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LA DEFORESTACIÓN.

La deforestación es un proceso provocado generalmente por la acción humana,


en la que se destruye la superficie forestal. Está directamente causada por la
acción del hombre sobre la naturaleza, principalmente debido a las talas o
quemas realizadas por la industria maderera, así como para la obtención de
suelo para la agricultura y ganadería.

Talar árboles sin una eficiente reforestación, resulta en un serio daño al hábitat,
pérdida de biodiversidad y aridez. Tiene un impacto adverso en la fijación de
carbono atmosférico (CO2). Las regiones deforestadas tienden a una erosión
del suelo y frecuentemente se degradan a tierras no productivas.

Entre los factores que llevan a la deforestación en gran escala se cuentan: el


descuido e ignorancia del valor intrínseco, la falta de valor atribuido, el manejo
poco responsable de la forestación y leyes medioambientales deficientes.

En muchos países la deforestación causa extinción, cambios en las


condiciones climáticas, desertificación y desplazamiento de poblaciones
indígenas.

CAUSAS

La deforestación, como todo proceso tiene sus causas fundamentales. Entre


ellas pueden citarse: el cambio del uso del agua para actividades ganaderas y
agrícolas, los incendios y enfermedades forestales o la tala incontrolada de
árboles. En la actualidad, la deforestación de los bosques tropicales constituye
una auténtica amenaza. Si analizamos estadísticamente tasas de deforestación
en las distintas áreas ecológicamente importantes bosques tropicales
húmedos, bosques tropicales secos, bosques de llanura, bosques de montaña,
se puede concluir que, en los últimos años, este proceso ha resultado mucho
más intenso en las zonas secas y semiáridas, especialmente en las montañas.

Esto es comprensible, dado que las áreas de mayor altitud o más secas
resultan más adecuadas para la ganadería. Los suelos de estas regiones, en
general, son más ricos y fácilmente cultivables que los suelos viejos de las
llanuras tropicales, prácticamente lavados de todo tipo de nutrientes. Además
de las restricciones agronómicas, hay que tener en cuenta la limitación que
supone para la colonización la presencia de diferentes enfermedades, como
malaria o fiebre amarilla, mucho menos extendidas en zonas de montaña o
secas que en áreas húmedas.

Anualmente perdemos 13 millones de hectáreas de bosque nativo en el mundo,


especialmente los bosques tropicales tanto en Asia, como en África y América.
Si nos detenemos en Argentina, se ha producido una importante disminución
de la selva en Misiones, Salta y Jujuy. Una de las principales causas de la
deforestación es la explotación maderera. En algunos casos se aprovechan las
maderas de los árboles nativos y en otros la deforestación se produce para
realizar plantaciones forestales. También se tala el bosque, se aprovecha la
madera y luego las tierras se destinan a la agricultura.

Sin lugar a dudas esta actividad genera serios problemas, porque no sólo
afecta al medio ambiente, sino genera problemas sociales, afectando sobre
todo a millones de personas que viven en el bosque y que obtienen de ellos
sus medios de vida. Si bien existen regulaciones a nivel nacional para evitar la
depredación de este recurso, muchas de las empresas no cumplen las normas,
explotando los bosques con una intensidad y velocidad que no permite la
regeneración de estos bastiones ecológicos.

EFECTOS DE LA DEFORESTACIÓN SOBRE EL CLIMA.

Investigaciones recientes han demostrado que la deforestación puede afectar


mucho a la cantidad de lluvia caída en un lugar y a otros fenómenos climáticos,
siempre que tales modificaciones sean de gran magnitud y abarquen una
amplia zona.

El argumento aducido es que una ampliación de la cubierta vegetal podría


aumentar la lluvia, y que una disminución de la misma podría reducirla.

En un modelo de circulación general atmosférica elaborado por el Laboratorio


de Ciencias Atmosféricas Goddard se ha demostrado que los grandes cambios
en la cubierta vegetal afectan a la lluvia. Pero, no es la vegetación el factor
determinante, sino más bien la correlación entre la humedad del suelo, la
vegetación y la energía que se necesita para convertir el agua en vapor de
agua que forma parte del aire.

