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ESCUELA DE PREPARACIÓN DE OPOSITORES

EPO
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DOSSIER Nº 3
CURSO 2017-18

EL TRABAJO PERSONAL DE LOS OPOSITORES Y


LAS TÉCNICAS DE ESTUDIO

Una de las ideas fundamentales que poníamos de manifiesto en el anterior dossier se


centraba en la importancia y necesidad del estudio personal en el propio domicilio: sin ese
esfuerzo privado no existe posibilidad alguna de superar las pruebas. Por este motivo nos
centramos ahora en los aspectos fundamentales que servirán de ayuda para rentabilizarlo al
máximo.

1. EL LUGAR DE ESTUDIO

Como es normal, antes de entrar en las sesiones de trabajo y las técnicas de estudio, nos
referiremos con brevedad a lo esencial del espacio escénico que durante tantas horas nos
acompañará. A estas alturas todo opositor sabe lo suficiente sobre el mejor lugar para su
estudio y, en cualquier caso, cada cual estudia donde puede; no obstante, traemos a colación
algunos aspectos que probablemente nos ayudarán a mejorarlo. Los puntos en los que hay que
detenerse son estos: ruido, ventilación, temperatura, iluminación, mobiliario y sitio.

Los ruidos. En general son siempre enemigos del estudio, tanto los que no tienen sentido
(por ejemplo, los mecánicos) como los que sí lo tienen (una conversación) e incluso los
armónicos (música), aunque ésta a veces pueda ser positiva, particularmente cuando forma
parte de una estrategia o técnica de estudio. La mejor terapia es no obsesionarse cuando son
inevitables y poner los medios para aislarnos acústicamente lo mejor posible.

La ventilación. Si no es buena pronto vienen los síntomas de cansancio, mareo o dolor de


cabeza, que aumenta conforme crece la acumulación de anhídrido carbónico. La solución es
fácil: renovar el aire ya que cuando es puro favorecemos el rendimiento intelectual.

La temperatura. Con independencia de la distinta tolerancia que cada uno tiene al frío y al
calor, la mejor temperatura cuando se estudia es la comprendida entre el intervalo 16º­22ºC.
Lo importante si se utiliza algún sistema de calefacción es que no consuma oxígeno ni produzca
gases que enrarezcan el ambiente.

La iluminación. Es fundamental ya que al fin y al cabo se trabaja con la vista. La mejor luz
es la azulada porque fatiga menos la vista y supuesto que casi todo el mundo utiliza el flexo o
lámpara de mesa articulada que ilumina directamente la superficie de trabajo, hay que
procurar que el ojo quede protegido de la visión de la bombilla y para que éste sufra menos
debe estar encendida la luz general del cuarto de estudio.
Escuela de Preparación de Opositores E P O/FGH Dossier nº 3 Página 2

El mobiliario. Tres cosas deben tenerse en cuenta: a) La relación de altura entre mesa y
silla para evitar malas posturas: sentados y erguidos la silla nos debe permitir tener en ángulo
recto las rodillas y la parte superior de la mesa nos llegará al nivel del codo. b) La mesa debe
ser grande para que nos permita distribuir sobre ella todo el material de trabajo y evitar las
interrupciones para cogerlo de otra parte. Y c) que la superficie de la mesa no sea brillante
para evitar la descentración y que nos moleste a la vista.

El sitio. Los lugares de estudio del opositor son fundamentalmente tres:

a) El más importante es el propio domicilio, aislado, sin objetos que puedan distraer en el
cuarto de estudio y siempre consciente de que las ayudas externas que se puedan recibir por
parte de preparadores son sólo eso, ayudas, pero el trabajo clave que nos hará aprobar es el
personal.

