,
Garífunas, Isleños, Misquitos y Nahuas, si bien sobre este último grupo no ha sido
posible recoger información detallada. Los Creoles también conviven en el país y
su lengua nativa es el inglés.

Nicaragua
Nicaragua limita al norte con Honduras y al sur con Costa Rica. El pueblo
nicaragüense es de naturaleza multiétnica y su lengua oficial es el español. Del
total de población del país, un 8,6% se auto-identifica como indígena o como
miembros de alguna comunidad indígena. Los habitantes nativos de Nicaragua
son el resultado de una mezcla entre españoles, ingleses, africanos y aborígenes
de América procedentes del período precolombino. Su cultura actual se
caracteriza por la posesión de una serie de bailes tradicionales y una música
autóctona, así como unos hábitos culinarios y religiosos específicos.

Los creoles del municipio de Bluefields, Nicaragua – por Chelle’s view

Se encuentran repartidos entre la costa del Pacífico, el centro del país, el norte y
la zona del Caribe. Así, las tribus más destacadas son, entre otros, los creoles y
los garífunas, de ascendencia afro-caribeña. En el Departamento de Masaya se
encuentran también los pueblos indígenas de Monimnó, San Juan de Oriente y
Nindirí, todos ellos de ascendencia Chorotega. En Rivas también se localiza una
gran diversidad de grupos aborígenes, tales como los San Jorge, Nancimí,
Ostional, etc.

Panamá
Panamá se encuentra en el extremo sureste de Centroamérica y, actualmente, es
un país compuesto por cerca de 3 millones de habitantes, de los cuales un 5%
pertenece a algún grupo indígena.
Niños del grupo indígena de los Wounaan – por Mónica Mora

Aunque estas poblaciones se encuentran repartidas a lo largo de todo el país,


destacan especialmente en los territorios de Chiriquí, Bocas del Toro y los
bosques de la Provincia de Darién. En definitiva, Panamá cuenta a día de hoy con
un total de siete grupos étnicos de Centroamérica: los Emberá, quienes también
se encuentran entre los indígenas de América del Sur; los Wounaan, quienes son
culturalmente muy similares a los Emberá; los Guna, que viven sobre todo en la
Comarca de Kuna Yala; los Bugle, los Naso, los Bribri y los Ngäbe.
4 EN QUE A INFLUIDO LOS DIFERENTES ETNIAS EN EL DESARROLLO DE
NUESTRO PUEBLO

En Latinoamérica las poblaciones indígenas han sido excluidas de los procesos de


modernización y desarrollo impulsados por los gobiernos. Y desde la perspectiva
global de desarrollo, se las sigue percibiendo como sociedades menos
evolucionadas. En este artículo intentaremos ir más allá de las consideraciones
meramente académicas y retóricas.

En Latinoamérica las poblaciones indígenas han sido excluidas de los procesos de


modernización y desarrollo impulsados por los gobiernos. Y desde la perspectiva
global de desarrollo, se las sigue percibiendo como sociedades menos
evolucionadas. En este artículo intentaremos ir más allá de las consideraciones
meramente académicas y retóricas.

En torno al complejo proceso de evolución y desarrollo de las comunidades


indígenas de las diferentes regiones, existen numerosos estudios –según las
diferentes disciplinas científicas y las corrientes ideológicas predominantes- que
ensayan diversas interpretaciones. En tal sentido, nos interesa enfocarnos en el
contexto de las comunidades indígenas de Latinoamérica, a fin de aproximar un
análisis de los posibles factores de mayor influencia en su evolución. Es así que
proponemos que este proceso ha sido resultado de la interacción de tres
elementos principales: adaptación territorial, resiliencia social y desarrollo
endógeno. En este artículo intentaremos ir más allá de las consideraciones
meramente académicas y retóricas que sobre el tema se ha escrito.
Alcances sobre las teorías evolutivas y la noción de comunidades indígenas

Un primer aspecto que queremos señalar es que siempre que mencionamos el


término evolución nos resulta inevitable pensar en las teorías evolutivas sobre el
origen de los organismos (o especies). Por suerte, con algunas excepciones,
hemos superado lo que antes fue el largo y oscuro imperio de la doctrina
creacionista de la iglesia, y hoy en día podemos asumir que la evolución de los
organismos se constituye en un hecho científico incuestionable. No obstante, si
bien la teoría evolutiva de Charles Darwin marcó un hito mundial sin precedentes
cuando sostuvo que a lo largo de la historia es la vida (es decir, los seres vivos)
quien(es) se han ido adecuando al entorno ambiental mediante el proceso de
selección natural. Posteriores investigaciones y teorías, como la “Teoría Gaia” de
James Lovelock, en 1969, ensayan nuevas explicaciones científicas cuestionando
la teoría evolutiva de Darwin y sosteniendo lo contrario. Es decir, que no es la vida
la que se adecua al entorno sino al revés, es ella misma la que ejerce su influencia
sobre el entorno ambiental adecuándola a sus requerimientos.

