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Doctorado en Educación
Con el libro “La estructura de las Revoluciones Científicas” escrito por Tomas Khun,
publicado en 1962, los aspectos sobre paradigma se han posicionado de gran manera,
al punto de ser tan significativo que han repercutido en el mundo de las investigaciones
sociales. Esta noción de paradigma abordada por Khun como lo que refleja una
perspectiva real, básica y objetiva básica del objeto de una ciencia, determina lo que
hay que investigar, las preguntas básicas a plantear, es decir, el problema que se debe
escudriñar y las posibles reglas a seguir en un intento de interpretar y analizar las
réplicas que se obtienen; Khun consideró los paradigmas como elaboraciones
científicas generales registradas que, por algún tiempo, proveen lineamientos para
solucionar problemas de investigación dentro de los procesos de una comunidad
científica (Kuhn, 1986).
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Trataremos, con este trabajo, de describir la importancia de los paradigmas y el por qué
el sujeto que quiere conocer debe escoger de forma pertinente el paradigma, siempre
fundado en los pilares ontológicos, axiológicos, metodológicos y epistémicos.
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¿Por qué es importante que el investigador defina claramente el o los paradigmas
de su estudio?
La palabra paradigma fue utilizada por Gage (como se citó en SHULMAN, 1989) para
referirse a los modelos como maneras de pensar o pautas para la investigación que
pueden conducir al desarrollo de la teoría. Sin embargo, la acuñación del termino
paradigma se le atribuye a Kuhn (1970), quien en el libro «estructura de las
revoluciones científicas» enuncia que un paradigma es una responsabilidad implícita,
no enunciada ni divulgada, de una agrupación de investigadores con ciertos criterios
científicos. Así mismo, Kuhn afirma que en una ciencia con cierto grado de experiencia
sólo puede prevalecer un paradigma a la vez, comunicándolo esa camada de
científicos, y se utiliza para establecer las maneras correctas de enunciar las preguntas
básicas que se precisan como las labores de indagación en la ciencia que se hace con
rigurosidad académica.
Hablar de conciencia es abstracto para algunos, mientras que para otros podría ser
concreto y objetivo. Igual pasa en la ciencia y los paradigmas, de ahí que un intento
de hacer una ontología de la conciencia sea una misión ardua, o una ontología en la
investigación. Fullat (1992) considera la conciencia como algo inconvertible,
irrefutable, indispensable. Idea esta que se torna interesante en cuanto da
protagonismo al hombre, el hombre es la conciencia misma, sólo hay una existencia
cuando hay conciencia, cuando se entra en reflexión sobre lo natural para
transformarlo. El ser observa lo natural, entra en conciencia y percibe los paisajes
transformados a lo cultural. La cultura es naturalismo hecho en conciencia. Sin
embargo, no faltará quien, como Nietzsche, han desvalorizado la conciencia
describiéndola como la más tardía y frágil evolución de la vida. Pero a pesar de este
fatalismo la conciencia está ahí, naturaleza – encéfalo, cultura – habla (Fullat, 1992).
De esta manera los paradigmas, desde los términos de una ontología, son conciencia
que no se puede desprender de todo proceso investigativo ligado a un paradigma.
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En el trato con los paradigmas para la investigación, entra como fundamental el
componente axiológico como determinante en la conciencia libre del investigador.
Escoger un paradigma, desde un axiologismo, es una tarea propia del investigador.
Sólo el investigador desde su reflexión puede dar cuenta y escoger el modelo
paradigmático acorde con los valores, la moral y la ética personal (Quintana, 2009).
No se puede hacer un ejercicio académico riguroso sin partir de unos pilares éticos
fuertes y profundos. Todo ser se ha construido y deconstruido dentro de un marco
social que lo a determinado con una axiología o axiologismos sociales que han
hecho la estructura fundamental de dicho ser. En este sentido, Quintana (2009),
expuso
Los paradigmas, teniendo presentes las anteriores acotaciones, son puros axiologismos
fruto de la natural conciencia del ser que se desarrolla viviendo y sintiendo.
Desde otro punto de vista, Guba (1990) plante una pregunta para el plano
metodológico en investigación: ¿cómo debe el investigador alcanzar el conocimiento?
Podríamos tal vez trasplantar y modificar un poco esta pregunta para el marco de los
paradigmas en investigación; ¿cómo debe el investigador escoger el paradigma más
adecuado desde los aspectos ontológicos, axiológicos y epistemológicos? Desde una
escogencia de paradigma positivista el investigador propondría preguntas, hipótesis
anticipados, procesos empíricos manipulados y controlados. Desde el pospositivista
una postura de criticidad y discrepancias, así como una fuerte reflexión desde las
comunidades de científicos. Desde el paradigma de la teoría crítica cabría una
conciencia dialógica transformista y participativa. Y por último desde el paradigma
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constructivista una hermenéutica y dialéctica de construcciones individuales relativa
(Flores, 2004).
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Mapa conceptual sobre los paradigmas actuales en investigación educativa
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Conclusiones
Según Ramos (2015), existe una tendencia que intenta cohesionar los dos enfoques en
investigación, el cualitativo y cuantitativo.
Al fin y al cabo, las disconformidades que existen son más bien de representación
teórica que práctica u operativo. En la actualidad en el compromiso de campo, los
científicos tienden a la conjunción y adicionamiento de métodos, instrumentos y
técnicas en su calado investigativo, sin ser un prejuicio la afiliación cualitativa o
cuantitativa como paradigmas a seguir (Armas, Martínez y Luis, 2009).
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Referencias
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Ramos, C. (2015). Los paradigmas de la investigación científica. Avances en psicología,
23(1), 9-17. Recuperado en
http://revistas.unife.edu.pe/index.php/avancesenpsicologia/article/view/167/159
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