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A LA
ORACIÓN MODELO
(Mateo 6:5-8)
Mateo 6:5-8 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman
el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos
de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. (6) Mas tú,
cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está
en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (7) Y
orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por
su palabrería serán oídos. (8) No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque
vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le
pidáis.
- Y les está advirtiendo a sus discípulos para que la práctica de sus ejercicios
piadosos no sea como la de aquellos que no pertenecen a la ciudadanía
celestial.
- El Señor tocó los temas de la limosna, la oración y el ayuno porque eran los
pilares donde se fundamentaban el resto de prácticas piadosas de los judíos.
- Sin embargo, de estas tres, la única a la cual el Señor va a dedicar tiempo y
espacio es a la segunda de ellas: la oración.
- Sin embargo, y en esto es mejor ser honesto, no vaya a ser que en lugar de
servir de consuelo y ayuda se encuentre uno como pastor y maestro dando
falsas esperanzas al pueblo de Dios, es mejor advertir que la negligencia e
ignorancia no son los únicos obstáculos, porque una vez superados
estos, el cristiano encontrará lucha y resistencia en la oración.
- Pero si vamos a construir una vida de oración, que no es otra cosa sino una
vida de comunión con nuestro Señor, hemos de ir paso a paso, limpiando el
terreno, quitando los escombros que obstaculizan el cavado profundo,
colocando los cimientos firmes y edificar según nuestro Salvador nos enseñó
en su Palabra.
Los hipócritas son los fariseos que hacen parte del pueblo judío.
Los gentiles son todos aquellos que no hacen parte del pueblo judío.
En pocas palabras, es una descripción de dos tipos de personas que
componen toda la humanidad.
- A los judíos Dios les había confiado las Escrituras, eso es lo que nos dice el
apóstol Pablo en su carta a los Romanos:
Hebreos 4:2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a
ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que
la oyeron.
- El pueblo de Israel junto con sus maestros los fariseos no eran ignorantes de
las Escrituras, la conocían.
Pero su problema era que no confiaban en aquello que intelectualmente
sabían que era la verdad.
Conocían la verdad pero no confiaban en ella.
Su problema no era la ignorancia, era la incredulidad en lo que conocían.
Juan 5:37-40 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis
oído su voz, ni habéis visto su aspecto, (38) ni tenéis su palabra morando en vosotros;
porque a quien él envió, vosotros no creéis. (39) Escudriñad las Escrituras; porque a
vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de mí; (40) y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
A diferencia de los gentiles los judíos no eran ignorantes; creían, sí, pero
no confiaban,
Porque la fe no es un asunto de asentimiento a un conjunto de verdades,
que sin lugar a duda cuando hay verdadera fe hay asentimiento a la
verdad,
Pero la fe es mucho más, implica confianza absoluta en la verdad,
Y de la confianza carecían.
Santiago 2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y
tiemblan.
- Los demonios saben que Dios es uno, pero no confían en ese Dios que saben
que existe.
- Los hombres, en este caso los judíos, al no tener verdadera fe, o confianza,
el resultado era que para ellos resultaba muy fácil ostentar su religión delante
de los hombres, pero la carencia de confianza o fe les impedía que fueran
diligentes en estar en un lugar solitario gozando de la compañía de aquel a
quien llamaba Padre.
Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
No seas como los hipócritas, dice hoy el Señor a su amada Iglesia, Mas
tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre
que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.
Esas son las palabras de Dios y deben ser suficientes para el cristiano.
El cristiano, con la confianza en la Palabra de Dios sabrá, aunque sus
ojos solo vean los muebles de su habitación, que Dios está allí y le
escucha.
Confiando en lo que Dios le ha dicho en las Escrituras el cristiano será
diligente en ir a su aposento y cerrar la puerta y hablar con Dios.
- La respuesta es:
Tu negligencia se debe a tu falta de fe.
Esa vergüenza que tú tienes es saludable, hasta cierto punto.
Hay un punto donde esa vergüenza pasa de ser saludable a convertirse
en una patología.
Es saludable porque indica tu contrición y reconocimiento de que has
pecado contra Dios.
