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Los gentiles son aquellos que en primer lugar no descienden de Abraham y en segundo lugar

por no haber recibido la predicación de la sabiduría oculta revelada a Pablo viven, en el reino
de las tinieblas con su corazón entenebrecido Ro 1:21, independientemente de que se
congreguen en algún centro de religiosidad de tantos que abundan en el mundo. Este trabajo
se lo dirijo a esas personas que como mi hija Adriana viven con su corazón y con su mente en
la época del viejo Adán, 2Tim 2:26, como viven la mayoría de los que se denominan cristianos
independientemente de la denominación a la que dicen pertenecer.

Las congregaciones en su mayoría, por no decir todas, amedrantan a las personas pero
también se que ese temor nace de sus propias mentes. No olvidemos que el hombre está
hecho de corazón, que de acuerdo como es su corazón serán sus pensamientos; que de
acuerdo como son sus pensamientos será su hablar; que de acuerdo con su hablar será
afectado su cuerpo y de todo esto resultará inflamada o sanada la rueda de la creación. Mat
15:19, Ef 4:23, Stgo 3:6, Heb 4:12, Pr 4:23.

Este ciclo bidireccional comporta la naturaleza humana en donde el corazón es el alma (no
como enseñan los escolásticos que el alma es entendimiento, memoria y voluntad), la mente es
una de las manifestaciones de nuestro espíritu y el recipiente del conocimiento; el cuerpo y la
creación son el espacio donde vivimos que serán afectados de acuerdo a como sean nuestro
corazón, nuestra mente y nuestro hablar.

Por este principio o proceso:

Dios <=> (corazón ↔ mente ↔ palabra ↔ cuerpo) ↔ creación

Y que después de la caída al romperse la relación con Dios se transforma en:

Dios <≠> (corazón ↔ mente ↔ palabra ↔ cuerpo) ↔ creación

Sabemos que ese temor nace de la falta de libertad en Cristo Jesús el resucitado, el que hoy
vive por los siglos de los siglos. Además también sabemos que los temores no pueden ser
eliminados del corazón de las personas sino por la locura de la predicación de la sabiduría
oculta de Dios,1Cor 1:21, la cual ignoraron e ignoran los príncipes de este siglo, 1Cor 2:6-8,
Ef 3:2, Ef 3:4, Ef 3:7, Ef 3:9, Ef 3:10 y que fue revelada solo a Pablo. Quien al ser abandonado
por casi todos, 2Tim 1:15 temía que después de su partida vendrían lobos rapaces que no
perdonarían al rebaño, Hech 20:29 y falsearían las escrituras, 2Cor 2:16-17.

Como en efecto sucedió, por lo cual esa locura de la predicación escasamente se oye puesto
que han escaseado los ministros competentes del nuevo pacto, 2Cor 3:5-61. Ministros que
habiendo recibido esa gracia de la predicación, Ef 3:2, Ef 3:7 y el mandato de Dios 1Tim 1:1,
1Tim 1:5,, hayan limpiado su corazón, purificado su conciencia y adquirido la fe no fingida, Ro
10:17, Gal 3:2, Gal 3:23, recibiendo de sus antecesores esa locura de la predicación de la
sabiduría oculta, pues esta es la única forma por medio de la cual puede nacer en una
persona el verdadero amor que echa fuera el temor, el perfecto amor que es fruto de acción del
Espíritu de Dios en nosotros, Gal 5:22, 1Juan 4:18. Ministros que presenten cartas de
recomendación escritas por el Espíritu del Dios vivo 2Cor 3:1-3 y reciban en misericordia con
clemencia a los pecadores, 1Tim 1:16.

Esa palabra, la predicación de la sabiduría oculta de Dios en la boca de un ministro limpio de


corazón, con buena conciencia, con fe no fingida al nacer del amor del mismo Espíritu, Luc
4:18, es la que penetra y parte el alma y el espíritu y discierne las intenciones del corazón,
Heb 4:12 y es el ejercicio espiritual verdadero para dejar de ser niños en Cristo y así alcanzar la
madurez, Heb 5:14, para que Cristo pueda ser formado en nosotros, Gal 4:19, Ro 8:29. Este
proceso de formación por la impartición de la palabra parte de la circuncisión del corazón en

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Una prueba de lo anterior es Juan 3 en donde se narra como Nicodemo, uno de los principales del Sanedrín, rabí de
la Ley no entendía lo del nuevo nacimiento. Igual conclusión sacamos cuando pensamos que ninguno de los doce ni
siquiera era rabí.

