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BRYAN GUEVARA
2017 - 2018
ESCRITORES ECUATORIANOS
Ecuador, país vecino de Argentina y Chile, cuna de poetas y escritores como
Benedetti o Cortázar, es también un referente literario en el continente
sudamericano. Escritores como Jorge Enrique Adoum o José Queirolo, han
nacido en Ecuador.
Algunos de ellos han traspasado fronteras con obras literarias de la talla
de Réquiem por la lluvia, o El árbol del bien y del mal, poesía escrita por
Medardo Ángel Silva en 1918.
La literatura ecuatoriana ha ido en expansión en los últimos años, tomando como
referente las obras contemporáneas más destacadas de países de habla
hispana.
Obras inéditas, como las obras literarias de Pablo Palacio, muestran el gran
enriquecimiento literario y cultural que transmite Ecuador al mundo a través de
sus prosas.
Débora o Vida del ahorcado son obras de este escritor que en su tiempo no
alcanzaron la atención suficiente o la difusión necesaria.
Poetas clásicos del tiempo de la Guerra de la Independencia, como Julio
Zaldumbide, marcaron un punto de referencia para los demás escritores.
En 1904 introduce su libro A la costa, una obra literaria que se contrapone a las
costumbres conservadoras de la época, mostrando una cara rebelde romántica
entre Luciano y Mariana.
Es una narrativa crítica con la religión y las
costumbres de la época. La historia de cada uno de
los personajes de esta novela se desdibuja a través
de la narrativa, tomando una variación imprevista.
Salvador, protagonista principal, consigue casarse
con Consuelo, y después de varios años de amor y
felicidad la historia toma un giro inesperado.
INFANCIA Y FORMACIÓN
Su padre, Don Marcos Montalvo, hijo de un inmigrante
andaluz, se dedicaba a los negocios ambulantes. En
Quinchicoto, cerca de Ambato, conoció a doña Isabel
Villacreses de Fiallos, con quien se casó el 20 de enero
de 1811. La pareja tras un tiempo se domicilió en
Ambato, ciudad en la que don Marcos llegó a destacarse.
Fallecidos ya algunos hermanos en la edad de la
infancia, Juan se convirtió en el menor de los varones, y
sus padres le procuraron mimos y cuidados.
Tuvo siete hermanos: Francisco, Francisco Javier,
Mariano, Alegría, Rosa, Juana e Isabel. Su niñez transcurrió no sólo en su casa,
sino también en la cercana quinta de Ficoa. En 1836 sufrió de viruelas y quedó
con el rostro marcado. A los siete años fue a la escuela, una humilde casa de
aldea, de una sola planta, pobremente administrada y sostenida. En 1843,
cuando tenía once años, su hermano fue arrestado, encarcelado y desterrado
por enfrentarse políticamente a la dictadura de Juan José Flores. Según el
escritor Galo René Pérez, el destierro de su hermano le "dejó una lesión moral
de la que no se recuperó jamás", llevándolo a odiar a las dictaduras.
En 1845, su hermano regresó de su destierro en Perú, y lo llevó consigo a Quito
a continuar sus estudios. Sus dos hermanos mayores, Francisco y Francisco
Javier, le orientaban e influenciaban en su gusto por las letras, aparte de haberle
creado, cada uno con su prestigio, un ambiente favorable en el mundo de sus
estudios. Entre 1846 y 1848 empezó a estudiar gramática latina en el colegio
San Fernando. Posteriormente estudió filosofía en el seminario San Luis, donde
recibió el grado de maestro, y después ingresó a la Universidad de Quito para
estudiar Derecho, no porque quisiera ser abogado, sino porque entre las
profesiones de entonces (medicina, leyes y teología) ésta le era la menos
desagradable.
En Quito se hizo amigo del poeta y político liberal Julio Zaldumbide, con quien
se reunía de continuo. En su casa a veces asistían practicantes de letras,
destinados a convertirse en conocidos escritores: Agustín Yerovi, José Modesto
Espinosa y Miguel Riofrío. Juntos comentaban a los grandes autores románticos
europeos. En 1853 el presidente Urbina decretó la libertad de estudios en
colegios y universidades. Por las nuevas regulaciones, Montalvo se vio privado
de su cargo de secretario en el colegio San Fernando y además fue impulsado
a abandonar su carrera de Derecho tras haber aprobado solamente el segundo
curso. Así, decidió volver a Ambato.
En el ambiente melancólico de su casa (sus padres y su hermano mayor para
entonces habían fallecido) se concentró en el enriquecimiento de su formación
de autodidacta, acostumbrado a tomar notas de sus lecturas en cuadernos que
se conservan. Estudiaba gramática española y tratados de carácter idiomático.
Profesando un respeto consciente a Capmany y Clemencín, estaba convencido
de que era necesario fundar las originalidades estilísticas en la posesión de una
forma correcta autorizada por los clásicos y los estudiosos más notables de la
lengua.
Hizo una imitación inigualable del Quijote de Cervantes, en sus "Capítulos que
se le olvidaron a Cervantes". Vivió muchas veces exilado por razones políticas.
ELIÉCER CÁRDENAS
(Cañar, 1950)
Narrador y periodista. Entre sus obras
figuran: "Polvo y Ceniza" (Premio Nacional
"Nuevos Valores de la Novela", Quito,
1978); "Del silencio profundo", Háblanos
Bolívar", "Que te perdone el viento" y otras.
También ha escrito teatro: "Morir en
Vilcabamba" (Premio Nacional "Aurelio
Espinosa Pólit"). Sobre la novela "Polvo y Ceniza", el
crítico Agustín Cueva puntualiza que esta obra "recoge y
poetiza la vida de bandidos legendarios como Naún
Briones".
DOLORES VEINTIMILLA
Dolores Veintimilla (Quito, 1829 - Cuenca, 23 de mayo de 1857) fue una poetisa
ecuatoriana.
Obras.- Dolores Veintimilla dejó pocas obras, las cuales fueron publicadas en
conjunto por Celiano Monge en Quito después de la muerte de la poetisa.
Entre la prosa sobresalen “Fantasía” y “Recuerdos”. Son obras en las que
dialoga con el pasado y en las que culpa al tiempo por haber dado una temprana
muerte a sus ilusiones.
En el verso es donde mejor logra plasmar su dolor.
Con “Aspiración”, “Desencanto”, “Anhelo”,
“Sufrimiento”, “La noche y mi dolor”, “Quejas”, “A
mis enemigos”, “A un Reloj” y “A mi madre”.
Cómo característica de estilo se puede contar que
prefirió el verso rimado y musical, y que casi no se
valió de metáforas u otras imágenes literarias para
plasmar su dolor en sus escritos.