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Platón

• República I → desglosado del dialogo

Sócrates y Glaucón bajaron juntos a Pireo, puerto de Atenas, para hacer una plegaria a la
diosa Brendis (también conocida como diosa artemisa).

Cuando estaban volviendo a la ciudad (Atenas) Polemarco al verlos partir a lo lejos mandó a un
esclavo a correrlos y los axhortara a esperarlos.

Los convencen a Socrates y Glaucon de quedarse porque al caer la noche iba a haber una noche de
antorchas a caballo en honor a la diosa.

Fueron entonces a la casa de Polemarco. Allí Sócrates comenzó a conversar con Céfalo. Este
estaba contento con la visita de Sócrates y le reprocha que tiene que visitarlos más seguidos
porque él esta mayor yy ya no puede subir a la ciudad. Sócrates le comenta que le gusta hablar
con los ancianos, y aprovecha la vejez y experiencia de ellos para conocer el camino que
eventualmente va a tener que recorrer.

Le pregunta que opina del “umbral de la vejez” C le cuenta que cada tanto se une con otros
ancianos y se quejan al aminorar sus épocas de juventud, sexo y borrachera y el mal trato que
recibían ahora de sus familiares. Pero él encontraba en la vejez paz y libertad y con respecto al
trato de la familia, sostenía que el problema no es la vejez sino el carácter del hombre.

S quería que C siguiera hablando y lo incita y le dice que para el es fácil sobrellevar la vejez porque
tiene riquezas.

C le cuenta sobre su herencia, que él ha quedado entre su padre y su abuelo, recibió una herencia
y la aumentó a lo largo de su vida.

Luego C habla de las situaciones límites que tienen los viejos y de los pensamientos sobre la
muerte. A los viejos les entra miedo y preocupación por cosas que antes no causaban esa reacción.
Por ejemplo los mitos del Hades, uno se llena de dudas y cuestionamientos sobre si ha obrado
bien o mal.

S alaba a C x sus bellas palabras y saca el tema de la justicia, le pregunta si para el justicia es decir
la verdad y devolver lo que se debe, pero C no se engancha en la conversación y se retira
excusándose con que tiene que ocuparse de unas ofrendas sagradas.

S se queda hablando con Polemarco sobre la justicia. Le cuenta que Simónides afirmaba que la
justicia es devolver a cada uno lo que se debe. S lo refuta dando un ejemplo de una persona que
no está en su sano juicio y P cambia su afirmación “los amigos deben obrar bien con sus amigos,
nunca mal”
Lo que corresponde → “lo que se debe”→ Lo justo para Simónides.

S los sigue refutando y le pregunta que es lo que da y a quienes se lo da la justicia. P habla que la
justicia dará beneficios a los amigos y prejuicios a los enemigos.

Luego comienzan a hablar de la utilidad de la justicia, S bombardea a preguntas a P, y este llega a


la conclusión que el justo es útil cuando el dinero se deposita para estar seguro, es decir, cuando
el dinero no es útil paree serlo la justicia.

P esta de acuerdo con que la justicia es útil cuando las demás cosas son inútiles, y S le contesta
que de ese modo la justicia no sería algo muy valioso si solo resulta útil cuando las demás cosas
resultan inútiles.

S, luego, comienza comparar al justo con un ladrón y le dice a P que esa idea la saco de H. y S le
pregunta “Entonces, la justicia es un modo de robar, bien que para provecho de los amigos y
prejuicio de los enemigos ¿No es así? P le responde no saber ya ni lo que dice, pero que sostiene
que para él justicia consiste en beneficiar a los amigos y perjudicar a los enemigos.

Seguido a esto, S saca la concepción del bueno y del malo. “¿los amigos son los que parecen
buenos, o también lo son esos que no lo aparentan pero lo son?” Sigue refutando a P haciendo
referencia a que el hombre se equivoca en etiquetar a ciertas personas de amigas y enemigas.
Trayendo como consecuencia beneficiar a los malos y perjudicar a los buenos.

