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MODELO DE DULUTH

Modelo Duluth
El modelo Duluth inició en 1980 como parte de los Programas de Intervención en el Abuso
Doméstico (en México, violencia familiar), en Duluth, Minnesota, E.U. Desde entonces se
ha utilizado como parte de la rehabilitación de las personas agresoras que entran al sistema
de justicia penal. Los resultados han sido bastante positivos a la hora de detener el abuso.

Al utilizar este modelo como forma de abordar la violencia familiar, una comunidad es
capaz de:

 Dejar de culpar a la víctima, y responsabilizar al agresor.


 Priorizar la voz y las experiencias de mujeres que han experimentado maltrato a la hora de crear políticas y
procedimientos de abordaje.
 Creer que el maltrato es un patron de conductas utilizadas intencionalmente para controlar o dominar a
miembros de la familia, y activamente involucrarse en el cambio de las condiciones sociales que facilitan a
los hombres usar tácticas de poder y control sobre las mujeres.
 Ofrecer oportunidades de cambio a los agresores a través de grupos psicoeducativos obligados por el
sistema de justicia.
 Sostiene discusiones entre las instituciones de justicia familiar y penal, miembros de la comunidad y las
víctimas, para mejorar la respuesta de la comunidad hacia el maltrato.

A pesar de que la violencia familiar es un delito perseguido de oficio, las detenciones por
violencia familiar son prácticamente nulas. Cuando una mujer denuncia violencia familiar,
usualmente se le insta a ella a permanecer en un refugio, aislándola de su familia y
amistades, y retirándola de su trabajo, mientras el agresor permanece libre durante el juicio,
cuando éste llega a establecerse.

El modelo Duluth, hace énfasis en la importancia de que los agresores permanezcan


separados de la sociedad, mientras les obliga a cumplir con un programa de rehabilitación.
En México algunas instancias gubernamentales ofrecen programas parecidos, sin embargo,
el agresor permanece al lado de la víctima. El modelo Duluth plantea cierta confrontación
con las creencias de éstos hombres, lo que puede generar en las primeras etapas, una
reacción violenta. Cuando éstos se encuentran detenidos, la reacción violenta está bastante
controlada, sin embargo, si el hombre permanece en su casa con la víctima y no es forzado
a terminar el programa, la violencia que surge en las primeras etapas (producida por el
enojo de la confrontación) es dirigida en contra de la pareja, los hijos e hijas, y el agresor
abandona el programa.

En México se continúa enfocando toda la prevención en las víctimas. Esto es sólo


prevención terciaria, o más bien dicho, tratar de resolver el problema cuando éste ya ha
causado estragos sociales e individuales. Trabajar con los agresores resolvería el
problemaun poquito más cerca de la raíz.
Para conocer más del modelo visita: http://www.theduluthmodel.org/

WIKI

El Modelo Duluth o Domestic Abuse Intervention Project es un programa desarrollado para


reducir la violencia doméstica contra las mujeres. Lleva el nombre de Duluth, Minnesota , la
ciudad donde se desarrolló. [ 1 ] El programa fue fundado en gran parte por Ellen
Pence y Michael Paymar . [ 1 ]

A partir de 2006 , el Modelo Duluth es el más común programa de intervención


agresor utilizado en los Estados Unidos. [ 2 ] Se basa en feminista postulación teoría de que "la
violencia doméstica es el resultado de la ideología patriarcal en la que se alienta y se espera
que para el control de los hombres de su socios ". [ 2 ] Los críticos argumentan que el método
puede ser ineficaz, ya que se desarrolló sin las comunidades minoritarias en mente y puede
dejar de abordar de raíz las causas psicológicas o emocionales de abuso.

