Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
SEMESTRE: VI
PRESENTADO POR:
.
YOLANDA NERY ZAPATA PUCHO
ALFREDO CALDERON FERNANDEZ
MIRIAM GINA CHURA MOSCOSO
JORGE MAMANI MELON.
AREQUIPA - PERU
CLASES DE ARBITRAJE
I. INTRODUCCION
El Código de Procedimientos Civiles Peruano de 1912 equiparaba el arbitraje a un juicio
sujeto a revisión ante el Poder Judicial, lo cual restaba eficacia al laudo arbitral. Luego
el Código Civil de 1984 estableció una distinción innecesaria entre la cláusula
compromisoria y el compromiso arbitral; la primera, configurada por un pacto entre las
partes por el que decidían someterse a arbitraje cuando aún no existía controversia; la
segunda, reflejada en el acuerdo al que las partes debían llegar obligatoriamente una
vez surgida la disputa. La distinción entre ambos pactos y la obligación de celebrar el
compromiso arbitral luego del nacimiento de la controversia, determinaba que el arbitraje
resultara una institución poco práctica. Evidentemente, una vez generada la disputa, la
celebración del compromiso arbitral se veía retrasada por el deterioro de las relaciones
entre las partes, encontrándose éstas obligadas a acudir al Poder Judicial, situación que
ellas mismas habían pretendido evitar con la celebración de la cláusula compromisoria.
Resulta necesario destacar que durante dicho período el Perú suscribió dos convenios
de particular relevancia en lo que se refiere al arbitraje internacional. Estos son la
Convención de las Naciones Unidas Sobre el Reconocimiento y Ejecución de Sentencias
Arbitrales Extranjeras de 1958 (Convención de Nueva York), la misma que fue aprobada
el mes de mayo de 1988 por Resolución Legislativa N° 24810, y la Convención
Interamericana de Arbitraje Comercial Internacional del año 1975 (Convención de
Panamá), aprobada el mes de noviembre de 1988 por Resolución Legislativa N° 24924.
2. SEGÚN SU JURISDICCION
a. NACIONAL
Es un método alternativo de solución de conflictos mediante el cual las partes
aceptan a un tercero llamado árbitro para que solucione una controversia,
quien tiene la capacidad de administrar justicia y articula una sentencia que
se denomina laudo arbitral.
El arbitraje nacional, al igual que los demás tipos de arbitraje, se rige por los
principios y reglas de imparcialidad, idoneidad, celeridad e igualdad.
La ley aplicable es la ley nacional, salvo que se pacte otra. Esta Ley esta
contemplada en el D.L. N° 1071 donde se resuelven:
- Controversias derivadas de los contratos y convenios celebrados entre
entidades (Gobiernos Nacionales, Gobiernos locales y sus respectivas
dependencias, personas jurídicas de derecho público, empresas estatales de
derecho público, de derecho privado o de economía mixta y las personas
jurídicas de derecho privado que ejerzan función estatal por ley, delegación
concesión o autorización del estado) pueden someterse también a Arbitraje
nacional.
- El Estado puede someter a arbitraje nacional las controversias derivadas
de los contratos que celebre con nacionales o extranjeros domiciliados en el
país.
- El Estado puede también someter a arbitraje internacional, dentro o fuera
del país, las controversias derivadas de los contratos que celebre con
nacionales o extranjeros no domiciliados en el país.
- En caso de actividades financieras, el arbitraje podrá desarrollarse dentro
o fuera del país, inclusive con extranjeros domiciliados en el país.
b. INTERNACIONAL
El arbitraje internacional es similar a la vía judicial interna, pero en lugar de
tomar su lugar ante un tribunal interno que tiene lugar antes de los árbitros
privados conocidos como árbitros. Es un consensual, neutral, obligatoria,
privada y ejecutable manera de resolver las controversias internacionales, y
es típicamente más rápida y menos costosa que los procedimientos
judiciales nacionales.
