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6.

LA FORMACIÓN INICIAL DEL PROFESORADO Y EL


DESARROLLO DELAS INSTITUCIONES DE FORMACIÓN:

La formación del profesorado ha ido empeorando con el paso del


tiempo, ya que en estos momentos podemos encontrar un exceso de discursos
y una amplia pobreza de prácticas. Una de las cuestiones que debemos de
tener clara es que los buenos profesores no nacen sino que se hacen. Para
mejorar la calidad de la educación uno de los aspectos más importantes es que
delante de los alumnos tiene que estar una persona que sepa lo que hace y
sea competente.

1. LA FORMACIÓN DE FORMADORES PARA LA EDUCACIÓN


OBLIGATORIA:

Para que los profesores realmente puedan poseer una buena formación
inicial es necesario que se rompa el mito de que la enseñanza es algo sencillo.
Es necesario que se den en general tres conocimientos, habilidades y
disposiciones por parte de los profesores, estas son; conocimiento de los
alumnos y de cómo aprenden y se desarrollan en un contexto social,
concepción de los contenidos del currículum y de sus objetivos y una
compresión de la enseñanza a la luz de la capacidad de los alumnos. Por lo
que podemos deducir que los profesores tienen que ser efectivos y trabajar en
los contextos que conocen para de este modo poder trasmitir realmente lo que
conocen.
En cuanto a la formación del profesorado de Infantil y Primaria
podríamos decir que la situación actual los deja en plena desventaja, ya que la
mayor parte de las titulaciones ofrecidas ofertan sólo especialidades (Infantil,
primaria, lengua extranjera...), cuando en muchos casos lo que se les requiere
son conocimientos básicos del currículum (lengua, matemáticas o ciencias). En
las prácticas en las escuelas son los maestros especialistas los que tienen que
cubrir las enseñanzas en las áreas básicas. El discurso de las competencias
que redefine la profesionalidad como la regulación de un listado de
competencias que los alumnos han de adquirir para conseguir la titulación.
Las últimas leyes de educación, LOCE, LOE ya optan por la propuesta
de maestro generalista pero dejando siempre la puerta abierta en algunas
áreas al maestro especialista. Lo que nos queda claro es que no sólo basta con
aumentar los años de formación para provocar de este modo una mejora en la
calidad en la formación profesional. El problema está en que para que los
futuros docentes tengan una formación adecuada es necesario, ya en las
facultades, que reciban una formación adecuada, no con la impartición de más
horas teóricas, sino tenemos claro que tipo de profesionales queremos formar
para el mañana. Ya que la sociedad en la que vivimos, la cual está en
constante cambio y modificación, ya no nos valen los viejos planteamientos,
sino que nos es necesario adaptarnos a las nuevas necesidades que se nos
presentan como sociedad.
En cuanto a la formación del profesorado de secundaria podríamos decir
que desde siempre se ha centrado entre dos polos; el disciplinar (conseguir
una maestría en el saber) y el metodológico (cómo gestionar o enseñar en el
aula). Este tipo de profesionales se hacen con su formación pedagógica a
través del CAP, curso que se mantiene desde hace 30 años, cuestión muy
criticada desde muchos sectores, ya que este curso en pocas ocasiones les
proporciona el saber pedagógico necesario para impartir las clases. Las nuevas
necesidades sociales que tienen que afrontar son muy distintas a las que se
pueden aprender a lo largo de un solo curso, con una duración de unos pocos
meses. Por esto los profesionales con la formación inicial adquirida y desde la
práctica docente que forjó su propia experiencia no puede responder a las
nuevas exigencias y funciones que se le exigen, provocando de este modo una
crisis en el profesional. Si para configurar la identidad profesional demandada
es necesario nuevos profesionales entonces lo que hay que trasformar es la
formación inicial.
El CAP fracasó por varias causas algunas que ya venían de su propio
diseño, siendo algunas de ellas; limitaciones financieras, infraestructuras
deficientes, etc. Pero aún así se sigue manteniendo en el tiempo, sin ningún
tipo de cambio.
En algunos casos se piensa que en Europa puede estar la solución,
haciendo reformas en las titulaciones para que se adapten su marco (proceso
Bolonia), se afirma que la formación inicial del profesorado de secundaria se
adaptará al sistema de grados y postgrados del espacio europeo de educación
superior (LOE). Teniendo que en cuenta la formación pedagógica y didáctica
que el Gobierno establezca para cada enseñanza. El título de postgrado en
Secundaria debe de romper con las estructuras de tres bloques (teoría,
didáctica de la especialidad y prácticas).

