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Definiciones y precisiones I:
A. Método.
Procedimiento ordenado y sistemático para arribar a un fin determinado.
“Procedimiento ordenado y sistemático” implica pasos criteriosos a seguir, que por
ser metódicos justamente evitan lo azaroso. Cualquier método que se precie de tal
debe contemplar esas etapas ordenadas.
Al mencionar un “fin determinado” se debe precisar un objetivo. El objetivo del pre-
supuesto.
B. Presupuesto.
Cálculo anticipado del coste de un servicio.
“Cálculo anticipado” sugiere el componente de estimación que existe en todo pre-
supuesto. La palabra “coste” abre las puertas a muchas posibles interpretaciones no
todas correctas, y que se las debe precisar al determinar el objetivo del presupuesto.
C. Objetivo.
El objetivo de todo presupuesto no es adjudicarle valor al servicio ofrecido, sino que
ese valor signifique una ganancia.
De nada sirve elaborar presupuestos a través de un método que no nos asegure que
con el valor obtenido a través de ese método ganaremos.
Esto significa que el método usado debe proveer, en su procedimiento y para cada
caso particular, la información necesaria para saber cuándo ganamos y cuándo no.
En definitiva:
El objetivo de cualquier método para presupuestar es el obtener valores lo más pre-
cisos posibles, que aseguren una ganancia.
Definido el objetivo, ahora corresponde comprenderlo.
D. Ganancia.
La ganancia es aquello que se encuentra por sobre el punto de equilibrio.
En cualquier presupuesto, el punto de equilibrio se logra cuando se suman los gastos
y los costos variables.
Para comprenderlo servirá un ejemplo tan simple como inexistente en la realidad
laboral. Imaginemos un trabajo que comienza a inicios del mes y finaliza el último
día de ese mismo mes. O sea, ocupa el mes entero, siendo el único trabajo desarro-
llado en dicho lapso y no dejando tiempos ociosos (más allá de los habituales). El
presupuesto de este trabajo deberá cubrir la totalidad de los gastos, los costos va-
riables producto de la realización del mismo trabajo y generar una ganancia.
De nada sirve aplicar un método con el cual obtengamos valores que nos signifiquen
perder plata.
Podríamos definir los gastos como todo aquello por lo que sale dinero de nuestro
estudio, independientemente de que hayamos facturado o no. Enumeremos algu-
nos de esos gastos de acuerdo a conceptos globales: locación (alquiler, expensas,
impuestos), servicios (telefonía, luz, gas), insumos (librería, supermercado), personal
(almuerzos, movilidad), administración (contador, costos bancarios), ahorro (amor-
tización, previsión) y desde luego sueldos (socios y empleados).
Este trabajo, como todos, suele generar gastos específicos en los que incurriremos
sólo en función a su realización. Estos pueden deberse a la contratación de algún
servicio externo (impresión, fotografía, ilustración), a lo que debemos sumarle im-
puestos que se agregan producto de la facturación posterior del trabajo. Estamos
hablando de los costos variables. Gastos ocasionados por el trabajo en cuestión.
Cubierto lo hasta aquí enumerado nos estamos ubicando en el punto de equilibrio.
Luego se deberá sumar el concepto de ganancia, que en definitiva es el objetivo de
toda empresa.
2. Definiciones y precisiones II:
a. Todo aquel método que se precie de tal debe proveernos de una secuencia de
pasos ordenados para arribar al objetivo.
b. Cualquier método que utilicemos debe indefectiblemente asegurarnos que el va-
lor al que arribemos signifique ganar (el objetivo).
c. Debemos comprender el concepto de ganancia.
d. De nada sirve comprender el concepto de ganancia si desconocemos cuales son
nuestros gastos.
e. El método necesariamente debe posibilitarnos conocer nuestros gastos.
E. Calculadora freelance.
La primera propuesta, de las mencionadas hasta aquí, que responde a una metodo-
logía real y aplicable. El método propone el completar cierta información que incluye
pretensión de sueldo, incidencia de feriados y vacaciones, tiempo dedicados a
reuniones, trámites, análisis de gastos, y con todas esas variables (que no son todas)
arroja un valor horario.
Básicamente nos dará un número que, según esta suerte de calculadora, es lo que
se debe facturar por mes para ser rentable. La secuencia de pasos por los cuales nos
solicita información de nuestra economía ignora o deja de lado componentes no
menores del presupuesto, por lo que ese valor final a facturar por mes no es del todo
preciso.
De hecho, ignora el concepto de ganancia al preguntar: “¿Cuánto te gustaría ganar
al mes? Ponte un sueldo realista” confundiendo sueldo con ganancia, la cual no es
contemplada.
