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Por:
Victoria Andrea Lasprilla López
2
AGRADECIMIENTOS
Gracias también a las hermosas once mujeres que formaron junto conmigo la
quinta cohorte de la maestría, quizá una premonición o un impulso para mi interés
3
por el trabajo femenino…, especialmente a Catalina Trujillo y Ángela Huerfano
quienes tienen aún gran importancia en mi vida y mi proyecto profesional. A los
amigos Ivan Quiceno, Alejandra, Cesar, Diego, Marco, Ivan Carroll, Carolina,
Leady, Lina, Sandrita Fernandez, Hugo y los que se me hayan pasado, por su
valioso cariño y compañía.
4
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION .................................................................................................... 9
San Sebastián de los Lagos. ................................................................................. 11
Estructura de la tesis ............................................................................................. 23
CAPITULO 1. CONTEXTO HISTORICO Y TERRITORIAL. .................................. 25
EL TERRITORIO TICUNA ................................................................................. 25
Resguardo San Sebastián de los Lagos. ....................................................... 35
Organización social de San Sebastián de los Lagos...................................... 39
PROBLEMATICAS TERRITORIALES ............................................................... 47
El basurero. .................................................................................................... 47
Colindancia con propietarios privados e intrusiones de los búfalos. .............. 50
CAPÍTULO 2. IDENTIDAD FEMENINA: LA PELAZÓN Y LAS MUJERES DE SAN
SEBASTIÁN. ......................................................................................................... 57
COMO SE LLEGA A SER UNA MUJER TICUNA.............................................. 57
Conformación de la mujer Ticuna: pelazón, renovación y reestablecimiento del
orden del mundo. ............................................................................................... 62
Las abuelas: “pelazón a la antigua”................................................................ 62
La pelazón empieza en la chagra. ..................................................................... 68
El trabajo en la pelazón. ................................................................................. 68
Mujeres adultas y la pelazón. ......................................................................... 73
La curación de la mujer en la pelazón. ........................................................... 76
Las mujeres jóvenes y la pelazón .................................................................. 78
CAPÍTULO 3. PERSPECTIVAS Y VALORACIONES GENERACIONALES DEL
TRABAJO Y LA CHAGRA ..................................................................................... 84
LA CHAGRA TICUNA ........................................................................................ 84
El trabajo de la chagra en San Sebastián. ..................................................... 89
Primera generación: Las abuelas................................................................... 91
Qué es, cómo es y para qué sirve la chagra de la abuela Juliana. ................ 93
Las abuelas y sus chagras. ............................................................................ 96
5
Segunda generación: mujeres adultas. ........................................................ 103
NUEVOS ESPACIOS DE TRABAJO, NUEVAS ACTIVIDADES, NUEVOS
ROLES............................................................................................................. 106
Recicladores en San Sebastián. .................................................................. 106
Tercera generación: Mujeres jóvenes y adolescentes ................................. 114
CAPITULO 4. CONSIDERACIONES FINALES. .................................................. 123
El trabajo y las motivaciones personales. ........................................................ 123
La chagra y la construcción de sociedad. ........................................................ 124
Relaciones territoriales, educación y conocimiento propio. ............................. 126
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................... 130
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LISTA DE IMÁGENES Y FOTOS.
7
LISTA DE GRAFICOS
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INTRODUCCION
Mi primera visita a Leticia sucedió por el azar de una pasantia en la que visitar
cualquier lugar de Colombia era posible. Cuando llegue en el 2000 a Leticia, era
una ciudad mucho más pequeña, no proliferaban los café Internet ni los locales
para llamadas y en general el contacto con el resto del país al menos desde mi
mirada la convertían en un reducto aislado del que poco se sabía. En ocho años
las cosas han cambiado mucho, las comunidades han crecido, los celulares
pululan y cada ocho días hay un programa especial en televisión hablando de las
maravillas naturales de Leticia, los indígenas, el yage, el río, o el tema amazónico
que esté de moda.
.
En esa ocasión fue poco el tiempo que pase en la ciudad. Dos semanas después
de haber llegado, viajé hacia San Juan del Soco, una comunidad ubicada sobre el
río Loreto Yacu, en donde pase la primera temporada de mi vida en la selva. El
proyecto con el que hice la pasantía me dio la posibilidad de acercarme a la forma
de vida de los indígenas, especialmente a la etnia ticuna y a una comunidad
particular que había estado en contacto con las dinámicas de la bonanza de la
coca en la región y ahora retornaba a sus actividades de subsistencia tradicionales
después de haber estado acostumbrados a traer de Leticia “hasta el agua en
botellón”. Afortunadamente ellos contaban con un territorio extenso, en donde
pescar, cazar, cultivar y recolectar eran actividades de fácil acceso y con recursos
aún presentes en abundancia.
9
las “necesidades” y “lujos” que van apareciendo en un mercado que exige mas
participación cada día. También fue la primera comunidad que conocí a la espera
de la llegada de los proyectos, las ONG´s y la presencia institucional que los
abastecía de vez en cuando.
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balanceadas y diversas que mantienen la autonomía alimentaría y una buena
nutrición. Por otra parte el trabajo en las chagras fortalece la identidad gracias a
las dinámicas de interacción social como educación, salud propia y socialización
que son inherentes al desarrollo de estas labores.
Por otra parte ya estaba viviendo en el Castañal, uno de los asentamientos del
sector de los Lagos, y empezaba a darme cuenta de las condiciones territoriales,
laborales, económicas y sociales que caracterizan a estas sociedades que tienen
relaciones de interacción y/o dependencia, con el mercado, la educación, la salud
y en general la sociedad moderna asentada en las ciudades.
Cerca del Castañal -mi lugar de vivienda-, está San Sebastián de Los Lagos, un
Resguardo indígena ubicado a 4.5 Km. del municipio de Leticia; su extensión es
de 58 hectáreas y su población es de 326 personas. La cercanía de este
asentamiento al casco urbano de Leticia ha determinado procesos de articulación
y dependencia de los habitantes con la ciudad entre los que se encuentran la
transformación de las actividades de subsistencia tradicional como la caza, la
pesca y la agricultura, ya que éstas se han visto alternadas con trabajos como
jornaleros, el servicios doméstico, el reciclaje y la venta de algunos productos de
la chagra.
11
San Sebastián, como otras comunidades indígenas ubicadas en el sector de los
lagos, tiene serias limitaciones territoriales que no permiten el adecuado
funcionamiento de actividades productivas propias como la chagra. Desde su
establecimiento en la zona, los habitantes de San Sebastián han visto como los
territorios que antes estaban a su disposición para las labores agrícolas, han sido
ocupados por propietarios privados, además de degradados ambientalmente por
la contaminación de las fuentes hídricas y el establecimiento del botadero de
basuras de la ciudad de Leticia. Esta situación ha perjudicado los recursos
disponibles para el desarrollo formas de autosostenibilidad y autonomía indígena.
También, en los últimos tres años han sido frecuentes las irrupciones de los
ganados de estos propietarios que entran a los resguardos aledaños causando
graves daños en las cosechas de la población. De esta manera entre las razones
de las mujeres para no dedicarse a la chagra está en primer lugar la falta de
terrenos disponibles para mantener la actividad. Aunque algunos pobladores han
solucionado esta carencia negociando terrenos de propietarios privados a cambio
de una parte de sus cosechas, no todos han conseguido tierras para CHAGRA.
Estos terrenos se han convertido en fincas para ganado, que además de atravesar
el territorio indígena, perjudican los recursos con los cuales se desarrollan
12
diferentes formas de aprovechamiento que permiten la autonomía indígena para el
desarrollo de una lógica propia de vida. También, en muchas ocasiones, los
semovientes de estos propietarios han entrado a los resguardos aledaños,
depredando los cultivos y causando graves daños en las cosechas de la
población.
A muchas mujeres no les gusta “estar mendigando tierra”. Hablan del egoísmo de
otros que tienen mucho espacio para sembrar y que no lo prestan, pero la realidad
es que en San Sebastián no hay tierra suficiente para todo el mundo, obligando a
las personas a buscar trabajo fuera de la comunidad. Emplearse en el servicio
domestico, reciclar, sembrar solo para la venta de excedentes, trabajar en
almacenes o en contratos de construcción, son algunas de las nuevas actividades.
Varias de las familias habitantes del sector de los Lagos tienen parientes en las
comunidades vecinas y muchas mujeres han instalado sus chagras o las
comparten con familiares de Castañal, San Sebastián, San Antonio, San Juan y
San Pedro. Este también ha sido elegido como un lugar propicio para la llegada de
indígenas de comunidades del río. San Sebastián de los Lagos ha recibido en los
últimos años migraciones de habitantes de Macedonia, Zaragoza, Arara, y
Mocagua, entre otros. Las principales razones para trasladarse cerca de la ciudad
de Leticia son: garantizar la educación secundaria de sus hijos, la búsqueda de
oportunidades laborales y el desplazamiento por uniones con mujeres u hombres
de estas comunidades.
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Los juicios de valor que se manejan en la mayoría de los centros educativos
acerca de las actividades como la agricultura, educan con ideales como el que una
mujer estudiada puede ser/hacer mucho más en la vida que otra que “solo” se
dedique a cultivar y a tener hijos, lo que va produciendo discriminaciones hacia las
actividades de la familia. Aunque no existe un real impacto de esta apreciación en
la dedicación de las mujeres, la valoración de la actividad si se viene
transformando propiciando una desvaloración del trabajo propio.
14
¨profesionalizarse¨ para ganar mas dinero y poder sostenerse bien o ¨ser alguien
en la vida¨.
Mujeres y chagras
El trabajo de la mujer como eje de esta investigación, debe entenderse como una
dinámica fundamental de interacción social, en la que convergen procesos de
educación, producción, reproducción, socialización (sociabilidad) y apropiación de
las expresiones culturales de su sociedad. En la actualidad y particularmente en el
caso de los asentamientos aledaños a cascos urbanos como Leticia, las mujeres
han empezado a dedicarse a nuevas actividades fuera del círculo de las
“tradicionales”, causando una reevaluación de la importancia y significado del
“trabajo propio”.
15
El trabajo de la chagra aporta al saber especializado y está dotado de un sentido
comunal a través de una delegación por roles de genero y edad. La distribución de
actividades en relación con la chagra, depende de conocimientos que obedecen a
estas condiciones; esta asignación de roles es a la vez un aspecto que propicia
manifestaciones de identidad consecuentes con una cultura particular.
En el caso de los Ticuna, los hombres participan en las primeras fases del
establecimiento de la chagra, en especial en la roza y la tumba. Las mujeres se
encargan de sembrar, desyerbar y mantener o “cultivar”, mientras que la cosecha
se realiza de manera conjunta. Sin embargo como se mencionó anteriormente, en
muchos casos las mujeres no cuentan con sus esposos, pues ellos están
ocupados trabajando fuera de la comunidad, mientras ellas asumen su parte en
estas labores.
16
Otros autores como Wendy Harcourt (2002), se han dedicado a enriquecer las
discusiones sobre la perspectiva de las mujeres frente al desarrollo sustentable,
en su relación con el lugar, el medio ambiente y los recursos a los que tienen
acceso, es decir sus condiciones de producción, otorgándoles un papel
preponderante a su lucha por los intereses propios de su identidad étnica y la
autonomía política al margen del desarrollo.
17
Aunque en el departamento del Amazonas se han realizado algunos diagnósticos
sobre la situación de la mujer (Gobernación del Amazonas 1996, ICBF 2002, Red
de solidaridad social y Asociación de cabildos indígenas del trapecio amazónico.
ACITAM), no se han generado políticas claras que atiendan las necesidades de
las mujeres y que además tengan en cuenta la perspectiva étnica (Marin, 2002).
Tradicionalmente las mujeres ticuna deben ser preparadas desde la niñez para
adquirir un nivel de conocimientos generales y/o detallados sobre alimentos
cultivados y silvestres, artesanías, utensilios y plantas medicinales. Tienen una
intensa interacción con los recursos naturales debido a su participación en las
tareas de recolección y producción de alimentos, combustible, productos
medicinales y las materias primas necesarias para la elaboración de enseres y
artículos para el hogar.
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se limita a satisfacer las necesidades de subsistencia. En la esfera social, la
chagra es un importante sistema de representación cosmología para muchas
sociedades indígenas, a la vez es un lugar para discutir, socializar y transmitir
conocimientos entre familiares y vecinos, y desde donde se ejerce control social.
De acuerdo con las estimaciones de la FAO (FAO, 1995), las mujeres producen
mas del 50% de la comida cultivada. La contribución de las mujeres en otros
ámbitos productivos como el manejo del bosque, la caza y la pesca también es
relevante auque ha sido subestimada. Desde esta perspectiva, la mujer es
sugerida como el principal miembro del hogar que aporta a la seguridad
alimentaria.
19
conocimientos especializados sobre el valor y uso de los diferentes recursos; el
procesamiento y preparación de la alimentación, pues universalmente es la mujer
la encargada de los procesos de transformación de la comida, regulación de la
dieta y la nutrición de los miembros de la familia; la mujer también es la encargada
de solventar las necesidad básicas de las viviendas que garantizan una saludable
y buena nutrición, estas labores incluyen al aprovisionamiento de combustible,
agua potable, la limpieza y el cuidado y prevención de enfermedades de sus
familiares; finalmente por la identificación simbólica de la mujer como
responsables de la provisión de alimento en el hogar, sus ingresos tienden a estar
dirigidos directamente a la seguridad nutricional de la familia a diferencia de los
hombres que realizan inversiones en otros campos.
