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Meditación Guiada (15 min.

)
Técnica de atención selectiva

Te pediré que lentamente puedas cerrar los ojos. Y hagas un pequeño recordatorio a ti mismo
de dónde estas, qué día de la semana es.
Ponte cómodo, deja a tu cuerpo encontrar la postura que más te acomode, e intenta
mantenerla, como si fuera una estatua, te pediré que no te muevas, ni a la más mínima
incomodidad. Es posible que te quieras rascar, mover o acomodar, y que estas sensaciones o
pensamientos quieran tener el protagonismo de tu atención. Solo observa que pasa con tu
cuerpo. Estar incómodo y aprender a estarlo es un pilar importante al momento de solucionar
algún problema.
Comencemos concentrando nuestra completa atención a la respiración. Respira normal, no
fuerces nada. Date un minuto para concentrarte en tu respiración. Puede ser en cómo se infla tu
pecho, cómo se mueve tu estómago, la sensación del aire al pasar por detrás de tu boca o
incluso estar atento a cómo pasa el aire por tus fosas nasales. Elige el lugar de tu cuerpo en el
que te sientas más cómodo.
….
Ahora te pediré que trates de poner tu atención a los sonidos que hay en esta sala solamente.
Logras escuchar algo? Lo que ocurra afuera en el pasillo, no existe por el momento, pon tu
atención en el ahora y en esta sala.

…. Si tuvieras un pensamiento que interrumpe tu atención, o si es una sensación de tu cuerpo,


no lo niegues, dale brevemente tu atención, localízalo, nombra lo que sientes y vuelve tu
atención a la sala….

Ahora te pediré que gentilmente, coloques tu atención a lo que existe fuera de esta sala… No
muy lejos. Qué sonidos puedes distinguir? Trata de tomar cada detalle de lo que escuchas.
Habrá algún pájaro?, una voz, un ruido que toma tu atención?
Date tiempo para que libremente puedas explorar lo que te rodea.

Ahora te pediré que trates de poner tu atención a lo más lejos que puedas. Intenta escuchar si
hay algo más detrás de todo lo que has escuchado hasta ahora. ¿cuál es el sonido más lejano
que logras escuchar?

Vuelve ahora a esta sala, específicamente a tu respiración. Y con ello… tu cuerpo. Porque todo
está conectado.
El mundo está lleno de estímulos que demandan nuestra atención. Unos son importantes para
nosotros, mientras que otros no. Estos últimos los terminamos dejando de lado. El problema
ocurre solo cuando dejamos de lado estímulos que deberían ser importantes para nosotros,
como las señales que te manda tu cuerpo. Permíteles dales un espacio en tu día, porque es de
esta forma, en la que lograrás reconocer mejor el bienestar y el dolor que ocurre dentro tuyo,
sin olvidar que son parte de una misma persona. Tu.
Regálate un tiempo para observarte, y agradecerte por apartar un tiempo para ti y tu cuerpo.
Lentamente, a la cuenta de 3 te pediré que abras los ojos gentilmente.

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