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SEGUNDA PARTE
2.- La guerra de guerrillas en Bolivia ..............................209
2.1.1.- Los marcos históricos............................................209
2.1.2.- Estados Unidos no pierde el control de la BOLIVIA
revolucionaria del 50........................................................212
2.1.3.- Una BOLIVIA violenta, una CUBA
5
revolucionaria, atisban horizontes de un continente incen-
diado..................................................................................225
2.1.4.- Las “incordiales” relaciones de BOLIVIA
con la Cuba revolucionaria...............................................233
2.2.- Nuevos ángulos sobre la presencia del CHE en
BOLIVIA..........................................................................240
2.2.1.- De cómo un militar norteamericano hace a un
militar boliviano Presidente de la República....................241
2.2.2.- La guerrilla del CHE a la luz de los nuevos
documentos militares........................................................253
2.3.- La guerrilla del CHE a la luz de los nuevos
testimonios militares bolivianos.......................................274
2.3.1.- Fundamentos ideológicos de las fuerzas
combatientes......................................................................274
2.3.2.- Las diferencias e identidades entre guerrilleros
cubanos y bolivianos........................................................282
2.3.3.- La incomparable fuerza del CHE..........................295
2.3.4.- Los deslices guerrilleros que resultaron fatales....300
2.3.5.- El desconocido y último intento que se hizo para
salvar al Che. Su muerte...................................................304
2.6.5.- Una “aguilita voladora” sin alas y un “cien pies”
detenido a medio camino..................................................443
2.6.6.- Después de Torres, el derrumbe continental de los
gobiernos populares..........................................................445
2.7.- Bolivia, país de soberanía violada............................446
6
2.7.1.- La muerte del Che y la reafirmación de su dominio
continental le costó cuatro reales a los EE.UU.................449
2.7.2.- Los EE.UU. y la URSS en la guerrilla del Che.....455
2.7.3.- El saldo final en las cuentas bolivianas: a título
de contrainsurgencia nos intervienen indirectamente
los brasileros primero, argentinos después.......................463
TESTIMONIOS
Los testimonios de los protagonistas de la lucha
armada..............................................................................471
Rubén Sánchez, un atentado contra su vida ocasiona
la trágica muerte de su hijo...............................................472
La historia desconocida de la señora Delfina Burgoa
Peñaloza............................................................................483
La mujer joven en la política............................................491
El caso de Jaime Virrueta.................................................500
El periodista José Baldivia Urdidinea...............................506
Los valiosos aportes de Edgardo Vásquez Tapia..............514
El testimonio de Mario Rueda Peña.................................529
Carlos Valverde Barbery o la razón de las armas.............538
Una experiencia personal: Sendero Luminoso
en el Perú..........................................................................547
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PRÓLOGO
Respecto a abril del 52, deja en claro los elementos más im-
portantes para comprender la erupción militar-social-política
que dio fin al estado oligarca de la rosca minero-feudal. Toda
la acumulación de fuerzas, la sobre determinación de con-
tradicciones, la planificación revolucionaria, etc. Esta parte
del estudio llega a su clímax con la narración documentada y
respaldada por los protagonistas de la apoteosis, del golpe de
estado y la insurrección del 9 al 11 de abril. La grandiosidad
del hecho revolucionario queda impreso en estas páginas que
muestran el valor y la capacidad de lucha de los dirigentes,
comandantes, columnas y pueblo revolucionario en general.
Julio de 2016
15
*La política no es para hombres melindrosos y
enfermos de basca; es para gente con anosmia y que ja-
más perderá la sonrisa.
G.I.M.
AGRADECIMIENTO
********
20
Eran las 18.00 horas de ese fatídico sábado 21 de agos-
to de 1971 en la ciudad de La Paz. Sudorosos y llenos de pol-
vo arribamos a Radio Continental, luego de haber recorrido
la zona de Miraflores y principalmente la plaza del estadio,
donde la gente combatía contra fuerzas militares regulares en
un esfuerzo por tomar el Gran Cuartel General e Miraflores
donde está el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la Na-
ción en cuyas instalaciones estaba asentado el REGIMIENTO
CASTRILO 6 de CABALLERÍA con piezas blindadas.
