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"Fantasma (ii)"

(*) Fantasma: El Fantasma: ClÍnica Y LÓgica. Clase Nro 5 (18-8-2001). Seminario Dictado En La Efba Junto A Silvia Bolster Y
José Zuberman

Ana Casalla

Retomo la clase anterior en aquello que nos interesa en este momento. Esto es en el texto
"Pegan a un niño". Es el punto que trata el tema del fantasma como frase y particularmente el
enlace de una frase a otra frase. También el enlace dentro de las distintas partes de una frase,
o sea, gramaticalmente, sintácticamente, etc. Estamos interesados en ese enlace como
enlace lógico, que es por donde quiero retomar: la sintaxis del fantasma.

Recuerdan que para comenzar a transmitir el tema había recortado de "La interpretación de
los sueños", un fragmento que nos ayudaba a puntuar el tema. Allí podemos encontrar lo que
Freud dice sobre el sueño, que por sí mismo no transmite sus enlaces lógicos. Efectivamente,
habría un "fuera del sueño" donde se transmiten esos enlaces. Y él va a decir que esto está
dado por la forma misma del sueño.

Habíamos tomado uno, de entre un montón de los ejemplos de Freud, porque era uno de los
que más se acercaba a este tema. Aquél donde el paciente dice al llegar a un punto del relato
del sueño " aquí se me limpia el sueño". Supongamos que habiendo dicho esto el paciente,
nosotros no podemos decir nada. Sin embargo y para avanzar, si realizamos un análisis
sintáctico, vemos que el sujeto de la frase es el sueño.

Entonces, al que le pasa ésto es al sueño, ese es el sujeto. Mientras que el que está hablando
es quien está padeciendo eso, a él le está pasando esto. Padece la represión, sufre la
represión. Por lo mismo, al ir enlazando sus palabras, el sujeto va hablando y padece la
represión y esto es esencial para ubicar la posición que tiene el sujeto en el fantasma. Y
podemos decir que si está padeciendo la represión, él como sujeto está en el lugar de objeto.

Vuelvo al sueño en el que estábamos. Luego el análisis descubre una reminiscencia infantil de
haber espiado a una persona que se limpiaba después de defecar. No olvidemos el sujeto
gramatical que es muy importante para la ubicación del fantasma, para armar la lógica del

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fantasma. El sujeto que ha cambiado de lugar y que ahora lo tenemos acá: mirando al que se
limpia , mientras que al relatar el sueño, está ahí donde se le limia a él. Entonces saltando de
nivel digo, nada articula al sujeto con el limpiar y el defecar en la frase que corresponde al
recuerdo infantil, porque él está representado en el espectador y esto es algo que está
mostrado en la escena del fantasma.

Destaquemos ese nivel, del que hablábamos recién, donde algo se muestra, no es tanto lo
que se dice sino lo que se muestra. Y si tomo esto como escena puedo decir: yo no soy el que
se limpia o el limpiado. ¿Y que tengo entonces acá?: tengo que estoy interpretando la escena
y al hacerlo reconozco la negación. Justamente, sabemos con Freud y luego con Lacan, que
la negación conecta con la enunciación.

Puedo decir mediante estas transformaciones de las frases que hay un enlace tal que me
permite deducir –vía la enunciación- que el sujeto está como objeto sufriendo eso, que se le
limpia, pero ya después de la enunciación podemos decir que el sujeto está en el lugar mismo
de la mierda, él es limpiado. Puedo deducir el "Yo soy limpiado", "yo soy limpiado como
mierda". Y lo que nos interesa de esto es el enlace que hay con un objeto, uno de los objetos
parciales.

Para poder enlazar esta posición, que es una posición del sujeto como objeto, lo tengo que
encontrar allí en la frase, allí donde no hay nadie que diga "yo soy la mierda" tengo que ir
construyendo esto e ir deduciéndolo hasta llegar a esto.

X: ¿Desde la negación cómo llegás a la otra frase "yo soy..."?

AC: La negación es siempre un indicador en donde hay en juego algo del ser. Un ser del cual
el sujeto no sabe, que no es un ser de sustancia. Así cada vez que decimos "yo no soy"
podemos traducir eso como un "yo soy". Es una marca en el orillo, como Freud lo dice en el
artículo sobre la negación: un signo distintivo de la represión. Modo como entra en lo
simbólico esta relación, fantasmática, donde el ser del sujeto está en el lugar de objeto. Sin
embargo, no puede haber ningún yo que lo enuncie. Por ello, está enunciado bajo la forma de
la negación: yo no soy. No hay ningún yo que lo pueda enunciar, sino bajo ese modo, ahí sí
podemos encontrar un lugar de sujeto, bajo ese modo, en la escena, con la negación.