"El Minem pretendía anular los derechos de Bear Creek sobre las
Concesiones de Santa Ana y que las mismas se revirtieran al Estado,
argumentando que los contratos de opción de compra y los contratos
de transferencia entre la Sra. Villavicencio y Bear Creek fueron
simulados u obtenidos ilícitamente", decían en uno de sus alegatos.
Ejemplo : Laudo Arbitral CASO CIADI ARB/12/28 El Tribunal Arbitral
decide por unanimidad que el Consorcio CAMISEA incumplió con las
obligaciones de calcular correctamente la regalía pactada en el Contrato
de Licencia para los diez cargamentos de gas natural objeto de
la disputa.
b. INSTITUCIONAL
Podemos definir al arbitraje institucional como aquel que es organizado y
administrado por una institución arbitral Hemos dicho que en el arbitraje
institucional, existe de por medio una institución arbitral que se encarga de
organizar y administrar el arbitraje. La Ley de Arbitraje no exige mayores
requisitos para su creación, únicamente exige que sean personas jurídicas
con o sin fines de lucro.
Sin embargo, toda institución arbitral seria, que pretenda generar confianza
en el mercado sobre la calidad de sus servicios, debe brindar seguridad y
predictibilidad al proceso arbitral. Para ello, las instituciones arbitrales deben
contar necesariamente con:
1. Un Reglamento que regule el proceso arbitral, a fin de que las partes
conozcan de antemano las reglas del proceso. Son reglas
procedimentales preestablecidas siendo innecesario, por tanto, que las
partes tengan que pactar esas reglas en cada caso concreto. Brinda
seguridad jurídica y predictibilidad.
2. Un tarifario de honorarios y gastos arbitrales, que permita a las partes
realizar un análisis económico previo sobre el costo del proceso respecto
de los beneficios que pretenden obtener. También genera predictibilidad
seguridad al evitarse arbitrariedades en la fijación de los honorarios de
los árbitros y de la secretaría arbitral.
3. Un Código de Ética que establezca los principios y valores a los que
están sujetos los árbitros, estableciendo sanciones en el caso que su
comportamiento viole tales principios y valores.
4. Una lista o registro de árbitros previamente seleccionados por la
institución arbitral, que además de servir como referente a las partes
para designar al árbitro de parte, sirve también como referente
obligatorio para la ipnstitución arbitral cuando debe designar árbitros por
omisión o falta de acuerdo de las partes.
5. Una organización y estructura adecuadas e independientes a las partes
y a los árbitros que salvaguarden, bajo responsabilidad, el normal,
eficiente y oportuno desarrollo del proceso arbitral asumiendo la debida
confidencialidad sobre las actuaciones arbitrales. Para ello, deben
contar con un órgano del más alto nivel (Corte, Consejo, Junta, Colegio,
etc.) y una secretaría general que lidere a los secretarios arbitrales que
deben ser profesionales debidamente capacitados y especializados en
procesos arbitrales.
6. Una infraestructura adecuada con soporte logístico y tecnológico para la
realización eficiente de las audiencias, notificaciones, actuaciones y las
coordinaciones necesarias con las partes y con los árbitros.
7. Un domicilio conocido y horario de atención predeterminado, lo que
coadyuva al debido proceso arbitral y al derecho de defensa de las
partes.
Todos estos elementos o requisitos son los que caracterizan al arbitraje
institucional. Como señala Natale Amprimo Pla, “En buena cuenta, el
arbitraje institucional se sostiene en tres pilares: institución arbitral,
administración del arbitraje y normas reglamentarias”.
Las instituciones arbitrales desempeñan, asimismo, un papel fundamental
para el impulso del proceso al encargarse como entes ajenos a los árbitros
y a los intereses de las partes para:
1. La designación residual de árbitros.
2. La resolución de las recusaciones que se presenten contra los árbitros.
3. Decidir sobre la procedencia o no del incremento de los honorarios
arbitrales cuando el tribunal arbitral lo solicite.
