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México ¿De tercer país IN-seguro a tercer país seguro?

“Si no puedes ser fuerte, pero tampoco sabes ser débil, serás derrotado”.
Sun Tzu, “El arte de la guerra”.

En marzo del 2019 la Patrulla Fronteriza estadounidense informó en una rueda de prensa
que más de 76 mil migrantes cruzaron ilegalmente la Frontera entre Estados Unidos (E.U)
y México, duplicando la tendencia migratoria en comparación con los datos del 2018.
Derivado de este pico en la estadística migratoria y toda vez que la tendencia es al alza
fue que Trump amenazó con imponer a México el 5% de aranceles a las importaciones
mexicana.

En las negociaciones entre E.U. y México, nuestro vecino del norte puso en la
mesa de negociación ante el canciller Marcelo Ebrard que nuestro país se convirtiera en
Tercer País Seguro (TPS) para así contener la migración centroamericana, México lo
rechazó, pero en el acuerdo temporal de “45 días”, el Gobierno de México se
comprometió a “aceptar el retorno y procesamiento de las solicitudes de refugio de
nacionales de un tercer país que haya cruzado el territorio de una de las partes, para
llegar a un punto de entrada o entre los mismos de la otra partes” como señala el Acuerdo
Suplementario entregado el día 14 de junio de 2019 al Senado de la República.

Es claro que aún no llegamos a la celebración de un tratado o acuerdo


internacional vinculante entre E.U. y México. Trump lo desea; México lo rechaza.

Entre el acuerdo de los “45 días” y el programa de la administración Trump


“Quédate en México” las condiciones políticas están propiciando que caminemos hacia
ese modelo migratorio. El problema de la migración ilegal centroamericana cada vez es
más grave y es de vital importancia actuar cuanto antes.

El canciller mexicano Marcelo Ebrard señaló que en caso de que México no


lograra reducir el flujo migratorio se revisaría la posibilidad de que México sea un Tercer
País Seguro para los migrantes, no cabe duda que esta posibilidad es totalmente
rechazada por la cúpula política mexicana y hay quienes señalan que dichas
negociaciones son una “traición a la historia”, como el presidente de la Cámara baja del
Congreso de la Unión. Ante la difícil situación, México tenía que actuar y la diplomacia
actuó en su “máximo esplendor”, como señalo el Secretario de Estado estadounidense,
Mike Pompeo.

Ante tal situación, en los hechos se está configurando un conjunto de


compromisos políticos en los cuales el Gobierno del presidente López Obrador debe de
adoptar una política TPS, pero sin tratado internacional vinculante, pero a todo esto, ¿qué
es un acuerdo de Tercer País Seguro (TPS)?

En términos sencillos, un TPS es un país que se ha comprometido a aceptar la


estancia temporal de un refugiado que desea residir en un país de destino –en este caso
Estados Unidos- durante el tiempo que se lleva a cabo el trámite legal de refugio en el
Estado de Destino. Es decir, lo migrantes solicitan refugio a E.U. pero mientras se lleva a
cabo el trámite legal ellos esperan en México. En términos sencillos, México se convertiría
en un Sala de espera. Lo que muchos políticos rechazan es este trato a nuestro país.
Para que un país acepte la categoría de TPS debe reunir ciertas condiciones para
la estancia temporal de los migrantes, en términos generales: Vivienda, empleo y
seguridad. La realidad es que el gobierno mexicano está haciendo esfuerzos para tratar
de garantizarle estas tres condiciones a sus propios ciudadanos y ahora tiene el
compromiso de brindárselo a los migrantes. El reto no sólo será operativo, sino también
presupuestario. El tiempo apremia.

Es por bien sabido que el paso ilegal de los migrantes centroamericano por
nuestro país en los últimos años ha paso por convertirse en un verdadero viacrucis ya que
en México los migrantes se encuentran vulnerables a la comisión de delitos, desde la
explotación sexual, laboral, secuestro, tráfico de órganos, trata de blancas, robos, tráfico
ilícito de migrantes, hasta los que pierden la vida a manos del crimen organizado en
busca del llamado “Sueño Americano”. Como documentó Animal Político, tanto sólo en el
año 2014 las cifras de los delitos cometidos contra los migrantes aumentaron un 200%.
Estas cifran dan muestra de la “pesadilla mexicana” en la que se ha convertido nuestro
país.

El reto para el gobierno mexicano es grande y debe iniciarse un estudio para la


contener la migración y reducirla a números presentables, debe crear las condiciones
para convertir al territorio nacional en un lugar seguro, no sólo para los migrantes sino
primordialmente para sus ciudadanos, el tiempo ganado se agota. El hecho que en algún
momento México decidiera convertirse en un TPS habría que verlo como una táctica
política para mantener la economía estable, asumir una estrategia de resistencia con la
máxima potencia de la historia humana puede acarrearnos a una inestabilidad financiera e
incluso a una crisis humanitaria generalizada como en Venezuela que lo tiene postrado en
lona económica.

México no tiene dinero para poner en marcha toda una estrategia de contención
migratoria, sin duda debe ser un tema fundamental en la negociación, busquemos en lo
posible ganar-ganar.

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