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Biografía
Existe poca información sobre la vida de Johannes Vermeer, únicamente algunos
hechos básicos anotados en registros y documentos legales, así como
comentarios sobre él de otros artistas. Debido a esto, Thoré lo denominó la
"Esfinge de Delft".4
No obstante aunque Vermeer van Delft era de familia protestante, se casó con una joven católica llamada Catharina Bolnes en
abril del 1653. Fue un matrimonio desafortunado: además de las diferencias religiosas (muy en ascuas para aquella época), la
familia de la esposa era más rica que la Vermeer. Parece que él mismo se habría convertido antes del matrimonio porque su
progenie tuvo nombres del santoral católico; además -entre otras cosas- una de sus pinturas llamada La alegoría de la fe, refleja la
fe en la eucaristía, pero no se sabe si se refiere a la fe de Vermeer o la de su comitente. Poco tiempo después de las nupcias, la
pareja se mudó a la casa de la madre de Catharina, Maria Thins, una viuda de buena condición económica que vivía en el barrio
católico de la ciudad. Vermeer habría vivido aquí con toda su familia durante el resto de su vida. Maria tuvo un rol fundamental
en la obra de este pintor: no solo la primera nieta fue llamada con su nombre, también utilizó sus rentas para conseguir la fama de
su yerno en el mundo del arte. Johannes y su esposa tuvieron quince hijos, cuatro de los cuales murieron antes del bautizo.
Formación
Sobre su formación como pintor no existe información segura. Se hizo miembro del gremio de San Lucas el 29 de diciembre de
1653 como pintor libre. A este hecho tuvo que precederle una amplia formación de seis años de aprendizaje, pues solo como
maestro se podía ser miembro del gremio. Es posible que Vermeer fuera alumno de Leonaert Bramer, hipótesis que no ha tenido
mucho eco por las diferencias de estilo, a pesar de que está documentada una relación entre ambos. También se han demostrado
contactos con Gerard ter Borch.5 Asimismo se ha especulado con que fuera alumno de Carel Fabritius, que a su vez había sido
educado en el taller de Rembrandt. Esta hipótesis fue ampliamente aceptada desde que en el siglo XIX, Théophile Thoré la
defendió y sigue estando muy extendida, pero en la actualidad los expertos dudan de su veracidad. En su lugar, se suele
mencionar a Pieter de Hooch, que vivió en Delft entre 1652 y 1661, como una de las principales influencias de Vermeer, ya que
se puede reconocer el estilo de Hooch, refinado y perfilado, en la pintura costumbrista de Vermeer.
Vermeer pudo ver en vida que sus cuadros alcanzaban altos precios. Pintó pocos cuadros para el mercado libre del arte; sus
cuadros eran en su mayoría para mecenas, como el panadero Hendrick van Buyten. Pero no se sabe si los mecenas encargaban al
pintor los cuadros o si solo tenían un derecho preferencial a la compra.7 Ya se ha mencionado que además de su actividad
artística, Vermeer trabajaba como experto en arte. Así, por ejemplo, comprobó la autenticidad de una colección de cuadros
venecianos y romanos que el tratante de arte Gerrit van Uylenburgh quería vender por 30 000 florines al príncipe elector de
Brandeburgo Federico Guillermo I. Viajó en 1672 a La Haya, donde examinó los cuadros junto con el pintor Hans Jordaens.
Negó la autenticidad de los cuadros ante notario, declarando que el valor de los cuadros era como máximo un décimo del precio
solicitado.
Obra
Su obra completa comprende 33-35 cuadros, difíciles de datar. Todavía existen
dudas sobre la autoría de los cuadros Dama sentada en un virginal, La joven con
una flauta, Diana y sus compañeras y Santa Práxedes. La relativamente escasa
producción de los cuadros conservados ha tentado a los estudiosos para atribuirle
una y otra vez cuadros, que hoy son considerados en su mayoría como
atribuciones falsas.
Dama con dos caballeros o
Aunque por la época se le adscribe al Barroco, lo cierto es que la pintura Muchacha con copa de vino, hacia
conocida de Vermeer se diferencia mucho de la de su época, en ciertos aspectos 1659-1660 (Herzog Anton Ulrich-
Museum, Brunswick).
está por su "intemporalidad" y "cristalinidad" más cerca de la obra de Jan Van
Heyk; en efecto: a diferencia del barroco común la obra de Vermeer carece de
muchos adornos, es aséptica, con un aire casi cristalino, limpio, depurado, e intemporal como si detuviera el instante en un
momento claro y eterno. Su obra resulta así muy singular en cuanto a que es muy personal y por esto difícilmente encasillable en
un estilo; con una cristalina austeridad y una fidelidad obsesiva (muy ajenas al Barroco más común) Vermeer -como en las perlas
que adornan a las muchachas que ha representado- acaso sin darse cuenta representa la fragilidad de la vida en retratos que
parecerían -usando la nomenclatura actual- hiperrealistas aunque de un hiperrealismo muy meditado y quieto y profundamente
intimista, en ciertos cuadros más que al barroco se aproxima al tenebrismo manierismo caravagiano, esto es ostensible en la
Muchacha con turbante.