Llegan a la conclusión que tienen que retractar su afirmación de lo justo pues habían considerado
mal al amigo y al enemigo. → “es justo hacer bien al amigo que es bueno, y perjudicar al enemigo
que es malo”

S le hace una nueva pregunta “en tal caso, ¿es propio de un hombre justo perjudicar a otro
hombre?” P afirma diciendo que hay que perjudicar a los malos. S lo refuta, diciéndole que si un
hombre perjudica a otro lo volvería peor respecto de la excelencia de los hombres. P está de
acuerdo con esto, y S le pregunta, ¿Pero no es la justicia la excelencia humana?

S → ¿Los justos pueden hace injustos a otros?

→No es función del bueno perjudicar sino de su contrario.

→ ¿Pero acaso el justo no es bueno? Entonces, no es función del justo perjudicar, sea a un amigo o
a un enemigo.

P a todas las conclusiones de S le dice que parece que tiene razón.Concluye S entonces, “Decir que
es justo dar a cada uno lo que se debe, significando que el justo debe perjudicar al enemigo y
beneficiar al amigo, diremos que no es sabio hablar así pues no equivale a decir la verdad. Ya que
en ningún caso es justo perjudicar a alguien.” (coincidencia con el cristianismo) P coincide.
S→ “pues bien si se ha demostrado que ni la justicia ni lo justo es así, ¿Qué puede serlo?” En ese
momento entra Trasímaco en la conversación. Muy alterado y molesto, ya había intentado
intervenir antes en el diálogo de S y P pero quienes estaban a su lado sentados no se lo
permitieron, pues querían escuchar la conversación. Finalmente T increpa a los gritos a S, se burla
de todos por la idiotez y el juego de tontos que hacen devolviéndose cumplidos unos a otros, le
dice que si quiere saber lo que es justo, que no solo pregunte y refute si no que conteste el mismo,
y no con una vagancia como suele hacer.

S le dice que no sea duro con todos ellos, que ellos están buscando saber que es la justicia. T se
hecha a reír y dice que todo esto es otra ironía de Sócrates, que él sabe lo que se le pregunta pero
no responde fingiendo no saber.

Ambos querían que el otro hable para así refutarlo, T cae primero. Le dice que el hablará y
enseñará pero S debe pagar y no alcanza con pagar la pena de aprender del que sabe sino que
deberá pagar con dinero. S dice no tener y sus discípulos se ofrecen a pagarlo ellos. Entonces
comienza una nueva conversación con refutación entre los dos personajes.

T→ “afirmo que lo justo no es otra cosa que lo que le conviene al más fuerte” S contesta cualquier
cosa para embarrar la conversación y alterarlo, T le dice que lo repugna y lo acusa de interpretar
las afirmaciones de modo de poder distorsionarlas.

T se aclara “cada gobierno implanta las leyes en vista de lo que le conviene para él, manifestando
que lo que es justo para los gobernantes va a ser justo para los gobernados, y el que obre en
contra de estas leyes lo estaría haciendo injustamente”→ es justo lo que le conviene al gobierno
establecido que es sin duda quien tiene la fuerza.

S le dice que definió la justicia como antes le había pedido a el que no lo hiciera (justo es lo
conveniente), diciendo que es lo conveniente, pero agregado para el más fuerte, y que eso tendría
que examinarlo, porque estaba de acuerdo que lo justo es algo conveniente pero que ignoraba
que lo fuera para el más fuerte.

S comienza con sus cuestionamientos. Hace referencia que si la justicia es lo que afirma T, también
sería justo hacer lo que no les conviene a los gobernantes cuando ellos se equivocan al implantar
las leyes a su favor.

Polemarco y Clitofonte entran en la conversación. P reafirmaba la refutacion de S mientras C


trataba de hacerle entender que para T “lo que le convenga al más fuerte” significaba lo que el
más fuerte entendiera que le conviene, y que eso debería ser hecho por el más débil siendo lo
justo. P no estaba de acuerdo pero nuevamente intervino S diciéndole que si eso era lo que T
quería decir se lo admitirían, entonces se lo pregunta. T le dice que evidentemente quería decir
eso y cambia su argumento.

T le dice a S que es un tramposo en sus argumentos, y que si quiere interpretar todo del modo
estricto que lo interprete así “el gobernante, en tanto gobernante, no se equivoca, y al no
equivocarse establece lo mejor para sí mismo, y esto es lo que debe hacer el gobernado. De modo
tal que, como afirmé en un principio, declaro que s justo hacer lo que le conviene al masfuerte”.

