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Documento Interno sobre Eliminación de Antecedentes y Libertad Condicional1

I.- Eliminación de antecedentes


En Chile el régimen general de administración de los antecedentes pertenecientes al
prontuario penal de los individuos condenados se regula en el Decreto Ley Nº 645 de 1925
que crea el Registro de Condenas. Las condiciones y modalidades asociadas a la
eliminación y omisión de dichos antecedentes en las certificaciones correspondientes se
regulan en el Decreto Ley Nº 409 de 1932, que dispone de un procedimiento para la
eliminación de antecedentes penales, y en el Decreto Supremo Nº 64, de 1960, del
Ministerio de Justicia, denominado "Reglamento sobre la Eliminación de Prontuarios
Penales, de Anotaciones y Otorga Certificados de Antecedentes"2.
La eliminación de antecedentes puede abordarse en dos sentidos, a saber, uno
amplio y otro restringido.
En un sentido amplio, corresponde a cualquier institución que tenga por efecto la
expurgación del prontuario o certificado de filiación y antecedentes de un ciudadano. Se
incluye aquí la destrucción del prontuario penal y la omisión de antecedentes
En un sentido restringido, que interesará en lo sucesivo a este documento, se
entenderá por eliminación de antecedentes la expurgación de las anotaciones prontuariales
que hubieren sido inscritas en el prontuario penal, para todos los efectos legales, incluso
para ante los tribunales de justicia. Corresponde a la eliminación del artículo 8º del D.S. y a
la eliminación del D.L. Nº 409.
1. Eliminación de antecedentes del D.L. Nº 409 y del D.S. Nº 64
Para la eliminación de antecedentes penales debe, primero, haberse cumplido la
condena. Este es un presupuesto y no un requisito. Luego, si se desea eliminar una
anotación vía D.S. Nº 64, por resolución del Servicio de Registro Civil e Identificación,
debe, además de haberse cumplido la condena, reunirse los siguientes 2 requisitos:
- 1) registrar el interesado sólo una anotación prontuarial, y;
- 2) el transcurso de determinados plazos:
a) 3 años desde el cumplimiento de la condena, en el caso que el delito anotado
sea constitutivo de una falta;
b) 5 años si la anotación prontuarial dice relación con un simple delito,
c) 10 años si la anotación se refirió a un crimen (artículo 8º, letras f) y g)).


1
Este documento fue preparado por el ayudante Diego Downey y en lo fundamental sintetiza el régimen
general de la eliminación de antecedentes y la libertad condicional. Quedan por tanto al margen los casos
especiales no previstos en los cuerpos normativos no abordados en este documento.
2
Cfr. Raúl Carnevali y Francisco Maldonado, “El Tratamiento Penitenciario en Chile. Especial Atención a
Problemas de Constitucionalidad”, Revista Ius et Praxis, Año 19, N°2, 2013, página 388.
Ahora bien, si el interesado opta por el D.L. Nº 409, debe cumplir con los requisitos
del artículo 2º de dicho cuerpo legal3; a saber:
a) Haber observado muy buena conducta en la prisión o en el lugar en el que
cumplió su condena, cuando se trate de pena de prisión, presidio, reclusión o relegación;
b) Conocer bien un oficio o una profesión;
c) Poseer conocimientos mínimos de cuarto año de escuela primaria;
d) Haber estado en contacto con el Patronato de Reos durante dos años, por lo
menos, si es primera vez condenado, y cinco años si ha sido condenado dos o más veces, y
ser recomendado por este organismo. Donde no exista Patronato de Reos, esta
recomendación será hecha por la autoridad administrativa, la judicial y la de Carabineros de
la respectiva localidad, una vez transcurridos los mismos plazos señalados, los que se
contarán desde la fecha en que los interesados se hayan presentado ante estas autoridades
para ser observados. El tiempo que permanezcan en observación ante estas autoridades, se
tomará en cuenta en caso de que el Patronato de Reos los acoja después bajo su tutela; y
e) No haber sufrido ninguna condena durante el tiempo de prueba y hasta la fecha
de dictarse el decreto respectivo;
En cuanto al requisito indicado en d), se ha entendido que el “contacto con el
Patronato” se cumple mediante la firma regular en los tiempos indicados.
El beneficio de la eliminación de antecedentes del D.L. Nº 409 es otorgado por
decreto supremo del Ministerio de Justicia, mediante procedimiento que se inicia en el
Patronato de Reos respectivo, que en el caso de Santiago tiene una oficina especial al
efecto.
En fin, considérese que la única alternativa para quien ha sido condenado por más
de un delito es la de firmar por 5 años en el Patronato de Reos, ya que el D.S. Nº 64 no
permite el beneficio cuando hay más de una anotación. Sin embargo, a aquel condenado le
queda la posibilidad de solicitar la mera omisión (no eliminación) de anotaciones judiciales
en certificados de antecedentes, cumpliendo los requisitos reseñados (si bien las
anotaciones revivirán en caso de cometerse un nuevo delito, según se detallará más abajo).
LOS EFECTOS:
a) La eliminación de antecedentes produce la total desaparición de la anotación en el
prontuario penal4. Lo anterior tiene directa incidencia, por ejemplo, en la aplicación de la
atenuante de irreprochable conducta anterior. Por su parte, la omisión de antecedentes sólo

