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El segundo mejor día en relación con las ventas en los supermercados en Portugal es el
domingo. La frase fue dicha por el presidente del grupo español Mercadona el 12 de
marzo, en Valencia, para justificar la apertura los domingos de las tiendas que el grupo
va a tener en Portugal a partir del 2 de julio, fecha de la inauguración de la tienda de
Canidelo, en Vila Nova de Gaia, a pesar de estar cerrado en España.
Fue dicha por Juan Roig Alfonso y podría haber sido dicha por otras empresas de
distribución que lo ratifican a El Expresso, pero no oficialmente. Es difícil obtener datos
que comprueben el peso de los domingos en la rutina de las compras junto a la
Associaçao Portuguesa das Empresas de Distribuiçao (APED), de los grupos
distribuidores y hasta de Mercadona, que no ha identificado la fuente utilizada. Pero un
estudio de Kantar sobre los bienes de gran consumo confirma: el sábado es el mejor día
para los hipermercados y supermercados, con una cuota de 19,5%, seguido por el
domingo (14,9%), casi igual que el viernes (14,8%). Estos tres días son el 49,2% de las
ventas del sector.
Los únicos grupos que aceptaron hablar sobre el tema fueron Mosqueteiros y Lidl. El
primero, Mosqueteiros, confirma que el domingo es, junto con el viernes, el segundo
día más fuerte en ventas. Dice que “la decisión de cerrar o no los domingos parte de las
necesidades de la zona” donde cada supermercado está implantado y de los
empresarios independientes que gerencias sus tiendas con autonomía. Por otro para
Lidl “todos los días son importantes” y el domingo es el quinto día con más ventas.
Cambio de argumentos
Conocer la cantidad exacta de las ventas los domingos puede ser determinante para la
discusión sobre el tema en Portugal. Si las personas van a los supermercados los
domingos, cerrarlos puede promover alteraciones significativas en sus rutinas. Y a la
hora de argumentar, todo es bienvenido. ¿Ha venido el tema para quedarse?, después
de que el obispo de Oporto, Manuel Linda, haya apelado al cierre de los supermercados
y centros comerciales los domingos, denunciando el “nuevo esclavismo del trabajo
continuo”.
Respecto al Bloco de Esquerda, remite a su proyecto de ley del 2010 en el que defiende
el cierre los domingos y festivos.
El PS, a través de su líder parlamentar, Carlos César, dice apenas que “el tema es desde
1996 de competencia de los municipios, no viendo razón para que deje de serlo”. El PSD
“no tiene una posición cerrada” sobre el tema. El CDS, por voz de Helder Amaral, vice-
presidente de su grupo parlamentar y presidente de la Comissao de Economia, Inovaçao
e Obras Públicas, tampoco ve razones para cambiar el cuadro actual, hasta porque la
sociedad “evolucionó a este modelo”, pero considera necesario encontrar mecanismos
de apoyo a los comercios locales.
Comprendiendo “las razones que llevaron la iglesia a lanzar el alerta de que hay cosas
más importantes que las compras para hacer los domingos”, Helder Amaral refiere ser
“fácil encontrar familias juntas, comprando los domingos” y alerta para el impacto de
un eventual cierre en el empleo del sector. “No es posible defender a los trabajadores
empujándolos al desempleo”, dice.
La destrucción de empleo
APED, reaccionó a las declaraciones del obispo de Oporto diciendo que las aperturas los
domingos van “al encuentro de las expectativas de los consumidores”. El director
general de la asociación, Gonzalo Lobo Xavier, dice que los domingos es “el día en que
las familias aprovechan para disfrutar de servicios y actividades que no consiguen
disfrutar durante la agobiante semana de trabajo”. Y eso no sería posible si la
distribución alimentar, la restauración, los transportes, los museos, o los cines, solo para
citar algunos ejemplos, no estuvieran abiertos”.
António Rousseau, que fue director general de APED por 33 años y actualmente preside
el Fórum do Consumo, recuerda que la liberalización de la apertura de las superficies
comerciales los domingos, hace ya una década, ha creado millares de puestos de trabajo
y que su eventual cierre necesariamente conlleva un “gran impacto en el empleo del
sector”. “Pero hoy esto es tan habitual, está tan enraizado en la vida de los portugueses,
que no es cuestionable”, afirma Rosseau, que fue uno de los protagonistas de la “dura
lucha” por la liberalización de los horarios del sector en el cambio de siglo. Y ¿por qué
fue una lucha dura? “tal vez porque los sindicatos y la iglesia tenían más fuerza de la que
tienen hoy”, responde.
En Portugal, solo los sábados ganan a los domingos en las ventas de grande distribución,
lo que puede influir en la discusión sobre volver a cerrar los comercios ese día. El tema
divide los partidos y Europa.