Вы находитесь на странице: 1из 28

Historia de la sexología 1

Historia de la sexología

Objetivos:

- Conocer el desarrollo del conocimiento sexual a partir de la edad antigua.


- Relacionar el poder, el saber y la sexualidad.
- Adquirir una postura crítica ante la construcción de la propia sexualidad.

La sexología es el estudio de la sexualidad, particularmente, la sexualidad


humana, incluyendo la anatomía, fisiología y psicología de la actividad sexual y la
reproducción (APA, 2007). Por tanto, este capítulo supone un breve y
extraordinariamente resumido recorrido a través de las teorías científicas
dominantes que han ido afectando el conocimiento entorno a la sexualidad
humana a lo largo de los años.

Esperamos mostrar cómo a lo largo de la historia, la sexualidad cobró un


protagonismo diferente en la investigación, la sociedad y la familia, siendo
aceptada y fomentada unas veces y, reprimida otras. Estos cambios afectaron las
ideas que se han ido formando respecto a la sexualidad y que han influido en la
conducta sexual tanto de los varones como de las mujeres de hoy.

En este capítulo, por tanto, presentaremos brevemente el desarrollo del estudio de


la sexualidad humana desde la edad antigua hasta la época contemporánea.1 Nos
centraremos en el conocimiento recopilado por la cultura occidental ignorando las
contribuciones de las civilizaciones orientales, no porque éstas no fueran
importantes, sino porque nuestra sociedad ha sido más influenciada por la cultura
occidental que la oriental.

1
La estructura y contenido de este capítulo se basa fundamentalmente en la obra de Bernardo
Moreno (1990) La sexualidad humana: estudio y perspectiva histórica. Madrid: Fundación
Universidad Empresa.

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 2

EDAD ANTIGUA

Consideramos la Edad Antigua, como aquella que comienza con la aparición de la


escritura (4000 a.c.) y termina con la caída del Imperio Romano en el sigo V. En
esta época histórica, los estudios de sexología se encontraban dispersos en las
obras de filosofía, medicina y en el saber popular. El centro de preocupación era la
procreación humana, por ello su estudio estaba íntimamente ligado a la obstetricia
y a la ginecología en general.

El estudio sistemático de la conducta sexual data de la época griega, el momento


histórico donde se sitúa el comienzo de la reflexión racional sobre la naturaleza y
el hombre, allí donde se suele ubicar la aparición de la filosofía y la ciencia.

Grecia

Son médicos como Hipócrates y filósofos como Platón y Aristóteles los que
iniciaron la investigación sexual. Ellos elaboraron teorías sobre las relaciones
sexuales, sus disfunciones, la reproducción, etc.

La teoría humoral de Hipócrates (siglo V a.c.) influyó en


el conocimiento de la medicina hasta el renacimiento. Él
postuló la existencia de cuatro humores: sangre, bilis
amarilla, bilis negra y flema. Los cuales debían estar en
equilibrio en el individuo para que éste estuviera
saludable.

La sexología hipocrática se desarrolló a partir de este


presupuesto teórico, y se concentró principalmente en el
libro Sobre la generación. En él, Hipócrates discutió el
valor del coito para gozar de buena salud, la función del
Hipócrates
placer sexual en la fecundación y la teoría de la (460 a. C.-370 a. C.)
intersexualidad. Para Hipócrates, las mujeres que
mantienen relaciones sexuales gozan de mejor salud que las otras, porque el
útero se humedece a través del coito, aunque ellas, por su naturaleza fría serían
menos voluptuosas que el varón. Asimismo, el placer causado por el frotamiento
del pene y el movimiento de la matriz excita el calor por el cuerpo haciendo que el
semen masculino y el femenino se cocinen en el útero y haya fecundación. Este
semen, tanto en el varón como en la mujer, contiene gérmenes del sexo masculino
y femenino (teoría de la intersexualidad). El sexo del feto dependerá de la
fortaleza de estos gérmenes. Hipócrates pensó que de gérmenes fuertes nacerían
los niños y de gérmenes débiles: las niñas.

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 3

Posteriormente, Aristóteles negó la existencia de semen femenino, defendida


hasta entonces por Hipócrates, y la teoría de la intersexualidad y, situó en el varón
el protagonismo de la generación; razonó que en el humano no pueden existir dos
secreciones espermáticas y la mujer ya tiene flujo
menstrual, por tanto, sólo el varón podría tener semen.

Asimismo, desde la metafísica Aristotélica se planteó que


todos los cuerpos se componían de materia y de forma, por
tanto también el hombre. Puesto que la materia recibe la
forma y la forma tiene como función transmitir la
configuración de quien la emite, el macho “es el que
engendra otro ser” y la hembra es “el ser de quién sale el
ser engendrado”. Consecuentemente, el macho es forma,
la mujer materia, en tanto que ella es pasiva, su función se
Aristóteles limita a prestar su cuerpo para desarrollar un nuevo ser.
(384 a.C.–322 a. C.)
De esta manera, gracias a Aristóteles, lo que era creencia
o mitología popular adquiere rango de Ciencia: la mujer no es más que el
receptáculo de la acción del varón.

Roma

En el estudio de la sexualidad en la época romana, se pueden rescatar entre otros


nombres, el de Plinio el Viejo, Sorano y Galeno, quienes
contribuyeron principalmente al conocimiento de la
anatomía femenina. Su trabajo estimuló la curiosidad de
estudiosos árabes quienes tradujeron sus trabajos y los
pasaron a la Europa medieval (Moreno,1990; Haeberle,
1988).

Plinio el Viejo (23-79 d.C) autor de la Enciclopedia “Historia


Natural” transmitió el saber desde Aristóteles hasta los
primeros siglos de la era cristiana, en ella reunió casi todo
el saber de su época. En relación a la sexología de la
época se rescata sus escritos sobre afrodisiacos,
anafrodisiacos, peligros de la menstruación, etc.

Sorano, un médico griego radicado


en Roma, describió la vagina, la
anatomía de los órganos genitales de varones y mujeres.
Se lo considera el padre de la ginecología por su obra
“Gynaecia”,

Galeno (siglo II d.C), por otra parte, mencionó la existencia


de testículos femeninos en los que se origina el semen
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 4

femenino. Este semen es constituido por sangre que se cocina y se vuelve blanca
en los testículos (órganos conocidos posteriormente como ovarios) que envían el
esperma al útero mediante conductos.

Planteó que el ejercicio sexual es una necesidad del organismo, sin embargo
previene contra la pérdida excesiva de semen, considerado el agua de la vida, por
que piensa que los animales con una intensa actividad sexual mueren antes que
los otros.

Explica la diferencia estructural de machos y hembras, reafirmando la supremacía


masculina. Según él, el hombre se gesta a la derecha de la matriz, cerca al
hígado, lo que ocasiona que esté más caliente y mejor alimentado que la mujer
que se gesta al lado izquierdo.

EDAD MEDIA S.XIII-XIV

La Edad Media, Medievo o Medioevo es el periodo de historia europea que


comienza con la caída del Imperio Romano (siglo V) y abarca hasta el
Renacimiento o Era de la Ilustración (siglo XV) con el descubrimiento de América,
invención de la imprenta, entre otros eventos de trascendencia mundial.

La primera etapa de la Edad Media se caracteriza por la presencia de invasiones


del Norte de África y del Medio Oriente, así en el siglo VII lo que fue parte del
Imperio Romano se convierte en un Imperio Islámico trayendo consigo cambios
substanciales a nivel social y político. En estos años, el cristianismo también se
expande en el oeste europeo estableciéndose en distintos reinos.

Durante la segunda etapa de la Edad Media la población


europea aumentó, comenzaron las Cruzadas en 1095, en
un intento de los europeos cristianos por retomar el
control de la tierra ganada por los musulmanes. En estos
años fundaron universidades, construyeron catedrales.

Finalmente, en la última etapa de la Edad Media, la


población europea se vio fuertemente reducida por la
plaga, que mató aproximadamente un tercio de la
población. Había guerra, crítica al poder de la Iglesia, y un sin número de
desarrollos científicos que dieron pie al final de la Edad Media.