Esto significa que el valor al que se arribe nos ubicará en nuestro punto de equilibrio.
Y seamos realista, nadie emprende la complejidad de la independencia para simple-
mente auto-emplearse a riesgo.
F. El valor hora.
Si al valor obtenido utilizando el método anterior lo dividimos por las horas que es-
timamos trabajar al mes, obtendremos un valor hora. Pero si el numero al cual divi-
diremos no contempla todas las variables intervinientes (donde el concepto de ga-
nancia es sistemáticamente ignorado) indudablemente el método fallará. Bien con-
cebido, estamos en presencia (por primera vez) de un método, por contener pasos
sistemáticos que nos permiten arribar al objetivo deseado, y justamente reconoce
el objetivo y lo indaga en su proceso.
Dejaremos para una segunda parte el ahondar en este método, donde analizaremos
algunos cuestionamientos, entre ellos el suponer que cotizar por el tiempo em-
pleado es un “castigo a la eficiencia”.
4. Primeras conclusiones:
Todos los casos citados -salvo los últimos dos que merecen una mención aparte-, no
son métodos, por no poseer pasos sistemáticos que nos permitan arribar al objetivo
deseado. A lo que debemos agregar que desconocen por completo el objetivo, o sea,
arribar a un valor que contemple una ganancia.
No estamos hablando de métodos, sino de variables que aplican al concepto de ga-
nancia.
7. Las nueces.
Recién cuando aparece el tiempo como elemento de medición no encontramos con
una aproximación a un método. Vale decir, la posibilidad de ordenar pasos que de
llevarse a cabo nos permitan precisar con cierta exactitud cuánto y por qué cobrar
por un servicio.
Medir a través de un cálculo de tiempo empleado para el trabajo no es tan simple
como parece. Una de las sugerencias analizadas en la primera parte de esta nota se
basa en una suerte de calculadora que, solicitando cierta información relacionada
con tu economía particular, arroja el valor necesario a ser facturado mes a mes para
gozar de salud económica. El método es correcto, pero por no considerar ciertos
componentes no menores de nuestra economía, el valor que arrojará es peligrosa-
mente incorrecto.
Si a ese valor lo dividimos por la cantidad de horas que trabajaremos, nos dará un
valor hora.
No es la idea de esta segunda parte de la nota el explicar el método en cuestión
basado en el cálculo de horas, ya hay mucho escrito en este blog, pero sí el dejar
algunas precisiones y responder a algunos cuestionamientos.
8. Las precisiones.
El simplificar un método que no es precisamente simple, nos permite cometer erro-
res peligrosos. El método se basa en el manejo de dos variables que son:
a. Los gastos.
b. El tiempo.
9. Los cuestionamientos.
Existe cierto rechazo al método de presupuestar por valor hora. Más allá de que
hasta aquí sea el único que nos provee precisiones.
Veamos cuales son esos cuestionamientos:
a. Castiga la eficiencia.
El argumento se basa en que si sos veloz para realizar un trabajo (por habilidad o
experiencia), cobrarás menos dado que emplearás menos horas en realizar dicho
trabajo.
Este planteo demuestra el desconocimiento del método. El valor hora incluye, den-
tro de sus componentes, el proporcional de gastos y la aplicación de una ganancia.
La ganancia es un concepto que varía de acuerdo, entre otras cosas, al posiciona-
miento del profesional o estudio.
Un estudio que por experiencia o capacidad demora menos en realizar un trabajo
indefectiblemente aplicará un porcentaje de ganancia mayor en virtud a su posicio-
namiento en el mercado.
A esto deberemos agregar el dato de que a mayor velocidad mayor capacidad labo-
ral. O sea, este estudio tiene un valor hora más alto en virtud de su posicionamiento,
y una mayor capacidad de realización de trabajos a igual tiempo.
Existe la posibilidad de que, dado el alto posicionamiento de un estudio, la incidencia
del factor ganancia sea tan alta que permita desestimar el factor gastos dentro del
valor hora. En cuyo caso, podría hasta ser tedioso un análisis horario por conside-
rarse innecesario. Sin embargo, nunca será un dato despreciable el conocer nuestro
punto de equilibrio. Dato que cobrará nueva importancia de crecer la estructura del
estudio o de, por ejemplo, verse en la obligación de tener que tercerizar trabajo.
En definitiva:
El premio a la velocidad se halla en una ganancia mayor dado el posicionamiento y
en una capacidad mayor de realizar trabajos en igual tiempo.
b. El profesional consagrado.
