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Índice
La fascia profunda
Extensiones
Tipos de fascia
Funciones de la fascia
1. Funciones mecánicas del sistema fascial
2. Otras funciones básicas
Participación en técnicas terapéuticas
Biomecánica y teorías de la fascia
Biomecánica
Estructura de la fascia
Movimiento y reacción ante diferentes estímulos
Teorías de la fascia
Patología de la fascia
Las colagenosis
Otras afecciones de la fascia
Las cicatrices
Las adherencias y fijaciones
Terapia miofascial
Método de Liberación Miofascial
Otras técnicas
Referencias
Bibliografía
La fascia profunda
Extensiones
◾ endomisio: rodea cada una de las células musculares y envuelve cada una de sus fibras;
◾ perimisio: cubre los haces de fibras musculares; es una lámina móvil que, durante la contracción,
permite al músculo deslizarse dentro de su envoltura;
◾ epimisio: envuelve todo el músculo.
Tipos de fascia
Hay cuatro tipos de fascia
1. Fascia subcutánea o hipodermis: Se encuentra bajo la piel en su cara profunda. Esta capa se
encuentra tabicada y conecta piel, tejido celular subcutáneo y músculo. Los vasos sanguíneos,
linfáticos y los nervios se ramifican en el espesor de esta fascia.
2. Fascia muscular: A su vez, se puede subdividir en fascia muscular superficial y fascia muscular
profunda o aponeurosis de contención y, por último, fascia o aponeurosis de inserción. La superficial
es una membrana conjuntiva que envuelve el músculo separándolo de los músculos vecinos y los
separa en grupos funcionales evitando que se rocen y favoreciendo su movilidad. La profunda
envuelve a la vez todos los músculos de los distintos grupos musculares de segmentos constituyendo
los diferentes compartimentos o septos en una extremidad. Las aponeurosis de inserción son
verdaderamente tendones de inserción en músculos planos y anchos.
3. Fascia visceral o vaina visceral: Es la capa densa, adventicia de las superficies visceral.
4. Fascia vascular o vaina vascular: Envuelve los vasos sanguíneos.
Funciones de la fascia
Como ya hemos mencionado la fascia es un tejido de vital importancia que se encuentra bajo nuestra piel
recubriendo desde músculos hasta huesos. El conjunto de fascias del cuerpo forman un sistema fascial, se
trata de un sistema activo, vivo, resistente y omnipresente que cumple funciones de gran trascendencia en
el movimiento y metabolismo corporal. El sistema fascial, además de las funciones de sostener y mover el
cuerpo, participa en funciones biomecánicas que se pueden agrupar en : protección, formación de
compartimentos corporales y revestimiento. También participa en otras muchas de diversa índole, desde el
mantenimiento del bombeo circulatorio de sangre y linfa, hasta la producción de colágeno en el proceso de
curación de heridas.
El sistema fascial forma una completa e ininterrumpida red protectora en todo el cuerpo. Protege cada uno
de sus componentes de forma individual, así como proporciona una protección de todas las estructuras a
nivel global. Su resistencia permite mantener la forma anatómica de diferentes segmentos corporales,
conservando su forma original.
Constituye también una primera barrera contra variaciones de tensión provocadas por impactos mecánicos
(internos y externos), de forma que actúa como un sistema amortiguador y de dispersión, conservando de
esta forma la integridad de las estructuras que envuelve y protege. Esta función amortiguadora de la fascia
se debe principalmente a las propiedades de los proteoglicanos, que dan una consistencia viscoelástica al
tejido. Por otro lado, también cuenta con la capacidad de cambiar su densidad, sin llegar nunca a la rigidez,
pudiendo así actuar contra las tensiones excesivas y otros impulsos mecánicos que pueden agredir al
cuerpo de una manera súbita.
Entre las funciones de la fascia también se encuentra la de soportar y dar forma a la grasa subcutánea, y la
de adherir la piel a ese segundo plano. La grasa, envuelta por la fascia, forma un sistema de almohadillas
situadas estratégicamente en el organismo que ejercen un importante papel a la hora de absorber parte de
los impactos.
Como ya sabemos, prácticamente no hay alguna parte del cuerpo que no esté cubierto por el sistema
fascial. La fascia rodea y separa unos elementos de otros: compartimenta. Un ejemplo lo tenemos en los
tabiques musculares de las extremidades, que permiten englobar la acción muscular de una región
determinada. Pero también supone un elemento de integración de todos los elementos corporales puesto
que cada capa o parte fascial está unida a otra formando así una red continua que conecta todo el
organismo.