CÓMO COMBATIR LA DEFORESTACIÓN

De acuerdo con las recomendaciones de las Naciones Unidas, existen diversas


medidas encaminadas a frenar el proceso de deforestación. Por un lado, los
programas forestales de cada país, los cuales deben hacer partícipes a todos
los interesados e integrar la conservación y el uso sostenible de los recursos
biológicos. Asimismo, las capacidades nacionales de investigación forestal
deben mejorarse y crear una red para facilitar el intercambio de información,
fomentar la investigación y dar a conocer los resultados de las distintas
disciplinas.

Es necesario llevar a cabo estudios que analicen las causas de la deforestación


y degradación ambiental en cada país, y debe fomentarse la cooperación en
temas de transferencia de tecnología relacionada con los bosques, mediante
inversiones públicas y privadas, empresas mixtas, etc. Por otro lado, se
requieren las mejores tecnologías de evaluación para obtener estimaciones
fidedignas de todos los servicios y bienes forestales, en especial los que son
objeto de comercio general.
Mejorar el acceso al mercado de los bienes y servicios forestales con la
reducción de obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio, constituye
otra de las vías posibles, así como la necesidad de hacer un uso más efectivo
de los mecanismos financieros existentes, para generar nuevos recursos de
financiación a nivel nacional como internacional. Las políticas inversoras deben
tener como finalidad atraer las inversiones nacionales, de las comunidades
locales y extranjeras para las industrias sostenibles de base forestal, la
reforestación, la conservación y la protección de los bosques.

DEFORESTACIÓN EN EL PERÚ.

En los últimos 40 años, la Selva ha sido una de las áreas geográficas más
afectadas del país por la destrucción de 8.5 millones de Has. de bosques
tropicales, lo que representa el mayor daño ambiental en la Amazonia Peruana,
perjudicando no sólo el medio ambiente sino también a los propios habitantes y
comunidades nativas, que observan indolentes el aniquilamiento de sus
recursos naturales. Dado que las tierras son mayoritariamente de vocación
forestal, luego del proceso de tumba y quema se genera el círculo vicioso de la
destrucción del ambiente, pérdida de la biodiversidad y pobreza rural, cuyo
origen está en la pérdida de la fertilidad natural de los suelos, lo que ocasiona
que los campesinos continúen quemando y tumbando bosques en la búsqueda
de nuevas tierras para agricultura de subsistencia. En la Selva existen no
menos de 2.5 millones de Has. de tierras forestales aptas para realizar
plantaciones forestales.

En 1990, de las 75 millones de Ha de bosque, se había deforestado 7 millones;


a una tasa de deforestación de 260.000 Ha/año, cifra equivalente a una pérdida
de casi 716 has por día. Se estima que del total del área intervenida,
aproximadamente el 40% corresponde a bosques de protección, mientras que
el 32% se ubican sobre bosques de colinas y el 28% en bosques aluviales.
CAUSAS DE LA DEFORESTACIÓN EN EL PERÚ

La gran problemática de los riesgos producidos por el hombre son los efectos
que producen a gran escala, independientemente, del lugar donde viva. Uno de
ellos es la deforestación, la cual es la reducción progresiva de las masas
forestales por causa de la tala indiscriminada que es uno de los pasos previos
a la desertización (proceso que convierte las tierras fértiles en desiertos por la
erosión del suelo). Todo esto perjudica al medio ambiente. En las siguientes
líneas, se explicarán las causas en general y se pondrá mayor énfasis en las
causas políticas y económicas.

La causa política es la aplicación defectuosa y abandono de las mismas,


aunado a la incapacidad del aparato estatal para integrar y ayudar a las zonas
más deprimidas de la selva peruana. La primera es la aplicada por el ex-
presidente Belaúnde en los sesenta, que proponía la expansión de las fronteras
agrícolas en las regiones tropicales, la cual se traduce como el Programa de
Colonización de la Amazonía. La segunda se origina debido al abandono del
Estado por lo inaccesible, complejo y lejano de este territorio, por lo que este
evidencia su incapacidad para controlar de forma efectiva la presencia del
senderismo y del narcotráfico, actuando de manera integrada, el primero, de
forma parcial, ataca a las fuerzas del orden, ya que estas no pueden acaparar
el control de los dos a la vez, para lograr que el segundo pueda migrar a otra
zona lo que produce la tala para organizar los nuevos cultivos de la hoja de
coca. Además, el Estado se ha olvidado de controlar, de forma efectiva, la tala
indiscriminada de árboles de forma ilegal, lo cual contribuye a su depredación.
Cabe resaltar que esta tiene fines de lucro, ya que esta actividad es producida
por la comercialización y exportación de madera.

