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SENTIDO DE VIDA: ¿BUSCARLO O ENCONTRARLO?

Por: Camilo Roa Mackenzie


Publicado: 22/09/10
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Buda lo dijo claramente: «la vida no es fácil» y Nietzsche afirmó que «quien tiene un porqué para vivir puede
soportar casi cualquier cómo», así que si ante la adversidad identifico un porqué (o mejor un para qué), estoy
en buen camino; el inevitable sufrimiento es mucho más llevadero si tengo un sentido de vida, o por lo menos
un sentido en la vida, mejor dicho, un Sentido Vital.

El psiquiatra vienés Víktor Frankl dijo en alguna ocasión que «el ser humano es un buscador de sentido»;
Frankl, fundador de la Logoterapia, escribió un libro extraordinario que lo hizo famoso: “El hombre en busca de
sentido”; allí, desde su situación de prisionero y su mirada de psiquiatra, describió la vida cotidiana en un
campo de concentración Nazi, y sostuvo que, incluso en las condiciones más severas de deshumanización y
sufrimiento, el ser humano puede encontrar una razón para vivir; ¿cómo? Desplegando sus recursos internos
o recursos espirituales: la capacidad de auto-distanciarse (observar-se) y la capacidad de auto-trascenderse
(ir más allá de sí mismo).

Cuando Pablo Picasso pronunció una de sus frases famosas «yo no busco, encuentro…» marcó la vida de
muchos, incluso la mía; la experiencia me ha demostrado muchas veces que más que “buscadores”, somos
“encontradores”; en el momento menos pensado, surgen encuentros o situaciones inesperadas que le
inyectan a mi vida un giro sorprendente; ¿a quién no le ha pasado algo así? En asuntos humanos y
existenciales, no es raro que entre más se busque, menos se encuentre.

Ahora miremos la última pieza de este rompecabezas: ¿qué es eso que llamamos sentido de vida? Hay
muchas aproximaciones, pero la que más me gusta es aquella que lo define como la capacidad de percibir
con todo mi ser (razón, corazón y espíritu) aquellos valores que me invitan a desplegar lo mejor de mí mismo
para encontrar y realizar libre, responsable y apasionadamente mis sueños, mi vocación y mi vida; lo quiero
poner más sencillo:

Sentido de vida es percibir que lo que hago es valioso y útil para mí y para los otros, que respeta la
dignidad humana y que cuida y construye la vida.

Si en lo que soy, en lo que hago o en lo que me pasa no percibo valores, aparecen las señales de vacío
existencial, el sinsentido, el “no me hallo”; al contrario, entre más valores percibo en lo que soy, en lo que
hago o en lo que me pasa, mayor experiencia tengo de sentido de vida, y puedo desplegar una mayor
capacidad de tolerancia a la frustración y al sufrimiento.

Unamos las piezas. La vida es dificultosa, el sufrimiento es inevitable. La calidad de la vida no depende de no
sufrir sino de sentirme atraído a seguir adelante a pesar del sufrimiento, algo así como aprender a sufrir con
“elegancia”, con “sentido”. La adversidad no me queda grande si le encuentro sentido a ésta y a la vida en
general, así que es una tontería desgastarme tratando de evitar o negar el dolor; es más sabio y práctico
hacer uso de mis potenciales de “encontrador” para detectar las “huellas de sentido” que surgen al tener que
responder las preguntas que la vida me hace a través de todo lo que me sucede.

¿Cuáles son esos potenciales de “encontrador” de sentido? Son dos: primero, estar atento a lo que me pasa;
y segundo, tener la capacidad de no instalarme allí sino movilizarme. En términos de Frankl, estos potenciales
son la capacidad de observar-me y la capacidad de trascender-me. El “encontrador” de sentido mantiene
encendida su capacidad de darse cuenta, no se distrae con pensamientos de víctima o la búsqueda de
culpables sino que se concentra en lo que le pasa, toma distancia de la situación y de sí mismo y usa sus
recursos internos para encontrar el “para qué”; el “encontrador” de sentido es consciente de sus fortalezas así
como de sus debilidades y dificultades; como se observa, se conoce, tanto en un contexto individual como
social, así que no tiene dificultad en captar y aceptar su singularidad y la de los demás; como se trasciende,
no se queda en la cueva sino que sale y tiene en cuenta a los otros pues sabe que forma parte de un sistema,
sabe que está orientado más allá de sí mismo y que no está solo.

En resumen, sentido de Vida: ¿buscarlo o encontrarlo?

Creo que en los asuntos del Sentido Vital, el viejo dicho de “el que busca encuentra” se queda corto; propongo
entonces, reformularlo en los siguientes términos:

“EL QUE VIVE ATENTO, ENCUENTRA…”

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