Los compartimentos formados por el sistema fascial facilitan el trabajo muscular, permitiendo la
formación de grupos funcionales y constituyendo planos de movimiento sobre los que se deslizan unos
músculos sobre otros.
- Revestimiento
La fascia constituye una especie de red continua que reviste y conecta todos los elementos del cuerpo. Esta
configuración tiene importantes consecuencias funcionales sobre músculos y órganos.
Sobre el músculo, la fascia permite conectar músculos formando grupos funcionales, pero a la vez también
une esos grupos funcionales con otros anatómicamente muy separados entre sí. La fascia aporta el sentido
de globalidad a todo el aparato locomotor.
La elasticidad del sistema fascial y su ubicación revistiendo todas las estructuras del cuerpo permiten que
constituya un importante sistema de soporte y de equilibrio postural. Se considera que el desequilibrio del
sistema fascial influye considerablemente en la formación de compensaciones posturales que, con el
tiempo, crean hábitos inadecuados llevando a diferentes patologías (contracturas...).
-Suspensión
Cada componente del cuerpo humano tiene una ubicación precisa. Cualquiera que sea su función, dicha
ubicación está determinada por el sistema fascial. El sistema fascial mantiene la cohesión interna y externa
de cada estructura corporal, logrando su fijación pero, por otro lado, permitiendo cierto grado de
movilidad. Esta movilidad es indispensable en el proceso de adaptación a diferentes obstáculos.
-Sostén y estabilidad
El mantenimiento de la integridad anatómica del cuerpo corre a cargo del sistema fascial. La fascia
constituye el motor principal de la estabilidad de las articulaciones así como asegura la coherencia y el bien
funcionamiento de los órganos internos. Todo esto, coordinado por la mecánica miofascial.
-Coordinación hemodinámica
Los sistemas vascular y linfático no pueden disociarse del sistema fascial. Tanto el sistema venoso como el
linfático tienen una estructura muy flácida y fácil de colapsar. La función de las válvulas semilunares o
venosas no es suficiente para el proceso de retorno de la sangre, y la fascia suele suplir este papel actuando
como una bomba periférica que facilita el retorno de la sangre y la linfa hacia el corazón. Gracias a que
rodea músculos y paredes de los vasos sanguíneos, permite una contracción ininterrumpida de estos, que
facilita el retorno venoso y linfático.
Nótese que la función hemodinámica en las arterias es mucho menos importante, casi anecdótica, puesto
que tienen una estructura relativamente más rígida y que disponen de una bomba propia (el corazón).
El tejido conectivo del sistema fascial es capaz de transmitir impulsos nerviosos y mecánicos, y comunicar
a todo el cuerpo los cambios internos del organismo relacionados con una zona concreta en estado de
enfermedad y salud.
Se puede concluir que un funcionamiento correcto del sistema fascial significa una garantía del buen
estado funcional del cuerpo y, por lo tanto, de una buena salud.
Biomecánica
Estructura de la fascia
La fascia es una membrana de color blanquecino, que envuelve las diferentes estructuras que compone los
organismos de nuestro cuerpo, participando en la unión o separación de los diferentes elementos. Esta
membrana se encuentra en el 100% de todo nuestro cuerpo manteniendo todas nuestras partes en una
íntima relación.
A nivel estructural está formado por diferentes capas reticulares de tejido conjuntivo (también conocido
como tejido conectivo), el cual es un conjunto heterogéneo de tejidos orgánicos que comparten un origen
común en el mesénquima embrionario originado del mesodermo. Este tipo de tejido, es el más abundante
del cuerpo humano, representando el 16% del peso de una persona y albergando el 23% del agua que se
encuentra en nuestro organismo. Está constituido por:
1. Células; las cuales ofrecen especialización en sus funciones dependiendo de la ubicación que tenga
el tejido (adipocitos, condrocitos, osteocitos, etc.).