Durante esta época, el saber sexológico se basó en la medicina y la filosofía, pero


fue una época de recopilación más que de innovación. En el ámbito de la medicina
cobran importancia los estudios anatómicos del aparato genital árabes: el “Alí Ibn
al-Abbás” traducido como “Pantegni” y el “Canon” de Avicena. En esta época el
conocimiento de la sexualidad se integró a la filosofía del universo y del
macrocosmos aristotélico (Moreno, 1990).
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 5

El conocimiento anatómico se basó en la disección de cerdos por la creencia que


el hombre se parece externamente a un mono e internamente a un cerdo. De
estos estudios se obtuvieron descripciones bastante exactas sobre el escroto y los
canales espermáticos. Sin embargo, erraron al describir la matriz y el órgano
masculino. Pensaron que la matriz humana, al igual que la del cerdo, era rugosa y
pilosa para retener esperma masculino y, que el órgano masculino tenia tendones
y cartílago.

Este conocimiento se integró a la construcción aristotélica de la realidad, se


observa, por tanto, en el conocimiento sexológico un doble fenómeno (Moreno,
1990):

1) Se diferencia la sexualidad masculina de la femenina. La sexualidad de la


mujer es analizada desde el varón y sus necesidades. Es vista como una forma
de servir al varón.

2) Se separa la mujer - cortesana de la mujer - madre. Fuera del matrimonio, la


mujer es protagonista de su sexualidad, domina secretos y técnicas sexuales,
es objeto de deseo y preocupación de los hombres por sus inclinaciones
difíciles de satisfacer. Dentro del matrimonio es receptora del semen
masculino, no compañera del juego amoroso.

La diferencia que se realiza de la sexualidad masculina y la


femenina se debe en parte a la creencia planteada en el Canon
de Avicena de la existencia de una correspondencia inversa
entre los órganos genitales masculinos y femeninos. Dado que
se pensaba que los órganos femeninos eran un repliegue hacia
adentro de los órganos masculinos, toda descripción de la
anatomía genital femenina se hizo en función a la masculina.

Avicena
(980-1037 d.C.)
Persia

Tabla 1. Correspondencia entre la anatomía genital masculina y femenina

Anatomía Femenina Anatomía Masculina


Labios vulvares Prepucio
Vagina Pene
Ovarios (función desconocida) Testículos
Semen femenino Semen masculino
Clítoris ¿?

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 6

En este esquema, el clítoris desconcertó a los varones que realizaban estos


estudios porque les rompe la idea de una correspondencia exacta entre ambos
genitales. No es extraño por tanto, que Avicena y Albucasis se refieran al clítoris
como una patología que debía ser intervenida quirúrgicamente. Pensar que a
estos estudiosos les resultara más fácil mutilar el cuerpo femenino que flexibilizar
sus creencias resulta cuanto menos, llamativo; razón por la que debemos
preguntarnos sobre la existencia de otras motivaciones que justificaran este tipo
de prácticas y que las justifiquen aún hoy en día.

Desde la perspectiva médica se mantuvo la idea del esperma femenino y


masculino y la necesidad de la presencia de placer para la concepción. Este
planteamiento va en contra de la perspectiva aristotélica, desde la cual se
planteaba que admitir la existencia de esperma femenino capaz de configurar la
materia sería tanto como admitir que la mujer podía concebir sola, ya que poseería
un principio activo: su propio esperma y un principio pasivo, la sangre menstrual.
Aún así, Avicena, Alberto Magno y Averroes argumentan contra la idea aristotélica
y citan casos de yeguas y mujeres que se quedaron embarazadas por el contacto
con el aire.

En esta época las creencias entorno a las relaciones sexuales, y en particular, la


sexualidad de la mujer, son un tanto contradictorias. Por una parte se plantea la
necesidad del placer para la concepción, y por otra, existe cierta preocupación por
la sexualidad femenina que recibe bastante atención de Aristóteles y otros
pensadores. Curiosamente, la mujer es considerada más ardiente y deseosa que
el varón a pesar de ser de constitución física más fría y de cumplir con una función
totalmente pasiva en la generación. Esta contradicción es explicada por
Aristóteles, quién afirma que el frío busca calor, por lo cual, la mujer es una
criatura siempre preparada para el coito que después de éste, se queda relajada
pero no saciada. Esta situación es algo contradictoria a la noción del varón como
principio activo de la generación (¿Tal vez esto tuviera algo que ver con la
conveniencia de postular la ablación del clítoris?).

Al igual que en el pensamiento Hipocrático, en el pensamiento árabe, las


relaciones sexuales son vistas como algo necesario para evitar la enfermedad. Se
pensaba que la ausencia de relaciones sexuales estancaba el semen ocasionando
su putrefacción y la producción de emanaciones mortales. Así mismo, en algunos
escritos se planteó que las relaciones sexuales curaban el mal de amor (aunque
se realizaran con una mujer distinta a la amada) y curaban a quien hubiera perdido
la razón. (Obviamente, en el varón. Las relaciones sexuales de las mujeres no
casadas no era ni es, aún hoy, permitida.)

Esta idea de evacuación de residuos corporales peligrosos cobró fuerza en las


creencias respecto a la sangre menstrual, que se consideraba como el producto
de todos los desechos del organismo. Las creencias insistían en la peligrosidad de
la mirada de la mujer durante la menstruación, haciéndola responsable de
ocasionar enfermedades y muerte. Se pensaba que las mujeres viudas o
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 7

menopáusicas eran aún más peligrosas, al no librarse de los desechos de su


organismo. La mujer sola, con pocas relaciones sexuales o menstruante era
considerada un peligro. El problema mayor comenzó cuando estas creencias, al
ser parte del saber médico, pasan de ser parte del conocimiento popular a una
convicción de la comunidad científica que puede justificar la persecución de
mujeres supuestamente “peligrosas”.

Por otra parte, la comunidad médica de la época, también determinó algunas de


las funciones que la sangre menstrual cumplía. Al ver que durante la gestación y
lactancia las mujeres no menstrúan, los médicos dedujeron que la sangre
menstrual servía para nutrir al embrión durante la gestación y transformarse en
leche después del parto. Por eso recomendaban a la mujer no tener una vida
sexual activa durante el embarazo y el amamantamiento, según ellos, las
relaciones sexuales enturbiaban la sangre y tenían consecuencias peligrosas para
el niño.

La masturbación masculina y femenina se consideró de distinta manera. Por una


parte la masturbación masculina fue silenciada porque suponía la pérdida de
semen vital y la Iglesia comenzó a plantear que los actos sexuales debían ir
dirigidos a la concepción y que toda emisión “fuera del vaso” era mala, inmoral y
por tanto, censurable por la medicina y la filosofía (Moreno, 1990). Sin embargo, la
masturbación femenina recibió mucha atención ya que se consideraba positiva,
puesto que evitaba que los peligrosos humores femeninos se acumulasen.

La homosexualidad no fue tocada por los médicos de la época (Moreno, 1990),


pero sí recibió bastante atención desde los círculos eclesiásticos. Halsall (1988)
menciona las actitudes de rechazo de los teólogos cristianos hacía la sexualidad
en general, al considerarla como la degradación del cuerpo. Por ejemplo, San
Agustín consideraba que la pasión destruía la razón y que su único fin debía ser la
procreación. Santo Tomás de Aquino la consideró como la corrupción del alma.
Todo intento por conseguir placer, para la Iglesia, era considerado como un acto
contra natura porque comprometía la racionalidad. Desde esta perspectiva, el
sexo debía dirigirse a la procreación, dentro del matrimonio, a ser posible, sin
disfrutarlo mucho y realizado a través de la
“posición misionera”. Por tanto, la masturbación,
el sexo oral y el sexo anal no eran permitidos en
relaciones.

Finalmente, otro de los temas que ocuparon la


atención de médicos y moralistas fueron las
enfermedades de transmisión sexual. La falta
de higiene extendió su presencia. En general, se
conceptualizaron como castigo divino, aunque
existieron explicaciones variadas. Por ejemplo, la
gonorrea, cuyo síntoma principal es la presencia
de una secreción blanquecina, se llamó
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 8

espermatorrea y se la asoció a las poluciones nocturnas. Siguiendo esta lógica, se


recetaba el matrimonio como remedio, además de alimentos menos flatulentos y
sangrías. La blenorragia era la enfermedad más extendida, puesto que los
síntomas de la mujer eran distintos y más difíciles de ver, se pensó que ellas eran
portadoras inmunes que transmitían la enfermedad. El linfogranuloma, llamado
elefantiasis genital, al presentarse con tumores verrugosos, se asoció con la lepra.
Esto último, ayudó a que se asociaran todas las enfermedades de transmisión
sexual con la lepra y se pensará que se contagiaban por tener relaciones sexuales
con una mujer leprosa, con una mujer con menstruación o con una mujer
embarazada (Moreno, 1990).