b) El segundo es el centro de estudios donde el individuo se prepara la oposición. Es


evidente que hay opositores que aprueban sin haber pasado antes por alguno de estos centros,
pero no cabe duda de que ante la cada vez mayor especialización y competitividad de las
oposiciones es muy recomendable completar la formación con algún buen preparador,
especialmente con este sistema de oposiciones en el que el desarrollo del temario, el
aprendizaje de los modelos y ejercicios del examen práctico y toda la parte didáctica relativa a
las programaciones y unidades didácticas suelen requerir la ayuda de un experto en la materia
que conozca, además, las técnicas necesarias para hacer frente a cada una de las pruebas. Es,
por este motivo, sumamente delicado y trascendente para los resultados la elección de un buen
centro de preparación al que, llegado el caso, hemos de pedirle:

­ Que sea serio y formal en la fecha de inicio y finalización del curso, del horario de clases y que
no se pierdan éstas por fiestas o vacaciones.
­ Que los preparadores nos ofrezcan la garantía de tener una alta titulación académica, la
experiencia de haber sido miembros de tribunales de esas mismas oposiciones y la práctica de
haber preparado antes con buenos resultados a otros opositores.
­ Que los temas y material utilizados sean de buena calidad.
­ Que haya un elevado grado de exigencia al opositor y se le vaya marcando semanalmente el
trabajo y esfuerzo.
­ Que sea prioritario el ejercicio y práctica de las técnicas de oposición.
­ Que esté prevista la atención individualizada a cada opositor siempre que la precise,
resolviéndole las dudas y problemas.
­ Que ofrezca un buen servicio de información y asesoramiento sobre todos los aspectos
legales y administrativos de la oposición.

Si encontramos un centro de preparación así, podemos contratar sus servicios porque las
ventajas son claras:

­ Gran ahorro de tiempo en la elaboración del temario, ya que nos proporcionan y se trabaja
uno de alta calidad. Al opositor aislado le llevaría muchos meses elaborarlo privadamente, sin
tener al final la seguridad de que sea suficientemente bueno.
Escuela de Preparación de Opositores E P O/FGH Dossier nº 3 Página 3

­ Se nos marca desde el principio el ritmo de trabajo evitando los atracones finales, con
atención personal para las dudas y consultas.
­ Nos facilitan un conocimiento profundo de la teoría y práctica de las técnicas adecuadas para
desarrollar con éxito la oposición.
­ Generalmente se aprende también mucho de los compañeros que están en nuestra situación
y en el peor de los casos conoceremos el nivel de la competencia para tomar las oportunas
medidas y como mínimo ponernos a su par.
­ Nos quita la preocupación de estar siempre pendientes de los aspectos legales y
administrativos de la convocatoria de la oposición, supuesto que allí nos facilitarán
puntualmente toda la información al respecto de las resoluciones habidas en el ámbito estatal
y en las Comunidades Autónomas, impresos de solicitud y documentación.

En EPO tenemos, precisamente, como objetivo de nuestro trabajo dar meticulosa


respuesta a todo lo relacionado más arriba y nuestro permanente estado de autocrítica nos
lleva a estar en disposición abierta para dar respuesta a cualquier deficiencia que se pueda
detectar. Por eso, ante cualquier fallo aprovechamos para pediros que lo pongáis de inmediato
en conocimiento del preparador o dirección del Centro, según corresponda. La respuesta o
actuación será inmediata.

No obstante, los centros de preparación tienen un inconveniente que hay que conocer bien
para prevenirnos contra él: conforme se aproxima la fecha del examen aparecen los
compañeros pesimistas que potencian el agobio colectivo y consecuentemente el desánimo a
través de sus juicios y conversaciones. Ante esto hay que actuar con rapidez y contundencia
con la única receta posible: evitarlos, aislarlos y en ningún caso participar en la vorágine de la
angustia colectiva.

c) El tercer lugar de estudio para la oposición es cualquiera de los sitios en los que estamos
durante el día: dando un paseo, en el autobús, en la cama antes de dormir... esos ratos en los
que cada persona está sola y que son especialmente adecuados para repasar mentalmente
alguno de los temas memorizados anteriormente. Estos repasos son particularmente
importantes porque suelen ligar la situación o circunstancias del momento con el tema
memorizado y crean imágenes de gran ayuda para ulteriores recuerdos.

