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HOMBRE MASA

INTRODUCCIÓN
La persona humana es un elemento esencial para el Estado, siendo éste último considerado un
ente cultural y hecho real que se encuentra en constante cambio y sujeto a las acciones humanas.
Por esta razón, existen diferentes tipos de Estados conforme al tipo de hombres que lo integren
y coexisten diversas clases de personas en cada uno de ellos. Éstas son las que influyen en la
formación y caracterización del Estado; ya sea por la misma situación económica, cultural,
intelectual o social que lo constituyen el hombre busca determinar su existencia y su cometido
en una sociedad, de acuerdo a sus cualidades, ideologías y capacidades. Si estas son negativas,
limitan la obtención de un Estado óptimo que favorezca a la sociedad en su totalidad. Una de
las cualidades más importantes de los hombres dentro de una sociedad es la del hombre-masa,
un hombre medio, simple y vulgar que se conforma con lo que es, no se exige ni se propone
cambiar. Este modelo de hombre se halla en nuestra vida cotidiana, sobre todo en la política
puneña, contrastando sus características con las del ex alcalde David Mamani Paricahua, se
afirma que existe el hombre-masa en la región de Puno. El gobierno de este ex alcalde, reúne,
entre serie de irregularidades, la incapacidad y el desconocimiento de política necesarias para
ejercer una gestión que asegure la calidad de vida del pueblo.

La Propuesta de Ortega y Gasset se encuentra en la Rebelión de las masas que representa al


hombre-masa. En el mundo cada persona cumple un rol determinado, ya sea si cambia e innova
o, en el peor de los casos, continúa y se conforma con la realidad de su sociedad. La división
sobre la importancia y finalidad de la existencia humana se especifica en: la minoría y las masas.
Esta no es una división de clases sociales, sino de cualidades y capacidades humanas que
influyen en el desarrollo de un orden social. Por consiguiente ha de surgir la pregunta: ¿qué
influencia tienen las masas y las minorías en una sociedad? la respuesta a este cuestionamiento
se halla en la idea que caracteriza a las masas y a las minorías.
El concepto de masa de Ortega y Gasset, no se reduce simplemente a un acumulamiento de
personas, sino a una sola que se siente igual al resto. Según el autor “la masa puede definirse,
como hecho sicológico, sin necesidad de esperar a que aparezcan los individuos en
aglomeración” (Ortega y Gasset, 2010, pág. 16) es por esta razón, que lo denomina como
hombre-masa. Por consiguiente, en la actualidad, la existencia de este tipo de hombre no es
reciente, su intervención ha sido fijada, incluso antes que se reconociera su importancia. Ortega
y Gasset lo califica como “hombre medio”, “el cual es un hombre que se halla a mitad del
camino, entre el hombre ignorante y el hombre sabio, que cree saber y no sabe, y que no sabe
lo que debería saber” (Malena, 2009). Es un hombre vulgar y egoísta que no se valora a sí
mismo ni se diferencia de otros, porque se mantiene en el conformismo, elige el camino fácil y
no se exige nada a sí mismo ni busca superarse. Se siente cómodo con lo que es como para
optar por un cambio, piensa que es la mejor versión de sí mismo y la idea de ser igual a los
demás no le molesta en lo absoluto. Sin embargo, este modelo de hombre es el que llega al
poder — ahora cuando se encuentra en un Estado de democracia-- a través de acciones corruptas
e inmorales “debido a que poseen un cultura, historia y temperamento político peculiares, y
desgraciadamente, de escasa moral política también, el sufragio universal ha llevado
ordinariamente el poder, no a los más capaces, sino a los más audaces y con mejor
organización de propaganda y de fuerza para adueñarse de los puestos públicos” (Porrúa
Pérez, 2005, pág. 485). No obstante, existe el hombre de las minorías, cuando se habla de aquel
“no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás,
aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores” (Ortega y Gasset, 2010,
pág. 17) que se reúne sólo con los que coinciden en el rechazo de las masas. A diferencia del
hombre de las minorías que se agrupa de acuerdo a sus intereses y cualidades. El hombre-masa
formado por la misma sociedad, es influenciado por sus costumbres y comportamientos que
pretenden buscar la satisfacción común de un pueblo que no prospera ni desea hacerlo. “Esta sociedad
ha producido al hombre-masa, que no puede hacer nada por sí mismo, ni siquiera pensar en sí mismo,
porque no tiene “espacio” está metido en la masa que come su voluntad y la convierte en un anhelo
común para ser un hombre standard” (López, 2013), es por eso que la masa no se sentía capaz de ejercer
cargos políticos y puestos importantes de trabajo, dejándole la labor a las minorías. Ahora, en cambio
la masa siente poseer la capacidad y las características de un jefe, alcalde o presidente. Que después se
convierten en los deseos personales del hombre que intenta llegar al poder:
No consiste sólo en ese mayor consumo, sino que va acompañada de “asumir las actividades
propias de las minorías”, entre las cuales parece que no se citan ninguna otra que la de “las
funciones de gobierno y de juicio político sobre los asuntos públicos”, porque nadie pretende
asumir las actividades propias de los médicos, arquitectos o ingenieros. En esos casos, la
cualificación profesional les salva de la acometida de los “rebeldes” y ninguna masa pretende
asumir sus competencias. (San Martín, 2011, pág. 446)

Cuando el hombre-masa accede a la política, ejerce el poder político en su propio beneficio y el de sus
seguidores. Este hombre no reconoce que su conocimiento es limitado y que aparte del agrado que pueda
recibir de la sociedad se encuentra la capacidad política, la honestidad y un fin determinado que alcanzar
para su pueblo.

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