Pareciese ser que el uso de un valor hora aplica a diseñadores nóveles, pero luego al
crecer profesionalmente, optan por cobrar por proyecto.
En este punto tenemos que retrotraernos a lo expresado en el punto 5 (Definiciones
y precisiones III). ¿Qué clase de método hay detrás del concepto “cobrar por pro-
yecto”? ¿Cómo saber si el precio que determinamos para un proyecto significa ga-
nancia?
No existen parámetros que sustenten este criterio. La lógica marca que el creci-
miento profesional se ve plasmado en un incremento en el porcentaje de la ganan-
cia. Al igual que el crecimiento de nuestra estructura (que muchas veces va de la
mano del profesional) se expresa a través del análisis de gastos. Y ambos irán modi-
ficando nuestro valor hora.
13. Un método.
Desde hace ya muchos años vengo pregonando un método basado en el cálculo ho-
rario. Dos años atrás ese método -que hasta ese entonces se encontraba en estado
teórico-, se convirtió en un sistema que como tal asumió el compromiso de funcionar
en el mundo práctico.
El sistema (una herramienta de gestión, ya que no se limita sólo a resolver la proble-
mática de presupuestar) se llama Pontix, y el estudiarlo nos permitirá entender un
método real y efectivo para poder arribar a presupuestos precisos.
Para ello analizaremos su funcionamiento limitándonos únicamente a los aspectos
referidos al tema presupuesto en forma específica.
Configuración.
En el proceso de configuración, el sistema nos solicitará información acerca de nues-
tros gastos y nuestros tiempos, al igual que la ganancia pretendida.
a. Sueldos.
Al momento de solicitarnos el sueldo pretendido, estaremos frente a una disyuntiva.
Muchos estudios y profesionales no se adjudican un sueldo, sino que dejan que sea
el resultado de su buen pasar económico el que determine si existe o no un sueldo,
y de qué monto. Esto permite confundir sueldo con ganancia. De cualquier manera,
y entendiendo que estamos hablando de métodos, es imperioso adjudicarse un
sueldo, para que luego sea parte de nuestro cálculo económico. Para quienes suelen
ignorarlo, este es un momento incómodo, ya que es muy distinto dejar que las cosas
sucedan, a que el sistema nos solicite un valor y lo pasemos por alto, o sea, no com-
pletemos ese dato adrede. En la primera opción estamos dejando que la situación
“fluya” sin decidir (o pensando que no lo estamos haciendo, ya que el ignorar en sí
mismo es una decisión). En la segunda instancia, el sistema nos solicita un dato y
nosotros resolvemos no incluirlo.
El sistema no sólo pedirá un valor pretendido de sueldo mensual sino otros concep-
tos que afectar a ese número, como ser impuestos, días de vacaciones y días feria-
dos. Como resultado, arrojará un nuevo valor superior al ingresado por nosotros ya
que contemplará la influencia de las variables mencionadas.
b. Gastos.
Previo elaborar un listado de gastos ordenados por grupos (locación, insumos, ad-
ministración, ahorro, etc) y tipos (alquiler, expensas, mantenimiento, previsión, li-
brería, celular, etc), el sistema nos pedirá completar los valores de cada uno de esos
gastos. Un listado previo facilitará el no olvidar algún gasto que suele pasarnos desa-
percibido o incluso ignorado adrede. Tal es el caso de los correspondientes al grupo
ahorro (previsión y amortización) lo cuales suelen no ser tenidos en cuenta. Nueva-
mente, al igual que sucede con el concepto sueldo, existe una diferencia importante
entre ignorarlo, y que el sistema me lo recuerde y yo decida dejarlo a un lado. En
ambos casos estoy tomando una decisión, pero en el segundo, el sistema me obliga
a ser consciente de esa decisión.
Los puntos a y b completan los gastos. Ahora corresponde incursionar en los tiem-
pos.
c. Tiempos.
En base a una catalogación previa de los tiempos que participan de nuestro día a día
profesional, el sistema nos conduce a un análisis de cuánto tiempo le dedicamos a
cada tarea, con el objetivo de poder interpretar cuanto es el real tiempo dedicado a
trabajar, o sea, las horas que producen rentabilidad.
Una vez que el sistema conoce nuestros gastos y nuestro tiempo rentable, está en
condiciones de obtener un valor hora, el cual nos ubica en el punto de equilibrio (g
/ t = h-punto de equilibrio).
d. Ganancia.
En el paso siguiente nos pedirá tomar decisiones acerca de la ganancia. Sobre el valor
hora incidirá el porcentaje que creamos conveniente, como concepto de ganancia (g
+ %G / t = h-ganancia).