2. LA SESIÓN DE TRABAJO Y LAS TÉCNICAS DE ESTUDIO

Ya hemos dicho que el estudio más importante para el opositor es el que hace en su propio
domicilio; veamos ahora algunas cuestiones de interés sobre estas sesiones de trabajo.

2.1. FIJAR LOS OBJETIVOS DE LA SESION

La primera tarea antes de empezar es determinar lo que se va a hacer en la sesión de


estudio. Es fundamental concretar los objetivos y hacer realidad la programación a corto plazo.
Trabajar en tareas no prefijadas es el método óptimo para obtener una baja rentabilidad del
tiempo invertido.

Los objetivos que se fijen para el trabajo del día deben ser:
Escuela de Preparación de Opositores E P O/FGH Dossier nº 3 Página 4

1) Propios. Los fijamos nosotros, esto es, no aceptamos objetivos fijados por otros, puesto
que cuanto más propio es el objetivo, mayor es su grado de compromiso.

2) Concretos y específicos. No vagos o generales.

3) Escasos. Para concentrar sobre ellos todo el esfuerzo.

4) Medibles. Esto es, que se pueda verificar el progreso que hacemos y finalmente
evaluarlos.

5) Con plazo. Fijar plazos es otro modo de aumentar la motivación y grado de


compromiso.

6) Compatibles entre sí, que no se estorben. En general, la incompatibilidad salta a la


vista.

7) Retadores pero alcanzables. La motivación aumenta cuando el logro de los objetivos


no es fácil.

8) Escritos. No nos conformemos al pensar que "los tenemos en la cabeza" porque hay una
cierta magia al escribirlos y aumenta el compromiso personal para su cumplimiento.

2.2. SELECCIONAR EL MATERIAL

Una vez fijados los objetivos de la sesión es necesario seleccionar el material que se va a
utilizar en la misma para tenerlo todo a mano. Lo normal a estas alturas es tener hecho ya el
acopio de material necesario para la oposición y que lo hayamos explorado (averiguado todas
sus utilidades y rendimientos para cada una de las unidades).

El rastreo externo de material útil y necesario para la oposición y su selección es actividad


previa (y en menor medida paralela) al estudio de los temas. Cuando el opositor trabaja
aisladamente suele ser ésta la fase más laboriosa y comprometida de cara al resultado final de
la oposición; pero al contrario, cuando uno se prepara en un centro de estudios garantizado
suele ganar el tiempo de varios meses porque se le suministra un buen temario. pero ¡ojo! eso
no es suficiente: hay que aprovechar el derecho que se tiene y exigir al preparador una
bibliografía amplia y actualizada de cada tema o bloque temático y en determinadas
especialidades, además, hacerse con el contenido último de las revistas especializadas,
artículos periodísticos, exposiciones de arte, legislación promulgada, reuniones de
asociaciones culturales o profesionales, trabajos de organismos y entidades docentes,
resúmenes de congresos...

La bibliografía comentada que nos proporcionen los preparadores será extremadamente


valiosa (como veremos más adelante) para hacer citas en los ejercicios escritos y para hacer
ante el tribunal los oportunos comentarios bibliográficos, amén de suministrarnos numerosos
apoyos para las citas de autores que necesariamente haremos durante la redacción del tema.
En un dossier posterior nos referiremos específicamente al tratamiento de la bibliografía.
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2.3. LA MANIPULACION DEL MATERIAL

En cualquier caso, el material con el que contamos no está listo aún para digerirlo así en
bruto, hay que trabajarlo. Un material externo que no ha sido trabajado por el opositor es
difícilmente memorizable y aún en el supuesto de memorizarlo presenta siempre tres graves
inconvenientes: a) En su redacción escrita suele detectarse con frecuencia una falta de
conexión lógica entre los conceptos. b) Su exposición suele quedar estereotipada, encorsetada,
no convence ni seduce al que escucha, y c) el tribunal puede conceptuar mal al opositor porque
éste no dispone de los argumentos oportunos para hilvanar o moverse entre los distintos
conceptos, interconectándolos para dar respuestas sólidas y precisas que no puedan ser
rebatidas.

