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El líder el Dueño Alpha.

Indice
Indice

Introducción

Entendiendo la mentalidad de la manada

¿De qué manera puede ayudar el líder Alfa en el hogar?

Tomando el control de tu hogar

Liderazgo de la manada en la casa

Cómo el liderazgo en la manada asegura un perro obediente

Cómo interactúan los perros

Enfrentando los problemas reales

Manejando comportamientos no deseados

Manejando los perros y sus problemas

Identificando problemas en tu perro

Por qué el castigo no funciona

Evitar demasiadas recompensas

La asimilación de tu perro

Evitar los obstáculos de la moderna tenencia de perros

Convirtiéndote en el líder de la manada

Estrategias de un líder de manada

Reglas para tu casa

Herramientas de “negociación”

El correcto estado mental

Hablándole a la raza de tu perro

Los perros no están para dominarte

Estableciendo el orden en la manada y manejando comportamientos

Conociendo a un perro

Paseando a tu perro
Alimentando a tu perro

Tu espacio

Comportamiento obsesivo y recurrente

Conclusión

Introducción
Es fácil observar cuando existe un ambiente problemático entre el dueño y su perro, realmente se
siente y se aprecia en el comportamiento de ambos, producto de ello ambos coexisten en una infeliz
relación o mejor dicho en la casi nula armonía en que conviven. La relación entre el hombre y el
perro llevan millones de años enlazadas y cuando entre ellos hay una mala sintonía es fácil deducir
que es lo que pasa.

Cuando ocurren problemas en la relación de un perro con su dueño la falta de información, la cultura
y otros factores hacen que el único culpable sea el can y cuando son familias numerosas ocurren
conflictos sin necesidad y culpas van y culpas vienen. Pero lo que no se les pasa por la cabeza es que
tienen que recordar o saber de qué el perro es un animal con instintos con una naturaleza
genéticamente arraigada, que son animales que se han podido adaptar a nuestro estilo de vida,
pero que siguen siendo animales de manada y que solo sabrán comportarse de una manera al
menos de que le enseñemos otra forma y solo ocurrirá cuando ambos confíen, aprendan,
interactúen y lo más importante cuando el dueño tome un papel de líder, de alpha y con amor,
disciplina, respeto y conocimiento vivan en armonía.

La mayoría de las personas que buscan mis consejos, cuando realizo una evaluación tanto del perro
como de su dueño(s) un porcentaje alto indica que la causa de un mal comportamiento es sin duda
alguna “la Humanización” o “el antropomorfismo canino” es uno de los daños psicológicos y a veces
físicos más influyente en el comportamiento del perro, tanto así que en mi viaje para Argentina,
junto a unos compañeros de un curso y la profesora que lo dictaba, profundizamos en el tema, hoy
llego a la conclusión de que podemos incluir este término y esta conducta humana y sumarla al
abandono y a los golpes que reciben los perros del mundo como un maltrato más hacia ellos. La
naturaleza humana por justificarla psicológicamente, hace que se personifique estos seres y muchas
veces abarca más allá de una mascota, el error más grave que puede cometer el dueño de un perro
es pensar de forma humana y creer que nuestras necesidades son las mismas necesidades para
ellos. Inconscientemente somos culpables de afianzar conductas que después reprochamos y
rechazamos a lo largo de su vida, pero olvidamos las veces que sin querer y sin saber nos reímos de
sus travesuras de cachorro y el solo gesto de risa es una aprobación positiva de que la conducta
realizada es aprobada y en su defecto aprende a repetirla para agradar para después no entender
de qué asiéndolo ahora es regañado.

Tanto el humano como los perros tienen un lenguaje y ambos deberán aprender a entenderlo para
lograr un lugar dentro de la manada humana.
Humanización o Antropomorfismo canino.
Quiero explicar que significan estos conceptos, antes de empezar a enseñar cómo convertirnos en
ese jefe, líder, macho o hembra alpha o como ustedes lo quieran llamar

Entendiendo la mentalidad de la manada


Puede ser difícil de imaginar que tu pequeño Dachshund miniatura sea otra cosa que una mascota
domesticada. Pero, aún luego de 250 años de domesticación y crianza (y para algunas razas cientos
de años más) cada perro tiene las necesidades instintivas básicas de un animal de manada en su
ADN. En lo salvaje, no hay casi nada tan peligroso como un lobo. Por sí mismo, un lobo es
amenazante y peligroso, pero en una manada es casi imparable.

Y así es como los perros sobreviven se agrupan y trabajan unos con otros para encontrar comida,
para sobrevivir ante el gélido clima y evitar los depredadores. Lo creas o no, en tu sala de estar, un
perro llevará adelante el mismo comportamiento instintivo, intentando determinar su lugar en la
manada.

A partir del momento en que un perro alcanza apenas dos meses de edad, comenzará a examinar
sus alrededores y a sus dueños, a fin de determinar cuál es el orden dentro de la manada. Ese
pequeño test de dominancia es vital en el mundo salvaje, permitiendo que los perros más fuertes y
jóvenes crezcan hasta convertirse en líderes para sus compañeros de manada. Teniendo el líder más
fuerte en el grupo, el resto de la manada seguramente sobrevivirá. Tu perro busca básicamente lo
mismo, asegurarse la protección y el bienestar dentro de tu hogar.

Para los humanos, un buen trabajo y una casa grande podría ser todo lo que necesitamos para
entender que estamos siendo atendidos y cuidados. Sin embargo, para los perros, se trata de un
lenguaje corporal, un comportamiento acertado y muestras consistentes del líder Alfa.
Permaneciendo firme y convirtiéndose en el líder indiscutido de la manada de tu hogar, no solo le
harás saber a tu perro que tú estás a cargo y que él necesita obedecer tus órdenes, sino que a la vez
le aseguras que, si se somete a tu poder, estará seguro y cuidado.

Esto reduce su estrés, le permite relajarse, y en muchos casos puede aliviar los comportamientos
agresivos de tu perro, tales como pelear, agredir por la comida y hasta morder.

¿De qué manera puede ayudar el líder Alfa en el hogar?


La primera pregunta que cada propietario de perro se hace cuando se trata de tomar el control de
su hogar y reclamar el liderazgo Alfa, es en qué beneficiará eso al perro. ¿Realmente le ayudará a
frenar sus comportamientos desacertados? Simplemente considera los comportamientos en que
las actividades que estás a punto de leer fueron capaces de ayudar:

 Mantener a tu perro fuera del sofá


 Mostrarse agresivo junto a su recipiente de comida
 Tirar de la correa durante un paseo
 Saltar a las personas en la puerta de entrada
 Ladrar cuando te vas de la casa
 Agresividad hacia otros perros
 Tratar de sentarse en el asiento delantero del auto
 Masticar tus zapatos o medias
 Ladrar en medio de la noche (cuando no hay amenazas o peligro latente)
 Mostrar miedo sin sentido o fijación por ciertos objetos, tales como gatos o autos

Tu perro es un animal inteligente, pero es un animal primero y antes que todo. Si desarrollas las
aptitudes necesarias para actuar como el animal dominante en tu hogar, serás capaz de mostrar a
tu perro que sus comportamientos no están bien.