3
Cfr. Carlos Achiardi, “De la Eliminación de Antecedentes”, Gaceta Jurídica, Volúmen 222, página 48,
relativizando la vigencia efectiva de estos requisitos.
4
ICA Santiago, 07.01.2011, Rol N° 2331-2009: “Al enjuiciado Molina (…), se le considerará su conducta
anterior irreprochable, porque el delito de manejo en estado de ebriedad que figuraba en su prontuario,
aparece, a fojas 948, borrado por Resolución Exenta N° 1442 de 8 de septiembre de 2005, del Ministerio del
Interior, en cumplimiento del Decreto Ley 409 de 12 de agosto de 1932, que buscando la regeneración e
integración del penado a la sociedad, como su nombre lo indica, se le considera como si nunca hubiere
delinquido, para todos los efectos legales y administrativos.
supone la no inclusión de la anotación en el certificado de antecedentes (para fines
particulares y especiales, como trabajo, etc.). De modo que en el prontuario penal aparecerá
la anotación que no figura en el certificado para fines particulares.
b) Existe otro efecto mencionado en el artículo 14 del D.S. Nº 64, cual es que en
caso de cometer un nuevo delito el delincuente perderá el beneficio de la omisión y en su
certificado de antecedentes reaparecerán las anotaciones, no pudiendo volver a solicitar este
beneficio sino por una vez más. En cambio, en el caso que el delincuente hubiere obtenido
el beneficio de la eliminación de antecedentes, la condena por un delito posterior se
reflejará en su prontuario y, consecuentemente, en su hoja de antecedentes (art. 14, D.S. Nº
64: "La anotación en el prontuario de una nueva (…) condena hará caducar el beneficio
concedido en virtud del presente decreto. En tal caso, los certificados que se expidan
contendrán todas las anotaciones ordenadas omitir con anterioridad, salvo que el Director
del Servicio otorgue nuevamente dicho beneficio, y sólo por una vez más).
c) Un tercer efecto dice relación con el artículo 6º del D.L. Nº 409, el que prohíbe
que se expidan certificados en que conste que personas beneficiadas con el D.L. hayan
sufrido condena o condenas cuyos efectos hayan sido eliminados de acuerdo con sus
disposiciones. El infractor de esta norma o aquel que dé esta clase de informaciones, en
cualquier forma, comete delito de injuria grave.

II.- Libertad Condicional


El sistema de reducción de condenas para personas que se encuentran cumpliendo
penas privativas de libertad se regula a través del Decreto Ley N° 321 de 1925, a través del
cual, al verificarse determinados requisitos, se puede optar al régimen de libertad
condicional. En un sentido estricto, según lo dispuesto en el art. 1° del DL N° 321, la
libertad condicional no extingue ni modifica la duración de la pena, sino que es un modo
particular de hacerla cumplir en libertad. Como puede leerse en esta disposición:
“Se establece la libertad condicional, como un medio de prueba de que el delincuente
condenado a una pena privativa de libertad y a quien se le concede, se encuentra corregido
y rehabilitado para la vida social. La libertad condicional, salvo lo que dispone el artículo 3º
del presente decreto-ley, no extingue ni modifica la duración de la pena, sino que es un
modo particular de hacerla cumplir en libertad por el condenado y según las disposiciones
que se dicten en este decreto-ley y en el reglamento respectivo”.