X: ¿Sólo lo puede enunciar a través de la negación?

AC: Sólo lo puede enunciar a través de la negación, y es a través de la negación donde se


produce un cierto vacío a llenar con esa posición de objeto. Como algo doble. Siempre nos
interesa en la clínica esta doble cuestión, donde por un lado tenemos este lugar vacío que
produce la negación: "Yo no" y por otro lado tenemos que a ese lugar van cuestiones que

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tienen que ver con el retorno de lo reprimido. Entonces por eso el sujeto es un lugar vacío, es
un lugar al que se vuelve, es un lugar al que vuelve aquello que tiene que ver con el retorno
de lo reprimido.

El sujeto se constituye a través del retorno de lo reprimido. En sí está como vacío ese lugar
del sujeto. Siempre está reservado el lugar del vacío discursivo para el sujeto, pero cuando
hablamos a nivel del fantasma el sujeto está llenado por el objeto, pero el sujeto mismo nada
sabe, de "ello".

Entonces, el sujeto "sufriendo" la represión, lo encontramos en el discurso, cuando


escuchamos, como veíamos en el ejemplo del sueño. Se va a ligar el sujeto con el objeto a
través del retorno de lo reprimido, en repetición. Se va produciendo la relación entre el sujeto
con el objeto donde siempre va quedando un lugar vacío para el sujeto y esto es lo que
preserva al sujeto de no quedar siempre sumido bajo el lugar del objeto. Es por esto que hay
un encuentro permanente de estos dos modos bajo la forma de los enlaces entre las frases.
Frases que se van diciendo, mediante el encuentro-desencuentro y que significamos bajo la
forma del losange (<>). Nunca hay coincidencia entre el sujeto y el objeto y eso se produce en
el hablar, no es una cosa que está sino que se produce hablando.

Todo esto es así por la represión originaria que hace que todos nosotros estemos inmersos en
un mundo de lenguaje. Lo cual lleva a que en el orígen haya pérdida. Una pérdida original de
ese ser natural, hipotético, mítico que seríamos si estuviéramos en un mundo donde no
existiera el lenguaje. Es porque hay lenguaje que hay represión. Lo estoy poniendo totalmente
en relación a la neurosis, porque podría no haber represión pero estamos hablando de la
neurosis, por eso el fantasma tiene que ver con la neurosis, para hablar de fantasma en la
psicosis tenemos que abrir otro capítulo.

Un efecto de la represión es la exclusión del ser como natural y Lacan lo ve desde este punto
de vista, pero no me hace falta entrar en la lógica para que ustedes entiendan que hay una
razón que cae por propio peso y que es con el lenguaje que tiene que arreglarse el ser vivo
cuando el ser natural cae y se pierde. Lacan dice que está excluido y Freud dice que es por la
represión que no hay representante de la pulsión y que nos ligamos, nos relacionamos con el
objeto por vía de lo secundario, por lo que sería la represión secundaria, por vía del retorno.

Es por vía del retorno o de la represión secundaria que nos encontramos con el objeto. No
tengo un objeto directo, sino que es un objeto -en principio- que está perdido originariamente y
ese objeto perdido originariamente se llama para Lacan objeto "a". Podemos decir también
que es la pérdida del ser natural. Hay represión y hay pérdida y a eso lo llamamos "a". Este
"a" es el antecedente del sujeto, tal es así que Lacan dice que es la primera inscripción del
sujeto como lugar vacío, es el primer núcleo del sujeto, es lo que garantiza que haya ese

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vacío del que hablamos antes, es lo que garantiza que podamos analizar y encontrar en el
análisis, ese nivel donde en la escena se muestra: " yo no soy mierda". Como en el ejemplo,
que hace que el sujeto no sea la mierda pero que esté puesto en ese lugar para recibir una
satisfacción libidinal sin saberlo. El sujeto está en ese caso, sufriendo la represión,
padeciéndola y gozando al mismo tiempo: "ser eso". Puesto en ese lugar por la represión.

