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2013

EMISION DE
OBLIGACIONES
CONTABLILIDAD DE SOCIEDADES

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CALLAO.

FACULTAD DE CIENCIAS
ADMINISTRATIVAS.

PROFESOR: TORRES PAZ ARNULFO.

SEGUNDO CICLO.

ALUMNO: SANCHEZ QUISPE, ELVIS DJAIR.

CODIGO: 1220120702.

UNAC
FCA
28/11/2013
EMISION DE OBLIGACIONES
La emisión de obligaciones, presente un cambio importante, tal como estaba
ubicada la materia en la ley vigente, la emisión de obligaciones estaba
restringida a las sociedades anónimas.
Hoy en día se ha puesto de manera clara e inequívoca que cualquier forma
societaria puede emitir obligaciones.
Se ha abierto la posibilidad de crear lo que se llama los “programas de emisión”,
que es el nuevo concepto del lanzamiento de estos valores a los mercados. Se va
a poder hacer en un solo acto la aprobación, la estructuración de todo un
programa de emisión de obligaciones: distintas series, distintas emisiones,
distintas oportunidades, distintos tipos de valores, todo ello en un acto unitario.
Se ha conservado la tradicional limitación a la emisión de obligaciones al
monto del patrimonio de la empresa, salvo los casos de garantías especificas;
pero también se ha introducido la novedad que si se obtiene una calificación de
favorable de riesgo, aprobada por la CONASEV, la sociedad puede emitir
obligaciones por encima de tales limites.
Se ha llamado al actual fideicomiso de la emisión de obligaciones, comisario. Al
darse la ley de instituciones financieras surge por primera vez la institución del
fideicomiso bancario y para evitar una duplicidad de términos se ha hecho el
cambio.
Se ha abolido el régimen de prelaciones que tenia la ley respecto de la emisión
de obligaciones. La ley dice que la primera emisión se paga primero que la
segunda, y así sucesivamente, un rango inconveniente e innecesario que
restringía la colocación de obligaciones.
Se ha establecido dos elementos muy importantes
 Primero permitir que si la colocación se va a hacer en el extranjero, ella se
pueda adaptar a la legislación extranjera.
 Y segundo, se ha establecido que para adecuar la emisión a las exigencias
más compleja que tiene hoy el mercado, se permita la posibilidad de
contener varios de los elementos de detalle de la emisión en un prospecto
que ya no va en la escritura pública porque es un mamotreto de
considerable extensión y que bastara sea depositado en la CONASEV y en el
registro.
Operación de crédito utilizada por los empresarios como medio de financiación
para la obtención de recursos mediante endeudamiento que se retribuye
pagando un tipo de interés.
Las obligaciones son valores emitidos en serie que crean o reconocen una
deuda a cargo de la entidad emisora y representan una parte alícuota de un
crédito contra dicha entidad y a favor del obligacionista o acreedor. Pueden
recibir distintas denominaciones, como por ejemplo bonos, cédulas, etc. Son las
sociedades anónimas, las que con más frecuencia emiten dichos valores.
La sociedad de responsabilidad limitada no podrá acordar ni garantizar la
emisión de obligaciones u otros valores negociables agrupados en emisiones.
Estas se pueden representar tanto por medio de títulos (nominativos o al
portador) como por anotaciones en cuenta. En el primer supuesto, los títulos
son emitidos en serie numerada, son negociables, con fuerza ejecutiva y deben
ser iguales conteniendo las características de la sociedad emisora así como el
importe de la emisión y garantías de la misma entre otros.
La ley general de sociedades opto por la denominación de “obligaciones”
descartando aquellas otras como debentures y bonos. Es un término genérico
que permite distinguirlo del título en el cual está contenido este derecho, que
puede ser el bono. La ley de títulos valores al hacer referencia a los títulos
valores representativos de deuda los clasifica en títulos a corto plazo, cuyo
reembolso se produce dentro de un plazo no mayor de un año, los denominada
papeles comerciales y si el reembolso se produce en un plazo mayor del año se
denominada bonos .
Con independencia de la operación económica que da lugar a la emisión de las
obligaciones, éstas han de reunir siempre unos determinados requisitos:
1. Acuerdo de emisión, adoptado por la Junta General de accionistas, o por
delegación, por el órgano de administración. Debe constar tal delegación
en escritura pública otorgada por los administradores e inscrita en el
Registro Mercantil expresando al menos: importe de la emisión, plazo
máximo de amortización, serie, valor nominal de los títulos y número,
garantías de la emisión.
2. Límites de la emisión, el importe total de las emisiones de obligaciones u
otros valores no puede ser superior al capital social desembolsado, más las
reservas que figuren en el último balance aprobado. Si la emisión está
garantizada con hipoteca, prenda, garantía pública o aval solidario no se
aplicará dicha limitación.
3. Condiciones de la emisión, se somete a las cláusulas contenidas en los
estatutos sociales, y a los acuerdos adoptados por la Junta General.
4. Garantías de la emisión, puede hacerse la emisión con o sin ellas. Se
utilizan garantías especiales de naturaleza real, tales como hipoteca,
prenda...otras de carácter personal como el aval.
5. Régimen de prelación: las primeras emisiones gozarán de prelación
frente a las posteriores por lo que se refiere al patrimonio libre de la
sociedad emisora.
CLASES DE OBLIGACIONES:
Las obligaciones, emitidas únicamente por las sociedades anónimas, se pueden
clasificar atendiendo a los siguientes criterios:

Según la forma de amortización, las obligaciones se clasifican en:


a) obligaciones con vencimiento fijo, si se conoce la fecha en que serán
amortizadas.
b) obligaciones con vencimiento variable, cuando existen distintas fechas de
amortización, siendo un sorteo el que determina cuándo se amortiza cada
obligación.

