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Tipos de Propiedades Físicas y Químicas y Diferencias.

Las propiedades físicas de la materia son observadas o medidas, sin requerir ningún conocimiento de la reactividad o del
comportamiento químico de la sustancia, sin la alteración de su composición o de su naturaleza química.
A estas propiedades basadas en hechos físicos reales pero sujetos a aspectos secundarios se las llama supervenientes. Excluyéndolas,
la siguiente lista expone algunos ejemplos de propiedades físicas de la materia.
Textura: Capacidad determinada por medio del tacto, que expresa la disposición en el espacio de las partículas del cuerpo.
Elasticidad: Capacidad de los cuerpos para deformarse al aplicarse una fuerza, y luego recuperar su forma original.
Punto de fusión: Punto de temperatura al que, luego de descender de él, el cuerpo pasa del estado líquido al sólido.
Punto de ebullición: Punto de temperatura al que, una vez superado, el cuerpo pasa del estado líquido al gaseoso.
Fragilidad: Propiedad de ciertos cuerpos de romperse sin que se deforme previamente.
Dureza: Resistencia que opone un material al ser rayado.
Conductibilidad: Propiedad de algunas sustancias para conducir electricidad y calor.
Ductilidad: Propiedad de los materiales que se pueden hacer hilos y alambres.
Temperatura: Medida de grado de agitación térmica de las partículas del cuerpo.
Solubilidad: Capacidad que tienen las sustancias de disolverse.

Propiedades químicas
Las propiedades químicas de la materia son las que hacen al cambio de composición de la materia. La exposición de cualquier materia
a una serie de reactivos o de condiciones particulares puede reaccionar y cambiar su estructura. Estos cambios podrán ser de mayor o
menor peligro, y una gran cantidad de ensayos de laboratorio se hacen para prevenir eventuales transformaciones ligadas a esto.
A continuación se ejemplifican y explican algunos ejemplos de propiedades químicas de la materia:
pH: Propiedad química que sirve para medir la acidez de una sustancia o disolución.
Estado de oxidación: Grado por el que un átomo se oxida.
Poder calorífico: Cantidad de energía que se desprende al producirse una reacción química.
Estabilidad química: Capacidad de una sustancia de evitar reaccionar con otras.
Alcalinidad: Capacidad de una sustancia para neutralizar ácidos.
Corrosividad: Grado de corrosión que puede ocasionar una sustancia.
Inflamabilidad: Capacidad de una sustancia de iniciar una combustión al aplicársele calor a suficiente temperatura.
Reactividad: Capacidad de una sustancia para reaccionar en presencia de otras.
Combustión: La oxidación rápida, que se produce con desprendimiento de calor y de luz.
Potencial de ionización: Energía necesaria para separar a un electrón de un átomo.

Reseña Histórica.
La búsqueda del conocimiento de la naturaleza de la materia, en definitiva, de la pasta (o como dirían los americanos, stuff) de que
están hechas las distintas cosas que nos rodean, ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Filósofos y científicos,
a lo largo de la historia, han planteado hipótesis y propuesto distintas teorías para explicar la naturaleza de la materia. En este post
vamos a dar un repaso muy somero a las distintas teorías propuestas para explicar la naturaleza de la materia, desde la Grecia clásica
hasta finales del siglo XIX.
Remontándonos a la Grecia clásica, Leucipo de Mileto y, fundamentalmente su discípulo, Demócrito de Abdera, que vivieron a
caballo entre los siglos V y IV antes de nuestra era, son considerados los fundadores del Atomismo, corriente filosófica que considera
que todo lo que existe está formado por combinaciones de pequeñas partículas indivisibles denominadas átomos. Por otra parte,
Empédocles, también en el siglo V a.d.C., elabora la teoría de las cuatro raices que establece que culquier substancia está compuesta
por una mezcla de agua, aire, tierra y fuego. El gran filósofo griego, Aristóteles, rechazaba el atomismo porque consideraba que el
vacío no existe y que, por lo tanto, la materia debe ser continua y llamó elementos a las cuatro raices de Empédocles.
Nada más comenzar el siglo XIX, un naturalista británico, John Dalton, a partir de sus estudios sobre el comportamiento de los gases
elabora, en 1803, su teoría atómica de la materia que se basa en cinco principios:
Los elementos están formados por partículas extremadamente pequeñas denominadas átomos.
Los átomos de un determinado elemento son idénticos en tamaño, masa y otras propiedades. Los átomos de distintos elementos
difieren en tamaño, masa y otras propiedades. Los átomos no pueden subdividirse, crearse o destruirse. Los átomos de distintos
elementos se combinan en relaciones simples para formar compuestos químicos. En las reacciones químicas, los átomos se combinan,
separan o reordenan.

Propiedades de las aguas Termales.


Existen dos tipos de aguas termales de acuerdo a su origen geológico, las magmáticas y las telúricas.
El tipo de terreno del que aparecen es una de las principales diferencias entre ambas las aguas magmáticas nacen de filones metálicos
o eruptivos, mientras que las telúricas pueden aparecer en cualquier lugar.
La temperatura de las aguas magmáticas es más elevada que la de la telúrica.
La primera tiene por lo general temperaturas mayores a los 50º C, mientras que las de origen telúrico pocas veces lo hacen.
Por otro lado, gracias a que las aguas telúricas son filtradas, estas poseen menor cantidad de mineralización que las magmáticas.
Los elementos más comúnmente encontrados en las aguas magmáticas son arsénico, boro, bromo, cobre, fósforo y nitrógeno.
Las aguas telúricas tienen por lo general bicarbonatos, cloruros, sales de cal y otros.
Una característica importante de las aguas termales es que se encuentran ionizadas.
Existen dos tipos de iones, los positivos y los negativos.
Contrario a su nombre, los positivos no le traen beneficios al cuerpo humano, y por el contrario, son irritantes.
En cambio, los iones negativos tienen la capacidad de relajar el cuerpo.
Las aguas termales se encuentran cargadas con iones negativos.