Varios de los primeros cuadros de Vermeer se consideran pintura histórica. Este género consiguió en el siglo XVII el nivel más
alto de prestigio, por encima de la pintura de retratos, paisajes, bodegones y animales. En época de Vermeer, dentro de la pintura
histórica se incluía los acontecimientos de la Antigüedad clásica, los mitos y leyendas de santos, además de motivos eclesiásticos
y bíblicos. En la segunda mitad de la década de 1650, Johannes Vermeer cambió su interés hacia la pintura de escenas urbanas y
costumbristas. La razón de este cambio no es conocida, pero se supone que Vermeer no podía emplear las técnicas de la
perspectiva e iluminación en cuadros históricos como lo permitían otros géneros pictóricos. También el cambio de estilo se pudo
producir por la influencia de Pieter de Hooch y Jan Steen, que vivían ambos en Delft. Ambos incluían en sus cuadros elementos
arquitectónicos y figurativos de la vida diaria. Además, puede que Hooch, Steen y Vermeer se vieran influidos por el ambiente de
Delft e introdujeron cambios de contenido y estilo en su pintura. Esta tesis podría estar respaldada porque los cambios de estilo de
Steens y de Hoochs se produjeron tras su llegada a Delft.8
Pintura histórica
En comparación con las obras posteriores de Vermeer, las tres pinturas históricas tempranas son de gran formato: Cristo en casa
de Marta y María, con 160 × 142 centímetros, Diana y sus compañeras, con 98,5 × 105 centímetros, y Santa Práxedes, con
101,6 × 82,6 centímetros. Un ejemplo del tamaño de sus obras posteriores es Muchacha con turbante, de solo 45 × 40
centímetros.
En el cuadro Cristo en casa de Marta y María, pintado hacia 1654-1655, Vermeer retoma una escena del Evangelio de San Lucas:
Jesús, estando en el mercado, es invitado a comer a casa de Marta. Mientras Marta prepara la comida, María escucha a Jesús.
Marta pregunta a Jesús por qué no conmina a María a que le ayude y Jesús responde: «Marta, Marta, tú andas preocupada y te
pierdes en mil cosas: una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada.»9 La historia era un tema
tratado con frecuencia en la pintura desde el siglo XVI, porque en ella se reflejaba bien el problema de las buenas obras señalado
por los protestantes, que las consideraban una acción superficial y para las
apariencias. La composición es sencilla en comparación con otras obras
posteriores y en forma de pirámide. Marta, con una cesta de pan en la mano, está
situada detrás de Jesús, que está sentado en una silla y cuya cabeza está rodeada
de una débil aureola. En primer plano está sentada María en una banqueta, con la
cabeza apoyada en la mano. El gesto de María debía indicar reflexión. Como
señal de devoción frente a Jesús, no lleva zapatos. El brazo extendido de Jesús
señalando a María debía expresar que esta se había decidido por la mejor
actividad. Vermeer empleó contrastes de color fuertes entre el blanco del mantel
y el rojo del corpiño de María, así como con el azul de la toga de Jesús.
Paisajes urbanos
Vermeer pintó dos cuadros relacionados con su ciudad natal: La
callejuela y Vista de Delft. Los paisajes urbanos eran
habitualmente resultado de encargos públicos o privados, muy
rara vez se pintaban para el mercado libre. Razón por la que
alcanzaban precios mayores que la pintura paisajística.
Pintura moralizante
La alcahueta, pintada en 1656, es el primer cuadro de Vermeer que puede encuadrarse dentro de la pintura costumbrista. Es
probable que Vermeer se inspirara en el cuadro de igual nombre de Dirck van Baburen que estaba en posesión de su suegra, María
Thins.11 El cuadro aparece en varias obras de Vermeer como insinuación del tema tratado. La alcahueta se puede incluir en la
categoría de los Bordeeltje, cuadros de burdeles, que son una subcategoría de la pintura costumbrista. El lienzo muestra a cuatro
personas, dos mujeres y dos hombres. Para clasificar con detalle la escena faltan los datos, podría tratarse tanto de una escena en
un burdel como de una escena hogareña. En el primer caso, la mujer de la derecha sería una prostituta y el hombre que se
encuentra detrás de ella sería un proxeneta. La mujer vestida de negro sería la alcahueta, que habría organizado el negocio. En
cambio, si fuera una escena hogareña, el cuadro representaría el inicio de una relación extra matrimonial. En este caso, la
alcahueta sería una mujer del vecindario que habría organizado el encuentro. En cuanto al hombre en el lado izquierdo, podría
tratarse del mismo Vermeer; siendo éste su único autorretrato. De las personas retratadas, solo se ven los troncos, ya que las
piernas están tapadas por una mesa que se encuentra en primer plano. La composición produce sensación de lejanía respecto a la
escena en el observador. Como los cuadros costumbristas también debían transmitir valores, a menudo contenían advertencias. El
vino, representado por la jarra y la copa en la mano de la prostituta, cuyas mejillas están sonrosadas por el alcohol, debía
comunicar que el ser humano debía permanecer de ánimo despierto a pesar de las tentaciones de los sentidos. El aspecto central
del cuadro, la venalidad del amor, solo se representa indirectamente, con la mano abierta de la prostituta que espera la moneda del
proxeneta. Así, Vermeer es mucho más comedido, en comparación con otros pintores que emplean señales más drásticas, como
por ejemplo Frans van Mieris, que muestra en el fondo del cuadro El soldado y la doncella a dos perros copulando.
El cuadro Muchacha dormida, que fue pintado hacia 1657, es otra obra de
Vermeer con mensaje moralizante. La joven mujer pintada está sentada a una
mesa tapada con una alfombra oriental. La alfombra forma en la parte anterior de
la mesa un triángulo y Vermeer la arregló junto con una jarra de vino y un plato
de fruta. La mujer duerme apoyada en la mano, con el codo en la mesa, con la
finalidad de subrayar el ocio. El vestido deja ver que no se trata de una criada,
sino de la esposa del señor de la casa, encargada de la administración del hogar.
Johannes Vermeer había incluido inicialmente en el cuadro varios elementos
significativos más para hacer que la mujer tuviese más interacción. Así, un
estudio con rayos X mostró que en la puerta se encontraba un perro y en el fondo
izquierdo del cuadro un hombre, que fueron sobrepintados más tarde. Con estos
elementos la interpretación de la composición se hace más fácil. El motivo del
gusto por el vino se vuelve a retomar en este cuadro gracias a la presencia de la
jarra, pero también en su título Muchacha bebida y durmiendo en una mesa que Muchacha dormida, hacia 1657
(Museo Metropolitano de Arte,
se le dio en una venta el 16 de mayo de 1696: como consecuencia de la ingesta
Nueva York).
de vino, el ama de casa descuida sus obligaciones en el hogar.
