Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Cuadernos de Economía
AÑO 1. N° 1.
@Invest_Econ_UCV
economía.cuadernos@gmail.com
Escuela de Economía
__________________________________
Diseño y Diagramación
Prof. Daniel Cadenas/Escuela de Economía
Este primer número está dedicado al tema de la hiperinflación. La pertinencia de los contenidos
publicados en esta edición inaugural es natural, vista la creciente preocupación por la pérdida de
control que sobre la senda de crecimiento de los precios parece estar experimentando la economía
venezolana, con el resultante continuo y rápido deterioro del salario real de los trabajadores.
La discusión pública que sobre el tema se ha dado, no está exenta de polémica, Cuando el asunto
comenzó a plantearse hace unos pocos meses, algunos economistas negaron de plano siquiera la
posibilidad de que Venezuela se encontrase cerca de una hiperinflación. El argumento fundamental
era la adhesión a la definición clásica de Hiperinflación realizada por Philip Cagan en un influyente
documento de investigación publicado en 1956. Según dicha definición la hiperinflación “comienza en
el mes cuando la inflación excede el 50% y finaliza el mes en que la inflación cae por debajo de dicha
tasa, permaneciendo debajo de dicho umbral al menos por un año.” (Cagan, 1956.p.1) Una inflación
mensual de 50% compuesta mensualmente, según los preceptos de Cagan (1956) conduce a una tasa
de inflación anual de 12.875% anual.
3
El profesor José Guerra apunta, en una entrevista que presentamos en este número, a la conveniencia
de no someterse a rajatabla a definiciones que, si bien pudieron adaptarse a otros momentos
históricos, pueden carecer de sentido en la actualidad. De hecho, la definición cuantitativa de
hiperinflación ha mutado, o, al menos, se han formulado propuestas alternativas. Por ejemplo:
Reinhardt y Rogoff (2011)1 definen a la hiperinflación como “episodios donde la tasa de inflación anual
excede el 500% anual”. Esta definición de Hiperinflación contrario a la de Cagan (1956) no requiere
lecturas mensuales de la inflación. De todas formas, en el propio trabajo seminal de Cagan (1956) el
autor deja claro que no estaba pidiendo a sus lectores que hicieran de su definición una religión, al
afirmar:
“Esta definición es totalmente arbitraria, pero sirve a los propósitos del presente trabajo” (Ver
nota 1 en Cagan, 1956)
En otra entrevista que ofrecemos a nuestros lectores, el profesor Felipe Pérez apunta que lo esencial
del fenómeno no es un número para la tasa de inflación, sino una abrupta caída en la demanda real de
dinero. Finalmente presentamos un artículo del Economista Carlos Rangel quien, realiza un resumen
de las 7 lecciones que encontraron Reinhart y Savastano (2003) sobre las hiperinflaciones modernas.
Los Editores.
1Reinhardt, C y Rogoff, K. (2011). “From Financial Crash to Debt Crisis”. American Economic Review 101 (August 2011): 1676–
1706. Ver: https://www.aeaweb.org/articles.php?doi=10.1257/aer.101.5.1676
Boletín Digit@l Cuadernos de Economía. Año 1. N°1.
Felipe Pérez Martí: “El que no acepta que estemos cerca de un
proceso de hiperinflación, es porque no ha visto lo esencial del
fenómeno”.
2 El profesor Felipe Pérez hace referencia a la International Accounting Standard 29 (IAS 29) Financial Reporting in
Hyperinflationary Economies. Ver: http://ec.europa.eu/internal_market/accounting/docs/consolidated/ias29_en.pdf
3
Cagan, P (1956). "The Monetary Dynamics of Hyperinflation”. En Friedman M. Studies in the Quantity Theory of Money.
Puede descargarse en:
http://www.academia.edu/4690826/Cagan_-_The_monetary_dynamics_of_hyperinflation
Boletín Digit@l Cuadernos de Economía. Año 1. N°1.
tiene que ver toda esa discusión con el hecho de si estamos cerca o no de un proceso de
hiperinflación?
Mucho, porque la hiperinflación se caracteriza por una caída de la demanda de los saldos
reales de dinero, lo que se produce porque, aunque la cantidad de dinero crece, los precios
aumentan más de lo que lo hace el dinero y eso ya está pasando en Venezuela. Por ejemplo, en
números gruesos, la liquidez monetaria, en el transcurso de los últimos 12 meses, ha estado
creciendo a una tasa del 80% pero los precios lo han hecho a una tasa de más del 100%; eso es
una enorme caída de la demanda de dinero, en términos reales. El que no acepta que estemos
cerca de un proceso de hiperinflación, es porque no ha visto lo esencial del fenómeno, que es
una disminución de los saldos reales de dinero y eso está pasando ahora.