Propiedades del Agua Salina.


LAS principales propiedades químicas del agua de mar son la salinidad, la clorinidad y el pH.
La salinidad es una de las características que más interesa estudiar al oceanógrafo, sea químico, físico o biólogo. Esta propiedad
resulta de la combinación de las diferentes sales que se encuentran disueltas en el agua oceánica, siendo las principales los cloruros,
carbonatos y sulfatos. Se puede decir que básicamente el mar es una solución acuosa de sales, característica que le confiere su sabor.
De estas sales, el cloruro de sodio, conocido como sal común, destaca por su cantidad, ya que constituye por sí sola el 80 por ciento de
las sales. El restante 20 por ciento corresponde a los otros componentes.
Conforme los primeros investigadores se dieron cuenta de que las proporciones de algunas de estas sales se mantenían aparentemente
constantes en las muestras de agua marina, surgió la necesidad de hacer uniformes y comparables entre sí las distintas medidas de
salinidad de los diferentes mares y ello obligó a los oceanógrafos químicos a proponer una definición de la misma: "Salinidad es la
cantidad total en gramos de las sustancias sólidas contenidas en un kilogramo de agua del mar." Se representa en partes por mil, y se
encuentra en los océanos como salinidad media la de 35 partes por mil, o sea que un kilogramo de agua de mar contiene 35 gramos de
sales disueltas.
Los primeros científicos que aportaron datos confiables sobre la salinidad del agua fueron Forchhammer, Natterer y Dittmar en la
segunda mitad del siglo pasado. Ellos demostraron que los componentes disueltos en el agua del mar permanecen más o menos
constantes, encontrándose también que los cloruros representan aproximadamente el 56 por ciento y el magnesio el 4 por ciento.

Procesamiento del Agua mineral.


Comencemos explicando el proceso natural, mediante el que se “fabrica” el agua mineral natural. La fábrica de agua mineral no es
otra que la propia naturaleza. El agua de la lluvia, o de la nieve cuando deshiela, se va filtrando poco a poco, entre las rocas de las
montañas, para realizar un largo y lento viaje por las entrañas de la tierra, a través del cual el agua va adquiriendo los minerales que
finalmente le darán su valor único y su singularidad.
Esa agua termina su periplo natural cuando llega hasta un acuífero subterráneo, donde se deposita y se almacena, en un entorno
totalmente protegido de cualquier tipo de contaminación. El tiempo de permanencia, la profundidad del acuífero y la temperatura
serán los encargados de completar la elaboración del agua mineral natural y de dotarla de su personalidad inimitable, que la convierte
en una bebida única y saludable.
Tras el mecanismo natural de creación del agua mineral, mediante el cual, la naturaleza pone a nuestra disposición un agua tan pura,
tan sana y con propiedades beneficiosas para la salud, las empresas del sector español de aguas envasadas se encargan de hacer
perdurar sus características y se comprometen a mantenerla intacta para que llegue hasta nosotros, en las mismas condiciones que se
halla en el acuífero.

Proceso de Purificación del Agua.


Existen distintos métodos que se emplean habitualmente en la purificación de agua. Su efectividad depende del tipo de contaminante
tratado y del tipo de aplicación en la que se va a utilizar el agua:

Filtrado: este proceso puede consitir en cualquiera de los siguientes:


Filtrado grueso: también llamado filtrado de partículas, puede utilizar desde un filtro de arena de 1 mm hasta un filtro de cartucho de
1 micra.
Microfiltrado: utiliza dispositivos de 1 a 0,1 micras para filtrar las bacterias. Una implementación habitual de esta técnica se
encuentra en el proceso de elaboración de cerveza.
Ultrafiltrado: elimina pirógenos, endotoxinas y fragmentos de ADN y ADR.
Ósmosis inversa (OI): la ósmosis inversa es el grado más refinado de filtrado de líquidos. En lugar de un filtro, se utiliza un material
poroso que actúa como tamiz unidireccional para separar partículas de tamaño molecular.
Destilación: el método de purificación más antiguo. Es un método asequible, pero no puede utilizarse para un proceso bajo demanda.
El agua debe destilarse y, a continuación, almacenarse para usarse después, con lo que puede volver a contaminarse si no se almacena
correctamente.
Adsorción de carbono activado: funciona como un imán para el cloro y los compuestos orgánicos.
Radiación ultravioleta: con una longitud de onda determinada, permite esterilizar las bacterias y descomponer otros
microorganismos.
Desionización: también llamada intercambio de iones, se utiliza para producir agua purificada bajo demanda haciéndola pasar a través
de capas de resina. La resina con carga negativa (catiónica) elimina los iones positivos, mientras que la resina con carga positiva
(aniónica) elimina los iones negativos. La supervisión y el mantenimiento continuo de los cartuchos produce el agua más pura.

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