Salón de Clases Noveno Grado: mal uso del celular

Un día de clases como cualquier otro en el salón D6 del grado 6°

Llega la docente Nathalie Vanegas a dictar su clase de Matemáticas

- Seidy: Buenos días jóvenes, el día de hoy nos formaremos en grupo de 4 personas y

desarrollaremos un taller de trigonometría, espero que hallan traído una calculadora como se los

indique la clase pasada ya que no aceptare el uso del celular.

Los estudiantes responden sí. Después de dichas instrucciones los estudiantes se empiezan a

organizar.

Luego de unos minutos los estudiantes empiezan a realizar sus actividades menos el grupo de

Julieth, Erika, Nathalie y Diana donde fue la única que trajo.

- Diana: porque no trajeron calculadoras, yo no voy a hacer el trabajo sola.

- Erika: tranquila no lo va a hacer sola, nosotras lo vamos a hacer en el celular.

Las demás respondieron con un sí.

Diana llena de miedo empieza a realizar el taller, pero sus compañeras optaron por mirar las

redes sociales y dejarla sola con el trabajo.

- Erika empieza a reírse con sus otras compañeras, causando gran intriga en la docente.

- Docente: les había dicho que no iba a permitir el uso del celular.

- Nathalie: profe se nos quedo la calculadora, solo Diana la trajo.

- Julieth: profe déjenos trabajar con el celular, mire que nosotras solo estamos utilizando la

calculadora.

- Docente: no, yo les había dicho la clase pasada que trajeran una calculadora.

Erika: profe la verdad se me olvido, se nos olvido traerla.

- Docente: y por que a sus compañeros no se les olvido.

Al ver la reacción de la profe ellas se quedan calladas.

- Docente: cómo van a hacer el trabajo, ya les queda una hora de clase, y si utilizaron el celular

supongo que ya están por acabar.

- Diana: no profe, yo estoy trabajando sola ellas no me han ayudado solo están viendo Facebook.

- Docente: como así Diana estas trabajando sola y porque no me había dicho nada.

Diana se queda callada.

- Docente: Nathalie, Erika y Julieth me pueden explicar porque no le han ayudado a Diana.

- Julieth: profe si le hemos ayudado….

- Docente: ya les había dicho que no quería que utilizaran el celular, esto va para todos.

- Docente: me acompañan a coordinación.

Mientras se dirigían a coordinación ellas trataban de hablar con la docente para que no llamaran

a sus padres.

- Docente: esa decisión no la tomo yo, creo que fui muy clara respecto a uso del celular en mi

clase a menos que sea para algo urgente.

- Julieth: profe déjenos realizar el trabajo, nosotras no sacamos el utilizar.

Llegan a coordinación.

- Coordinador: profe buenos días.

- Docente: Profe buenos días, profe quiero que me oriente respecto a que debo de hacer con estas

niñas, la clase pasada les había dicho que el día de hoy trajeran una calculadora para realizar un

trabajo, ellas se forman en grupo y dejan a su compañera sola, como trajeron el material

solicitado sacan sus celulares y empiezan a mirar Facebook dejando a su compañera sola.

- Coordinador: profe llamemos a lo padres y les comentamos lo que paso hoy para que orienten a

las niñas sobre el uso de las redes sociales, además creo que están un poco niñas como para tener

Facebook.

La decente llama a sus padres y les informa sobre el comportamiento de sus hijas en el aula, ya

que no prestan atención por estar utilizando sus celulares.

Análisis: Es muy importante que cuando los padres les dan a sus hijos adolescentes un teléfono

celular hablen muy claro con ellos sobre los riesgos del mal uso. Que les expliquen con toda

claridad cuáles son esos riesgos y cómo evitarlos. Así mismo he de explicarles que en los

colegios el uso del celular carácter urgente como llamada de familiares o informar de alguna

situación.

Según el periódico el Tiempo, Las tres cuartas partes de la humanidad tienen ya un celular. En

Colombia, el DANE registró que, en 2016, en el 96,4 % de los hogares del país algún miembro

contaba con teléfono celular. Es decir, es evidente que el uso de estas tecnologías se ha

multiplicado tanto que hoy es raro encontrar a alguien —niño, joven o adulto— que no tenga
uno. Con la expansión del internet inalámbrico, la explosión de las redes sociales y las millones

de ‘aplicaciones’ desarrolladas para hacernos la vida más cómoda y fácil, el ‘smartphone’ ha

pasado de ser un simple teléfono o un gadget para convertirse en la extensión de nuestros deseos

y fantasías. Un fetiche con el que nos acostamos todas las noches y nos levantamos todas las

mañanas. Para muchos es una extensión de sí mismos.