El Domestic Abuse Intervention Project fue el primer programa multidisciplinario diseñado para
abordar el tema de la violencia doméstica . Este programa experimental, realizado en Duluth,
Minnesota en 1981, coordinó las acciones de los diversos organismos que se ocupan de
conflicto interno. El programa se ha convertido en un modelo para programas en
otras jurisdicciones que tratan de hacer frente con mayor eficacia a la violencia doméstica. [ 3 ]

De acuerdo con el Modelo Duluth, "las mujeres y los niños son vulnerables a la violencia
debido a su condición social, económica, política y desigual en la sociedad." [ 4 ] La filosofía del
programa es ayudar a los agresores de trabajo para cambiar sus actitudes y comportamiento
personal por lo que que aprender a ser no violento en cualquier relación. Su filosofía es
ilustrada por el "Poder y control de la rueda", un gráfico normalmente se muestra como un
cartel en las oficinas participantes. [ 5 ]

Un estudio estadounidense publicado en 2002, patrocinado por el gobierno federal determinó


que los agresores que programas completos basados en el "Modelo Duluth," tienen menos
probabilidades de repetir los actos de violencia doméstica que aquellos que no terminan de
cualquier programa de intervención agresores ". [ 6 ]
Un estudio de 2003 realizado por el Instituto Nacional de Justicia encontrado el Modelo Duluth
tener "poco o ningún efecto." [ 7 ]

Un estudio de 2005 dirigido por Larry Bennett, profesor de trabajo social en la Universidad de
Illinois en Chicago y experto en programas de intervención agresor, encontró que de los 30
programas de intervención para agresores en el Condado de Cook , Illinois , el 15 por ciento
de los agresores que completaron los programas fueron detenidos de nuevo por la violencia
doméstica, en comparación con el 37 por ciento de los que se retiró de los programas. [ 6 ] Sin
embargo, Bennett dijo que los estudios son en gran medida de sentido porque carecían de un
grupo de control adecuado. [ 6 ] Agregó que los participantes que la violencia doméstica
completa programas tienden a ser más motivado que otros para mejorar la conducta y serían
menos propensos a ofender de nuevo. [ 6 ]

Una revisión de 2011 de la eficacia de los programas de intervención agresores (BIP)


(principalmente Duluth Model) encontró que "no hay evidencia empírica sólida, ya sea para la
eficacia o la relativa superioridad de cualquiera de las intervenciones actuales del grupo," y
que "el más riguroso del metodología de los estudios de evaluación, menos alentador sus
conclusiones. " [ 8 ] Es decir, como PIF en general, y los programas Modelo Duluth, en
particular, están sujetos a revisión cada vez más rigurosa, su tasa de éxito se aproxima a cero.

Las críticas al modelo de Duluth se ha centrado en la insistencia del programa de que los
hombres son los perpetradores que son violentos porque han sido socializadas en un
patriarcado que condona la violencia masculina, y que las mujeres son las víctimas que son
violentos sólo en defensa propia. [ 9 ] Algunos críticos argumentan que "los programas basados
en el Modelo Duluth pueden ignorar investigaciones que vinculan la violencia doméstica
para el abuso de sustancias y los problemas psicológicos, como trastornos de apego, trazadas
para el abuso infantil o negligencia, o la ausencia de una historia de la socialización y la
formación adecuada. " [ 6 ] [ 10 ] Otros critican el modelo de Duluth por ser demasiado
confrontacional en lugar de terapéutica, centrándose únicamente en el cambio de acciones y
actitudes del abusador en lugar de lidiar con los problemas emocionales y
psicológicas. [ 10 ] Donald Dutton , profesor de psicología en la Universidad de Columbia
Británica que ha estudiado personalidades abusivas, establece lo siguiente: "El Modelo Duluth
fue desarrollado por personas que no entendían nada de terapia" [ 6 ] . "maltrato lésbico es más
frecuente que las palizas heterosexual" y también señala que [ 11 ]

Sus defensores responden que el modelo de Duluth es eficaz y hace el mejor uso de los
recursos escasos. [ 12 ] Sin embargo, Ellen Pence misma ha escrito,