Atendiendo al tipo de rendimiento que generan, las obligaciones pueden ser:


a) obligaciones que perciben únicamente un interés, fijo o variable, de forma
periódica o íntegramente al vencimiento (cupón cero).
b) obligaciones que, además de percibir un interés, cuentan con una ventaja
adicional (prima de emisión, prima de reembolso, participación en los beneficios
de la empresa –obligaciones participativas-, precio de reembolso variable en
función de un determinado índice -obligaciones indiciadas-, opción de suscripción
de acciones –obligaciones con warrant-, lotes o premios -percibidos por sorteo-,
etc.).

Otras clasificaciones, como las que distinguen entre:


a) obligaciones a corto plazo y obligaciones a largo plazo (atendiendo al período
de amortización).
b) obligaciones garantizadas y obligaciones sin garantía por parte de la entidad
emisora.
c) obligaciones convertibles y obligaciones no convertibles (en función de que se
puedan canjear o no por acciones de la entidad emisora); etc.

TITULARES DE LAS OBLIGACIONES:


Los titulares de obligaciones (normalmente se conocen como inversores) no
tienen derecho a voto en la Junta General de la empresa, aunque tienen reuniones
por separado, donde sí pueden votar para otros asuntos, como por ejemplo, sobre
los cambios en los derechos inherentes a las obligaciones.
VENTAJAS DE LAS OBLIGACIONES:
La principal ventaja de las obligaciones para las empresas es el hecho de que
tienen una tasa de interés más baja y, por lo general, la fecha de rembolso es muy
amplía en relación con otros métodos de financiación con préstamos.
Las ventajas para el inversor es que las obligaciones son fáciles de vender en las
bolsas de valores y no posee tanto riesgo como la renta variable.

TIPO DE OBLIGACIONES:
Las obligaciones convertibles: bonos convertibles, bonos que se pueden
convertir en acciones ordinarias de la compañía emisora después de un período
predeterminado de tiempo. Los bonos convertibles son más atractivos para los
inversores y para las empresas, ya que suelen tener menores tasas de interés que
los bonos corporativos no convertibles.

Las obligaciones no convertibles: bonos regulares que no se puede convertir en


acciones ordinarias de la empresa responsable. Como no tienen la capacidad de
ser convertidos, por lo general llevan mayores tasas de interés que las
obligaciones convertibles.

REQUISITOS LEGALES DE LA EMISIÓN DE OBLIGACIONES:


Las obligaciones representan la participación individual de sus tenedores en un
crédito colectivo a cargo de la sociedad emisora. Normalmente, las empresas que
deseen realizar una emisión de obligaciones deben presentar una solicitud ante el
organismo nacional regulador del mercado de valores y cubrir los siguientes
requisitos:
1. Proyecto de emisión. Acto de crear nuevos títulos o valores que se crean para
ponerlos en circulación, en este caso, las obligaciones por pagar.
2. Estado de situación financiera de la sociedad. Informes que utilizan las
instituciones para informar la situación económica, financiera y los cambios que
experimenta la misma, a una fecha o periodo determinado
3. Estudio técnico que debe comprender como mínimo.

 El motivo de la emisión
 Aspecto financiero de la emisora
 Estudio del mercado de sus productos
 Capacidad de pago

4. Acta de asamblea general extraordinaria de accionistas. Ésta será la que


acordó la emisión.
5. Acta de sesión del consejo de administración. En la cual se hizo la designación
de la persona o personas que deben suscribir la emisión.
6. Relación de bienes que constituyen la garantía.
7. Certificación del registro público de la propiedad sobre los bienes dados en
garantía.

Una vez obtenida la autorización, la empresa procede a realizar la emisión, para


lo cual se celebra una asamblea general extraordinaria, a fin de designar a la
persona que se hará cargo de representar los intereses de los suscriptores. Esta
persona se denomina representante común de las obligaciones y sus funciones
principales son:
1. Comprobar los datos contenidos en el estado de situación financiera de la
sociedad emisora para efectuar la emisión.
2. Cerciorarse de la debida constitución de la garantía.
3. Autorizar las obligaciones que se emitan
4. Ejercitar las acciones o derechos que al conjunto de obligaciones
correspondan por el pago de los intereses o del capital debido o en virtud
de las garantías señaladas para la emisión.
5. Convocar y presidir la asamblea general de obligacionistas y ejecutar sus
decisiones.
6. Asistir a las asambleas generales de accionistas de la sociedad emisora y
recabar de los administradores, gerentes y funcionarios de la misma, los
informes necesarios para el ejercicio de sus atribuciones, incluyendo los
relativos a la situación financiera de la sociedad.
7. Otorgar, en nombre del conjunto de obligaciones, los documentos o
contratos que deben celebrarse con la sociedad emisora.