2. LAS INSTITUCIONES DE FORMACIÓN INICAL:

Las facultades de educación tienen como principales funciones preparar


a los profesores y otros agentes de apoyo a la escuela, formar investigadores y
producir conocimientos educativos. En la actualidad nos encontramos con el
problema de que la profesión docente se está volviendo poco atractiva, lo que
nos da un futuro con problemas a la hora de captar profesionales.
El bajo status del que goza la educación en la jerarquía dela Universidad
puede ser explicado desde diferentes perspectivas; histórica y sociológica. Esto
tiene amplias consecuencias tanto en la calidad como en la duración de los
programas, tipo de estudiantes que acceden, etc. El fin principal de una
facultad de educación es la formación de profesores, es decir, aquellos que en
un futuro van a educar a las nuevas generaciones, por eso parece mentira que
se siga manteniendo la imagen que educar a un profesor sea una tarea
sencilla. Sabiendo que la enseñanza es una actividad enormemente compleja y
la capacidad de su profesorado tiene una alta incidencia en la calidad de la
educación ofrecida.
Para poder llegar a salir de esta situación en la que se encuentran las
escuelas de formadores es necesario plantear una serie de nuevas medidas en
las Instituciones de Formadores, cambiando de este modo, las demandas y
necesidades que sufre el profesorado en la educación de la ciudadanía. Las
facultades de educación se tienen que convertir en comunidades profesionales
de aprendizaje, compartiendo normas y valores y sobre todo en focalizarse en
el aprendizaje de los alumnos.
Las escuelas de desarrollo profesional es otra de las vías para mejorar
la situación en la que nos encontramos, ya que encontramos propuestas de ella
en países anglosajones. Consiste en la selección inicial de su alumnado con la
colaboración institucional y potenciar de este modo el aprendizaje conjunto de
los alumnos en formación inicial y al mismo tiempo los alumnos de los propios
centros al mejorar la práctica de su profesorado. De este modo, se mejoraría la
formación de los profesores en un amplio grado, ya que sería la práctica lo que
los iría formando como futuros formadores.
Pero no debemos olvidarnos que ésta tarea está llena de dificultades y
que no resultará nada sencillo poder cambiar la situación en la que nos
encontramos. Alguna de estas dificultades es el individualismo que existe entre
compañeros, es decir, en pocas ocasiones se puede ver a un profesor
cooperando con un compañero y así poder mejorar ambas maneras de afrontar
unas clases. Otro de los problemas es la departamentalización, es decir, los
profesores se dividen en departamentos según especialidades lo que hace que
queden separados del resto de sus compañeros y se centren en pequeños
grupos.
En cuanto a las relaciones que se dan entre las facultades y los centros
escolares podríamos decir que es casi nula por no decir imposible, pareciendo
en ciertos momentos que se ha olvidado el porqué de las facultades de
enseñanza. Una manera de solucionar esta problemática es la relación
interdisciplinar entre las dos instituciones, creando de este modo una red de
ayuda entre ambas. Estos acuerdos, que proporcionarán un beneficio mutuo,
nos reflejan el grado de dependencia que puede existir entre ambas
instituciones. Siendo una estrategia a llevar a cabo la incrementación de las
relaciones para incrementar las relaciones de los profesores de centros
diferentes de la misma zona.

DISCUSIÓN Y BALANCE FINAL.

A modo de conclusiones expones cinco puntos básicos;


 Hay que mejorar la formación inicial del profesorado.
 Nuevos retos para la formación inicial y a las Instituciones de
Formación.
 Voluntad política e institucional.
 Configuración de la identidad profesional.
 Mejorar la situación en la que se encuentran las facultades de
educación.
7. LAS INTITUCIONES DE LA
FORMACIÓNPERMANENTE, LOS FORMADORES Y LAS
POLÍTICAS DE FORMACIÓN EN EL ESTADO DE LAS
AUTONOMÍAS.

Nos encontramos ante un momento de nuevas realidades sociales,


culturales, económicas que implican que las demandas y los retos para el
profesorado y su formación sean muy diferentes a las que nos podíamos haber
encontrado hace un par de años, por eso la formación del profesorado, sobre
todo la inicial tiene que dar un giro de 180 grados. Siendo la formación un
apoyo imprescindible para afrontar los retos que en cada momento se le
plantea al profesorado.
El modelo de educación mixto con tendencia hacia la descentralización,
es decir muchas de las competencias educativas están a cargo de la
comunidades autónomas, podríamos decir que se apoya en unidades centrales
y que desarrolla la acción a través de una red de instituciones especificas. El
poder de la formación permanente del profesorado está hoy en día distribuido
en múltiples manos.

