MICOLOGÍA: Ciencia que trata de los hongos.

Queridos amigos, estamos en Otoño, tiempo de setas, ¡pero cuidado!, hay algunas que
tienen cierto peligro. Os he preparado un estudio detallado para evitar problemas.

En primer lugar, tenemos que diferenciar entre las comestibles, las venenosas y las
“venosas comestibles”.

Vamos a conocerlas mejor, para lo cual os pondré algunos ejemplos e imágenes.

A) Comestibles:
“Lactarius deliciosus “(popularmente conocido como: níscalo, “guiscano” en
Albacete)

B) Venenosas
“amanita muscaria”
C) “Venosas comestibles” ( las que verdaderamente más nos interesa conocer)

 Para ellas … y algún que otro “lepidoptero”:

Hongo faloide Falo “hongoide”

 Para ellos… y alguna que otra aficionada a la poesía de Safo de Lesbos.

Seta de la ostra (Pleurotus ostreatus) ¡Ostras que seta! (“Vulva común”)

Los bosques de nuestra geografía albergan más de un millar de especies de hongos

o setas que constituyen un recurso alimentario singular que fructifica según la
climatología durante el otoño, aunque también hay setas durante todo el año.
Los hongos realizan una importante función ecológica ayudando a la
descomposición de la materia vegetal. Las setas son un regalo de formas y colores,
de sabores y olores, pero también de sustancias tóxicas que pueden ser letales. Por
eso debemos conocer bien las setas que vamos a comernos o de otra forma
podemos intoxicarnos.

El hongo: una de las formas de vida más insólitas.

No se le considera ni una planta ni un animal. Aparenta surgir de la nada y lo hace

de los suelos (desde “abajo”) y de otros materiales que van a descomponerse. Se
les encuentra en una gran diversidad de hábitats del planeta, desde los desiertos
hasta casi los hielos polares.
El “hongo” puede alimentar, puede curar, puede matar definitivamente o sólo por un
momento, para luego mostrarnos la vida otra vez. Pero es a través de estas
caprichosas formas que adoptan las setas, por las que podemos reconocer a los
hongos.

Aunque las setas son un producto tradicional del otoño en nuestro país, las hay
también de primavera y de verano.

(Nótese como en esta época todavía están bien cerraditos; será función del buen
micólogo, descubrirlos y abrirlos correctamente).
¿Qué necesitan para crecer adecuadamente?

Requieren de ambientes húmedos o de las vivificantes lluvias preotoñales que

caracteriza nuestra climatología.

¿Dónde podemos encontrarlas con mayor facilidad?

En España crecen por toda la geografía, sin embargo, es en la zonas boscosas

donde las podemos encontrar con mayor facilidad.
¿Cómo podemos consumirlas?

La mayoría de las setas pueden consumirse frescas, aunque otras es recomendable

secarlas y después utilizarlas como saborizantes (éstas últimas tienen un sabor
parecido al del bacalao, con lo que dan muy buen sabor a los caldos).

¿Cómo conservarlas?

Algunas setas pueden prepararse en conserva con agua y sal y así aprovechar este
recurso estacional para poderlas consumir el resto del año. Pero lo ideal es ir
comiéndonos las que vayamos encontrando, aunque lo más corriente es que consumas la
que tienes en casa (quien la tenga) lo mejor conservada posible.
¿Son caras?

Algunas son muy caras ( “setas de lujo” y lujuria). Hay setas que alcanzan precios
elevados como las preciadas trufas que viven enterradas en el suelo y cuyo aroma hace
la delicia del arte culinario (palabra compuesta de “culo y urinario”)…

¿Cómo recogerlas?
La recolección de las setas requiere de un especial cuidado para no dañar el bosque y
antes de utilizarlas en la cocina hay que lavarlas meticulosamente.
¿Cómo cocinarlas?

Hay setas de carne dura que pueden cocinarse a la brasa y otras que es mejor que se
cuezan lentamente en un guisado.

¿Cómo distinguir las comestibles de las tóxicas?

El mundo de la gastronomía relacionada con la seta ofrece múltiples posibilidades. En

cualquier caso, hay que conocer las setas si no queremos tener un disgusto. Aunque
sólo unas pocas especies son mortales al ingerirlas, muchas son tóxicas y producen
trastornos variados.

Comestibles: Tienen un olor agradable y colores rosados que incitan a comértelas.

Tóxicas: Emiten olores desagradables y poseen colores raros y llamativos. No tocar.

¿Cuándo cogerlas?
Siempre que se pueda, pero debemos tener en cuenta que un otoño lluvioso favorece la
aparición de setas, mientras que uno seco apenas nos permitirá gozar de vivir la
naturaleza buscando estos singulares seres a medio camino entre los animales y las
plantas.
En resumen, todo lo que debes saber para convertirte en un experto
micólogo o “setólogo”:

.-Recoger setas es una actividad que requiere de un especial cuidado para no dañar
el “monte” (¿de Venus?).

• Es imprescindible no arañar la tierra con herramientas tales como rastrillos, pues

al levantar la hojarasca y el musgo, destruimos el “micelio” o parte invisible y vital
de un hongo. La destrucción del micelio impide la aparición de otras setas en el
lugar.
• No recoger las especies que no nos sean conocidas. En primer lugar porqué nos
arriesgamos a intoxicarnos y también para no interrumpir la inestimable labor
descomponedora que realizan los hongos forestales.

• Cortar las setas con un cuchillo en lugar de arrancarlas. De esta manera no

dañamos al micelio y así se evitamos llevarnos suelo forestal y nutrientes del
bosque.
• No recoger ni las setas viejas ni las pequeñas. Las setas viejas no son tan
sabrosas. Cuando cortamos una seta joven y de pequeño tamaño estamos impidiendo
que éstas generen las esporas que permiten la reproducción de los hongos.

• Llevar una cesta de mimbre es la mejor manera para la conservación de las setas
antes que lleguen al domicilio. La cesta de mimbre permite que a través de sus
rejillas, las esporas de las setas puedan volver al suelo mientras hacemos el camino
de vuelta.
• No dejar desperdicios en el bosque; dedicarnos a recoger las setas y evitar dejar
basura tirada, cuando hayamos terminado de “cogerlas” ( qué diría un argentino).

Espero que este estudio os permita convertiros en

verdaderos expertos sobre setas. De nos ser así, me
conformo con que os haya gustado.
Un beso. Pedro Ti.