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La nariz roja es la máscara más pequeña del mundo, la que menos esconde y la que
más revela. Un objeto tan discreto pero llena de representaciones, de connotaciones que
permite al ser humano exponer su estado de animo, su sensibilidad, su intimidad
confrontada a la realidad del mundo.
Esta nariz roja, ínfima mascara, tiene un valor terapéutico enorme. Este pequeño
atuendo concilia lo propio de una mascara con la gran particularidad de que al mismo
tiempo deja nuestro rostro libre, para que yo pueda ver al mundo desde esta otra
identidad, y también para que yo pueda dejar que el mundo me vea mientras evoluciono
en esta otra identidad.
Esta particular aproximación nos da la posibilidad de explorar nuestro mundo
interno con una mirada directa llena de humor, exenta de culpa, a través del juego y de la
espontaneidad , de la comunicación y de la aceptación de lo que sencillamente ocurre
dentro de la persona.
En este sentido este trabajo nos permite acceder al realidad interna de la persona de una
forma extremadamente directa, y permite que un camino diferente y sanador se abra
ante ella.
Las técnicas del clown se basan en un concepto básico: SER UNO MISMO
A partir de ahí, todo esta permitido. En clown, las disonancias entre sentir y actuar no
funcionan. La falta de sinceridad convierte el escenario del clown en su tumba. No ver al
otro, no sentir el público, no jugar las leyes del aquí y ahora, convierten el espacio en una
jaula dónde el clown se quedara solo. Su representación desmonta las mentiras y los
juegos del Ego, hasta que la persona contacte con su esencia y pueda finalmente
desvelarnos un sencillo drama : su ansía de tener un sitio en este mundo, de pertenecer.
Su actuación nos conecta con unos sentimientos primarios que el expresa por nosotros,
facetas de nuestra personalidad que normalmente nos asustan. El nos da la posibilidad de
mirar las a la cara y celebrar el encuentro, en vez de promover el rechazo.
En definitiva EL CAMINO DEL CLOWN es enseñarse, tal como uno es, dándose el permiso y
la libertad, bajo la protección de la pequeña nariz roja, de sentir y comunicar con los
demás lo que en mí ocurre en este momento. Entonces darse cuenta de que el MUNDO
realmente solamente recibe al clown cuando es sincero, mostrando y compartiendo su
verdad, por loca que sea.