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LA ÉTICA

La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego
ethikos, que significa “carácter”. Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define
lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión.
Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La
ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la
define como la ciencia del comportamiento moral.
Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes). La ética ayuda a
la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto
de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.
La ética, o filosofía moral, es la rama de la filosofía que estudia la conducta humana, lo correcto e incorrecto, lo
bueno y lo malo, la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.6 La ética contemporánea se suele dividir
en tres ramas o niveles: la metaética estudia el origen, naturaleza y significado de los conceptos éticos, la ética
normativa busca normas o estándares para regular la conducta humana, y la ética aplicada examina controversias
éticas específicas.
Ética y moral son conceptos muy relacionados que a veces se usan como sinónimos, pero tradicionalmente la
moral es el objeto de estudio de la ética.5 La ética es una disciplina académica mientras que la moral es el
comportamiento en el que consiste nuestra vida. La ética se ocupa de la experiencia moral y de los problemas
filosóficos que nacen de la conducta humana. Se trata del estudio de la moral y del accionar humano para
promover los comportamientos deseables. Una sentencia ética supone la elaboración de un juicio moral y una
norma que señala cómo deberían actuar los integrantes de una sociedad. Las acciones relevantes para la ética son
aquellas que se realizan de forma libre, ya sean privadas, interpersonales o políticas.9 La ética no inventa la vida
moral, sino que reflexiona sobre ella.10 Tampoco se limita a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca
emitir un juicio sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o malo. Desde la
perspectiva del discurso moral existe la presunción, además, de que el ser humano es en cierto modo libre. Esta
consideración deja abierto el campo de posibilidades de actuación de los seres humanos. En el ejercicio de esa
libertad se producen conflictos que constituyen la clave de la vida moral y sobre los que la ética, como reflexión
teórica, trata de dar luz, para encauzar adecuadamente la praxis o acción humana.
Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o
declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como «bueno», «malo», «correcto»,
«incorrecto», «obligatorio», «permitido», etc., referidos a una acción, a una decisión o incluso contendrá a las
intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a
personas, situaciones, o acciones. Se establecen juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: «ese hombre es
malo», «no se debe matar», etc. En estas declaraciones aparecen los términos «malo», «no se debe», etc., que
implican valoraciones de tipo moral.

El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo
histórico ha sido amplio y variado. A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y
distintas propuestas morales orientadoras de la vida humana.
Aunque la ética siempre fue una rama de la filosofía, su amplio alcance la conecta con muchas otras disciplinas,
incluyendo la antropología, biología, economía, historia, política, sociología y teología

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