Si hay una pérdida en el origen, nada puede ser la sustancia que se identifica totalmente a ser
este objeto. Efectivamente, se es ese objeto fantasmáticamente. Lo cual es una garantía de
que haya sujeto, puesto que cada vez que vuelvo al origen para buscar al objeto perdido, cada
vez que vuelvo al origen para saber quién soy, me encuentro con ese núcleo de sinsentido o
con alguna marca de un en menos, en alguna significación, según cómo se la aborde.

X: ¿Para qué necesitás ahí buscar el objeto perdido?

AC: Porque ... el objeto perdido tiene que ver con el propio ser que ya no es más un ser
natural, y que parece ser el que podría darme todas las respuestas, sobre mí y sobre el Otro.
Entonces ese objeto, del cual puedo tener idea, a nivel de la construcción del fantasma. Voy a
ir en un análisis, cada vez, llegando a que en algún momento de la construcción tenga que
enunciarse por ejemplo: yo soy pegado, o sea donde ya no es la mostración en la escena. Lo
difícil de eso es que ese objeto no lo puedo encontrar si no es bajo la forma del goce, que es
en definitiva con la respuesta que me voy a encontrar, cómo me gozan...cómo gozo.

X: No sería una contradicción que vos digas que en el origen hay un menos, cuando hay la
posibilidad de un goce?

AC: No, en el origen no está un menos, en el origen está una pérdida. Ahora como yo soy un
ser del lenguaje, estoy en el lenguaje, el lenguaje vuelve al origen. Quiero saber quién soy,
quiero hablar. Entonces me voy articulando a lo primero, a lo que se ha dicho de mi, y eso me
va haciendo ser, de una forma determinada para el Otro, para el deseo del Otro. Pero qué
pasa, y acá va el punto, cada vez que me hago ser, goce, pero ¿cómo garantizo que también
halla deseo? Es que hay un núcleo de sinsentido, es que la lógica de las palabras está
organizada bajo la forma de significante. Y el significante tiene una lógica que es totalmente
acorde con esta teoría de Lacan. Es decir, que nunca vamos a tener un sólo significante que
se signifique a sí mismo, lo cual me daría una identidad total con el objeto, sino que siempre
voy a tener un significante para otro significante. Donde hay siempre un en menos que se
trasmite por la incompletud misma de las palabras, por la misma organización del significante.
Por un lado puedo llegar en cierta situación, en relación al síntoma, a sentir que cada vez
vuelve y vuelve siempre ese modo mío de responder, entonces sentirme que soy eso. Es en
los momentos en que la angustia viene y bueno, se puede ahí hacer otro síntoma o consultar
por ejemplo. Si uno consulta podría entonces ser escuchado que en verdad soy eso por tal

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cosa, donde ya hay un en menos que permite que yo me desembarace y se me aliviane ese
goce que se presentaba como absoluto. Entonces, hay una articulación constante que hay
que tener en cuanta de lo que sería esa aparente absolutización del goce, porque las palabras
nos llevan a identificarnos a lugares más absolutos, a goces más absolutos, a sentirnos que
estamos bajo la pata del Otro, como dice Lacan. Quién no siente en este momento con toda la
situación tan jodida en que vivimos que estamos bajo la pata de un elefante y que es
imposible tener el mínimo movimiento. Hay situaciones que nos llevan a sentir eso. Y cada
uno lo va a interpretar a su manera, con su propia fantasmática, ese soy. Pero bueno, en ese
cada vez, ese soy, es posible escuchando, encontrar entonces por qué ese significante está
en ese lugar y en qué ese significante también es para otro. Y ahí vuelve a circular el lugar del
sujeto como lugar vacío.

X: Perdón podrías volver a repetir eso, la última parte. Si no es mucho pedir.

AC: Hay cosas tan interesantes para ver, lástima que hay poco tiempo. Porque hay toda una
cuestión muy interesante para pensar como va organizando Lacan los bichos, el bicherío le
dice, los bichos fantasmáticos, que se van organizando en frases donde lo sintomático, o sea
el retorno, va haciendo que uno se encuentre de pronto con un significante en relación a un
otro. Porque siempre está ese ser aparentemente que soy de goce ahí, gozando y luego
puede estallar esa significación y ponerse en relación a otro significante.