4. Vigilar del cumplimiento de los principios éticos aplicables.
Más aún, recurrir a una institución arbitral reduce significativamente la
posibilidad de actos de corrupción o colusión, tema particularmente sensible
en los arbitrajes en los que participa el Estado, además de coadyuvar al
impulso del proceso cuando los árbitros paralizan o retrasan
injustificadamente el proceso por negligencia o desidia.
Los centros arbitrales más prestigiados del país, como lo son por ejemplo el
Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, el Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima
y el Sistema Nacional de Arbitraje del OSCE cumplen los requisitos y
funciones antes mencionados.
Cabe aclarar, que el hecho que intervenga una institución arbitral no implica,
en lo absoluto, que pueda existir una injerencia o algún riesgo de injerencia
de tal institución respecto a la forma como los árbitros resolverán el fondo del
asunto. A decir de Paolo del Águila Ruiz de Somocurcio, “Nótese que la
intervención de la institución arbitral está enfocada al apoyo e intermediación
en la relación principal entre las partes y los árbitros, así como en la
regulación […]. En tal sentido, en modo alguno puede tener injerencia en las
apreciaciones de hecho o de derecho que formulen los árbitros mucho
menos en sus resoluciones ni en el laudo arbitral”.
En términos generales, en lo que respecta a aspectos organizativos,
operativos y administrativos del proceso arbitral, las instituciones arbitrales,
están en posibilidad de garantizar que el proceso arbitral se lleve a cabo con
independencia, neutralidad, equidad e imparcialidad, y de manera rápida y
eficiente, ventajas que caracterizan al arbitraje como medio alternativo de
solución de controversias.
En América latina existen varias instituciones arbitrales que prestan
servicios, como son el Centro de Arbitraje de México (CAM), La Asociación
mexicana de Mediación y Arbitraje Comercial (AMMAC), la Cámara de
Comercio de Lima, El Centro Internacional de Administración y Comercio
(CIAC) y el Centro de Arbitraje del Consejo Superior de Contrataciones y
Adquisiciones del estado (CONSUCODE) del Perú, La Cámara de Comercio
de Buenos Aires, la Cámara de Comercio de Bogotá, Centro Internacional
de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial.
Incumplimiento de contratos.
Indemnizaciones.
Derechos de propiedad, posesión.
Responsabilidad contractual y extracontractual.
Pago de deudas.
Alquileres.
Contratos de Compra-Venta de inmuebles.
Desalojos.
Contrato de seguros.
Contratos financieros.
Conflictos laborales.
Conflictos comerciales, mercantiles.
Contratos con el Estado.
Otras materias de libre disposición de las partes, conforme a derecho.
B. ARBITRAJE ESTATUTARIO
Se refiere a las personas jurídicas en general, tal como serían las sociedades, las
asociaciones, las organizaciones políticas, etc.
Si bien el segundo párrafo del mencionado artículo, al tratar de los alcances del
convenio arbitral menciona a la sociedad en concordancia con el párrafo anterior
debería entenderse en nuestro concepto como referido a la persona jurídica.
En particular en lo que concierne a las sociedades comerciales y civiles, el arbitraje
para estas personas jurídicas se encuentra normado en la Ley Nº 26887 – Ley
General de Sociedades – (LGS) según lo dispuesto en su artículo 48º modificado
por el Decreto Legislativo Nº 1071 . El mencionado artículo al estar ubicado en el
Libro I de la LGS, contiene reglas que son aplicables a todas las sociedades
comerciales, que pueden ser de capitales y de personas, la primera como la sociedad
anónima cuyo capital está representado por acciones siendo sus tenedores
denominados accionistas quienes tienen una responsabilidad limitada, al responder
el capital de la sociedad por las deudas y obligaciones que contraiga y la segunda
referida a las sociedades de personas como la sociedad colectiva donde se conjuga
el “affecto societatis” y el “jus fraternitatis”, la que se constituye en base al aporte de
los socios, que pueden ser su trabajo y las contribuciones económicas, siendo su
responsabilidad frente a las deudas y obligaciones que contraiga la sociedad de
carácter solidaria e ilimitado, comprendido además la mencionada Ley a las
sociedades civiles.