Por otro lado, está demostrado que el tiempo requerido para memorizar un tema que ha
sido elaborado por el propio individuo asciende como máximo a un tercio del necesitado por el
opositor que no ha participado en su confección. Por estas razones recomendamos, casi
exigimos, que el opositor participe de algún modo en la elaboración de los materiales de
trabajo desplegando una actividad específica consistente en procesar toda la información y
adaptarla a nuestra estructura mental o de conocimiento poniéndole nuestro propio lenguaje.
Nos será para ello muy útil seguir un método que combine adecuadamente estos principios:

A. Subrayar las ideas o núcleos importantes, esquematizar y hacer resúmenes parciales.


Los resúmenes son muy importantes porque una tarea o epígrafe largo supone
dificultades muy superiores a las que plantea una corta.

B. Elaborarse para cada tema lo que podríamos denominar unas pocas "ideas fuerza" o
"frases comodines" que oportunamente se van repitiendo y nos sirven perfectamente
para ir resaltando y potenciando los conceptos fundamentales que queremos destacar.

C. Completar el tema con nuestro fondo de apuntes de la carrera y con los contenidos
bibliográficos de los libros útiles para la oposición.

D. Memorizar en todo momento con nuestro propio lenguaje, conectando entre sí los
distintos contenidos del tema, empezando por poco para ir ampliando progresivamente la
extensión.

Es importante tener claro que en la oposición la originalidad de los temas debe ser sólo
moderada y siempre que ésta se asuma debe estar muy razonada y dosificada, de tal forma,
que no anulen el punto de vista mayoritario sobre la cuestión. El tribunal, en general, prefiere
escuchar cosas sabidas, tradicionales, antes que originales (aspecto que, aunque controvertido,
está avalado por la opinión de la totalidad de presidentes de tribunales de oposiciones
consultados) y si hay varias teorías sobre una cuestión, se expondrán sin entrar en mayores
valoraciones.

Y tener siempre muy clara esta regla: no debemos emitir juicios personales sobre los
enfoques del tema que estamos desarrollando.

2.4. EL USO DEL TIEMPO

La mayor parte del tiempo de la sesión de estudio hay que emplearlo, naturalmente, en el
estudio y sus tareas conexas, teniendo en cuenta dos cuestiones:
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A. Al menos el 40 % del total del tiempo disponible hay que dedicarlo a repetir temas, ya
que ésta es la base de la memorización. Al principio del proceso este porcentaje será menor,
pero conforme avanzamos en la preparación, hay que ir aumentándolo hasta llegar en la fase
final al 80% aproximadamente.

B. Hay que combinar estratégicamente las distintas actividades previstas para no alargar
demasiado alguna de ellas, ya que de no ser así se produce un efecto multiplicador sobre el
cansancio. La última tarea a realizar debe ser la más sencilla puesto que es el momento de
mayor fatiga y menor concentración.

2.5. EL FACTOR TIEMPO

Es, sin duda, el más importante durante la fase de preparación de la oposición. Es un


recurso indispensable cuya escasez genera estrés (peligroso compañero con riesgo para la
propia salud) y cuyo principal problema es el de su uso, hasta el punto que en palabras de
Peter Druker "quien no administra bien su tiempo no puede administrar bien ninguna otra cosa".

El tiempo es imprescindible para todo (nada se puede alcanzar sin él), insustituible
(ningún otro recurso puede ser utilizado en su lugar), inexorable (fluye y desaparece a un
ritmo fijo e inalterable, no se puede almacenar) e inelástico (no se puede alargar, sólo hay el
que hay). Por todo ello nos vamos a referir a sus más importantes principios , que nos
ayudarán a sacarle mayor rendimiento al mismo:

A: Principio de PARETO: El 20% del tiempo de trabajo contribuye al 80% de los


resultados obtenidos y viceversa. Hay que aumentar el porcentaje de tiempo empleado en
tareas de máxima rentabilidad.

B: Principio de PARKINSON: Toda tarea tiende a dilatarse indefinidamente hasta ocupar


todo el tiempo disponible para su completa realización, por lo que hay que asignar tiempo
máximo a las mismas.