El fantasma hace la inversa de eso que es estallar significaciones, ubicar de otro modo las
consistencias. Porque el fantasma posibilita que un sujeto se relacione con un Otro a través
de un objeto. Entonces le da consistencia de objeto al sujeto que está ubicado en ese lugar y
le da consistencia al Otro, como quien lo goza. Ahí tenemos goce. Ahí apareció un significante
que nos está representando que parece significarse a si mismo. En ese sistema lógico que se
armó en relación a ese Otro, ese significante parece representarnos a nosotros totalmente. Es
la intervención en el análisis, o porque uno hizo un lapsus o porque uno se escuchó, un
amigo... no quiero absolutizar tanto al cuestión del análisis, pero si es verdad que para llegar
al fondo de la cuestión hace falta un análisis que permite que ese significante que estaba allí
se destrabe y se ponga en relación a otro cualquiera que será abierto en la transferencia, en
un análisis. Cuando ya se pone en relación a otro y podemos ir encontrando, entonces la
razón, por ejemplo de por qué me someto siempre a los caprichos de fulano. Resulta que
encuentro en un determinado momento que no es que yo soy sometida. Por ejemplo, se
escucha en la clínica y en ciertos análisis, psicoterapias mejor decir, donde se caracteriza
mucho la cuestión de cómo me relaciono con el objeto. Consultas donde surge como clishés
del estilo: "siempre me busco hombres así que me sometan, y entonces yo quiere decir que
soy una sometida", se escucha mucho esto, que vienen muchos analizantes, mientras la
cuestión resultó luego que era para retenerlo. Resultó en ese caso: " yo no tengo límites para
poder tener a todos al lado mío, soy sometida", se abre con el deseo sostenido en ese

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fantasma, "es para retenerlos", entonces se abrió ya. Es a través del trabajo analítico
sostenido en: un significante representa a un sujeto para otro significante, donde en el "entre
significantes", cernimos el sujeto. Donde por el efecto de verdad del juego entre significantes,
puede estallar ese sistema lógico, custodiado por el goce. Abrir ese sistema cerrado donde yo
me hago ser ese objeto de sometimiento y ahí entra el menos. Al volver a inscribir, a tener que
volver a la pregunta por qué soy, por qué me hago esto, vuelvo a la marca, vuelve a marcarse
el núcleo de sinsentido bajo la forma de un menos, no es que eso vaya a tener una luz
fosforescente, lo único que tengo es que faltan significantes. En ese faltar es donde nosotros
podemos ir encontrando ese lugar del sujeto que se puede liberar de ese significante que
estaba absolutizando un modo de goce, un Otro.

Es como consecuencia de que el sujeto y el objeto y también la relación del sujeto con el
objeto se constituyen en repetición, que tenemos ese estatuto lógico del significante, del
sujeto y del objeto. Esto es muy importante, porque quiere decir que no es que yo soy así y
entonces no hay nada que hacer y hay un destino inamovible sino que en cada vuelta de la
repetición puedo ir encontrando cada vez en el análisis, si en transferencia se vuelve a poner
en juego: un significante para otro significante, a través del juego del equívoco, como uno de
las formas, vuelve a ponerse en juego ese menos, pero sobre el Otro y sobre el sujeto.
Retomo: tengo la represión primordial, ausencia en el origen, pérdida en el origen, tiene que
producirse en repetición, tengo que repetir. Tiene que venir otro significante a decir, para que
se vaya constituyendo ese menos que enmarca esa relación entre el objeto y el sujeto,
cuestión que corresponde a una operación que se opera por la represión primordial , la
alienación. Porque si no viene allí la función de la repetición, subsidiaria de la alienación o del
en menos que enmarca la relación o de la castración y tengo sólo la pérdida en el origen, voy
a tener otro circuito, otra estructura, voy a tener la psicosis.

X: La pregunta mía es a qué te referías vos con repetición, si la repetición tiene que ver con la
frecuencia o bien con algo que puede ponerse en juego?

AC: Repetición y el retorno de lo reprimido. Por ejemplo la función del juego en "Más allá del
principio del placer", donde toma el juego del fort-da para significarnos allí cómo la repetición
de los significantes es lo que introduce la representación de la falta.

X: Por eso, como estamos en tiempos constituyentes quería pensar en que repetición se
realiza.