Este trabajo no pretende inscribirse dentro de los estudios de género sino más
bien dar una mirada a la situación de las mujeres y como las condiciones
territoriales de su comunidad y la aparición de nuevas actividades económicas
influyen en sus vidas. A la vez quiere resaltar estos cambios generacionales no
solo como perdidas de la cultura propia sino mas bien destacar la resistencia de
los modelos propios de pensamiento, a la vez que existe la selección e
incorporación de nuevas prácticas que permiten adaptarse a las condiciones
particulares del resguardo y la comunidad.
20
La propuesta es detenerse a analizar el valor del trabajo de las mujeres chagreras
y su significado para las comunidades indígenas en contextos de acelerados
procesos de cambio social. Para poder entender esta situación se plantean como
objetivos específicos, analizar la relación de las mujeres con el espacio productivo
CHAGRA; señalar los cambios generacionales en estas relaciones; y
contextualizar las nuevas actividades productivas de las mujeres y sus efectos en
la cohesión social.
Metodología
1
Entendidas en un sentido amplio como lo expone Jackson (1983), en donde las relaciones sociales se
extienden a las establecidas con plantas, animales y “otros seres”.
21
cotidianas las que permitieron que las mujeres me hablaran de sus trabajos, sus
vidas y sus experiencias de una manera abierta.
22
su valor como terreno para la construcción de la casa de sus hijos, en el momento
en el que “el resguardo no alcanzara para más”.
Estructura de la tesis
23
En el segundo capítulo por medio de entrevistas sobre el estado actual de la
realización del ritual de la pelazón, las experiencias de la pelazón de cada mujer y
sus valoraciones, se abordara la relación entre la mujer, la fertilidad y la chagra en
diferentes generaciones analizando como se constituye y reproduce una mujer
dentro de la sociedad Ticuna y cuál es su rol social. Con lo anterior se quiere
exponer como se produce la identificación de las mujeres con el espacio de la
chagra y las representaciones actuales de esta identificación.
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CAPITULO 1. CONTEXTO HISTORICO Y TERRITORIAL.
EL TERRITORIO TICUNA
El territorio actualmente ocupado por los Ticuna es producto de una larga historia
de movilidad desde mucho tiempo antes de la llegada de los españoles y
portugueses; son mencionados por Cristóbal de Acuña en 1639, habitando el río
Yetaú (Jutaí), afluente del Amazonas. Estos territorios estuvieron ocupados
originalmente por los Aparia o Aricana en el siglo XVI y posteriormente por los
Omagua en el siglo XVII. Cristóbal de Acuña en 1639 los ubicó “a cincuenta
leguas de la boca del río Putumayo, en la parte contraria”. Heriarte en 1662, los
referencia viviendo en la margen izquierda del río Amazonas en una zona
interfluvial el alto Amazonas.
Entre los siglos XVI y XVII, las llanuras amazónicas tuvieron una dramática baja
demográfica causada por nuevas enfermedades traídas por los misioneros y
conquistadores llegados a la región y por las incursiones esclavistas. Sin embargo,
los Ticuna a diferencia de los Omagua y Mayoruna, pudieron mantenerse,
aumentar en número y moverse hacia otros territorios. De acuerdo con Nimendaju
(1952) y Fajardo (1991 citado por Montes, 1995), a la llegada de los
conquistadores, los Ticunas poblaban la tierra firme, es decir los territorios no
inundables situados en las cabeceras de los afluentes de la orillas izquierda del
Amazonas.
25
A mediados del siglo XVII, con la llegada de las misiones jesuitas, se establecieron
reagrupaciones indígenas con el fin de facilitar la tarea evangelizadora en las
denominadas aldeas de misión. En consecuencia las poblaciones ubicadas en
zonas interfluviales se fueron desplazando hacia la ribera del Amazonas. El
territorio de los ticuna que antes de su reducción a los pueblos de misión limitaba
al oeste con la provincia de Pebas y Yahuas y se extendía al norte hacia el río
Putumayo, se vio drásticamente reducido.
En 1698, Fritz estableció los primeros contactos con los Ticuna en la varzeas del
Amazonas y en los años siguientes estos siguieron descendiendo por su margen
izquierda ocupando desde Sao Pablo hasta arriba del río Javarí. Más adelante con
la irrupción de los portugueses, algunos grupos indígenas buscaron la protección
de los jesuitas. A la vez las misiones del padre Fritz se establecieron en las
varzeas del Amazonas, concentrando allí gran cantidad de población procedente
de la zonas interfluviales (Oliveira, 1998).
A mediados del siglo XVIII, los Ticuna fueron organizados en las aldeas de misión
junto con otras etnias, en territorio originalmente Omagua. En los últimos años del
mismo siglo, las epidemias y la reducción por la catequesis, produjeron un
debilitamiento de las aldeas Omagua, permitiendo que las tribus que se
encontraban en tierra firme, entre ellos los Ticuna, incursionaran en sus territorios
en busca de los recursos que la varzea ofrecía en abundancia (Oliveira, 1998).
26
En la última década del Siglo XIX, la demanda de gomas hizo desarrollar el
periodo de la explotación cauchera, generando una nueva forma de esclavización,
al establecer grandes focos de explotación cauchera cerca de los centros
poblados. Durante esta época, Goulard sostiene que, "se pueden distinguir tres
formas de agrupación: rancherías siringueras principalmente en el área interfluvial
(Brasil), los pueblos a orillas del Amazonas (Brasil y Perú) y zonas de refugio
donde huyeron para evitar presiones de los patronos caucheros”.
27
En Colombia durante la primera mitad del siglo XX, sobresalen tres factores que
influyeron en la movilidad de los pobladores de las riberas del Amazonas hacia los
centros poblados. En primer lugar la presencia del estado a través de la
educación, las nuevas economías extractivas y los movimientos religiosos
principalmente el movimiento mesiánico de Francisco de la Cruz (Riaño, 2003).
Durante los siglos XIX y XX, el Estado buscaba fomentar la civilización de los
indígenas con el fin de asegurar el transito de comerciantes y mercancías por
estas regiones de “salvajes”. Las misiones se constituyeron como uno de los
principales factores de cambio acelerado en la vida de los poblados. Las
relaciones sociales económicas, políticas, religiosas, jurídicas y educativas de los
indígenas que se fundamentaban el funcionamiento de su cultura, se vieron
transformadas en medio del contacto. Las contradicciones y los choques entre los
medios y los fines de la educación familiar de las comunidades indígenas y la
educación institucionalizada promovida por las misiones, fue uno de los principales
motores del cambio.
28
Según Montes, (1995:15) “la formación de los actuales poblados Ticuna y la
migración más reciente demuestra que los factores condicionantes pueden ser
tanto las presiones de los caucheros aliados con los dirigentes de movimientos
mesiánicos como los crucistas de Francisco de La Cruz, así como a la decisión
autónoma de buscar proximidad de centros comerciales, servicios de salud y
educación, como a la planeación externa y controlada de misioneros (como el
caso de Cuchillococha, fundada por el Instituto Lingüístico de Verano)”
El territorio actualmente ocupado por los ticuna se extiende desde el río Yagua-
yacu en Perú, hasta tierras brasileras. En Brasil se encuentran en los municipios
de Tabatinga, Benjamín Constant, São Paulo de Olivença, Tefé, San Antonio do
Içá, Jutaí, Anamã, Beruri, Amaturá, Tonantins, Uarini y Alvarães; en Perú en el
departamento de Loreto, la provincia de Mainas, en los distritos Ramón Castilla y
Yavarí; se pueden considerar como puntos de ocupación ticuna en Colombia las
riberas del Putumayo, el Trapecio Amazónico2 y algunos afluentes como el Cotuhé
y el Pupuña. (Montes, 1995).
2
La ocupación de la parte norte del Trapecio, es relativamente reciente. Algunos autores subrayan que hace no
menos de treinta años, algunos ticunas de las riberas amazónicas se desplazaron por los senderos y trochas que
conducen al norte del trapecio, impulsados por la bonanza de pieles de felinos. Después de esto se instalaron allí.
(Ahúe, 1989 citado por Montes, 1995)
29
estimaron en Brasil 25.737 indígenas ticuna, en Perú según el censo de 1993 se
estimaron 1787 y para Colombia según el censo de ACITAM (Asociación de
cabildos indígenas del trapecio amazónico), del 2000, se contaron 7890 personas
pertenecientes a esta etnia (Riaño, 2003). El 85% de los pobladores ticuna de
Colombia están asentados en la ribera norte del río Amazonas y sus afluentes río
Loretoyacu y Amacayacu. Los demás se encuentran situados en cercanías del río
Cotuhé y el corregimiento de Tarapacá (Montes,1995).
La población del trapecio esta compuesta por núcleos Ticuna, Yagua, Cocama,
Huitoto y mestizos provenientes de muchas partes del país. Sin embargo, la
población predominante pertenece a la etnia ticuna. En la gran mayoría de los
poblados del Trapecio predomina la población ticuna aunque hay representantes
de otras etnias. Estos poblados se encuentran ubicados en la parte sur del
trapecio amazónico, principalmente en los ríos Amacayacu, Loretoyacu,
Boyahuazú, Atacuari, y en la ribera del río Amazonas en los Municipios de Leticia
y Puerto Nariño.
A inicios del siglo XX, la explotación del caucho generó un doloroso periodo de
esclavización indígena que debe considerarse como un factor central en la
historia de las migraciones ticuna. Según Goulard (1994), los indígenas que se
ubicaban en los interfluvios fueron recogidos por los siringueros para trabajar en
las caucherías que crecían cada vez más, tanto en el territorio colombiano como
en el brasilero. Con la explotación del caucho también llego el endeude3 como una
estrategia económica que garantizaba la continuidad del trabajo, aumentando la
subordinación de los indígenas hacia sus patrones caucheros. El alcohol,
principalmente, fue usado para someter a las comunidades y poder controlarlas.
“Hechas estas conquistas e iniciado el ‘endeude’, los blancos comenzaban a hacer
llegar aguardiente a las comunidades indígenas para con esto tener un mejor
3
El endeude fue un sistema ideado para proporcionar, herramientas, alimentos, vestido, alcohol, entre otras
mercancías que debían ser pagados con trabajo y caucho, muchas veces a precios muy altos que no permitían
cubrir las deudas generando un circulo vicioso entre las deudas y el trabajo.
30
control sobre ellas y en no pocas veces lograr poseer a sus mujeres” (Gómez, et al
2000: 469).
En 1928 se firmó el tratado Salomón- Lozano que estableció los límites entre Perú
y Colombia. A partir de 1930, el gobierno colombiano propició una fuerte
presencia militar en la frontera, con el fin de establecer la presencia del Estado
que antes era inexistente. Durante el establecimiento de los fuertes militares en
Caballo Cocha y Leticia, se abrieron trochas con el fin de aproximarse a las
comunidades Ticunas que se encontraban asentadas en el sector y darles
entrenamiento militar. Cuando llegaron los militares colombianos al sector, se
produjo un asalto a Leticia por parte de un grupo de peruanos sin uniforme militar,
lo que obligó a Colombia a dar una respuesta militar. Durante el conflicto colombo-
peruano que duró de 1932 a 1934, se reclutaron indígenas Ticuna y de otras
etnias en el ejército colombiano, para participar en la lucha por la soberanía del
territorio. (Gómez, et al 2000: 469).
El sector de Los Lagos está conformado por las comunidades de San Sebastián,
San Antonio, San Juan de los Parentes y San Pedro, que están constituidos como
resguardos de titulación comunal. El caso del Castañal y la Cholita es diferente, ya
31
que se consideran como barrios o asentamientos suburbanos4.
Esta decisión fue tomada con el fin solucionar conflictos internos en torno al tipo
de propiedad sobre sus predios. El Decreto 2001 de 1988 definió al Castañal
como una comunidad civil indígena5, lo que permite le venta de terreno a
particulares renunciando a la adjudicación de estos territorios bajo la figura de
resguardo.
4
Las comunidades indígenas civiles se diferencian de los resguardos porque no tienen derechos de acceso colectivo al
territorio, de esta manera las tierras pueden ser tituladas y vendidas individualmente, su gobierno no tiene la forma de
cabildo sino de Junta de acción comunal, por no estar constituidos como resguardos tampoco tienen beneficios de
transferencias ni se les da el tratamiento especial para minorías étnicas y comunidades indígenas.
5
El Castañal, de acuerdo con el decreto 2001 de 1988 se constituyó como una comunidad indígena civil . Ya que no logró
el consenso necesario para acreditar la posesión colectiva.
32
que resultaron en la concentración de población indígena en pequeñas aldeas”.
(Vieco J, 2000).
33
Yo llegue en el 75. Primero vivía don Marciano (Fernández) el abuelo de
todos, había tres casas no más pero acá no, allá en la restinga (al lado de la
quebrada en la parte sur del asentamiento, costado derecho de la carretera),
don Mario Gómez también vivía allá en la restinga, acá (costado izquierdo de
la carretera) era zona libre, monte, después del 1971 fue que rompieron la
carretera y empezó a venir la gente, don Mario Gómez, don Santos, mi
suegro Francisco Fernández, don Manuel Fernández hermano de mi suegro,
esos no más subieron , cuatro casas y la finada doña Eva, vivía allá en el
barranco donde vivía don Mario, de ahí se paso para acá ahí esta su nieto
ahora.