El mencionado Decreto dispone que la injerencia en la concesión o denegación de la


libertad condicional de un condenado recae sobre las Comisiones de Libertad Condicional
que, durante los meses de abril y octubre de cada año, se reúnen para evaluar las solicitudes
presentadas por los condenados. Si bien la ley indica que éstas funcionan en las Cortes de
Apelaciones respectivas, ello no significa que sean estos tribunales los encargados de
resolver tales solicitudes. Las Comisiones, de acuerdo al art. 4° del DL N° 321, están
conformadas por los funcionarios que constituyan la visita de cárceles y establecimientos
penales en la ciudad asiento de la Corte de Apelaciones y dos jueces de juzgados de
garantía o de tribunales de juicio oral en lo penal elegidos por ellos, si hubiere más de dos
en las comunas asientos de las respectivas Cortes. En Santiago, la integrarán diez jueces de
juzgados de garantía o de tribunales de juicio oral en lo penal elegidos por ellos.
El hecho de que una persona haya sido condenada por uno o más delitos de suma
gravedad, no impide que se le pueda otorgar la libertad condicional, si se cumplen con las
exigencias legales para ello, siempre y cuando se trate de un condenado a una pena
privativa de libertad de duración superior a un año.
Los requisitos para la procedencia de la libertad condicional se encuentran
establecidos en el art. 2° del DL N° 321 y consisten en:
a. Haber cumplido la mitad de la condena que se le impuso por sentencia definitiva.
Si hubiere obtenido, por gracia, alguna rebaja o se le hubiere fijado otra pena, se
considerará ésta como condena definitiva. Esto no rige para ciertos delitos graves que la ley
menciona, en cuyo caso se exige que se haya dado cumplimiento a dos tercios de la
sanción; otro tanto si se trata de un condenado a presidio perpetuo, caso en el cual se
requiere que haya cumplido veinte años de pena, o de un condenado a presidio perpetuo
calificado, en cuyo caso se debe haber cumplido cuarenta años de pena −en esta última
hipótesis, es la Corte Suprema la encargada de conceder o denegar la libertad condicional);
b. Haber observado conducta intachable en el establecimiento penal en que cumple
su condena, según el Libro de Vida que se llevará de cada uno;
c. Haber aprendido bien un oficio, si hay talleres donde cumple su condena; y
d. Haber asistido con regularidad y provecho a la escuela del establecimiento (en
su caso) y a las conferencias educativas que se dicten, entendiéndose que no reúne este
requisito el que no sepa leer y escribir.
Cabe hacer presente que, la ley no exige como requisito para conceder la libertad
condicional la necesidad de contar con un informe favorable de Gendarmería de Chile, que
sugiera su otorgamiento (como en cambio suele creerse por la opinión pública). Por el
contrario, si las Comisiones de Libertad Condicional negasen las solicitudes de libertad
condicional en casos en los que se cumplen los requisitos legales, incurrirían en ilegalidad,
toda vez que la libertad condicional es un derecho sujeto a la verificación de que se
cumplan determinadas exigencias.
Cabe insistir que la concesión de la libertad condicional no implica una extinción de
responsabilidad penal. Los condenados en libertad condicional deben seguir cumpliendo
con la pena, aunque sea en libertad, lo que se traduce en el cumplimiento de obligaciones
de sujeción a la vigilancia de las autoridades. Estas obligaciones se encuentran establecidas
en el art. 6° del DL N° 321 y consisten en la prohibición de abandonar el lugar que se fije
como residencia, sin la autorización del presidente de la Comisión respectiva, estando
obligados a asistir con regularidad a una escuela nocturna y a trabajar en los talleres
penitenciarios, mientras no tengan trabajos en otra parte y debiéndose presentar a la
prefectura de policía una vez a la semana con un certificado del jefe del taller donde
trabajen y con otro del director de la escuela nocturna donde concurran, en que conste que
han asistido con regularidad y han observado buena conducta. Si incumplen tales
obligaciones o vuelven a delinquir, deben regresar al establecimiento penal por el tiempo
que les falte para cumplir su pena.
Por último, en el art. 8° del DL N° 321 se contempla el derecho que tienen aquellos
condenados a libertad condicional que hayan cumplido la mitad de esta pena y hubiesen
observado durante este tiempo muy buena conducta, según se desprenda del Libro de Vida,
a que por medio de la respectiva Comisión se les conceda la libertad completa.

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