Uno de los éxitos más comentados usualmente cuando se trata del liderazgo Alfa es que un perro
dejará de querer subirse al sofá ¿Por qué? Porque te las habrás arreglado para reclamar ese espacio
para ti. Tu perro respetará el sofá, que ahora es tu espacio, dejando a tu juicio cuándo se le permitirá
volver a él. Lo mismo puede suceder con tu cama, con los asientos del auto, y hasta con tus zapatos.
Es sorprendente cuán adeptos pueden ser los perros al hecho de reconocer y respetar cuando has
reclamado tu espacio. Pero, antes de que ellos respeten los límites, tú necesitas establecer esos
límites.

Tomando el control de tu hogar


En esta guía, vamos a discutir no solo exactamente por qué debes tomar el control de tu manada,
sino el beneficio real que tú y tu perro adquieren al hacerlo. Esto no es solo un rápido ajuste para
ayudar a que tu perro se comporte mejor. Es una herramienta que te permitirá alcanzar un mejor
entendimiento de la relación con tu perro, y con tus compañeros humanos.

Liderazgo de la manada en la casa


Antes de ir más allá, quiero dejar establecido algo muy claramente: tus perros no son personas.
Cada vez que pretendas que tu perro es otro integrante humano de tu familia, no solo estás
ignorando a la Naturaleza; estás colocando en ese animalito expectativas que no podrá cumplir. Un
perro sin una clara estructura de manada ni un líder Alfa definido, no entenderá que gruñir a los
gatos mientras está comiendo es un comportamiento malo. El perro necesita protegerse a sí mismo,
porque tú no le has dado la certeza de que lo harás, como líder Alfa que deberías ser.

Lo mismo ocurre en todo lo que tenga que ver con el cuidado que prodigas a tu perro. Cada día,
millones de dólares se gastan en productos para perros en todo el mundo. Mientras que no hay
nada de malo en hacerles un poco de peluquería (al contrario, yo lo aliento) o bocadillos de
recompensa ocasionales, nunca entrenarás bien a tu perro desviviéndote por él con comidas
carísimas y tratamientos de peluquería, por ejemplo. El perro necesita la estructura y la certeza que
espera de ti desde su instinto básico.

La mera verdad es que un perro entiende muy poco de lo que tú haces por él más allá de la
estructura de la manada que establezcas y la atención que le brindes.

Cómo el liderazgo en la manada asegura un perro obediente


De manera que ¿cómo puede ser que alguien como César Milán (El encantador de perros, famoso
en TV) pueda de forma casi instantánea eliminar los comportamientos no queridos en un perro que
se ha escapado del control de su amo? Para estar seguros, es cierto que hay algunos trucos de TV
en todo esto, pero en realidad, él le está dando a cada perro ni más ni menos que lo que quiere. Y
mientras puede resultar muy duro escuchar esto, tu perro necesita y desea esa severa atención.

Por supuesto, no quiero decir con esto que debas castigar a tu perro. Hay una muy leve diferencia
entre la dominancia acertada y el castigo. El castigo avergüenza a tu perro, porque no se comportó
como tú querías que lo hiciera. Si nunca le enseñaste su rol en la manada y como se espera que se
comporte, es algo injusto que realmente podría exaltar sus malas reacciones. Por otro lado, si
solamente haces valer tu papel sobre tu perro, entenderá que tienes un nivel social superior y
lentamente comenzará a aceptar las órdenes que le des.

Cuando no muestras comportamientos de un liderazgo dominante sobre tu perro, éste compensará


o intentará tomar él mismo ese control. Los perros con personalidades Alfa agresivas usualmente
terminan teniendo el control sobre toda la casa, rehusándose a comportarse correctamente y
haciendo miserable la vida de todo el que se cruce en su camino. Perros mansos y sumisos pueden
llegar a actuar de diferentes maneras, mordiendo objetos por toda la casa, haciendo desórdenes o
ladrando en forma excesiva.

Finalmente, deberías saber que no hay un “mientras” para los perros. Todo es blanco o negro para
ellos en términos de liderazgo. De manera que cuando comiences a trabajar hacia el establecimiento
de tu dominancia, debes hacerlo completamente, de una buena vez. No puedes dudar o hacer
excepciones porque se ha comportado “realmente bien”, ni tampoco puedes tomarte “un
descanso” y perder esa imagen dominante que el perro necesita ver en su dueño. Eres un seguidor
o un líde y tú necesitas ser un líder.

Cómo interactúan los perros


¿Has probado alguna vez gritarle a tu perro una y otra vez mientras no se están comportando
correctamente? Parece que ni siquiera te escucharan. Puedes estar fallando en sostener tu
dominancia con el lenguaje corporal y la energía que un perro necesita ver. La verdadera ira
raramente funciona si quieres combatir a un perro en materia de obediencia. Imagina qué sucedería
si, cada vez que tu hijo rompe una regla, le gritaras desde otro cuarto con consecuencias para nada
visibles. Eventualmente, el niño te ignoraría y comenzaría a empujar sus límites.

Los perros son similares en el hecho de que necesitan saber que existen razones tangibles por las
cuales obedecer tus órdenes. Necesitas mostrarles con tu energía y lenguaje corporal que estás a
cargo de la situación y a la vez necesitas usar pautas que ellos entiendan, de manera de ponerlos de
nuevo en su lugar en la manada de una forma consistente. El castigo vacío y los gritos no conducirán
al logro de nada de lo antedicho.

La comunicación es muy importante para los perros, pero ellos no se comunican de la misma manera
que lo hacemos nosotros. Mientras tú podrías perfectamente ser capaz de mentirle a tu esposa y
decirle que está todo bien cuando realmente estás muy enojado, un perro casi siempre notará la
verdad, basándose en pistas de tu lenguaje corporal, el tono y el comportamiento correspondiente
a tu nivel de enojo.