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espíritu, Ro 2:29 y los que a el se someten (dejan atrás el régimen de la ley y se dejan guiar por
el régimen del Espíritu, Ro 7:6, Fil 3:3-8) son alabados por Dios y no por los hombres, puesto
que los hombres los siguen viendo según la justicia de la ley o según su propia justicia que está
en sus mentes envanecidas, Ef 4:17. El hombre natural no discierne estas cosas pues son
espirituales, en cambio el espiritual no es juzgado por nadie, 1Cor 2:14-15.

Por medio de dicho proceso, ahora en la dispensación de la gracia, el tiempo de los gentiles,
pueden ser reescritas las leyes espirituales de Dios en nuestro corazón y en nuestra mente,
como un periodo previo de transición hacia el nuevo pacto. Nuevo pacto en el cual nacerán con
ellas puestas en sus corazones y en sus mentes, según dice Heb 8:10-11 y Jer 31:33-34. ¿Se
refiere acaso a la ley de Moisés escrita en nuestro corazón y en nuestra mente? ¿La misma ley
de la cual el pecado por el mandamiento produce en nosotros toda codicia, Ro 7:8, de tal forma
que de nuestro corazón nazcan los malos pensamientos, los adulterios, los homicidios y cosas
semejantes que son las que contaminan al hombre, Mat 15:11,17-20?

Debemos de reconocer que después de la caída se instauró un poder en el corazón del


hombre. Poder del cual nacen los malos pensamientos, los adulterios, los homicidios y toda
obra semejante, Gal 5:19-21. Poder que es como un árbol codiciable del cual procede toda
sabiduría, es decir el rudimentalismo religioso, Gen 3:6. Poder que es la plena manifestación
del imperio de la muerte, Gen 2:17, poder que fue derrocado por Cristo en la cruz, Heb 2:14,
poder que proviene de la ley, por cuanto el poder del pecado es la ley y el pecado trae la
muerte, 1Cor 15:56, Ro 3:20, Ro 7:8, Ro 7:9, Gen 3:5, Gen 3:6, Gen 2:17. Poder que se ejerce
en el reino de las tinieblas y en Dios no hay tinieblas, 1Juan 1:5. Así empezamos a
comprender la misión dada por Dios a Pablo para liberar a los gentiles de esa potestad (poder)
de Satanás, Hech 26:16-18, 2Cor 12:1-4.

La sabiduría oculta trazada por Pablo de Tarso nos dice que en el reino de la luz no puede
imperar el aguijón de la muerte o sea el pecado que es producto del conocimiento que da la ley
y de la codicia que viene del pecado por la ley, que es el mismo fruto del conocimiento del árbol
del bien y del mal, 1Cor 15:56, Ro 3:20, Ro 7:8, Gen 3:6. Esta ley, que es la ley del pecado y
de la muerte, Ro 7:9, Ez 18:4 y 20, ya no puede seguir actuando en nosotros, Ro 8:2, puesto
que en el gobierno de Dios ya no puede imperar la muerte Heb 2:14. Además, tampoco
pueden seguir imperando las causas de toda codicia. Igualmente, si por el poder del Espíritu,
por medio de la locura de la predicación son reemplazadas en nuestros corazones y en
nuestra mente, las fuentes del conocimiento del pecado y de la codicia, la muerte ya no tiene
potestad sobre nosotros al recibir de Cristo la vida eterna.