Artículo 304º - Emisión:


La sociedad puede emitir series numeradas de obligaciones que reconozcan o
creen una deuda a favor de sus titulares.
Una misma emisión de obligaciones puede realizarse en una o mas etapas o en
una o más series, si así lo acuerda la junta de accionistas o de socios, según el
caso.
Las obligaciones son títulos-valores que representan una parte proporcional de
una deuda o empréstito, emitido por una empresa. Ésta se compromete a
reembolsar el importe de cada obligación y a pagar unos intereses, que entregará
periódicamente o junto con el precio de reembolso. Por esta razón, las
obligaciones son consideradas valores mobiliarios de renta fija, ya que la renta
que proporcionan a sus titulares (intereses), está normalmente predeterminada.
 Para Garrigues: “Es la oferta de un contrato de préstamo que el futuro
prestamista (obligacionista) acepta mediante la firma del boletín de
(suscripción)
 Para Oswaldo Hundskopf Exebio: Sostiene que cuando una empresa se
encuentra en una difícil situación financiera, la emisión de obligaciones se
presenta como una alternativa de financiamiento de sus necesidades y/o
proyectos, teniendo la posibilidad de realizada mediante oferta privada o
pública, así como también podría emitir esos valores mobiliarios como
títulos de reconocimiento de deudas pre existentes, a fin de proporcionar a
los acreedores, valores mobiliarios con mérito ejecutivo.

Con el artículo 304 se inicia el Título I del Libro Cuarto, referido a las normas
complementarias de la ley, aplicables a todas la formas societarias en ella
previstas. La ubicación de la sección sobre emisión de obligaciones dentro de este
libro significa una novedad puesto que la anterior LGS se ocupaba de este tema en
el Titulo IX de su sección tercera, destinado a regular solamente a lo sociedad
anónima. En consecuencia la nueva ubicación que le ha dado el legislador al
capítulo que nos ocupa no deja dudas que toda sociedad que se encuentra dentro
ámbito de la nueva LGS está facultada a emitir obligaciones. Cabe destacar que
ello concuerda con el artículo 86 de la Ley del Mercado de Valores, Decreto
Legislativo 861, que autoriza a todas las personas jurídicas de derecho privado a
emitir bonos.
En la actual LGS: Todo tipo de sociedad está faculta da a emitir obligaciones. La
decisión de emitir obligaciones es prerrogativa de la Junta General de accionistas
o de socios.
En una acepción primaria, emitir obligaciones es desarrollar un procedimiento
integrado por distintos actos jurídicos y no jurídicos cuyo objetivo es, como se ha
firmado gráficamente, procurar dinero fresco a la entidad emisora. El emisor
persigue obtener nuevos recursos financieros a titulo de crédito; los suscriptores
pretenden invertir esto es, colocar capital en condiciones de seguridad,
rentabilidad y liquidez.
Al respecto, Fernando Sánchez Calero (Instituciones de Derecho Mercantil-1992)
precisa que ello se debe a que el régimen de la emisión de las obligaciones
pretenden cumplir no solamente con la tutela de los suscriptores, sino, además,
con la preocupación que entraña el endeudamiento de importancia a cargo de la
sociedad, razón por la cual la decisión no es dejada en manos de sus
administradores sino de sus socios o accionistas. Ello no obsta para que el artículo
312 faculte a la junta para delegar en el órgano administrador la adopción de las
decisiones necesarias para ejecutar la emisión.
Como señalan Rodrigo Uria (Comentario a la Ley de Sociedades Anónimas-1976)
y Antonia Brunetti (Tratado del Derecho de Sociedades-1960), la emisión
obligaciones es un instrumento utilísimo para levantar capitales. Si bien para la
sociedad el aporte de capital resulta menos oneroso que la emisión de
obligaciones, ello no es necesariamente lo más conveniente para sus socios o
accionistas. Por ejemplo, en el caso de que sea corto, carece de sentido que se
obtenga mediante un aporte de los socios.
De otro lado, el riesgo de dilución, la ausencia de recursos propios o la
consideración de que estos pueden tener una colocación alternativa más
beneficiosa, pueden ser razones que animen o obliguen a los socios a acceder al
crédito en lugar de un aumento de capital. Y frente a otras alternativas de
crédito, la emisión de obligaciones ofrece la gran posibilidad directamente al
público, sin tener que recurrir a la medicina financiera.
Aparentemente, la ventaja para la sociedad emisora y los titulares de las
obligaciones es evidente:
 La primera tiene la posibilidad de pagar intereses menores a los de las
empresas bancarias y financieras.
 La segunda tienen acceso a intereses más altos que el que recibirían por
sus depósitos a dichas empresas.
Sin embargo, esto no es tan simple como parece. El factor riesgo juega un rol
preponderante. Una razón por la cual los interese ofrecidos a los obligacionistas
por las sociedades emisoras son más altos que los que reciben los ahorristas de los
bancos, es porque en los segundos hay un menor riesgo que en los primeros. Y
siguiendo los principios elementales de la teoría económica, a mayor riesgo la
inversión corresponde un mayor retorno para que resulte atractiva al mercado.
Esta premisa explica las diferencias en las tasas de interés ofrecidas por distintas
sociedades emisoras, las que dependen de la situación económica y financiera del
emisor, así como factores tales como su participación en el mercado y aspectos
propios del sector a cual pertenecen. Por lo tanto, es perfectamente posible que
para determinadas sociedades una emisión exitosa de sus obligaciones requiera
de tasas de interés superiores a las tasas activas ofrecidas por los bancos, ya que
la ventaja de estas últimas es que son de aplicación al público en general y no al
deudor especifico, a diferencia de las obligaciones.
Al respecto, Francesco Messineo (Derecho Civil y Comercial-1971) concluye:
“En efecto en lugar de aumentar el capital, o de recurrir momentáneamente al
crédito, el cual sirve para las necesidades corrientes, la sociedad por acciones que
tenga la necesidad de dinero para operaciones o inversiones de larga duración, o
por otras razones, puede recurrir a la emisión de un empréstito, a colocarse entre
el público de los ahorradores. De este modo, el ahorro concurre en una nueva
forma, diversa (o sea temporal) de la suscripción de acciones, a la financiación de
la sociedad por acciones. El obligacionista es, por consiguiente, un acreedor a
largo vencimiento; y, por tanto, interesado, durante un cierto tiempo, en que la
sociedad sea solvente”.
Hay tres caracteres esenciales en las obligaciones:
a) Cada obligación representa una parte alícuota 8º no necesariamente
alícuota) de un crédito.
b) Su naturaleza de valor mobiliario, no siempre es representado por un
titulo.
c) Es un valor que confiere al titular un conjunto de derechos y obligaciones
especiales que le otorguen un status obligacionista.
Esos caracteres esenciales distinguen a las obligaciones del contrato mutuo
ordinario. Ellas representan derechos fungibles emitidos en serie, que reflejan
partes de un crédito, el mismo que, como admite la doctrina, puede ser anterior o
simultánea con la emisión. Es por ello que el artículo 304, bajo comentario se
refiere expresamente a las obligaciones que “reconozcan o creen una deuda”, a
favor de sus titulares. Sin embargo, ello no le resta carácter contractual a la
emisión de obligaciones, en lo cual se asemeja al mutuo, teniendo en cuenta que la
primera se expresa en un contrato de emisión, celebrado entre la sociedad y el
representante de los obligacionistas.