Los primeros llegaron en el año 1930, venían del Perú de Cayarú, ellos
vivían allá en Castañal, de ahí subieron y pasaron para acá al monte virgen,
todo esto era chagras donde están las casas ahora, de la carretera para acá,
(el) Abuelo Alfredo llego ahora poquito, ellos vinieron de Brasil por ahí en el
1940, de ahí se aburrieron en el basurero y se pasaron para acá, no habían
agua en el basurero, la quebrada era muy pequeña y en verano se secaba.
El se vino a pedir terreno acá.
Tengo una hectárea y media de chagra por parte de Jaime, nueve años hace
que tengo la chagra, yo hablé con él y le pedimos poder trabajar ahí, ahora
34
tengo nuevos rozales 1.5 h de yuca y plátano, piña y caimo, todos los frutales
voy a poner de nuevo donde Jaime tengo todo, yuca, plátano piña, (en)
cantidad.
San Sebastián de los Lagos está ubicada a 4.5 kilómetros de la ciudad de Leticia
en el sector de los Lagos de Yahuarcaca, departamento del Amazonas. Limita al
oriente con la finca de Augusto Cruz, al Occidente con la Quebrada Yahuarcaca,
al Sur con la propiedad de Celso Elizalde y al Norte con la de Jaime Barbosa.
Desde el casco urbano de Leticia se accede por la vía los Lagos, distancia que se
recorre en 15 minutos por la vía principal, ésta se encuentra pavimentada en toda
su extensión.
35
Foto aérea ubicación de San Sebastián y terrenos vecinos.
36
Aspectos demográficos.
San Sebastián de los Lagos cuenta con 324 personas y según el censo realizado
en el trabajo de campo, la distribución por edades es la siguiente:
37
Composición étnica de San Sebastián de los
Lagos
250
Ticuna , 204
200
150
100
Cocama, 56
50 Cocama-ticuna, 1 Mestizo, 43
Yagua, 15
Brasileño, 1 Huitoto, 3
0
38
La comunidad también trabaja con artesanías elaboradas de palo de sangre y
chambira que son vendidas a comerciantes; además elaboran artesanías de
yanchama y otras fibras naturales, muchas de ellas se dejan para el uso personal.
80 Paujil; 73
70
60
Cascabel; 48
50
40 No. de personas
30
20 Tigre; 12
Garza; 9
10 Guacamaya; 2
Gallina; 1 Ardilla; 1
0
39
Las alianzas matrimoniales siguen la regla de la exogamia, presentándose
uniones entre clanes de pluma y sin pluma. Sin embargo, es importante el número
de uniones con personas de otras etnias, principalmente cocamas y mestizos. La
principal unión encontrada es entre los clanes Paujil y Cascabel, las mitades
clánicas dominantes en la comunidad (Ver anexo No. 1). Las mujeres con las que
realicé las entrevistas, pertenecen a diferentes familias y están ubicadas dentro
de las redes de parentesco de esta manera:
La abuela Juliana Rufino tiene 87 años, es del clan tigre, esta casada con el
abuelo Francisco Fernández del clan Paujil, con quién tienen seis hijos, proviene
de Umariazú, Brasil. En este momento es una de las abuelas con mayor
descendencia dentro de la comunidad por lo que se le debe gran respeto y
autoridad; además ejerce como partera y la invitan con frecuencia para organizar y
cantar en las pelazones los cantos de consejo.
La abuela Hilda Lorenzo tiene 76 años, tuvo diez hijos con Manuel Fernández
quien ya falleció, seis de ellos viven en la comunidad. Las chagras de la abuela
Hilda están ubicadas dentro del resguardo y aunque solo cuenta con tres en la
actualidad, el resto de sus terrenos se los ha ido cediendo a sus hijos y nietos para
que puedan cultivar. Sus chagras miden en promedio media hectárea y en ellas
tiene sembrado yuca blanca, amarilla, piña, plátano, pimentón, asaí, chontaduro,
bacaba, zapote, uva caimarona, copoazú, cacao, caimo, guama como principales
especies.
40
clan Paujil y él del clan Tigre, tuvieron diez hijos, dos de ellos murieron, seis viven
en la comunidad.
Salvina, una de las dos jóvenes entrevistadas, es otra hija suya. Ella vive en San
Sebastián con su esposo, un cocama llegado a la comunidad hace ocho años, con
él tienen tres hijos pequeños. Salvina ha trabajado en casas como empleada
doméstica y como cocinera del hogar de bienestar familiar, trabaja en la chagra de
su mamá.
Ruth Lorenzo, hija de Pascuala Fernández, y Hernando Lorenzo, está casada con
Javier Chota, un cocama llegado al asentamiento en 1987. Ruth Lorenzo tiene
cuatro hermanos que viven en la comunidad, es madre de cinco hijos y abuela de
una niña. Se ha desempeñado como curaca de la comunidad siendo una de las
41
primeras mujeres en la región en ocupar este cargo. Esta tarea de liderazgo ocupa
la mayor parte de su tiempo, por lo que las tareas del hogar y de la chagra las
realizan sus hijos y su esposo. A la chagra acude los fines de semana o ¨cuando
le queda tiempo¨.
Estella Parente Jordán tiene 49 años y nació en San Antonio de los lagos. Llegó a
la comunidad en el 2001 junto con su esposo, antes vivían en San José del Km. 6.
Estella se ha dedicado a trabajar como empleada del servicio doméstico, ni ella ni
su esposo cuentan con parientes dentro de la comunidad. Tienen dos chagras
ubicadas en terrenos de propiedad de Jaime Barbosa. En la actualidad solo se
ocupa de ellas los fines de semana, pues su trabajo como empleada no le da más
tiempo.
Eva Alexander Pio tiene 34 años, pertenece al clan cascabel, nació en Brasil y
hace ocho años vive en San Sebastián. Está casada, se dedica a la chagra y
acaba de empezar con una tienda; no tiene más trabajos además de la chagra,
pero anteriormente se empleó en Leticia haciendo aseo en casas de familia.
Maria Lucas es una joven de 25 años nacida en Puerto Nariño. Está casada con
Gustavo Lorenzo, hermano de Ruth Lorenzo y tienen dos hijos. Llegó a la
comunidad hace cinco años, procedente de Puerto Esperanza, donde vivía con su
anterior compañero. Se dedica a la chagra y a su hogar, aunque estuvo viviendo
42
en Bogotá dos años, en donde se empleó en el servicio doméstico. Tiene dos
chagras: una en terreno del resguardo y otra en la finca de Jaime Barbosa.
Ivonne Chota tiene 22 años de edad, vive con su madre Ruth Lorenzo, tiene dos
hijos, ayuda a su mamá en la chagra y tienen un pequeña chagra de su propiedad.
Acaba de terminar la secundaria y espera poder seguir estudiando y
profesionalizarse.
Características de la comunidad.
La comunidad cuenta con agua suministrada a través del bombeo desde un pozo
artesiano comunitario. Para el almacenamiento se cuenta con un tanque elevado y
tanques plásticos en cada vivienda, además se aprovecha la recolección de aguas
de lluvias en tanques de 1000 y 500 litros. La energía eléctrica es suministrada
directamente de la empresa de energía de Leticia y funciona normalmente las 24
horas.
La mayor parte de las viviendas son de paredes y pisos madera, con techos de
zinc o palma caraná. En los últimos años estos materiales han venido
43
reemplazándose por ladrillo y cemento. Las cocinas de las familias son separadas
de las viviendas y funcionan con fogón de leña, muy pocas viviendas cuentan con
estufas a gas y las existentes son subutilizadas. La comunidad esta dotada con
escuela, hogar comunitario, puesto de salud, dos canchas recreativas, salón
comunal y una iglesia católica que oficia la misa cada domingo. También cuentan
en la actualidad con dos pozos para piscicultura, mantenidos en convenio con
Corpoamazonia y el SENA. En este año se viene adelantando la construcción de
una Maloca; su construcción responde a una petición comunitaria, ante la
inexistencia de un lugar en donde “hacer pelazón” y reunirse para recordar y
fortalecer aspectos propios de la cultura Ticuna.
En ese año se solicitó al INCODER la ampliación del resguardo en 260 has, que
se distribuirían de la siguiente manera: 100 Ha. para San Sebastián, 100 Ha. para
San Antonio y 60 Ha. para San Juan. De esta solicitud, a San Sebastián se le
concedió una ampliación de 65 has. pertenecientes a la finca Cantarana; estos
trámites de adjudicación se encuentran en proceso todavía.
44
Los territorios indígenas de este sector están rodeados en su mayoría por
propiedades privadas. En San Sebastián existen 91 familias; de estas solo
cuentan con terrenos para chagra 80; cada familia tiene en promedio tres chagras
de aproximadamente media hectárea, consideradas por los pobladores de
reducido tamaño. En algunas ocasiones las chagras se encuentran ubicadas en
los terrenos de Jaime Barbosa, Augusto Cruz y Celso Elisalde. Estas chagras se
han establecido allí después de concretar permisos y tratos con los propietarios, a
cambio de partes de la producción de la cosecha o de subproductos como la
fariña; otras se han establecido sin conocimiento de los dueños de manera “ilegal”.
En la actualidad, los propietarios han prohibido el establecimiento de nuevas
chagras dentro de sus tierras.
Ruth Lorenzo excuraca de la comunidad habló de las razones por las cuales el
resguardo es tan pequeño y de las circunstancias en las que la comunidad ha
presentado las solicitudes para la ampliación de su territorio.
45
para escribir o llevar el oficio directamente a la oficina, porque uno, yo digo
de pronto yo digo flojera porque cogía el papel lo botaba y nunca quedaban
con la copia, el paisano eso le gustaba romper y que papel ni que papel, y
así se perdieron muchos documentos de ahí, así se quedo sin ampliación sin
ningún testimonio.
6
Torradero es el lugar adecuado con un horno y un cobertizo para la elaboración de la fariña.
46
PROBLEMATICAS TERRITORIALES
El basurero.
El basurero de Leticia limita con el resguardo. Este lugar además de ser una
fuente generadora de contaminación y enfermedades debido a la inexistencia de
un sistema de manejo de residuos sólidos, ocupa un amplio terreno que con
anterioridad hacia parte de los territorios de uso de los habitantes de la
comunidad. Doña Ruth comenta que el terreno donde se encuentra ubicado el
basurero, es el nacedero de la quebrada Urumutú. Allá vivía el abuelo Alfredo
Manrique (ya fallecido). Ella iba a los ocho años a pescar allí, también era un
salado para cacería en donde se mataba borugo y otras especies animales para
alimentación. Así me comentó sobre la historia del basurero.
V: ¿Y el basurero?
R: Parte del basurero también era otro terreno del finado Abuelito Alfredo
Manrique, hace dos años falleció, mi vecino, el era el dueño de ese terreno
donde actualmente esta el basurero, ahí había un lago por eso es que hoy en
día se ve un chuquial tremendo si no es que lo taparon con la basura por eso
es que no se ve el agua, ahí era un nacedero, parte del que corre ahora para
allá Umurutu, todo ese sector era por eso es que tu ves ese barranco, de ahí
bajaba, ahí pescaban, sacaban tortuga, varias especies de peces, donde que
hubiera seguido el abuelo tendría, después cuando que se murió el esposo
de doña Amalia ahí fue que se endueñaron de ese terreno, don Celso le
compró una parte y como son más avispados la gente en esa época
rompieron monte y hasta cruzaron para el km. 4 de ahí ya se quedaron
sacaron sus papeles y al viejito le toco que salir de ahí, porque un paisano
sin hablar la lengua occidental eso le roban muchas cosas, y cualquier cosa
hay te voy a matar y diciendo eso ya está.
47
Además de haber sido en el pasado un territorio de uso indígena que fue invadido,
el establecimiento del basurero produjo graves problemas de salubridad en las
comunidades del entorno. La aparición de plagas, epidemias, la contaminación de
las fuentes hídricas, los suelos y el aire, han perjudicado gravemente el estado de
salud y las condiciones de vida de los habitantes. El impacto social y ambiental
producido por la presencia del basurero, ha perturbado las comunidades aledañas
durante un periodo de más de diez años.
Desde hace quince años aproximadamente muchas mujeres y hombres del sector
han empezado a dedicarse al reciclaje, en especial de artículos de aluminio y
otros metales. Olivia Santos Pinto es una mujer de 31 años, habitante de San
Sebastián que recicla hace 15 años en el basurero. Acerca de su experiencia en
este trabajo comentó:
O: Cuando tuve a mi primer hijo cuando ya tuvo un añito empecé a ir. Hay
más antiguos que van siempre he ido….En septiembre nos estaban
48
capacitando Carlos Pinto, al fin no quedamos en nada, lo mismo con la
defensa civil pero siempre no quedamos en nada. Iba a haber capacitación
de orgánicos, inorgánicos. Hubo mucha falta de organización.