Es decir cuando nuestra mente y nuestro corazón permanecen en el reino de las tinieblas,
todavía están gobernados por la codicia que produce el pecado por el mandamiento, lo cual no
nos permite entrar al reino de la luz de su amado Hijo. Ese conocimiento primigenio, la ley del
pecado y de la muerte que entró en nuestras mente y en nuestro corazones en Edén, inducido
por la serpiente através de un proceso como el descrito antes, ahora en Cristo es remplazado
por este nuevo conocimiento escrito en nuestros corazones y mentes por el poder del Espíritu a
través de la locura de la predicación. Por que así se comprometió Dios en el nuevo pacto, que
ya no es como el que hizo con los patriarcas, a escribir leyes que ya no tienen nada que ver
con el pecado y la muerte sino que la nueva ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús escrita en
nuestros corazones, nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte, Ro 8:2-3, condenando
el pecado en la carne, por el sacrificio de su carne al manifestarse en carne y sufrir los
padecimientos, como un cordero sacrificado del cual se esparcía la sangre siete veces sobre el
altar o arca del pacto que representaba el propio cuerpo de Cristo2, Lev 16:14-15 y 19, Ro
4:25.

En este proceso la sabiduría oculta nos revela cómo nuestro cuerpo pecaminoso carnal ha
sido echado fuera, en la cruz, para que el Espíritu pueda trabajar en nuestra mente sin que
muera nuestro cuerpo físico, Col 2:11, como le sucedía en el antiguo pacto a quien entraba
ante la presencia del Espíritu en pecado, Lev 16:2. Creando así la sabiduría de Dios en
nosotros, un estado o posición similar por no decir superior al que tenía Adán en Edén antes de
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Los siete lugares en donde se esparció la sangre de Jesús como el cordero de Dios son: 1-Getsemaní, como parte de
su sudor. 2-En los 39 latigazos, 3- En sus sienes, 4- En sus manos, 5- En sus pies, 6-En su costado y 7-En todos sus
moretones.

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la caída. Es decir la muerte de nuestro viejo hombre se da por la circuncisión del cuerpo
material y por la circuncisión por el espíritu de nuestro corazón y nuestra mente que están
contaminadas por el conocimiento de la ley del pecado y de la muerte y que es la fuente de
toda codicia. De esta forma al desaparecer la fuente de toda codicia hacemos morir por el
Espíritu las obras de la carne Ro 8:13. He aquí el verdadero principio del nuevo nacimiento
por el cual llegamos a ser una nueva criatura, 2Cor 5:17.

¿Mientras ese proceso se perfecciona el cuerpo puede pecar? La respuesta es: Si por voluntad
nuestra mientras estamos en este cuerpo tratamos de no violar la ley, ¿De esa forma
obtendremos la circuncisión del corazón que es por el Espíritu? Por supuesto es evidente que
no, puesto que Dios ya no lo instituyó así sino que ha conformado una justicia basada en el
proceso de la circuncisión del corazón por la fe en Cristo Jesús, por la fe en el actuar de su
Espíritu en nosotros, Ro 3:20 y 24, Gal 2:16 . Por eso es por gracia y no por obras, Ro 4:16.
Pues eliminada la ley ya no hay transgresión, Ro 4:15, Ro 4:25, Ro 5:13, Ro 10:4 y donde
abundó el pecado sobreabundó la gracia, Ro 5:20-21. A sí que en Cristo el cuerpo está muerto
a causa del pecado Ro 8:10 y por haber muerto a la ley Ro 7:4, Gal 2:19 y haber sido
eliminada la ley, hemos sido libertados de la ley de una vez y para siempre Ro 7:6 y ya no
estamos bajo la ley sino bajo la gracia Ro 6:14, Ro 11:6, Gal 5:18, Ef 2:15, Ro 8:7.