De esta época, cabe rescatar la primera descripción del himen, realizada en el


siglo XIV por Himens, y la posterior descripción del himen como una membrana
indicadora de virginidad. Finalmente, en el siglo XV se la da el nombre actual por
su descubridor (Moreno 1990).

RENACIMIENTO SXV

El Renacimiento, se considera como la era de los descubrimientos, que supone un


movimiento cultural que se expandió a través de Europa, más o menos, del siglo
XIV hasta el XVII. Durante esta época, el descubrimiento de la imprenta permitió la
difusión del conocimiento (ciencia, arte, música, etc.) al permitir su reproducción
rápida y a menor costo. En esta época cobra realce el desarrollo artístico con
personas como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel conocidos como los “hombres
del Renacimiento”, hombres conocedores, que eran pintores, arquitectos,
inventores, científicos, poetas, músicos y maestros.

Durante el renacimiento se dejó atrás el estudio de los cerdos como ejemplos de


anatomía humana pero se continuó manteniendo algunos principios hipocráticos y
otros aristotélicos.

Por una parte, la corriente


realista del arte y la
disección de cadáveres
realizada por los pintores
dieron lugar a detallados
dibujos sobre la anatomía
humana. Un ejemplo de
ello lo encontramos en los
estudios de Leonardo da
Vinci, que fue el primero en
representar el útero como
una sola cavidad y las
diferencias entre la pelvis
masculina y femenina.
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 9

También, en esta época tuvo lugar una mayor discusión de la ética sexual y se
produjeron los primeros programas de educación sexual pública (Haeberle, 1983).

Por otra, desde la medicina surgieron algunas contribuciones, aunque el


razonamiento no varió gran cosa. Por ejemplo, Paré, médico francés de la época,
defendió que para que la matriz conciba era necesario que estuviera excitada y
que era importante el juego amatorio mutuo. También mantuvo la idea de la
existencia de semen masculino y femenino y, creía que cuanto menos coitos
realizara una persona, mayor posibilidad tenía de engendrar porque preparaba
mejor su simiente. Asimismo, explicó la existencia de gemelos a través del número
de coitos: un coito cuando existía una sola placenta, y dos cuando habían dos
placentas diferentes. Probablemente el médico que más contribuyó al tema que
nos ocupa fue Gabrielle Fallopio, quién pasó a la historia por su descripción sobre
los órganos reproductores de la mujer: las trompas de fallopio. Entre las opiniones
que sostuvo, estaba la negación de la posibilidad de que los ovarios produjeran
esperma. Otras ideas de la época se centraron en el valor de los testículos del
hombre para determinar su personalidad y salud, y en los efectos de las relaciones
sexuales. Se escribieron muchos tratados sobre el uso correcto de la humedad de
la mujer para engendrar y evitar el nacimiento de niños deformados, porque se
pensaba que el nacimiento de “monstruos” se debía al exceso o defecto del
semen y por ello se recomendaban prácticas dirigidas a no perder la “humedad
vital en la lujuria” (Moreno, 1990).

Durante la época, la iglesia pasó de ser una


institución de saber técnico y académico, a
convertirse en un poder económico (Fuchs, 1996ª) y
a imponer conductas morales. Gregorio VII instauró
“leyes conyugales” que prohibían el matrimonio a los
clérigos, sin embargo los conventos eran
considerados los burdeles de la nobleza y clérigo.
Para controlar la situación, el papa Sixo IV creó un
impuesto de fornicación anual, que impuso a todos,
tengan o no concubina. Dado el desorden moral de
la iglesia y su necesidad de mantener el control,
comienza con “El martillo de las Brujas” del Papa
Inocencio VIII, el auge de la caza de brujas, que
sirve para desviar la atención del pueblo: de los
curas a las mujeres. Esta obra se basa en la doctrina
del pecado original y del supuesto que en brazos de la mujer están las puertas del
infierno. Para su autor, la insaciabilidad de la lujuria femenina es la prueba real de
que necesita ayuda sobrehumana para satisfacer sus deseos, ayuda que sólo
podría ser prestada por el demonio. A esto se sumó el misterio del poder que
ejercía la mujer sobre la voluntad del hombre, y pronto unida al deseo que
despertaba en ellos, se convirtió en un demonio en su fantasía. La iglesia se
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 10

ocupó de azuzar la imaginería popular alimentándola de las confesiones sobre los


amoríos que las mujeres decían tener con el diablo al ser torturadas y la caza de
brujas duró hasta el siglo XVIII (Fuchs, 1996).

Durante el Renacimiento, el matrimonio para el noble era un acto político,


económico, una institución que permitía controlar la herencia legítima. En la clase
desposeída, el amor sexual individual era lo que solía, en mayor medida, llevar al
matrimonio. La sexualidad se manifiesta como la realización consciente de las
leyes de la naturaleza: fecundar y ser fecundada. Se considera como mujer plena,
aquella que hasta la edad más madura solicita el amor físico y como hombre
pleno, el potente y de pasión permanente (Fuchs, 1996).

Asimismo, la prostitución se
legalizó por que se entendía que
no había alternativa si se pretendía
salvaguardar la legitimidad de las
herencias (meta del matrimonio),
proteger el matrimonio, y el honor
de las vírgenes. Según Fuch
(1996ª:337) “lo fundamental,
aunque fuera inconsciente, era el
aseguramiento del derecho de
domino masculino. El hombre
quería y debía satisfacer sus
deseos sin barrera alguna.”
Bierens de han, J.C.. (1951). Brothel Scene, c.

En esta época, la sífilis introdujo el miedo a las relaciones sexuales al hacer su


aparición en el siglo XV. En un principio se llamó morbus gallicus (mal francés)
porque los primeros síntomas se vieron en soldados franceses en Nápoles.
Francia la llamó “mal de Nápoles”, “gran verole” (viruela) y finalmente “morbus
venéreo” término que fue bien acogido y luego incluyó todas las enfermedades de
transmisión sexual (Moreno, 1990).

Se piensa que la sífilis vino del nuevo continente (América), porque en un principio
se concentró en los puertos, siendo una enfermedad de soldados y prostitutas,
aunque pronto se esparció por todos
los estratos sociales. La falta de higiene
hizo que niños y familias enteras
contrajeran la enfermedad, y pronto se
la consideró un castigo enviado por la
inmoralidad y depravación de las
costumbres (Moreno, 1990). .

Se planteó la necesidad de prevención,


y se hizo más habitual el uso del
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 11

preservativo de intestino de cabra o de lino con hierbas. Los tratamientos se


hacían con mercurio y luego, con infusiones de palo santo, pero la muerte por
sífilis no era evitable.

EDAD MODERNA

Se considera la Edad Moderna, como aquella que va del siglo XVI hasta el
comienzo de la Revolución Industrial en el siglo XVIII. En este periodo se valora el
progreso, la comunicación y la razón, y se gesta el capitalismo, la burguesía, la
nación y el Estado.

Durante esta etapa, la ciencia y las creencias estaban más o menos iguales que
en la época de los griegos y árabes. El protagonismo masculino en el estudio de
las ciencias continuó evidenciándose en el papel que se otorgaba al varón en la
procreación, siendo el debate sobre el ovismo y el espermismo el más claro
ejemplo al respecto (Moreno, 1990)..

Continuaba la idea de Aristóteles que presentaba al varón como el protagonista de


la fecundación. Se creía que él debía ser el único en seguir su voluntad en la
elección de pareja, ya que debía elegir mujeres que le diesen una descendencia
sana y virtuosa. Se desaconsejaba la elección de mujeres pequeñas porque éstas
no daban buena descendencia y servían principalmente para ser cortesanas, no
mujeres casadas.