C: Principios de MURPHY:
­ Nada es tan sencillo como parece.
­ Todo lleva más tiempo de lo que se pensaba al principio.
­ Si algo puede ir mal, irá mal.

D: Principios de ACOSTA:

­ El tiempo que requiere una tarea resulta tanto mayor cuantas más veces la
interrumpimos y reanudamos. Tras la interrupción no se reanuda el trabajo a continuación de
lo último hecho, sino un tramo antes para retomar la hebra (cuando no se tenga que volver al
principio). Consecuentemente, hay que evitar las interrupciones a toda costa (teléfono,
visitas...).

­ Realizar una tarea larga supone dificultades muy superiores a las que plantea una corta,
razón por la que hay que crear bloques de actividades troceando la totalidad de la tarea para
hacer raciones discretas que puedan ser abordadas de una vez.
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­ El valor de una tarea no crece proporcionalmente al tiempo que se le dedica por lo que el
perfeccionismo consume muchísimo tiempo y consecuentemente es poco rentable.

2.6. LAS TECNICAS DE ESTUDIO

Las técnicas de ayuda al estudio nos proporcionan rentabilidad en nuestro trabajo. Nos
referimos a éstas:

A: La lectura. Leer bien es una de las claves para el estudio de la oposición. Sin entrar en
mayores consideraciones hemos de distinguir entre dos tipos de lectura: la que se hace en la
primera aproximación al tema y la de los repasos.

La primera lectura debe ser detenida, entendiendo bien todas las expresiones, haciendo
las correspondientes consultas al diccionario y libros auxiliares, aclarando todos los conceptos
para memorizarlos después con facilidad. De hecho, los temas elaborados por academias o
cualquier otro centro de estudios, con independencia de la calidad de sus contenidos, suelen
estar a veces mal mecanografiados o redactados. Paralelamente, a la vez que se lee, hay que ir
estructurando y llenando los folios con las anotaciones correspondientes (signos al margen,
subrayados...) porque lo que no se haga ahora difícilmente encontraremos tiempo para hacerlo
después. Es mejor el lápiz que el bolígrafo puesto que se puede borrar y no siempre acertamos
a la primera.

La lectura del repaso es distinta porque ya estamos familiarizados con el texto y


entonces procede aumentar la velocidad de los movimientos oculares; será cada vez más
rápida conforme vamos practicando. Sin embargo, no es bueno leer más deprisa de lo que nos
permite nuestra capacidad de asimilar las ideas. Los aspectos en los que hay que procurar
mejorar son:

­ Disminuir el número de fijaciones con la vista y no perder comprensión de lo leído.

­ No vocalizar al leer.

­ No subvocalizar, esto es, no pronunciar mentalmente el sonido de las palabras, pues hay
que captar las ideas dejando de lado la forma.

­ No hacer regresiones (lecturas de lo ya leído) si no son imprescindibles, porque retrasan


y fatigan.

­ No mover la cabeza o la barbilla ni acompañar con un objeto o dedo el avance de la línea,


puesto que es sólo el ojo el que ha de moverse.

­ Fijarse más en la parte superior de las letras puesto que contienen mayor información
visual que la parte inferior.

Es bueno descubrir rápidamente las ideas principales del texto para facilitar la asimilación
y para ello contamos con la ayuda proporcionada por la primera lectura.

En un dossier posterior incidiremos en otro aspecto de la lectura: leer bien en público


nuestros propios escritos, pues en las oposiciones de algunas Comunidades Autónomas el
ejercicio escrito tiene que leerlo posteriormente el opositor ante el tribunal.
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B: El subrayado. Es el método más sencillo, rápido y cómodo para resumir sobre el


original. Si es bueno, el subrayado debe cumplir estos tres requisitos:
1) Reducir el original a un 20­30% de extensión.
2) Destacar sólo las ideas fundamentales y datos importantes.
3) Que se pueda leer lo subrayado de forma continuada con sentido.