Un argumento muy usado por los que niegan la posibilidad de la instalación de un fenómeno
hiperinflacionario en Venezuela es aquel según el cual en una economía petrolera, donde el
estado controla el ingreso proveniente de la exportación del petróleo, puede echarse mano
de una devaluación fiscalista para financiar el déficit, sin necesidad de financiarse
monetariamente. Este argumento se esgrime por que la hiperinflación es sin lugar a dudas
un fenómeno, cuya dinámica está asociada al financiamiento monetario de los déficits
gubernamentales. ¿Es válido dicho argumento en la Venezuela actual como para seguir
negando la posibilidad de que ocurra un proceso de hiperinflación?
5
“Aquí el déficit En Venezuela tenemos 5 años corridos con déficits fiscales de más de 10% del PIB. De acuerdo a
los estándares mundiales eso es enorme. Por ejemplo, fíjate lo que paso en España; allí un
ha sido
déficit fiscal de 7% ha sido escandaloso y ha tenido incluso consecuencias políticas, como la
financiado, en
pérdida de apoyo de los partidos tradicionales. Aquí el déficit ha sido muy superior a ello, este
tiempos
año puede llegar incluso a 20% del PIB y ha sido financiado, en tiempos recientes,
recientes, monetariamente y no por emisión de deuda o por ganancias cambiarias que es el argumento
monetariamente que tú refieres.
y no por emisión
de deuda o por Según su punto de vista ¿sería la dolarización la solución a los problemas de inflación que
tenemos en Venezuela, como algunos proponen?
ganancias
cambiarias” Mira, estamos tan mal, que una dolarización sería mejor que lo que tenemos ahora, en
términos del efecto sobre la inflación- Es obvio que la dolarización es un remedio clarísimo para
curar la inflación, porque detienes la creación irracional de dinero. No obstante, la dolarización
no es el remedio óptimo para la inflación, sería más bien una especie de second best. Además,
una dolarización significa renunciar a la soberanía monetaria y el reconocimiento de una gran
incapacidad para llevar a cabo una política monetaria propia y sana, lo cual no tiene sentido,
pues estas renunciando a una herramienta valiosa de política económica. De manera que no
considero que la dolarización sería la mejor solución al problema, aunque reconozco que, en las
actuales circunstancias, eso sería mejor que lo que tenemos.
Mira, Venezuela tiene la posibilidad de hacer un ajuste macroeconómico que no sea neoliberal.
La situación actual en Venezuela esta tan desquiciada en lo económico, que un mínimo de
cordura haría milagros, no solo desde el punto de vista de recuperar los equilibrios perdidos,
sino también desde el punto de vista de no perjudicar más a las clases que han sido las más
perjudicadas con todo este proceso: los pobres y la clase media, Claro, hay que cerrar el déficit,
pero, por ejemplo, el grueso del gasto público no debería cortarse, eso sí, hay que hacerlo más
“Venezuela tiene eficiente. El mayor esfuerzo hay que dirigirlo a incrementar los ingresos y si se realiza un ajuste
la posibilidad de cambiario se puede reducir el déficit en un 50%, o quizás más, lo que nos dejaría, estimo yo, un
déficit restante a financiar de entre 7-8% del PIB. ¿De dónde saldría el financiamiento para
hacer un ajuste
ello? Bueno, aquí tenemos otra barbaridad macroeconómica que debe eliminarse, que es el
macroeconómico
gigantesco subsidio a la gasolina. Un ajuste en el precio de la gasolina puede reducir el déficit
que no sea
adicionalmente en un 3% del PIB y eso casi que permitiría cerrar la brecha fiscal. Aún queda
neoliberal” otro sin sentido macroeconómico cuya eliminación permitiría financiar el déficit restante:
cortar con la regaladera de petróleo a Petrocaribe. Haciendo esas tres cosas que te digo,
podemos cerrar la brecha, sin necesidad de disminuir sustancialmente el gasto y sin incurrir en
un ajuste recesivo.
Agradecido Profesor.
José Guerra es Economista por la Universidad Central de Venezuela. Tiene una Especialización
en Economía del Economics Institute, de la Universidad de Colorado en Boulder 1991. Maestría
en Economía de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, 1993. Es Profesor Asociado en
la Escuela de Economía la Universidad Central de Venezuela. Fue gerente de Investigaciones
Económicas del Banco Central de Venezuela y Director de la Escuela de Economía de la UCV.
Ha publicado numerosos trabajos de investigación económica.
Es totalmente pertinente, por los graves efectos que la hiperinflación conlleva. La hiperinflación
es un aumento exponencial de los precios, por lo tanto, no existe regla de incremento salarial
que aguante un periodo de tal naturaleza. Precisamente por ello es que las hiperinflaciones
suelen durar muy poco, pues el salario real se deteriora muy rápidamente, en vista de que los
incrementos de los salarios son discretos, mientras que la hiperinflación es un incremento
7
continuo de los precios, de manera tal que yo considero que si es un tema muy pertinente.