R: Las señoras que hoy en día se van a reciclar es por la necesidad, porque
no tienen terreno donde hacer chagra. Es una necesidad bien grande aquí en
San Sebastián la falta de terreno.
49
buenas, pero antes porque ahora la gente también dejo de botar porque ellos
mismos le juntan.
La mayoría de personas que van a reciclar, lo hacen por no contar con el acceso a
tierras de cultivo, tal es el caso de la familia Paredes de origen Cocama quienes
como factor adicional atribuyen a su etnia la restricción territorial.
Los terrenos que se usan para establecer las chagras, son distribuidos y
manejados por las abuelas, que aún conservan chagras grandes. Ellas privilegian
a sus hijos y nietos o a las nuevas parejas formadas en sus familias, otorgándoles
partes de sus tierras. Las familias Cocama, Yagua e incluso algunas Ticuna que
no tienen vínculos estrechos con ningún habitante del resguardo, tienen mayores
dificultades para establecer sus chagras por la inexistencia de lazos familiares que
beneficien el traspaso de la tierra.
Dentro del territorio del resguardo de San Sebastián de los Lagos, se encuentran
várzeas pertenecientes al sistema acuático de los lagos de Yahuarcaca. Debido a
la poca disposición de terrenos y la alta productividad de los suelos de la varzea
7
Ver Guío, 2004.
50
en relación con los de tierra firme, las varzeas son cultivadas por los habitantes de
la comunidad y para muchas personas la época en que se muestran disponibles
es la más provechosa en el año para la siembra y cosecha de productos como
yuca, maíz, sandia, pepino, tomate, cilantro y plátano.
Desde hace tres años la vecindad de las fincas ganaderas ha ocasionado otro tipo
de problemas. En la actualidad existe una demanda entablada contra la DIAN
(Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales), a causa de los daños
ocasionados por una manada de más de 500 búfalos que invadieron los terrenos
de chagras de la restinga, destruyendo la totalidad de las cosechas y sembradíos,
perjudicando cultivos de propiedad de habitantes de San Sebastián, Castañal, La
Cholita y La Playa. La demanda de Agosto del 2005 fue fallada a favor de los
agricultores y fueron indemnizados por un muy bajo valor; sin embargo los búfalos
han invadido los terrenos en nuevas ocasiones.
51
Los perjuicios ocasionados por los búfalos han hecho desistir a muchas personas
de la intención de sembrar de nuevo en la varzea. Este año casi nadie la cultivó
pues la gente tiene miedo de que su trabajo sea otra vez destruido y pierdan sus
cosechas. Ángela Santos Pinto también tiene chagras en terrenos privados y cree
que los búfalos son parte del control del propietario en sus tierras.
¿Usted tiene chagras donde Jaime Barbosa? Tengo uno ahí, al momento yo
no le hablo a él, el tampoco me conoce tampoco me ha dicho nada, no me
exige nada, nunca me regaño no me dijo nada.
¿Sabe hace cuanto tiempo se cultiva en tierra de él? Hmmm hace mucho
tiempo, mas de cinco años será, ahorita están yendo mas pa’l centro, aunque
le regañen siguen haciendo chagra, porque donde mas van a hacer chagra,
por ese motivo es que él hace pasar sus búfalos para que no hagan mas
chagra.
Desde la década de 1970 los pueblos indígenas y en especial las mujeres han
ganado reconocimiento como actores ecológicos en las representaciones,
discursos y políticas nacionales e internacionales donde se asume que una
espiritualidad femenina puede ser encontrada en sus tradiciones (Ulloa, 2007). Sin
embargo, los actuales conflictos inciden sobre las decisiones propias en cuanto a
las acciones que sirven para ejercer la autonomía de los territorios indígenas,
generando impactos sobre el entorno natural y la dedicación de sus habitantes
sobre las prácticas de uso y aprovechamiento de los recursos naturales.
52
suficientes y aptas para desarrollar sus formas propias de producción, se hace
necesaria con el fin de sostener y garantizar la autonomía alimentaria.
Las personas que solicitan abrir chagras en los terrenos de Jaime Barbosa, deben
ir a buscarlo a la finca en donde reside, ubicada al lado del Colegio Camilo Torres.
Allí, por medio de un trato informal, se concreta el permiso para sembrar en un
área regularmente de 50 por 50 metros. A cambio las personas deben entregarle
53
una parte del producido. “Si es fariña, un kilo o dos por panero, si es piña una o
dos, dependiendo de la cosecha se le da una parte” , comenta Olivia Santos Pinto.
El trato no especifica las cantidades exactas que deben ser entregadas, pero
todas las personas con chagras en terrenos de fincas privadas tienen presente
separar algunos de sus productos para entregar a los dueños de las tierras en el
momento de sus cosechas.
Eva Alexander Fio, es una mujer de 34 años que llegó hace ocho años,
procedente de la ciudad de Iquitos. Vino a San Sebastián porque contaba con
algunos familiares allí. De sus chagras cuenta:
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V: ¿Todas las chagras están en terrenos de él?
E: Tres y una del resguardo.
V: ¿Le han cedido terreno a alguien para hacer chagra?
E: Si a doña Maria, como madrastra, yo le cedí a ella (madrastra de su
esposo).
V: ¿Ustedes creen que sus chagras son suficientes para producir el alimento
de la casa?
E: No. Porque si uno se trabaja solamente la chagra no le alcanza, porque la
yuca viene de siete meses, cada siete meses no da para vivir entonces uno
tiene que rebuscar salir a pescar, y hacer otros trabajitos mientras que la
yuca madura o mientras que la fruta hecha frutos.
55
De la actual situación territorial del resguardo de San Sebastián se concluyen los
siguientes puntos:
5. Desde hace más o menos 15 años, se está negociando con los propietarios
privados el “préstamo” de los terrenos para hacer chagra, a cambio de
partes de la producción; sin embargo ante el crecimiento de la población y
por ende de las solicitudes de préstamo de tierras, los propietarios privados
están prohibiendo el establecimiento de cultivos en sus fincas.
56
CAPÍTULO 2. IDENTIDAD FEMENINA: LA PELAZÓN Y LAS
MUJERES DE SAN SEBASTIÁN.
El paso de niña a mujer es para los Ticuna un hecho de gran importancia social y
de dominio público; es a partir de este acontecimiento que se construye y
desarrolla el ritual de la pelazón. Su ejecución requiere la transmisión de
conocimientos entre las diferentes generaciones; es un momento y lugar propicio
para hablar sobre los valores, los comportamientos sociales e individuales
correctos e incorrectos, el trabajo, la vida, las responsabilidades como mujer
adulta y todo lo necesario para comprender su rol dentro de la sociedad.
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La Fiesta Ticuna de Yüüechiga, es un ritual de pubertad femenino, que
compromete a la sociedad Ticuna en general; participa la familia, la comunidad y
además son invitadas personas desde otras comunidades para que canten y
bailen. Los preparativos implican la construcción de instrumentos musicales,
elementos rituales, vestuario, ornamentos y la preparación de determinadas
bebidas y alimentos para los invitados.
Cuando empecé a realizar el censo en San Sebastián de los Lagos, llegué a una
casa donde vivía una niña que estaba encerrada pues dentro de poco le iban a
“hacer la pelazón”. La niña tenía trece años y su encierro total duraría quince días.
Mientras este tiempo transcurría, sus familiares lejanos y cercanos se preparaban
todos para la fiesta.
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Foto No. 7 Pintando el Turi para encerrar al a niña durante la pelazón.
Durante la etapa del encierro, a las niñas se les ha enseñado a tejer hamaca,
canasto, cernidor, tipití y a elaborar tinajas de barro. Estas labores además de
servir para la transmisión de conocimientos sobre técnicas y materiales útiles, son
el marco para la transmisión de consejos y enseñanzas sobre cuidados
corporales, disciplina, responsabilidad, dedicación, obediencia y otros valores.
Ocurren muchas cosas durante los tres días que regularmente dura la fiesta. Las
muchachas son adornadas, aconsejadas y curadas por medio de cantos y tabaco,
su cabello es arrancado como un castigo, una reprimenda, por si acaso en el
futuro va a incumplir con sus deberes o porque la niña es muy “brincona y
desjuiciada”. Estas acciones representan la idea de la renovación, la limpieza y la
invocación de los espíritus, para que el mundo se fortalezca, sea prolijo, se
restaure y se mantenga.
Al final del baile la niña es curada por medio de un baño, en medio de la música y
los cantos propios del ritual. Luego se va a descansar, pues queda débil después
de la fiesta. Es necesario que se cuide para que no se enferme. Para los Ticuna,
esta niña Worekü es como si fuera el mundo y la posibilidad de la vida, la
fertilidad, la salud y la abundancia renazca otra vez.
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La idea de conformación del cuerpo, renovación e inmortalidad en los ritos de
paso esta presente entre varios grupos de la amazonia, Mahecha 2004, muestra
entre los Macuna, como la formación del sujeto esta ligada íntimamente con los
procesos de socialización temprana contenidos en pautas de crianza que
involucran relaciones entre hombres y mujeres. Sin embargo reconoce la
agencialidad de la mujer en estos procesos por su capacidad de concebir, cuidar y
criar los hijos. Belaunde 2001, profundiza estos aspectos haciendo un análisis
detallado de las concepciones de genero y fertilidad entre los Airo pai de la
amazonia peruana. Bellier 1991, realiza un estudio sobre las relaciones entre los
hombres y mujeres Mai Huna. Reyes 2008, hace un estudio en profundidad sobre
la salud sexual y reproductiva entre las mujeres de esta comunidad concluyendo
aspectos importantes sobre las características de las construcciones de cuerpo,
de la salud propia y la occidental y las formas de atención en cada uno de los
casos.
En síntesis estos autores sugieren que la manera de considerar el cuerpo para las
culturas amazónicas depende de una construcción social en la que intervienen
sustancias, pensamientos, actividades y comportamientos, que se explicitan con
mas fuerza en los cambios entra las etapas de la vida, para las mujeres
principalmente con la llegada de la primera menstruación, recogiendo los
principales conceptos de la conformación como mujer.
60
aproximadamente dos pelazones por año, mientras que en comunidades del río
Loreto Yacu o en la misma ribera del río Amazonas es menos frecuente o no se
encuentra. Al 90% de las mujeres de San Sebastián les han hecho la pelazón
(Reyes 2008).
61
Desde esta perspectiva, debe considerarse cómo estos cambios son producto de
constantes negociaciones entre lo propio y lo externo que re-estructuran los
ideales de la sociedad e inciden en la generación de nuevas relaciones territoriales
y prácticas sociales.
H: Porque Yoi e Ipi mismo es como para bien para ellos por eso lo hacen,
ellos lo hacen porque es bien para Yoi e Ipi, eso es lo tradicional, hacen la
pelazón porque dicen que los soldados de Yoi otorgan un castigo para las
muchachas, le matan por eso hacen la pelazón, por eso hacen la pelazón
con las muchachas, las niñitas así como Valentina(3 años) se danza con la
tortuga y con la flauta; los micos, hay como una transformación, eso es lo
que le da vida a la pelazón, los micos, como una cáscara, el punto donde
salen los micos es donde uno se divierte, se recrea. Para hacer los premios
asan bocachico pescados grandes, lo asan lo ponen en palos y lo ponen
arriba después eso mismo sacan para hacer la mazamorra de los invitados.
(La abuela) Canta porque en eso ella le da consejo, en el canto ella va
diciendo el consejo o reviviendo lo que está haciendo mal o está haciendo
bien, ella canta para que la muchacha tome conciencia mire lo que ella está
viviendo y abra los ojos hacia lo que ella va a vivir.
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V: ¿Y si no se hace la pelazón?
H: Si no bailan con la muchacha la muchacha hace lo que quiere porque no
tiene consejo de las abuelas.
V: ¿Como fue su pelazón?
H: Antes su (la) pelazón era más bueno que el de hoy, cantaban con ella,
tenían buen consejo, hoy en día se mira ya así como menos porque apenas
son nuevos los abuelos ya murieron los abuelos antiguos que sabían bien,
ahora casi no saben, se emborrachan más, antiguamente había más masato,
payabarú, antiguamente era tres días, ahora solo un día no más.
63
tiene que bajar, yo sentí como miedo cuando las encierra, antiguamente no
nos miraba nadie solo cuando la fiesta para sacarla, dicen las abuelas
antiguamente que cuando un hombre las miraba durante el encierro a veces
se va a la chagra y cualquier animal, el tigre, corre mas peligro, es para
cuidar a las muchachas.
64
Foto No 8. Doña Hilda y su familia.
Doña Hilda va a hacer este año pelazón para su nieta y habló sobre los
preparativos y de las condiciones generales que existen en San Sebastián para el
ritual.
H: Voy a hacer pelazón este año, cuando salen de vacaciones voy a hacer
pelazón a mi nieta. Yo ya estoy haciendo mi payabarú, Yo le voy a comprar
el traje a Jairo porque él ya no tiene hijas señoritas y yo lo va a comprar para
mis nietos, él tiene traje hecho, él tiene el plumaje, Jairo uno de San Pedro,
es mi nieto, hijo de Matilde mi hija. La rueda, uno le dice, usted va hacer el
mascarado, es como una invitación, se invita y los invitados son los que
tienen que traer la mascara, ellos ya no tienen nada que ver encargarse de la
muchacha.