Lo que se pretende con este método es doble: a) Que se muevan los engranajes mentales
mientras se subraya, puesto que nos obliga a clasificar la materia de cada tema por su
importancia. Y b) que se pueda repasar después más fácilmente.

C: Los esquemas. Son la forma personalizada de sintetizar con nuestras mismas palabras
un tema o epígrafe. En ellos sólo aparecen enunciadas las ideas básicas dando cabida a frases
personales muy conocidas por el esquematizador y que poseen para él un alto valor
significativo a partir del cual se pueden desarrollar ideas y explicaciones amplias y complejas.

Deben utilizarse, generalmente, en combinación con los subrayados y tienen la ventaja de


favorecer la memoria visual supuesto que constriñen a una visión sintética lo estudiado,
mostrando su esqueleto. Se construyen a partir de los subrayados y anotaciones que
anteriormente se han hecho junto al texto.

D: Los cuadros sinópticos. Son otro modo de esquematizar y resultan especialmente


útiles para hacer clasificaciones pues con un golpe de vista se abarca gran número de términos
facilitando la retención. La forma más usual de elaborarlos es a través de llaves ({), usándose
también la estructura escalonada con numeración de apartados y subapartados.

E: Los mapas conceptuales. Son organigramas que también sirven para esquematizar y
resultan especialmente adecuados para interrelacionar diferentes estructuras, conceptos,
epígrafes, ideas... de que consta el tema.

Esquemas, mapas conceptuales y cuadros sinópticos son de gran utilidad cuando se


refunde en ellos información procedente de distintas fuentes, aunque, eso sí, anotando a lápiz
el libro o apuntes y página de donde se ha extraído la información.

F: Los resúmenes. Son condensaciones del contenido de la materia que no siempre


resultan necesarios porque un buen subrayado y posteriores esquemas nos proporcionan por
sí mismos un buen resumen. Su utilidad radica en aquellos casos en los que por distintas
razones queremos fijar mejor y con redacción propia determinada materia que nos sigue
resultando farragosa. Deben ser claros y breves.

3. LA IMPORTANCIA DE RECORDAR

En oposiciones hay una regla de oro que siempre suele repetirse: no se sabe lo que no se
recuerda, y ello implica aprender de memoria los temas.

Es verdad que no todas las especialidades requieren el mismo esfuerzo de memorización


ni se abordan del mismo modo ante el tribunal pero, en todo caso, esta facultad psíquica con la
que se recuerda hay que ejercitarla y potenciarla al máximo. La memorización exige, en todo
caso, tres premisas para que sea posible:
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a) Que se entiendan perfectamente todos los datos y conceptos que se le suministran a la


memoria.
b) Que se conecten los conceptos, terminología, nomenclatura y cifras con imágenes
vividas o sabidas, que tengan un soporte sensible.
c) La base de la memorización es el recitado.

Tras varias repeticiones interiores hay que llegar al recitado en voz alta, porque es
entonces cuando el cerebro trabaja más y con mayor rapidez, dando un rendimiento superior a
la memorización; es ahora cuando se agradece el trabajo hecho anteriormente con subrayados
y esquemas.

Si se trata de una materia abstracta (por ejemplo, las Matemáticas) lo bueno no es la


recitación literal sino el resumen mental de la esencia de los contenidos leídos.

Las reglas nemotécnicas son los trucos o artimañas que a veces se utilizan para fijar la
memoria no inteligente, es decir, aquella que fija datos, clasificaciones, listados... que no
descansan sobre una relación conceptual. Las reglas más frecuentes son las que ponen
musicalidad o rima a un listado de palabras, las que construyen una frase con las iniciales o
primeras sílabas de una serie de términos, las que buscan la relación interna entre las cifras o
asocian un sonido a un número, y también las que construyen un itinerario por varios lugares
conocidos asociándolos luego con las ideas que se tienen que memorizar.

4. EL REPASO

No es posible recordar si no se repasa. La primera lectura supone una toma de contacto


minuciosa con el tema, pero eso no es suficiente. Tras ella y ayudados por los subrayados,
esquemas, mapas conceptuales, anotaciones, cuadros sinópticos y una vez configurada
perfectamente la unidad, le toca el turno a los repasos, última fase del estudio no sometida a
número que los limite: cuantos más, mejor.