Cuadros de mujeres
La mayoría de las representaciones de mujeres en los cuadros de Vermeer están relacionadas con una narrativa en la que
instrumentos musicales u objetos del hogar influyen en la percepción de la acción. Solo tres cuadros se desvían de forma
importante de esta tónica y se pueden denominar retratos.
Es muy probable que las modelos, dadas las edades y aspectos de las
representadas, las jóvenes mujeres que con una minuciosidad cariñosa pintara
Johannes Vermeer, se trataran de sus propias hijas.
El cuadro Muchacha leyendo una carta, pintado hacia 1657 y, por lo tanto, en la
primera fase de Vermeer, muestra a una mujer con una carta, que determina la
acción en el cuadro. El elemento de la carta fue retomado por Vermeer en otros
cuadros. En este, la muchacha está situada en el centro del cuadro, con una carta
en la mano, delante de una ventana abierta. En el lado derecho se ve una cortina,
en primer plano una mesa. La mujer está representada de perfil, pero el
observador puede ver su cara en un reflejo en la ventana. Que la carta sea
posiblemente de amor se puede leer en detalles, como la fuente llena de
manzanas y melocotones, en relación a la historia de Adán y Eva. La cortina del
primer plano puede reforzar esta idea, ya que está abierta en señal de revelación,
pero también puede tratarse de un elemento de la composición, empleado a
Muchacha leyendo una carta, hacia menudo por Vermeer.
1657 (Gemäldegalerie Alte Meister,
Dresde). En la mayoría de las representaciones de mujeres de Vermeer, la moralidad tiene
un papel importante. Incluso en los cuadros de mujeres tocando música aparece
el tema. Un ejemplo es el cuadro Dama al virginal o Dama parada cerca del
clavicordio, pintado entre 1673 y 1675. Incluso el instrumento, un «virginal» es un indicio de la virginidad de la muchacha
pintada. El hecho se deduce sobre todo por que en los Países Bajos del siglo XVII se cuidaba estrictamente de que la mujer
llegase virgen al matrimonio. El cuadro de la pared, con la representación de Cupido, representa un contraste a esta forma de
entender la moral.
Con la representación de un geógrafo y un astrónomo, Johannes Vermeer retoma un importante cambio de paradigma. Hasta el
siglo XVII estaba mal visto el ocuparse de la extensión, forma e historia de la Tierra, así como de las estrellas. Ello se entendía
como temerario y contrario al plan divino. Y a pesar de ello aparecieron ciencias que estudiaban de la Tierra y las estrellas desde
finales del siglo XV. Desde el descubrimiento de América, Asia y África por los europeos, los comerciantes, navegantes y nobles
necesitaron un mayor conocimiento geográfico, que se acumulaba en libros, mapas y globos.13
Alegorías
Johannes Vermeer pintó además de sus cuadros realistas, que tratan
habitualmente de asuntos banales, dos alegorías en las que personificó temas
abstractos y tomó posición a través de símbolos y referencias. Los cuadros
llevan por título Alegoría de la fe, pintado entre 1671 y 1674, y Alegoría de la
pintura o El arte de la pintura. En ellos Vermeer se basó en el conocimiento de
Cesare Ripa de la iconografía.
Alegoría de la fe (c. 1670) El cuadro muestra un taller de pintura, posiblemente inspirado en el del propio
Vermeer, ya que una mesa de roble como la que se puede apreciar en el cuadro
aparece en la lista de inventario del pintor. Sobre la mesa se encuentra un libro,
símbolo de la sabiduría y la contemplación, y una máscara, que se debe entender como una representación de la escultura. Como
personaje principal aparece el pintor en el centro, delante de un lienzo casi vacío. Está de espaldas al observador, de forma que
mantiene su anonimato. En el fondo se encuentra una joven mujer que sirve de modelo al
pintor. Lleva una capa de seda azul y una falda amarilla. En la mano izquierda tiene un
libro, en la derecha un trombón. Sobre la cabeza lleva una corona de laurel, representando
la fama eterna.
El lienzo vacío es desde el Renacimiento símbolo de la idea artística que toma forma en el
proceso pictórico. Que el pintor trabaje en un cuadro mientras sobre la mesa permanece
una máscara ha sido interpretado como la competición de las artes, la Paragone. De esta
forma, la pintura triunfa sobre la escultura. Estudios modernos dan casi por seguro que la
mujer no es simplemente una modelo o alegoría de la Fama, sino que representa a la musa
Clío, musa de la Historia en la mitología griega. A favor de esta interpretación habla
también el mapa de Nicolaus Visscher colgado en la pared, al fondo, en el que aparecen
las 17 antiguas provincias de los Países Bajos antes de la paz con España en 1609. El Detalle de la musa Clío de
mapa está rodeado a ambos lados con vistas de ciudades y Clío aparece con su trombón, Alegoría a la pintura, hacia
que es símbolo de la fama, delante de La Haya, con la vista del palacio real. Esto se puede 1666.
interpretar como homenaje de Vermeer a la Casa de Orange. El cuadro fue pintado a
comienzos de la Guerra Franco-Neerlandesa, que se extendió de 1672 a 1678, en una
época de desórdenes internos en los Países Bajos, en la que la esperanza recaía sobre los Orange. Además, se revela una actitud
positiva hacia el Sacro Imperio Romano Germánico por ejemplo a través de la lámpara con el águila bicéfala de los Habsburgo.