65
También habló de los aspectos espirituales del ritual y de las prácticas de petición
expresadas en él, que se realizan en relación con la continuidad del mundo y
dirigidas principalmente a la garantía de la existencia de los recursos relacionados
con sus actividades económicas como la pesca, la cacería y la agricultura:
66
monte se da, yo siembro bambú para los koiri (instrumentos de viento usados
en la pelazón). Voy a traer pescado pequeño porque ya no hay animales
grandes en el monte. Yo sembré yuca para hacer la pelazón, hace rato yo
sembré mi yuca ya están grandes.
V: ¿A quien van a invitar?
H: A todo el mundo, la invitación es llevar una pepa de huito a cada familia.
Las abuelas relatan pelazones que duraban de tres a cuatro días, los encierros
también eran mas largos y en general según ellas estaban mejor preparadas. En
esa época, dicen, había recursos abundantes para la alimentación y bebida de los
invitados y para la elaboración de los instrumentos, el vestuario y toda la
parafernalia del ritual. Mencionan el hecho de que ya no hay abuelos que sepan
“hacer pelazón de verdad”, pues los que sabían ya se han muerto.
67
Para las abuelas, la pelazón tiene una importancia central en la cultura ticuna, en
cuanto es una fiesta sagrada que requiere de trabajo conjunto y que es un deber
realizar con el fin de proteger, dar consejo, educar, curar, tener abundancia en la
pesca y en las cosechas y para recordar la historia y la cultura.
El trabajo en la pelazón.
68
un curandero es que le da…, tan borracha…, y la viejita déle de saca mi
cabello, el otro día cuero de mi cabello, ¡tres días!, ese es un castigo que me
dieron. Ahí es que yo aprendí a hacer pelazón. Con mis hijas me da lástima.
Curandero fue que le cortó, no cualquier persona. Tres veces yo hice
pelazón a mis hijas, mi mamá me ayudo todos mis hermanos, ellas me
decían lo que me faltaba, me colaboran, invita de Mariguazu, como cantaba,
ese que siempre yo cuento a mi hija antiguamente. Ahora pelazón no dura
una noche otro día ya termina, ahora ya no.
Los preparativos de la pelazón son vistos como un trabajo duro que exige de un
conjunto amplio de conocimientos sobre los elementos que deben ser
conseguidos, la construcción de instrumentos, la preparación de comidas y
bebidas propias del ritual, la decoración y los ornamentos de la joven.
69
M: Todos les han hecho la pelazón, pelazón no es como, eso no es como un
cumpleaños, tiene un trabajo, es un trabajo, primero toca hacer payabarú,
conseguir tambores, se consigue, palma, bambú, taricaya, pluma, achiote,
huito, yanchama, corona, la comida. Es un trabajo. Si Dios me da larga vida
yo voy a hacer pelazón mi nietica.
70
M: Sirve para que no se enfermen los niños, les echa huito para que no le
coja la enfermedad. Primero toca hacer una chagra, a los once años8, toca
tener yuca de comer para pelazón, cuando ya está la primera menstruación,
ya la yuca está buena y vamos a hacer pelazón, para masato, para preparar
payabarú. Nosotros somos indígenas y tenemos clan, uno no puede casar
entre pluma porque si va al monte aparece Yureüma (los demonios) y le
castiga por casar entre primos. Es nuestra fiesta para divertirse, para
proteger, para castigar, para tener buenas cosechas, para aconsejar, los
abuelos cantando es que le dan consejo a uno, los abuelos cantan lo que no
tiene que vivir en mismo clan, que hace caso a la mamá de uno, ayudar
hacer caso a su mamá, no tiene que ir por allá en la calle, cuidar tu ropa,
lavar ropa, hacer tu comida, hacer chagra. Cuando tengo marido cuidar, no ir
con otro hombre. Pero cantando, no decir cosa mala a tu mamá.
Hacia el final de la entrevista, Doña Magdalena resaltó los mismos aspectos que
las abuelas en cuando a los cambios que se han visto en la celebración del ritual,
los principales aspectos fueron el reemplazo de bebidas tradicionales por licores
destilados, la disminución en el tiempo de encierro, los cambios en los atuendos y
la decoración y la deficiencia de recursos dentro del resguardo para cumplir a
cabalidad con los preparativos.
8
Según las mujeres entrevistadas la menarquía se da por lo general entre los once y los trece años
por lo que las madres preparan la chagra para la pelazón desde que la niña tiene once, así
garantizan que la producción este lista en el momento de la pelazón.
71
M: Si, porque cuando nos vamos a olvidar, nunca, tiene que seguir todo el
tiempo.
A la vez expresó detalladamente las cosas que han cambiado en las pelazones
actuales y las razones de estos cambios.
Cuando me sacaron a arrancar mi cabello yo salí con ese tejido, lo que hizo
donde que me lleva en medio de la casa, con eso, es un regalo para los
abuelos, es un premio para ellos, eso que uno hace, dejan también un
ahumado, sale con todo completo, abuelita gana su premio por cantar y dar
consejo a uno.
9
Pelejo: oso perezoso.
72
eso lupuna no quería caer ardilla bajo a avisar. Ya me voy a echar ají en su
ojo para que suelte, le echaron en su ojo, soltó su uña, ardilla bajo rápido, el
tronco alcanzó su cola y por eso quedó levantado después hubo sol porque
antes la lupuna lo tapaba.
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V: ¿Conoce el rito de la pelazón?
A: No yo nunca, yo soy bien paisana pero no me gusta, a mi me hicieron
pero no me gusta y no me gusta nunca me gustó y nunca me gustó, aquí
hacen pelazón pero yo no me voy.
V: ¿Usted sabe para qué sirve la pelazón?
A: No
V: ¿Su abuelita no le contó?
A: Según dice mi abuelita que cuando a uno no le hacen a los niños pelazón
es muy peligroso para andar en monte porque dicen que Churara en idioma
le garrotea le persigue a uno en monte por eso toca hacer pelazón.
V: ¿Y a usted no le parece importante?
A: Pues si pero como uno no sabe como se le hace el pelazón, yo no sé
como se hace.
Mas adelante habló con más elocuencia del trabajo que implica la celebración y de
las creencias de su cultura, con respeto a las restricciones de las mujeres a las
que no se les practica.
74
A: No.
V: ¿Por qué?
A: No tengo yuca suficiente para hacer masato, yo solo tengo yuca mandioca
para hacer fariña, yuca para masato no se puede sembrar porque la gente
mucho roba.
V: ¿Usted cree que la gente debería seguir haciendo la pelazón?
A: Claro que si, les gusta mucho a las viejitas más que todo les gusta
bastante.
10
Como dueños los Ticuna se refieren a los espíritus que “apadrinan”, “protegen” , y/o “identifican” a los
seres de la naturaleza.
75
La decisión de Angela muestra como el no llevar a sus hijas a la chagra por
considerarlas expuestas a peligros ocurre porque sus cuerpos no se prepararon
para esta tarea en el ritual.
Mi Pelazón fue en Zaragoza duro tres días, fue mucha gente, antiguamente
lo hacían bien, por ejemplo antes era más bueno, a veces no le hacen como
es. Por ejemplo antes no había bebida como Tatu, era con masato,
payabarú, caldo, no pa' emborracharse, peliarsen como ahora. Las máscaras
eran más buenas. Ahora las muchachas les llega su menstruación y andan
por ahí como si nada, antes no así yo le quiero hacer a mi hija.
76
V: ¿A todas las mujeres de su familia les han hecho pelazón?
O: Si, a todas menos a una no más, a mi hijo el mayor también le hicieron
cuando era bebé, le pintaron, le cortaron el cabellito.
V: ¿Por qué se hace?
O: Por la menstruación, porque es la cultura, es una fiesta tradicional, es
bueno porque al que no le hace el diablo le pega, para protegerse. No se
más.
V: ¿Cree que es importante?
O: Si es importante, para no olvidarnos de nuestra cultura. Es peligroso, toca
cuidarse, que nadie lo vea a uno porque por ejemplo si, asearse con
remedio, con agua tibia. Si uno no avisa muere rápido, ellos se tienen que
dar cuenta.
A mi me mandaron soplar candela, me llevaron debajo de uvo (corteza
remedio) luego a la cama, ahí encerrada, taparme la cabeza. Quedé bien
blanca, gorda, uno se ve así, ahora las muchachas andan igual así por ahí
no se guardan, ya no dan ganas de mirarles, porque están por ahí. Me
curaron para no embarazarme pero quedé embarazada pronto. Me curó mi
padrino, todavía vive, después de la pelazón me llevaron al río, prendieron
una ramita de uvo me hicieron dar vuelta, así fue que me curaron, a la orilla
del río.
Las máscaras antes si daban miedo mirar, antes era de Yanchama daba
miedo, le hacían bonito. Türi11 era bien bonito, ya se perdió. Ya no le hacen y
es difícil de conseguir. Acá la gente se emborracha con puro tatu y se
pelean, ni cantan se ponen es a jartar trago, antiguamente es pura bebida
tradicional.
11
Encierro para el ritual.
77
A mi me hicieron una casa bien grandota de hoja, hacían minga, imagínate a
la semana ya tenían el encierro. Antes era más preparado, mi hermana
Ángela también, las coronas, los adornos. A mi me iban a entregar a la
fuerza a un muchacho, allá había mucho soldado, yo le dije que no quería.
Yo tenía las fotos pero ya les perdí (de la pelazón). Ahora cuando hacen
pelazón asan pollo antes era carne de monte, pescado seco, buenas
mazamorras.
Según él me dice que me miro toda blanca, bonita (su marido). Yo sufrí
mucho con mi mamá, me pegaba, me castigaba mucho.
78
Ruth Lorenzo habló de estos aspectos y de la incidencia de la pelazón en la
formación de las niñas en la actualidad:
María Lucas tiene 25 años, vive con su esposo hace cinco años en la comunidad,
tienen dos niños. En la actualidad trabaja en la chagra, aunque estuvo viviendo en
Bogotá por un tiempo como empleada en el servicio doméstico. Ella habló de las
condiciones particulares que se dieron para que no se realizara su pelazón y a
pesar de que dice no conocer el ritual a profundidad, conserva la intención de que
a sus hijas se les practique.
79
¿Como te parecía el trabajo? A veces uno se aburre de estar ahí, se aburre
de estar a tendiendo, barriendo, por eso yo me salí también.
¿Como era el horario? Trabajaba todos los días de siete a doce. Descansaba
y luego de dos a cinco.
¿Quien se queda con la bebe cuando vas a la chagra? Le dejo con mi
cuñada.
¿Conoces el rito del a pelazón? Más o menos no, no conozco nada.
¿A ti te hicieron pelazón? Si pero pequeña, a los 8 años me pintaron mi
cuerpo. Mi mamá me mando pintar. No me hicieron pelazón porque cuando
me desarrolle estaba en Bogotá.
¿Cuando estuviste en Bogotá? Estuve dos años en Bogotá, trabajando con
Doña X.
¿Y que tal? Bacano, bonito, yo quería volver pero no tenia cédula.
¿De tu familia a quien más le han hecho pelazón? A mi hermana.
¿Tú sabes para que sirve la pelazón? No, no se, mi mamá me dijo pero yo
me olvidé.
¿Tú crees que es importante hacer la pelazón? Si… (risas) espérate…
¿Te gustaría hacerle (pelazón) a tus hijas? Si mi suegra va a mandarle a
hacer a las dos niñas, ella me dijo así para chuzarle las orejas, a las dos
niñas.
80
vacaciones de mitad de año porque en ese momento hay tiempo. Se celebra
para que haya abundancia, se danza la charapa, los pájaros, varios motivos
en la misma fiesta.
¿A cuantas mujeres de su familia les han hecho la pelazón? Todas, sólo las
chiquitas no, a mi hija ya la pintaron, ya no se escapa ahora toca hacer
pelazón.
¿Cómo fue su pelazón? A los doce años, 3 meses estuve encerrada, me
dieron chambira para tejer, estuve tejiendo, tejer mochila, manilla, muñecos,
tinaja en chambira, todavía la tengo de recuerdo, la empecé en el internado,
salí del internado para acá, volví al internado después. La pelazón fue donde
abuelita Pascuala, vino gente de Santa Sofía, Arara, Nazaret, Progreso,
Ronda, Pedrera, San Juan Bosco, no cabía, todos vinieron a bailar pelazón,
el colegio primero dejaba participar en las fiestas tradicionales, ahora no los
dejan salir. Duró una semana, cuatro días la fiesta propia, me rendí no quise
salir más, hubo harta gente por eso no querían irse, para mi fue la única
pelazón que hubo harta gente, ya no invitan, además la comida esta muy
escasa. Invitaron abuelas de Mariguazu, Nazaret, Arara, de acá,
Mascarados, había masato, payabarú, mazamorra de pescado, hicieron
concursos, bailaron.
¿Sus hijas van a tener pelazón? No ¿Por qué? Mi marido dice que no, pero
eso es con mi mamá, él es evangélico, Las dos abuelitas deciden yo puedo
decir sí pero de donde voy a traer yuca, comida para los invitados.
81
¿Usted considera importante la pelazón? Es importante porque nos da
fuerza, nos enseña, además de la pelazón uno tiene consejos, los abuelos
dicen lo que uno debe hacer, como uno se tiene que comportar, con los hijos
y el marido eso es lo que es mas importante.