Se aconsejaba que las relaciones sexuales fueran realizadas debidamente, es


decir, cara a cara, porque esta postura acababa en hijo varón. Toda variación
producía hijas por que la mujer era considerada como una imperfección de la
naturaleza. Incluso se llegó a proponer la extirpación del testículo izquierdo,
causante de la creación de mujeres (Moreno, 1990).

Existían diversas creencias en torno a la esterilidad, aunque todas


responsabilizaban a la mujer. Se pensaba que la esterilidad se debía a que la
mujer era muy bella o muy fea, a que era adúltera, a que se excitaba mucho y
perdía líquido femenino o a que cocinaba, estrangulaba o secaba el esperma en
su matriz.

Ovismo y Espermismo

En este contexto, algunos científicos (Harvey, de Graaf, etc.) plantearon la


existencia de huevos en la mujer que intervenían en la generación de nueva vida.
Esta noción planteaba el predominio de la mujer en la procreación y obviamente
generó mucha resistencia en la comunidad científica.
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 12

De Graaf (1641-1673) médico inglés contribuyó


grandemente al conocimiento de la anatomía masculina y
describió los folículos que llevan su nombre y los consideró
huevos. De Graaf afirmó que todo animal proviene de un
huevo que ya existe antes del coito en las hembras, y que
estos huevos transitaban por las trompas de fallopio y eran
fecundados por un aura seminal (no habían microscopios).
Sin embargo esta idea produjo risa en la comunidad
científica e intelectual del momento. Fueron necesarios 200
años para que se aceptara (Moreno, 1990)..

En 1677, Anton van Laeuweenhoek,


conocido como el padre de la
microbiología, gracias a su trabajo
mejorando el microscopio, descubrió el
espermatozoide, pequeño animal de
cabeza ovoide y cola con movimiento
similar al de una angula. Este
descubrimiento tuvo gran éxito. La
aparición del espermatozoide desterró la
teoría del huevo y fue aceptado por la
comunidad científica y la sociedad toda
con mucho interés. Incluso existió un tal Van Laeuweenhoek mirando a través del
microscopio. (1632-1723) Holanda
Dalenpatius que dijo haber visto el
desarrollo del espermatozoide de renacuajo a hombre y que al perder la piel se
veía un niño minúsculo (Moreno, 1990).

El debate entre ovistas y espermistas continuó todo el siglo XVIII. Para unos era
una repugnancia afirmar que el hombre se generaba a partir de un “gusano
pequeño”, y para otros era indigno pensar que la mujer determinara la generación.
Lentamente se fue adquiriendo la idea de que óvulo y espermatozoide contribuían
conjuntamente a la generación. Finalmente, en 1877 Fiol vio la fecundación en
estrella de mar a través del microscopio (Moreno, 1990).

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 13

El Maltusianismo

En el siglo XVII, el estudio de la actividad sexual se


hizo desde una perspectiva política a partir de los
estudios de William Petty y Thomas Malthus. Por una
parte, Petty planteó la importancia de fenómenos
colectivos que involucraban a toda la sociedad y
demostró que se podían obtener tasas poblacionales
de nacimientos y muertes. Esta idea insertó la
conducta sexual y reproductiva de la población en el
marco de la economía política y de procesos sociales
que no estaban directamente bajo el control del
individuo(Moreno, 1990). .

En el siglo XVIII, la obra de Malthus planteó la Sir William Petty (1623-1687)


preocupación por el crecimiento demográfico y el Inglaterra
peligro que las naciones corrían ante el riesgo de tener más gente de la que
podrían alimentar (sobrepoblación). Malthus defendió la necesidad de controlar el
número de nacimientos a través de la continencia rigurosa, especialmente en las
clases desfavorecidas. Planteó que las ayudas que el gobierno daba a los pobres
servían para que éstos tuvieran más hijos y por consiguiente empeoraran su
situación (Moreno, 1990)..

Estas ideas hicieron que los gobiernos de algunos países


intentaran reducir el número de hijos de sus habitantes
poniendo restricciones al matrimonio, en general se
pedía a los contrayentes que demostraran solvencia
económica. El resultado no fue un cambio de conducta
sino más bien el aumento de hijos naturales en la
población. Otra consecuencia desafortunada del
maltusianismo se dio en el ámbito laboral, ya que los
industriales, así como los gobiernos, esgrimían las ideas
maltusianas para no conceder los aumentos salariales
que los trabajadores pedían: se creía que no necesitarían
más dinero si no tuvieran tantas bocas que
Thomas Robert Malthus alimentar(Moreno, 1990). .
(1766-1834)
Inglaterra Los seguidores de Malthus posteriormente concluyeron
que la solución se encontraba en el uso de métodos
anticonceptivos eficaces. Por lo que se defendió la necesidad de limitar las
relaciones sexuales, utilizar el coito interrumpido y el preservativo, y hasta que se
extendió el método Ogino buscaron determinar el momento de mayor fecundidad
(Moreno, 1990).

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 14

De ahí que durante el siglo XVIII el uso de los métodos anticonceptivos se


extendiera en la burguesía por la necesidad de regular el número de hijos y los
peligros del parto, disminuyéndose considerablemente el número de nacimientos.
Como consecuencia, el placer sexual y la concepción comienzan a separarse y se
suceden una serie de cambios que recluyen la sexualidad al ámbito matrimonial, al
tiempo que también cobra interés la sexualidad infantil y la necesidad de
controlarla (Moreno, 1990). .

Victorianismo Científico

La génesis del victorianismo científico está en


el industrialismo y la revolución industrial, que
se desarrolla a partir del siglo XVIII y que
produjo una división acentuada de los roles
de varones y mujeres en los estrados
sociales dominantes: el varón se ocupaba de
las máquinas, la mujer del ámbito doméstico.

Aunque la reina Victoria da nombre al


movimiento, este comenzó antes de que ella
subiera al trono 1837. Esta época se
caracteriza por la represión moral. El nivel de
represión se refleja en la obra de Fuchs (1996a:12), quien relata que:

“...se consideraba indecoroso en los mejores hogares permitir que, por


ejemplo, las patas de una mesa asomaran desnudas por debajo del vuelo
del mantel. …provocaba las más atrevidas fantasías, debía evitarse
mediante las fundas para patas de mesa, creadas a propósito con ese fin.”

En esa época, la obra de William Acton “Función y trastorno de los órganos de


reproducción en la juventud, en la edad adulta y la edad avanzada, encarados
desde el punto de vista de sus relaciones fisiológicas, sociales y morales” (1857,
en Morales, 1990), remplaza la fundamentación religiosa de la moral, por la
fundamentación médica.

Acton defiende la inocencia sexual de los niños y la ausencia de sensación sexual


en las mujeres. Para él, toda propensión sexual en los niños era una expresión
enfermiza y repugnante, además de ser una amenaza para la masculinidad del
niño. Proponía la necesidad de evitar estas conductas exponiendo al niño a
ejercicios e incomodidad física. Defendió la malignidad de la masturbación para el
desarrollo de los niños acusándola de debilitarles los músculos y la mente, dar
lugar a acné, manos húmedas o frías e incluso a cretinismo (Morales, 1990).
Como médico, dedicó su vida a tratar de instruir sobre los riesgos de la

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 15

masturbación infantil. Se lo considera protagonista de la histeria masturbatoria de


esa época.

La moral victoriana se caracterizó por condenar la masturbación por criterios


médicos. Pinel declaró que la masturbación producía ninfomanía, Esquirol planteó
que era causa de demencia, Maudsley que ocasionaba una aguda consciencia de
sí mismo que acababa con el suicidio o el homicidio, y Ekman planteó que la
masturbación detenía el crecimiento del niño, pudiendo incluso paralizar el
desarrollo del sistema muscular (Moreno, 1990).

Existieron diversos tratados condenándola como un pecado y un peligro, pero


probablemente la obra que contribuyó más a estigmatizar la masturbación fue la
de Tissot, médico consejero en Salud Pública del Papa. En su obra, “Un tratado
sobre los trastornos producidos por la masturbación” (1758), planteó que toda
actividad sexual atraía sangre sobre el cerebro, desnutría nervios y propiciaba la
locura, siendo la masturbación más peligrosa porque no tiene control externo, se
puede practicar mucho y a cualquier edad (Moreno, 1990).