Esto es una paradoja a la cual Pablo le dedica el capítulo séptimo y parte del octavo de la
carta a los romanos. Cuando reconoce que a pesar de haber sido circuncidado de corazón y
renovado en su mente, pues ve en su mente la nueva ley de Dios, la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús, Ro 7:22, Ro 8:13, pero ve en sus miembros, en su cuerpo, otra ley que se revela
contra la ley de su mente, y que lo lleva cautivo a la ley del pecado que esta sus miembros, Ro
7:23, Ro 8:7, 1Cor 15:55. Esta ley, la ley del poder del pecado, es la ley del pecado y de la
muerte, que viene por el conocimiento del pecado y por toda la codicia que produce el pecado
tomando ocasión por el mandamiento Ro 7:8. Por eso Pablo pide ser liberado de la
pecaminosidad de su cuerpo y da gracias a Dios por poder servir con su mente a la nueva ley
de Dios, la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, a pesar de que en la carne le sirve a la ley
del pecado. ¿Cómo es posible esto? Ya lo vimos unos párrafos atrás, pues Dios en su
sabiduría circuncidó nuestro cuerpo en la cruz Col 2:11, para que ese pecado no sea visto por
Dios a través del velo que es su carne Heb 10:20. Es por eso que el templo del velo que era el
que protegía a los sacerdotes se cambio por la carne impoluta de Cristo. Para que nuestro
espíritu pudiera unirse al del Señor en el habitáculo de nuestro cuerpo.

La figura del proceso cambia

Dios <=> Cuerpo de Cristo <=> (corazón circuncidado ↔ mente renovada ↔ palabra de sabiduría) <≠> cuerpo<≠>
¿creación?

Y si pecamos, qué debemos hacer ¿arrepentirnos? La respuesta es la misma: ¿De esa forma
obtendremos la circuncisión del corazón que es por el Espíritu? Por supuesto es evidente que
no y a ese respecto es por eso que el autor de Hebreos nos exhorta a dejar atrás el
arrepentimiento de obras muertas, Heb 6:1-2.

Pero ahora en Cristo, en la circuncisión de nuestro corazón por el Espíritu ya es otra la ley que
reina en nuestros corazones y se escribe en nuestras mentes, la ley de Cristo y no la ley de
Moisés ni la ley de la serpiente; sino la ley de del Espíritu de vida en Cristo Jesús, no la ley del
pecado y de la muerte, sino la ley de la fe, no la ley de las obras, sino la ley de la nueva fe que
nace por el oír la sabiduría de Dios que estaba oculta y que fue reservada para los que son
miembros legítimos de su iglesia, fe que produce la certeza de esta obra de Dios que no
podemos ver y que estaba oculta desde el principio. Este nuevo conocimiento impreso por
Dios en nuestro ser, nos pone en una posición anterior a la de la caída de Adán y
definitivamente ya no estamos en la posición que había para el hombre desde Adán hasta
Cristo y ya Dios no tiene que preguntarnos dónde estamos, Gen 3:9. Ese nuevo conocimiento
nos hace indestructibles puesto que ese conocimiento no produce la muerte como si lo hacía el
conocimiento del pecado por la ley sino que en cambio produce la vida eterna en Cristo Jesús.

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Para corroborar esto basta recordar que mientras Adán no tuvo en su corazón el conocimiento
que le permitió ver su pecado, mientras no tuvo en su mente la ley del pecado y de la muerte
podía estar delante la presencia de Dios sin velo. Pero cuando tuvo esa maldad por la codicia
que produce el pecado al tomar ocasión por el mandamiento, tuvo que ser expulsado de Edén
puesto que no había ningún velo provisto

Por esta causa hemos sido trasladados al reino de la luz en el cual no hay ni puede haber
ninguna clase de tinieblas, en el cual somos vistos por Dios como una virgen pura y sin mancha
de pecado.

¿Por qué se detiene la victoria sobre la muerte? Acaso es necesario que la nube de testigos
llegue a cierto numero, cuando la plenitud de los gentiles se haya cumplido? ¿Acaso el
tamaño del cuerpo de Cristo no es suficiente? ¿Acaso nos hemos hecho tardos para recibir
esa sabiduría y avanzar hacía esa perfección?

Vemos así como Dios en su sabiduría oculta ha provisto la forma de hacer circunciso al pueblo
que era incircunciso, Ro 4:11, los gentiles y, hará incircunciso al pueblo que era circunciso en el
nuevo pacto. Antes circuncidó a Israel en la carne, ahora circuncida a los gentiles en su
corazón y en el reino hará incircuncisos al pueblo que resulta de la unión de ambos pueblos,
Ef 2:14-16, ¿ahora y? en el reino, puesto que resucitarán como el fue después de la
resurrección y antes de partida al cielo, con un corazón totalmente puro, que no requiere ser
circuncidado y tendrán en sus mentes y en sus corazones escrita la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús.