"Al determinar que la necesidad o el deseo de poder fue la fuerza motivadora detrás de
maltrato, hemos creado un marco conceptual que, de hecho, no se ajusta a la experiencia
vivida por muchos de los hombres y mujeres que estábamos trabajando. El DAIP personal [. ..]
se mantuvo impertérrito por la diferencia en nuestra teoría y las experiencias reales de los que
estábamos trabajando con [...] Se los mismos casos que crearon la grieta en cada uno de
nuestros trajes de teóricos de la armadura. En cuanto a mí, he encontrado que muchos de los
hombres que entrevisté no parecía articular una voluntad de poder sobre su pareja. A pesar de
que sin descanso tomé cada oportunidad para señalar a los hombres en los grupos que
estaban tan motivados y se limita en la negación, el hecho de que pocos hombres articulado
tal deseo pasó desapercibido por mí y muchos de mis compañeros de trabajo. Con el tiempo,
nos dimos cuenta de que estábamos encontrando lo que ya habíamos predeterminada de
encontrar. " [ 13 ]

El Modelo Duluth aparece en el documental Poder y control: la violencia doméstica en


América . con comentarios de sus autores, así como sus principales críticos, como Dutton[ 14 ]

SIN GOLPES – MODELO DE DULUTH

Los defensores de la intervenciones basadas "el poder y el control" (modelos que según Johnson
se derivan de las teorías del terrorismo patriarcal) describe en su tratamiento como educativo;
pero, de hecho, ni siquiera es "tratamiento" si la palabra "tratamiento" implica ser terapéutico
(Pence y Paymar, 1993). El modelo de Duluth es el más notable de los que apoyan a dicho
"tratamiento", y el dominio de este modelo se ve claramente en el hecho de que muchas
legislaturas estatales, incluyendo la de California hasta hace pocos años, han dictado que los
programas de tratamiento aprobados por la corte tienen el permiso de usar sólo los basados en
este modelo. Aún los programas que han desarrollado un acercamiento cognitivo-conductual más
integrado han incluido componentes filosóficos importantes del modelo de Duluth. La meta de
este modelo es la re-educación de los hombres en su abuso de poder, privilegio y derechos
masculinos en sus relaciones con las mujeres. Basado en la perspectiva sociocultural y feminista
del patriarcado masculino y de la violencia relacional, la paliza se identifica como resultado natural
de una sociedad que refuerza el poder y el predominio masculinos. Se identifica las normas y las
actitudes sociales como los culpables centrales en el maltrato marital.

El predominio de los programas basado en este modelo se originó en los análisis socioculturales de
los años 70 y 80. Las intervenciones–siempre en grupos–eran una respuesta directa al estilo clínico
que dominaba previamente: identificar el problema como disfunción de la relación, trabajar con la
pareja, identificar la manera en que ambos cónyuges contribuían a los conflictos, examinar las
presiones que afectaban al perpetrador, enfocarse los disturbios psicológicos de la víctima que la
hacían quedarse la relación, etc. en contraste, los programas basados en un acercamiento
sociocultural y que tenían al hombre como responsable de su acciones quitaron de la mujer en el
estigma de haber causado la violencia, e insistieron en que "hombres que ayudan a hombres" era
el foro más eficaz para examinar las actitudes fundamentales que rigen el maltrato marital y
fueron una adición bienvenida y valiosa a este tema. Estos programas, los hombres fueron
confrontados consistentemente con su negación del abuso, su minimización de la severidad de sus
efectos, sus racionalizaciones acerca de cómo fueron provocados, y su tendencia a echar la culpa a
factores externos por su conducta (alcohol, tensión, etc.).

Mientras que los programas con base sociocultural proliferaban en los 80 y 90, surgieron varios
problemas de efectividad y algunas de las críticas que se le hicieron eran, según el autor,
justificadas. Se han criticado estos programas por respaldarse demasiado en un estilo de
confrontación, por sólo reconocer la violencia masculina, por dar poca importancia a la frecuencia
y severidad de la violencia femenina o "bidireccional", y por tratar a todos los hombres que hayan
cometido actos de maltrato conyugal como personas motivadas por el "terrorismo patriarcal".
Como Stosny (Jacobson y Gottman, 1998a) explica: "la mayoría de los programas de tratamiento
se enfoca en cómo el predominio de los hombres causa la violencia familiar. Nosotros decimos que
la variable de su género verdadero es que la cultura no enseñar los hombres a regular sus
emociones negativas, a sostener la confianza, la compasión y el amor… pero la violencia familiar
no se puede combatir con una yerra de género… convertir al golpeador en un demonio lo aísla
más" (p. 88). Se les ha criticado además por no enfatizar plenamente el aprendizaje de habilidades
y por prohibir completamente cualquier tratamiento de pareja en cualquier caso. Aunque, para los
propósitos de este artículo, es necesario realzar las diferencias entre los modelos de tratamiento
para el "terrorismo patriarcal" y la "violencia común de pareja", en la práctica real frecuentemente
se integran las intervenciones que tienen su origen en ambas áreas.