Dibujos
No existen dibujos que puedan ser atribuidos con seguridad a Johannes Vermeer. Su falta ha provocado que muchos autores
supongan que Vermeer no necesitaba estudios para sus cuadros. A esta idea se opone el controvertido dibujo Muchacha con
calentador de pies que es atribuido a Vermeer y datado en 1655. Es un dibujo de 25,5 × 16,5 centímetros, dibujado con tiza sobre
papel azul y se encuentra en la actualidad en la colección de Museo del Palacio de Weimar. Los defensores de la atribución la
fundamentan sobre todo en parecidos estilísticos y el parecido del monograma que aparece sobre el calentador de pies con las
firmas sobre los cuadros Muchacha leyendo una carta y Vista de Delft. Aquellos que se oponen afirman que el papel azul solo
empezó a fabricarse en siglos posteriores. Lo que se contradice con una noticia de Karel van Mander, anterior a Vermeer y autor
del Schilderboeks. Van Mander describió a un alumno del retratista Michiel Miereveld de Delft: «es aplicado investigando la
belleza más madura de la pintura, al dar color emplea diferentes maneras inventadas por él mismo, también dibuja entre medio en
papel azul [...]» Esto indica que existía papel azul en el área de Delft mucho antes de Vermeer.15
Evolución de su técnica
La obra de Vermeer fue realizada entre 1654 y 1675. Solamente tres de sus cuadros tiene fecha y de los demás solo se estima el
momento de ejecución por el estilo empleado.16
El primero que tiene fecha es la alcahueta de 1656. Su estilo está muy alejado de los interiores y de los paisajes que lo han
encumbrado. Hay otros dos cuadros que deben ser anteriores a esa fecha, se trata de Cristo en casa de María y El descanso de
María, en ambos casos se consideran obras juveniles.16
El género de interiores con varios personajes representados en una habitación había sido creado entre 1620-30 y se había
consolidado en los Países Bajos. En La joven dormida, pintado sobre 1657, seguramente posterior a La alcahueta, Vermeer se
confiesa seguidor de este género.17
En 1653, se había establecido en Delf, el pintor Pieter de Hooch, tres años mayor que Vermeer. Entre 1658 y 1660 realizó una
serie de interiores que debieron asombrar por su calidad. Su influencia sobre Vermeer está confirmada en cuatro cuadros que
recuerdan de forma clara la manera de Hooch. Se trata de Muchacha leyendo una carta, Militar y muchacha riendo, Dama
bebiendo con un caballero y La
lechera. Vermeer reduce los
personajes a 1 o 2, pero sobre
todo se dedica a representar los
detalles con la máxima
perfección, como el pulido de la
madera o la suavidad de las
telas. En cuadros como la Dama
bebiendo con un caballero
consigue una unidad, intimidad
y serenidad que sobrepasa la
obra de Hooch.17
La muchacha del collar de perlas Las experiencias en Delft de los En Mujer con una jarra de agua,
(1662-66). Es uno de los tres pintores con el paisaje urbano hacia 1662. Vermeer evolucionó su
cuadros de mujeres pintados en su tuvieron un momento magistral técnica hacia un modelado más sutil,
mejor momento. El amarillo y el evitando contrastes pronunciados y
en la serie de cuadros de Hooch
blanco determinan la luz y el usando una iluminación tenue. El
fechados en 1658, entre ellos el refinamiento es cada vez más
ambiente.
sorprendente Patio interior. complejo.
Según Albert Blankert estos
cuadros de Hooch debieron incitar a Vermeer a ensayar la pintura de exteriores.
Pero Vermeer nuevamente realiza un mejor cuadro, La callejuela, donde en lugar de un planteamiento en profundidad como en
Patio interior representó en un mismo plano una sucesión de fachadas y puertas con un colorido más claro y un modelado más
preciso empleando su famosa técnica del punteado. En esta técnica, también llamada pointillé (la cual no debe ser confundida
con el "puntillismo"), los colores transparentes los producía aplicando pintura perdidamente en capas granulares del lienzo.18
Posiblemente después de La callejuela, Vermeer se aventuró con un paisaje exterior más amplio: Vista de Delft. Se trata de una
vista totalmente exacta y fiel y seguramente se ayudó de una cámara oscura. En ella consiguió expresar la impresión de la luz con
total maestría.18
Estas obras, desde La muchacha leyendo una carta hasta Vista de Delft pintadas de 1656 a 1661, corresponden a un mismo estilo.