Los médicos de la época plantearon que los signos de la masturbación eran las
ojeras, malos olores y delgadez. Propusieron remedios como atar las manos de
los adolescentes a la cama, ponerles guantes gruesos, utilizar anillos con clavos
internos que evitaran la erección y hacer uso del cinturón de castidad para ambos
sexos. También se propusieron métodos quirúrgicos como la ablación del clítoris
en la mujer, la inserción de un anillo de alambre de plata en el prepucio en el
varón o la sección de los nervios dorsales del pene (Moreno, 1990).

En los países anglosajones la hipótesis masturbatoria se mantuvo hasta mediados


del siglo XX, y aunque en la actualidad existe mucha información que la
contradice, estas ideas continúan vigentes para grandes sectores de la población
actual. Así como también continúan estando presentes algunas de las ideas
victorianas sobre la sexualidad femenina. No es extraño, desgraciadamente,
encontrar autores actuales que fundamentan leyes o conductas morales que
todavía mantienen las ideas de Acton, sobre la ausencia de “sentimentalismo
sexual” en las mujeres. Estos autores afirman que las mujeres a no ser que sean
irredimiblemente depravadas comparten hasta el matrimonio y después, la
“inocencia de los niños”. Postulan la existencia de un “interés natural” por el hogar,
los niños y las tareas domésticas en las mujeres, y no así, un interés en los
desahogos amorosos. Para ellos, la mujer normal se somete a los abrazos de su
esposo, pero no los desea, sólo aquellas que sufren de una herencia genética
defectuosa y de mala educación disfrutan de su sexualidad (Morales, 1990,
Palomino, 1997).

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 16

EDAD CONTEMPORANEA

Se considera que la Edad Contemporánea comprende el periodo histórico que va


desde la Revolución francesa hasta el presente. Durante esta época hay un
crecimiento demográfico marcado, con la Revolución Industrial el mundo pasa del
campo a las ciudades, aumenta el nivel de vida de las personas, aparecen nuevas
desigualdades sociales, el movimiento obrero, grandes guerras mundiales, entre
otros muchos cambios económicos, políticos, sociales y científicos.

Richard von Krafft-Ebing

En el siglo XIX, la preocupación por la sobrepoblación,


psicopatías sexuales y la degeneración dieron lugar al
concepto de “sexualidad” e hicieron que se intensifiquen
los esfuerzos para conocer más sobre ella, al
considerarla como un fenómeno complejo. De ahí que se
considera que la sexología científica propiamente dicha
comienza a finales del siglo XIX, con la obra de Richard
von Krafft-Ebing. “Psicopatía sexual. Un estudio clínico
forense” (1886), en la que expone en detalle, diferentes
casos extraídos principalmente de los juzgados y clasifica
numerosos trastornos de la conducta sexual (Moreno,
1990)..
Richard Freiherr
Krafft-Ebing (en Moreno, 1990) estudió de forma von Krafft-Ebing
sistemática numerosos hechos patológicos que llamó (1840-1902)
2
“anomalías sexuales” . Explicó que éstas se daban por: Austria - Alemania
1) ausencia de impulso sexual; 2) aumento patológico de impulso sexual; 3)
tiempo de aparición anormal del impulso sexual (precoz o tardío); y 4)
perversiones. Luego clasificó dos tipos de perversiones sexuales: según el fin
(sadismo, masoquismo, fetichismo, exhibicionismo) y según el objeto
(homosexualidad, pedofilia, zoofilia, gerontofilia, autoerotismo). Determinó que lo
patológico procede de la exclusividad del tipo de conducta sexual y de la
necesidad imprescindible de un determinado objeto para el placer.

Krafft-Ebing acuñó los términos de: sadismo por el Marqués de Sade, para
referirse al placer por infligir dolor; masoquismo, por Sacher-Masoch, para
referirse al placer por dolor. Asimismo, describió el fetichismo, la excitación sexual

2
Krafft-Ebing retomó el título de la clasificación de enfermedades sexuales utilizado
anteriormente por el ruso Heinrich Kaan en 1843 “Psychopathia Sexualis” (Haeberle,
1988).

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 17

suscitada por algo distinto a una compañía humana; la satiriasis y ninfomanía,


como deseo sexual excesivo en varones y mujeres respectivamente; el
exhibicionismo y voyeurismo, y el instinto de antipatía sexual para referirse a la
homosexualidad, travestismo y transexualismo (Moreno, 1990). .

En su trabajo, utilizó dos conceptos que en la sexología actual han caído en


desuso: el concepto de degeneración y el de perversión. Planteó que los
desórdenes psiquiátricos se debían a la “degeneración” psíquica, es decir, al daño
cerebral, y las “perversiones” se debían a una disposición patológica hereditaria
del sistema nervioso central. Ambos términos presuponen un juicio moral sobre el
individuo que presenta determinadas conductas, razón por la que en la actualidad
no se mantienen para definir los trastornos de la conducta sexual. Por una parte,
el término “degeneración” tiene un fuerte componente religioso al hacer referencia
a cualquiera que se desvía de la imagen del hombre primitivo creado a semejanza
de Dios, es decir, al hombre que se abandona al pecado y enferma. De ahí que se
entienda que el degenerado es un inmoral y por extensión, también el pervertido
(Moreno, 1990)..

Es de rescatar, sin embargo, el valor de la sistematización que realizó Krafft-Ebing


aunque haya acentuado la dimensión más negativa de la variación sexual al
utilizar casos de corte, contribuyendo así a su represión, sin embargo, al estudiarlo
se debe considerar el momento histórico en el que su obra se gestó.

Iwan Bloch

Posteriormente, autores como Iwan Bloch, cambiaron la


teoría de la degeneración e introdujeron la sexología
dentro de las ciencias sociales abriendo el campo para su
aceptación. A través de sus estudios antropológicos,
Bloch sostuvo que la perversión no era una enfermedad ni
el resultado de la degeneración, sino un fenómeno
humano generalizado que aparece en todas las
civilizaciones y tiempos. El instinto sexual, dirá, se
caracteriza por la necesidad de variación y el deseo de
estimulación sexual (Haeberle, 1983).

Bloch propuso que se hiciera un esfuerzo científico y


Iwan Bloch (1872-1922)
Alemania escolástico para comprender el sexo, y acuñó un término
para este estudio: “Sexualwissenschaft” que supone el
estudio de la sexualidad desde las ciencias naturales y las humanidades, de ahí
se tradujo como ciencia sexual y posteriormente como sexología. Algunos lo
consideran como el “padre de la sexología” al defender que podía haber una
ciencia sexológica con el aporte metodológico de distintas disciplinas. Para él, la
perspectiva médica de la vida sexual no era capaz de recoger las complejas
relaciones de la sexualidad y otros aspectos de la vida humana, el estudio de la
sexualidad humana, por tanto, requería de la unión de las ciencias, la biología,
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 18

antropología, etnología, filosofía, psicología, literatura y la historia de la civilización


en sí. Fundó la primera Sociedad de Sexología abierta a no-médicos pero con
credenciales académicas, su idea simpatizó a muchos y en poco tiempo crearon
en Alemania: revistas y sociedades sexológicas, institutos y congresos que
reunieron científicos de Tokyo, Peking, Moscow, Compenhagen, Londres, Roma,
San Franciso, etc. (Haeberle, 1983). Todas estas iniciativas se vieron truncadas
con la llegada del nazismo.

Magnus Hirschfeld

Magnus Hirschfeld es conocido como médico y


sexólogo. Fue el primero en crear una organización en
defensa de los derechos de los homosexuales en 1897
y en 1908 lanzó la primera revista especializada de
sexología. En 1919 fundó el primer Instituto de
Sexología, el cual fue saqueado por los Nazis en 1933,
donde quemaron sus 20 000 libros, 35000 fotografías y
obras de arte. En 1928 creó junto con Havelock Ellis y
Magnus Hirschfeld Auguste Ford la Liga Mundial por la Reforma Sexual.
(1868 – 1935) Alemania. Murió exiliado por los nazis, en Francia (Haeberle,
1983).

