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Dentro de los mitos y confusiones en torno a los cultivos genéticamente

modificados (GM), o transgénicos, a veces se menciona que estos no han


aumentado el rendimiento de los cultivos. De hecho, recientemente los medios
de prensa mencionaron este punto cuando la Academia Nacional de Ciencias de
Estados Unidos (NAS) publicó una amplia revisión de alrededor de 1000 estudios
sobre la seguridad de los cultivos transgénicos [1]. El comunicado que publicó la
NAS sobre esta revisión mencionaba que “no había evidencia de que los cultivos
transgénicos habían cambiado la tasa de aumento en los rendimientos”.
Esa frase bastó para que muchos periodistas en forma errónea publicaran
noticias centradas en que los cultivos transgénicos no tenían utilidad para
aumentar el rendimiento agrícola. Si bien esto es real, se omite que los cultivos
transgénicos actualmente cosechados a nivel comercial no han sido modificados
para aumentar el rendimiento agrícola – como por ejemplo, aumentar el número
de granos o tamaño de la planta. Los cultivos transgénicos que se comercializan
desde 1996 fueron diseñados para dos rasgos principales: resistencia a insectos
(o virus) y/o tolerancia a herbicidas. En los últimos años se han aprobado
comercialmente nuevos rasgos como tolerancia a sequía o resistencia a la
oxidación [2].
Los cultivos transgénicos resistentes a insectos (como los cultivos Bt) o a virus,
permiten reducir las pérdidas de la cosecha y utilizar menos fitosanitarios en
comparación a los cultivos convencionales no modificados. En el caso de los
cultivos tolerantes a herbicidas, permiten un mejor control de las problemáticas
malezas y adoptar fitosanitarios ambientalmente amigables. Tanto la reducción de
pérdidas por plagas, virus y las malezas que compiten por los nutrientes del
suelo, junto al ahorro de fitosanitarios y combustible, aumenta en forma indirecta
el rendimiento final al compararse con los cultivos no modificados.
[Recomendamos revisar nuestros artículos “¿Aumentan el uso de pesticidas los cultivos
transgénicos?” y “Sustentabilidad y beneficios ambientales de los cultivos
transgénicos”].
Estas ventajas están documentadas en dos grandes revisiones académicas de
economistas agrícolas. La primera, que fue publicada en 2014 e incluyó la
revisión de 147 estudios, arrojó que los cultivos transgénicos han permitido
aumentar en promedio el rendimiento agrícola en un 22% e incrementaron las
ganancias de los agricultores en un 68% – y los márgenes de ganancias son
mayores en los países en desarrollo [3].

Izquierda: Remolacha azucarera convencional que requiere un coctel de herbicidas


para evitar las malezas; Derecha: Remolacha azucarera transgénica tolerante a
glifosato. Fuente: Andrew Kniss, 2016
La segunda revisión, publicada en 2016 y que abarca los datos de producción
de cultivos transgénicos a nivel global, arrojó que entre 1996 y 2014, los cultivos
transgénicos aumentaron la producción mundial en 321,8 millones de toneladas de
maíz, 158,4 millones de toneladas de soja, 24,7 millones de toneladas de fibra de
algodón, 9,2 millones de toneladas de canola y 900 mil toneladas de remolacha
azucarera [4]. Además, el reporte menciona que redujeron en forma importante
el uso de tierras agrícolas debido a esta mayor productividad – solo en
2014 evitaron que 21 millones de hectáreas fueran usadas para fines agrícolas,
reduciendo así el impacto ambiental al evitar utilizar pastizales, bosque o selvas.
Si los cultivos transgénicos no otorgaran beneficios como los descritos a los
agricultores, estos simplemente optarían por usar las semillas convencionales.
Sin embargo, La superficie mundial sembrada con cultivos transgénicos se ha
multiplicado en 100 veces, desde 1,7 millones de hectáreas en 1996 a 179,7 millones
de hectáreas en 2015 (sembradas por 18 millones de agricultores en 28 países), lo
que hace a este tipo de cultivos la tecnología agrícola adoptada más rápidamente en
los últimos tiempos. Este impresionante aumento de tasa de adopción habla por
sí misma, en términos de su sostenibilidad, resiliencia y los beneficios
significativos que ofrece tanto a los pequeños como a los grandes agricultores,
así como a los consumidores.

Maíz transgénico Bt resistente a plagas (arriba) y maíz convencional susceptible al