Se encuentra en ellas el mismo modelado firme y enérgico y el color es aplicado en capas bastantes espesas, sobre todo en las
partes claras.18
En sus obras posteriores, la transición se estima en 1662, Vermeer utilizó otra técnica con un modelado delicado, los contrastes
pronunciados los evitaba, empleó una iluminación tenue y un refinamiento cada vez más complejo. Es el caso de Dama con dos
caballeros y Mujer con aguamanil.18
Después realizó siete cuadros pintados con minuciosidad y factura más madura pintados entre 1662 y 1666 pues no pertenecen a
su última época que surgió en 1667. Son las mejores obras de Vermeer.18
Los tres primeros tienen una única protagonista femenina y son composiciones similares. Una mesa horizontal recubierta con un
tapete y con varios objetos contrasta con la verticalidad de una mujer de pie. El trazado de líneas y el modelado de formas son de
una gran delicadeza. Se trata de la Lectora en azul, La tasadora de perlas y La muchacha del collar de perlas. Cada cuadro
difiere en la luz y el colorido, en la muchacha del collar el amarillo y el blanco dominan, la luz difusa y el azul son los colores de
la lectora de azul, mientras que una luz filtrada por una cortina naranja envuelve en penumbra la tasadora de perlas. Vermeer
dispuso estas figuras en una actividad que las mantuviera inmóviles buscando el recogimiento y la armonía en reposo.18
En los tres siguientes y buscó continuar con la minuciosidad de los tres cuadros de mujeres anteriores y desarrollando un efecto
espacio mucho más complejo. Tanto en La lección de música como en El concierto estableció un potente ritmo entre los
elementos que se suceden desde el primer plano hasta la pared del fondo donde una serie de rectángulos (cuadros, espejo,
clavicordio) contribuyen a resaltar esta alineación de objetos en profundidad. En la misma línea desarrolló su gran obra maestra
El arte de la pintura. Allí articuló con una ejecución naturista, una composición compleja y un espacio inundado de luz, llegando
a alcanzar su máximo nivel. Por último, también en La joven de la perla alcanzó un efecto de gran naturalidad, se centró en la
mirada de la joven que constituye la esencia del cuadro, prescindiendo de todo la accesorio.19
Después de la perfección de El arte de la pintura era difícil seguir progresando y Vermeer decidió cambiar de estilo buscando la
estilización. Así, en el cuadro Dama al virginal prescinde de detalles anecdóticos de otros cuadros. Luces y sombra se ordenan de
manera más rigurosa. Además para mostrar esa realidad más simplificada vuelve a cambiar de técnica. Abandona las transiciones
progresivas de color y opta por la yuxtaposición de colores claros y oscuros. Realizó varios cuadros de esta forma como el
astrónomo del Louvre, pero donde consiguió mejorar en esta nueva técnica es en La encajera donde representó una mujer
concentrada en su trabajo, lo consiguió centrando la atención en el rostro y las manos y prescindiendo de detalles que podían
desviar la atención. Consiguió la misma maestría en Una dama que escribe una carta y su sirvienta donde combinando elementos
habituales consiguió representar una serenidad que no se encuentra en cuadros anteriores.20
El estilo tardío se extrema en Mujer tocando la guitarra, algunos detalles son tratados esquemáticamente, pero Vermeer que
siempre había optado por figuras inmóviles y tranquilas, abandona su ideal que siempre había buscado haciendo reír y moverse a
su protagonista. a partir de 1672 vieren unos años de dificultades económicas y parece que pintó una serie de obras por encargo
donde se aprecia su decadencia. Se aprecia en cuadros como Alegoría de la fe
donde prescinde de sus búsquedas y de sus hallazgos o en mujer sentada tocando
la espineta donde también se aprecia el declinar de su fuerza creadora como en
los pliegues del vestido que ya no tienen su maestría o el cuadro ya no tiene no
tiene su luz y aparece en penumbra.20
Destacable es el uso de este efecto con el ultramarino natural en Dama con dos
caballeros o Muchacha con copa de vino. Las sombras del vestido satinado rojo son pintadas con ultramarino natural, y gracias a
este azul puesto en capa de pintura, la mezcla de rojo y bermellón sobrepuesto adquiere un suave purpúreo, frío y crispante que es
más poderoso. A pesar de sus problemas financieros, Vermeer continuó utilizando el ultramarino natural ampliamente; tal es el
caso de la Dama sentada en un virginal.
Importancia
Innovación artística
Johannes Vermeer fue un precursor en la pintura en relación a los principios de la composición. Empleó una división equilibrada
de superficies, con las que también expresaba estructuras y situaciones complejas de forma sencilla y con pocos elementos. La
geometría tenía un papel importante en la composición. Vermeer empleaba la luz de manera que casi llegaba a dar la impresión de
que pintaba al aire libre. Además, no empleaba tonos grises para representar sombras. Vermeer se destacaba en la restitución de la
luz, de la textura, de la perspectiva y de los colores trasparentes.
El pintor neerlandés Vincent van Gogh escribió al también pintor Émile Bernard:
Es cierto que en el par de cuadros que pintó, se puede encontrar toda la paleta de colores; pero unir el
amarillo limón, el azul pálido y el gris claro es tan característico de él, como la armonización del negro,
el blanco, el gris y el rosa en Velázquez.
Una y otra vez se ha afirmado que Vermeer empleó una cámara oscura en sus cuadros para lograr el posicionamiento preciso de
sus composiciones.22 Por ejemplo, Norbert Schneider escribió:23
Sabemos hoy que Vermeer empleó una cámara oscura en la
mayoría de sus cuadros y, de hecho, de forma que no oculta las
condiciones de ese medio, sino que las hace visibles, como se
puede reconocer en la falta nitidez de los bordes y los puntos de
luz, el famoso «pointillé». Sus cuadros alcanzan de esta forma una
calidad «abstracta», ya que no reproducen la realidad tal como es,
sino tal como se ve, [...] Se puede decir que la «cámara oscura [se
convierte] en una fuente del estilo»
Consideración y fama
Jan Vermeer y su obra permanecieron en su mayor parte desconocidas durante su
vida, ya que sus cuadros no encontraron un público más allá de un pequeño
círculo de conocedores y seguidores. La razón es su escasa producción y que
cuadros suyos llegaban solo alguna vez a subastas.29 Y aunque la calidad de la
obra de Vermeer era apreciada, su obra apenas suscitó atención. Johannes
Vermeer no fue completamente olvidado durante los siglos XVII y XVIII, pero
era raramente mencionado en la literatura. Aun así, su obra era alabada en
general. A comienzos del siglo XIX creció el interés en Johannes Vermeer, a
pesar de que hubiese poca información biográfica disponible. Los cuadros de
Vermeer fueron especialmente ensalzados en los catálogos de subastas y
alcanzaron buenos precios. Por otra parte, la obra de Vermeer fue retomada por
otros artistas, como por ejemplo Wybrand Hendriks, que copió la Vista de Delft y
pintó cuadros costumbristas al estilo de Vermeer. En 1821, Christian Josi publicó
En Dama al virginal, hacia 1667–
un artículo con el título Discours sur l’état ancien et moderne des arts dans les
1669, hay una transición de estilo
Pays-Bas, en el que intentó reunir toda la información sobre Vermeer y que buscando una estilización. Abandonó
encumbró la obra del pintor.30 las transiciones de color y empleó la
yuxtaposición de colores. Se aprecia
Después de que el cuadro Vista de Delft fuese especialmente elogiado en la bien en el marco dorado de la pared.
literatura especializada, el rey Guillermo I decidió comprar la obra a través del
Mauritshuis. La obra de Vermeer de la galería real del Mauritshuis llamó la
atención del coleccionista de arte británico John Smith.31 Smith mencionó a
Vermeer en su catálogo de cuadros de Francia, Flandes y los Países Bajos, que
ocupaba ocho volúmenes. Smith explicó la corta fama de Vermeer con su escasa
obra. Como consecuencia, John Smith se extrañó de su habilidad, tomándolo
como un imitador y alumno de otro pintor.