Una vez conocí a una propietaria de perro que usualmente hallaba graciosos los problemas de mal
comportamiento de su mascota. Entonces el perro se confundía y saltaba sobre el sofá cuando no
debía. Ladraba ante luces extrañas en la pared. Ocasionalmente hasta llegaba a masticar almohadas
y medias. Ella lo encontraba gracioso por alguna razón, por lo que aun cuando intentaba reprenderlo
y hacerle entender que esas maneras de comportarse no eran las adecuadas, aun así su lenguaje
corporal era entendido por su mascota como que estaba haciendo algo gracioso. Las palabras no
importaban, tampoco el tono de voz. Era el lenguaje corporal el que comunicaba sus sentimientos
reales sobre su mascota.

Enfrentando los problemas reales


Cuando se trata de enfrentar problemas de comportamiento, hay que recordar que un perro es un
perro. Los perros no son humanos y no tienen emociones humanas (tantas como solemos
transferirles), por lo que sus comportamientos son casi siempre el resultado de algo más en la casa.

La clave para el éxito es primero reconocer la fuente y causa de los problemas. ¿Qué asuntos puedes
tener en tu hogar o en tu entorno que estén causando los malos comportamientos de tu mascota?
Considera los siguientes como posibles:

 ¿Consientes mucho a tu perro?


 ¿Fallas en el seguimiento de los castigos que le aplicas?
 ¿Eres manso o condescendiente cuando das órdenes a tu perro?
 ¿Tienes diferentes opiniones que otros integrantes de tu familia respecto al perro?
 ¿Le permites que él te pasee en lugar de pasearlo tú a él?
 ¿Esperas emociones y respuestas humanas de tu perro?

Todos estos son problemas comunes; después de todo, la conexión emocional que creamos con
nuestras mascotas está por sobre y más allá de la simple propiedad del animalito. Reflejan nuestras
propias emociones algunas veces y, en otras ocasiones, nosotros reflejamos las de ellos. Por eso, es
importante entender que todo lo que tú haces tiene algún impacto sobre tu perro, desde el más
suave tono en tu voz hasta la manera que lo alimentas o lo paseas, en una base diaria.

Reconociendo tus propios problemas de comportamiento y cómo hacen impacto en la manera en


que tu perro te ve, estarás capacitado para cambiar la base de la relación que mantienen y enfrentar
finalmente los problemas que haya estado teniendo tu mascota adorada.

Manejando comportamientos no deseados


Reclamar la posición Alfa en tu manada implica muchas cosas, pero en principio crea una posición
de liderazgo deferencial para ti y para tu perro. ¿Qué significa eso? Es parecido a como un general
saludará a un subordinado al pasar. El general no saludará con tanta atención, simplemente ambos
se mostrarán el respeto requerido.

Lo mismo ocurrirá entre tú y tu perro. Tu perro te reconocerá una posición mayor y te dejará las
mayores decisiones, para su protección general, tal como lo haría en el mundo salvaje.

Esto logra muchas cosas. Hace más fácil reclamar el espacio en tu hogar. Puedes reclamar tu sofá,
tu cama, tu auto, tu puerta, tus ventanas. Todo eso es tu espacio y tu perro solo cometerá
infracciones con tu expreso permiso, entonces te dará el saludo requerido. Si no se lo das o si no se
lo permites, no podrá subirse al sofá.
Lo ideal, con el entrenamiento y actitud adecuados, es que tu perro aprenda a respetar tu autoridad
de líder en casi todas las situaciones, aprender a andar con correa, comer la comida sin mostrar
agresividad, permanecer en el piso y respetar a los otros perros, personas y su espacio propio.

Manejando los perros y sus problemas


Citando a John Holmes, “un perro no es casi humano”, y la persona que intenta entrenar su perro a
fin de que sea “algo” humano está errando de vía. Por otro lado, deberías estar trabajando para
convertirte en parte perro, asumiendo sus comportamientos en una manera que los haga sentir más
cómodos y capaces de responder a tus órdenes e intenciones.

Identificando problemas en tu perro


Lo primero que necesitas hacer, y algo que probablemente hayas hecho, es reconocer los problemas
de comportamiento que tu perro padece. Para cualquier propietario de perro, esto debería ser fácil.
A menos que tengas expectativas para nada realistas, debería ser muy simple reconocer qué es lo
que anda mal con tu cachorro en la superficie.

Puede ser que ladre cuando te vas de casa, revuelva la basura, gruña a los otros perros mientras
circula con correa, o muestre agresividad cuando se trata de comida. Cada mal comportamiento
que has visto podría ser un síntoma de que tu perro está levemente inestable y necesita atención
especial.

Sin embargo, la primera cosa que debes recordar es que tu perro no recuerda las cosas malas que
hace. No tiene la sensación de “problema”. Puede haber dado un paliza a otro perro en un
momento, y minutos después estar agitando su cola y esperando una recompensa. Solo los seres
humanos sienten un arrepentimiento sólido y pueden servirse de los malos recuerdos. Mientras es
posible introducir la sensación de vergüenza en forma instantánea en un perro, inmediatamente
después de que haya cometido la travesura, gritarles una hora o dos horas después será
absolutamente inútil.

Cada perro es capaz de ser bueno, y eso no se logra gritándoles o castigándolos. Solo necesitas pasar
un poco de tiempo asegurándote que enfocas correctamente tu rol como líder de la manada y
mostrando que eres el dominante en esa relación.

Hay varios asuntos que pueden ser arreglados solo si se presta cuidadosa atención a la estructura
de la manada en tu hogar. Aquí hay algunos de ellos:

 Hiperactividad – Un perro hiperactivo que salta sobre las personas, sobre los muebles,
rompe o mastica cosas, así como entierra otras. Esto no es felicidad, sino que es un exceso
de energía que el perro no sabe cómo manejar.
 Agresividad – Agresiones hacia otros animales o personas en la forma de gruñido, zarpazo,
mordedura o posesión enfermiza de la comida; nada de esto es un comportamiento
saludable.
 Obsesiones – Cuando un perro tiene fijación con algún objeto –ya sea desde una pelota a
un gato— en forma insistente y no saludable se dirigen a ese objetivo. La fijación significa
que no responden a nada.
 Baja autoestima – Un perro con baja autoestima puede ser débil, temer a otros perros sin
razón aparente, o congelar situaciones con otros perros o con las personas.
 Ansiedad – Esto incluye ladridos, comezones o destrucción de elementos que dejes en
cualquier lugar de la casa.

Todos estos comportamientos pueden aparecer de tanto en tanto en tu perro, pero no son normales
cuando ocurren en forma repetida o excesiva. Si es así, es tiempo de repensar cómo está siendo
manejado tu hogar. Ten en mente que todos estos elementos son comportamientos normales de
perros que se salieron de control. Un perro siempre debe ser energético, pero no se supone que
salten sobre las personas o rompan cosas. Un perro siempre debe estar listo para jugar, pero las
fijaciones no son saludables.