Todo el mundo parece coincidir en la afirmación de que la memoria es débil y salvo en


casos aislados tiene ésta una cantidad de fugas proporcionalmente directa al tiempo
transcurrido desde que se le suministraron o fueron repasados los datos por última vez.

El repaso, aparte de bloquear las fugas de información, conforme crecen en número elevan
el índice de retención de la misma, razón por la que de su eficacia depende en más de un 70%
el éxito en las oposiciones.

El repaso estará necesariamente presente en la planificación diaria del plan de


preparación y su componente proporcional respecto a la totalidad del tiempo empleado irá
variando con el paso de los meses. Al principio es prudente dedicarle un 20% del tiempo, pero
durante los dos últimos meses no debe bajar éste del 80 por ciento.

Cada opositor montará su propio plan pero es prudente empezar repasando cada día los
dos últimos temas para ir progresivamente ampliando su número y llegar durante el último
mes a repasar cada día no menos de ocho o diez. Conforme aumentan los repasos crece la
información media retenida de cada tema pudiendo llegar con facilidad en vísperas de la
oposición a alcanzar índices del 90 ó 95%; es entonces cuando los olvidos escasean y se
recogen los frutos del trabajo bien hecho.
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5. VENTAJAS DEL ESTUDIO EN GRUPO

La principal actividad del opositor es siempre privada, la que realiza él sólo estudiando; sin
embargo, puede disponer de importantes ayudas que deberemos tener en cuenta.

La más importante de todas es la que encuentra en los centros de estudios donde


preparadores especializados le facilitan documentación de calidad, sólidas estructuras de cada
tema, aclaraciones de dudas, marcan el ritmo de trabajo, corrigen defectos en el modo de
exponer, le preparan psicológicamente para el momento de la oposición, se nos facilita toda la
información legal y administrativa y tienen a su alcance la posibilidad de compartir y sopesar
sus conocimientos con el resto de compañeros, organizando ideas, cambiando concepciones
falsas y allanando dificultades que en solitario difícilmente solucionarían.

El contacto con los otros permite, además, aprender a aceptar las críticas y ser más
cuidadoso en las opiniones, practicándose con frecuencia debates muy similares a los que
puede plantear el tribunal.

Es, en este sentido, aconsejable que tras las exposiciones ante el preparador, los
compañeros planteen también preguntas sobre el tema, ya que de este modo el individuo se
habitúa a otros puntos de vista y descubre o recuerda asuntos que no había previsto. Aquí el
preparador es muy importante puliendo las respuestas para que sean cada vez más precisas,
de calidad y cerradas para que no planteen nuevos interrogantes al tribunal.

6. SIMULACIÓN DE LOS EJERCICIOS DE LA OPOSICIÓN

Es raro que una compañía de teatro represente con éxito una obra si previamente no ha
ensayado múltiples veces las mismas escenas en circunstancias similares a las del estreno.

Lo mismo ocurre en la oposición. Una buena actuación ante el tribunal requiere muchas
simulaciones reproduciendo artificialmente las condiciones de los exámenes práctico, escrito y
oral, como si en realidad se estuviera frente a los examinadores. La simulación presenta, en
primer lugar, un nexo con el repaso y es la mejor manera de repasar, puesto que se hace
trabajar al cerebro en general y a la memoria en particular a su rendimiento máximo; por ello
esta práctica hay que ejercitarla sobre materias bien estudiadas tratando de acercarse al 100%
del recuerdo, aunque no hay que desanimarse al principio, porque es normal que los primeros
ensayos sean muy flojos y con un índice de memorización de apenas el 40%. Conforme se va
controlando el ejercicio de la memoria hay que vigilar el uso y distribución del tiempo, para
pasar progresivamente a dominar la técnica del correcto reparto de los contenidos del tema y
el arte de la oratoria frente al tribunal (al que nos referimos en otro dossier).