Gregorio Marañon (1887-1969)

Gregorio Marañón fue un médico español, que centró sus estudios en la


endocrinología y contribuyó a relacionar la psicología con la endocrinología. La
idea central de su obra es que el sexo de todo individuo aún el “normal” es un
sexo doble. La evolución sexual se desarrolla a partir de un periodo indiferenciado,
la bisexualidad es una característica básica del ser humano, el varón tipo y la
mujer tipo son abstracciones. La homosexualidad, la induce de estados
intersexuales. Todos pasan por el estado intersexual y se diferencia
progresivamente, eligiendo objeto sexual, por tanto, el homosexual no es
responsable de su elección de objeto, se encuentra con él (Moreno, 1990).

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 19

ACTUALIDAD

Siguiendo a Moreno (1990) vamos a considerar como parte de la “Actualidad” la


sexología del siglo XX. Para situarnos, tenemos que tener en mente el enorme
desarrollo tecnológico que caracterizó este siglo. La primera mitad del siglo XX
estuvo marcado por las grandes guerras, después de ellas hasta los años 70,
viene la edad de oro de la civilización occidental, la era atómica, los nuevos
movimientos sociales (movimiento obrero, ecologismo), la caída del muro de
Berlín, la globalización de los modelos y sistemas de valores de la civilización
occidental (Otero, 1998).

La entrada en el siglo XX está marcada por las creencias del siglo XIX, donde la
sexualidad infantil todavía era considerada por los médicos como una anomalía y
por los pedagogos y moralistas como un peligro. Las discusiones sobre las
desviaciones se centraban en el carácter congénito o adquirido de las mismas y,
en general, continuaba existiendo un ambiente represivo generalizado (Moreno,
1990).

En cuanto a la relación entre varones y mujeres, existían tres posturas: Una que
mantenía que la mujer era por naturaleza inferior al hombre física e
intelectualmente. Moebius (1901, en Moreno, 1990) psiquiatra alemán publica
Sobre la imbecilidad fisiológica de la mujer, libro en el que explora la falta de
lucidez mental y autocontrol de la mujer, que según él era una gran ventaja para el
hombre, porque sino resultaría sumamente peligrosa. Otra que defendía la
igualdad entre ambos sexos, y una tercera tesis que mantenía que los sexos eran
algo psicológicamente complementario.

Ahora bien, los comienzos de la psicología sexual surgieron de las dos últimas
corrientes con exponentes como Havelock Ellis, Sigmund Freud y Alfred Kinsey.

Havelock Ellis (1900)

La obra de Havelock Ellis, según Moreno (1990) rompe con el


victorianismo sexual aportando datos que cuestionaron
prácticamente todos los postulados de su época. En uno de
los momentos álgidos de la represión sexual, Ellis recopiló
información sobre la conducta sexual de animales y humanos.
Contribuyó con la noción de las zonas erógenas, los
conceptos de tumescencia y detumescencia, (procesos de
congestión y descongestión vascular que acompañan al
orgasmo) y planteó que el sexo, el placer y la procreación no
tenían porqué ir siempre unidos. Havelock Ellis
(1859-1939)
Inglaterra
Sobre la sexualidad femenina sostuvo que la frigidez de la
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 20

mujer era más el resultado de la torpeza del hombre que una falla de la mujer.
Rechazó la idea de la sexualidad femenina como una sexualidad menor,
insistiendo en la existencia de deseo sexual y capacidad de goce en la mujer. De
hecho afirma que “…algunas mujeres…sienten gran placer en contemplar el pene
de su marido o de su amante, en acariciarlo o besarlo. Esto no puede
considerarse como una afición morbosa, ya que los mamíferos de casi todas las
especies se lamen y se besan las partes genitales.” (Ellis, 1913:165) Pero,
mantuvo que la respuesta sexual femenina era de tipo más masivo y más difuso
que la del varón.

Recogió mucha información sobre conductas sexuales en diferentes culturas que


según él demuestran la necesidad del relativismo cultural y social a la hora de
estudiar la conducta sexual. Planteó que no se pueden condenar las variaciones
sexuales como antinaturales porque hacen parte de sistemas culturales distintos
en los que no se consideran una “anomalía”. Demostró cómo, incluso el pudor es
un producto cultural, por ejemplo: en la China no se mostraban los pies, en Tahiti
los habitantes podían tener sexo ante cualquiera pero comían de espaldas entre sí
por pudor. Para él, las variaciones sexuales eran la exageración de procesos
normalmente presentes en la conducta sexual, sólo variaba la gradación con la
que se presentaban (Moreno, 1990)..

Escribió el primer texto médico en Inglés sobre la homosexualidad en 1897, donde


afirmaba que los homosexuales son exactamente iguales a los demás, intentó
romper la idea de que eran moralmente reprobables o afeminados. Para
conseguirlo analizó numerosos personajes famosos cuya homosexualidad era
reconocida: Erasmo, Francis Bacon, Oscar Wilde y Walt Wiltman. Además sostuvo
que hablar de curas o terapias para la homosexualidad es absurdo porque ésta no
es un problema médico (Moreno, 1990)..

Asimismo consideró la masturbación como una fuente de relajación mental


positiva para el organismo y negó su relación con el acné. Aunque previno contra
su exceso, por que ésta podía producir una disociación entre la conducta sexual y
la conducta ansiosa. Mantuvo también, que las eyaculaciones nocturnas son
normales e inevitables y no tienen consecuencias negativas para el organismo
(Moreno, 1990).

Defendió la necesidad de relaciones sexuales para el desarrollo humano


completo, pero con medida, creía en la necesidad de autocontrol para que las
relaciones sexuales no se trivializaran y pudiese existir intimidad y afecto. Para él,
la familia era necesaria y debía ser monógama. En ella, el rol de la mujer era
guardar el hogar, criar y educar hijos, y responsabilizarse de la contracepción
eficaz y del aborto. Para Ellis, el movimiento feminista debería consistir en el
reconocimiento oficial de las necesidades específicas de la mujer y no en obtener
una igualdad con los varones (Moreno, 1990).

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 21

Sigmund Freud

Moreno (1990) plantea que la atención de Freud sobre


los problemas sexuales y su relación con la conducta del
sujeto comienza con sus estudios sobre la histeria. Para
él, la histeria se podría explicar mejor como una defensa
contra las ideas sexuales que como una degeneración
neurológica (idea defendida por Charcot y otros).
Posteriormente, en La herencia y etiología de las
neurosis, Freud distingue la neurosis y las psiconeurosis,
sostiene que las neurosis actuales se originan en la vida
sexual actual del sujeto y las psiconeurosis en su vida
sexual infantil. Entre las neurosis actuales incluye las
neurastenias, cuyo origen sitúa en la masturbación, y la Sigmund Freud
(1856-1939) Austria
neurosis de angustia, ocasionada por la estimulación
sexual frustrada. Entre las psiconeurosis incluye la histeria y la neurosis obsesiva
que explica a partir del abuso sexual infantil por niñas y niños pasivamente o
asumiendo un rol más activo, respectivamente.

El análisis de numerosos casos, llevó a Freud a pensar que en el origen de la


histeria había siempre una experiencia de seducción o de agresión sexual. El
seductor podía ser cualquier visitante de la familia, aunque frecuentemente era el
propio padre. Freud presentó la teoría de la seducción a la comunidad científica, y
cuatro meses después la abandonó y planteó que en realidad estas eran fantasías
de sus pacientes. Aún así esta teoría contribuyó a fundamentar la existencia del
deseo sexual infantil, negado en aquella época. Sin embargo, también tuvo
efectos negativos, aún hoy afecta la investigación, diagnóstico y tratamiento de
niños y niñas abusadas sexualmente, contribuyendo a su culpabilización

Perversión sexual y sexualidad infantil

En su obra Tres ensayos sobre la Teoría Sexual (1905), Freud abordó las
desviaciones sexuales, la sexualidad infantil y las transformaciones de la pubertad.
En esa obra planteó que el instinto sexual podría adoptar múltiples modalidades
en cuanto al fin, la satisfacción y el objeto del mismo, siendo por tanto la
perversión parte de la vida sexual normal. Para él, la sexualidad reprimida es la
sexualidad perversa. En principio, la perversión es un elemento congénito de la
sexualidad (Moreno, 1990).

