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San pablo:

1) su perfil de apóstol

Ciertamente después de Jesús es del personaje de los orígenes del que tenemos más información, ya que se cuenta con relatos de san
Lucas en los hechos de los apóstoles y además de ello las cartas que provienen directamente de su mano, revelándonos así su
personalidad y su pensamiento.

Su nombre original era Saulo, en hebreo Saúl, y es judío de la diáspora de la ciudad de tarso, siendo su maestro Gamaliel, fue un judío
celoso de la ley y por ello persiguió a los cristianos ya que el mensaje de estos les parecía inaceptable y escandaloso porque no ponían
en el centro de su predicación la ley de Dios sino a Cristo. En el camino hacia damasco fue “alcanzado por Cristo”. Este hecho lo
describe como una visión, iluminación y como una vocación y gracias a este encuentro se hace llamar “apóstol por vocación” o “apóstol
por voluntad de Dios” 2 Co 1,1. Se dedicó a proclamar la Buena Nueva, cuyo centro es la reconciliación del hombre con Dios, consigo
mismo y con los demás, es por ello que pasa por muchos trabajos cárceles y azotes los cuales los afronto con valentía por amor a Cristo
y esto lo afirma cuando dice “ el amor a Cristo nos apremia al pensar que murió por todos, para que ya no vivan para si los que viven,
sino para a el que murió y resucitó por ellos, por nosotros, por todos” 2 Co 5, 14-15

2) San pablo y su centralidad de Cristo: Al ver a san pablo nos ayuda a formular la pregunta de fondo ¿Cómo se produce el
encuentro del ser humano con Cristo? Y a ella respondemos:
a) La fe como un valor fundamental e insustituible: ella nos justifica, significando esto el hecho de ser acogidos por la
misericordia de Dios, es decir ya no vivimos para nosotros mismos, sino que se vive de Cristo y con cristo.
b) No buscarse así mismo, sino revestirse de cristo y entregarse con Cristo: es el hecho de padecer como Cristo. “de manera que
llevamos siempre en nuestro cuerpo por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste
en nuestro cuerpo” 2 Co 4, 10

Hay que afrontar nuestra existencia con sus alegrías y dolores, sostenidos por estos grandes sentimientos de san Pablo si los vivimos
podremos comprender lo que dice él mismo: “yo sé bien en quien tengo puesta mi fe y estoy convencido de que es poderoso para
guardar mi deposito hasta aquel día” 2tm 1, 12 y reafirmaremos lo que él también dijo “ si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra
nosotros? Rm 8, 31.

San pablo:
1) su perfil de apóstol

Ciertamente después de Jesús es del personaje de los orígenes del que tenemos más información, ya que se cuenta con relatos de san
Lucas en los hechos de los apóstoles y además de ello las cartas que provienen directamente de su mano, revelándonos así su
personalidad y su pensamiento.

Su nombre original era Saulo, en hebreo Saúl, y es judío de la diáspora de la ciudad de tarso, siendo su maestro Gamaliel, fue un judío
celoso de la ley y por ello persiguió a los cristianos ya que el mensaje de estos les parecía inaceptable y escandaloso porque no ponían
en el centro de su predicación la ley de Dios sino a Cristo. En el camino hacia damasco fue “alcanzado por Cristo”. Este hecho lo
describe como una visión, iluminación y como una vocación y gracias a este encuentro se hace llamar “apóstol por vocación” o “apóstol
por voluntad de Dios” 2 Co 1,1. Se dedicó a proclamar la Buena Nueva, cuyo centro es la reconciliación del hombre con Dios, consigo
mismo y con los demás, es por ello que pasa por muchos trabajos cárceles y azotes los cuales los afronto con valentía por amor a Cristo
y esto lo afirma cuando dice “ el amor a Cristo nos apremia al pensar que murió por todos, para que ya no vivan para si los que viven,
sino para a el que murió y resucitó por ellos, por nosotros, por todos” 2 Co 5, 14-15

2) San pablo y su centralidad de Cristo: Al ver a san pablo nos ayuda a formular la pregunta de fondo ¿Cómo se produce
el encuentro del ser humano con Cristo? Y a ella respondemos:
c) La fe como un valor fundamental e insustituible: ella nos justifica, significando esto el hecho de ser acogidos por la
misericordia de Dios, es decir ya no vivimos para nosotros mismos, sino que se vive de Cristo y con cristo.
d) No buscarse así mismo, sino revestirse de cristo y entregarse con Cristo: es el hecho de padecer como Cristo. “de manera que
llevamos siempre en nuestro cuerpo por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste
en nuestro cuerpo” 2 Co 4, 10

Hay que afrontar nuestra existencia con sus alegrías y dolores, sostenidos por estos grandes sentimientos de san Pablo si los vivimos
podremos comprender lo que dice él mismo: “yo sé bien en quien tengo puesta mi fe y estoy convencido de que es poderoso para
guardar mi deposito hasta aquel día” 2tm 1, 12 y reafirmaremos lo que él también dijo “ si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra
nosotros? Rm 8, 31.

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