Artículo 305º - Importe:


El importe total de las obligaciones, a la fecha de emisión, no podrá ser superior
al patrimonio neto de la sociedad, con las siguientes excepciones:
1. Que se haya otorgado garantía especifica; o,
2. Que la operación se realice para solventar el precio de bienes cuya adquisición
o construcción hubiese contratado de antemano la sociedad; o,
3. En los casos especiales que la ley lo permita.

No podrá ser superior al patrimonio neto de la sociedad, salvo que se haya


otorgado garantía específica; que se realice para solventar el precio de bienes
cuya adquisición o construcción hubiese contratado de antemano la sociedad; o
en los casos que la ley permita. (305 LGS).El patrimonio neto es la diferencia entre
el activo total y el pasivo frente a terceros, resultante del balance a la fecha de la
emisión.
El límite máximo impuesto mediante el artículo 305, bajo comentario, prohíbe a
las sociedades emitir obligaciones que no tenga respaldo, en el patrimonio neto
de la sociedad, igual o mayor a su importe, regla que admite únicamente las
excepciones previstas en la norma. Es evidente que con esta disposición el
legislador procura, por encima de todo, la protección del obligacionista.
Nuestra LGS se sitúa dentro de la línea trazada por la mayoría de las
legislaciones, con excepción de casos como la ley francesa o la argentina.
Desde el derecho romano a nuestros días el legislador ha buscado y otorgado
protección al deudor frente al acreedor, mas cuando estamos en el terreno de la
emisión de obligaciones es el acreedor-obligacionista el que resulta protegido
contra la entidad emisora. La razón está en que la expresión, tantas veces
repetida, de que el necesitado de dinero queda a merced de quien se lo da, no
siempre es exacta, y lo natural es que el legislador apoye al débil, sea acreedor,
sea deudor.
Si bien la protección del obligacionista ha sido la tendencia tradicional de la
mayoría de las legislaciones y la doctrina, creemos que es necesario realizar una
reflexión más acuciosa sobre el particular.
El desarrollo experimentado por el mercado de capitales a lo largo de los últimos
años ha propiciado una serie de cambios en la estructura de la emisión de las
obligaciones. Dichos cambios demandan la urgente necesidad de analizar el
acostumbrado papel protector del estado, a la luz de la experiencia de las últimas
décadas.
En primer lugar, ll ama la atención que el artículo 305 de la LGS no restrinja el
marco de aplicación de dicho limite al supuesto de emisión de obligaciones por
oferta pública, teniendo en consideración que, bajo circunstancias ordinarias,
cualquier sociedad es libre de endeudarse sin más límite que el de la voluntad de
sus potenciales acreedores. ¿Qué razón hay para que no exista ningún limite para
el endeudamiento privado de una sociedad y que si se imponga para una emisión
privada de obligaciones?
Hoy en día se reconoce que la protección estatal al inversionista solo debe operar
para el caso en que las sociedades emitan valores mobiliarios a través de una
oferta pública. Solo dentro del marco de una oferta pública de obligaciones o
valores mobiliarios puede afirmarse que existe una asimetría de la información,
que supone que los administradores y los inversionistas tienen un acceso desigual
a la información real sobre la empresa. Esta desigualdad es apreciable en el seno
de la relación que vincula a la sociedad emisora y al inversionista estatal. Tal
como es la posición que recoge nuestra ley del mercado de valores.
No obstante, dentro del marco de una emisión de obligaciones a través de una
oferta privada, la asimetría de la información prácticamente no existe. En el
escenario de una oferta privada, es válidamente asumible que tanto el emisor
como el inversionista están situados en posiciones perfectamente equiparables.
Más aun, la experiencia ha enseñado que, tratándose de un inversionista
institucionalista, la emisión se condiciona generalmente a la satisfacción de estos,
situación que provoca que la sociedad emisora les remita toda la información que
estimen pertinente. En otras palabras, dentro del marco de una oferta privada de
valores, la protección al inversionista pierde sentido, toda vez que este se
encuentre protegido por sus propios medios. En consecuencia, el costo que supone
el amparo estatal al inversionista que suscribe obligaciones en una oferta privada
no es justificable.
En segundo lugar, cabe preguntarse si la exigencia del otorgamiento de una
garantía específica es las más adecuada para proteger al obligacionista.
La tendencia moderna de la legislación sigue la influencia filosófica de la
economía de mercado, que considera que los individuos pueden, mejor que el
estado, decidir lo que es más conveniente a sus interese. El rol del estado no es el
de limite o restricciones, sino el de exigir la transparencia del mercado mediante
la entrega de información entre la sociedad y los inversionistas, lo que la ley
regula es, justamente, que aquella comunique, en forma veraz, integral y optima,
