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VATTIMO, Gianni (1936- ).

Filósofo y sociólogo italiano, nacido en Turín, el 4 de enero de 1936. Figura


destacada del pensamiento contemporáneo, se le atribuye, entre otras ideas, la
noción de "pensamiento débil".

Se formó en Filosofía en la universidad de Turín, y luego en la de Heidelberg.

Fue discípulo de Hans-Georg Gadamer, y es seguidor de esa corriente


hermenéutica en filosofía. En 1964 se inicia en la docencia, enseñando Estética
en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Turín, de la que llega a
ser decano. Profundamente influido por las ideas de Heidegger y Nietzsche,
Vattimo ha desempeñado labores de profesor universitario en Los Ángeles, Yale
y Nueva York.

Recibió el título honorífico de doctor Honoris Causa por las universidades de


Palermo (Argentina), de la Universidad de La Plata (Argentina), la UNED
(España) la universidad Inca Garcilaso de la Vega (Perú) y la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos (Perú), entre otras.

Es miembro de la Academia Europea de las Ciencias y las Artes. Ha sido un


asiduo colaborador en distintos periódicos italianos, en la que su palabra crítica
es tomada como punto de referencia de citas en textos posteriores. Actualmente
enseña Filosofía Teorética en su ciudad natal, como corolario de una labor
ininterrumpida de 40 años en la enseñanza y profundización de los valores de la
Filosofía, es considerado uno de los principales autores del postmodernismo y
fundamentalmente conocido por el filósofo del "pensamiento débil".

Como político inició su trayectoria en el Partido Radicale, luego en Alleanza per


Torino (Olivo) y más tarde en Demócratas de Izquierda dentro del Parlamento
Europeo, formación que abandonó en 2004. También es miembro de la dirección
nacional de Coordinamento Omosessuale (CODS).

Su ciudad natal siempre fue un sitio rendido al pensamiento nietzscheano, dado


que allí el filósofo nihilista había procurado alojamiento. Posteriormente, fue
influido por Gadamer, en Heidelberg. En 1961 publicó El concepto de producción
en Aristóteles, con 25 años. En 1963 sale a publicación Ser, esencia y lenguaje
en Heidegger, donde se nota la fuerte impronta que deja en él Gadamer, y en
1967 publicó Poesía y Ontología, en la línea de sus indagaciones estéticas.

En sus últimos textos se interesó por los temas que plantea la religión, y los
analiza desde sus escritos Creer que se cree, de 1996, Después de la cristiandad,
de 2002 y El futuro de la religión, de 2005. La historia dramáticamente trágica
que recorre a la iglesia católica tiene para Vattimo una estrecha relación en la
historia, en un correlato paraleo al desarrollo de Europa.
Ha tenido acercamientos con el psicoanálisis, en sus vertientes freudiana y
lacaniana, de allí surgieron las obras El sujeto y la máscara, Más allá del
sujeto y Ética de la interpretación.

Vattimo considera que nuestra época, la Posmodernidad, está basada


centralmente partir de los medios de comunicación y las estructuras por el que
accedemos a la información, superando las rígidas arquitecturas de circulación
del conocimiento en la Modernidad, donde los conceptos eran unívocos, estables
y consistentes, y la historia quedaba consolidada en una única versión posible.
La Posmodernidad, sin embargo, es la que abre el camino a la tolerancia, a la
diversidad de opinión, donde, frente a las concepciones del mundo totalizadoras,
surge un pensamiento menos atribulado, ajeno a una posición dominante,
denominado "pensamiento débil". Esta forma de pensar se relaciona con los
fenómenos multimedia, donde el escenario icónico visual relativiza las relaciones
de dominación, democratizando los valores. Es en su obra La Sociedad
transparente (1990) donde señala el papel preponderante de los medios en la
mentalidad de la época actual, erigidos en los difusores de verdades parciales,
contrapuestas y complejas, sin dar acceso a la construcción de un mundo
consolidado, sino que éste está esparcido en sus innumerables contenidos. En
el seno de esta cultura se diluyen los valores autoritarios, universales, donde lo
que reproducen es apenas la huella de la complejidad, representaciones en las
que se reproducen infinitamente las percepciones, los valores, las opiniones, y
se instaura la muerte de los dogmas y la intolerancia. Se preserva de este modo
el valor principal, el de la libertad.

FUENTE: texto extraído de http://www.mcnbiografias.com

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