AC: No, no te preocupes por eso tanto, en el sentido siguiente, salvo que uno quiera
entrelazarlo esto con el trabajo con niños, es eso? Sino es como algo estructural. Sí, en el
trabajo con niños esto se ve, se ve muchísimo como ahí mismo se va constituyendo la
representación de la falta, hace falta que eso que en el origen es pura ausencia tenga una

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forma, se represente, como lo decimos desde el principio, se represente como falta, se
represente con algo en menos, y eso se produce con la doble vuelta que produce la
repetición, necesito dos significantes para que entre como axioma que ningún significante se
significa a sí mismo, entonces representación de falta, o como lo estoy diciendo hoy, en
menos.

Bueno, la otra consecuencia, entonces es que se asegura un lugar vacío para el sujeto, sujeto
y objeto se constituyen en repetición y la otra consecuencia es que se produce un modo de
relación. Es un modo de relación y cada sujeto va a tener su modo. Yo daba el ejemplo antes
de la muchacha esta que sentía que siempre quedaba como sometida, hay un modo de
relación, pero como en una relación, en otra relación, en el trabajo también y con el hermano
también, entonces qué se va produciendo? La fijación. Quiere decir que ese modo de relación
que se constituye en repetición conforma una fijación. La fijación de la que nos habla Freud.
La fijación a determinado modo de satisfacción libidinal. Por eso siempre hay en juego un
objeto parcial en este "se limpia el sueño", es decir, que hay un factor libidinal que se articula
en el fantasma, siempre hay una satisfacción, pulsión y fantasía se enlazan en el fantasma,
esta es una dinámica, es un movimiento que cuando nosotros queremos fijarlo y decimos
cómo se interpreta. El modo de decir la interpretación es muy importante porque no hay que
conminar al sujeto a su modo de goce, tiene que reconocerse en ese lugar pero no quiere
decir que sea una condena, eso es para algo, por algo, siempre está en relación a un deseo.
Vemos que se somete, que no pone límite porque articula el deseo de tenerlos a todos
agarraditos de la mano y el deseo sería ese, el deseo de tener a todos con ella, todos
agarrados de la mano, ya no es un capricho del Otro el sometimiento, sino que es una razón
propia.

Leíamos al comienzo de la clase pasada en "Pegan a un niño" que la fantasía enlaza la


función y las fantasías edípicas, porque las fantasías son siempre edípicas, puede haber otros
personajes, pero lo que aporta el Edipo es el mundo del significante, el mundo simbólico,
entonces, esto quiere decir que el sujeto no sabe nada de ese goce que recibe o que se hace
dar y por lo tanto tampoco el analista nada sabe; el fantasma no es algo que esté dado, es
algo que construimos.

Cuando hablamos del enlace entre los factores libidinales (Freud lo llama así, incluso dice
"factores libidinales congénitos") y las fantasías edípicas hay que tener en cuenta a lo que se
refiere Freud con la cuestión del amor incestuoso. Es a partir de lo incestuoso que tenemos
justamente lo que no se puede. Es lo que míticamente Freud sitúa como el amor original, el
incesto, es la represión lo que hace que el amor incestuoso quede de lado y lo que debemos
extraer de allí es la energía de ese amor. Los efectos de la represión permiten extraer esa
energía y es mediante la repetición que se transforma esa energía en libido, o sea, que Freud
no se va a quedar con el principio de placer como pura descarga del aparato. Porque en

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definitiva no encontramos nada ahí, vamos hacia la muerte, sino que Freud articula allí el
principio de realidad: cómo se da el objeto, de modo que sea por ejemplo un otro con
minúscula que encarne el lugar de objeto. ¿Cómo se da aquéllo marcado con un signo en
menos para que pueda ser representante de la falta?:

Es lo secundario, es la repetición lo que permite dar un objeto a esa energía. Es con la


compulsión de repetición que se transforma esa energía en libido. Y al transformarla en libido,
ya estoy juntando con eso fantasía, representaciones. O sea, no es una energía loca, libre.
Estamos trabajando con la represión y el retorno de lo reprimido para volver a pensar el
enlace de lo pulsiones y las fantasías edípicas.

Leo nuevamente algunas líneas del artículo "Pegan a un niño" sobre la segunda fase: "[...] la
persona que pega al niño continúa siendo la misma, pero el niño maltratado es otro,
generalmente el propio sujeto infantil de la fantasía, la cual provoca un elevado placer y recibe
un importante contenido cuya derivación nos ocupará más adelante, su descripción será la
siguiente: yo soy golpeado por un padre, tiene pues, un indudable carácter masoquista. Esta
segunda fase es la más importante de todas, pero en cierto sentido podemos decir que no ha
tenido nunca existencia real, no es jamás recordada ni ha tenido nunca acceso a la
conciencia, es una construcción del análisis pero no por ello deja de constituir una necesidad."