Al explicar las desviaciones sexuales las clasifica según el objeto y según el fin.
En el primer grupo aborda la homosexualidad y en el segundo las desviaciones
por contacto (bucal, anal, labial, fetichismo) y por visión (voyerismo), y las
conductas sádicas y masoquistas. En cuanto a la homosexualidad, Freud niega
que se trate de una degeneración porque se presenta en personas normales,
incluso de alto desarrollo intelectual y ético, y se encuentra en muchas culturas.
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 22

También niega que sea innata, y se acoge a la hipótesis de la bisexualidad


originaria. Al hablar de las desviaciones sexuales según el fin, Freud plantea que
estas desviaciones se vuelven patológicas cuando se convierten en medios
imprescindibles para el placer sexual. No las considera patológicas cuando hacen
parte de un repertorio más amplio de actividades destinadas a la obtención de
placer sexual (mientras que no sea impuestas en el otro, se sobre entiende)
(Moreno, 1990).

La concepción de la inocencia infantil, para Freud, se debe principalmente a que


los adultos tienden a olvidar sus primeros años de vida y a que se les aísla de sus
primeras vivencias sexuales. Al hablar de la sexualidad infantil la distingue de
genitalidad. La genitalidad es posterior a la sexualidad y se debe a la organización
de las pulsiones sexuales. Esta organización pasa por la etapa oral, la etapa anal
y la etapa fálica antes de alcanzar la etapa genital. Durante estas fases de
organización sexual el niño encuentra en su cuerpo la satisfacción de su
sexualidad y se entrega a ella sin restricciones, de ahí que defina a los niños como
perversos polimorfos. La frustración de alguna de las etapas o su excesiva
satisfacción son la causa de problemas posteriores (Moreno, 1990).

Finalmente, al hablar de las transformaciones de la pubertad, Freud plantea que


en esta etapa se pasa del autoerotismo a los objetos sexuales. Afirma que la libido
es fundamentalmente masculina y que el desarrollo psicosexual del varón es un
proceso más sencillo que el de la mujer, y que por eso las mujeres están más
predispuestas que los varones a la histeria (Moreno, 1990)..

Alfred Kinsey

Los estudios de Alfred Kinsey se consideran como aquellos que hacen resurgir la
sexología después de la segunda guerra mundial. Hasta mediados del siglo XX, la
mayor parte del conocimiento sobre la sexualidad era cualitativo, basado
principalmente en casos clínicos e historias recopiladas por los investigadores.
Alfred Kinsey fue el primero en introducir la encuesta y la
entrevista como métodos de estudio de la sexualidad con
una muestra extensa de sujetos (16.000). Su obra
enfatizó la importancia de las conductas sexuales que
habían sido censuradas por la moralidad oficial y
desmistificó sus consecuencias (Moreno, 1990).

La entrevista realizada por el Instituto Kinsey constaba de


más de quinientas preguntas relacionadas con datos
demográficos, antecedentes conyugales, educación
Alfred Kinsey (1894- sexual, datos físicos y fisiológicos, sueños sexuales,
1956) EEUU masturbación, historia hetero y homosexual y contactos
con animales. En la entrevista los investigadores daban
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 23

por hecho el que todas las formas de conducta exploradas habían sido realizadas
por eso preguntaban directamente sobre la primera vez que se habían practicado,
de forma directa y sin vacilaciones. Al analizar los resultados, Kinsey pensaba que
efectivamente, las personas podían haber ocultado o exagerado los resultados
(Moreno, 1990).

Se criticó a Kinsey por la falta de rigor estadístico en las técnicas de muestreo que
utilizó, su muestra tenía demasiados estudiantes universitarios, presos y
homosexuales, y pocos ancianos y gente de los núcleos rurales. Kinsey explicó
que la muestra estaba supeditada al deseo de colaboración de los sujetos.
También se criticó su trabajo por no tener en cuenta los matices psicológicos de la
conducta sexual y por ser prácticamente un listado cuantitativo de conductas y
nada más.

La conducta sexual masculina y femenina

Con los datos recogidos, Kinsey rechazó la idea de que comenzar una vida sexual
precoz supusiera su declive, o que la masturbación provocara impotencia
(creencia mantenida desde la época victoriana). Kinsey sostuvo que los dos
factores que tenían una mayor incidencia en la sexualidad masculina eran la edad
y el nivel socioeconómico. En la muestra que estudió notó que la impotencia eréctil
aumentaba gradualmente con la edad. Así mismo, descubrió que los varones de
menor nivel socioeconómico tendían a realizar menos juegos precoitales y a
embarcarse más directamente en la penetración y eyaculación que los varones de
mayor nivel socioeconómico, siendo en los grupos sociales de nivel
socioeconómico más bajo, más frecuente la eyaculación precoz (Moreno, 1990).

Al estudiar la sexualidad infantil, los investigadores del Instituto demostraron que


los niños tenían orgasmos muy similares a los de los adultos, pudiendo ser
capaces de experimentar múltiples orgasmos, estos, al parecer, disminuyen
cuando los orgasmos comienzan a acompañarse de eyaculación. También
observaron que tres cuartas partes de los niños que no habían sido escolarizados
intentaron practicar el coito con más de una muchacha antes de la
preadolescencia. Al parecer, esta conducta era menor y estaba restringida a un
menor número de muchachas, en los chicos de nivel socioeconómico mayor
(Moreno, 1990).

Finalmente, negó que la masturbación excesiva existiese y planteó que cuando se


reprimía la masturbación aparecían las patologías.

La conducta sexual femenina

Kinsey sostuvo que la capacidad de excitación sexual femenina depende menos


en factores ambientales que la masculina y más en la estimulación física. Planteó

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 24

que la menor sensibilidad de las mujeres a factores psicológicos es una de las


razones que explica su mayor pasividad sexual (Moreno, 1990) .

Comprobó que la frigidez femenina es mucho menor de lo que se cree, y que


todas las mujeres son fisiológicamente capaces de responder y llegar al orgasmo.
Al igual que los niños, las niñas también muestran orgasmos antes del año
(Moreno, 1990).

En cuanto a la existencia de deseo sexual en las mujeres, encontró que de las


mujeres entrevistadas, el 48% declaró haber practicado juegos sexuales antes de
la adolescencia, llegando el 14 % al orgasmo a esa edad. Notó que la capacidad
orgásmica de las mujeres aumentaba con la edad, aunque la excitación sexual era
más común que el orgasmo en toda edad. Las mujeres variaban mucho en la
manera en las que obtenían el orgasmo, coincidiendo la mayor parte de ellas en
obtenerlo más fácilmente a través de la masturbación. También observó que la
capacidad de llegar al orgasmo en la relación marital estaba asociada a la
experiencia sexual previa al matrimonio, el 45% de las mujeres que podían llegar
al orgasmo en el primer año de matrimonio habían tenido experiencia sexual
previa, mientras que solo el 25% de las que carecían de esta experiencia lo
conseguían (Moreno, 1990).

Criticó a los psicoanalistas que “ignorantes de la conformación anatómica, dan


escasa importancia al clítoris e insisten en la de la vagina para la respuesta sexual
femenina.” (Kinsey et al., 1967b:583).

Al comparar la respuesta sexual masculina y la femenina concluye que:


“…las estructuras anatómicas que son más esenciales para la respuesta
sexual y el orgasmo son casi idénticas en los dos sexos. Las diferencias son
relativamente escasas. Están asociadas con las diferentes funciones de los
sexos en los procesos reproductores, pero no tienen gran significación en los
orígenes y del desarrollo de la respuesta y el orgasmo sexuales. Si mujer y
hombre difieren sexualmente en algún punto básico, tales diferencias deben
tener su origen en otros aspectos de la biología o la psicología de los dos
sexos…No surgen pues de ninguna de las estructuras anatómicas…” (Kinsey
et al. 1967b: 600)

La homosexualidad

El informe Kinsey sobre la homosexualidad, muestra el fenómeno de la


homosexualidad no es un fenómeno que se presenta en blanco y negro, sino
cómo un continuo entre las experiencias exclusivamente heterosexuales o
exclusivamente homosexuales, de ahí que le ocurrió desarrollar una escala de
siete puntos para clasificar la cantidad de experiencias hetero- u homo- sexuales
en cada historia de vida (Kinsey, et al. 1967a). En los varones que entrevistó
recogió que el 4% nunca habían sido excitados sexualmente por una mujer. 4%
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 25

declaraba que durante un periodo de su vida, de tres o más años, había sido
excitado por estímulos no necesariamente homosexuales. 5% mantuvo relaciones
heterosexuales, aunque durante periodos de uno a cinco años, tuvo una
preferencia heterosexual. En total, el 37% de los varones habían tenido alguna
experiencia homosexual en algún momento de su vida. Un 10% de los varones
casados habían tenido un orgasmo homosexual durante el matrimonio y sólo un
10% de la población homosexual presentaba conductas amaneradas.