A partir de mediados del siglo XIX, la pintura de Vermeer tuvo una amplia
recepción. El publicista y político francés Théophile Thoré conoció la pintura
neerlandesa del siglo XVII durante sus viajes por los Países Bajos y Bélgica,
entre la que se encontraba la de Vermeer. Thoré reconoció que el realismo en la
representación de la vida diaria se correspondía bien con la estética de su tiempo.
Ayudó a la consagración de Vermeer con tres artículos periodísticos muy
positivos. En los textos, William Bürger, seudónimo de Théophile Thoré,
catalogaba las obras de Vermeer y caracterizaba su pintura. Con los trabajos de En La encajera, hacia 1669, mejoró
Thoré-Bürger Vermeer entraba por primera vez de forma importante en la su nueva técnica de estilización.
literatura sobre el Arte. Los impresionistas llegaron a través de la observación de Representó la concentración en el
la luz a conclusiones similares a las de Vermeer, en cuyos cuadros la luz se trabajo cuidando el rostro y las
manos y prescindiendo de detalles
reproducía de forma natural. Así, la obra de Vermeer consiguió cada vez más
que desvíen la atención. Dalí, que
apreciación.
tenía admiración por este cuadro,
realizó una copia y una versión
A principios del siglo XX, se descubrieron cuadros de Vermeer en colecciones
surrealista del mismo.
privadas, como por ejemplo Mujer joven con sombrero rojo.30 Estas obras
habían sido atribuidas a otros pintores, como Gabriël Metsu y Pieter de Hooch.
Pero Thoré-Bürger y otros críticos e historiadores del arte también atribuyeron a
Vermeer cuadros que no eran suyos, como los de Jacobus Vrel y Jan Vermeer
van Haarlem. El estudio de Vermeer en el siglo XX se ocupó sobre todo en la
identificación exacta de la autoría. No fue hasta 1935 que el museo de Rotterdam
le dedicó su primera exposición individual.
Éxito comercial
Una dama que escribe una carta y
Johannes Vermeer fue apoyado por mecenas, que compraron la mayoría de sus
su sirvienta, hacia 1670, pertenece
cuadros. Una importante colección acabó en manos de Jacob Dissius y su esposa
también al periodo estilizado,
Magdalena van Ruijven, dueños de una imprenta, que según un inventario combinó elementos habituales
realizado después de 1682 poseían 19 obras de Vermeer. Algunos provenían del consiguiendo representar la
padre de ella, Pieter Claesz van Ruijven. Otros pueden haber sido comprados por serenidad con maestría.
Magdalena van Ruijven, Jacob Dissius o su padre, Abraham Jacobsz Dissius, ya
en la venta de la herencia, realizada el 15 de mayo de 1677 en el local del gremio
de San Lucas, se vendieron 26 obras de Vermeer. Así que es probable que ambas familias compraran cuadros del pintor.32
Comercialmente, las obras de Vermeer siempre tuvieron una posición destacada. El 16 de mayo de 1696 en una subasta de Gerard
Houet, en la que se subastaron 134 cuadros, 21 de ellos eran aparentemente de Vermeer. Los precios exigidos por estos cuadros se
encontraban entre los 17 y los 200 florines. El hecho de que sus cuadros alcanzaran precios tan altos es una señal de que era un
artista buscado. En la misma subasta, por ejemplo, un retrato de Rembrandt se vendió por algo más de siete florines y la
Decapitación de San Juan Bautista atribuido a Carel Fabritius se vendió por 20 florines, lo que subraya el valor de Vermeer.
Con la creciente fama y aprecio de la obra de Vermeer a principios del siglo XIX, también aumentaron los precios, Así, El
geógrafo se vendió en 1798 por siete luises y en 1803 vendido de nuevo por 36. Un año más tarde, el Estado neerlandés compró
Vista de Delft por deseo expreso del rey, por 2.900 florines, una cantidad muy alta en la época y lo entregó al Mauritshuis.30 A
finales del siglo XIX se iban negociando cada vez más cuadros de Vermeer a precios cada vez más altos. Millonarios
norteamericanos como John Pierpont Morgan, Henry Frick, Henry Marquand e Isabella Stewart Gardner compraron obras de
Vermeer y fueron cortejados por los museos, para que se los prestasen o quizás traspasasen la propiedad. Un ejemplo del
desarrollo de los precios es la Alegoría de la fe. En 1899, Abraham Bredius compró este cuadro por unos 700 florines y lo prestó
al Mauritshuis y al museo Boymans van Beuningen. Bredius vendió finalmente el cuadro por unos 300.000 dólares al
estadounidense Michael Friedsam, que lo entregó en herencia al Museo Metropolitano de Nueva York.33 Por 625.000 florines
compró Henri W. A. Deterding en 1921 el cuadro La callejuela de la colección Collectie Six, llamada así por el coleccionista Jan
Six, y se lo regaló al Estado neerlandés. Por voluntad de Deterding el cuadro se muestra en el Rijksmuseum en Ámsterdam.34 El
desarrollo de los precios y la gran demanda convirtieron a Vermeer en un autor atractivo para falsificadores.