Por qué el castigo no funciona


Como seres humanos, tenemos altamente desarrollado el sentido de lo que está bien y lo que está
mal. Ningún otro animal en la naturaleza posee eso. No hay ninguna otra criatura que lleve a cabo
una acción y se dé cuenta de que estuvo mal. Desafortunadamente, tendemos a asumir que los
mismos castigos que aplicamos con nuestros hijos penitencias, gritos, quitarle objetos personales
funcionará para nuestros perros. Desafortunadamente, todo lo que logras haciendo eso es solo
confundir al animal. Aun gritándole o amenazándolo, lo cual parece tener un impacto directo sobre
él, solamente obtendrás un perro confundido porque no entiende por qué estás molesto.

De manera que cuando se trata de cambiar los comportamientos de tu perro, necesitarás aplicar
acciones correctivas y disciplinarias que le enseñen a tu perro a cambiar su comportamiento, pero
debes hacerlo en su lenguaje, a la manera a la que ellos como animales están acostumbrados. Si
alguna vez viste en televisión al “Encantador de Perros” Cesar Milán, cuando toma a un perro
suavemente del cuello como si se tratara de una madre que quiere hacerle ver a su cachorro que
hizo algo malo, entenderás de lo que hablamos aquí. O cuando da golpecitos a un perro en sus
cuartos traseros con el pie. Estas son acciones no violentas pero pautas correctivas desde el punto
de vista físico, que indican al animal que la acción que llevó a cabo no era aceptable.

Tocar suavemente a un perro sin ningún tipo de enojo o agresividad resulta efectivo porque para
un perro eso es comunicación. Nunca te dirigirías a alguien en medio de una multitud y lo tocarías
con tu pie para comunicarle que deberían hablaren un lugar más calmado por su celular, pero es
efectivo cuando se trata de enseñarle a un perro que debe dejar de masticar tus zapatos.

Evitar demasiadas recompensas


Otro tema de consideración para los propietarios de perros es el ofrecerles recompensas sin saber
realmente en qué momento son convenientes o no. Por ejemplo, si tu perro perdió pie mientras
trepaba por un barranco o paseaba por el parque y se lastimó una pata, podrá sentir dolor, pero
simplemente aprenderá a ser más cauteloso la próxima vez. Pero si ante tal percance, tú tomas al
animalito y lo abrazas y consuelas por el accidente, solamente lograrás transferirle temor, hacerle
creer que ese sendero es peligroso, y hasta puedes crearle una fobia.
El reconocimiento es una emoción que los perros raramente entienden. El efecto negativo de una
acción que ellos realicen puede ser bueno para ellos desde el momento en que aprenden una lección
(como cuando un niño toca una cocina caliente). No es bueno y deberías asegurarte de que jamás
pase, pero no debes consolarlos luego de ocurrido, pues puedes crear ansiedad o fobias donde antes
no existían.

También habrás escuchado hablar de usar refuerzos positivos con artilugios o trucos para que tus
perros aprendan a comportarse. Esto suele ser un método efectivo cuando los perros son
equilibrados y saludables. Por el otro lado, cuando un perro es desequilibrado y se confunde
fácilmente sobre el orden que le corresponde en la manada, todo lo que lograrás con esos
elementos es reforzar esos malos comportamientos y obtendrás un resultado negativo, pues el
perro solamente querrá recompensas.

La asimilación de tu perro
Podríamos hablar todo el día respecto a que los perros no son humanos y tienen inclinaciones
naturales, pero debemos recordar que los perros viven en un mundo humano debido precisamente
a las inclinaciones naturales que tienen, por lo tanto debemos enseñarles a tener cuidado con los
peligros no naturales y cómo reaccionar ante situaciones que jamás se habrían encontrado en el
mundo no desarrollado, en el mundo salvaje.

Esta es otra de las razones por las que desarrollar el liderazgo en la manada es tan importante. Más
que simplemente responder a todo lo que un perro hace, tú creas una relación entre ambos que
destaca los efectos positivos de la situación. Le enseñas a tu perro que, cuando lo reprendes por su
comportamiento, estás haciendo todo lo posible para ayudarlo a tener el lugar que corresponde en
la manada.

Imagina que te encuentras con un extraño en la calle y le dices que no debe correr en la vereda
porque es peligroso. Seguramente éste te observará con sorprendido rostro y seguirá corriendo. Sin
embargo, tus hijos dejarán de correr, porque alguien a quien respetan y admiran les dijo que era
peligroso. Tu perro es igual. Si intentas corregir sus comportamientos antes de haber establecido tu
dominancia en la manada, solo lograrás confundirlo y en realidad provocarás cierta ira, que en
definitiva lo confundirá aún más. Sin embargo, si tienes control total de tu perro como líder de la
manada, puedes aplicar esas medidas disciplinarias correctivas y, en un instante, no solo le habrás
mostrado a tu perro qué es lo que necesita cambiar, sino que lograrás mayor seguridad para ambos.

Evitar los obstáculos de la moderna tenencia de perros


Antes de pasar a la sección final de esta guía y comenzar a hablar de ejercicios específicos para el
líder de la manada que puedes efectuar diariamente para establecer la dominancia y eliminar los
problemas de obediencia, quisiera comentarles algunas razones por las cuales tantas personas
parecen tener problemas con sus perros hoy en día. La obediencia canina no es un tema nuevo,
pues durante siglos la gente ha tratado de que sus perros se comporten, pero en el pasado la
mayoría de las personas sabían qué hacer y ejercían una mano fuerte sobre los animales que podían
criar. Pero actualmente se trata de los perros que podemos tener o comprar.
Hoy en día, hay millones de perros en Estados Unidos, y cada propietario de perro ha sido instruido
de una manera diferente sobre lo que es realmente saludable para sus mascotas. Los perros quieren
que tomes el control de la manada y les digas lo que deben hacer. Eso les permite relajarse, saber
que están seguros, protegidos, y comienzan a escuchar tus órdenes correctivas.

Pero puede resultar difícil tomar el control de tu perro. Puedes estar consciente de los
comportamientos positivos, la manera en que debes actuar delante de los demás, y lo que los otros
piensan. Pero, ten en mente que lo que estás haciendo no es malo para el perro. De hecho, es la
cosa más simple y más valiosa que puedes hacer por tu perro: mostrarle quién está a cargo y cómo
él encaja en la estructura social en la que vive. Solo así podrán relajarse, confiar en ti y realmente
obedecer tus órdenes.

Convirtiéndote en el líder de la manada


Este libro te ha mostrado hasta aquí no solo el valor que tiene ser el líder de la manada, sino la
manera en que tu perro ve el mundo a su alrededor y cómo puedes adaptar tus percepciones a fin
de entenderlo realmente y no esperar que él haga lo mismo.