Lo primero que quiero remarcar es que la existencia no es real, siendo que no es una
existencia real y como vieron la tengo que deducir, la tengo que construir. Sin embargo es
necesaria porque es desde allí que puedo deducir cómo el sujeto se liga con la satisfacción,
ahí es donde hay una ligazón, para poder ligarme aunque sea estar en ese lugar de objeto, en
ese lugar masoquista. Sin embargo ese sujeto no está dicho por eso es que se construye y se
muestra en repetición. Esto lo voy a retomar más adelante.

X: .... esta denuncia de goce del sujeto y este goce que se construye en repetición pero
también esto produce la salida del análisis, no es un goce que se queda fijado para siempre...

AC: Lo que ocurre que es el modo como el sujeto puede relacionarse con el Otro. Tener Otro,
a través de ubicar al Otro como gozador. Por eso Lacan dice que ahí estaría el goce del Otro,
si hubiera Otro, ese sería su goce. O sea es el que se procura en el fantasma. Puesto que el
sujeto puesto en posición de objeto garantiza que haya Otro. Quiere decir que en la
construcción, en el análisis no le vamos a quitar al sujeto su goce, ¿quién quiere renunciar a
su goce?, no es eso lo que cambia con el análisis sino que cambia su posición frente al goce
que no hace falta que sea del Otro, y lo que queda barrado es, entonces, el Otro. No hace
falta que me sometan para tener a los demás conmigo y veré cual es la posición que irá
tomando ese sujeto en relación a esto, lo que caería sería el Otro sometedor.

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Hay una cosa que quiero leerles en relación a estas cuestiones, en el capítulo dos de "Pegan
a un niño" dice Freud: "[...] tales fantasías permanecen, por lo general, ajenas al contenido
restante de la neurosis y no encuentran lugar adecuado para insertarse en el...", fundamental
esta idea. Esto es lo que va en relación a la construcción, están ajenas al contenido restante
de la neurosis. Fijense, para ir diciendo lo de la construcción uso palabras, no tengo otra
forma, es decir, que para hablar tengo que utilizar el lenguaje del Otro, sin embargo cuando
digo que esta fantasía permanece ajena al resto del contenido de la neurosis y no hay nada
que diga por ejemplo "yo soy pegado" sino que las situaciones de repetición en las que me
voy metiendo me lo muestran, es entonces esto que le hace decir a Lacan "en un punto de
falta del Otro". Es decir, que si bien lo digo en palabras, el Otro, el inconsciente no sabe nada
de esto. Está en el punto donde el Otro no sabe sobre el sujeto, está justamente ahí donde el
Otro no puede dar respuestas de qué es totalmente ese bebé en esta pareja parental. Sino
que no puede más que manifestar su deseo, su rechazo, lo que sea, pero no puede agotar el
decir sobre ese bebé, en ese punto exacto, en ese punto de falta está el fantasma. Esto se
refleja en la estructura.

Lacan, más interesado en la lógica, dice que no alcanza con esto de la gramática sino que
tiene una lógica, que es esto de que me encuentro diciendo "se limpia el sueño" en vez de
"soy limpiado", otros son los que se limpian y justo ahí es donde está reflejado en la estructura
este punto de falta en el Otro para decir completamente mi lugar de satisfacción en la pulsión.
No se dice, sin embargo, se repite.

Lacan dice que si está en ese punto de falta el fantasma es una axioma, es la fórmula lógica
que adopta y es un axioma porque no cambia, por que el axioma es siempre el mismo y como
no cambia es real, aunque, sin embargo está dicho en palabras, por lo tanto está lo simbólico.
Entonces Lacan agrega: es lo real de lo simbólico. Es lo real porque es axiomático y porque
no cambia, es una piedra. Nosotros no tenemos nada así en lo simbólico, sólo tenemos que
un significante representa a otro significante. No entra dentro de todo el sistema simbólico, y
en cambio, está organizando todo el sistema simbólico. Si yo pudiera hacer un conjunto de
todos los dichos del sujeto, en este borde del conjunto estaría ese axioma que lo está
organizando, "se pega a un niño" es el axioma organizativo de todo el sistema simbólico que
produce un paciente, no está dicho, se muestra en repetición.

