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Universidad Abierta Para Adultos

(UAPA)
ESCUELA DE INGENIERÍA Y TECNOLOGÍA
Ingeniería en Software

JOSE MISAEL PERDOMO P.


Mat. 16-0468

Tema
Ciencia y Tecnología en los Países
en Desarrollo

Asignatura
Ciencia, Tecnología y Sociedad

Tarea
- - - Santiago, R.D. - - -
CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO

Hay dos aspectos de la ciencia


que vale la pena destacar. El
primero es la ciencia como
actividad intelectual pura; el
segundo, como el conjunto de
conocimientos útiles y prácticos y
los métodos para concretarlos.
Esos dos aspectos de la ciencia
son inseparables y a la vez,
valiosos. Por un lado, como lo ha
señalado Norman Campbell, en su libro ¿Qué es Ciencia? , se debe
tener respeto y hasta simpatía por aquellos que llevan una vida
laboriosa en la búsqueda del conocimiento puro. Por el otro, se debe
igualmente respetar a los que laboran en la ciencia aplicada que
satisface las necesidades materiales y hasta espirituales, para
compartir con todos. La ciencia aplicada no es inferior al conocimiento
puro. La Ciencia y la Matemática, así tanto como el Arte y la Filosofía,
son ramas del descubrimiento y aprendizaje que conducen a la
satisfacción intelectual.

¿Por qué se habla de ciencia cuando sabemos que son muchas


(Física, Química, Biología, etc.)? La razón estriba en que todas ellas
son partes del vasto conocimiento que conocemos como la Ciencia.
Sin embargo, su complejidad y amplitud es tal, que actualmente solo
se puede profesar conocimiento de una pequeña parte de sus partes.
Debe recordarse que, aun al comienzo del siglo XIX, todo
conocimiento se conocía como Filosofía; no se distinguía de lo que
hoy conocemos como Matemática, Ciencia o Filosofía. Fue a
mediados de ese siglo cuando las universidades empezaron a ofrecer
grados académicos en diversas disciplinas. Inicialmente, a lo que hoy
se le conoce como Ciencia, se le llamó Filosofía Natural y en algunos
casos Ciencia Natural. Posteriormente, predominó el vocablo de
Ciencia. Algunas de las ciencias actuales tratan con objetos
particulares como la geología, la meteorología y la astronomía,
mientras que otras, como la Física y la Química, tratan con los
componentes y sustancias que forman todos los objetos materiales y
la interrelación de materia y energía. La subdivisión de la ciencia en
varias ciencias, es en gran medida convencional y descansa
básicamente en la percepción del mundo exterior, considerando por
un lado a los seres vivientes y por el otro a la materia inanimada. Las
diferencias entre la ciencia y otras disciplinas relacionadas con la
indagación intelectual, están en sus materias de estudio, objetivos y
métodos.

Aportes fundamentales. La ciencia y la tecnología son elementos


indispensables para el desarrollo social y económico. Sus aportes son
fundamentales para mejorar la salud, aumentar la calidad y duración
de la vida y optimizar el trabajo. Los avances en informática y
comunicaciones, por ejemplo, han permitido, entre otras cosas,
diseminar mejor el conocimiento y la cultura, incrementar el
intercambio de ideas a través del diálogo y promover el progreso
económico y social. Estrategias serias para un desarrollo sostenible
son impensables sino están basadas en la ciencia y la tecnología.
Esto es obvio, pues la sustentabilidad se define como "el uso de los
recursos para satisfacer las necesidades del presente, sin

comprometer aquellos que pertenecen a las futuras generaciones".

Calidad de la educación. Los avances científicos y tecnológicos que


se logren, y que son ingredientes esenciales para el desarrollo de un
país, están estrechamente ligados a la calidad de todo el sistema
educativo, incluyendo la educación primaria, la educación secundaria,
la educación técnica, la educación superior y la educación continua.
Por esto se debe contar con un sistema educativo excelente, ya que
es el sustento para lograr un mejor desarrollo científico-tecnológico. El
desarrollo se logra a través del conocimiento y la formación de capital
humano es un factor indispensable para lograrlo.

