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UNIDAD EDUCATIVA GUILLERMO BUSTAMANTE CEVALLOS

TRABAJO DE LENGUA Y LITERATURA


TEMA: ESCRITORES ECUATORIANOS BIOGRAFÍA Y OBRAS
LITERARIAS MÁS IMPORTANTES

BRYAN GUEVARA

2do. BACHILLERATO TÉCNICO

Lcda. ROCÍO NUÑEZ

2017 - 2018
ESCRITORES ECUATORIANOS
Ecuador, país vecino de Argentina y Chile, cuna de poetas y escritores como
Benedetti o Cortázar, es también un referente literario en el continente
sudamericano. Escritores como Jorge Enrique Adoum o José Queirolo, han
nacido en Ecuador.
Algunos de ellos han traspasado fronteras con obras literarias de la talla
de Réquiem por la lluvia, o El árbol del bien y del mal, poesía escrita por
Medardo Ángel Silva en 1918.
La literatura ecuatoriana ha ido en expansión en los últimos años, tomando como
referente las obras contemporáneas más destacadas de países de habla
hispana.
Obras inéditas, como las obras literarias de Pablo Palacio, muestran el gran
enriquecimiento literario y cultural que transmite Ecuador al mundo a través de
sus prosas.
Débora o Vida del ahorcado son obras de este escritor que en su tiempo no
alcanzaron la atención suficiente o la difusión necesaria.
Poetas clásicos del tiempo de la Guerra de la Independencia, como Julio
Zaldumbide, marcaron un punto de referencia para los demás escritores.

JORGE ICAZA (1906 – 1978)

Nació en Quito el 10 Julio de 1906. Vivió su infancia en


una enorme propiedad rural, conociendo así, por
observación directa, la aflictiva realidad de los indios, las
características de su condición espiritual, sus costumbres.
Aprobó en Quito los estudios escolares y parte de la ins-
trucción media bajo la dirección de los frailes. Ingresó en
la Facultad de Medicina, pero la abandonó poco después.
Siguió entonces cursos de Arte Dramático, en el
Conservatorio Nacional. La consecuencia inmediata de
ello fue su profesión de actor, que la inició en 1928, y que estimuló sus primeras
creaciones literarias. En efecto, lo que primero escribió estuvo destinado al
teatro: “El intruso” (1928); “La comedia sin nombre” (1929); “Por el viejo” (1929);
“Cuál es” (1931); “Como ellos quieren” (1931); “Sin sentido” (1932). La Compañía
Dramática Nacional, a la que Icaza perteneció, puso en escena todos esos tra-
bajos, cuyos temas habían sido tomados de conflictos íntimos de familia, o de
prejuicios sociales. La experiencia personal de su autor, que llegó a conocer las
exigencias del arte teatral, le fue de positiva utilidad en el dominio de la acción y
en la desenvoltura de los diálogos.
Aunque no dejó de un modo definitivo la creación dramática, decidió probar su
talento en la narración… el campo de su inspiración pasó a ser
preponderantemente otro: el de los sufrimientos del indio y el cholo o mestizo en
una sociedad corroída por el mal centenario de la discriminación racial, la
desigualdad económica, las quiebras de la justicia y el sospechoso efecto de las
leyes.
Sus nuevos libros fueron: “Barro de la sierra” (cuentos,
1933); “Huasipungo” (primer premio de la novela de Hispanoamérica en un
concurso de la “Revista Americana” de Buenos Aires, 1934); “En las calles”
(premio nacional de la novela del Ecuador, 1936); “Cholos” (novela, 1938);
“Media vida deslumbrados” (novela, 1942); “Huairapamushcas” (novela, 1948);
“Seis relatos” (cuentos, 1952); “El chulla Romero y Flores” (novela, 1958). Se
publicó finalmente, en Buenos Aires, su novela postrera: “Atrapados”.
Icaza fue pues un escritor dedicado casi exclusivamente a su profesión literaria.
Ha viajado por muchos países. Ha ejercido las funciones de Agregado Cultural
ecuatoriano en la Argentina. Ha representado a su país en varios congresos
intelectuales. Ha sido Director de la Biblioteca Nacional. Pero todo ello no ha
tenido para él la significación que su labor de novelista, que es justamente la que
le ha conquistado celebridad internacional. En la enunciada producción narrativa
de Jorge Icaza se muestran muy evidentes sus objetivos de crítica social. Son
ellos los que establecen la unidad de sus ideas combativas, y los que dictan el
estilo de su relato y la persistencia de ciertos cuadros episódicos.
Su espíritu, atormentado de conflictos raciales, sigue pesando poderosamente
el ancestro aborigen. Clarísimo testimonio de ello es el “Chulla Romero y Flores”,
protagonista de la principal novela de Icaza. Y aun en este tipo de sus trabajos
es corriente encontrar más de un episodio en que se mueven los indios rumiando
su tragedia. Ahora bien, la intención política del narrador tiene un brío
incontenible. Del retrato fidedigno da un salto
brusco a la caricatura. Del análisis severo pasa
resueltamente a la sátira.
Así también los conflictos anímicos de la mezcla
racial del mestizo ecuatoriano se descubren por
igual en los cuentos “Cachorros” y “Mama Pacha”
y en las novelas “Cholos” y “El Chulla Romero y
Flores”. Hay problemas colectivos, como el de la
privación del agua a los campesinos, que tienen
caracteres semejantes en el cuento “Sed” y en la
novela “En las calles”. Y la confabulación de los
explotadores contra el indio en “Huasipungo”,
que es la novela a la que más se ha venido
refiriendo la crítica, publicada originalmente en
1960, narra la lucha de clases que se vivía en la
época. Desarrolla las arbitrariedades y la
esclavitud moderna por la clase latifundista
ecuatoriana. Jorge Icaza nos relata cómo era la
división de clases en la que los sectores populares
se veían apabullados por la clase dominante y la
introducción del liberalismo en el Ecuador.