1. CONTRA EL OLVIDO: PROFESIÓN DOCENTE Y FORMACIÓN INICIAL.

A partir de los años setenta, la formación del profesorado es la parte


importante para que el sistema educativo alcance los retos de calidad y
equidad planteados por una determinada reforma, ya que nos podemos referir
a cualquiera de las leyes que reforman la educación. Pero el problema está en
las condiciones en las que se encuentra el profesorado, la situación de
infravaloración a la que se sienten sometidos, del mismo modo que al olvido
que los enviaron las diferentes administraciones. Una de las faltas que más se
pueden notar es la persistente ausencia de un tronco común de conocimientos,
habilidades, valores y actitudes para todos lo profesores.
Es evidente la importancia de la formación inicial y continua del
profesorado para tener un profesorado de calidad, pero no es suficiente con
mejorar la formación si permanecen invariables las condiciones experienciales
o situacionales en las que se desarrolla la actividad de un docente. La
formación del profesorado tiene el reto ante sí de posibilitar a profesores el
desarrollo de capacidades cognitivas y emocionales para trabajar en la
práctica.
No podemos olvidarnos de las repercusiones que tuvo en la tarea del
docente la incorporación progresiva de otros profesionales a su entorno de
trabajo, situación que lleva al aumento de la complejidad de la función docente
y unas mayores exigencias de coordinación de trabajo, complicando de este
modo, su trabajo ya difícil.
Del mismo modo que se explicó anteriormente la única solución que se
le ve al problema de la incapacidad de adaptación del profesorado a los nuevos
tiempos que estamos viviendo es la adaptación o un buen cambio de la
formación inicial que estos reciben, sin olvidarnos de una adecuado formación
continua.
3. LA FORMACIÓN PERMANENTE DEL PROFESORADO EN EJERCICIO:

La formación del profesorado en ejercicio ha tenido un enorme


desarrollo en nuestro contexto social, impulsado por la renovación del sistema
educativo, creando, de este modo, instituciones específicas y propiciando
mantener y ampliar la competencia profesional de los mismos. Las leyes de
educación que han ido pasando por nuestro país en poco han cambiado este
aspecto, excluyendo a la LOGSE , siendo esta la que lo modificó
completamente. Se podría decir que por cada cambio de partido en el gobierno
se ha modificado la ley de educación con el respectivo intento de cambio de la
formación permanente del profesorado.
Entendemos formación de calidad aquella que acaba formando parte de
la trama profesional de profesores. La estrategia formativa por excelencia sería
la implantación delos mismos en proyectos colaborativos de indagación de su
propia práctica.
Las administraciones educativas tienen un papel muy importante aligual
que las instituciones de formación en la tarea de planificar la formación. Ya que
casi todas las comunidades autónomas, la formación se planifica y se evalúa
mediante una red de instancias centrales (direcciones generales...) y periféricas
(las específicas creadas por la propia comunidad autónoma) las cuales
configuran la parte más visible de la organización de la formación del
profesorado, poniendo un especial énfasis en todo lo que se refiere a esta
temática.
Esto se basa en un Plan Marco, documento base que contiene todas las
medidas que orientan las actuaciones propias de la formación del profesorado,
siendo esto la referencia obligatoria a tener en cuenta a la hora de tomar
cualquier mediada. Este tipo de marco representa el nivel más amplio de
planificación y un punto de mira obligado para los demás niveles, un plan
abierto a las concreciones y a los ajustes que el propias necesidades vayan
dando.
A un nivel más general encontramos los planes anuales, provinciales, de
zona, de centro de profesores, de actividades formativas siendo todos estos los
que concretan las actuaciones de la formación por periodos cortos. En nuestra
comunidad autónoma carecemos de un Plan Marco, aunque disponemos del
borrador de uno para el periodo 2005-2010, aquí nuestra planificación se basa
en un plan anual de actuación que recoge los términos en los que se tienen
que llevar a cabo las diferentes actividades.
La creación de instituciones específicas y de profesionales son
estructuras organizativas necesarias para llevar a cabo las tareas propias de
las actuaciones de la formación permanente del profesorado que en estos
momentos está ejerciendo. En un primer momento con la LOGSE se crearon
los CEP, los cuales fueron sustituidos por los ICEs, centros en los que se
llevaba a cabo la formación permanente del profesorado. A lo largo del tiempo
su estructura ha ido cambiando y modificándose, en muchos casos según en la
comunidad autónoma en la que se llevase a cabo, de modo que las
necesidades de cada momento quedasen total o parcialmente cubiertas de un
modo o de otro. Las CEP son unas instituciones al servicio, casi exclusivo, de
la enseñanza primaria y que no ha servido para satisfacer las necesidades que
se encuentran en la educación secundaria.
La figura de los formadores y la de los asesores cuenta con una escasa
formación permanente del profesorado, en su consideración como
profesionales de la formación. Siendo figuras concretadas en nuestro contexto
más bien sobre el terreno. Pero lo que podemos decir que no sólo el apoyo al
profesorado es suficiente para acabar con todas las dificultades que podemos
encontrar. Este grupo forma parte dela red institucional de la formación
permanente en cada comunidad autónoma, la cual define sus funciones,
actuaciones de una manera que queda casi totalmente reglado por ellas,
dejándoles en pocos casos un margen de libertad a la hora de actuar.
En estos momentos se podría decir que existen ciertas dudas respeto al
interés y al beneficio que podría comportar atender debidamente la
profesionalización de asesores y plantear de este modo, la formación que se
les da a los mismos. Algunos de los problemas que tienen los asesores serían
los siguientes.
 Continuas ampliaciones de sus labores sin un apoyo sobre su
propio trabajo.
 Modelo burocrático de asesor que sólo se dirige a la gestión de la
formación.
 Diversidad de bagajes formativos.
 Insatisfacción de los propios asesores con su trabajo.
 Dudas con respeto a si su trabajo está realmente valorado.

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