¿Cree que debe seguir haciéndose? No importa si la gente no se lleva bien,
lo importante es la fiesta, sí debe seguir haciéndose la pelazón.
¿Qué le falta a las pelazones actuales? Que haya chamanes que sepan de
eso, la comida tradicional porque ahora se hace es con pollo, hace falta un
lugar especial para la pelazón porque ahora se hace en la casa de cada
persona, falta el vestuario.
¿Todas las pelazones son iguales? No todas son iguales, unas terminan,
unas no hacen bien, les falta una parte.
¿Donde consigue los elementos requeridos para la pelazón? Dentro de la
comunidad la yanchama está muy escasa, ahora se manda a pedir o se mete
uno al monte
¿Se hace una chagra para la pelazón? Depende de cada familia.
82
Las abuelas la consideran como indispensable para el equilibrio del orden del
mundo y para la formación de una “buena mujer”. Estas motivaciones van
transformándose con las generaciones más jóvenes, aunque la celebración del
ritual sigue siendo vigente para la mayoría de mujeres de la comunidad. Además
se proyecta su ejecución para las niñas, pues todavía se considera,
principalmente, como una práctica importante para la protección contra espíritus
maléficos, la curación para la procreación y en general el cuidado del cuerpo de la
mujer.
83
CAPÍTULO 3. PERSPECTIVAS Y VALORACIONES
GENERACIONALES DEL TRABAJO Y LA CHAGRA
LA CHAGRA TICUNA
Aunque para los indígenas es claro que los territorios del resguardo son de su
propiedad, existen formas cotidianas de uso y apropiación de la tierra, como la
chagra, que materializan en la praxis la ocupación de un territorio. Hacer chagra
es más que un proceso para conseguir producción de alimentos, implica una
identificación con el territorio y el conocimiento suficiente de las relaciones entre
los recursos existentes allí con el fin de manejarlo y usufructuarlo.
Este trabajo permitió obtener información con respecto las actuales condiciones de
la actividad de la chagra. Las siguientes son las observaciones y conclusiones
sobre los aspectos más característicos de las chagras de San Sebastián.
84
Si bien la intervención inicial en estos espacios por medio de las diferentes etapas
de trabajo (roza, tala, quema / pudre) es comunitario, es claro que el manejo,
dominio y sentido de propiedad son de tipo familiar y es defendido de cualquier
intromisión, consideradas como faltas de respeto con el propietario. Es importante
señalar que aunque dentro de los resguardos hay derechos colectivos sobre el
territorio, existen derechos de propiedad de linajes y clanes sobre el uso de la
tierra que son le otorgan el derecho de uso a los individuos, las familias y los
grupos domésticos.
Actualmente en San Sebastián cada familia posee de una a tres hectáreas, entre
chagras y rastrojos. Las actuales chagras en San Sebastián miden de media a una
hectárea y están siendo usadas constantemente sin periodos de descanso. Lo
anterior afecta la calidad de los suelos y por ende de la producción. De la misma
85
forma los rastrojos vienen siendo tumbados y utilizados para el establecimiento de
nuevas chagras de familiares o de vecinos. Las chagras y rastrojos tiene poca
diversidad de especies y muy pocas plantas pueden ser mantenidas ya que se
priorizan los productos usados en la alimentación, disminuyendo la gama de frutos
y plantas que pueden ser aprovechadas.
86
no permiten rotaciones adecuadas y la acción de los búfalos sobre los cultivos
afecta más el trabajo.
Entre varias comunidades amazónicas son comunes los ritos de paso existentes
que se relacionan con la producción y procesamiento de la yuca. La chagra
también adquiere un significado importante ya que de ella dependen eventos
sociales que marcan diferentes etapas en la vida de las personas. Para los Ticuna
el establecimiento de las chagras está estrechamente relacionado con la
menarquia y la construcción del cuerpo femenino.
Los consejos transmitidos por las abuelas sobre la importancia de saber hacer
buenas chagras, y su importancia como pilar en la conformación como mujer
hacen de la chagra un concepto fundamental en el ritual de la pelazón. En San
Sebastián se conserva la costumbre de hacer una chagra cuando las muchachas
han llegado a la pubertad. Un año después cuando salen de la etapa de encierro
requerida, la preparación del masato y el payabarú para el ritual de iniciación debe
realizarse con la yuca de ésta producción.
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La chagra Ticuna es un importante espacio de educación propia que refleja formas
de aprendizaje en donde el conocimiento no se fragmenta por disciplinas: se
imparte según condiciones de género y edad y se inscribe en espacios y tiempos
específicos. La principal vía de transmisión del conocimiento en la chagra, tiene
que ver con la oralidad y prácticas como el consejo continúan vigentes entre la
sociedad Ticuna.
88
El trabajo de la chagra en San Sebastián.
Todas las mujeres entrevistadas cuentan con terrenos para chagra. Sin embargo
las de mayor edad tienen más espacios sembrados que las más jóvenes; su
tamaño oscila entre media y una hectárea aunque hay pequeños espacios que no
superan los diez por diez metros, donde por lo general se instalan yucales. El
tamaño de las chagras actuales en San Sebastián obedece a la situación de
escasez de tierras en la comunidad. En algunos casos, las familias deben solicitar
terrenos a propietarios privados para establecer sus cultivos; cada familia recibe
en préstamo alrededor de media hectárea.
89
Otras familias establecen sus chagras en terrenos del resguardo, pero debido a la
relación entre población y terreno disponible, el espacio para cada una se ha
restringido a chagras de similar tamaño. Los cultivos predominantes son yuca,
plátano, caimo, piña, y guama y la mayoría de las familias disponen de excedentes
para la comercialización. La elaboración de fariña es otra actividad importante en
la economía de los hogares de San Sebastián, este trabajo se realiza
familiarmente.
La intención de este trabajo era conocer que sucedía con el manejo de las
chagras en las tres generaciones, dados los cambios en el acceso a la tierra, la
aparición de nuevas actividades económicas y los nuevos ideales de vida. Por
medio de las entrevistas se recogieron diferentes opiniones sobre lo que
significaba la chagra para mujeres de varias edades y dedicación laboral. Las
principales diferencias aparecen en las opiniones de los grupos divididos
generacionalmente. Las cuatro abuelas entrevistadas tienen dedicación exclusiva
a la chagra y otras tareas asociadas con ella como la venta de excedentes, la
elaboración de utensilios para el hogar, las artesanías y el procesamiento de
subproductos como la fariña, el almidón de yuca, el masato y otras bebidas
elaboradas con frutos de cosecha.
Las ocho mujeres adultas mayores han alternado la actividad de la chagra con
otras actividades económicas, dedicándole solo una parte de su tiempo laboral por
diferentes motivos entre los que se cuentan: las restricciones territoriales, la
búsqueda de mayores ingresos económicos o el deseo de dedicarse a otras
actividades en alguna etapa de su vida.
Para las más jóvenes, y sobretodo para las que han tenido acceso a la educación
secundaria, la chagra es más bien una tarea que pertenece al pasado y que no
permite un desarrollo apropiado para el estilo de vida que ahora pretenden tener.
A la chagra se acude cuando sobra tiempo del estudio, cuando un familiar requiere
de ayuda, los fines de semana o en época de vacaciones. Sin embargo los tres
90
grupos siguen manteniendo una relación con la agricultura y dependen de ella
para sostenerse más que de cualquier otra actividad.
En una de mis visitas a San Sebastián, llegué a la casa de Juliana Rufino, abuela
de 65 años. Ese día me invitó a recoger yuca en una pequeña chagra que tiene
ubicada en la parte trasera de su casa. Doña Juliana y Don Alfonso Fernández
hacen parte del grupo de familias fundadoras de San Sebastián. Ella se dedica a
cultivar y a tejer; don Alfonso trabaja a su lado en la chagra. Doña Juliana teje por
la noche, a veces no descansa antes de las once o doce. La abuela, se levanta
muy temprano y ese día en compañía de su esposo y uno de sus nietos que venía
a visitarla desde otra comunidad; sembramos aproximadamente 80 esquejes de
yuca en un área de más o menos 20 x 20 metros.
91
Foto No.10 Doña Juliana contándome la historia del Foto No. 11 Trabajo en la chagra.
Abuelo venado.
Foto No. 12 Trabajo en la chagra con el abuelo Alfonso Foto No. 13 Abuela Juliana torciendo chambira en la
casa.
92
Qué es, cómo es y para qué sirve la chagra de la abuela Juliana.
La abuela, sólo tiene chagras al interior del resguardo y aunque ahora las dos que
posee son pequeñas, antes usaba un terreno mucho más amplio que fue dejando
a sus hijos y nietos para que cultivaran; además tiene una chagra en la varzea y
en verano va a abrir otra. Destina para la venta una parte de la producción de
copoazú, caimo, piña y guama y en ocasiones hace intercambios con otros
familiares por ejemplo por pescado salado; también vende fariña por kilos en la
comunidad. La chagra la cosecha con su esposo y en ciertas temporadas
recolecta materiales como bejucos, semillas, chambira y otros vegetales para la
elaboración de utensilios domésticos y artesanías, pues trabaja en la manufactura
de collares, paneros, tipitís, mochilas y hamacas.
“yo debo enseñar a mis hijos y nietos para que ellos tengan lo que necesiten,
para comer, para vestirse, para poder conseguir la plata de lo que no se da
allá, siempre me he dedicado a la chagra, nunca he hecho otro trabajo.”
93
“también es del hombre porque él tumba y ayuda a rozar, pero la mujer es la
que cultiva, antiguamente uno iba al monte y dejaba la herramienta allá, los
machetes, cuando volvía la Curupira12 ya tenia la cosecha lista, era solo
desear las cosas para que aparecieran en abundancia, no como ahora que
hay poquito de todo, la Curupira dejaba marcadas las esquinas en donde
debía hacerse la chagra, pero era grande… como de tres hectáreas no como
ahora, se sembraba de todo, no como ahora, que solo hay yuca y piña. Yo
tengo plátano sembrado en la varzea pero con miedo porque vienen los
búfalos y acaban con todo”.
Una de las dimensiones que resaltó acerca de los “para qué” de la chagra incluyó
la realización de la pelazón. Esta consideración solo fue hecha por las mujeres de
esta generación; las abuelas relacionan la producción de la yuca con la
preparación de bebidas y alimentos necesarios para la celebración del ritual.
Ella hace mingas y aunque no son como “antiguamente” que llevaba payabarú,
masato y jugos de fruta, invita a la familia y van en grupo a hacer trabajos.
También la ayudan sus hijos hombres y mujeres, que son los que la acompañan
con más frecuencia. Para la abuela la chagra es producto de un acumulado de
hechos míticos, históricos y sociales. Además reconoce las actuales
transformaciones de esta tarea a causa de las limitantes territoriales y las
actitudes de las generaciones más jóvenes ante el trabajo. Sin embargo, ella
12
Curupira: La curupira es vista como el espíritu del monte, y la madre de todo. Como la
madremonte, cuida y vela por el buen uso de la selva. Asusta y castiga a la gente y les da
lecciones para que se comporten bien.
94
considera esta labor como crucial para garantizar el sostenimiento y autonomía de
la familia.
Las abuelas son las encargadas de enseñar a “ser buena mujer”. Entre las
características de una buena mujer, está la capacidad de sembrar y mantener una
buena chagra. El ritual de la pelazón tiene un papel central en la conformación de
la identidad femenina: está relacionado con la regeneración del mundo y la idea de
la fertilidad. Por medio de ella, se posibilita la transmisión de valores éticos y
morales que garanticen la existencia de la familia como base de la estructura
social. La realización de una buena pelazón depende de la existencia de bienes,
trabajos, actitudes y creencias, cuya vigencia responde a la existencia de modelos
culturales contenidos en las experiencias de las mujeres y sus conocimientos.
95
relacionarse con el exterior, aprender español, y acercarse a la ciudad. Ellas se
han mantenido en los espacios de la comunidad, practican y conocen más la
lengua propia y en general muestran una actitud más positiva hacia los aspectos
de la cultura propia, en comparación con los hombres. La valoración dada por las
mujeres de este grupo de edad a sus actividades, constata la vigencia de ideales y
prácticas constituyentes de la identidad Ticuna que encuentran en las mujeres,
móviles para su transmisión y reproducción.
Otras entrevistas fueron realizadas a las abuelas Julia Fernández Gómez, Hilda
Lorenzo y Rafaela Fernández Ramos, acerca de sus apreciaciones sobre el
sistema productivo chagra y como trabajan en ella. Estas opiniones muestran
como son concebidos el trabajo, las formas de acceso al conocimiento y la
producción material alrededor de las actividades de cultivo.
Hilda Lorenzo. Chagra es un sitio donde siembro mis frutales como caimo
guama, mis frutas. Mi primera chagra fue cuando era señorita, fue aquí atrás,
quince, doce años, desde chiquitica empecé a trabajar en la chagra.
¿Cuánto tiempo le dedica a la chagra? De siete a once, venimos a almorzar
y luego vamos de dos a cuatro.
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Sobre su dedicación y la participación de sus familias en el trabajo de la chagra se
obtuvieron las siguientes respuestas:
Julia Fernández
V: ¿A que se dedica en el día abuelita?