Es saludable porque muestra que no eres un pecador endurecido sino
que eres consciente de tu condición pecaminosa y gimes dentro de ti
esperando la redención final cuando el pecado ya no te fastidie más.
Pero puede convertirse en patológica cuando te hace huir de Dios en
lugar de humillarte delante de Él.
Es patológica y evidencia falta de fe porque estas reconociendo, a lo
mejor involuntariamente, que el sacrificio de Jesús no podría limpiar más
tu pecado. Que su sangre no es suficiente y que el hecho de poder
presentarte delante de Dios no depende del sacrificio consumado de
Cristo sino en tu obediencia, que, entre otras cosas, siempre va a ser
imperfecta.
1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Hebreos 4:14-16 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. (15) Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. (16) Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro.
- Saber que tienes un sumo sacerdote, Aquel que murió en la cruz, Jesús, el
Hijo de Dios, que tan solo por su sacrificio consumado y su obediencia
perfecta eres aceptado delante de Dios, debe darte la certeza de que en el
aposento tu Padre te recibe y te escucha.
Decía Spurgeon:
“Si Dios te amó, cuando estabas lleno de corrupción; ¿no escuchará tus oraciones
ahora que te ha hecho heredero del cielo?”.
Y John Piper:
“Uno de los grandes usos del Facebook y Twitter será demostrar en el último día que
la falta de oración no fue por falta de tiempo”.
Allí Él va a estar.
- Si ustedes se fijan bien, ninguna de los dos grupos mencionados por el Señor
carecen de oración, ambos grupos oran.
Los primeros, los judíos, como acabamos de ver oran en público para
suplir la ausencia de su oración privada.
Uno pensaría que este segundo grupo, al no gozar de ser los receptores
de la revelación de Dios, al carecer de las Escrituras, simplemente no
orarían.
Pero la Escritura nos dice que oran, ¡y mucho!
A tal punto que piensan que por tanto orar y orar van a ser oídos.
Ahora bien, ¿de dónde surgía la palabrería de los gentiles en la oración?
Porque ciertamente el problema de este segundo grupo no es la
negligencia.
Su problema es la ignorancia y esta ignorancia surgía por el
desconocimiento de las Escrituras.
1 Reyes 18:26-29 Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron
el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos!
Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del
altar que habían hecho. (27) Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos,
diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún
trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. (28) Y ellos clamaban
a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre,
hasta chorrear la sangre sobre ellos. (29) Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando
frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni
quien respondiese ni escuchase.
Oseas 4:6 Mi pueblo pereció por falta de conocimiento, dice Dios por medio del profeta
- Nos queda muy fácil voltear a mirar a los católicos y pensar en ellos respecto
a su ignorancia y su repetición en oraciones y oraciones vanas y sin sentido.
- Pero les recuerdo que aquí el Señor Jesús se está dirigiendo a su pueblo
para que no caigan ni en la hipocresía de los fariseos ni en la repetición de
los gentiles.
- Muchos cristianos, incluso, han pensado partiendo del texto que tenemos
ante nosotros, que no debemos orar durante mucho tiempo porque si lo
hacemos caemos en el error de los gentiles ignorantes, pero en esta porción
de la Biblia por ningún lado Jesús está condenando las oraciones largas.
- Por lo tanto, no debo paralizarme al orar por un asunto o por muchos asuntos,
por la salvación de mis familiares y los perdidos, antes bien, el saber que la
oración es el medio determinado por Dios me lleva a utilizarlo con más
diligencia y para la gloria de nombre.
Por lo general las personas estamos muy dispuestas a iniciar algún tipo
de actividad, llámese dieta, gimnasio, aprender un idioma, leer un libro
semanal, etc. Estamos muy dispuestos a iniciar una actividad y por lo
general la iniciamos y lo hacemos con muchas ganas e ilusiones, de
hecho, iniciamos con tanto ahínco que el primer día terminamos
exhaustos.
Hacer una lista de oración también nos ayuda porque hace que nuestros
pensamientos se mantengan enfocados y además podemos ir viendo las
respuestas de Dios a nuestras oraciones de manera más palpable.