JOSÉ DE LA CUADRA (1903-1941)


 Abogado, Escritor
 Profesor del colegio Vicente Rocafuerte
 Vicerrector del colegio Vicente Rocafuerte
 Subsecretario de Gobierno
 Secretario general de Administración Pública
 Visitador Consular
 Delegado del Gobierno para el estudio de leyes
 Presidente del Centro Universitario de Guayaquil
 Presidente de la Federación del Sur de Estudiantes
Universitarios
José de la Cuadra nació en Guayaquil, el 3 de septiembre de 1903. Su infancia
se desarrolló en una relativa estrechez económica.
De la Cuadra realizó sus estudios en su ciudad natal. En 1921, culminó el
bachillerato en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, y en 1929, se graduó de
abogado en la Universidad de Guayaquil.
La vida universitaria De la Cuadra fue alternada con el magisterio, el periodismo,
la política y la literatura. Desempeñó las funciones de profesor de Moral y
Gramática en el Colegio Vicente Rocafuerte; también fue bibliotecario y, con los
años Vicerrector del mismo plantel.
Las primeras incursiones literarias pertenecen a su época de colegial. Durante
1919-1920 formó parte de la redacción de la revista “Juventud Estudiosa”. En
ella colaboraron, entre otros bandos, Medardo Ángel Silva, José María Egas,
Jorge Carrera Andrade, Augusto Arias, Gonzalo Escudero, todos ellos
cultivadores del “retrasado modernismo ecuatoriano” del que José de la Cuadra
no se pudo sustraer. De allí que las primeras publicaciones tengan esta
influencia. En la ya mencionada “Sangre de Incas. A la memoria de Santo
Chocano”, “A la pálida”.
A la época del estudiante universitario corresponden sus primeras actividades
políticas. Fue presidente del “Centro Universitario de Guayaquil” y de “La
Federación del Sur de Estudiantes Ecuatorianos”. En 1925, en unión de sus
coidearios, fundó “la Universidad Popular”.
Es probable que en 1931 haya escrito “Los monos enloquecidos”. Así lo indica
de la Cuadra por medio de las palabras “del protagonista al autor”, que sirven de
introducción a la obra, sin embargo, el texto inconcluso de esta obra no se
publicó hasta 1951.
Desde 1931 hasta 1935, De la Cuadra colaboró en revista “Semana Grafica”,
publicada por la editorial “El Telégrafo”.
En 1932 sale a la luz, en España, una colección de cuentos titulada “La vuelta
de la locura”. Eran seis relatos de los cuales cinco habían formado parte “El amor
que dormía”, y otro, había integrado “Repisas”.
En 1932 se publicó la primera edición de “Horno”. El libro comprendía once
cuentos; en estas páginas campea “el dolor, la venganza, la miseria, las
aberraciones sexuales, reclamando enmiendas”. Una segunda edición data de
1940, y en ella se incluye “La tigra”.
En 1933, aparecieron una serie de artículos literarios, tanto en periódicos
nacionales como en revistas extranjeras. En la Revista “Americana” de Buenos
Aires se publicaron: “Iniciación de la novelística ecuatoriana”, “Advenimiento
