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Universidad Nacional Abierta

Rectorado

Dirección de Investigación y Posgrado

Maestría en Ciencias de la Educación Mención: Planificación de la Educación

Característica del adulto en


situación de aprendizaje

Participante:

Ángel Lara V-18.765.294

Barcelona, Febrero de 2019


Características del adulto en situación de aprendizaje

Actualmente, vivimos en una sociedad donde la información, el conocimiento y

crecimiento exponencial del uso de la tecnología, generan cambios constantes y drásticos de

forma directa e indirecta en los métodos de aprendizaje y con especial énfasis en las personas

adultas. Para poder entender claramente la educación para adultos debemos tener claros la

concepción de adulto y andrología.

El adulto se puede decir, que es aquel individuo que asume responsabilidades y rol

productivo en la sociedad. En virtud de esas responsabilidades el adulto debe asumir, y

consolidar una serie de expectativas a nivel individual e intelectual, traducidas en mejoras

económicas, laborales, reconocimiento social, a nivel de ego, ya que, al lograr alcanzar

ciertas metas propuestas, aumentara su autoestima y su reconocimiento interno, como

persona capaz y productiva, aun cuando ya se tenga una edad en la que generalmente muchas

personas se sienten frustradas y consideran que ya su tiempo pasó.

La andragogía es la disciplina que se aplica en la educación para adultos, permitiendo

con ello desarrollar todas las capacidades del adulto-aprendiz, a través de la asignación de

responsabilidades y un cronograma de actividades. La educación para adultos, evoluciona

según las necesidades de la sociedad, preparando para ello a los individuos, a enfrentarse y

adaptarse a los nuevos procesos y a comprender la complejidad de la economía donde se

desarrollan. También es cierto que la educación para adultos está asociada a las expectativas

e intereses del individuo el cual buscará la manera de alcanzarlas.


La educación para adultos prepara y desarrolla al adulto en función de las expectativas

individuales como también en la compresión y resolución de problemas, ratificando actitudes

y comportamientos en beneficio de la actualización de los individuos.

El momento en que el educador junto al adulto crea un ambiente propicio para el

aprendizaje, donde se comienzan a producir los cambios de comportamiento en el individuo,

concretándose el objeto de la andragogía.

Haciendo referencia al participante adulto en un proceso de aprendizaje asume una

iniciativa en común de acuerdo con el facilitador, el cual a través de la motivación posibilita

la transmisión de conocimientos, esto en conjunto con la disposición de estar abierto en

tiempo y espacio para adecuar las actividades necesarias durante el desarrollo del proceso de

aprendizaje, determinando el éxito o fracaso del mismo. La persona necesita aprender lo que

necesita saber, bien sea para desarrollo personal o profesional, por lo tanto, la experiencia

del participante será de vital importancia y transformará el aprendizaje de manera

significativa para todos los involucrados.

Se debe agregar que el participante adulto posee características puntuales que lo

caracterizan y modifican positiva o negativamente, según sea el caso y a su proceso de

aprendizaje. Dichas características son: la madurez, la motivación y su integración ante

nuevas situaciones donde se requiere que modifique su comportamiento.

Según Knowles, plantea algunas dimensiones en la madurez como indicadores del

proceso de la madurez de la persona. También Malagan (1978), establece la motivación


como factor energético durante todo el proceso de aprendizaje. En el participante adulto la

motivación está basada en tres grandes aspectos: necesidades, intereses y logros, por lo cual

el adulto se siente motivado al emprender una carrera que le ayudara a minimizar este estado

de carencia (motivación intrínseca). Por otra parte, el interés viene a darse como la búsqueda

de un bien o situación de provecho, que facilite la consecución de una meta o un anhelo

(motivación extrínseca), y va de la mano con las necesidades del individuo. Por lo tanto, el

adulto se embarca en una carrera o un estudio superior para satisfacer esas expectativas

edificadas en torno a los tres aspectos mencionados anteriormente, conllevando a procurarse

un estado de bienestar general y por ende aumentar el estado de valoración que se tiene a sí

mismo. Por otra parte, se deben mencionar, además, las herramientas de las que se apropiará

el adulto, para materializar su proceso de educación, siendo determinado por causas, efectos

y necesidades muy distintas a las que se conocen en la educación convencional.

La madurez presentada por el adulto involucrado, y la motivación que lo mueva a

concretar sus aspiraciones, en este proceso de aprendizaje logrará ver materializada su

realización personal, lo cual redundará en beneficios a nivel individual, económica, y social.

En consecuencia, el aprendizaje del adulto, resulta más efectivo, debido a que se

desarrolla en condiciones de horizontalidad, participación activa y flexibilidad, lo que

permite desarrollar una relación equitativa e igualitaria, dirigido a la consecución de un fin

común: alcanzar sus metas y aspiraciones. De Igual manera, durante el proceso compartirá

sus experiencias previas y opiniones para la toma de decisiones a fin de lograr soluciones a

las diferentes problemáticas que se pudiesen presentar en su quehacer educativo.


No obstante, durante todo el proceso se pueden presentar obstáculos que dificulten el

desarrollo armónico y pleno del proceso de formación, tales como concepciones personales

(obligaciones, restricciones de tiempo), actitudinales (miedo al fracaso), y sociales (no

reconocimiento de sus iguales), por lo que debe tenerse particular cuidado en manejar las

diferentes perspectivas y puntos de vista, posibilitando la superación de estas dificultades y

permitan al participante adulto alcanzar exitosamente el aprendizaje esperado y por ende el

logro de las metas propuestas.

También se debe señalar, que el adulto en proceso de aprendizaje, debe romper con

los paradigmas ya impuestos en el sistema de educación convencional, ya que el viene a ser

quien establezca las pautas necesarias para lograr el éxito en la realización de este proceso

no convencional de formación. En consecuencia, el adulto se enfrentará a una nueva

situación de aprendizaje, donde no existe la interacción directa entre el participante y su

educador, en donde predomina la utilización de medios digitales, informáticos y

comunicacionales, que faciliten el proceso de instrucción y aprendizaje, en un sentido de

horizontalidad y flexibilidad, que les da acceso a nuevas oportunidades de estudio superior a

los participantes adultos.

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