2. Matriz extracelular; conformado principalmente por:
◾ Fibras propias del tejido conjuntivo: son las que componen la matriz intercelular dando la morfología
característica a cada tipo de tejido conjuntivo. Hay varios tipos de fibras:
◾ Fibras de colágeno: estas fibras están compuesta por proteínas de colágeno, siendo esta la más
abundante en el cuerpo, representa el 25% del total de proteínas. A nivel molecular estas se
disponen en cadenas, formando cada tres cadenas de colágeno una triple hélice, con función
estructural en el tejido que lo constituye. Existen aproximadamente 20 tipos diferentes de proteína
de colágeno, que varían en función de los diferentes tipos de tejidos y las funciones que deben
cumplir.
◾ Fibras reticulares: compuestas por colágeno tipo III, forman parte de una red de soporte, son de
características inelásticas y están presentes envolviendo órganos.
◾ Fibras elásticas: compuestas por dos tipos de proteínas: la elastina y la fibrilina. Son fibras más
delgadas que las fibras colágenas y abundan en tejidos conjuntivos laxos.
◾ Microfibrillas: se compone de fibrilina que es una glucoproteína fibrilar asociada especialmente a
las fibras elásticas y abundantes en la lámina basal de los tejidos epiteliales.
Parte de esta capacidad la tiene gracias a las fibras propias de tejido conjuntivo, las cuales son capaces de
proporcionar movimiento dentro de la sustancia fundamental.
Principalmente los movimientos que realiza son de deslizamiento y desplazamiento, pero también acepta
fuerzas de compresión y tensión produciéndose una absorción de dichas fuerzas mecánicas.
La disposición de las fibras va a cumplir un papel fundamental, ya que estas se disponen de manera
paralela a los planos de tensión, con el fin de absorber las fuerzas mecánicas que actúan a lo largo de su
recorrido, controlando el grado de tensión.
Si el grado de tensión al que se somete las fibras es bajo, estas adoptaran una morfología ondulada,
característica importante a la hora de analizar el comportamiento durante la inducción miofascial.
Por el contrario si la fuerza de tensión es continua y prolongada, las moléculas que compone la fascia se
orienta en serie.
En caso de que la tensión sea de corta duración pero se produzca de manera repetida las moléculas se
orientara de forma paralela dándole al tejido más compactación y resistencia pero perdiendo elasticidad.
Todas estas situaciones mecánicas a las que se ve sometida la fascia, si se produce de manera extrema y
continua en el tiempo, pueden crear alteraciones en su composición conllevando disfunciones en su
capacidad de movimiento y flexibilidad.
Otras situaciones que puede afectar al tejido conjuntivo y por tanto a la conformación de las fascias son
situaciones de estrés que sufre el organismo como son traumatismos, inflamaciones, infecciones,
exposición a sustancias nocivas, etc.
Teorías de la fascia
Actualmente para explicar el movimiento de este tejido se utilizan tres teorías, pero antes de todo hay que
recordar que la fascia es un tejido al que no se le ha prestado mucha atención a lo largo de los años, quizás
se podría decir que es “el elemento largamente olvidado en el estudio del movimiento”, por lo que estas
teorías son recientes.
1. Teoría de la piezoelectricidad.
2. Teoría de la dinámica de los miofibroblastos.
3. Teoría de la viscoelasticidad.
Teoría de la piezoelectricidad
Si observamos este fenómeno desde el punto de vista del tejido fascial, se puede observar que cuando
someto a presión al principal componente del tejido conectivo, como es el colágeno, éste puede cambiar su
polaridad y su electricidad basal, lo que provoca cambios físicos en este colágeno (resistencia, elasticidad y
elongación).
La posibilidad del movimiento propio dentro del sistema miofascial es controvertido, por lo que hay varias
opiniones al respecto:
- Algunos autores consideran que existe y lo relacionan con la dinámica de los miofibroblastos:
La activación de los microfilamentos de actina como la fuente del movimiento (Staubesand 1996,
Staubesand 2007, Shleip et al 2005, Schleip et al 2007), o lo que es lo mismo, que la contracción de los
miofibroblastos es lo que provoca el movimiento.
Los estudios dirigidos principalmente al proceso cicatrizal dan un fuerte aval a esta forma de razonamiento
(Satish 2008, Gabianni 2007, Gabianni 2003, Fidzianska et al 2000).
- Otros consideran el sistema miofascial, como un sistema intercomunicado basado en los principios de
la tensegridad (Ingbe,1998; Pilat y Testa 2009):
Para entender este punto de vista no hay que olvidar que el sistema fascial está basado en las leyes físicas
de la tensegridad.