Freud, siempre tan clínico, dice que interroga a sus pacientes, generalmente mujeres, y dicen
"no sé más", se llega de otra forma a eso. No por la vía asociativa. En ese "no sé más"
justamente está el axioma, es el lugar que tiene el axioma y que principia todo el sistema
simbólico. Por eso es lo real de lo simbólico el axioma fantasmático. Está en un punto de falta
en el Otro, porque "no sé más", el inconsciente es el Otro y el inconsciente no puede seguir
asociando.

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Antes de continuar tengo que hablarles de la tercera fase, que es un poco lo que vengo
diciendo, y es justamente "Se pega a un niño", que es como llega el paciente, la forma en que
llega, lo que Freud ubica en la tercera fase de transformación, leo lo que dice: "[..] La tercera
fase se asemeja nuevamente a la primera, su descripción nos es conocida ya por las
informaciones antes consignadas de las pacientes, la persona que pega no es nunca el padre,
queda indeterminada o representada explícitamente por un subrogado paterno. La propia
persona del sujeto de la fantasía no aparece en ésta, no es el padre y no aparece el sujeto; a
las preguntas las pacientes oponen una absoluta ignorancia o se limitan a declarar que les
parece figurar en la fantasía como simples espectadores."

Bueno, "no es nunca el padre", que nunca sea el padre significa que estamos muy
despegados de aquello que habíamos situado míticamente en el origen que era el amor
incestuoso, todo esto se ha transformado y el padre entra más bien bajo la forma de la culpa,
está en el mismo artículo un poco más adelante, siempre da culpa la sexualidad y es
generalmente una figura paterna que se encuentra en este lugar de la restricción de la
sexualidad. El padre que está ahí como ley de castración, que es en lo que se ha
transformado la energía esa que tenía que ver con el amor incestuoso. Como no hay, como no
puedo, entonces me encuentro con el castigo y de ahí mismo deviene, regresivamente la
satisfacción. El padre está ahí como ley de castración, como ley sexual. Luego dice que no
está el sujeto.

Bueno, ya lo hicimos con el sueño, cuál es el sujeto gramatical ahí? No hay sujeto gramatical.
La estructura refleja la estructura, que es estructural. Quiere decir que lo que tenemos es esto,
es objeto directo. Y qué podíamos hacer con el objeto directo, nos acordamos? Lo podemos
pasar a sujeto y ponemos la voz pasiva y me queda un niño es pegado. Solamente puede
estar como sujeto en la medida en que esté en el lugar del objeto. Pero si pongo la escena
que es por donde entré y que es lo que más me está diciendo.... si pongo la escena que es lo
que nos marca Freud, dónde está es sujeto? Está como espectador. Yo veo entonces cómo
un niño es pegado, y acá entonces tengo que encontrar la negación. Siempre en un análisis
hay que pasar por esto: yo no soy pegado. Es lo que ocurre mucho con los hermanos, en la
relación con el otro con minúscula. Donde es el semejante el que toma el lugar donde
podemos ubicar al sujeto. El sujeto no sabe que es quien recibe ese goce rebajado, en
regresión, en relación a lo anal, lo sádico anal. Un goce masoquista.

Entonces, lo que dice después de esta tercera fase es que se une a esta fantasía una
satisfacción sexual. Esto es fijo, es inamovible, se puede construir, se puede liberar del Otro al
sujeto, puede cambiar su posición al goce, pero el goce es inamovible no cambia. Por qué?
Nosotros sabemos, y lo hemos dicho mucho, que no hay en el psiquismo representante de lo
femenino y de lo masculino si no es por la lógica de la castración. Ya Freud dice esto de que

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los sexos se dividen en fálico o castrado. Es el modo que tiene el significante, el modo que
tiene el inconsciente de representar la sexualidad. Se representa la sexualidad bajo siempre la
égida fálica, bajo la forma de la castración. Entonces, cada vez, repetición, cada vez que el
inconsciente habla el sexo. Cada vez que se trata del sexo está metaforizándose en el
horizonte algún objeto parcial, quiere decir que la satisfacción va a estar siempre ligada a los
objetos parciales en tanto siempre son equivalencias fálicas. No entro en eso, ustedes pueden
leerlo en Freud. Los objetos parciales están siempre inscriptos en la lógica de la castración.
¿Qué quiero juntar con esto? ¿Qué quiere decir?:

Que necesito de esa metáfora, de esos objetos parciales, necesito de ellos porque no hay
originalmente relación entre los sexos representada en el inconsciente. Como no hay una
relación sexual natural como en los animales, donde es con todos, sino que tengo que elegir.
Y tengo que tener determinadas condiciones para el sexo. Entonces como no hay lo natural y
tengo que elegir, es que tengo esos objetos parciales que son los que se enlazan con la
fantasía y me permiten una satisfacción sexual.