La causa económica se origina, por un lado, como consecuencia de las


políticas, a veces contradictorias, que fuerzan a colonos y nativos a crear una
agricultura de subsistencia y, por otro lado, el abandono en cuanto a una
política social que los deja a merced del senderismo y el narcotráfico para el
cultivo de la hoja de coca. Sobre la primera causa económica se puede decir lo
siguiente:

La agricultura de tumba y quema implica el corte y el incendio de un área de


bosque para la siembra de cultivos. Después de uno a dos años la parcela está
abandonada y otra área del bosque está limpiada. La finalidad principal de la
tumba y quema del bosque no es quitar la vegetación para sembrar cultivos. La
mayoría de los nutrientes está contenida en la biomasa vegetativa y no en el
suelo. Esta forma es accesible, sin embargo, poco duradera.

Cabe rescatar que la agricultura de los colonos es la más perjudicial porque


tienen una cultura de consumismo y destrucción de bosques, ya que, por si
fuera poco, no se les han facilitado buenas tierras. En cambio la actividad de
los nativos es menos perjudicial porque dependen de otras actividades
(recolección y caza). Por otro lado, se tiene al cultivo de la hoja de coca que es
un factor económico muy fuerte por su alto valor como producto final, la
cocaína. Por esta razón, narcotráfico y senderismo, se unen y alientan a la
población económicamente deprimida a dedicarse al cultivo, lo que a su vez
tiene repercusiones positivas en sus economías y negativas, como actuar al
margen de la ley.

En conclusión, la mayor responsabilidad recae en el Estado. Se ha preocupado


por aplicar políticas, las cuales no han sido las más adecuadas, de manera
forzada, en una serie de secuelas que se pudieron prevenir y trae a colación
que es un problema estructural. Todo esto se traduce en una actitud por la
supervivencia de toda la población que habita esa zona lo trae como
consecuencia la deforestación.

CONSECUENCIAS DE LA DEFORESTACION EN EL PERÚ.

En el ambiente y la salud son cuantiosas y peligrosas a largo plazo. En primer


lugar, sabemos que este problema destruye nuestro entorno, ocasionando la
extinción de especies que viven gracias a los bosques como las ardillas, aves,
monos, etc. En segundo lugar, genera el calentamiento global que no solo
provoca el deshielo de los glaciares, sino también que desaparece el efecto
esponja, almacenar el nitrógeno y expulsar solo el oxígeno, que producen los
bosques amazónicos. Por último, el clima del país se modifica drásticamente y
ocasiona enfermedades a la población como el asma, bronquios, etc.

LAS SOLUCIONES:

 La prevención, es decir poner en marcha planes como la educación y el


bienestar social y además crear conciencia en los jóvenes de que es un
recurso natural muy valioso para toda la población.

 La reforestación, una operación destinada a repoblar zonas en las


cuales en el pasado estaban cubiertas de bosques, como restablecer o
incrementar la cobertura arbórea, se aumenta la fertilidad del suelo, y se
mejora su retención de la humedad.

DEFORESTACIÓN EN EL MUNDO

La deforestación es un proceso antiguo que se ha incrementado en los últimos


tres siglos, con un promedio de seis millones de hectáreas anuales.
Principalmente se produjo en el Hemisferio Norte en los siglos XVIII y XIX,
aunque en el siglo XX comenzó a realizarse en el Hemisferio Sur,
especialmente en las selvas tropicales de la región del Amazonas.
En la actualidad, la deforestación ocurre, en América Latina, África Occidental y
algunas regiones de Asia.