*****
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Estos dos acontecimientos, vividos dramáticamente
entre 1970 y 1971, originaron ya entonces la idea de escri-
bir un libro sobre la LUCHA ARMADA EN BOLIVIA, que
tuviese no tanto un carácter teórico o doctrinal sobre tan im-
portante forma de acción política, sino que más bien pudie-
se recuperar, para la memoria colectiva, hechos que, siendo
parte de la historia del país, pudiesen quedar escritos para
dibujar con nitidez, aspectos poco conocidos en esta materia.
Este libro está destinado a ser, por una parte, una fuen-
te documental para que posteriormente los ensayos teóricos
no pequen de la falta de información precisa que permita una
mejor interpretación de los acontecimientos sucedidos; por
el otro, tratamos de recuperar para la conciencia histórica
dos formas de lucha armada: la insurrección (9 de Abril de
1952) y la celular (lucha guerrillera), como expresiones de
acción política. Ambos están insertos en el cuadro histórico
de su tiempo y lugar que iremos diseñándolo de la mejor
manera posible en base a los datos recogidos y acumulados.
Su redacción estará en el estilo lineal y de relato que sea más
aproximado a la verdad para que, junto a ser testimonial, re-
sulte atractivo para cualquier lector.
GERARDO IRUSTA M.
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1.- LA GUERRA CIVIL DE 1949 Y LA REVOLUCIÓN
DEL 9 DE ABRIL DE 1952
Esta logia, al igual que otras que nacerán más tarde, tiene
como principal objetivo influir fuertemente sobre la vida po-
lítica del país mediante planteamientos políticos, doctrinales
o mediante la acción política en niveles militares como se
verá después.
FUENTE DE PODER
Componentes:
c) El M.N.R.
PODER FORMAL
Componentes:
a) Presidente de la República
b) Consejo de Ministros
c) Parlamentarios adictos
67
SISTEMA DE CONTROL PO- APARATO OPERATIVO
LÍTICO E INTELIGENCIA DE PRESIÓN
Dirigida por el Tte. Dirigida por el My.
Claudio San Román Radepista Jorge Eguino
El 8 de julio de ese mismo año se baleó al Jefe del PIR, José An-
tonio Arze, enemigo del régimen de Villarroel. Se atentó contra
el convencional Julio Alvarado, dirigente del Partido Liberal,
quien se opuso a darle mandato constitucional a Villarroel.
Pero hubo otro detalle más que amalgamó esa alianza políti-
co militar y que fue como regalo imprevisto al MNR: a últi-
mo minuto, y faltando pocas horas para que estalle el Golpe
preparado, la FALANGE SOCIALISTA BOLIVIANA, re-
solvió RENUNCIAR a la conspiración y Oscar Únzaga de
la Vega, su jefe, anunció su salida del esquema conspirativo.
Pero entre tanto en el resto del país surgieron los grupos re-
volucionarios resueltos a seguir la acción.
Otro dato que aquí hay que aclarar es que no es cierto que
los movimientos sediciosos organizados por el MNR y los
militares villarroelistas, hayan obedecido necesariamente
a la inspiración o dirección del Jefe del MNR, Dr. Víctor
Paz Estenssoro, sino que más bien la iniciativa partió, casi
con frecuencia, de los mandos colegiados superiores y de
los dirigentes medios e intermedios. La prueba es que, antes
de la Guerra Civil, el Dr. Víctor Paz Estenssoro que se en-
contraba en Buenos Aires fue expulsado al Uruguay, a una
zona alejada de Montevideo, desde donde le era imposible ni
siquiera seguir el curso de los acontecimientos que sucedían
en BOLIVIA. Esto no significa desconocer la importancia de
la consigna y orientación precisa de los líderes políticos en el
exilio. En el campo militar, los planes siempre se adecuaron
a las circunstancias que exigía el momento.
“Compañeros:
Y para acabar de una vez por todas con las falsas versiones
de que el 9 de abril de 1952, fue producto de una acción
“espontánea de las masas” o que “hubo una insurrección
popular que acabó con el Ejército”, es preciso puntualizar
que fueron esos Grupos de Honor los que fueron puestos en
Estado de alerta la noche del 5 de abril, con sus respectivas
armas para actuar en horas de la madrugada cuando se diera
el estallido del Golpe de Estado previsto con el Gral. Antonio
Seleme.
Otro dato: recién hoy se conoce que estos grupos, los días
previos al estallido revolucionario del 9 de abril, realizaron
simulacros de combates en diferentes puntos de la ciudad
haciendo reconocimientos de terreno y estudiando las calles
por donde operarían llegado un caso de enfrentamiento que
nunca lo descartaron y, por el contrario, lo esperaban como
inminente.