T comienza a darle la razón a S en todo lo que decía, no se sabe si lo hace por que le gana en la
refutación o si es por cansancio.

S le dice entonces que en ningún tipo de gobierno, aquel que gobierna, en tanto gobernante,
examina y dispone lo que le conviene, sino lo que conviene al gobernado y a aquel para quien se
emplea su arte, y con la vista en este y en lo que le conviene, dice lo que dice y hace lo que
hace. Con esta afirmación convirtió lo que T había afirmado como justo, lo contrario. Y T comienza
con una gran declaración, dice:

• la justicia y lo justo es un bien ajeno a quien lo practica ya que es lo conveniente a quien


gobierna pero un prejuicio propio de quien obedece y sirve, y que la injusticia es lo contrario y
gobierna a los verdaderamente ingenuos y justos.

• El hombre justo tiene menos que el injusto.

• La injusticia es más fuerte, más libre y de mayor autoridad que la justicia

• Lo justo es lo que conviene al más fuerte y lo injusto lo que aprovecha y conviene a sí mismo.

Luego de esto T quería irse pero todos lo retuvieron para que siga aclarándose. S le dice que
no está de acuerdo con que la injusticia sea más provechosa que la justicia, y que sostenía que el
gobierno atiende el bien del gobernado y está a su cuidado. El soberano no se beneficia por su
trabajo porque sino no ganaría un salario a cambio de él. Comienza a hacer una distinción entre
los beneficios que trae cada arte, y concluye S en que no es de su arte en particular que cada uno
obtiene su beneficio (salario), sino que por ejemplo, la medicina produce salud y el arte del
mercenario que se añade produce el salario, y así en todas las artes. Y de no añadirse el salario, el
médico no se beneficia con su arte, de esta manera, no produce beneficios cuando cumple su
función gratuitamente. T asintió a toda a explicación de S.

S concluye: “Es evidente que ningún arte o gobierno organiza lo que le beneficia a sí mismo, sino
que, como decíamos antes, organiza y dispone lo que beneficia al gobernado, atiende lo que le
conviene al mas débil y no al más fuerte. Por eso mismo nadie está dispuesto a gobernar
voluntariamente, sino que para ello reclama un salario porque nunca dispone lo mejor para sí
mismo, y para eso es necesario asignar una remuneración (plata u honores) para el
que esta dispuesto a gobernar o un castigo para quien no lo está”.

Glaucón le pregunta a que castigo se refiere. S le die que el mayor castigo es ser gobernado por
alguien peor cuando uno no se presta a gobernar, y es por temor a ese castigo que
los mas capaces gobiernan, entonces acuden al gobierno no con la idea de que van a obtener un
beneficio para ellos ni que la pasaran bien allí, sino que lo hacen con la idea de que no hay mejores
sustitutos que cumplan la función.
Luego se enfoca en analizar la afirmación de T “el modo de vida del injusto vale más que la del
justo” y le pregunta a G que vida eligiría, G elige la del justo. Y S le propone persuadir a T de que
no dice la verdad.

Le vuelven a preguntar a T si confirma su afirmación, el asiente y dice que la justicia es una


genuina candidez y a la injusticia buen sentido. S le pregunta si los injustos par el son inteligentes y
buenos y T afirma que e que obra de modo completamente y puede someter a Estados y pueblos
enteros si, y que el justo no es ni una cosa ni la otra.

T afirma que el justo no tratara de aventajar a otro justo, pero que el injusto lo hará tanto con otro
injusto como con otro justo.

Siguiendo las afirmaciones de T, S concluyo que el bueno y sabio no querrá aventajar al semejante,
sino a su contrario y que el malo e ignorante, querrá aventajar tanto a su semejante como a su
contrario. T afirmó. Pero siguiendo lo que afirmo antes T, entonces el justo se parecería al sabio y
bueno bientras que el injusto al malo e ignorante. T convino con eso pero no fácilmente sino que
a regañadientes mientras enrojecía.

Al final S concluye que el alma justa, el hombre justo vivirá bien y el injusto mal, que el justo será
feliz y bienaventurado al contrario del injusto.

Final aporético→ Sócrates concluye sin saber que es lo justo, si es bueno o no, si es excelencia o
no

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