De esta manera, ahora Dios permite que los niños en Cristo puedan ser edificados a pesar de
que en su mente todavía abunden las tinieblas. Igualmente sucede así para con los incrédulos,
para que puedan creer, Col 2:11, Heb 10:20. Es por eso tonto pedirle a un niño en Cristo que
hable “nuevo pacto” antes de que la palabra haya partido su alma y su espíritu y se hayan
sacado a la luz las intenciones de su corazón o sea sin haber sufrido el proceso de la
circuncisión del corazón por el Espíritu.

Como vemos todo este proceso es obra de Dios y no hay forma de que algún hombre lo pueda
realizar, para que nadie se jacte, Ro 3:27-28, Gal 3:11. Por eso el entendimiento de este
proceso permite concluir que es evidente que es por la fe y comprender porque no es por obras
sino por fe, Ro 3:28. Por la fe que estaba oculta, Gal 3:23, fe renovada que viene por el oír de
la palabra de sabiduría que estaba oculta, Ro 10:17. La fe que obra por el amor de la
predicación de un ministro competente del nuevo pacto, amor nacido de un corazón limpio de
una buena conciencia y de fe no fingida, Gal 5:6. Así entendemos plenamente el significado de
la sabiduría oculta en Ro 4:11. pues ahora a nosotros nuestra fe como a Abraham no es
contada por justicia cuando somos circuncidados por la fe escondida que se revela por el oír de
la locura de la predicación de la sabiduría oculta de Dios y que estaba predestinada para su
iglesia, Ef 3:10.

Las personas que todavía están en el viejo hombre se enfurecen o, de acuerdo con su
condición psíquica, para no denotar su ira se evaden, se anonadan o se asustan cuando se les
predica el nuevo pacto, pues el régimen de la ley en su corazón produce ira, Ro 4:15,
porque no se han transformado al régimen nuevo del Espíritu de vida en Cristo Jesús y en su
mente no actúa la roca inconmovible que es Cristo y temen ser movidos de su estado de
tinieblas mentales en que se encuentran, ignorando así la obra que ya Cristo hizo en sus
corazones.

¿En este proceso de transformación permanecen el corazón y la mente del viejo Adán o son
muertos para que pueda ser reescrita la ley del Espíritu de vida en cristo Jesús en el corazón y
la mente de la nueva criatura?

La mente y el corazón de nuestra vieja criatura o sea la mente y el corazón de nuestro


viejo Adán no pueden ser reformados sino que al ser circuncidados por el Espíritu los debemos
hacer morir por la locura de la predicación, por medio de las palabras de la sabiduría oculta y
predestinada actuando en nosotros pues esas palabras son espíritu y son vida, Juan 6:63, Ro

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8:13. Aunque Dios por su Espíritu en pocos segundos puede producir los mismos efectos que
producen horas de dicha predicación, tal como le sucedió a Pablo.

¿Qué ha sucedido históricamente? Pues que el último ministro competente del nuevo pacto
que he podido conocer ha sido Shaul el rabino de la escuela de Gamaliel o sea Pablo. Y
aunque no puedo juzgar a nadie, ni yo mismo puedo juzgarme, 1Cor 4:3, se que debemos
examinar todo y retener lo bueno, 1 Tes 5:21, y en ese aspecto debemos reconocer que José
Luis de Jesús Miranda ha tocado puntos neurálgicos de la doctrina del nuevo pacto que desde
hace casi 2000 años no habían sido predicados por nadie. Advierto que no soy ni he sido
nunca miembro de creciendo en gracia y creo que jamás lo seré.

Fui educado como católico, por lo que me volví agnóstico por 20 años. En 1984 mi conversión
fue en un grupo evangélico del cual me salí por que predicaban cosas contrarias a la
experiencia espiritual que tuve directamente con el Señor y desde ese entonces no he tenido a
mi alcance ministros competentes del nuevo pacto. En ese lapso el Señor ha sido mi pastor y
no hombre alguno.