literario del montubio” y “¿Feísmo? ¿Realismo?”. En la Revista “Claridad”,
también de Buenos Aires, publicó un artículo dedicado a la poesía de Gonzalo
Escudero y, en Guayaquil, escribió para “El Telégrafo” “Personajes en busca de
autor”,
La gran obra narrativa de José de la Cuadra, “Los Sangurimas”, fue publicada
en Madrid en 1934. Contenía además cinco cuentos: “Sangre expiatoria”,
“Candado”, “Calor de yunga”, “Barraganía” y “Shishi la chiva”.
En 1937, publicó en el editorial “Imán” de Buenos Aires, su ensayo sobre el
montubio ecuatoriano. En este tratado, de la Cuadra recoge todos sus
conocimientos sobre el alma y costumbres del hombre de nuestro litoral.
El 14 de octubre de 1937, aparece “Ecuador, país sin danza”, este es un ensayo
en el cual indica las razones por las que, según el autor, nuestro pueblo no baila.
En 1937 interviene nuevamente en la política. Fue Secretario General de la
administración del General Alberto Enríquez.
En 1938, mientras trabajaba en el Gobierno de Enríquez, fue designado agente
consular, cargo que le permitió visitar distintos países de Sudamérica y ponerse
en contacto con notables escritores.
En 1938, publicó su ultimo libre “Guasinton”. Se trata de una colección de catorce
cuentos, dos crónicas y seis reseñas que comprenden diferentes momentos de
su creatividad literaria y, por lo tanto, datan de diferentes fechas; unas incluso,
no se han podido precisar.
En 1938, se imprimió el Folleto “Sanagüin, novela azuaya”.
En 1940, apareció en la revista “Hombre de América”, de Buenos Aires, el cuento
“Galleros”; lo fabulesco y lo legendario van a caracterizar este relato.
José de la Cuadra falleció en su ciudad natal, el 2 de febrero de 1941, en plena
actividad literaria, cuando proyectaba escribir dos biografías, una, sobre el
General Eloy Alfaro y, otra sobre Pedro Montero, caudillos liberales
ecuatorianos.

SUS OBRAS LITERARIAS


Es evidente que su temprana madurez hizo notar en los años treinta, con una
producción que no cesaba de aparecer bajo el rigor de una clarísima inteligencia
y las demandas de un gusto bien cultivado. En todo el corto lapso de menos de
un decenio, consiguió de la Cuadra la creación de cuentos, novelas, artículos y
ensayos, que tienen más cualidades de solidez y gracia que los trabajos que
otros se han esforzado en realizar en un tiempo tres veces mayor. Y ellos, a
pesar de que de la Cuadra sentía repugnancia por la improvisación, vicio de
mediocres. Pero las tentativas reveladoras dataron de la época de su
adolescencia. Esto es, de cuando el autor apenas contaba dieciséis años de
edad. Para entonces demostraba ya un talento
fecundo, que naturalmente vacilaba eso es lo
que conmueve por ser signo de honradez
intelectual en el periodo difícil de la iniciación,
entre inexperiencias de técnica, debilidades en
el enfrentamiento a los asuntos, inestable
dominio del lenguaje literario.