En 1940, Adolf Hitler compró El arte de la pintura (Alegoría de la pintura) por 1.650.000 reichsmark a los austríacos Eugen y
Jaromir Czernin. Los impuestos de unos 500.000 reichsmark también fueron pagados por Hitler. Anteriormente ya había habido
varias ofertas, entre otras, una de más de seis millones de dólares del secretario de estado de Estados Unidos Andrew Mellon,
pero no se dio el permiso de exportación.35 El cuadro fue comprado para el museo de arte que tenía planeado en Linz y, tras su
compra, el cuadro quedó temporalmente en Múnich. Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial fue escondido en la mina de sal
de Altaussee y después de la guerra fue tomado prestado por los estadounidenses.36 Estos entregaron El arte de la pintura al
Museo de Historia del Arte de Viena.
En 2004, Steve Wynn subastó Mujer joven sentada al virginal por treinta millones de dólares. Era la primera vez que un Vermeer
era subastado desde 1921.37
Falsificaciones
Debido a que la autoría de Vermeer solo se considera segura en 37 cuadros, ha habido una y otra vez rumores sobre la existencia
de más cuadros, cuya localización sería desconocida. Esta circunstancia ha sido aprovechada para que falsificadores crearan
cuadros de Vermeer supuestamente desconocidos hasta el momento y los vendiesen en el mercado del arte. La demanda de
cuadros de Vermeer era tan grande que no podía ser cubierta por su escasa obra.
El neerlandés Han van Meegeren (1898-1947) creaba falsificaciones tan perfectas que incluso el experto en Vermeer Abraham
Bredius realizó peritajes sobre la autenticidad de estas obras. Bredius confirmó entre otros la autenticidad del cuadro Cena de
Emaús de van Meegeren, comprado por el Museo Boijmans van Beuningen de Rotterdam en 1938. Incluso el Estado neerlandés
compró el falso Vermeer El lavapiés en 1943, que se encuentra en la actualidad en el Rijksmuseum en Ámsterdam. También el
Reichsmarschall Hermann Göring compró una falsificación de Han van Meegeren para la colección que estaba creando mediante
el expolio en los países ocupados de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. La falsificación era tan buena, que las
autoridades neerlandesas también la dieron por auténtica y le acusaron de traición por haber vendido bienes artísticos
neerlandeses a los nazis. Para demostrar que él era el autor del cuadro en cuestión, Van Meegeren compuso un nuevo cuadro
atribuible a Vermeer ante el atento examen de la policía neerlandesa. Las autoridades neerlandesas cambiaron los cargos de
traición a falsificación, por los que Van Meegeren fue condenado a dos años de prisión.
Además de Bredius, también Wilhelm von Bode y el director del Mauritshuis, Wilhelm Martin, realizaron peritajes positivos para
falsificaciones de Vermeer. Estos cuadros pertenecen en la actualidad a la National Gallery of Art de Washington.38 39
Entretanto existen métodos de estudio con los que se puede fijar con seguridad si un cuadro atribuido a Johannes Vermeer ha sido
pintado en la época adecuada. Falsificaciones en las que se empleó plomo moderno o compuestos de plomo moderno en los
pigmentos, se pueden detectar con ayuda del método del plomo 210. El plomo 210 es un isótopo del plomo de la familia de
desintegración del uranio 238, creado a partir del radio 226 con un tiempo medio de vida de 22 años. Este tiempo de vida medio
tan corto puede ser empleado para identificar falsificaciones más recientes. Además, en la época de Vermeer se empleaba en los
Países Bajos plomo procedente del Mittelgebirge de Europa Central. A partir del siglo XIX se comenzó a emplear plomo de
América y Australia, de forma que la cerusa (el pigmento blanco) tiene trazas de elementos y composición isotópica diferentes
que se distinguen de la cerusa antigua. Este además se caracterizaba por un alto contenido de plata y antimonio, mientras que la
cerusa moderna ya no contiene estos elementos químicos, que se separan del plomo por reducción.
Influencia posterior
Pintura
En pintura, Vermeer supuso una importante influencia para Salvador Dalí. De
niño, Dalí estaba fascinado por una reproducción de La encajera de Vermeer que
colgaba en el despacho de su padre. En 1934, pintó algunas obras relacionadas
con obras de Johannes Vermeer, como Masquerader, intoxicated by the limpid
atmosphere («El que participa en un baile de máscaras, intoxicado por una
atmósfera límpida») o Espectro de Vermeer de Delft,40 que representa a
Vermeer como una figura oscura arrodillada, de manera que la pierna forma una
mesa. Sobre la mesa se encuentra una botella y una pequeña copa. En el cuadro
Paysage avec elements enigmatiques («Paisaje con elementos enigmáticos»)41
del mismo año, Jan Vermeer está representado frente al caballete. En 1936, pintó
Apparition de la ville de Delft («Aparición en la villa de Delft»),42 que muestra
al fondo una parte de la Vista de Delft. Salvador Dalí pidió permiso al Louvre
para hacer una copia de La encajera, que le fue concedido. De esta forma pintó
Mujer tocando la guitarra, hacia
en 1955 la copia43 y el cuadro Peintre paranoïaque-critique de la Dentellière de
1672. El estilo tardío se extrema,
Vermeer («Pintor paranoico-crítico de la encajera de Vermeer»),44 en el que
algunos detalles son tratados
hace explotar el cuadro en forma de cuernos de rinoceronte. Esta forma ya había esquemáticamente. Abandona su
aparecido en la niñez de Dalí, porque al mirar el cuadro tenía que pensar en los ideal de figuras inmóviles haciendo
cuernos.45 reír y moverse a esta mujer.