Por esto es que pienso que tanto los politólogos, como los
propios políticos y los mismos amantes de la lucha armada,
no han tenido el cuadro suficiente de información para re-
coger la experiencia de abril que es una de las medulares en
nuestra historia.
“No estoy seguro ahora, pero estimo que ese día distribuimos
por lo menos unas 1.500 armas de todo calibre. El problema
que confrontamos que es no teníamos suficiente munición
porque ésta se encontraba en el polvorín del cuartel ubicado
en la zona de Alto Miraflores (donde hoy se encuentra ubica-
do el cuartel del Regimiento Andino).
GUBERNAMENTALES REVOLUCIONARIAS
Tres Regimientos de Infante- Dos Reg. de Carabineros
ría
-Zeballos
-Sucre
-La Paz ó 21 de Julio
-Pérez
“Un militar, cuando tiene que actuar, no puede estar con du-
bitaciones de ninguna naturaleza. Yo sabía, por ejemplo, que
si aquella revolución no triunfaba, las fuerzas del viejo orden
me iban a fusilar, sin más trámite, por haber entregado el ar-
senal a los revolucionarios. En consecuencia ya sabía que me
estaba jugando la vida y que el paso que había dado no tenía
retorno. Pero, además, cuando uno hace una Revolución no
es cosa de muchachos o de improvisaciones. Allí hay que
reunir experiencia y valor y hay que saber matar o morir y
tener la firme resolución de llegar hasta el final sin medias
tintas”.
Para fines del presente libro, referido tan sólo a aspectos que
se relacionan con la lucha armada, es preciso ahora, dilucidar
algunos aspectos laterales que, no por ser tales, tienen menos
importancia.
Para cerrar, esta primera parte del libro sobre la LUCHA AR-
MADA EN BOLIVIA, sólo queda por revisar el tema rela-
cionado con las milicias movimientistas.
El otro problema es que después del triunfo del 52, esto creó
una suerte de terrorismo urbano y rural en la población. “Los
milicianos”, como los motejó la población, con sus torvos
rostros cubiertos de pasamontañas y fusiles en bandolera
ejercían el control policiaco en la ciudad y los caminos. En
La Paz, ocuparon las cimas de los cerros urbanos más impor-
tantes, en cuyas cumbres construyeron verdaderas fortifica-
ciones militares para defender su Revolución.
204
Nadie, ni desde el Gobierno, ni desde el partido y menos
desde las FF.AA., se ocuparon a disciplinarlas, someterlas
a un régimen castrense, incentivar su preparación militar y
modernizar su parque bélico consistente en viejos fusiles
máuser.
SEGUNDA PARTE
208
209
2.- LA GUERRA DE GUERRILLAS EN BOLIVIA.-
Ahora bien.
“Es así que a partir del año 1959 empieza a llegar el arma-
mento americano consistente en fusiles semiautomáticos
M-1 calibre 30, carabinas M-l y M-2 del mismo calibre, fu-
siles ametralladoras y ametralladoras ligeras BROWNING,
lanza cohetes 3.5. (Bazooka), fusiles sin retrocesos de 57 mm
y morteros de 60 mm y 4.2 (PRADO SALMÓN, GARY. PO-
DER Y FUERZAS ARMADAS.- Ob. Cit. págs.. 99 y 100).
Entre las jóvenes figuras civiles que FSB había logrado re-
clutar en el exilio se encontraba Marcelo Quiroga Santa Cruz
quien escribía artículos y análisis contra la Revolución del
MNR desde el exterior. Quiroga Santa Cruz acompañaba en
la conspiración contra el MNR, a su señor padre José An-
tonio Quiroga quien era apoderado legal de los intereses de
Simón I. Patino uno de los magnates mineros más importan-
tes a quien afectó la nacionalización de las minas. En esos
años, Marcelo Quiroga Santa Cruz ni siquiera presentía que
moriría luego defendiendo consignas y tesis socialistas y que
sería asesinado por esos intereses oligárquicos a los que en
principio defendió.
Ese año 1959, fue trágico no sólo para FSB, sino también
232
para el MNR porque en extrañas circunstancias apareció
muerto Óscar Únzaga de la Vega, en una casa de la zona
norte de La Paz.