Una tercera parte del total de la tierra está cubierta por bosques, lo que
representa cerca de 4 000 000 000 (cuatro mil millones) de hectáreas. Hay 10
países que concentran dos tercios de este patrimonio forestal: Australia, Brasil,
Canadá, China, la República Democrática del Congo, India, Indonesia, Perú, la
Federación Rusa y los EE. UU. Estos han sido explotados desde hace años
para la obtención de madera, frutos, sustancias producidas por diferentes
especies o para asentamientos de población humana, ganadería y agricultura.

En las selvas del Amazonas, el gobierno brasileño ha alentado un crecimiento


rápido en las últimas décadas. Se construyó una súper carretera en las
regiones con mayor densidad de bosques, en el corazón del país, y promovió
asentamientos humanos y urbanizaciones en ellas

En los países más desarrollados se producen otras agresiones, como la lluvia


ácida, que comprometen la supervivencia de los bosques, situación que se
pretende controlar mediante la exigencia de requisitos de calidad para los
combustibles, como la limitación del contenido de azufre.

En los países menos desarrollados las masas boscosas se reducen año tras
año, mientras que en los países industrializados se están recuperando debido a
las presiones sociales, reconvirtiéndose los bosques en atractivos turísticos y
lugares de esparcimiento.

Mientras que la tala de árboles de la pluviselva tropical ha atraído más


atención, los bosques secos tropicales se están perdiendo en una tasa
sustancialmente mayor, sobre todo como resultado de las técnicas utilizadas de
tala y quema para ser reemplazadas por cultivos. La pérdida de biodiversidad
se correlaciona generalmente con la tala de árboles. La deforestación es un
proceso antiguo que se ha incrementado en los últimos tres siglos, con un
promedio de seis millones de hectáreas anuales. Principalmente se produjo en
el Hemisferio Norte en los siglos XVIII y XIX, aunque en el siglo XX comenzó a
realizarse en el Hemisferio Sur, especialmente en las selvas tropicales de la
región amazónica.

Hace unos 10.000 años la mitad de la superficie del planeta estaba cubierta por
bosques. Debido a la acción del hombre cada semana desaparece, a nivel
mundial, una superficie forestal superior al equivalente a 325.000 campos de
fútbol. La superficie de bosques existente en el mundo es de 3.870 millones de
hectáreas, de acuerdo con un informe de la Organización de Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre Situación de los Bosques del
Mundo.
Cada año se pierden 14,2 millones de hectáreas a causa de la deforestación, y
se plantan 5,2 millones, lo cual implica una disminución neta anual de 9,4
millones de hectáreas. En la actualidad ya se han perdido la mitad del total de
la masa forestal mundial, estando protegido menos del 6% de los bosques del
mundo. A su vez, la pérdida de bosques genera 2.000 millones de toneladas de
CO2 al año, representando la deforestación el 25 por ciento del total de las
emisiones de bióxido de carbono (CO2), uno de los gases que producen el
efecto invernadero.

Cerca del 78 por ciento de los bosques primarios (bosques originales del
planeta que no han sido transformados o alterados por la actividad humana
industrial y que albergan, al menos, la mitad de las especies de plantas y
animales terrestres del mundo, muchas de las cuales todavía no han sido
descubiertas por la ciencia) han sido ya destruidos y el 22 por ciento restante
están amenazados por la extracción de madera, la conversión a otros usos
como la agricultura y la ganadería, la especulación, la minería, los grandes
embalses, las carreteras y las pistas forestales, el crecimiento demográfico y el
cambio climático. El 55% de la madera que se extrae anualmente se usa como
combustible, ya sea leña o para producir carbón vegetal. Cerca de 2.000
millones de personas dependen de la leña y el carbón vegetal como fuente
principal de combustible.

Según el WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) el comercio de madera es


sin duda la causa principal de la pérdida de bosques, no sólo en los trópicos,
sino también en los países templados y boreales que todavía tienen
importantes bosques autóctonos. Afecta a más del 70 por ciento de los
bosques primarios del planeta. Se consumieron 294 millones de toneladas de
papel y cartón, lo que representa un consumo anual por habitante de 50
kilogramos en el mundo, aunque el consumo en muchos países africanos no
llegó ni a 1 kilogramo por habitante, cifra muy alejada de los 330 kilos del
norteamericano medio o los 135 kilos de España. Estados Unidos, Europa
Occidental y Japón, que representan menos del 15 por ciento de la población
mundial, consumen el 66 por ciento del papel y cartón.