todo hecho que pueda resultar relevante. Algunos autores llegan incluso al
extremo de sostener que la protección estatal, traducida en obligar a la sociedad
emisora a informar a sus potenciales inversionistas acerca de las virtudes y
defectos del valor a emitirse, pierde sentido si se repara en que el propio mercado
se encarga de sancionar a las empresas que omiten ofrecer in formación a través
del precio que se fijara al valor. Una opción interesante es la exigencia contenida
en la ley del mercado de valores respecto de la clasificación del riesgo del valor a
emitirse. Informar al inversionista acerca del riesgo que asumirá si sucribe un
determinado valor, en vez de obligar al emisor a respaldar la emisión con su
patrimonio neto o con garantías especificas, tiene plena justificación y encuentra
sus razones en que la protección estatal no debe conducir al legislador a
sobreponerse a la voluntad de las partes contratantes y prohibir determinadas
transacciones. Después de todo, ¿Qué otra persona podría encontrarse en mejores
condiciones para decidir acerca de la forma en que va invertir su dinero y sobre el
riesgo que para tales efectos va asumir si no es el propio inversionista?
Es evidente que la limitación contenida en el artículo 305 de la LGS tiene como
consecuencia la reducción del espectro de instrumentos aptos para entrar en
circulación, en lugar de dejar que sea el propio mercado el que determine cuales
son los valores que encontraran acogida y cuáles no.
Como es sabido, toda emisión de obligaciones puede, desde su inicio, representar
un menor o mayor costo para la sociedad emisora, en función a si las obligaciones
han sido colocadas por encima o por debajo de su valor nominal. Así, al igual que
en el caso de las acciones, puede hablarse también de obligaciones sobre o bajo la
par. En cualquiera de los dos supuestos, surge la duda de cuál es el importe que
debe tenerse en cuenta para efectos de la determinación del límite establecido en
el articulo bajo comentario; el valor de colocación o el valor nominal. Es
frecuentemente, por ejemplo, en el caso, de instrumentos de corto plazo, la
emisión de los bonos cupón cero, en los que no se contempla el pago de interese
sino su colocación por debajo de la par. El ingreso del obligacionista esta
determinado exclusivamente por el margen existente entre el valor de colocación
y el valor de reembolso. Por su parte, el gasto para la sociedad es justamente
dicho margen. Algunas legislaciones, como la española denominan a este
diferencial como “interés implícito”.
Creemos que ello no es así, por cuanto este descuente se mantiene inalterable sin
perjuicio de la oportunidad en que la obligación sea rescatada o reembolsada, lo
cual denota su diferencia con el interés, que está estrechamente vinculado al
transcurso del tiempo. En todo caso, la consecuencia de una colocación bajo la
par es que la sociedad recibe un monto menor al nominal, lo que puede, siguiendo
el criterio del artículo 85 de la LGS, reflejarse como una pérdida de colocación.
En nuestra opinión, el límite del artículo 305 se establece teniendo en cuenta el
valor nominal de las obligaciones, desde que ese es el valor por el que responde la
saciedad.
Del importe total se debe desconcentrase el monto de las emisiones que cuenten
con garantía especificada en la parte garantizada así como la porción de las
obligaciones en circulación que haya sido rescatada amortizada o reembolsada.
La emisiones de obligaciones con garantías especificas son frecuentes en el
mercado, en el caso de sociedades que se encuentran dentro del límite señalado en
el artículo 305 de la LGS. Generalmente ello se debe del emisor de obtener una
clasificación de riesgo más favorable, que le permita pagar una menor tasa de
interés y colocar exitosamente el valor. Nada impide además que una sociedad
otorgue bajo comentario. Sin embargo, estas no son computables para el límite a
que se refiere el artículo 305.
En nuestra opinión, el texto del artículo 305 permite interpretarlo en el sentido de
que únicamente existe obligación de otorgar garantías especificas por la parte de
la emisión que exceda el importe del patrimonio neto.
Cabe preguntarse si, habiéndose eliminado el principio de igualdad, es posible
emitir algunas series, dentro de una emisión, que cuenten con garantías
especificas, en tanto que las otras estarían únicamente protegidas por el
patrimonio neto del emisor. Creemos que no existe impedimento alguno para ello,
máxime si se concuerda el artículo 305 con el 309, que expresamente dispone que
el régimen de prelación “no afecta el derecho preferente de que goza cada
emisión o cada serie con respecto a sus propios garantías”.
Asimismo, debe entenderse que, no obstante que las obligaciones se individualizan
a través de la emisión de títulos independientes entre sí, las garantías tiene la
condición colectiva, en razón de que respaldan la emisión o la serie en su
totalidad, a favor de la masa de obligacionistas.