En efecto, los acontecimientos parecían prestar un apoyo firme a esta


concepción aceptada prácticamente por todos los economistas.
Alemania y los Estados Unidos se desarrollaron con mayor rapidez
que el Reino Unido, el país pionero de la revolución industrial. A su
vez, Rusia, Argentina y el sur de Brasil, parecían ponerse al corriente
rápidamente, como ocurrió también un poco más tarde con Australia y
Canadá. Inclusive el crecimiento de los países pobres de hoy resulta,
en general, muy rápido de acuerdo con las normas históricas, con
tasas de crecimiento del PNB que fluctúan entre 5 y 6 por ciento. Si
esto no se traduce en aumentos correspondientes del ingreso per
cápita, ello se debe a las tasas de crecimiento demográfico más
rápidas que las afrontadas
por los países ricos de hoy
en cualquier momento de
su historia, cuando
además tuvieron canales
de emigración que no
están abiertos a los países
en desarrollo de hoy. El
rápido crecimiento
demográfico es un
problema diferente, si bien
para lo que ahora nos
interesa podríamos
meditar en que la
reducción de las tasas de mortalidad forma parte de ella misma del
efecto de la tecnología de los países ricos: en este caso la tecnología
de la salud.

Pero ahora se reconoce cada vez más que ni siquiera las tasas de
crecimiento del PNB de 5 por ciento, 6 por ciento o más, representan
un desarrollo real, independientemente de que una gran parte de ese
crecimiento es absorbida por el incremento de la población. Ahora es
claro que el rápido crecimiento de la producción puede ir acompañado,
y de hecho va acompañado, del empobrecimiento creciente de
grandes grupos de la población, de un rápido incremento del número
de personas que viven por debajo de cualquier nivel de la pobreza
aceptable, del aumento del subempleo, y de una incapacidad general
del proceso de desarrollo para involucrar a una parte mayor de la
población. En consecuencia, me parece que no podemos dejar de
afirmar que no vemos, en general, un desarrollo satisfactorio en los
países pobres, y esto a pesar de la acumulación sin precedentes del
conocimiento del por qué y del conocimiento del cómo. ¿Por qué
ocurre esto?

Esta puede ilustrarse mejor señalando dos desproporciones notables.


La primera desproporción puede advertirse en el hecho de que, con
una tasa de crecimiento demográfico por lo menos tres veces mayor
que la de los países ricos, los países en desarrollo de hoy deben crear
-por millón de habitantes- tres veces más empleos nuevos; pero deben
hacerlo con recursos que apenas llegan tal vez a un vigésimo o menos
del total de los recursos de los países ricos. Esto significa que los
recursos por empleo requerido apenas llegan a un sexagésimo o
menos. Esto significa a su vez que, si los países en desarrollo de hoy
trataran de crear empleos de la misma clase y con la misma
tecnología que los empleos de los países ricos de hoy, sólo un
sexagésimo de sus nuevos buscadores de empleo, o sea menos de 2
por ciento, se emplearían en efecto con normas "modernas". El resto,
más de 98 por ciento, permanecería desempleado. Por supuesto, la
situación real no es tan sombría. Un número mucho mayor de los
empleos se encontrará en los sectores rurales y otras ocupaciones
que requieren menos capital por empleo, y la tecnología usada
inclusive en trabajos similares será, en muchos sentidos, menos
intensiva en capital y por lo tanto requerirá menos recursos. De todos
modos, nuestro ejercicio numérico se aproxima suficientemente a la
forma en que ocurren las cosas en los países en desarrollo de hoy
para resultar significativo.
LINK CONSULTADOS

https://www.nacion.com/opinion/ciencia-tecnologia-y-
desarrollo/HATBD4RJAZGQFL2LLMMVDWALHU/story/

http://www.eumed.net/textos/06/singer-tecno.htm

http://www.unsam.edu.ar/tss/la-evolucion-de-la-ciencia-en-america-latina/

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