La mayoría de los que han escrito recientemente sobre el tema se adhieren a la definición de
hiperinflación original de Cagan (1956)4 la cual tiene el irresistible atractivo de establecer un
criterio numérico para saber si se está o no en hiperinflación ¿Considera usted que esa
“Si un país tiene definición sigue teniendo vigencia para definir los procesos de hiperinflación modernos?
una tasa
mensual de 49% A mí la definición cuantitativa no me gusta mucho, porque es muy estricta, por ejemplo: si un
durante un año, país tiene una tasa mensual de 49% durante un año, entonces ¿no se encuentra en
entonces ¿no se hiperinflación? Eso es absurdo. Si nos adherimos al concepto de Cagan con una tasa de
encuentra en inflación mensual compuesta mensualmente de 50%, que produce una tasa anual de
hiperinflación? aproximadamente 12.800%, tendríamos que concluir que han existido muy pocos procesos de
Eso es absurdo” ese tipo, a tal punto que muchos países latinoamericanos sobre los cuales se admite que
tuvieron procesos de hiperinflación, si nos apegásemos a rajatabla a la definición de Cagan
(1956) entonces tendríamos que concluir que no la padecieron.
4Cagan, P (1956). "The Monetary Dynamics of Hyperinflation”. En Friedman M. Studies in the Quantity Theory of Money.
Puede descargarse en:
http://www.academia.edu/4690826/Cagan_-_The_monetary_dynamics_of_hyperinflation
Un argumento muy usado por los que niegan la posibilidad de la instalación de un fenómeno
“El gobierno se hiperinflacionario en Venezuela es aquel según el cual en una economía petrolera, donde el
resiste a estado controla el ingreso proveniente de la exportación petrolera, puede echarse mano de
una devaluación fiscalista para financiar el déficit, si necesidad de financiarse
devaluar y
monetariamente. Este argumento se esgrime por que la hiperinflación es sin lugar a dudas
continúa
un fenómeno, cuya dinámica está asociada al financiamiento monetario de los déficits
imprimiendo
dinero para
gubernamentales. ¿Es válido dicho argumento en la Venezuela actual como para seguir
negando la posibilidad de que ocurra un proceso de hiperinflación? 8
financiarse”
Aparte de ese argumento, otro muy popular se refiere a la capacidad de importación de un país
petrolero. Un importante volumen de importaciones baratas, a un tipo de cambio
sobrevaluado, tiene el efecto de ancla sobre los precios. El argumento que me comentas no es
válido en la actualidad, ya que es precisamente lo contrario lo que está sucediendo ahora: el
gobierno se resiste a devaluar y continúa imprimiendo dinero para financiarse.
Teniendo enfrente a un estudioso del tema como usted resultaría muy obvio e irresistible
preguntarle por las causas de la inflación en Venezuela, sobre todo por su aspecto de ser un
fenómeno crónico, no obstante, creo que sería de mayor pertinencia preguntarle por lo
contrario, es decir, por décadas y hasta mediados de la década de 1970, Venezuela disfruto
de una inflación muy baja la cual convivía con un régimen de tipo de cambio fijo que era
creíble y servía muy bien como ancla nominal…usted tiene una interesantísima hipótesis al
respecto6, de la cual ha realizado pruebas empíricas, podría explicarnos esa hipótesis suya
que fundamentada en el enfoque monetario de la Balanza de Pagos permitiría explicar esas
tasas de inflación tan bajas por décadas
5 Ver: Norma Internacional de Contabilidad nº 29 (NIC 29). “Información Financiera en Economías Hiperinflacionarias.”
Descargable en: http://www.normasinternacionalesdecontabilidad.es/nic/pdf/NIC29.pdf
6 Ver por ejemplo Guerra, J. (2011). “Banco Central, política monetaria e inflación en Venezuela.” Nueva Economía, año XIX,
9
controlada” Si se diese un proceso de hiperinflación lo único que puede sacar a la economía de ese
estado es un programa de estabilización (o al menos eso es lo que se ha aplicado
históricamente como solución), de todas formas un set de políticas de ese corte parece estar
a la vista, por otras razones, como lo son la acumulación de inmensos desequilibrios de todo
orden y la posibilidad cierta de que la balanza de pagos se vuelva abiertamente insostenible.
¿Estamos irremediablemente condenados a un fuerte programa de ajuste macroeconómico
o existe algún remedio alternativo que no sea tan drástico?