Entre sus principales obras están:


 Oro de Sol (1925)
 Nieta de Libertadores
 El Extraño Paladín
 El Amor que Dormía (1930)
 Repisas (1931)
 Horno
 La Tigra
 Los Sangurimas (1934)
 Los Monos Enloquecidos (1951)
MEDARDO ÁNGEL SILVA (1898 – 1919)

Medardo Ángel Silva nació en Guayaquil el 8 de junio


de 1898, y murió de forma trágica el 10 de junio de
1919 en la misma ciudad (dos días después de haber
cumplido 21 años). Escritor, Poeta, Músico y
Compositor, es considerado el mayor representante
del modernismo en la poesía ecuatoriana. Quedó
huérfano de padre a muy temprana edad y su madre,
con la pequeña pensión que su esposo les había
dejado, construyó una modesta casa en la Avenida
del Cementerio. De niño entró a estudiar en la escuela
de la Filantrópica, cercana a su casa. Por esa época
todas las tardes, descansando sobre una hamaca,
contemplaba el interminable desfilar de los entierros
rumbo al cementerio. De allí la fijación que el poeta expresaría más tarde hacia
la muerte. También de niño le gustaba mucho la música, e incluso solía practicar
con frecuencia el piano en el convento de los padres agustinos.
Por el año de 1910 ingresó al colegio Vicente Rocafuerte, pero al cuarto año tuvo
que abandonar sus estudios por falta de recursos. Entonces entró a trabajar en
una imprenta local. Luego de abandonar el colegio, comenzó a intentar publicar
sus primeros poemas. Estos fueron rechazados al principio por los diarios más
importantes de Quito y Guayaquil, pero poco a poco empezaron a aparecer
publicados en pequeñas revistas literarias que comenzaron a darle notoriedad.
Aunque Silva no se graduó de bachiller, su condición de autodidacta lo llevó a
ser maestro escolar e incluso a leer en francés; así se le facilitó el contacto con
la poesía de los simbolistas franceses (Paul Verlaine, Arthur Rimbaud, Charles
Baudelaire), quienes llegaron a ser sus más grandes referentes. Las influencias
en su poesía, además, fueron el modernismo de Rubén Darío y el misticismo de
Amado Nervo.
Para 1915 sus poesías, que mostraban una marcada melancolía, eran ya
aceptadas en todos los diarios del país; además el joven adolescente entró a
trabajar como editor en diario El Telégrafo, el cual era en ese tiempo el periódico
de mayor circulación nacional. En las páginas de este diario es que logra publicar
por entregas su pequeña novela, María Jesús. En 1918 publica su primer y único
libro de poesías, El árbol del bien y del mal. Del mismo sólo imprime 100 copias,
por falta de recursos. Aunque el libro recibió aclamación por parte de los críticos
de su tiempo, las ventas no fueron nada buenas, llegando incluso Silva a
incinerar gran parte de los ejemplares al ver que en una librería no se había
vendido ni uno.
Sin embargo, la popularidad de Silva en el ámbito literario seguía creciendo. Más
entonces ocurrió la tragedia. La muerte de Medardo Ángel Silva sigue siendo un
misterio sin esclarecer; a los 21 años el joven poeta murió de un tiro en su cabeza
junto a la casa de su novia, por lo que se declaró que fue un suicidio. También
influyó en esta creencia el contenido de los poemas de Silva, el cual incluso llamó
a la Muerte la libertadora del horror de la vida.
Pero posteriores análisis ponen en duda la teoría de que se habría suicidado, ya
que la bala entró por detrás de su oreja. Sin embargo, nunca se investigó más
allá y fue enterrado sin los ritos fúnebres católicos,
asumiéndose que su muerte fue un suicidio y esto
ha llevado a la construcción de un imaginario
popular acerca de sus últimas horas, en él se habla
desde que habría estado jugando con el arma y que
su muerte fue un accidente, hasta que por una
decepción amorosa habría tomado esa trágica
decisión.
Entre sus famosas Obras Literarias están:
 El Árbol del Bien y del Mal (poesías, 1918)
 María Jesús (novela, 1919)
 La Máscara Irónica (ensayos)
 Trompetas de Oro (poesías)
 El Alma en los Labios

Al estilo de María de Jorge Isaacs, Silva entrega su


pequeña novela María Jesús de diez capítulos en los que relata la historia
melancólica de un hombre herido que regresa al campo.
Allí encuentra la alegría anhelada que extrañaba en la ciudad, a la que él
describía como un lugar de hombres malos.
Una historia poética en la que desenvuelve una pequeña historia de amor entre
el relator y María, una simpática quinceañera hija de un revolucionario.