Sin embargo, no es materia de este artículo entrar a discutir sobre las teorías
evolutivas de las especies, sólo queríamos llamar la atención respecto a que en
determinados momentos o periodos de la historia nos enseñan (o nos imponen)
ciertas verdades como hechos incuestionables o absolutos. Pero, luego, a fuerza
del proceso de búsqueda e indagación constante del conocimiento y la verdad,
encontramos nuevas evidencias e indicios que nos llevan a cuestionar nuestra
información original y nos hacen cambiar de parecer, incluso podemos cambiar de
paradigma y nuestra percepción sobre el curso de determinados acontecimientos
históricos y sociales. Suponemos que ocurre una situación similar cuando
pretendemos explicar el proceso de evolución que pueden haber seguido las
poblaciones indígenas de nuestro continente. Y es que en materia de evolución y
cambio social existen distintas teorías y formas de percepción de los procesos
históricos y de transformación social seguidos por las distintas culturas y etnias
que habitaron la región desde la antigüedad. Pero, más allá de las interpretaciones
socio o etno históricas, antropológicas, políticas o incluso idílicas que sobre el
particular existen, lo cierto es que debemos entender la evolución como un
proceso dialéctico, de constante cambio y de transformación social, en tanto es un
hecho incuestionable de la realidad en la que múltiples culturas y etnias se han
desenvuelto en el espacio y tiempo a través de la historia de la humanidad.

Un segundo aspecto que queremos señalar, es que conocemos los matices y


diferencias de interpretación que existen sobre la noción de “comunidades
indígenas”.1 Por lo tanto, sin entrar en mayor disquisición al respecto,
presentamos una aproximación del término, en tanto son agrupamientos humanos
que de forma general o particular resultan originarios de un lugar, o constituyen
grupos tribales o migratorios que presentan distintos patrones de asentamiento y
localización espacial-territorial. Son comunidades que han conformado sociedades
simples como altamente complejas, presentando diversos agrupamientos sociales
y representando múltiples grupos culturales y etnias (en tanto pueblos,
nacionalidades, identidades y poblaciones) que se encuentran dispersas en las
distintas regiones geográficas y siguiendo diferentes procesos de ocupación-
adaptación territorial y de uso de los recursos naturales.
5- QUE SIGNIFICA EL TERMINO PIPIL Y LOS PUEBLOS INFLUYERON EN LA
CULTURA DE LOS PIPILES

Los pipiles son un pueblo indígena que habita la zona occidental y central de El
Salvador. Su idioma es el Pipil o Nahuat. Los antepasados toltecas de los pipiles
emigraron de México y se asentaron en lo que hoy es El Salvador en el siglo X d.
C.

Etimología
La palabra Pipil es un término náhuat que proviene de Pipiltzin que significa noble,
señor o príncipe, aunque también se deriva de Pipiltoton, que significa niño,
muchacho u hombrecito. El nombre fue dado a las tribus nahuas, que había en El
Salvador y otros países de Centroamérica, por los tlaxcaltecas y otros pueblos del
mismo tronco lingüístico de México que estaban aliados con Pedro de Alvarado en
la conquista de la región, al parecer porque al escuchar el idioma pipil les parecía
un náhuatl mal pronunciado, con acento de niño.

Historia
Evidencias arqueológicas, lingüísticas y glotocronológicas sugieren que algunas
poblaciones ubicadas en lo que ahora son los estados mexicanos
de Durango, Zacatecas y San Luis Potosí emigraron a Veracruz alrededor
del 500 o 600 d.C. Hacia 800 d.C. algunas poblaciones emigraron hacia
el Soconusco, en el sur de México, dando origen a los pipiles, mientras que las
poblaciones que se quedaron dieron origen a los nonoalcas; a la vez ambos
grupos estuvieron influenciados por los toltecas. En 900 d.C. los pipiles emigraron
hacia varias regiones de Guatemala, El Salvador y Honduras. Algunas
poblaciones pipiles de Honduras emigraron a varias regiones de Nicaragua, donde
dieron origen a los nicaraos (pueblo de habla náhuat que habitó alrededor
del Lago Cocibolca).
En la actual Guatemala los pipiles fundaron Isquintepeque (actual Escuintla) y se
vieron influenciados por las poblaciones mayas (cakchiqueles, quichés y zutujiles).
En lo que hoy es Honduras, los pipiles habitaron en los valles de Comayagua,
Olancho y Aguán y en Choluteca, y se vieron influenciados por las
poblaciones mayas chortís. En el actual El Salvador los pipiles fundaron alrededor
de 1200 el Señorío de Cuzcatlán, nación que se extendía desde el río Paz hasta
el río Lempa, es decir, cubría gran parte del occidente y centro de El Salvador.

En 1524 fueron conquistados los pipiles de Isquintepeque por Pedro de Alvarado y


en 1528 fue conquistado el Señorío de Cuzcatlán. Para 1530 habían sido
conquistadas las poblaciones pipiles en Honduras y en Nicaragua. Por la
colonización y asimilación española se extinguieron las poblaciones pipiles en
Guatemala, Honduras y Nicaragua, sobreviviendo la lengua y cultura pipil en El
Salvador hasta el siglo XX.
En 1932 se produjo el Levantamiento campesino que fue reprimido militarmente
por el gobierno del General Maximiliano Hernández Martínez, provocando la
muerte, según estimaciones, de 25.000 a 32.000 indígenas pipiles. Este genocidio
indígena provocó que muchos pipiles abandonaran su lengua y tradiciones, ya que
la represión posterior llevó a muchos a ocultar su lengua e identidad cultural.

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