Nuevamente vuelvo a este punto que quiero que quede claro. Es porque aparecen modos de
satisfacción parciales, ligados a lo parcial, que no hay relación sexual natural.

Bueno, vuelvo a se pega a un niño, no hay ningún yo que lo enuncie, habíamos dicho. Esa
ausencia del yo gramatical tiene que ver con lo mismo que decimos antes respecto a que la
pulsión es acéfala. Tenemos permanentemente ahí en juego lo que sería un no-yo. Lo dejo
enunciado nada más. Es que, el primer no-yo freudiano es el Ello. Entonces en la construcción
del fantasma lo que tengo en juego son siempre las reversiones del verbo gramatical tal como
Freud nos lo enseña en "Pulsiones y sus destinos". La ley que tiene que ver ahí con el
momento de la construcción es mucho la reversión de lo activo a lo pasivo y el concepto de
satisfacción de la pulsión (no hay ninguno fijo) es que, hay que volver a la fuente. La pulsión
tiene que volver a la fuente porque no hay objeto que la satisfaga, hay que volver a la fuente
erógena. Pero para volver a la fuente erógena la pulsión necesita de la fantasía. No hay modo
de la vuelta sobre sí mismo, no hay modo en el mundo del lenguaje para un sujeto, que haya
vuelta sobre si mismo, si no hay fantasma. El fantasma le posibilita a la pulsión que se
produzca esta vuelta sobre si mismo donde en algún lugar yo soy el pegado, por eso el
fantasma le presta a la pulsión esta posibilidad de encontrar el fin, que es la vuelta a la fuente.
Como que el autoerotismo que es aquello propiciado por la madre en el cuerpo de su bebé
etc., es tomado por el fantasma para posibilitar su satisfacción, pero el autoerotismo sólo no,
eso está prohibido. Tenemos que ligarnos a otros, ligarnos al Otro.

Bueno, traje un caso. Porque ocurre entonces que lo que quiero trasmitir con el caso es que si
yo estoy diciendo que el fantasma no está en el Otro, que se produce justamente en el punto
donde el Otro falta, porque el Otro no me dice cómo es la relación entre los sexos, tengo que

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rebuscármela. Siempre en relación a un Otro que me marcó, un modo de satisfacción.
Entonces, quiere decir que no lo voy a tener dicho en las palabras, lo voy a tener mostrado en
escena, y ¿cómo es esto? Es que se realiza bajo la forma de la demanda, no bajo la forma del
bla-bla y la asociación libre, en el análisis esto se realiza bajo la forma de la demanda en
transferencia, por eso la abstinencia no es una regla así... La abstinencia tiene que ver con
poner en causa el goce, les cuento el ejemplo lo más breve que pueda a ver si ustedes
encuentran estas cosas.

Debido a la privacidad de cada caso, éste no será publicado, pero puedo al menos dejar
dicho, algo de lo trabajado allí, que tiene que ver con la demanda. La demanda como aquéllo
que se repite en acto, mudamente, en transferencia. Una demanda que es siempre de goce.
Es el modo en que diversos fantasmas se instituyen en la transferencia y el analista debe
pestar su ser, sin saberlo. La caída del analista de ese lugar que sostuvo al Otro, la
abstinencia en el responder a esa demanda de goce, es lo que hace que el análisis sea
elaborativo del goce, y por lo tanto del Otro. En tanto es el goce como del Otro lo que es
elaborado, a partir de la eliminación de ese Otro fantasmático que caso por caso, se articula
en cada análisis:

El goce de la vida y no goce del Otro. Un ser que no es ese falso ser sostenido por el
fantasma y que tendrá que ver con el modo como cada uno sabrá arreglárselas con lo real, de
un modo singular, donde se producirá su estilo. Ahí donde destaco un saber hacer, más que
un hacer con saber.

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