J.F: Yo más me dedico allá en la chagra, cultivo, siembro, yuca, plátano,
maduro, un ratico me voy a la chagra regreso y vengo a lavar mi ropa yo eso
es lo que me dedico.
V: ¿Siempre se ha dedicado a la chagra?
J.F Siembro piña, caimo. Antes me dedicaba más, mejor, con fuerza, antes
tumbaba los árboles grandes con hacha iba a la chagra porque tenia fuerza
ahora ya no porque estoy abuelita.
V:¿De la casa quien más tiene chagra?
J.F Mis hijos, además de mis hijos yo tengo que enseñar a mis nietos porque
eso es lo que esta dando la plata los frutales, la fariña, todo eso.
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Foto No. 14 Abuela Julia Fernández Foto No. 15 Paneros y producción de copoazú
Foto No. 16 Canastos elaborados por la abuela Julia Foto No. 17 Hamaca y tipiti elaborados por la abuela
Julia
98
De la misma forma recalca la incidencia de esta actividad para la seguridad
alimentaria y como una labor producto de la educación y valores propios de su
cultura, en la que se fundamenta su concepción de bienestar, además de explicitar
las limitaciones actuales de sus condiciones de trabajo. Así lo expresa:
La abuela Julia también habla de cómo la chagra fue una experiencia educativa
que inició desde que era niña y su valoración acerca de la relevancia de la
enseñanza y aprendizaje de la actividad.
99
J.F: Si, yo les llevo machete, les mando cultivar porque eso es lo que ellas
deben aprender, deben saber, no estar en otras cosas sino mejor es en la
chagra, eso les da la alimentación.
Dice que ahora siembra lo mismo, que ahora tiene más que antes. En la CHAGRA
tiene mango, uva, caimo, cancharana, coquillo, chambira; conoce otras plantas
para artesanías alrededor de su chagra pero no cultivadas. Todos sus hijos tienen
chagra y conservan la variedad en sus cultivos. Hace fariña una vez a la semana,
y la vende en Leticia y en la comunidad, lo mismo que las frutas.
100
R.F: Yo antes tenía varias chagras ahora tengo dos no más, antes tenia
varias, de yuca de varias edades para ir cosechando, ahora están
enmontadas y se las he cedido a mis hijos. Ahora tengo chagras en finca de
Jaime Barbosa, las dos que tengo están donde Jaime Barbosa, las otras son
de mis nueras, en la várzea no siembro porque no tengo canoa y porque los
búfalos comen las cosechas.
101
R.F: De Augusto Cruz la primera vez eso era de nosotros yo tumbé palo,
haciendo wayuri minga en el lado de Cruz, yo tenia chagra donde don Cruz,
donde don Cruz le quitó a ella esos terrenos eran de nosotros.
Foto No. 18 Hermana de Hermelinda Foto No. 19 Doña Hermelinda limpiando Foto No. 20 Cocinando en la minga de
extrayendo cogollos de chambira. yuca. Doña Hermelinda.
102
chagra. Antiguamente cuando mamá siempre me regaña. Ahora usted ya es
señorita tiene que tener tu chagra, después cuando ya tu consiga marido ya
tiene de todo. Solamente quiere trabajar en su trabajo, cuando uno no quiere
sufrir en trabajo de blanco, ellos vienen una hora descansar. Por eso es que
a la gente le gusta su chagra, piña, almidón, caimo, allá mismo uno vende
productos de uno, con eso uno mantiene lo nuestro.
En esta como en otras de las entrevistas también se hace evidente los cambios en
los roles de genero cuando actividades pertenecientes al ámbito masculino son
asumidas por las mujeres, generando una recarga en su trabajo.
103
actividad de la chagra; entre sus principales experiencias laborales se encuentran
el servicio doméstico y el reciclaje. Estas informaciones evidenciaron cambios en
la valoración de la chagra por parte de ellas, los conocimientos asociados a ésta y
la pertinencia de su transmisión.
104
Ángela Santos Pinto. 37 años.
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NUEVOS ESPACIOS DE TRABAJO, NUEVAS ACTIVIDADES, NUEVOS
ROLES.
Olivia Santos Pinto es una de las mujeres que trabaja como recicladora en el
basurero, aunque también conserva tres chagras, alternando las dos actividades.
Hace trece años llego de Zaragoza. Ahora tiene 28 y desde que empezó a vivir en
San Sebastián recicla. Dice que se dio cuenta que era bueno porque había un
grupo de personas que ya estaba trabajando en eso y les iba muy bien; los
materiales que recicla son cobre, bronce, aluminio y botellas. El comprador es Don
Forcha que va hasta la comunidad a llevarse el material; sin embargo dice que
para el trabajo que debe hacer la paga no es tan buena.
Los días de reciclar Olivia se levanta a las siete de la mañana, hace el desayuno
lava la loza, y desde las nueve sale para el basurero. Ella va sola, algunas
mujeres llevan a sus hijos pero esto le parece indebido, está prohibido por la
policía y además el basurero es un lugar “muy feo” para los niños. En el basurero
permanece de nueve a once y después regresa a su casa con el material
recolectado. Casi siempre va en grupo con otras personas de la comunidad; son
más o menos diez personas las que están dedicadas a esta actividad (entre ellas
su hermana Ángela Santos, Karime, la Familia Navarro, Edith Castillo, Amparo
Arirama, y Eliana Pérez).
Olivia va a reciclar tres días a la semana, los otros los dedica a la chagra. Para
trabajar en el basurero se protege con guantes de caucho y botas. Hace un tiempo
se dictó una capacitación sobre reciclaje que aunque considera importante, no
tuvo mucha acogida entre la gente. Habla del desorden de algunos recicladores y
de su insatisfacción por no estar organizados. También de cómo el municipio no
se ha preocupado porque el basurero tenga un mejor plan de funcionamiento que
106
facilite su trabajo, y de las promesas incumplidas desde hace varios años de
trasladarlo al Km.18 en mejores condiciones.
La mayoría de los recicladores tienen terrenos muy reducidos para establecer una
chagra, razón por la cual han tenido que acudir a esta actividad como una
posibilidad de conseguir dinero. Olivia vive con su esposo y sus cuatro hijos; él le
ayuda en la chagra pues no le gusta ir al basurero, mientras los niños también los
acompañan en los días que se dedican a esta labor. De nuevo Olivia me repitió
que no hay tierra para sembrar y que la que hay no es buena, no se da el plátano
y los cultivos de yuca no tienen la productividad deseada. Su chagra esta ubicada
en propiedad privada, tiene sembrada, yuca, plátano, piña, uva, caimo, entre otras
plantas. Cuando hay cosecha venden excedentes y de vez en cuando fariña. Al
preguntarle porque no se dedica exclusivamente a la chagra me respondió:
Porque la chagra casi no… la chagra sola es demora para conseguir lo que
uno quiere, en el reciclaje es semanal y quincenal. Si uno tuviera más terreno
para tener. Ahorita no tengo yuca para hacer fariña. Con cosechas
alternativas si daría. Chagra demora mucho, ahorita por ejemplo no tengo
yuca para hacer fariña.
107
Olivia tuvo su primera chagra a los 17 años; su mamá le dio el terreno enmontado
para que ella lo empezara a tumbar. Dice que cuando se reunió con su marido fue
que empezó a hacer chagra y que los dos tenían la misma edad; dice que si le
gusta la chagra y la define así:
Los productos de la chagra que llevan al mercado a vender son piña, asaí y fariña.
Sin embargo la mayor dificultad encontrada es tener que esperar la cosecha o
temporada para recibir dinero. El reciclaje le gusta porque es un “desvare” con el
que consigue dinero fácil en el transcurso de una semana. También piensa que a
la actividad le hace falta organización y capacitaciones.
108
estado trabajando en el pueblo su relación y asistencia a su chagra se han
transformado.
E.J: Pues nosotros nos dedicamos a nuestra chagra, no voy a decir que no
tengo, sino como te contó la Ruth yo estoy trabajando en el pueblo por la
necesidad. Porque usté mismo sabe que aquí no hay terreno grande que es
de propiedad de San Sebastián, no que yo voy a hacer y voy a hacer de mi
mismo no. Donde yo estoy haciendo mi chagra es de ajeno de don Jaime
Barbosa ahí es estoy haciendo pero está que nos quita, que no en eso
estamos pero yo tengo chagra ahí, tengo yuca esta limpio sino mientras está
creciendo fue que yo me metí a trabajar porque tu sabes que mis hijos tan
estudiando, a veces mi marido no tiene trabajo, no, no tiene un trabajo fijo
tiene que estar rebuscando que está ayudando así. Yo también tengo que
esta rebuscando de esa manera fue que yo me metí a trabajar a rebuscar
también porque de donde voy a comer de donde voy a dar a mis hijos sus
útiles, a veces a mi marido le salen quince días una semana y ahí para y ahí
que vamos a comer de ahí. Mis hijos piden pa’ su colegio de donde le vamos
a dar por eso me metí a trabajar, pero no es un sueldo que digamos me
109
paguen mínimo, es un sueldito pequeño que tampoco ni me alcanza pero
que me toca por la necesidad.
R.L: Siempre hay algunas que lavan, son señoras domésticas, empleadas
domésticas, mas o menos yo veo que hay unas 20 mujeres que lavan,
ejemplo, doña Maria, otras señoras que ahorita no me acuerdo, no están
todos los días allá pero dos veces a la semana, o (una) a la semana, así
están distribuidas.
Maria Pineda, Estella Jordán, Pilar Navarro, mi prima Salvina que trabaja
donde Noemí, y otras señoras de por allá abajo, el promedio es de quince a
veinte señoras.
R.L: Ellas tienen su chacrita pero pequeña, mezclan su trabajo con la chagra.
Tiene 50 años, cuando tenía 15 viajó a Bogotá pues sus padres se la “entregaron”
a una señora que la llevó a trabajar como empleada doméstica en su casa. Vivió
dos años en Bogotá, se aburrió y regresó a Leticia. Su hija viajó en idénticas
circunstancias a Bogotá pero a diferencia de Doña Hermelinda, permaneció tres
años en la ciudad sin avisar a su familia. Cuando volvieron a tener noticias de ella,
se había casado y tenía dos niñas. Un tiempo después regresó a San Sebastián y
permaneció un año. Después volvió a Bogotá a encontrarse con su esposo y se
quedó viviendo definitivamente allí. Son muchas las mujeres indígenas de las
comunidades cercanas a cascos urbanos que son convencidas para viajar a
110
Bogotá a emplearse en el servicio doméstico. En la actualidad y con el crecimiento
de Leticia, esta ciudad también ha empezado a demandar personas para estos
oficios. Cada vez es mayor la cantidad de mujeres que se emplean en casas de
familia.
Las mujeres indígenas que trabajan en el servicio doméstico son muchas veces
irrespetadas y maltratadas por sus patrones, acusándolas de ladronas, perezosas
o “cochinas”. Muchas veces no se trata solo de maltrato verbal sino actitudes de
irrespeto como dirigirse a ellas como menores de edad, rechazando “modales
impropios”, desconsiderando sus edades (en el caso de personas mayores); la
violencia sexual también fue comentada dentro de las entrevistas. En general,
todas estas situaciones perpetúan la relación asimétrica entre indígenas y no
indígenas, ahora por medio de unas nuevas relaciones de servidumbre.
111
Sin embargo, al comparar estos trabajos con la dedicación a la chagra, se resaltan
otras ventajas como la autonomía y la independencia en la elección de las tareas.
La respuesta de Ruth Lorenzo al preguntarle porqué creía que las mujeres
buscaban emplearse en el servicio doméstico fue la siguiente:
Porque no ganan suficiente plata. Tienen pereza, pero hay otras personas,
en la época de nosotros mas nos gustaba la chagra, que estar como
empleadas doméstica de otras personas, porque de pronto el mismo patrón
se abusa de las mujeres, le preñan y lo deja y después no hay una
responsabilidad, eso era uno de los puntos que nosotras en la época de mi,
yo ví, que nunca me gustaba ser mandada por otros como esclava que tiene
que lavar esto, que tiene que lavar el otro, mientras en la casa pues uno lava
de uno, hace la comida, cuando uno le gusta ir a la chagra de pronto dos o
cuatro horas y yo llegó y no hay nadie que me esté diciendo Ahh!! mira esto
te toca hacer, esto no se que, uno ahí libre, hay libertad en la chagra, por eso
es que a mi nunca me gustó ser empleada, porque mucho comentario
también, mire estos patrones son groseros, abusan o le echan la culpa que
se robó no se que solamente para… nunca me gustó ser empleada. Yo estoy
ahí más tranquila desyerbando lo que yo saco es mío y como con mi familia
no tengo porque estar pagando.
112
Foto No. 22 Una de las mujeres de la familia Santos
dedicada al reciclaje
Otras actividades
Eva Alexander Fio tiene 34 años, nació en Brasil y hace ocho años vive en San
Sebastián; se dedica a la chagra y acaba de empezar con una tienda. No tiene
más trabajos además de la chagra, esporádicamente se ha ocupado en el pueblo
haciendo aseo en casas de familia. De la última casa se retiró porque tuvo un
bebé que necesitaba cuidar. Por el trabajo recibía $200.000 mensuales y le
parecía un mal sueldo, pues trabajaba de lunes a sábado, de siete de la mañana a
tres de la tarde.