Este detalle fue revelado por Fidel Castro el año 1987 cuando
dijo: “Realmente él, quería ir para Suramérica. Ésa era una
vieja idea, porque cuando él se sumó a nosotros en México
-no es que pusiera una condición-, planteó una sola cuestión:
“Yo lo único que quiero después que triunfe la Revolución
y quiero irme a luchar a Argentina -a su país-, es que no se
me limite esa posibilidad, que razones de Estado no impi-
dan eso”. Y yo se lo prometí” (...) Ese compromiso existía
y siempre le dije: “no te preocupes, que ese compromiso se
cumple” (MINA Gianni, UN ENCUENTRO CON FIDEL.
Edit. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La
Habana, 1987, la Habana-Cuba págs.. 318-321).
255
Este compromiso se convirtió para el CHE en una suerte de
obsesión que permanentemente la recordaba a Castro quien
veía a su compañero de armas impaciente por hacerla realidad.
Ahora bien.
Este dato revelado por Lara nos deja comprobado que jamás
la estructura partidaria del PCB, fueron puestas a disposición
de la guerrilla y consecuentemente la columna del CHE tuvo
que valerse por sus propios y limitadísimos medios. El PCB
había cerrado por anticipado cualquier canal de cooperación.
“En los primeros combates de 1967, ésas son las armas em-
pleadas como se puede comprobar por los detalles anotados
en el Diario del CHE y otros documentos, mostrando una no-
table inferioridad en relación al armamento utilizado por los
guerrilleros dotados casi todos ellos de armas automáticas de
mayor poder de fuego.
Pero además de los datos que anota el Gral. Prado, hay que
subrayar que para ese tiempo, las fuerzas militares de los
países vecinos habían dado pasos notables en su desarrollo
bélico: la Argentina ya tenía su propia fabricación de armas
al igual que el Brasil cuyos militares desarrollaron planes
de industria siderúrgica. El Perú se encontraba, esos años,
en plena modernización de su sin par Fuerza Aérea en base
a convenios con la Unión Soviética, mientras que Chile te-
nía en marcha planes de industria de explosivos que, algu-
nos años después, le permitiría generar un nuevo rubro de
exportaciones. Paraguay jamás dejó de armar a su Ejército,
pero además efectuaba planes de desarrollo hacia la zona del
Chaco Boreal.
Hay dos aspectos que destacar: una, que fue durante la Confe-
rencia Tricontinental que se pusieran los cimientos políticos
de la futura lucha guerrillera a emprenderse en Sud América
y dos, que Cuba sólo admitía como a representación política
oficial boliviana a la que encabezaba el Partido Comunista
de BOLIVIA haciendo exclusión de otras fuerzas.
Pero hay otro elemento más que tomar en cuenta: casi todos
los jefes militares tuvieron activa participación en la vida po-
lítica nacional ya sea a través de los partidos o en los sucesos
que transcurrieron en nuestra agitada vida nacional posterior
a la Guerra del Chaco. Consecuentemente llevaban una car-
ga ideológica a la que, sin duda alguna, también contribuyó
la tesis de la SEGURIDAD NACIONAL, concebida y difun-
dida por las academias militares norteamericanas dentro un
amplio plan de contrainsurgencia continental.
Esto mismo quizá explique las razones por las que el alto
mando resolvió acabar en el menor tiempo posible con el
foco guerrillero.
Éste es otro de los ángulos novedosos que nos brindan los li-
bros de los Generales Gary Prado, Arnaldo Saucedo y Mario
Vargas Salinas editados el año 1987, veinte años después de
la muerte del Che.
“Se les dará unos pesos para que coman unos días y se las
vean después (...) luego ordenó quitarles todo el equipo que
habían recibido, que esta resaca no podía tener los mismos
derechos que un combatiente y de hoy en adelante, mientras
permanezcan aquí, deberán trabajar duro si quieren comer.
Terminada la reunión regresamos a nuestros campamentos
y allí, con una furia propia de matones, nos quitaron todo lo
que habíamos recibido: hamaca, mochila, cantimplora, ropa
de muda, etc. (Saucedo Arnaldo, ob. cit. pg. 101).
291
Esta expulsión degradante y humillante y que muestra una
falta de tino político del CHE, trajo consigo una profunda
descomposición interna en las propias filas guerrilleras por-
que los cuatro fueron obligados a realizar trabajos de carga-
dores y mensajeros:
“En este trance no nos espera nada bueno, y tenemos que ser
bastante encajonados para soportar todas las persecuciones
que nos vengan. Por donde hemos andado he analizado que
está verde que tengamos influencia entre el campesinado,
más bien cuando le es posible nos delata.