En estos modelos, que la década pasada predominaron en tratamiento de la violencia familiar, el


enfoque está siempre en las cuestiones de género y de poder. Todo intento de "psicológizar" el
problema se confrontan como una forma de negación o de aplicación de la responsabilidad
masculina. Desde esta perspectiva, se debe confrontar al perpetrador consistente acerca de su
racionalización, su negación y su costumbre de culpar a la víctima. Desde el primer día, se impulsa
los miembros del grupo a admitir que han cometido actos violentos y abusivos, de describir estos
actos en detalle y sin minimización, negación, y sin echar la culpa a la víctima. El análisis de la
agresión está basado principalmente en su valor instrumental de mantener el poder y el control de
las relaciones de género. Estos modelos, de muchas maneras, se basan en avergonzar, ya que
confrontan a los hombres con su mala conducta antes de establecer el rapport básico o el
reconocimiento de la experiencia masculina.

MODELOS DE INTERVENCIÓN CON HOMBRES QUE EJERCEN


VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA PAREJA. ANÁLISIS DE LOS
PRESUPUESTOS TÁCITOS Y RE-CONSIDERACIONES TEÓRICAS PARA
LA ELABORACIÓN DE UN MARCO INTERPRETATIVO Y DE
INTERVENCIÓN

2) Enfoque Psico-educativo Pro-feminista: Esta perspectiva de intervención, congruente con los


valores feministas, propone una lectura de género de la violencia, resituando el problema de la
violencia contra la pareja como uno característicamente social antes que individual. Posiciona,
específicamente el problema de la violencia de género en un ámbito de relaciones de poder y
control de los hombres hacia las mujeres. Su planteamiento se basa en las referencias y estudios
realizados con mujeres víctimas de este tipo de violencia, que devela la serie de tácticas de poder
y de control utilizadas por los hombres que ejercen violencia. El programa más reconocido es el
modelo Duluth, desarrollado desde una perspectiva de trabajo social y psicoeducativa, por lo que
evita los diagnósticos del tipo DSM y no considera a la intervención como psicoterapia. Su
metodología se sustenta principalmente en la creación de grupos educativos, y utiliza como
herramienta fundamental la “rueda de poder y control'', que pone de manifiesto que la violencia
ejercida por los hombres es parte de un patrón de comportamiento abusivo, más que considerarla
como incidentes aislados de abuso o explosiones cíclicas de ira reprimida. (Pence y Paymar, 1993
en Babcock, J. C., Green, C. E., & Robie, C. (2004): 1026). El perfil de la intervención se basa en la
filosofía educativa de Paulo Freire, que considera que: a) las personas, sin importar qué tan
oprimidas se encuentren, puede aprender a examinar críticamente el mundo. b) la distinción entre
lo producido natural y culturalmente. A partir de estas ideas, los grupos educativos de hombres se
plantean cambiar los aspectos negativos, que son resultado de actividades humanas, como la
masculinidad hegemónica, la violencia y el poder y control de los hombres hacia sus parejas.
Inicialmente el método educativo, se realizaba a través de preguntas reflexivas, no estableciendo
ni enseñando “la verdad” a priori. No obstante, producto del éxito que tuvo este modelo, se hizo
un uso masivo, simplificador y reduccionista de sus principios básicos, que junto con la adopción
de los principios de la psicología dominante (cognitivo-conductual), incidió en sus postulados
fundamentales, hasta el punto de no distinguir actualmente, los fundamentos tácitos del modelo
Duluth de los cognitivos conductuales, con excepción de los principios básicos feministas con los
que comulga. (Lehmann & Simmons, 2009: 5-6)

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