Cada tonelada de papel reciclado evita la tala de una docena de árboles,


ahorra energía, agua y contaminación; en general supone una mejora notable
sobre la obtención de papel a partir de pasta virgen, pero el reciclaje también
tiene un cierto impacto ambiental. Además, el papel puede ser reciclado varias
veces, al ir perdiendo calidad y ser necesario añadir una cantidad mayor o
menor de fibras vírgenes.
DEFORESTACIÓN EN ÁFRICA.

En África, se perdieron unos 4 millones de ha de bosques al año, cerca de 1/3


del área deforestada en todo el mundo, siendo la causa principal la conversión
a una agricultura permanente de las áreas deforestadas. Como medidas
contra la deforestación en África se está adoptando un sistema de certificación,
dada la preocupación mundial por obtener madera a partir de bosques
gestionados de manera sostenible, aunque la aplicación de esta certificación
sigue siendo escasa todavía. De los 306 millones de ha de bosques
certificados del mundo, unos 3 millones corresponde a África y la mayoría son
bosques plantados. Con unos 15 millones de ha de bosques plantados en todo
el mundo, África solo representa el 5% del total.

También se han llevado a cabo otras medidas a nivel regional contra la


deforestación y la desertificación como la Iniciativa de la Gran Muralla Verde
del Sahara, con un enfoque integrado entre la agricultura, la ganadería y la
actividad forestal.

Prácticamente todos los países de África han firmado la Convención de


Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y han elaborado planes
nacionales, a menudo con apoyo externo.

DEFORESTACIÓN EN ASIA Y EL PACÍFICO.

Esta región posee el 18,6 % de la superficie forestal mundial, repartida en una


gran variedad de ecosistemas, como bosques tropicales, bosques templados,
manglares costeros, montañas y desiertos.

Algunos países han invertido sus tendencias de pérdida de bosques, pero no


es probable que los países que sufren una mayor deforestación sean capaces
de hacerlo. La expansión de los cultivos comerciales a gran escala será la
causa más importante de deforestación en la región.

La región de Asia y el Pacífico cuenta con 136 millones de hectáreas de


bosques plantados, prácticamente la mitad del total mundial. La mayor parte de
los bosques plantados se encuentran en Australia, China, Filipinas, la India,
Indonesia, Nueva Zelanda, Tailandia y Vietnam.
DEFORESTACIÓN EN EUROPA.

Europa cuenta con una cuarta parte de los recursos forestales mundiales,
aproximadamente 1 000 millones de hectáreas, el 81 % de las cuales se
encuentran en la Federación de Rusia.

Prácticamente todos los países europeos poseen leyes que dificultan


notablemente la deforestación y la reconversión a otros usos de la tierra.
Además, se proporciona apoyo fiscal a la actividad forestal en virtud del Fondo
Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, lo que fomenta de manera significativa la
plantación de árboles. Por ello, es probable que la superficie forestal aumente a
medida que decrecen las tierras dedicadas a la agricultura.

Las principales amenazas a las que se enfrentan los recursos forestales en


Europa son de naturaleza ambiental, como incendios, brotes de plagas y
tormentas, algunas de las cuales se podrían incrementar con el cambio
climático. Aunque se desconocen las repercusiones a largo plazo del cambio
climático en los bosques, se han atribuido a este fenómeno numerosos
acontecimientos catastróficos recientes. Se prevé un incremento considerable
de la magnitud y de la frecuencia de los incendios, por ejemplo en la Península
Ibérica y en la Federación de Rusia

DEFORESTACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

Esta región contiene el 22 % de la superficie forestal mundial. En ella se


encuentra la mayor masa continua de bosque pluvial tropical del mundo: la
cuenca del Amazonas.

