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Industria cultural
Industria cultural. En el sistema de
producción cultural pueden considerarse: Concepto:
la televisión, la radio, los diarios y Se define como el conjunto de empresas e
revistas, industria cinematográficas, instituciones cuya principal actividad económica
discográficas, las editoriales, compañías es la producción de cultura con fines lucrativos.
de teatro o danza, las distribuidoras, creando
mecanismos que buscan a la vez aumentar
el consumo de sus productos, modificar los hábitos sociales, educar, informar y, finalmente, transformar a
la sociedad, por tanto abarca todos los ámbitos de la sociedad e intenta incluir a todos los individuos sin
excepción.
Sumario
1 Surgimiento
2 Concepto
3 Función
4 Reflexiones sobre la industria cultural
Surgimiento
Los que le dieron origen al nombre Industria Cultural fueron los filósofos de la Escuela de Frankfurt, T. W.
Adorno y M. Horkheimer. Este fenómeno fue analizado bajo el surgimiento de la sociedad de masas
promediando los años 50
Para estos filósofos alemanes el poder de la radio y del cine, así como la creciente influencia de la
televisión implicaba un quiebre de la cultura y su conversión en simple mercancía. Por tanto empezaron a
analizar factores como la serialización, la estandarización, la división del trabajo en la creación de un bien
cultural y el consumo de masas.
Concepto
Industria cultural: estructura funcional del medio, interpretaciones actuales y trascendencia del término.
Función
Los contenidos de los medios manipulan al individuo y de esta manera, desarrolla una falsa
conciencia tanto de su contexto social inmediato como de fenómenos sociales abstractos.
Se busca escapar al aburrimiento con nuevas experiencias, buscando lo fácil y superficial, sin
esfuerzo, más que diversión se da una reproducción y confirmación de las formas de vida dominantes,
existiendo una función social en la diversión comercializada.
La paradoja que representa el tiempo libre regido por la industria cultural es que reproduce los
esquemas del mundo laboral.
La industria cultural cuenta con una oferta gigantesca y propicia la idea de que casi no se pueda
dar un paso fuera del ámbito del trabajo sin topar con alguna manifestación perteneciente a la industria
de la cultura.
En la era de la globalización, las ciudades están incrementando la competencia unas con otras, ya sea por el
establecimiento de firmas multinacionales, o por el derecho a albergar grandes eventos culturales o deportivos.
El informe revela que el valor cultural o el éxito económico están empezando a concebirse como dos factores
interconectados. Ciudades como Londres, Nueva York o París conciben la cultura como una parte fundamental
de su poder económico. Pero también es reconocido de esta manera por las ciudades de economías
emergentes como Shanghai, Estambul o Sao Paulo, que han impulsado de manera considerable la actividad
cultural en los últimos tiempos.
1) Más empleos: las formas comerciales de la cultura – las industrias creativas- constituyen una parte
importante y creciente de las economías de las grandes ciudades. Dados los retos que afrontan otros sectores
económicos como el financiero o los servicios públicos, las industrias creativas representan una larga fuente de
empleos, exportaciones e impuestos sobre los ingresos.
2) Atracción de Talento: La segunda contribución de la cultura a las economías urbanas es, si cabe, más
fundamental. La cultura en todas sus formas es importante porque convierte a las ciudades en lugares
atractivos para las personas con formación y también para los negocios que buscan emplearlas. En la
globalizada economía del conocimiento, tener una fuerza de trabajo bien formada es una de las claves para el
éxito, y estos trabajadores demandan entornos creativos y estimulantes. Por lo tanto, una rica y vibrante cultura
también se convierte en una fuente indirecta de éxito económico.
En conclusión
Si este informe está en lo cierto y se comprueba que la industria cultural juega un papel fundamental en la
economía, incrementando el número de empleos directos, a la vez que atrae a una selecta élite intelectual-
creativa, es preciso que hagamos una fuerte crítica con respecto a lo que está ocurriendo en España.
En nuestro país hemos asistido en los últimos años y dentro de la llamada “burbuja inmobiliaria” a la
proliferación de numerosos recintos dedicados a la cultura. Sin embargo, todo el peso económico ha caído
sobre un sector público que en estos momentos se ve desbordado ante la falta de financiación o al creciente
endeudamiento. Por eso, corresponde ahora al sector privado (e incluso a la iniciativa personal) realizar su
parte del trabajo y apostar por esta economía de presente y de futuro, de otra forma, iremos perdiendo puestos
en el ranking mundial de ciudades y países más desarrollados cultural y, por tanto, económicamente.