Este sistema, de tensiones compartidas en la distribución de las fuerzas mecánicas en múltiples niveles de
construcción corporal, explica también la reacción global del sistema fascial al recibir un apropiado
impulso mecánico durante el tratamiento.
La viscoelasticidad define el comportamiento del material a largo plazo. Al aplicarle al material con las
propiedades viscoelásticas una fuerza determinada se produce su deformación. Al pasar un tiempo, la
deformación se incrementa sin necesidad de un incremento de fuerza.
Si observamos este fenómeno desde el punto de vista del tejido fascial, se ha observado que al realizar una
presión suave durante bastante tiempo, esta fascia se deforma debido a esas propiedades viscoelásticas que
tiene. Por tanto este tejido lo podremos deformar cuando realicemos técnicas que incumban a la fascia,
como por ejemplo, las técnicas de inducción miofascial.
◾ Para más información sobre las teorías de la fascia consultar la siguiente tesis doctoral:
http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/20539/1/20687564.pdf
Patología de la fascia
El sistema fascial constituye una extensa red de tejido conjuntivo compuesto, entre otros componentes,
por dos proteínas de especial importancia que se encuentran sumergidas en la sustancia fundamental
amorfa. Estas dos proteínas son la elastina, que no experimenta muchos cambios a lo largo de la vida, y el
colágeno, que es de corta duración por lo que se va a modificar a lo largo de la vida y en el que radica la
mayor parte de la patología de la fascia.
Dentro de la patología de la fascia se encuentran las colagenosis, las cicatrices, las ahderencias y fijaciones.
Las colagenosis
Las colagenosis son las enfermedades sistémicas que provocan una modificación de la estructura del tejido
conjuntivo y del colágeno. La afección, más o menos extendida, de todos los sistemas refuerza la
importancia del tejido conjuntivo, presente en todos los compartimentos del cuerpo humano.
- Lupus eritematoso diseminado o sistémico, que se caracteriza por la inflamación y lesión de la piel,
articulaciones, riñón y serosas (pleura y pericardio), aunque puede afectar a casi cualquier órgano,
mediado por el sistema inmunitario al producirse la unión de anticuerpos a las células del organismo y al
depósito de complejos antígeno-anticuerpo.
- Esclerodermia, que se caracteriza por un endurecimiento y engrosamiento del tejido conjuntivo en la piel,
vasos sanguíneos, músculos y órganos internos, debido también a un trastorno autoinmunitario.
- Periarteritis nodosa, que se caracteriza por la aparición de nódulos inflamatorios en la pared externa de
las arterias, provocando su oclusión y la formación de pequeños aneurismas. Además existe una afectación
del estado general y visceral, atrofia muscular y erupciones cutáneas.
Los signos clínicos de estas cuatro colagenosis son múltiples y más o menos comunes en distintos grados.
Se manifiestan por localizaciones (cutáneas, articulares, torácicas, neurológicas y viscerales).
- El síndrome de Wegner, caracterizado por una afección grave de las vías aéreas superiores, del pulmón y
del riñón.
Las cicatrices
Una cicatriz puede formarse por muchas razones diferentes, por ejemplo por una infección, cirugía,
quemadura, corte de tejido, etcétera, y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo
Tras una herida, se da un fenómeno de reconstrucción, con granulación y proliferación de fibras elásticas y
conjuntivas a fin de realizar una reparación lo más perfecta posible en el lugar en el que los tejidos han
sido dañados.
Este sistema de reconstrucción no llega a ser perfecto, por lo que en un cierto número de casos, una cicatriz
provoca trastornos, así como la instalación de una patología de proximidad que se manifiesta por
fenómenos irritativos, o es la sede de fijaciones que alteran la mecánica y fisiología del cuerpo humano.
Una cicatriz irritativa provocará que el tejido conjuntivo esté sometido a las tensiones y al estrés de ese
punto de irritación, modificando su estructura, plasticidad y elasticidad, dando lugar más tarde a una
alteración de la mecánica fascial que repercutirá en el estado funcional de una región.
Terapia miofascial
El objetivo general de la terapia miofascial, es restaurar la movilidad a nivel de las fascias y tejido
conjuntivo fibroso, que se ha vuelto rígido.