Miguel Ángel con su Juicio Final no es más extraordinario que Vermeer van Delft con su encajera en el
Louvre, de tamaño un palmo cuadrado. Cuando se tienen en cuenta las dimensiones plásticas, se puede
afirmar que La encajera es extraordinaria frente a la Capilla Sixtina.
Dalí46
Literatura
Gran fama tiene la alusión al cuadro Vista de Delft en la obra del escritor francés Marcel Proust. Proust viajó en octubre de 1902 a
los Países Bajos y vio allí, entre otros cuadros, también Vista de Delft de Vermeer, que fue la que más le gustó.47 Cuando en
primavera de 1921 se mostró una colección de cuadros de maestros neerlandeses en el museo del Jeu de Paume en París, Proust
fue a verla, a pesar de que estaba enfermo de asma y se había retirado de la vida
pública, ya que se mostraban Vista de Delft, La lechera y La joven de la perla.
En la escalera de entrada a la exposición tuvo un ataque de debilidad, que achacó
a las patatas que había comido antes. Marcel Proust retomó tanto la vista de
Delft como su ataque de debilidad en su obra monumental A la recherche du
temps perdu (escrito entre 1913 y 1927, «En busca del tiempo perdido»),
concretamente en su quinta parte, La Prisonnière (1923, «La prisionera») con su
personaje Bergotte. Gracias a una crítica, Bergotte ve fijada su atención por un
«trozo de muro amarillo» en la Vista de Delft. Este trozo de muro resulta todavía
en la actualidad un misterio, ya que no se ha encontrado en el cuadro. El lugar es
descrito en el francés original como Le petit pan de mur jaune avec un auvent y
du tout petit pan de mur jaune («el pequeño trozo de muro con un tejadillo»).48
Ya que este elemento no está en el cuadro, actualmente se supone que o bien fue
Mujer sentada tocando la espineta,
inventado por Proust para su novela, o bien es debido a un fallo en su memoria. hacia 1675. Se aprecia la
decadencia de su fuerza creadora
Recientemente, Vermeer ha conseguido una gran popularidad gracias a la novela
tanto en la composición, como en la
La joven de la perla de Tracy Chevalier. El libro trata la cuestión de la identidad luz y los detalles.
de la mujer que aparece en el cuadro La joven de la perla, desarrollando una
historia ficticia alrededor de la criada Griet, que hace de modelo. También es
ficción la historia de Susan Vreeland en su libro La joven de azul jacinto. En el libro, un cuadro ficticio de Vermeer, Niña con
costurero, que mostraría a la hija del pintor, es mostrado a través de sus dueños, desde el presente hasta el mismo Vermeer, que
solo es tratado al final del libro.
Con El enigma Vermeer, el pintor llega a la literatura infantil. El libro de la autora Blue Balliett trata sobre todo los cuadros El
geógrafo y Dama en amarillo escribiendo. Este último es robado en la historia para llamar la atención sobre el hecho de que
algunos cuadros han sido atribuidos por error a Vermeer.
En 2005, Luigi Guarnieri escribió la novela La doppia vita di Vermeer («La doble vida de Vermeer»), que cuenta la historia del
falsificador Han van Meegeren, que consiguió hacerse famoso con sus falsificaciones de Vermeer.
Cine
La obra de Vermeer no solo dejó su huella en la pintura de Dalí, sino también en su obra cinematográfica. En 1954 Dalí y Robert
Descharnes comenzaron los trabajos para la realización de una película titulada L’Histoire prodigieuse de la Dentelliere et du
Rhinoceros o también L’aventure prodigieuse de la Dentelliere et du Rhinoceros. La película, relacionada con La encajera y el
rinoceronte, no llegó a terminarse. También en la película surrealista Un perro andaluz de 1929, coescrita por Dalí, aparece
brevemente La encajera como ilustración en un libro.
Peter Greenaway intentó reproducir las obras de Vermeer en su película A Zed & Two Noughts (1985; «Una Z y dos ceros»). En la
película All the Vermeers in New York (1990; «Todos los Vermeer en Nueva York») de Jon Jost se menciona a menudo a Vermeer
cuando una actriz francesa se encuentra con un agente en el Metropolitan Museum.
En 2003, el director británico Peter Webber adaptó el libro La joven de la perla. La protagonista, Griet, la criada, fue interpretada
por Scarlett Johansson y Vermeer por Colin Firth. La película La joven de la perla consiguió varios galardones y fue nominada a
tres premios Óscar.
En 2013 Teller dirigió la película documental Tim's Vermeer. Se observa al inventor Tim Jenison en un proceso de 5 años para
reproducir el cuadro Lección de música recreando los modelos y técnica originales.
Véase también
Anexo:Cuadros de Johannes Vermeer
Un pintor en quien se inspiró: Pieter de Hooch
Su principal falsificador: Han van Meegeren
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Enlaces externos
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Vermeer de Delft. Johannes Vermeer (https://web.archive.org/web/20090108165612/http://www.artehistoria.jcyl.e
s/genios/pintores/3661.htm) en Artehistoria (en español) con lista de cuadros por orden alfabético (https://web.ar
chive.org/web/20090331234307/http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/a3661.htm), cronológico (https://w
eb.archive.org/web/20090331233323/http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/c3661.htm) y galería (https://
web.archive.org/web/20090402044459/http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/gal3661-1.htm)
Essential Vermeer (http://essentialvermeer.com/) (en inglés)
Casa de Johannes Vermeer (https://web.archive.org/web/20000818175659/http://www.xs4all.nl/~kalden/) (en
neerlandés)
Vermeer Centrum Delft (http://www.vermeerdelft.com/) (en inglés)
Sobre el falsificador Meegeren (http://www.meegeren.net) (en inglés)
Vermeer y la pintura de género neerlandesa (https://web.archive.org/web/20090506050154/http://www.nga.gov/c
ollection/pdf/gg51sp.pdf) (National Gallery of Art, Washington)
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