Dos son los lugares donde se realizarán las simulaciones: el centro de preparación y el
domicilio particular:

a) Los ensayos en el centro de estudios son los más rentables. Un centro de preparación
que se precie dedicará buena parte de su actividad a las prácticas de simulación, que serán más
frecuentes (tanto exposiciones orales como pruebas escritas) cuanto más próxima se
encuentre la fecha de inicio de la oposición. Las ventajas de los ensayos en el Centro son claras:
Escuela de Preparación de Opositores E P O/FGH Dossier nº 3 Página 11

1) Se realizan en grupo y frente a una persona que nos juzga reproduciendo así
circunstancias ambientales similares, casi idénticas, a las de la oposición, proporcionando la
incómoda sensación de nerviosismo a la que tan necesario es acostumbrarse.

2) El preparador no sólo juzga, sino que guía y aconseja las mejores técnicas (que en teoría
conoce bien). En particular las intervenciones orales ayudan muchísimo porque suele haber
numerosos defectos de dicción y estilo que corregir.

3) Una vez que sean públicos los nombres de los miembros que integran el tribunal que
juzgará nuestra oposición, con frecuencia los preparadores pueden dar instrucciones
específicas a los opositores sobre las preferencias y modo de actuar de aquellos porque no es
raro que los conozcan o que anteriormente hayan sido también alumnos de EPO o, incluso, que
anteriormente hayan coincidido como miembros de otro tribunal.

b) Las simulaciones en casa son también imprescindibles como complemento de las


anteriores. En primer lugar, porque las intervenciones frente al preparador son siempre
limitadas (incluso teniendo uno particular) por razones de tiempo. En segundo lugar porque el
preparador dará siempre instrucciones sobre determinadas deficiencias para que se
practiquen en casa; además, una simulación en el centro de estudios debe estar precedida
siempre por ensayos privados; también, porque difícilmente podrán redactarse o exponerse
todos los temas ante el preparador; y, finalmente, porque las simulaciones no tienen un
número que las limite: cuantas más, mejor.

Respecto a las simulaciones orales, si contamos en casa con persona cualificada para que
nos escuche el "rollo", es una ventaja. Pero frecuentemente no es así, razón por la que hemos
de ayudarnos de elementos auxiliares. El más importante es el magnetófono o grabador (hoy
todos los teléfonos móviles tienen esta función). Con él se tiene la sensación de que alguien nos
oye y por añadidura podremos ser nuestros propios jueces tanto en aspectos de forma
(pronunciación, final de palabras, habla entrecortada o temblorosa, organización de las
distintas partes del discurso, claridad del mensaje, conexión lógica entre los epígrafes,
fórmulas para atraer la atención del tribunal, capacidad de seducción del espectador...) como
de fondo (rigor científico, solidez de la de la programación o unidad didáctica, citas
bibliográficas...). Durante los últimos cuatro meses de preparación no debe pasar algún día sin
haber hecho al menos una simulación de la redacción de un tema, o bien la resolución de casos
prácticos, o bien una grabación.

Para quien disponga de este medio es aconsejable también autograbarse


intermitentemente (dos veces por semana) con una cámara de vídeo (ayudados por el trípode)
o sencillamente con un teléfono móvil, puesto que casi todos tienen esta función. Es un medio
de gran ayuda puesto que nos descubre nuestros puntos flacos en la gesticulación, tic
nerviosos, peinado, vestido y en general todos los componentes del lenguaje no verbal (de este
asunto hablaremos en otro dossier).

En estas simulaciones hay que poner mucha atención en la distribución del tiempo. En el
ejercicio oral, de todo el que el opositor dispone para su exposición dejará sin consumir
alrededor de cinco minutos por cortesía hacia el tribunal para que sus miembros, antes de la
exposición del siguiente opositor, puedan tomarse un descanso, estirar las piernas o hacer los
pertinentes comentarios entre ellos. La experiencia de quienes han juzgado en tribunales nos
dice que se agradece mucho estos minutos y que la predisposición hacia el opositor, casi
inconscientemente, mejora.

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