Según las declaraciones del Gral. Reque Terán, primo del que
ejecutó al Che, el suboficial Mario Terán, la muerte del co-
mandante insurrecto fue dispuesta por un consejo de guerra
que estuvo conformado por “los tres comandantes en Jefe, el
jefe del Estado Mayor, el Comandante General en Jefe y el
Capitán general que era el Presidente de la República”.
Se sienten héroes.
¿Por qué no nos reunimos algunos -dice él- para ver cómo
enfrentamos la situación?
322
“Y la situación se había enredado por un pequeño problema
que tuve con Pablo Cejudo, un exoblato que había llegado
antes que yo. Este era un tipo bueno pero muy original. Con
vocación de periodista, se metió en última Hora. COMIBOL,
me veía a mí como enemigo principal. Pensamos que tenían
que atacarme a mí y a la Pío. Y no encontraron mejor aliado
que el Cejudo. Ahí sacó él un artículo bastante duro, acu-
sándome de mil cosas, de obcecado con los dirigentes, de
manipulado por los comunistas... me dice el Gerente que va
a reproducir este artículo en BOCAMINA (la revista de la
Empresa para todas las minas nacionalizadas).
“Decía el Che:
No acudió nadie.
Dijo Inti:
Ahora bien.
377
Líneas arriba dijimos que esta columna guerrillera estaba
compuesta, fundamentalmente, por jóvenes universitarios
que pertenecieron a la Democracia Cristiana Revolucionaria
y a otros sectores independientes.
Son preguntas que han quedado flotando para los que so-
brevivieran a ese tremendo desastre militar que constituyó
la experiencia guerrillera en Teoponte, y donde murieron 64
combatientes casi todos ellos jóvenes universitarios.
Y hay que decirlo con claridad que aquí no hay lugar para
la compasión porque sería una ofensa a la memoria de to-
dos esos jóvenes idealistas que murieron en esa contienda.
Ellos conformaron una columna militar que entró al monte
sabiendo de antemano que empuñar un arma significa ven-
cer o morir. Una divisa militar, entre combatientes de ambos
frentes es ésa, y no otra.
Esta apreciación está confirmada por los datos que nos pro-
porciona en sus memorias el exSecretario de Estado de los
Estados Unidos, Henrry Kissinger.
2) PCB moscovita.
La historia es la siguiente:
Añadió que entre los meses de mayo y junio de 1971, él, jun-
to al destacado pintor Miguel Alandia Pantoja elaboraron un
429
documento de trabajo sobre la organización y equipamiento
bélico de sectores obreros comprometidos con la Asamblea
Popular y que fue designado por Alandia Pantoja para leer ese
documento en una de las plenarias de la Asamblea Popular.
“El año 1975, llegamos a tener evidencia plena que éste era
un mercenario agente de la CIA que a título de sacerdote,
estaba encargado de formar supuestas guerrilleros para lue-
go entregarlos a las fauces de la represión vendiéndolos o
llevándolos a actitudes supuestamente heroicas pero en ver-
dad criminales, donde se cobraba la vida de estos militantes
revolucionarios.
La CIA venía siguiendo los pasos del Che desde hacía varios
años. Cuando el Che llegó a BOLIVIA (a fines de 1966), la
CIA comunicó de inmediato al gobierno boliviano esta si-
tuación. El Ministerio de Gobierno dispuso de inmediato la
movilización de agentes civiles a la zona de Camiri, donde ya
se habían detectado extraños movimientos y que fueron in-
formados por la policía de esa zona, al igual que informes mi-
litares de esa región donde está la cuarta división del Ejército.
“En seguida dijo que tenía órdenes del Ministro del Interior,
Arguedas, de cortarle la cabeza y las manos para llevarlas
a La Paz. Ahí sí me opuse terminantemente a que se siga
profanando un cadáver que para mí, como católico, era sa-
grado. Insistió en que posiblemente Arguedas cumplía ór-
denes del Gral. Barrientos. Me negué a todo y acudí donde
el Cnl. Zenteno (Cnl. Joaquín Zenteno Anaya, Comandante
de la Octava División del Ejército) que estaba en su hotel.
Fuimos con Quintanilla y ahí se acordó que solamente se
le cortarían las manos, para efectos de identificación que lo
hizo el Dr. Moisés Abraham” (Saucedo Parada, Arnaldo. ob.
cit. pg. 140-141).