En los últimos dos decenios, algunos países han concedido la propiedad legal
de los bosques a las comunidades indígenas, por ejemplo, Bolivia, 12 millones
de hectáreas; Brasil, 103 millones de hectáreas; Colombia, 27 millones de
hectáreas; Ecuador,4,5 millones de hectáreas y Guyana, 1,4 millones de
hectáreas de tierra, comprendidos los bosques. Si bien la propiedad confiere a
las comunidades derechos firmes de uso sostenible de los recursos forestales,
los conflictos sobre la propiedad, en ocasiones violentos, y la falta de aplicación
de las normas y los reglamentos han permitido la ocupación y la explotación
maderera ilegales en extensas áreas de estos bosques.

Los nuevos bosques plantados para usos industriales, en particular en


Argentina, Uruguay y, posiblemente, Colombia, podrían contrarrestar la
desaparición de bosques naturales, pero no en términos ecológicos. En Caso
de los países integrados en la Región Norte de América Latina como lo son
Ecuador, Colombia y Venezuela las políticas de protección de áreas forestales
no son del todo radicales persistiendo la deforestación de la zona dramatizando
el equilibrio ecológico y climático de América del Sur, lo que compromete
íntimamente la repercusión a nivel global.

América Central presenta una de las mayores tasas de desaparición forestal


del mundo en relación con el resto de las regiones, más del 1 % anual.

DEFORESTACIÓN EN AMÉRICA DEL NORTE.

La región contiene el 17 % de la superficie forestal global (677 millones de


hectáreas). Aproximadamente una tercera parte del territorio regional está
cubierto de bosques. Debido a la gran variedad de condiciones climáticas hay
una gran diversidad de ecosistemas forestales, desde bosques húmedos
tropicales a bosques boreales. Algunos de los bosques más productivos del
mundo se encuentran en esta región.

El cambio climático podría intensificar las amenazas al estado de los bosques.


La intensidad y la frecuencia de los incendios forestales han aumentado tanto
en el Canadá como en los Estados Unidos, impulsadas por prolongadas
sequías y por programas de control de incendios que, aunque han tenido éxito,
han incrementado de manera inadvertida la cantidad de material combustible.
De igual manera, el cambio climático está fomentando las infestaciones de
plagas: en el oeste del Canadá y de los Estados Unidos, el escarabajo del pino
de montaña está causando mortalidad de árboles y daños de especial
gravedad.
DEFORESTACIÓN EN ASIA OCCIDENTAL Y CENTRAL.

Es la región con menos bosques del mundo, con tan sólo un 4 % de cubierta
forestal. La mayor parte de la superficie forestal corresponde a unos pocos
países, mientras que en 19 países se encuentra menos del 10 % de la cubierta
forestal. Cerca del 75 % de la región es árida, con una baja productividad de
biomasa. La vegetación varía desde matorrales desérticos en Asia central y la
península Arábiga hasta pequeñas áreas de manglares en la costa del golfo
Pérsico y praderas de altura en Asia central. Debido a esta reducida cubierta
forestal, los árboles fuera del bosque, especialmente en granjas y en otras
tierras arboladas, desempeñan importantes funciones productivas y
protectoras.

Se espera que aumente la superficie forestal total a medida que la importancia


de la agricultura, incluida la ganadería, disminuye, y que los países más ricos
inviertan en forestación y en la creación de zonas verdes en las ciudades.

Una notable excepción a esta tendencia es la disminución continua de la


superficie forestal en los países en los que los conflictos armados han
desestabilizado la ordenación forestal.

El establecimiento de cortavientos es una parte integral de las prácticas


agrícolas en la mayoría de los países. El cultivo de palma datilera en diversos
países de Asia occidental ha convertido los desiertos en oasis. En los Emiratos
Árabes Unidos, las extensas plantaciones de palmas datileras han mejorado el
paisaje a la vez que producen ingresos sustanciales.

¿CUÁLES SON LOS PROBLEMAS DE LA DEFORESTACIÓN?

Podríamos pensar que la desaparición de bosques no tiene demasiada


importancia, pero la naturaleza es mucho más inteligente que nosotros. La
vegetación no apareció porque sí, es decir que su presencia no es casual sino
que cumple una función. Además los bosques albergan una gran diversidad de
especies, si les quitamos su hábitat desaparecerán.