Luis Alfredo Martínez (1869 – 1909)

Nació en Ambato el 23 de Junio de 1869 y falleció el 26 de


noviembre de 1909.
Fue un Escritor, Pintor, Político y Narrador Ecuatoriano,
comprometido con los románticos del siglo XIX. Iniciador del
realismo en Ecuador. Opositor al Gobierno de Eloy Alfaro.
Trabajo en diferentes regiones y en varios oficios, desde los
más humildes hasta los más prestigiosos, y conoció de cerca
la vida del pueblo. Eso le sirvió para escribir su obra cumbre
“A LA COSTA”, relativa a los conflictos entre liberales y
conservadores y a la emigración de los serranos hacia la
región costera, es un libro contra el fanatismo.

Entre sus principales obras constan:

 Disparates y Caricaturas (1903)


 A la Costa (1904)
 Catecismo de la Agricultura
 Camino al Oriente

En 1904 introduce su libro A la costa, una obra literaria que se contrapone a las
costumbres conservadoras de la época, mostrando una cara rebelde romántica
entre Luciano y Mariana.
Es una narrativa crítica con la religión y las
costumbres de la época. La historia de cada uno de
los personajes de esta novela se desdibuja a través
de la narrativa, tomando una variación imprevista.
Salvador, protagonista principal, consigue casarse
con Consuelo, y después de varios años de amor y
felicidad la historia toma un giro inesperado.

JUAN MONTALVO (1832 – 1889)

Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, Ecuador, 13 de


abril de 1832 – París, 17 de enero de 1889) fue un
ensayista y novelista ecuatoriano.
Vivió apasionadamente la política de partidos de su
País, y su pensamiento liberal estaba fuertemente
marcado por el Anticlericalismo y la oposición a los
dictadores Gabriel García Moreno e Ignacio de
Veintemilla. Luego de la publicación de la revista El
Cosmopolita, por medio de la cual criticaba a la
dictadura de García Moreno, Montalvo viajó a
Colombia, donde escribió gran parte del resto de su
obra. Uno de sus libros más conocidos es Las
Catilinarias, publicado en 1880. Entre sus ensayos
destacan Siete Tratados (1882) y Geometría Moral
(póstumo, 1902). También escribió una secuela de Don Quijote de la Mancha,
llamada Capítulos que se le olvidaron a Cervantes.
Murió a causa de una Pleuresía en París. Su cuerpo fue embalsamado y se
expone en un mausoleo construido en su ciudad natal, en Ecuador.