En la actualidad, atiende su negocio y se dedica desde las siete hasta las diez de
la mañana a la chagra. Esta se encuentra ubicada en propiedad privada y el trato
que hizo con el propietario consistió en dar algunos kilos de fariña, o pequeñas
partes de su producción de yuca para usar el terreno. Este convenio está
generalizado para todos los habitantes que utilizan terrenos de esta finca.
También tienen chagras en la varzea con yuca para comer (no amarga) y plátano
pero han tenido problemas con la entrada de los búfalos.
Eva tiene su tienda hace dos semanas, allí vende su producción de fariña de 20
kilos a la semana y al pueblo lleva caimo, piña, y plátano cuando hay. No fabrica
artesanías pues no sabe, y nunca se ha dedicado a reciclar. Su esposo la ayuda
113
de vez en cuando en la chagra, cuando tiene tiempo y no está ocupado en los
“trabajitos “que le salen.
Las actividades de estas mujeres han estado en constante negociación con sus
necesidades y las ofertas de trabajo que se presenten, así como con la existencia
de condiciones adecuadas para el desarrollo de las labores agrícolas. Para
muchas de ellas “cada cosa tiene su tiempo”. Sin embargo la elección de cada
actividad o la interacción entre diferentes actividades reconfiguran la identidad de
género, reflejando cambios significativos en las funciones sociales de las mujeres
dentro de la comunidad.
Estos cambios en los roles propios de las actividades femeninas son dados en
diferentes aspectos: el tiempo dedicado a la crianza y educación propia de los
hijos, el uso del territorio por medio de la practica de los conocimientos indígenas,
la perdida de biodiversidad en el proceso de cambio de los espacios de cultivo,
por ende se arriesga la seguridad alimentaria, la autonomía e independencia en
las labores es perdida en los nuevos trabajos, siendo además victimas de
explotación laboral.
114
Foto No. 23 Taller de elaboración de utensilios domésticos
Muchas de las jóvenes muestran una actitud negativa ante las actividades de
la chagra, evitan realizar las tareas y las madres no los “obligan” a las
ayudas requeridas.
A.S A ellas no les gusta pregúnteles, ellas no me ayudan, yo no les mando
tampoco, no les gusta trabajar, ellas son que no les gusta la chagra, no les
gusta nada.
V: ¿Usted nunca llevó a sus hijas?
A.S: no señora ellas no le gusta, ellas lloran cuando yo le llevo, le molesta,
les fastidia esas abejitas que le pican y ellas no están acostumbradas a eso,
si yo les llevo ellas ya quieren venir, vamos ya mamá, vamos pa’ la casa,
mejor dicho fastidian, mi único que yo le crié en la chagra fue mi hijo que
murió, pero eso ya no se cuenta, el sufría conmigo trabajaba conmigo,
115
rozaba, sacaba yuca, traía leña, de ahí ya que le hicieron pura maldad, se
ahorcó, 16 años yo sufrí bastante por él. Yo no quiero hacer sufrir a mis hijos
ahora que tengo solo dos.
V: ¿Le gustaría que sus hijas hicieran chagra?
A.S: Depende de ellas
V: ¿Les daría el consejo de que tuvieran?
A.S Pues digo que yo no puedo obligarlas, a veces yo le digo a ésta, ella
siempre me ayuda, la negrita, la blanquita no le gusta la masa (la masa de
yuca) porque huele a feo, por eso ellas tienen que estudiar porque sino van a
sufrir como yo.
V: ¿Porque dice que sufrimiento?
A.S Duro porque uno sola, entre dos no se sufre, porque uno rayar sola,
cargue el bulto, amasar prensar quien te va a ayudar, yo cuando estaba con
él no sufría porque él me cargaba el bulto de yuca, ayudaba a rayar todo eso,
uno solo sufre.
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ejemplo el caso mío yo tengo para que se gradúen son tres, de ese tres será
que van a quedar igual que yo, terminando solamente el bachillerato y no van
a seguir estudiando. ¿Por qué? , porque uno no tiene un trabajo fijo, no tiene
una chagra grande para uno poder sacar mas o menos diarios 30 k de fariña
que es algo o sacar casabe para vender para poder dar la educación lo que
ellos se merecen, eso es un problema.
V: ¿Las niñas de acá van a la chagra?
R.L: Yo veo que las que son verdaderas hijas de aquí se van pa la chagra,
llegan de la escuela inmediatamente cambian, y llevan agua para su mamá
porque ya la mamá está en la chagra, ya tiene comida, lleva comida allá se
van a almorzar o a comer y ellos están ahí mas bien jugando, ayudando, de
pronto si los jóvenes dicen ahí hay piña recogida mientras tanto que la madre
esta trabajando ellos van cargando la piña para su casa, la fruta para que al
día siguiente su mamá pueda vender tranquilamente en Leticia. Las
verdaderas familia Gómez, Fernández, Rufino, Lorenzo, Santos, son los que
yo veo mayoría, últimamente solamente por el programa guardabosques se
pusieron pilosos todo mundo hizo su chagra pero muy poco, simplemente
para cumplir requisito.
Dedicándose a estudiar
Doña Ruth estaba cuidando a su nieta Valentina mientras Ivon, su hija de 20 años,
cumplía con las 80 horas de práctica exigidas por su colegio para terminar los
estudios secundarios. “No le importa hacer ese sacrificio” porque quiere ver a su
hija graduada. Para ella hubiera sido ideal que Ivon terminara el colegio y fuera a
117
la universidad, ya que es su única hija mujer. Ivon tiene 20 años y su hija uno,
viven solas, Ivon no tiene chagra ni trabajo, espera conseguirlo cuando se gradúe.
Doña Ruth recuerda cómo de pequeña en el colegio la insultaban por ser chagrera
e incluso tuvo problemas por defenderse. Aunque no le tocó la prohibición de su
lengua en la escuela, ya existían en su casa un silencio del Ticuna heredado de
sus padres, que afortunadamente ahora ha desaparecido. Sin embargo, como
ocurre en la mayoría de las casas donde hay muchachos estudiando en el colegio,
el uso del Ticuna dentro del hogar ha empezado ha disminuir. Aunque defiende y
aprecia su condición como agricultura, doña Ruth no quiere para sus hijos “la
misma vida” y ha empezado a fomentar en ellos la necesidad de que estudien y se
profesionalicen con el fin de mejorar sus condiciones.
En el internado San Juan Bosco estudian casi la totalidad de los jóvenes del sector
de los Lagos, que En su mayoría son hombres. Aunque la razón puede ser que el
colegio en principio era masculino, esta situación también responde a que las
mujeres jóvenes de las comunidades empiezan a asumir su rol de madres más o
menos desde los 15 años, lo que les dificulta continuar con la educación
secundaria.
118
auto subsistencia, de los conocimientos locales y de los elementos identitarios
contenidos en ellas.
Rosiney Ahue tiene 24 años y es una de las pocas mujeres de San Sebastián que
ha tenido acceso a la educación superior. Aunque su deseo era adelantar estudios
en educación física, cursa cuarto semestre del programa de etnoeducación de la
Universidad Pontificia Bolivariana; se decidió por esta carrera al no haber más
ofertas de formación de fácil acceso. La universidad en donde estudia es de tipo
semi-presencial, lo que le ha permitido asistir en el SENA a cursos de
fundamentación en informática, Internet y Power point.
Tiene cuatro hijos y vive con su esposo que aún no ha terminado los estudios
secundarios, pero que espera continuar con la educación universitaria. De vez en
cuando trabaja en la chagra de su suegra con el fin de abastecer a la familia. Su
familia se compone de once personas, para todos cuentan con dos chagras, una
de las cuales está hasta ahora quemada y esperando a ser cultivada. La
producción de éstas no alcanza para suplir las necesidades de consumo por lo
que hacen mercado en el pueblo. El esposo de la suegra es empleado público,
trabaja con la Secretaria de educación, lo que les ha dado un ingreso monetario
estable para aprovisionarse en el mercado.
Rosiney piensa que hay que darle tiempo a cada cosa. Si no se puede estudiar se
dedica a la chagra. Pero hace énfasis en que su prioridad es el estudio. Entre las
dos actividades escogería estudiar porque le gusta poco el trabajo de la chagra,
desde pequeña estuvo apoyada por su padre para que continuara con la
educación escolarizada. Él es maestro en Puerto Nariño y le colabora
económicamente con su formación. Me dice que su mamá es muy dedicada a la
chagra, ella vive en Puerto Nariño.
119
práctica, menos pensativo”. Sus respuestas hacen pensar que más que el deseo
de estudiar o de la posibilidad de acceder a ingresos económicos extras, su ideal
consiste en no dedicarse a la chagra. Es algo que le incentivaron desde pequeña,
en sus palabras: “el estudio es la única forma de salir adelante y desarrollarse”,
“quiero acogerme al medio de ustedes”.
120
estudiantes debían exponer sus puntos de vista acerca de este proceso y si
estaban de acuerdo o no. A la vez expondrían que medidas se debían tomar en
este momento histórico para “no quedarse por fuera de ella”, como una necesidad
a priori en su futuro y el de sus comunidades. La mayoría de los estudiares
opinaron que debían formarse para ser competentes en un mundo globalizado. Se
refirieron a la necesidad de capacitarse en áreas del conocimiento como los
sistemas, la tecnología y las comunicaciones, pues se consideraron como las
profesiones más importantes para obtener beneficios.
121
tareas que antes eran compartidas como la tumba de las áreas para chagra, la
elaboración de fariña, la obtención de leña para combustible, entre otras.
Aunque las mujeres de resguardo siguen a cargo del hogar, dedicándose a las
labores propias, en la actualidad han empezado a buscar otras fuentes de
ingresos económicos y en muchas ocasiones alternan sus tareas con empleos
externos.
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CAPITULO 4. CONSIDERACIONES FINALES.
El trabajo y las motivaciones personales.
123
erróneamente al servicio doméstico, es común que las empleadas del servicio
sean tratadas como menores de edad, ignorantes, incapaces, sucias y en general
como incompetentes para el modo de vivir del “otro”. Cuando las mujeres ingresan
a trabajar en las casas de familia, también inician un proceso de re-evaluación y
re-educación de las practicas propias como hábitos alimenticios, códigos estéticos
sobre el cuerpo y el vestido, creencias, pautas de crianza, además de producirse
una nueva mirada sobre la actividad de la chagra.
13
Rozar es el paso previo a la tumba de árboles de talle grueso, en esta etapa se cortan los latizales (plantas de
tallos inferiores a quince centimetros) y hierbas mayores.
14
Cultivar se refiere a deshierbar y limpiar el área de cultivo.
124
desarrolladas por una pareja de esposos. Principalmente la cosecha es un
momento que se reserva para las relaciones familiares mas intimas.
4. Atendiendo al concepto de socialidad de Gasché que extiende la socializad
a la relación con otros seres de la naturaleza no humanos, cuando la mujer
asiste a la chagra sin compañía de sus familiares, la relación con sus
cultivos también denota otro campo de socialización en cuanto ella actúa
como la “madre” que cuida del bienestar y crecimiento de sus productos.
5. Comercialización de excedentes: Cuando se dedica parte de la producción
de la chagra para la venta, pueden generarse algunas asociaciones para la
venta del producto y no tener que acudir de manera individual al pueblo que
es el lugar de venta; sin embargo, en la mayoría de los casos, son los
esposos quienes llevan los frutos, fariña, o los otros productos y los venden
en el mercado a otros comerciantes o directamente a los compradores.
125
productivo propio. Es en ese momento en donde se pone a prueba la vocación,
fuerza, conocimiento y poder de la mujer, que debe demostrar ser buena chagrera
ya que mantener una buena chagra da cuenta de su capacidad de producir
alimentos para su hogar.
Foto No. 25 Trabajo familiar. Foto No. 26 Aprendiendo a torcer Foto No. 27 Preparación de alimentos en la
chambira. chagra.
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para la regeneración de suelo teniendo muchas veces que rozar árboles frutales
de cortas edades, la misma chagra se convierte en rotatoria impidiendo el
mantenimiento de los rastrojos.
127
Finalmente se reconoce la pertinencia de la recuperación de territorios con el fin
de poder dar continuidad a la actividad de la chagra, además de la necesidad de la
recuperación de los suelos, que permita el bienestar de la población en aumento.
Trabajo y socialidad.
Existen diferentes razones para que las mujeres estén optando por acudir a estas
nuevas actividades, en primer lugar las limitaciones territoriales y ambientales a
las que se encuentra sujeto el resguardo de San Sebastián, no permiten que la
actividad de la chagra pueda ser desarrollada con total libertad. La presión
ejercida sobre los insuficientes espacios de cultivo con los que cuentan, ha hecho
que los suelos se agoten limitando la cantidad y calidad de la producción agrícola.
Por otra parte la invasión y depredación de los terrenos de cultivo debido a la
irresponsable actividad ganadera continua perjudicando lo pocos cultivos ubicados
en la zona de várzea produciendo que muchas mujeres eviten utilizar y aprovechar
estas provechosas áreas de producción limitando aún mas la producción agrícola.
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La educación escolarizada con la imposición de juicios de valor negativos hacia
las actividades propias también ha influido en la concepción de nuevos ideales de
vida mas alejados de las actividades tradicionales.
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