En cuanto a la homosexualidad femenina, Kinsey encontró que ésta se daba con


menor frecuencia que en los varones y las mujeres homosexuales tendían a ser
menos promiscuas que los varones. En relación a los juegos sexuales en los que
las mujeres se habían embarcado desde la pubertad, más del 50% afirmó que en
alguna ocasión éstos se habían dado con otras mujeres.

Obtenido el 25 de julio de 2012 en http://michaeldimotta.tumblr.com/post/25471739888/my-


illustrated-kinsey-scale-what-is-the-kinsey

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 26

Masters y Johnson

William Masters y Virginia Johnson


estudiaron en el laboratorio las reacciones
fisiológicas de varones y mujeres durante
el acto sexual. A partir de estos estudios,
en 1966 se publicó La respuesta sexual
humana, que supuso el primer trabajo
sistemático y científico sobre la respuesta
del cuerpo humano ante la estimulación
sexual, la masturbación y el coito (Moreno,
1990).
William Masters (1915-2001) Virginia
Johnson (1925- ) EEUU El estudio se realizó durante doce años
antes de su publicación. En un principio
Masters y Johnson comenzaron estudiando trabajadoras sexuales, aunque
después decidieron buscar voluntarios porque éstas presentaban una congestión
crónica de la pelvis. Masters y Johnson eligieron 694 voluntarios de entre 18 y 89
años. Se buscaron sujetos que no tuvieran dificultades para conseguir el orgasmo
a través de la masturbación y el coito mientras eran observados. A todos ellos se
les invitó a acostumbrarse a la habitación del laboratorio y luego si no planteaban
inconvenientes eran observados Los resultados obtenidos no fueron tan válidos
para los varones como para las mujeres por la ansiedad que estos
experimentaban al sentir que debían tener una erección. Sin embargo, en conjunto
estudiaron más de 10.000 orgasmos (Moreno, 1990).

De los resultados obtenidos hay que rescatar la identificación del ciclo sexual
humano, la función del clítoris en el orgasmo y la inexistencia de semen femenino,
entre otras contribuciones que derrumbaron numerosas falacias sexuales que se
mantenían hasta el momento.

Masters y Johnson demostraron que la respuesta sexual de varones y mujeres


sigue una estructura cíclica prácticamente idéntica. Durante una relación sexual
todas las personas pasan por una fase de excitación, una de meseta, una de
orgasmo y una de resolución. También demostraron el orgasmo clitoridiano y el
vaginal son fisiológicamente idénticos y que es la fricción del clítoris y la
estructura eréctil de la vulva la que produce la excitación en las mujeres. Esto
derrumbó la creencia freudiana de que sólo las mujeres neuróticas
experimentaban orgasmos clitoridianos (Moreno, 1990).

Asimismo, desterraron la idea de la existencia de semen femenino, aunque


evidentemente sí existe una secreción vaginal que sirve para lubricar las paredes
vaginales. No encontraron ninguna razón fisiológica que apoyara la hipótesis de la
malignidad de la menstruación, por lo que no existe ningún peligro en mantener
relaciones sexuales durante el periodo en el que se presenta. Los impedimentos
Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 27

en cuanto a realizar el coito durante esos días pueden deberse más a cuestiones
de gustos que a cuestiones de salud (Moreno, 1990).

Al estudiar la sexualidad en personas mayores concluyeron que ésta es diferente y


no necesariamente menor. Encontraron que las mujeres tienden a disfrutar más de
su sexualidad en los años postmenopáusicos, y los varones, al tener reacciones
más lentas, pueden mantener por más tiempo la erección, produciendo un mayor
número de orgasmos en la mujer. No es correcto pensar que las personas
mayores no pueden o no deben mantener relaciones sexuales, de hecho éstas
pueden ser muy placenteras y reconfortantes para ellos (Moreno, 1990).

También notaron que las mujeres tienen una mayor variedad de respuestas
sexuales y una mayor capacidad orgásmica. En el varón no existe relación entre
estatura, peso y tamaño de pene. Además, no existen diferencias en las
reacciones de hombres circuncidados y no circuncidados, como tampoco hay
relación entre tamaño de pene y satisfacción sexual en la mujer (Moreno, 1990).

En cuanto a la masturbación, los autores plantearon que es una fuente de


satisfacción y además puede ser de gran utilidad terapéutica (Moreno, 1990).

Otra de sus contribuciones es la propuesta de un modelo terapéutico para trabajar


problemas sexuales de la pareja, a partir del aprendizaje de técnicas de
estimulación y respuestas sexuales (Moreno, 1990).

Shere Hite (1942- )

A partir de Kinsey, aparecen varios Informes sobre la


sexualidad de los norteamericanos. Tal vez el que
más renombre obtuvo fue El Informe Hite. Estudio de
la Sexualiedad Femenina que recogió cuestionarios
de 3000 mujeres entre 14 y 78 años. Se le criticó
mucho el método de muestreo y la presencia de
diversos sesgos en la muestra. Sin embargo, tiene el
valor de contribuir con relatos de lo que las mujeres
piensan y sienten sobre el sexo. Posteriormente
sacó el Informe Hite. Estudio de Sexualidad Shere Hite (1942 - )
Masculina. Y en el 2000 un estudio sobre Sexo y EEUU Alemania
Negocios, con entrevistas realizadas trabajadores y
gerentes de destacadas empresas, en las que analiza las reglas que deben seguir
los hombres y las mujeres para poder trabajar juntos y tener éxito..

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 
Historia de la sexología 28

BIBLIOGRAFÍA

American Psychological Association, (2007). APA Dictionary of Psychology.


Washington D.C.: APA
Bierens de han, J.C.. (1951). Brothel Scene, c. 1570-1600. Grabado obtenido el 30
de julio de 2012 en
http://alma.boijmans.nl/en/object/BdH%2012219%20(PK)/?ro_page=4
Ellis, H. (1913). La selección sexual en el hombre. Madrid: Hijos de Reus,
Editores.
Foucault, M. (1976, 1977) La historia de la sexualidad. Vol.1 La voluntad de saber.
México: Siglo veintiuno editores.
Haeberle, E. J. (1983, May). Introduction. The Birth of Sexology. A Brief History in
Documents. Pp.4-12. VI World Congress of Sexology. Washington D.C.
Halsall, P. (1988). The Experience of Homosexuality in the Middle Ages. Obtenido
el 30 de julio de 2012 en
http://www.fordham.edu/halsall/pwh/gaymidages.asp
Kinsey, A.C.; Pomeroy, Wardell, B.; Martin, Clyde, E. & Gebhard, Paul, H. (1967)a.
Conducta sexual del hombre Tomo I. Buenos Aires: Siglo Veinte.
Kinsey, A. C.; Pomeroy, Wardell, B.; Martin, Clyde, E. & Gebhard, Paul, H. (1967)b.
Conducta sexual de la mujer Tomo II. Buenos Aires: Siglo Veinte.
Hite, S. (1993) El informe Hite. Estudio de la sexualidad femenina. Barcelona:
Plaza y James
Hite, S. (2000). Sexo y Negocios. Madrid: Prentice Hall.
Masters, W. y Johnson, V. (1984) La respuesta sexual humana Buenos Aires:
Panamericana
Moreno, B. (1990). La sexualidad humana: estudio y perspectiva histórica. Madrid:
Fundación Universidad Empresa.
Otero, L.E. (1998). Hacia una nueva era. Crisis y cambios en la civilización
occidental. Historia de las civilizaciones. Barcelona: Editorial Oceano.
Palomino, T. (1997). Hostigamiento sexual. La mujer en el trabajo. Lima:

Modulo I. Materia de Sexología. Carrera de Psicología, UPSA 
Marion K. Schulmeyer (2012) 

Вам также может понравиться