Las ciudades reflejaban el espíritu religioso imperante, por lo que, aparecen gran cantidad de Iglesias y

conventos, gracias a este gran espíritu y en gran medida a las donaciones.

Escenografía destinada a la exaltación del príncipe, su palacio y su estatua, junto a otras empresas que
denotan una grandeza y nobleza.

Se estructuraban las calles sobre el eje de la “Calle Mayor”, en torno al cual se repartía un pobre caserío
en un entramado de callejuelas, rincones y plazuelas irregulares, entre las que se distribuían conventos,
palacios, iglesia, etc..

El principal elemento del urbanismo barroco eran las Plazas Mayores, las cuales tenían distintos fines,
como:

 Vivienda para alojar a la creciente población de la capital.

 Comercial porque tenían pórticos y tiendas con sótanos, además se realizaban mercados
populares.
 Organización y celebración de espectáculos públicos (recepciones, beatificaciones, corridas de
toro, justas, etc.), por lo que, disponían de balconadas que engalanaban y se cobraba por
acceder a ellas.
 Edificio de carácter singular normalmente reservado al concejo o similar.

Dichas plazas, eran cerradas, de planta rectangular, divididas en varios pisos y rodeada de pórticos para
los tenderos.

Había un tratamiento homogéneo de la fachada de todos los edificios de la plaza que daba uniformidad
a la misma, destacando tan solo algunas por su mayor decoración para las apariciones reales. Se
caracterizaba a austeridad y sobriedad, tal y como planteaba la monarquía.