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Notas de El Moisés de Miguel Ángel (1914)

Nota de Strachey: interés de Freud por la estatua de Moguel Ángel Moisés de San Pietro
in Vincoli Moisés de San Pietro

Freud reconoce ignorancia del arte – profundo interés en el arte.

Empecina esfuerzo en poner en conceptos lo que las obras evocan en el – lo que no le


sucede con la música- sin esto no obtiene goce.

“lo que nos cautiva con tanto imperio no puede ser otra cosa que el propósito del artista en
la medida misma en que él ha conseguido expresarlo en la obra y hacer que nosotros lo
aprehendamos.” – pero – es necesaria la reproducción de la situación afectiva.

La obra misma ha de posibilitar el análisis, si es que es expresión del propósito y moción


del artista – hallar sentido y contenido de lo figurado – interpretación.

Hamlet – múltiples interpretaciones- Freud cree que la interpretación psicoanalítica desde


el Edipo de Hamlet es la que “resuelve” el asunto.

Empieza la interpretación del Moisés – lo califica de enigmático – “mirada despreciativa y


colérica del héroe”

“figura a Moisés, el legislador de los judíos,


que sostiene las Tablas con los sagrados mandamientos.” – lo único seguro

descripciones de autores que no concuerdan…

Thode – rostro: “mezcla de cólera, dolor y desprecio»: «la cólera en el amenazador


fruncimiento del ceño, el dolor en la mirada, el desprecio en la saliencia del labio inferior y
las comisuras estiradas hacia abajo».

“Entre quienes han emitido juicio, una mayoría se pronuncia por esto último, y sabe indicar
también la escena de la vida de Moisés que el artista ha capturado para la eternidad. Se trata
del descenso del Sinaí; él acaba de recibir de Dios las Tablas de la Ley, y ahora percibe
cómo los judíos entretanto han confeccionado un Becerro de Oro en torno del cual danzan
jubilosos” p221

Miguel Angel lo ha retratado en su “vacilación final” – tranquilidad anterior a la tormenta.

Freud cuenta las múltiples interpretaciones del moisés en el sentido de su interpretación


como recién bajado del Sinahí.

“El decidido movimiento lateral de cabeza y ojos en esa figura, en lo demás inclinada hacia
adelante, armoniza bien con el supuesto de que Moisés, que reposaba, vio de pronto algo
que atrajo su atención. P.224
“momento sustantivo de la vida de este varon”

Las Tablas están retenidas y no corren peligro de deslizarse. La mano derecha las mantiene
apoyadas o se apoya sobre ellas p.225

Esta pertenencia de Moisés a un conjunto vuelve imposible el supuesto de que la figura


estuviera destinada a despertar en el contemplador la expectativa de que un instante
después se levantaría de golpe, como si fuera para soltarse al ataque y armar escándalo
él mismo. P.225

El todo de la figura es calmo – no puede ser la interpretación de levantarse


intempestivamente – “la piedra se volvia cada ve mas rigida, de ella fluia como una santa
paz casi oprimente” - este Moisés estará eternamente así sentado y así colérico.

Acuerda con la interpretación de Thode: movimiento como algo que irrumpe en calma
aparente – es recurso para caracterizar hombre de acción. – “Miguel Angel no ha creado
una imagen histórica, sino un tipo de carácter de indomable energía, domeñador del mundo
que le resiste”

Habla de Morelli, de la importancia de identificar detalles, tan particulares en c/artista-


parecido al psicoanálisis, por su importancia a lo escondido, lo secreto, lo inadvertido.

Dos detalles: postura de mano derecha y posición de ambas tablas.

Solo índice toca con Barba, presionándola, en realidad solo se oprime la barba con el dedo.

“la presión del índice de la mano derecha recae principalmente sobre cordones de pelo de la
mitad izquierda de la barba, y en virtud de la trasgresión que él opera la barba es impedida
de acompañar el giro de la cabeza y de la mirada hacia el lado izquierdo.” P.229

Freud intuye en la posición de las tablas y en un “cuerno” que señala el borde que están
puestas de cabeza.

Freud explica esta inusual posición en que Moises ve la escena del becerro, se iba a
levantar, movio la mano para tomar su barba, las tablas casi se caen, el vuelve a llevar la
mano rápidamente hacia ellas para que no se caigan.

“En un ataque de cólera, quiso levantarse de golpe y cobrar venganza olvidado de las
Tablas. Pero superó la tentación: ahora permanecerá sentado con furia domeñada, con una
mezcla de dolor y desprecio.” – “domino su pasión para rescatarlas” P.234

Pero este no es el Moisés de la Biblia, quien realmente se encolerizó y arrojó de sí las


Tablas, de modo que se hicieron pedazos. Sería un Moisés muy diferente, un Moisés de la
sensibilidad del artista, quien así se habría tomado la licencia de enmendar el texto sagrado
y falsificar el carácter del divino varón.
Nota al pie: [Ernest Jones ha sugerido que quizá Freud fue movido en parte a hacer este
anáHsis de los sentimientos figurados en la estatua de Miguel Ángel por su propia actitud
frente al movimiento secesionista de Adler y Jung, que tanto lo preocupó en la época
inmediatamente anterior a la redacción de este artículo.

“Pero Miguel Ángel ha situado en el monumento funerario del papa un Moisés diferente,
superior al Moisés histórico o tradicional. Ha retrabajado el motivo del quebrantamiento
de las Tablas de la Ley; no deja que la cólera de Moisés las destruya, sino que apacigua esa
cólera, o al menos le inhibe el camino de la acción, por la amenaza de que pudieran hacerse
pedazos.” P.237 – Miguel ha creado un Moises sobrehumano

“supremo logro psíquico asequible a un ser humano: sujetar su propia pasión en beneficio
de una destinación a la que se ha consagrado, y subordinándose a ella.”

Yo no puedo pronunciarme sobre eso. No sé decir si es admisible atribuir una imprecisión


tan ingenua a un artista como Miguel Ángel, en cuyas obras pugna por expresarse un
contenido tan rico de pensamiento, ni si ello es aceptable justamente respecto de los rasgos
llamativos y raros de la estatua de Moisés.” P.240

Miguel Ángel hartas veces ha ido en sus creaciones hasta los límites extremos de lo que el
arte puede expresar; acaso el Moisés no resultó del todo logrado si su propósito era dejar
colegir la tormenta de la violenta excitación a partir de los indicios que, trascurrida ella,
quedan en el subsiguiente reposo” p.240

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