Después de todo, los seres humanos son los únicos que pueden adaptarse y ajustarse a los
comportamientos de los otros. Nosotros somos los únicos que podemos entender las consecuencias
de nuestras acciones. Los perros no.

Y como no pueden, necesitamos llevar adelante técnicas específicas en una base diaria, de manera
de establecer la dominancia y crear una estructura de manada que sustente a tu mascota durante
toda su vida. Lo ideal sería que estas estrategias comiencen tan pronto como tu cachorro sea lo
suficientemente grande y empiece a “tantearte” por la posición Alfa. Esto se produce alrededor del
tercer o cuarto mes de vida. Pero no te inquietes si estás trabajando con un perro de mayor edad
que se ha convertido en demasiado para manejar, pues aún un perro adulto puede aprender cómo
comportarse.

Estrategias de un líder de manada


Antes de comenzar con los ejercicios específicos, aquí te presentamos algunas cosas que deberías
hacer diariamente para establecer no solamente reglas para la casa que todos los miembros de la
familia deben seguir sino reglas para ti y tu perro. Si conoces las reglas, es más fácil reforzarlas
cuando tu perro hace algo que no debería.

Reglas para tu casa


 Establece reglas para todas las personas que viven en la casa antes de comenzar a lidiar
con tu perro
 Sé consistente con tu perro en todo; nunca flaquees
 Comienza a reforzar las reglas inmediatamente, aun cuando se trate de un cachorro
 Mantén la calma y sé firme. Nunca apliques correcciones cuando estás enojado o cansado
 Nunca le grites o golpees a tu perro
 No fomentes comportamientos agresivos o amenazantes
 Utiliza bocadillos o afecto como recompensas

Con esas cosas en mente, comencemos a observar las reglas sobre cómo puedes establecer la
dominancia en un sistema diario.

Herramientas de “negociación”
Cuando entrenas a tu perro, necesitas utilizar ciertas herramientas para mostrarles cómo
comportarse. Esas herramientas incluyen una buena correa y collar que se ajusten a las necesidades
específicas de tu perro. Hay docenas de tipos diferentes de correas y collares, incluyendo arneses o
pretales, para ser usados de acuerdo a las diferentes personalidades, edades y situaciones.
Asegúrate de combinarlos adecuadamente.

Además, los bocadillos o algún juguete son invalorables al momento de entrenar un perro. Esto le
mostrará a tu perro qué es buen comportamiento y qué no lo es. Recuerda que el entrenamiento
es una excelente manera de mantener a tu perro activo, tanto física como mentalmente.

El correcto estado mental


Reclamar la posición Alfa en tu relación requiere varias cosas. Mientras vamos viendo las situaciones
específicas hacia el final de esta guía, aquí te presentamos algunos factores importantes a tener en
cuenta cuando interactúas con tu mascota cada día.

1. Sé calmo y firme – Para estar a cargo, debes estar seguro de ti mismo todo el tiempo. Si decides
algo, debes ser persistente. No le digas al perro que se siente y lo dejas ir luego de que te haya
ignorado las primeras dos o tres veces que le diste la orden. El animal necesita saber que cuando le
das una orden, tiene que cumplirla.

2. Exige calma y sumisión – Antes de permitirle a tu perro hacer algo, debes requerir de él que se
mantenga calmo y sumiso. Esto sera importante cuando se trate de salir con la correa o al momento
de alimentarse, así como hará más fácil evitar los comportamientos plenos de ansiedad cuando
queda solo en casa o tú regresas luego de mucho tiempo afuera.

3. Las recompensas son importantes – Como todos los seres vivientes, los perros pueden ser
condicionados con las recompensas. Si estás enseñando a un perro a sentarse y le das un premio las
primeras 15 veces que se sienta, aprenderá que sentarse es algo muy bueno. Más adelante, podrás
reemplazar el bocadillo con un elogio y de todas maneras se sentarán, aguardando tu reacción
positiva. Eventualmente, solamente respondiendo a tu orden será suficiente.

4. Haz el primer movimiento Hacer el primer movimiento es importante en varias situaciones.


Podrás no necesitar comer primero o entrar primero en un lugar, pero tampoco puedes permitirle
a tu perro tirarte de la correa y llevarte calles abajo a toda velocidad o servirse de tu plato cuando
estás almorzando. Mantén la calma pero sé firme y sostiene siempre tu posición, asegurándote de
que tu perro sabe que tú eres el líder.

5. El lenguaje corporal es la clave – Los perros responden a muchos estímulos y el lenguaje corporal
es uno de ellos. Permanece de pie, con la cabeza derecha y no te retraigas cuando estés delante de
ellos. No necesitas mirarlo a los ojos o gritarles, pero siempre debes mantenerte confiado y en
control total, lo cual mejorará seguramente su respuesta.
Hablándole a la raza de tu perro
Tu perro es de una raza específica y esa raza conlleva ciertas características. Algunos perros fueron
originalmente criados para estar echados por la sala y jugar con una pelota de goma. Los hay
trabajadores, de caza, pastores, corredores. Como animales, es su deber trabajar para obtener
comida y agua y como perros, necesitan la interacción social que en ellos se ha generado por siglos.

De manera que necesitarás asegurarte de que tendrás la energía y el tiempo suficientes para estar
a tono con la raza que has traído a casa. Hay múltiples clases de razas, cada una con sus propias
características y formas de comportarse cuando son llevados a una casa. Aquí te ofrecemos una
pequeña clasificación:

