EL MATRIMONIO :

EN TORNO A LA ESENCIA, PROPIEDADES, BIENES Y FINES

I. EL ORIGEN DEL PACTO CÓNYUGAL

Frente a este punto, el señor JUAN IGNACIO BAÑARES sostiene: “no es más que el despliegue
lógico del contenido de dicho derecho de la persona. Este sería, pues, el primer nivel de relación
entre la verdad antropológica acerca de la persona sexuada, y el derecho”. Además, el ius
connubii1 fundamenta y legitima todo régimen matrimonial.

El límite al “derecho de amar conyugalmente” estaría dado por la dimensión antropológica; para
esto, es menester señalar y remitirse a los conceptos de persona, libertad, sociabilidad, sexualidad
y amor. A su vez, si señalamos o admitimos un amor específicamente conyugal debemos hacer
una remisión a sus consecuencias, las cuales son:

1) La donación y posterior aceptación (puesto que el hombre es un ser personal) de todo lo que
uno es como varón o mujer, no puede darse sin el consentimiento de ambos; los dos actos de
voluntad deben forma uno, que sería el consentimiento.

2) Cada uno de los contrayentes pasará a ser coposesor de la conyugalidad del otro. Del acto y
recibirse se sigue una suerte de “condición” (hecho futuro e incierto) o situación, que sería la de
esposos. Por lo tanto, se trata de un acto fundante de una relación permanente, y esta relación; en
cuanto es querida como tal, nace y queda vigente a título de deuda. Convierte el hecho (amor
esponsal) en derecho; esta relación jurídica es la que recibe el nombre de vínculo.

El matrimonio en cuanto se estima relación jurídica, viene dada por los elementos que
comprenden a la ya nombrada institución, los cuales son: 1) Sujetos; 2) Vínculo; 3) Contenido y; 4)
Objeto. Como se señaló inclusive, en el Concilio Vaticano II, el matrimonio y la familia (nacida de
esta unión conyugal) constituyen un bien social, que forma una parte importante del bien común.

Podemos afirmar que el matrimonio mismo en cuanto a su objeto supone una estructura
predeterminada y, asimismo, la estrictez dada por las instituciones en cuanto a su forma, no siendo
esto atentatorio contra el mismo ius connubii de los contrayentes, sino más bien, razón de certeza
jurídica por cuanto se garantiza el orden y cumplimiento de los efectos que supone la institución
misma.

“El matrimonio, jurídicamente considerado, no es el pacto conyugal como contrato de existencia

continuada; es la comunidad conyugal en cuanto tiene una estructura jurídica, cuya raíz y fuente
no es un pacto -un contrato-, sino la propia estructura óntica de la comunidad conyugal ” esto, a raíz
de que el pacto conyugal es considerado el origen y deber de los derechos conyugales, no así de
la raíz y fuente de los mismos; ya que, ella es la dimensión de justicia de la estructura óntica de la
persona humana y de la relación ontológica que une a varón y mujer.

1 Supone el derecho de contraer matrimonio, el derecho de elección del cónyuge, y el derecho a que el
matrimonio sea reconocido, protegido y conservado por el ordenamiento jurídico.
 II. EL VÍNCULO, LAS PROPIEDADES Y LOS FINES

Del propio vínculo matrimonial deriva una doble dimensión, la cual es: a) La relación propia de
los cónyuges en cuanto coposesores mutuos y; b) La relación potencial que se establece entre
ellos en cuanto principio único de generación.