Artículo 306º - Condiciones de la emisión:


Las condiciones de cada emisión, así como la capacidad de la sociedad para
formalizarlas, en cuanto no estén reguladas por la ley, serán las que disponga el
estatuto y las que acuerde la junta de accionistas o de socios, según el caso.
Son condiciones necesarias la constitución de un sindicato de obligacionistas y la
designación por la sociedad de una empresa bancaria, financiera o sociedad
agente de bolsa que, con el nombre de representante de los obligacionistas,
concurra al otorgamiento del contrato de emisión en nombre de los futuros
obligacionistas.

Artículo 307º - Garantías de la emisión:


Las garantías específicas pueden ser:
1. Derechos reales de garantía; o
2. Fianza solidaria emitida por entidades del sistema financiero nacional,
compañías de seguros nacionales o extranjeras, o bancos extranjeros.
Independientemente de las garantías mencionadas, los obligacionistas pueden
hacer efectivos sus créditos sobre los demás bienes y derechos de la sociedad
emisora o del patrimonio de los socios, si la forma societaria lo permite.

En este punto quisiéramos precisar lo siguiente: Uno de los enfoques para


establecer las modalidades de titulización depende del origen de los flujos para el
pago a los inversionistas adquirientes de los valores. Así, si el flujo proviene del
patrimonio autónomo nos encontramos frente a una estructura de flujo de caja.
Si proviene del propio originador nos encontramos frente a una estructura de
valor de mercado. Se denomina estructura de valor de mercado, debido a que es
el valor de los activos el que garantiza la emisión de obligaciones y no el flujo de
caja que generen.
Este último caso es aplicable a las emisiones de obligaciones con garantía
específica a las que obliga nuestro ordenamiento jurídico para las emisiones de
obligaciones por encima del capital de la empresa. Así, si una empresa emite
bonos por encima del valor de su patrimonio deberá constituir garantías
específicas (prenda, hipoteca, etc) o fianza solidaria emitida por entidades del
sistema financiero nacional, compañías de seguros nacionales o extranjeras, o
bancos extranjeros.
Es por esta consideración y por otras que haremos extensivas a continuación que
no la tomamos en cuenta como una modalidad de titulización sino como una
alternativa al proceso.
4.1. Concepto:
La emisión de bonos constituye una técnica de financiación que figura como
deuda en el balance de la empresa emisora. Los activos no son transferidos por un
originador, ni se conforma con ellos un patrimonio autónomo que sirve como
garantía para la emisión de los valores mobiliarios. La emisión de los valores se
encuentra respaldada por el patrimonio de la empresa.
Asimismo, los ingresos provenientes de la colocación de los valores no se destinan
directamente al pago de los inversionistas. Dicho de otro modo, los flujos
generados por los activos no son dedicados específicamente al pago de los
intereses y a la amortización de los títulos sino que ellos provienen de los ingresos
generales del emisor.
Dado que la empresa emisora es la que efectúa el pago con sus propios fondos, la
capacidad de endeudamiento que deben observar los emisores de bonos se
encuentra establecida en la Ley General de Sociedades, fijándose como límite para
el monto de la emisión el equivalente al patrimonio neto de la sociedad emisora,
salvo cuando medie el otorgamiento de garantías específicas o cuando la emisión
solvente la construcción o adquisición de bienes contratados anteriormente.
De acuerdo a la doctrina, esta medida tiene le objeto de proteger a los tenedores
de bonos, limitando la capacidad de endeudamiento de los emisores que acuden al
mercado de capitales como alternativa para financiarse.

Como consecuencia de ello, durante la vida de los títulos, el emisor está obligado,
por ejemplo, a mantener el nivel de las garantías en caso de disminución de su
valorización, de tal suerte que su valor permanezca constante; según sea el caso,
adicionará otras garantías o reemplazará las existentes por otras de valor
suficiente. La disminución de garantías (los activos) por incumplimiento de los
deudores, caída de su valor de mercado, o simplemente por cumplimiento de los
plazos o condición para las que fueron otorgadas, obliga al emisor del título al
reemplazo por otras garantías
4.2. Semejanzas:
· En la emisión de bonos con garantía específica, al igual que en la titulización, la
emisión de los valores está garantizado por un conjunto de activos. En el caso de
los bonos, son las garantías específicas previamente establecidas y para el caso de
la titulización, el patrimonio autónomo. Sin embargo, la Ley General de
Sociedades en su artículo 307° segundo párrafo establece que,
independientemente de las garantías, los obligacionistas pueden hacer efectivos
sus créditos sobre los demás bienes y derechos de la sociedad emisora o del
patrimonio de los socios, si la forma societaria lo permite, involucrándose de esta
manera el patrimonio de la sociedad emisora. Caso contrario de lo que sucede en
la titulización, donde se trata de establecer de la manera más clara posible el
aislamiento de los activos transferidos.
 Ambas son operaciones de financiamiento en las que se busca obtener
liquidez para la entidad emisora y para el originador.
 Las emisiones de bonos y las operaciones de titulización son operaciones
propias del mercado de valores. La empresa originadora y emisora
recurren a la colocación de los valores como una fuente de financiamiento
alternativa a los créditos bancarios.