gusano cogollero (abajo). Imagen: https://goo.gl/mOiGVd
Genes para mayor rendimiento
El único cultivo transgénico diseñado para mayor rendimiento que ha recibido
aprobación comercial, es un eucalipto desarrollado en Brasil, y esta aprobación
comercial recién ocurrió en 2015 [5]. Este eucalipto recibió un gen de la planta
modelo Arabipdopsis thaliana, que le permite producir un 20% más de madera,
permitiendo acortar el periodo de tala desde 7 a 5,5 años, y aumenta la
productividad de la madera entre un 30% y un 40% para su uso en otras
aplicaciones como bioenergía [6].
Fuera del sector forestal, si bien aún no hay plantas transgénicas a nivel
comercial diseñadas específicamente para maximizar el rendimiento (en término
de, por ejemplo, producción de granos o biomasa vegetal), ya hay varios
desarrollos en etapa experimental.
Un ejemplo muy promisorio es el llamado “arroz C4” desarrollado por científicos
del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) en Filipinas. Debido
a que el arroz cuenta con la fotosíntesis C3 (vía de 3 carbonos), mucho menor
eficiente que la fotosíntesis C4 (vía de 4 carbonos) de cultivos como el maíz o la
caña de azúcar, los científicos trabajan en insertar genes para expresar la vía
metabólica de la fotosíntesis C4 en el arroz. Esto impulsa el crecimiento de las
plantas mediante la captura de dióxido de carbono y su concentración en células
especializadas en las hojas, permitiendo que el proceso de fotosíntesis funcione
de forma mucho más eficiente [7] [8].
Esta tecnología que se está aplicando en arroz y trigo – dos cultivos que ya
alcanzaron su “peak” de rendimiento y alimentan a la mayor parte de la población
mundial [9] [10] – aumentaría el rendimiento en un 50%. Además, sería posible
usar mucha menos agua y fertilizantes para producir la misma cantidad de
alimento.
Fuente: MIT Technology Review
Otros cultivos transgénicos (o desarrollados con las nuevas técnicas de edición
génica) en etapa experimental para maximizar directamente el rasgo de
rendimiento, incluyen, por ejemplo, un trigo con 20% mayor
rendimientodesarrollado por el Rothamsted Research en el Reino Unido [11];
una soya con un 36% mayor cantidad de granos desarrollada por la Universidad
Estatal de Washington [12]; una mostaza con 25 a 34% más semillas desarrollada
por la Universidad de Delhi en la India [13] [14]; un maíz con 50% mayor tamaño y
número de granos desarrollado por el Laboratorio Cold Spring Harbor en Estados
Unidos [15]; y un arroz con 54% mayor rendimientodesarrollado por investigadores
del sector público del Reino Unido y China [16].
Además hay una serie de cultivos modificados para tener un mejor uso del
nitrógeno del suelo, lo cual aumenta directamente el rendimiento agrícola
mientras reduce el uso de fertilizantes. [Recomendamos revisar nuestro artículo al
respecto: “Plantas transgénicas con mejor uso de nitrógeno: Beneficios económicos y
ambientales”].
Estos cultivos (así como los transgénicos diseñados para otros rasgos) entregan
beneficios, no sólo para los agricultores, sino también para el medio ambiente (al
reducir el uso de tierras e impacto ambiental general) y a los consumidores (al
apoyar la seguridad alimentaria global). Sin embargo, depende de los tomadores
de decisiones a nivel político que la sociedad en su conjunto pueda gozar de los
beneficios de esta tecnología, la cual nos puede ayudar a alimentar a más
personas y al mismo tiempo proteger nuestros recursos naturales.
Referencias:
1.- National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. 2016.
Genetically Engineered Crops: Experiences and Prospects. Washington, DC:
The National Academies Press. doi: 10.17226/23395.
2.- James, Clive. 2016. Global Status of Commercialized Biotech/GM Crops:
2015. ISAAA Brief No. 49. ISAAA: Ithaca, NY.
3.- Klümper W, Qaim M (2014) A Meta-Analysis of the Impacts of Genetically
Modified Crops. PLoS ONE, 9(11): e111629. doi:10.1371/journal.pone.0111629
4.- Brookes G, Barfoot P. (2016). Global income and production impacts of
using GM crop technology 1996–2014, GM Crops & Food,
DOI:10.1080/21645698.2016.1176817
5.- Brasil da luz verde a eucalipto transgénico, 2015. SciDev.Net. Disponible
en: http://www.scidev.net/america-latina/biotecnologia/noticias/brasil-da-luz-verde-a-
eucalipto-transgenico.html
6.- Más centímetro por metro cuadrado, 2013. Pesquisa FAPESP. Disponible
en: http://revistapesquisa.fapesp.br/es/2013/04/16/mas-celulosa-por-centimetro-
cuadrado/
7.- C4 Rice Project, 2016 – International Rice Research Institute (IRRI).
Disponible en: http://c4rice.irri.org/
8.- TR10: Ultrafotosíntesis para alimentar al mundo, 2015 – MIT Technology
Review. Disponible en: https://www.technologyreview.es/materiales/47008/tr10-
ultrafotosintesis-para-alimentar-al-mundo/
9.- Grassini, P., Eskridge, K. M., & Cassman, K. G. (2013). Distinguishing
between yield advances and yield plateaus in historical crop production
trends. Nature Communications, 4: 2918
10.- “Food and Agricultural commodities production/Commodities by regions”.
Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO) 2013.
Disponible en: http://faostat3.fao.org/browse/rankings/commodities_by_regions/E
11.- Rothamsted Research submits application to Defra for permission to carry
out field trial with GM wheat plants, 2016. Rothamsted Research. Disponible
en: http://www.rothamsted.ac.uk/news-views/rothamsted-research-submits-application-
defra-permission-carry-out-field-trial-with-gm-0
12.- Carter, A.M., Tege

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