 Perros para deporte – Los perros “deportivos” son aquellos descendientes de los perros de
caza, entrenados para localizar y traer piezas. Estos animales fueron adaptados y criados
para utilizar sus instintos de caza rastreando otros animales y encontrar presas, pero no
para matar a esas presas, lo cual es una diferencia muy importante. Para estos perros,
juegos tales como atrapar, nadar y jugar frisbee son actividades muy populares porque les
permite utilizar sus habilidades instintivas. Pero ten en cuenta que no todos estos perros
llamados deportivos son lo suficientemente energéticos, pero tenderán a tener altos
niveles de energía. Pasar tiempo con tu perro, si este es tu caso, te permitirá establecer con
mayor fuerza el sentimiento de manada mientras simplemente juegan. Un truco que
puedes encontrar útil es conseguirle una mochila pequeña, que puedas atar a su espalda y
agregar algo de peso a su carga. Solo asegúrate de que un veterinario examine la situación,
a fin de no causarle problemas de salud.
 Sabuesos Los sabuesos son entrenados para cazar a su presa usualmente pequeños
mamíferos y adelantarse a los cazadores a fin de rastrear el camino hacia el objetivo. Son
de este tipo los bassets, beagles, bloodhounds y dachshunds, quienes tienen una alta
sensibilidad olfativa y están entrenados para ignorar los ruidos (de ahí que tengan orejas
largas y caídas). Mantener a estos perros ocupados incluye poner sus narices a trabajar.
Enterrar objetos, colocar golosinas dentro de juguetes y dejarles desenterrarlos o
descubrirlos, y hasta tal vez hacer una pequeña expedición de caza, son buenas maneras
de establecer el vínculo con tu sabueso.
 Perros de trabajo – Los perros de trabajo son aquellos que cuidan, rescatan o cinchan. Esta
categoría incluye a los malamuts, mastiffs, akitas, gran danés, dobermann, rottweilers y
otros. Básicamente, son perros criados y destinados a tareas específicas. Para mantenerlos
felices, necesitan que se les haga trabajar. A algunas personas puede parecerles cruel, pero
en realidad, ellos prefieren estar ocupados. Las actividades orientadas al uso de la fuerza
son importantes en este caso, como tirar de carros o de ciertas cantidades de peso.
 Terriers – Los terriers son criados para cazar y matar alimañas tales como ratas, ratones,
topos y marmotas, llegando incluso a escarbar en la tierra para sacarlos. Estos perros tienen
mucha energía y suelen ser muy inteligentes, convirtiéndolos en una variedad de difícil
manejo. Juega con ellos a menudo, suéltalos de la correa si es posible y pon sus cerebros a
trabajar. Juguetes con trucos, órdenes especiales y otras cosas de ese tipo te ayudarán a
mantenerlos ocupados y de buen comportamiento.
 Perros de salón – Estas razas fueron originalmente criadas como animales de compañía y
solo compañía. El resultado es una sub-raza de perros muy encantadora y, como tal, puede
ser fácilmente manipulada por su dueño. Pero necesitarás ser tan estricto como lo serías
con un pitbull o un rottweiler. Ellos también necesitan saber que su mal comportamiento
no está permitido. Acciones tales como morder, ladrar o destruir objetos son
comportamientos negativos llevados adelante tanto por perros grandes como pequeños,
pero mucha gente suele pasarlos por alto si se trata de razas diminutas.

La raza de tu perro es importante a la hora de determinar cómo actuarían. Es como tus genes. Si tu
abuelo era diabético, existe una fuerte posibilidad de que tengas el gen de la diabetes, por lo que
deberás vigilar tu dieta a medida que vas envejeciendo y debes hacerte exámenes médicos
frecuentemente. Sin embargo, también puede ser que jamás te enfermes de diabetes, porque nada
garantiza que un gen se transmita entre generaciones.

La misma realidad se aplica para los perros. Y, en algunos casos, las habilidades físicas y la apariencia
de una raza pueden dañarlos más que nada. Tal es el caso de los pitbull o los rottweiler, que tienen
una reputación muy mala, pero son generalmente malos solo cuando sus dueños los entrenan para
serlo o los tratan mal. En realidad, pueden ser los perros más dulces y mejores entrenados que
existan.

Recuerda, al pensar en la raza de tu perro, que tiene un efecto en cómo podrían actuar, pero nunca
debe ser una excusa para los malos comportamientos. Cualquier perro puede ser un buen perro, a
pesar de los niveles naturales de energía o la agresividad que posea.

Los perros no están para dominarte


Mientras la mayor parte de este libro ha versado sobre cómo ganar y mantener el respeto de tu
perro y brindarles un líder poderoso al cual seguir, esta no es la única manera de tener el control
sobre tu mascota. Recientes estudios han demostrado que los perros aprenden más de la
experiencia y del comportamiento que de la dominancia. Me gustaría dejar claro que este libro no
está diseñado para enseñarte a dominar completamente a tu perro, así como nunca debes suponer
que tu mascota está tratando de amenazar tu dominancia cada vez que orina en la alfombra o
mastica un zapato.

Sin embargo, ser el líder Alfa ayudará enormemente a controlar esos comportamientos, dándole al
perro un líder a seguir, razones para evitar esos comportamientos y un signo claro de aprobación
por parte de la manada. Si estableces la dominancia de una forma segura, sin provocar al animal,
eso le reafirma que tú estás a cargo pero que él también es parte del universo formado por
“nosotros”. Y si el entrenamiento es consistente, el proceso se desarrollará suavemente y los
resultados a largo plazo tendrán efectos muy positivos.

Estableciendo el orden en la manada y manejando


comportamientos
En esta última sección, quisiera ocuparme de situaciones específicas en las que necesitarás poner a
descansar las ansiedades de tu mascota y tomar el control de la acción. Esto involucra plantarse y
ser el líder Alfa, mostrándole a tu perro las maneras correctas de actuar.
Conociendo a un perro
Uno de los temas más importantes que pueden derivar en problemas con los perros es la falta de
entendimiento sobre cómo debemos acercarnos a un perro. Cuando ves a un perro por primera vez,
hay un protocolo subyacente en cuanto a cómo debe desarrollarse el encuentro. Cuando rompes el
protocolo porque crees que el animalito es simpático o cuando tienes miedo de él, creas una
situación en la cual el perro puede no respetarte o, por el contrario, ambos pueden sentir miedo
uno del otro. Aquí te presentamos la manera correcta de actuar cuando conoces a un perro.

En la naturaleza, los seguidores se acercan al líder. En este caso, tú deberías esperar que el perro se
aproximara a ti. Si el perro decide que es mejor temerte por alguna razón subyacente que tú no
entiendes o simplemente no está de humor, elegirá no acercarse y tú debes respetar eso, tal como
harías con un compañero humano que no quisiera estrechar tu mano. No te dirijas hacia el perro e
intentes forzar el encuentro.

Los perros necesitan tiempo para conocerte. Necesitan olerte, explorarte y saber algo más acerca
de ti. Por esta razón, la manera más fácil de conocer a un perro es ignorarlo, dejándole hacer su
propia exploración de tu persona. Mucha gente no hace esto y genera ansiedad y temor en un perro
cuando están extremadamente deseosos de estar con él y mantener contacto físico. Mientras el
perro te está olfateando, no le hables, ni lo toques, así como tampoco establezcas contacto visual.
El proceso olfativo es un proceso muy particular de encuentro para un perro, por lo tanto mejor no
lo interrumpas.