4.3. Diferencias:
 En las emisiones de bonos, el pago del principal y los intereses de los
valores emitidos es de cargo de la entidad originadora, en la titulización
dicho pago se efectúa con cargo al patrimonio autónomo.
 En la emisión de bonos, ésta figura como deuda en el balance del emisor;
por el contrario, en la titulización la deuda ya no figura en el balance del
originador.
 En la emisión de bonos, los pagos a los inversionistas que adquirieron los
valores provienen de los ingresos del emisor (riesgo emisor); en la
titulización, los pagos a los inversionistas provienen del patrimonio
autonomo (riesgo patrimonio).
Como podemos apreciar existen una serie de alternativas a la titulización de
activos, en algunos casos, no encontramos ante operaciones con activos
financieros como el factoring y en otros, con una modalidad de titulización que
consideramos más bien como una alternativa (emisiones de bonos con garantías).
Finalmente, las empresas de acuerdo a sus necesidades y potencialidades optarán
por una u otra.

Articulo 308º - Escritura pública e inscripción:


La emisión de obligaciones se hará constar en escritura pública, con intervención
del Representante de los Obligacionistas. En la escritura se expresa:
1. El nombre, el capital, el objeto, el domicilio y la duración de la sociedad
emisora.
2. Las condiciones de la emisión y de ser un programa de emisión, las de las
distintas series o etapas de colocación.
3. El valor nominal de las obligaciones, sus intereses, vencimientos, descuentos o
primas si las hubiere y el modo y lugar de pago.
4. El importe total de la emisión y, en su caso, el de cada una de sus series o
etapas.
5. Las garantías de la emisión, en su caso.
6. El régimen del sindicato de obligacionistas, así como las reglas fundamentales
sobre sus relaciones con la sociedad.
7. Cualquier otro pacto o convenio propio de la emisión.
La colocación de las obligaciones puede iniciarse a partir de la fecha de la
escritura pública de emisión. Si existen garantías inscribibles solo puede iniciarse
después de la inscripción de estas.

Artículo 309º - Régimen de prelación:


No existe prelación entre las distintas emisiones o series de obligaciones de una
misma sociedad en razón de su fecha de emisión o colocación, salvo que ella sea
expresamente pactada a favor de alguna emisión o serie en particular. Si se
conviene un orden más favorable para una emisión o serie de obligaciones, será
necesario que las asambleas de obligacionistas de las emisiones o series
precedentes presten su consentimiento.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no afecta el derecho preferente de que goza
cada emisión o cada serie con respecto a sus propias garantías.
Los derechos de los obligacionistas en relación con los demás acreedores sociales
se rigen por las normas que determinen su preferencia.

Artículo modificado por la Tercera Disposición Modificatoria de la Ley Nº 27287-


Ley de Títulos Valores, publicada el 19-0.- 2000, cuyo texto es el siguiente:
La fecha de cada emisión y series de obligaciones de un mismo emisor,
determinara la prelación entre ellas, salvo que ella sea expresamente pactada en
favor de alguna emisión o serie en particular, en cuyo caso será necesario que las
asambleas de obligacionistas de las emisiones o series precedentes presten su
consentimiento.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no afecta el derecho preferente de que goza
cada emisión o cada serie con relación a sus propias garantías especificas.
Los derechos de los obligacionistas en relación con los demás acreedores del
emisor, se rigen por las normas que determinen su preferencia."

Artículo 310º - Suscripción:


La suscripción de la obligación importa para el obligacionista su ratificación
plena al contrato de emisión y su incorporación al sindicato de obligacionistas.

Artículo 311º - Emisiones a ser colocadas en el extranjero:


En el caso de emisiones de obligaciones para ser colocadas integramente en el
extranjero, la junta de accionistas o de socios, según el caso, podrá acordar en la
escritura pública de emisión un régimen diferente al previsto en esta ley,
prescindiendo inclusive del Representante de los Obligacionistas, del sindicato de
obligacionistas y de cualquier otro requisito exigible para las emisiones a
colocarse en el país.

Artículo 312º.- Delegaciones al órgano administrador:


Tomado el acuerdo de emisión la junta de accionistas o de socios, según el caso,
puede delegar en forma expresa en el directorio y, cuando este no exista, en el
administrador de la sociedad, todas las demás decisiones así como la ejecución del
proceso de emisión.
Los aspectos susceptibles de delegación, pueden comprender todos aquellos
puntos el órgano supremo considere conveniente delegar; sin embargo, la junta
como mínimo deberá haber acordado el monto de la deuda.