C. ARBITRAJE SUCESORIO
Mediante estipulación testamentaria puede disponerse el sometimiento a arbitraje de
las controversias que puedan surgir entre sucesores, o de ellos con los albaceas,
incluyendo las relativas al inventario de la masa hereditaria, su valoración,
administración y partición. Si no hubiere testamento o el testamento no contempla
una estipulación arbitral, los sucesores y los albaceas pueden celebrar un convenio
arbitral para resolver las controversias previstas en el párrafo anterior.
V. CONCLUSIONES
El Arbitraje es una alternativa para la solución de controversias distintas al Poder
Judicial
El auge y el desarrollo de la economía en nuestro país que se demuestra
principalmente en el tráfico comercial teniendo en la actualidad una serie de
negociaciones u tratados con diferentes países, en la cual permiten que nuestras
normas, reglamentos e instituciones contengan un mayor grado de seguridad
jurídica, tanto para los inversionistas extranjeros como empresarios peruanos, es
así que ante un conflicto de interés comercial u económico, se busca que la solución
sea las más rápida, eficaz y justa, en la cual ya no se tenga que esperar los latos
plazos para la resolución final, ni esperar la carga del sistema judicial, es así que
mediante este sistema alternativo heterocompositivo de resolución de conflicto se
busca que un tercero (arbitro u tribunal arbitral) con la especialidad en el caso y
registrado en una institución arbitral expida la solución más justa materializado en
un laudo, para satisfacer los intereses de las personas en conflicto.
Un argumento fundamental a favor del arbitraje institucional es la transparencia.
Los laudos recaídos en arbitrajes en los que participa el Estado deben ser
publicados, para de esta forma transparentar las decisiones y que sean de público
conocimiento por parte de la sociedad en general y en particular de los beneficiarios
con la contratación específica, y de esta forma enterarnos quiénes y cómo se están
resolviendo las controversias en las que están de por medio el destino de recursos
públicos. Sin embargo, a pesar de la existencia del marco legal específico no se
viene cumpliendo, en parte y hay que decirlo, por responsabilidad de las propias
instituciones arbitrales que no publican los laudos arbitrales de los procesos
que administran. En el único caso que de alguna forma se viene cumpliendo con
publicar los laudos, es en el caso específico de la normativa sobre contrataciones
del Estado que obliga al OSCE a publicarlos, pero que aun así no se cumple a
cabalidad. Revista peruana de análisis, prevención y gestión de conflictos Arbitraje
PUCP.
No contamos con estadísticas que nos permitan conocer el universo de procesos
arbitrales en los que ha participado el Estado. Podríamos obtener con mayor
facilidad esta información de las instituciones arbitrales (arbitrajes institucionales) y
del OSCE, siendo esta tarea mucho más compleja en el caso de arbitrajes ad hoc,
en que se debería obtener la información de cada entidad del Estado y alguna
información de las instituciones que brindan servicios de secretaría arbitral para
arbitrajes ad hoc. De la misma forma, sería mucho más sencillo exigir a las
instituciones arbitrales que cumplan con la publicación de los laudos, centralizando
de alguna manera la información, lo que sería casi inmanejable en el arbitraje ad
hoc. Indudablemente, en esta materia hay mucho por hacer.
VI. BIBLIOGRAFIA
http://www.elperuano.com.pe/noticia-el-arbitraje-consumo-43527.aspx
http://portal.osce.gob.pe/arbitraje/sites/default/files/Documentos/Legislacion_apli
cable/DL-1071-ley-que-norma-el-arbitraje.pdf
http://www.osterlingfirm.com/Documentos/articulos/Art%C3%ADculo%20Arbitraj
e.26%20set%2005.pdf