Solo cuando el perro ha terminado de olfatearte, será tiempo de saber si está listo para conocerte.
Algunos perros podrán correr lejos, y debes respetar eso. Sin embargo, si el perro se acerca y frota
su cuerpo contra tu pierna, por ejemplo, o se inclina en cierta forma de sumisión o empuja tu mano
con su hocico, siéntete libre de retribuirle con afecto. Si un perro te ignora, pues ignóralo tú
también. Nunca sabes cómo reaccionará un perro si apresuras las cosas, por lo tanto es mejor
respetar su falta de interés.

Si un perro se vuelve agresivo o intenta afirmar su dominancia con empujones, pisándote o elevando
sus labios, no reacciones con agresividad. Simplemente, mantente en tus trece, no muestres miedo
y no evites el contacto visual. Mirar fijamente a un perro agresivo puede parecer un verdadero
desafío, pero demostrarle que eres capaz de mirarlo a los ojos y mostrarles así que no le tienes
miedo será suficiente muchas veces para tomar el control de la situación. Si es necesario sacarlo del
lugar en que se encuentran, asegúrate de que todos permanezcan en calma y firmes y que tú no
sucumbirás ante el miedo, o el perro desarrollará más problemas contigo, los cuales podrían
perdurar.

Paseando a tu perro
Una de las situaciones más comunes en las que es posible tener problemas con tu perro es cuando
salen de paseo. Pueden tirar de la correa, salir en persecución de algún auto, correr hacia la calle,
escarbar, comer comida de la basura o intentar atrapar a otros animales. Algunos perros se vuelven
especialmente agresivos al colocarles la correa, pues parece que les generara un deseo de
protegerse a sí mismos y a sus dueños. Este es un claro ejemplo de una situación en la que
necesitarás tener control y ser el perro Alfa, definitivamente.
Tómate tiempo para vuestras caminatas. Una caminata con tu perro es una importante parte del
día para el vínculo entre ambos. Tómate tiempo y disfruta de una agradable y relajante caminata.
Cuando estás apurado o estresado porque puedes llegar tarde al trabajo, o estás hambriento tras
haber llegado a casa, tu perro se cargará con esa ansiedad.

Para controlar el exceso de ansiedad al momento de salir, es necesario que esperes hasta que tu
perro se calme para luego sacarlo. Puede ser casi imposible eliminar ese momento de ansiedad que
aparece cuando es hora de salir, pero perfectamente puedes eliminar de tu vocabulario las palabras
y el tono dulzón y feliz que seguramente usas cuando lo llamas para salir a pasear. Contrólate y sé
firme hasta que se sienta y se relaja. Solo entonces le colocarás la correa. Si de nuevo comienza a
agitarse frenéticamente al momento que abres la puerta, una vez más espera hasta que esté calmo
y sumiso.

La firmeza es importante. Como líder de la manada, necesitas mostrarle que sabes exactamente lo
que estás haciendo y por qué lo estás haciendo. Cuando sales no debes permitirle que te tire de la
correa por la calle o vaya en la dirección que él quiera, por donde sea que hayan decidido pasear.
Permitirle a tu perro explorar y olfatear el territorio es bueno, pero dejarle tomar el control de la
caminata no lo es.

Nunca te apures. Cuando necesites hacer algo afuera, asegúrate de que el perro se siente y tómate
tu tiempo para que la calma sea completa. Puedes cerrar con llave la puerta, recoger sus
deposiciones o meterse en el auto. Nunca te apures o permitas que él te obligue a apresurarte.

Cuando salgas, necesitas tomar control de la caminata. No deberías nunca permitirle caminar
delante de ti, o tirando de la correa, porque no está prestándote atención o siguiéndote a ti. Están
corriendo detrás de otras cosas, intentando completar sus necesidades específicas. Por un período
de 10 o 15 minutos, oblígalo a caminar a tu lado, sin olfatear o ladrando a otros perros. Por supuesto
que debes dejarlo hacer sus necesidades si así le urge, pero luego de eso debe volver a caminar
calmadamente contigo por un período prolongado.

Luego de ese período de calma, permítele adelantarse y olfatear por su cuenta, al menos unos cinco
minutos. Nunca debes permitirle caminar delante de ti sin tu autorización, porque eso le hará creer
que está al frente de la manada. Podrías probar, asimismo, llevar a caminar a tu perro en compañía
de otra persona. A veces, un perro bien entrenado caminará correctamente cuando va solo contigo,
pero si va otra persona le darán deseos de liderar nuevamente. Pero no le permitas dejarse llevar.

Un buen truco a efectuar, cuando tu perro está especialmente tentado de tirar de la correa o está
un poco agresivo con otros perros o las ardillas del parque, es forzarlos a detenerse, a parar lo que
sea que estén haciendo y sentarse, prestándote atención. Deben aprender que, en una caminata, la
manera en que podrán explorar y olfatear a su gusto depende de la atención que te presten, todo
el tiempo. La fijación que los perros pueden llegar a desarrollar incluye ardillas, gatos u otros perros,
si les otorgas el beneficio del liderazgo extra.

Cuando retornes a casa de tu paseo, asegúrate de que el perro se mantiene calmo y sumiso mientras
le quitas la correa y lo vuelves a ingresar a la casa. Muchas veces, alimentarlo después de una larga
caminata es una buena idea, aunque algunos perros prefieren descansar primero.
Alimentando a tu perro
Otro gran inconveniente que la gente suele tener con su perro es la agresividad al momento de
comer o la sobreexcitación. Aprender a alimentar a tu perro y cómo manejarse con los asuntos de
agresividad por la comida llevará mucho tiempo antes que puedas ahorrar energía en esa materia.

Los perros necesitan ganarse su comida. Este es un aspecto fundamental de su sicología. Como
animales, suelen ser usados para cazar y buscar a fin de obtener su comida y luego ser
recompensados por ello, pero solo luego de haber completado una misión difícil. Cada vez que sea
posible, deberías hacer lo mismo por ellos. Idear juegos, hacerlos sentar o alimentarlos luego de
llegar del paseo serán tácticas útiles en este sentido.

Hazlos esperar por su comida hasta que estén calmos y sumisos. Esto eliminará muchos de los
comportamientos aparentemente demandantes que un perro puede exhibir cuando espera por su
comida, tales como ladridos, saltos y la agresión hacia otras mascotas. Esto puede ser también usado
como recompensa, pues si se mantienen calmos reciben comida.

También es posible reducir sus fijaciones respecto a la comida llamando su atención hacia ti en lugar
de hacia el plato de alimento. No necesitas negarle la comida pero --así como harías cuando lo
paseas— reclama su atención de manera de desviarlo de la comida (en el paseo lo obligas a
desviarse de otros animales o personas) y oblígalo a fijarse en ti antes que nada.