Al colocar las obligaciones en el mercado pueden presentarse


los siguientes casos:
a) Cuando la tasa de intereses vigente en el mercado es mayor que la tasa
de interés especificada en las obligaciones emitidas (nominal), la
empresa emisora debe colocar las obligaciones con un descuento, con el
fin de que sean atractivas para el público inversionista.
b) Cuando la tasa de interés vigente en el mercado es menor que la tasa de
interés especificada en las obligaciones, la empresa emisora puede
venderlas con una prima para compensar la tasa de interés registrada
en las obligaciones con la tasa de interés que se detalla en el mercado.
c) Cuando la tasa de interés del mercado es igual a la que se especifica en
las obligaciones sin descuento y sin prima, ya que ninguna se
justificaría.

Además de los gastos por interés, toda emisión de obligaciones lleva


implícitos una serie de gastos, entre los cuales destacan los siguientes:

 Honorarios de un profesional independiente por la elaboración del estudio


económico-financiero que por ley requiere la Comisión Nacional de
Valores.
 Impresión del prospecto de la emisión.
 Honorarios del notario por la protocolización del acta de la emisión.
 Registro del acta en el registro público.
 Comisión del colocador primario.
 Inscripción en la bolsa de valores y en el registro de valores.
 Impresión de certificados provisionales en papel seguridad.
 Impresión de los títulos definitivos y sus cupones.
 Gastos de retiro de las obligaciones.
 Otros.

FONDOS DE REDENCIÓN DE OBLIGACIONES:


Las emisiones de obligaciones pueden estar garantizadas con bienes inmuebles o
bien puede ser que no tengan garantía específica, lo cual las convierte en
obligaciones llamada “quirografarias”.
No obstante las garantías que se ofrecen al que invierte, es común que en el acta
de la emisión se haga constatar que el deudor ofrece un importante adicional de
seguridad, mediante la creación de un fondo de amortización que tiene por objeto
destinar periódicamente cierta cantidad, para que al vencerse el plazo de la
emisión se pueda liquidar precisamente en la fecha de su vencimiento. En este
caso, el deudor deposita anualmente la misma cantidad por lo que respecta a los
capitales que, unidos a los intereses que produce, ya que éstos se van
capitalizando, al terminar el plazo de la emisión se logre reunir el monto de los
títulos emitidos.
Asimismo puede suceder que la empresa emisora de obligaciones se comprometa
a garantizar dicha emisión creando un fondo para la redención de obligaciones a
su vencimiento, por medio de separación de las utilidades que se obtengan en los
periodos contables. En este caso, si la sociedad emisora ofrece hacer una
separación de utilidades para pagar la deuda contraída, necesita autorización de
la asamblea general de accionistas.

NORMAS DE VALUACIÓN:
La NIF c-9 establece claramente, con respecto a las obligaciones, las siguientes
reglas de valuación, las cuales ya se han comentado anteriormente:
El pasivo por emisión de obligaciones deberá representar el importe a pagar por
las obligaciones emitidas, de acuerdo con el valor nominal de los títulos. Los
intereses se registrarán como pasivo conforme se vayan devengando. El importe
de los gastos de emisión, como son honorarios legales, costos de impresión, gastos
de colocación, etc., así como el descuento, si lo hubiere, concedido en la colocación
de los títulos, deben registrarse como otros activos y amortizarse durante el
periodo en que las obligaciones se hubiesen colocado con prima, ésta deberá
registrarse en los pasivos a largo plazo y amortizarse también en proporción al
vencimiento de las obligaciones.
En el caso de redención de las obligaciones antes de su vencimiento, será
necesario ajustar la amortización de los gastos de emisión y del descuento o de la
prima, con objeto de llevar a los resultados la parte proporcional que corresponde
a las obligaciones redimidas anticipadamente. La excepción a esta regla se da en
el caso de que la redención anticipada se efectúe como consecuencia de una nueva
emisión de obligaciones a tasas de interés más bajas. En tal caso será admisible
que los gastos y el descuento o la prima de la emisión original se sigan
amortizando durante el remanente de la vigencia de dicha emisión.
Asimismo, cuando se redimen obligaciones anticipadamente por decisión de la
empresa emisora, generalmente es necesario pagar un premio a los tenedores de
las obligaciones. El importe del premio debe registrase como gasto del ejercicio en
que se redimen las obligaciones.
CONCLUSIÓN

En conclusión la emisión de Obligaciones es un método que utilizan las


sociedades anónimas como fuente de financiamiento siempre y cuando está
cumpla con los requisitos y aspectos legales ya mencionados
anteriormente, posteriormente éstas son colocadas en la bolsa de valores
ofreciéndolas a diferentes clientes, de esta manera la sociedad emisora
contrae una deuda colectiva puesto que pueden ser varios los clientes que
adquirirán las obligaciones y dependiendo del prestigio y de las tasas en el
mercado será como se emitan las obligaciones ya sea por debajo de su valor
nominal (con Descuento) y esto ocurre cuando la sociedad necesita dinero a
la brevedad y las tasas del mercado son bajas, por lo contrario si las tasas
están elevadas la empresa puede emitir por arriba de su valor nominal
(con prima), generando así una utilidad que servirá para disminuir los
gastos por intereses en obligaciones. Pueden estar garantizadas con bienes
inmuebles o bien con sólo una firma, está última es llamada quirografaria.
Existen tres formas de redimir un conjunto de obligaciones que son: en un
solo pago, en montos iguales durante el periodo y en partes iguales después
de un periodo de gracia.

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