Cuando la gangrena ha tomado el cuerpo hay que aplicar el remedio, ahora ¿qué tan severo o
drástico puede ser ese remedio? Si se le aplica un choque muy contractivo a la economía
venezolana, el costo político sería muy elevado y un ajuste de ese tipo deprimiría mucho los
salarios reales. Ajuste macroeconómico va a haber, ahora mismo tenemos uno en aplicación,
aunque de forma implícita, por cierto un ajuste muy perverso, porque es uno que no reparte de
forma equitativa las cargas y costos del ajuste y es un ajuste únicamente por vía de cantidades,
obviando el ajuste vía precios. La clave para un ajuste no recesivo reside en el financiamiento
externo, con un programa económico creíble que permite tener acceso al financiamiento
externo.
7Un excelente detalle sobre los rasgos esenciales de la política cambiaria puesta en marcha en Venezuela desde 1964 se
encuentra en: Guerra, J. y Pineda, J. (2000). “Trayectoria de la Política Cambiaria en Venezuela”. Banco Central de Venezuela.
Descargable en: http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/doc24.pdf
Boletín Digit@l Cuadernos de Economía. Año 1. N°1.
Yo creo que hay que cambiar las definiciones con las circunstancias y que no se puede estar
atado a un dogma o a una definición de los años 1950.
Muchas Gracias.
10
¿Está llegando la hiperinflación en Venezuela? Dicha pregunta parece estar moldeando las
expectativas de los agentes económicos en el país, debido al alza casi exponencial de los
precios de bienes y servicios. Aun cuando se desconocen los datos del INPC desde Diciembre
de 2014, el poder adquisitivo de los venezolanos se ha erosionado dramáticamente, dada una
inflación anual, para ese entonces de 68,54% según el BCV. Lo que acontece a nivel
inflacionario en la economía de Venezuela pareciera ser síntoma del colapso del sistema de
precios como insumo de información para la toma de decisiones de los agentes económicos.
8 Reinhardt, C y Savastano, M. (2003). “The Realities of Modern Hyperinflation”. IMF. Disponible en:
http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2003/06/pdf/reinhard.pdf
Boletín Digit@l Cuadernos de Economía. Año 1. N°1.
estabilización en países como Brasil, Bolivia, Argentina, Perú y Ucrania. En el estudio, Reinhart
y Savastano descubrieron que las hiperinflaciones modernas son precedidas por periodos de
inflación crónica elevada, a pesar de que periodos de inflaciones altas no conllevan
necesariamente a las hiperinflaciones. También, previo a las hiperinflaciones la economía
operaba bajo severas distorsiones, como pueden ser los controles de capital y la represión
financiera.
“Las Por otro lado, las hiperinflaciones, contrario a lo que se pensaba, no culminan en periodos
hiperinflaciones, cortos de tiempo, y la estabilización de precios requiere de una consolidación fiscal, la
contrario a lo que unificación de los tipos de cambios y el levantamiento de las distorsiones como los controles
se pensaba, no de capital, entre otras medidas. A Bolivia le tomo 14 meses y a Perú más de 3 años en retornar
culminan en a niveles de inflación anual de 40% o menos, luego de un pico de 23.447% y 12.378% anual
respectivamente para cada país. Adicionalmente, la dolarización informal de la economía (al
periodos cortos
menos temporalmente) resulta ser una herencia de las hiperinflaciones, debido al colapso de
de tiempo. A
la demanda de dinero, y la dificultad en retomar la confianza de los agentes económicos en la
Bolivia le tomo 14
moneda local. Esto último no significa que la dolarización es el camino a seguir para estabilizar
meses y a Perú una economía, sino más bien un reflejo del colapso de la demanda de dinero.
más de 3 años en
retornar a niveles Entre otras características importantes, la actividad económica se recupera moderadamente
de inflación anual luego de la estabilización, debido a que las hiperinflaciones tienden a reducir el tamaño del
sistema financiero y erosionan el sistema de precios, al igual que la moneda local como unidad
de 40% o menos”
de cuenta y reserva de valor. Para resumir, se consideran 7 lecciones que encontraron
Reinhart y Savastano sobre las hiperinflaciones modernas:
12
1. Las hiperinflaciones raras veces se materializan de la noche a la mañana, y son precedidas por
periodos inflacionarios altos y variables.
2. La estabilización puede tardar años, si las políticas fiscales no se ajustan apropiadamente. Aun
cuando se implemente un programa de ajustes fiscales, se puede tardar un tiempo
considerable en lograr tasas de inflación bajas, en especial cuando el dinero se utiliza como
ancla nominal.
Dadas estas lecciones por parte de Reinhart y Savastano, el país necesita tomar estas
enseñanzas en cuenta y estudiar la implementación de un programa de estabilización, que al
menos permita prevenir la ocurrencia de una hiperinflación
13