La agresividad con la comida es un grave problema y siempre conlleva signos de alarma. Si el perro
intenta cubrir el plato, con su pelo encrespado en el lomo, o muestra sus dientes cuando otra
mascota se aproxima a él, ahí tienes un problema. Estos son mensajes específicos de tu perro
diciendo: “Esta es mi comida, déjala”. Si tienes varios perros, hay algunas soluciones. Puedes
alimentarlos a la misma vez, pero en forma separada, o pues alimentar solo al perro más calmado y
sumiso primero. Esto enseñará a los otros perros que la sumisión les permitirá obtener el premio
del alimento.

Si el perro manifiesta agresividad hacia ti, ten extremo cuidado. Aún el perro más calmado y feliz
del mundo, cuando presenta este trastorno –agresividad vinculada a la comida—puede ser
peligroso. Nunca le des afecto intentando detener ese mal comportamiento, porque solo lograrás
reforzarlo. Esperar por la comida puede ser una buena herramienta en este caso, pero si no puedes
resolverlo, necesitarás la ayuda de un experto para solucionar el problema.

Tu espacio
Los perros con problemas de comportamiento usualmente tienen el hábito de trepar a los muebles,
entrar a habitaciones que no le están permitidas y apoderarse de tus posesiones. En estos casos
necesitas marcar una postura clara respecto a los elementos y lugares que son tuyos y afirmar tu
dominancia Alfa para controlar a tu mascota. Solo observa a tu perro cuando el gato de la casa
intenta saltar a la cama favorita del perro. Este puede que lo permita, pero hay bastante intercambio
de lenguaje corporal entre ellos en lo que dura el proceso.

Aquí no se trata de ser el “hermano mayor”. Al contrario, se trata de mostrarle a tu perro cuando
algo pertenece a tu persona y solo a ti. Imagina tu casa con múltiples espacios y determina cuáles
espacios le están permitidos a tu perro. Si reclamas tu espacio, el perro respetará eso, siempre y
cuando seas consistente y firme en tus decisiones.

Empujar fuera a un animal o sacarlo de alguna forma del espacio no funcionará. Solo hará que vuelva
a intentar apoderarse de ese lugar. De manera que, en lugar de eso, necesitas usar lenguaje corporal
para reclamar tu espacio. Párate firme delante de él, sé seguro y con movimientos circulares márcale
con cuidado que ese espacio es tuyo. Los perros son increíblemente hábiles para reconocer tus
debilidades e intenciones. Aunque parezca tonto (y no, no pueden leer tu mente), la confianza que
sientas en el momento en que te plantas frente a él se verá en tu lenguaje corporal. Si crees en ti
mismo y en lo que estás haciendo, ellos también lo harán.

Se realista en lo que demandas o reclamas. Muchas personas se valen de las puertas para evitar que
los perros corran o ladren, o salten sobre los visitantes. Otros harían lo mismo con ventanas o
portones. Siempre recuerda reclamar tu sofá, o tu cama (en el ámbito salvaje, el líder de la manada
suele tener su propio espacio para dormir. Podrán compartirlo si es necesario, pero solamente si
ellos invitan). Si empujas a un perro fuera de una habitación o de un mueble, es lo mismo que
invitarlo a jugar contigo o competir contigo por el control del objeto. Utiliza tu lenguaje corporal y
con calma, con simples órdenes, hazle ver que tú controlas ese espacio, en lugar de empujarlo o
hacer valer tu fuerza. Asimismo, nunca dudes y nunca le pidas que haga algo. Ellos solo entienden
órdenes simples y directas. Intentar “comprometerlos” solo creará más problemas en el futuro.

Comportamiento obsesivo y recurrente


Este es un gran problema de muchos perros, en especial los que tienen un alto nivel de energía. Si
alguna vez viste la película “Up” de Pixar, probablemente recuerdes la escena en que todos los
perros en medio del Amazonas se detienen y giran cuando simplemente se menciona la palabra
“Ardilla”, y dejan el importante trabajo que estaban haciendo, por más ridículo que pareciera. Ese
momento de absoluta claridad es exactamente lo que un perro obsesivo viviría.

En estos casos, es bueno ejercitar al perro lo más posible. Un animalito de este tipo, con demasiada
energía, casi siempre presentará esta clase de problemas, pues es la manera que tiene de liberarse
de esa energía. Es preciso que detengas la obsesión antes que se vuelva peor. A veces, comenzarás
a ver signos antes de que se convierta en un verdadero problema. Por ejemplo, tu perro puede estar
obsesionado con los reflejos de una lapicera láser en la pared. Si comienza a ponerse nervioso
cuando sacas una lapicera para tomar notas, detente, utiliza tu calma y firmeza y oblígalo a relajarse
y prestarte atención. Puedes cortar ese mal comportamiento antes de que se desarrolle.

No elimines los objetos de su obsesión o alejes al perro de ello. Tal como la puerta, si sacas a tu
perro y la cierras, solo empeorarás la situación. Esto es lo que más comúnmente se ve cuando el
perro es sacado a pasear con correa. Si tiras de él cuando parece que quiere enfrentarse a otro
perro, harás que comience de inmediato a ladrar o a tirar para su lado. En lugar de eso, hazlo sentar
y concentrarse en ti hasta que olvide el asunto. Te sorprenderás al ver cómo funciona esto. El
inconveniente principal que verás en muchos propietarios de perros es que esto lleva tiempo.
Prueba dar una caminata cuando tu perro se detiene y luego sale tras todo lo que se mueva y lo
comprobarás. Por eso es que se necesita tanto tiempo para manejar este tipo de inconvenientes.
Conclusión
Un perro es definitivamente el mejor amigo de una persona. Puede reconocer nuestras emociones
y probablemente sea la criatura menos egoísta en el planeta, siempre buscando afecto y atención.
Pero cuando esa atención y afecto se transforman en problemas de comportamiento, necesitas
tomar cartas en el asunto y llevar a tu perro a un estado de calma y sumisión que le permita relajarse
y entender que tú eres el Alfa en la manada.

El liderazgo Alfa puede ser difícil de alcanzar, especialmente si estás acostumbrado a malcriar a tu
mascota y permitirle el control de la casa. Pero, una vez que te acostumbres a ser firme cuando tu
perro exhibe comportamientos problemáticos y los solucionas, además de sentir confianza en que
lo que estás haciendo es bueno para él tanto física como sicológicamente, tu hogar será un lugar
mucho más confortable y tranquilo donde vivir.

Tu perro se comportará correctamente, recuperarás el control de tu hogar, y el tiempo que pasen


juntos será mucho más disfrutable. De manera que tómate el tiempo necesario para desarrollar una
relación adecuada con tu perro y comienza a disfrutar del hogar feliz y saludable que tú mismo has
creado.

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