El interés terapéutico sobre el sistema fascial surgió desde diferentes perspectivas en Europa. En primer
lugar fue E. Dicke (1920-1930) la que definió el Bindegewebsmassage (BMG) conocido en España como
Masaje de Tejido Conjuntivo, basado en los efectos reflejos del tratamiento sobre la fascia superficial.
Más tarde, hacia la mitad del siglo XX, surge la figura de Ida Rolf que creó el método de Rolfeo o
Integración Estructural, en la que Rolf propone el restablecimiento del alineamiento corporal a través de la
manipulación del sistema miofascial.
El término liberación miofascial (myofascial release) fue propuesto por Ward en 1960 y posteriormente
adoptado por otros continuadores del método como Barnes, Cantu o Pilat en España.
El sistema fascial constituye un sistema de unificación estructural y funcional del cuerpo. Su continuidad
física, supone también una interrelación funcional, de manera que cuando se produce un cambio en el
componente conjuntivo de las distintas estructuras (músculo, nervio, víscera) se puede ver comprometida
la funcionalidad de dicha estructura.
Dentro de las maniobras fundamentales de esté método hay que diferenciar dos grupos:
1.Maniobras superficiales:
Deslizamiento en J.
Deslizamiento transverso
Deslizamiento longitudinal
2.Maniobras profundas:
Maniobra en manos cruzadas
Maniobra de planos transversos
Maniobra telescópica
La liberación miofascial se puede aplicar en distintas entidades patológicas que cursen con dolor de origen
miofascial, problemas de la estática corporal, lesiones por hipo o hipermovilidad.
Otras técnicas
Método de Masaje del Tejido Conjuntivo: Técnica de Dicke Concepto
El Masaje del Tejido Conjuntivo, se basa en los beneficios de la eliminación de las adherencias
subdérmicas secundarias a alteraciones orgánicas, sobre la patología de base. Se trata de un método
basado en los efectos reflexógenos del masaje. Esta modalidad se basa en los trazos cutáneos, que
producen un cambio de información a nivel del sistema nervioso (a través del ! dermatoma).
Esta modalidad de masoterapia se lleva a cabo con el paciente en sedestación, para favorecer una ligera
anteversión de la pelvis, que haga más accesible la región sacra. Los trazos cutáneos se dividen en largos y
cortos, en función de la región que se quiere abordar, repitiéndose por término medio 3 veces. El trazo se
realiza con la región sub-ungueal del tercer dedo. Este tercer dedo, recibe el apoyo del índice cuando hay
un desplazamiento ulnar o del anular cuando es el desplazamiento radial.
Como consecuencia de la maniobra, se producen una serie de reacciones inmediatas (sensación cortante en
la piel del paciente, enrojecimiento lineal seguido de emblanquecimiento posterior de la piel). La reacción
es menos marcada cuando el tejido conjuntivo está sano. También puede aparecer sudoración, sensación
de fatiga, etc.
El abordaje es variable en función del autor, pero en líneas generales se prefiere un abordaje general
(construcción de base), seguida por un abordaje específico (construcción complementaria).
La localización del masaje es variable, pero se suelen utilizar las zonas más reflexógenas (mano, pie, oreja,
tronco). El tronco suele ser la zona más utilizada.
De manera previa al tratamiento, se evalúa la movilidad del tejido conectivo, para lo cual se estira la piel
sobre la fascia superficial subyacente presionando con la punta de los dedos en la dirección que se aleja del
terapeuta. Se realiza de forma bilateral para comparar las variaciones de elasticidad entre ambos lados del
cuerpo. Se demuestra una actividad refleja, si está reducido el grado de elasticidad de forma comparativa.
Ya dentro del tratamiento se distinguen distintas zonas básicas, sobre las que se realiza la construcción de
base:
-Área torácica
Referencias
1. Richard L. Drake (2006). Gray´s Anatomy para Estudiantes. Elsevier. ISBN 9788481748321.
Bibliografía
◾ W. Myers, Thomas (2011). Vías anatómicas: meridianos miofasciales para terapeutas manuales y del
movimiento.
◾ Fernández Pérez, Antonio Manuel. Efectos neurofisiológicos, psicoinmunológicos y psicológicos a
corto plazo en sujetos sometidos a técnicas de inducción miofascial.
◾ Paoletti, Serge (2004). Las fascias. El papel de los tejidos en la mecánica humana.
◾ Pilat, Andrzej (2003). Terapias miofasciales: Inducción miofascial.
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