Presupuestos.
En este punto, teniendo un valor hora conformado por el proporcional de los gastos
y la ganancia pretendida para cada hora laboral rentable, estamos en condiciones
de presupuestar.
El proceso se basará en estimar las horas que le dedicaremos a cada trabajo, y el
sistema por sí sólo generará las sumas necesarias para obtener el valor final.
El factor estimación.
Acabamos de mencionar que deberemos estimar las horas que le dedicaremos a
cada trabajo. Inevitablemente los presupuestos referidos a servicios implican un
grado de estimación. Pero si el método es correcto y trabaja sobre información pre-
cisa, la posibilidad de que esa estimación provoque errores será mucho más baja.
Configuración.
Todos aquellos datos que el sistema nos fue solicitando y nosotros completamos en
forma estimada irán siendo corroborados con el paso del tiempo y el uso.
a. Sueldos.
Los sueldos son pretensiones nuestras por lo que no requieren ser confirmados.
Desde luego, en caso de pretender una modificación, deberemos ingresar al sistema
el nuevo valor pretendido, para que esa variable sea contemplada en el proceso pos-
terior y modifique los valores horarios.
b. Gastos.
Lo que gastamos mes a mes debería ser de nuestro dominio y conocimiento, pero
no siempre es un dato que controlemos. Por dicha razón, el sistema ira solicitando
que cada gasto que efectuemos sea incorporado. De esta manera, y en forma perió-
dica, el sistema irá corrigiendo el valor mensual, lo que incidirá en forma directa so-
bre el valor hora.
c. Tiempos.
Al igual que los gastos, el interpretar cómo funcionan los tiempos en nuestro estudio
no es tarea simple. Para confirmar lo que hasta aquí estimamos, el sistema irá soli-
citando información de cómo ocupamos nuestras horas laborales. A medida que
pase el tiempo y esta información es procesada, se corregirá con absoluta precisión
lo que en un inicio supusimos.
d. Ganancia.
Al igual que sucede con el sueldo, la ganancia es una decisión nuestra, por lo que no
debe ser corroborada, salvo que nosotros mismos pretendamos un cambio. En cuyo
caso lo podremos realizar en forma inmediata.
Presupuestos.
Al cabo de este proceso, cada nuevo presupuesto se basará en datos reales y, de ser
necesario, reconfirmados en forma periódica.
14. El factor estimación.
Pese a que ahora el método trabaja sobre datos precisos, siempre quedará un mar-
gen de estimación producto de tener que prever cuántas horas demandará el tra-
bajo a cotizar. Sin embargo, el riesgo producto de tener que estimar la cantidad de
horas que demandará cada trabajo es un proceso que, existiendo el método como
sustento, suele minimizarse con el paso del tiempo y los presupuestos sucesivos.
Esto sucede dado que el método nos provee de las herramientas necesarias para
medir la realidad posterior (él tiempo que realmente demandó el trabajo) y compa-
rarla con lo presupuestado. El ejercicio de comparación y las conclusiones que arroja
nos permitirá ir ajustando nuestra capacidad para estimar.
Disponer de una herramienta que nos permita saber a ciencia cierta que sucedió con
nuestro presupuesto tiene un valor enorme. El no poder averiguarlo es origen de
gran parte de nuestros miedos a la hora de hablar de precios.
15. Críticas.
En la segunda parte de esta larga nota hemos analizado las críticas que se les suelen
realizar a los métodos basados en el control de tiempos. Ahora podemos volver a
examinarlas con una mayor especificación.
a. Castiga la eficiencia.
El argumento se basa en que si sos veloz para realizar un trabajo (por habilidad o
experiencia), cobrarás menos dado que emplearás menos horas en realizar dicho
trabajo.
Este argumento presupone que todos cobramos por igual. El objetivo del método es
comprender dónde se encuentra nuestro punto de equilibrio traducido a valor hora.
Por encima de ese punto se encuentra la ganancia, y la ganancia varía de acuerdo a
muchos factores, donde nuestra eficacia es uno.
c. El profesional consagrado.
Pareciese ser que el uso de un valor hora aplica a diseñadores nóveles, pero luego al
crecer profesionalmente, optan por cobrar por proyecto. Al margen de lo dicho an-
teriormente que es que cobrar por proyecto no es un método, o sea, no brinda nin-
gún proceso que podamos entender y dominar, el posicionamiento (profesional con-
sagrado) es otra variable que aplica a la ganancia.
A medida que nos vayamos posicionando mejor en el mercado ira creciendo nuestro
porcentaje de ganancia.
Nota:
Pontix es el software desarrollado al cual hago mención.