Debo además reconocer que no soy ministro competente del nuevo pacto, puesto que eso
debe basarse estrictamente en el llamado y por mandato directo del Señor, aunque Pablo fue
laxo con los que predican por otras razones, como los que lo hacen por envidia y contienda
Filp 1:15-18. Percibo que José Luis de Jesús Miranda es uno de estos últimos y creo que el
Señor en su sabiduría lo tolera, pues el escenario actual es similar a al de Edén antes e la
caída y podemos comer de todo árbol, excepto del árbol del conocimiento del pecado, la ley.

Pablo predicaba que la meta de todo hombre es Cristo formado en él. O sea Jesucristo en
el hombre: Ro 8.29, Gal 1:16, Gal 2:20, Ef 4:13-15, Filip1:20. Y que por eso dejó atrás su
sapiencia y su vida irreprensible en cuanto a la ley, cosas que estimó como basura para
alcanzar la meta del supremo llamamiento y asirse de Cristo, Fil 3:8, Fil 3:11, Heb 11:35, para
llegar a una mejor resurrección. Meta que solo lograremos cuando sea transformado nuestro
cuerpo mortal y haya sido eliminado lo corruptible, 1Cor 15:53-55, Fil 3:12-14, Fil
3:21. Galardón que el señor mismo nos dará, cuando venga desde los cielos ¿? Fil 3:20 y no
José Luis de Jesús Miranda.

Al respecto sabemos que ningún hombre puede alcanzar el ser perfeccionado antes de que
sea perfeccionada la descendencia de Abraham Heb 11:40. Pablo nos confirma esto al
decirnos que no precederemos a los que durmieron, 1Tes 4:15.

Lo que sucedió con Miranda no lo sabemos pero puede ser que se adelantó al proceso y cree
que ya alcanzó la meta de tener un corazón limpio, una buena conciencia en Cristo, un pleno
conocimiento de Cristo y la fe no fingida. Puede ser que, como todos los adolescentes, cree
que todo se lo sabe y que ya es poseedor de toda la sabiduría oculta de Dios sin la cual Cristo
no podrá ser formado plenamente en nosotros. Porque ese conocimiento pleno solo se podrá
tener cuando el mismo señor venga en los aires¿? y revele todo lo que aún está oculto, 1Cor
3:12, 1Cor 4:13. Por que sabemos que el conocimiento es el que le da poder a la mente. Y,
acerca del poder del conocimiento que viene de la plena sabiduría oculta y predestinada de
Dios y escondida en Cristo Jesús, ¿qué diremos? Miranda ignorando las advertencias de Pablo
en cuanto a esto en el capítulo 3 de Filipenses, en 1Cor 3:18 y en 1Cor 8:2, por lo cual
erróneamente cree haber llegado ya a esa meta.

Y digo esto por que he visto que Miranda habla solo de los efectos y poco de las causas y no
menciona nunca que la causa primordial de la maldad humana o sea la que produjo en
Adán toda codicia en Edén, también fue eliminada en la cruz por Jesús de Nazaret. La
cristiandad no ha recibido que así como la ley, no hablo de los vulgarizados e incompletos 10
mandamientos, tiene el poder del pecado, el árbol del conocimiento del bien y del mal también
tiene el mismo poder del pecado y que ambos conllevan el aguijón de la muerte. Y si Dios no
hubiera eliminado estas causas Cristo no hubiera resucitado y nosotros tampoco lo podríamos
hacer. Pero eliminadas las causas tienen por fuerza que desaparecer sus efectos. La madurez
en Cristo empieza recibiendo esto, Heb 6:1-2.

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¿Cómo hizo esto Dios en su sabiduría? Pues primero ocultándolo de los príncipes de este siglo
y segundo por la locura de la predicación Dios establece la forma de hacer morir el viejo Adán
en nosotros y de la misma manera establece la forma de hacer nacer, crecer y desarrollarse
en nosotros el segundo hombre que es Cristo en nosotros la esperanza de gloria, la nueva
criatura hecha perfecta por el mismo Dios.

