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en el apóstol de las
vocaciones
Contenido
Presentación
Personalidad excepcional
Exigía valores que testimoniaba
Vigor físico inexplicable
¿Defectos en la personalidad de Mosén Sol?
Todo un líder
Creatividad al servicio del amor
Con una afectividad rica y profunda
El arco iris de sus sentimientos
Corazón apasionado por dar y darse
Entusiasta y radical
Dinamismo exuberante y universal
Firme y muy valiente
Responsable y dueño de sí
Coherente con un proyecto
Presentación
2
Exigía valores que testimoniaba
3
Vigor físico inexplicable
1. La figura externa
4
¿Defectos en la personalidad de mosén
Sol?
5
Todo un líder
4. El secreto de su liderazgo
1. Creatividad pastoral
7
Con una afectividad rica y profunda
2. Afectividad y ternura
8
El arco iris de sus sentimientos
1. Dolor y tristeza
9
Corazón apasionado por dar y darse
La afectividad de don Manuel estuvo marcada
por la entrega apasionada hacia los demás. Sus
sentimientos y emociones estaban al servicio de
un corazón grande, entusiasta y radical. En la
personalidad afectiva predominó un don de sí
que no conocía límites de personas ni de
intensidad.
1. Un corazón grande
2. Entrega universal
3. El amor al servicio de la fe
10
Entusiasta y radical
Junto a la grandeza de corazón, podemos
calificar la personalidad de don Manuel como
entusiasta y radical.
1. El entusiasmo
2. La radicalidad
3. Manifestaciones en el área de la fe
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Dinamismo exuberante y universal
1. Dinamismo exuberante
En la caracterología de Le Senne, la
actividad, la emotividad y la primariedad-
secundariedad, son los factores decisivos para
evaluar la personalidad. Los capítulos
anteriores mostraron la gran emotividad de
mosén Sol. Ahora presentamos su actividad como
un dinamismo exuberante. Efectivamente, el
impulso a la acción, a realizar cosas y
responder prontamente a los estímulos, es otra
de las características en su personalidad.
Como seminarista, pudo decir sin jactancia:
«Os digo, en verdad, que desde tercer (año) de
filosofía no sé lo que es sobrar tiempo; no sé
lo que es no tener nada en qué ocuparse» (17).
Su vida estuvo llena de proyectos y temores:
«Poco hemos hecho, nada; pero os puedo
asegurar, et non mentior, que desde el
subdiaconado mi cabeza no ha vivido sino de
combinaciones y proyectos y temores y
sobresaltos y alegrías y penas sobre los
intereses de Dios» (724).
Su vida sacerdotal estuvo influida por este
dinamismo exuberante. Así lo explicaba el mismo
don Manuel a los ordenandos de Tortosa: «Cuando
se piensa en la actividad que absorbe a un
comerciante, a un bolsista... Ni los placeres,
ni los convites les llenan... Y que el
sacerdote no viva en esta agitación de celo en
su campo... repito que no se concibe» (724).
Don Manuel, presionado por la gloria divina,
sentía la necesidad de la acción: «¿Cuándo dirá
usted a Jesús que me dé cuarenta y ocho horas
al día y gente para que podamos ir por esas
parroquias y animar las almas?» (744). «Pidan a
Jesús —escribe a don Benjamín Miñana— que me dé
cuarenta y ocho horas cada día y me quite la
necesidad de dormir» (745).
Su martirio, la inactividad: «Recuerdo —dice
don José Cambra— haber oído a don Manuel que el
tiempo que más le dolía era el que había de
emplear en afeitarse y comer: ¡Miserias,
xiquet, miserias!» (745). Afirmaba su
secretario de los últimos años, don Juan
Estruel: «Dado su carácter, le es un martirio
el tener que estar sin hacer nada» (542).
12
Firme y muy valiente
13
Responsable y dueño de sí
1. Responsable
14
Coherente con un proyecto
2. Castidad y austeridad