¿La prueba?
TESTIMONIOS
470
GIM 9.4.07
483
LA REVOLUCIÓN NO FIJA LÍMITES DE EDAD
PARA LA GRAN CONSPIRACIÓN
Los golpes y las torturas eran cosa de todos los días indis-
criminadamente con hombres y mujeres. La mayoría de los
detenidos éramos personas jóvenes. Había una compañera a
la que la pegaron muchas veces y las mismos agentes conta-
ban que una vez tuvieron que estirarla en el colchón para que
se despabilara porque ella había permanecido amarrada con
las manos atrás y los pies también; entonces la pusieron al
sol para que como los animalitos se despabilara y empezara
a mover sus brazos. Las mujeres presas fuimos liberadas el
498
año 1.973 y se cerró la prisión de Achocalla. Yo salí al exilio
a la Argentina donde tuve que trabajar duro para sobrevivir”.
(Testimonio recogido el mes de noviembre de 1986 por Víc-
tor Paz Irusta en la ciudad de Cochabamba en cintas graba-
das. En la presente versión y por razones de espacio, se han
suprimido algunas partes del relato que, en lo fundamental,
no afectan a los temas centrales tocados en la entrevista.-El
autor).
499
VALIENTE MILITAR:
Hoy anciano, en la fotogra-
fía está el Cnl. Israel Téllez,
un valiente y extraordinario
militar de línea, formado y
fogueado en la Guerra del
Chaco y que tuvo una ex-
cepcional actuación en las
acciones armadas del 9 de
abril de 1952. Él coman-
dó la toma del arsenal y el
polvorín. El autor sostuvo
prolongadas conversaciones
con este hombre, para escla-
recer detalles de los sucesos
ocurridos esos días.
SOBREVIVIENTE: En la
foto el guerrillero Paco Cas-
tillo, uno de los pocos sobre-
vivientes de la columna gue-
rrillera del Che en BOLIVIA.
Poco después de su deten-
ción, cuando fue exterminada
la columna de Joaquín en la
que estuvo, dejó importantes
datos que permiten una nue-
va visión del proceso guerri-
llero. La ilustración corres-
ponde a un artículo publicada
en el No. 6 de la REVISTA
PERSPECTIVA, pg. 42.
500
EL CASO DE JAIME VIRRUETA, UN BRILLANTE
INGENIERO ELECTRÓNICO, ASESINADO BAJO
LA PRESUNCIÓN DE HABER SIDO UN GUERRI-
LLERO QUE JAMÁS LO FUE.
Pero hay otros datos más que desmienten una probable mili-
tancia clandestina de Jaime en el ELN.
SIN EMBARGO...
Quizá esto no haya sido del todo claro para José Baldivia,
pero él estuvo allí, ese 21 de agosto, en la zona de Miraflores,
combatiendo al lado de sus propios compañeros y junto a los
512
trabajadores fabriles y mineros de Milluni que fueron los que
orgánicamente respondieron al llamado al combate.
Perdieron la batalla.
Vino la represión.
Ahora bien.
BÁNZER SUÁREZ.
(A la caída del Gral. Torres, Mario Rueda Peña tuvo que em-
prender el camino del exilio saliendo a Chile, primera, de
donde luego tuvo que marchar a Alemania Oriental donde
durante varios años trabajó como obrero de una fábrica de
lentes ópticos. Gracias a su tenacidad y deseo de superación
prosiguió estudios universitarios de postgrado en ciencias
políticas y jurídicas. De allí fue llamado por el Presidente
Hernán Siles Suazo, el año 1986, para asumir el cargo de
Ministro de Informaciones demostrando una extraordinaria
capacidad e inteligencia. En muchos años no se conocerá
538
otro Ministro de Informaciones de sus extraordinarias cua-
lidades.-El autor).-
Cuenta que esos tensos días tuvo que ser movilizado a Co-
chabamba para convencer al Comandante de la Séptima Di-
visión del Ejército, Gral. Florentino Mendieta para que in-
grese a la conspiración contra Torres. Valverde asegura que
el Gral. Mendieta aceptó entrar a la Revolución cuando los
544
dirigentes de FSB le dieron seguridades que habría un triun-
virato militar para gobernar el país.
II
(DECLAMADO)
IV
‘’EL HOMBRE’’
(Huayño popular peruano, de autor anónimo, la misma
interprete y similar ritmo que la anterior canción).
II
III
IV