Lo que pasa es que esto es inútil discutirlo con los que todavía está en el viejo Adán y aún con
los niños en Cristo. Un error de Miranda que denota esa falta de sabiduría de la cual se cree
pleno poseedor es ese precisamente, el querer poner en discusión con los que en su mente y
en su corazón todavía creen que están en Adán y lo peor que creen que para dejar de estar en
Adán deben bautizarse en el agua del Jordán. Eso es como tratar de discutir de cálculo
infinitesimal con quien no se ha aprendido las tablas de multiplicar. Si lo intentas así, se alejará.

Por eso no es correcto decir que debemos arrepentirnos de los pecados y no es correcto decir
que si reconocemos que tenemos una criatura pecadora en nuestro interior eso basta para que
el Espíritu Santo pueda actuar en nosotros y nacer de nuevo como nueva criatura, pues de esa
forma no puede ser renovada nuestra mente y mucho menos nuestro corazón que es el lomo,
el anca de nuestra cabalgadura, donde cabalgan nuestros pensamientos.Aceptar esto es
aceptar que no es necesario el velo de su carne, Heb

Lo correcto es que un ministro competente del nuevo pacto que haya limpiado su corazón y
purificado su conciencia o sea su mente y se haya ejercitado en el nuevo ejercicio espiritual de
la fe escondida en Cristo Jesús o sea la fe de Dios que es la no fingida, predique los misterios
de la sabiduría oculta la cual está trazada pero no explicada en las 13 epístolas de Pablo y en
la epístola a los Hebreos.

Por eso la cristiandad se la pasa todavía tratando de reformar la vieja criatura con disciplinas y
mandamientos de hombres y justificándola con sacrificios que no son necesarios, esto es subir
a cristo de entre los muertos o lo que es peor tratando de someter de nuevo a la nueva
criatura a la ley que produce toda codicia en nuestros corazones, al fruto del conocimiento del
bien y del mal esto es bajar a Cristo del cielo.

Como lo afirma Pablo el nuevo mandamiento de ahora es la locura de la predicación para


impartir por el poder de la ministración del Espíritu el nuevo conocimiento y las nuevas leyes de
Dios en nuestros corazones para que sean limpios de la levadura del conocimiento del pecado
y de la ley que produce toda codicia en nuestros corazones y se expanda en nuestra mente la
levadura del reino de la luz. Esas leyes son la ley de la fe y la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús y no se trata de la ley de Moisés.

La pregunta es:
¿Quiere Dios que todos ahora alcancen a que Cristo sea formado en ellos?
¿Por qué van casi 2000 años sin que la cristiandad quiera alejarse del régimen viejo de la letra
y someterse al régimen nuevo del Espíritu?
¿Quién es la serpiente que sabía todo esto y pudo engañar a Adán y continúa engañando al
hombre aún casi 2000 años después deque Pablo tuviera esta revelación y la predicara?
¿Por qué Pablo temía que Satanás pudiera volver a engañar a las Evas de ahora, las
congregaciones?

Por la gracia de Dios Yo, Raúl Mesa Sánchez tuve la circuncisión de mi corazón el 24 de
febrero de 1984 y solo hoy en septiembre de 2010 después de muchos intentos de la serpiente
de volver engañarme he podido formalizar este conocimiento y dar testimonio de la obra de
Dios para con su iglesia legítima. Conocimiento que aunque yo no lo supiera ya en ese
entonces había sido escrito en mi mente y puesto en mi corazón seguramente con palabras
que no le es dado al hombre expresar.

La predicación de esta sabiduría oculta por parte de Pablo y sus discípulos, produjo tal
reacción entre los llamados 12 apóstoles que en el primer concilio fue discutida ampliamente
por estos y Pablo, lográndose cierta clase de acuerdo entre los príncipes de ese siglo y Pablo,

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acuerdo que está plasmado en la carta a los gentiles embebida en el texto del libro de los
Hechos en su capitulo 15. Acuerdo que muy seguramente los doce no comprendieron por lo
cual se alejaron y le causaron tantos problemas a Pablo que lo entregaron y llevaron ante las
autoridades romanas en una conspiración en la que buscaban la muerte de Pablo.

2Cor 3:2
Ro 6:20

¿En qué consiste la circuncisión del corazón?


¿En qué consiste la circuncisión no hecha a mano?

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