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Por otro lado, no sólo el desempleo, también la inflación depende del volumen de demanda
efectiva; cuando la demanda es deficiente se produce el desempleo y cuando la demanda es
excesiva se produce la inflación. Keynes acepta la conclusión tradicional de que los
aumentos de la cantidad de dinero llevarán a aumentos en el nivel de precios, pero difiere
en el proceso causal. El impacto inicial del aumento en la cantidad de dinero disminuye los
tipos de interés, lo que aumenta la demanda efectiva por inversión, asociada a un aumento
de la renta, del empleo y de la producción. Es a causa del incremento en el costo de la mano
de obra que los precios también comienzan a subir.
Como los mercados no son autorregulables, se hace necesaria la aplicación por parte de las
autoridades económicas de políticas fiscales y/o monetarias para contrarrestar el ciclo, esto
es medidas expansivas en el presupuesto público y en la oferta monetaria durante los
períodos de estancamiento del producto. Pues si existe desempleo, esto es por una demanda
efectiva deficiente, ésta a su vez se da por un nivel bajo de inversión; ante ello caben dos
acciones por parte del gobierno: una es la política fiscal a través de la expansión en
inversión pública que suplante a la privada y otra es la política monetaria a través de la
variación en la cantidad de dinero que modifique la tasa de interés3 y haga atractivas nuevas
inversiones por parte de los privados.
Esto dio lugar, por un lado, al surgimiento a nuevas teorías que atacaban los postulados
keynesianos y, por otro, a principios de los años 80 una nueva generación de economistas
hiciera una revisión de las ideas keynesianas originarias, sobre todo en el Instituto
Tecnológico de Masachusset (MIT) y en la universidad de Harvard, los que pasaron a
denominarse neo-keynesianos.
Entre sus ideas podemos destacar: Las explicaciones de fondo de las causas por las cuales
ocurre la rigidez de precios introduciendo la competencia imperfecta en los mercados, por
una parte. Y por otra la enumeración de más factores que originan el ciclo económico como
la existencia de fallos de mercado, fricciones nominales en la demanda o rigideces reales en
los precios, además de reconocer que las oscilaciones en la oferta monetaria provocan
fluctuaciones y generan ciclos, de forma que el dinero no es neutral.