 Incidencia sobre el calentamiento global: La destrucción de los


bosques supone la pérdida del renovador de aire más importante del
planeta. En los bosques los productores primarios toman el CO2
liberando O2 y mediante la fotosíntesis convierten el CO2 en materia
orgánica que posteriormente se incorpora a la cadena trófica, es decir,
los bosques son los principales productores de materia orgánica en las
superficies continentales y han contribuido al mantenimiento del nivel de
CO2 en la atmósfera controlando así la acción del efecto invernadero.
Por ello la pérdida de los grandes bosques hace que el efecto
invernadero se manifieste de forma más acusada.
Por otro lado cuando se destruye un bosque para su conversión en
superficie agrícola, el cultivo suele producir gran cantidad de metano de
tal forma que estamos sustituyendo una cobertura vegetal que regulaba
el incremento del efecto invernadero por otra que los favorece.

Al mismo tiempo, otra parte de la superficie que se deforesta se


convierte en territorios de pastoreo, en muchos casos de rumiantes, los
cuales generan también grandes cantidades de metano.

 Incremento de plagas: La baja salud de los bosques producida por la


actividad humana beneficia a los fitoparásitos e insectos que se
alimentan en estos bosques. Así se produce una mayor degradación del
bosque. Además este problema influye a su vez en el incremento del
efecto invernadero. El aumento de los insectos, como las termitas,
supone un incremento en las emisiones de metano que estos insectos
producen.

 Desertización e incidencia sobre el clima: Cada año el hombre produce


artificialmente 38.000 Km2 de nuevo desierto, producido principalmente
por la destrucción de la vegetación existente en esos territorios.

 El talado del arbolado supone al mismo tiempo la pérdida del suelo


puesto que si la tierra pierde su cobertura vegetal es más susceptible de
ser erosionada por la lluvia. Cuando las precipitaciones son importantes
el agua arrastra la tierra junto con los pocos nutrientes que en ella se
hubieran depositado, y por lo tanto hace más difícil que nuevas plantas
colonicen esta tierra. Tras un cierto tiempo este círculo vicioso provoca
que lo que antes era una superficie productiva, se convierta en terreno
baldío.

La tala del arbolado supone que el agua que transpira la vegetación


disminuye, por lo que el régimen fluvial disminuye llegándose en muchos
casos a transformar el antiguo bosque en desierto.

 Destrucción del ozono: Incluso la deforestación puede incidir en la


destrucción de la capa de ozono puesto que el corte limpio de la madera
favorece la producción de óxido nitroso por parte de una serie de
microorganismos, al mismo tiempo que las elevadísimas temperaturas
que se alcanzan en la combustión de madera produce la reacción de N y
O formando óxido nitroso el cual afecta al ozono, y reaccionado en la
atmósfera combinándose con el agua puede producir la precipitación de
lluvia ácida.
¿CUÁLES SON LAS POSIBLES SOLUCIONES?

Puesto que gran parte del problema de la deforestación procede de la tala por
parte de pequeños agricultores que cultivan estas tierras para sobrevivir, no
podrá ser solucionado si no existen planes mundiales de ayuda a estos países
para que consigan un desarrollo constante sin necesidad de arrasar sus
riquezas naturales.

Otro problema es la presión que ejercen las grandes compañías madereras. El


desarrollo de los países menos industrializados, contribuiría a que la necesidad
de entrada de divisas fuera menor y por lo tanto sería más difícil convencer a
los gobiernos de estos países para cederles la explotación de sus recursos.
Además sería necesaria una legislación más dura contra las grandes
especulaciones que se dan.

Proyectos de reforestación eficientes pueden ayudar a la recuperación de


bosques que se encuentren en mal estado o que hayan desaparecido.

Por supuesto, el reciclaje de la mayoría de papel y cartón que es utilizado


supondría ahorro de materias primas, y por lo tanto una menor destrucción del
bosque.

La legislación y prevención de los incendios forestales y la concienciación


social son otros puntos en los que se debe intervenir para conseguir salvar el
bosque, que, como se dijo anteriormente, es una de las grandes fuentes de la
vida.

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