INFANCIA Y FORMACIÓN
Su padre, Don Marcos Montalvo, hijo de un inmigrante
andaluz, se dedicaba a los negocios ambulantes. En
Quinchicoto, cerca de Ambato, conoció a doña Isabel
Villacreses de Fiallos, con quien se casó el 20 de enero
de 1811. La pareja tras un tiempo se domicilió en
Ambato, ciudad en la que don Marcos llegó a destacarse.
Fallecidos ya algunos hermanos en la edad de la
infancia, Juan se convirtió en el menor de los varones, y
sus padres le procuraron mimos y cuidados.
Tuvo siete hermanos: Francisco, Francisco Javier,
Mariano, Alegría, Rosa, Juana e Isabel. Su niñez transcurrió no sólo en su casa,
sino también en la cercana quinta de Ficoa. En 1836 sufrió de viruelas y quedó
con el rostro marcado. A los siete años fue a la escuela, una humilde casa de
aldea, de una sola planta, pobremente administrada y sostenida. En 1843,
cuando tenía once años, su hermano fue arrestado, encarcelado y desterrado
por enfrentarse políticamente a la dictadura de Juan José Flores. Según el
escritor Galo René Pérez, el destierro de su hermano le "dejó una lesión moral
de la que no se recuperó jamás", llevándolo a odiar a las dictaduras.
En 1845, su hermano regresó de su destierro en Perú, y lo llevó consigo a Quito
a continuar sus estudios. Sus dos hermanos mayores, Francisco y Francisco
Javier, le orientaban e influenciaban en su gusto por las letras, aparte de haberle
creado, cada uno con su prestigio, un ambiente favorable en el mundo de sus
estudios. Entre 1846 y 1848 empezó a estudiar gramática latina en el colegio
San Fernando. Posteriormente estudió filosofía en el seminario San Luis, donde
recibió el grado de maestro, y después ingresó a la Universidad de Quito para
estudiar Derecho, no porque quisiera ser abogado, sino porque entre las
profesiones de entonces (medicina, leyes y teología) ésta le era la menos
desagradable.
En Quito se hizo amigo del poeta y político liberal Julio Zaldumbide, con quien
se reunía de continuo. En su casa a veces asistían practicantes de letras,
destinados a convertirse en conocidos escritores: Agustín Yerovi, José Modesto
Espinosa y Miguel Riofrío. Juntos comentaban a los grandes autores románticos
europeos. En 1853 el presidente Urbina decretó la libertad de estudios en
colegios y universidades. Por las nuevas regulaciones, Montalvo se vio privado
de su cargo de secretario en el colegio San Fernando y además fue impulsado
a abandonar su carrera de Derecho tras haber aprobado solamente el segundo
curso. Así, decidió volver a Ambato.
En el ambiente melancólico de su casa (sus padres y su hermano mayor para
entonces habían fallecido) se concentró en el enriquecimiento de su formación
de autodidacta, acostumbrado a tomar notas de sus lecturas en cuadernos que
se conservan. Estudiaba gramática española y tratados de carácter idiomático.
Profesando un respeto consciente a Capmany y Clemencín, estaba convencido
de que era necesario fundar las originalidades estilísticas en la posesión de una
forma correcta autorizada por los clásicos y los estudiosos más notables de la
lengua.
Hizo una imitación inigualable del Quijote de Cervantes, en sus "Capítulos que
se le olvidaron a Cervantes". Vivió muchas veces exilado por razones políticas.

ELIÉCER CÁRDENAS
(Cañar, 1950)
Narrador y periodista. Entre sus obras
figuran: "Polvo y Ceniza" (Premio Nacional
"Nuevos Valores de la Novela", Quito,
1978); "Del silencio profundo", Háblanos
Bolívar", "Que te perdone el viento" y otras.
También ha escrito teatro: "Morir en
Vilcabamba" (Premio Nacional "Aurelio
Espinosa Pólit"). Sobre la novela "Polvo y Ceniza", el
crítico Agustín Cueva puntualiza que esta obra "recoge y
poetiza la vida de bandidos legendarios como Naún
Briones".

Novela escrita por Eliécer Cárdenas, quien nació en 1950


en Cañar, Ecuador.
Polvo y Ceniza es una novela popular en la cultura
Ecuatoriana, en la cual es revelado el sentir mayoritario de
la población de la época.
Naún Briones es un guerrero campesino que se enfrenta
a la explotación del feudo hacia el campesino. Cárdenas
rodea al personaje principal en una semántica de
romanticismo, realismo y misticismo, que refleja lo que
sería el sentir verdadero para la época. Es una obra
contemporánea.

JORGE CARRERA ANDRADE (1903 – 1978)

Jorge Carrera Andrade es un escritor y poeta ecuatoriano


nacido en Quito en 1903.
Poeta ecuatoriano cuya obra se considera la superación
del modernismo y la iniciación de las vanguardias en su
país. Cosmopolita en su formación y en sus planteos
estéticos, trascendió ampliamente las fronteras locales y
ejerció la traducción, el ensayo y la diplomacia, con el
mismo ahínco con el que escribió poesía.
Estudió en la Facultad de Jurisprudencia de Quito, en la
de Filosofía y Letras de
Barcelona (España) y en la de Aix (Francia). Político
y diplomático, fue secretario general del partido
socialista ecuatoriano (1927-1928), secretario del
Senado y del Congreso, cónsul de su país en Paita
(Perú), El Havre (Francia), Yokohama (Japón) y San
Francisco (EE. UU.); secretario de Embajada en
Venezuela, ministro plenipotenciario en Gran
Bretaña y delegado en la U.N.E.S.C.O.

El poeta nos relata la historia de Ecuador a través de


poesía, en la que cada capítulo se convierte en un
cuento popular que entrelaza luchas, historias y
personajes autóctonos de la República del Ecuador.
En su obra más trascendental está El camino del sol.
DEMETRIO AGUILERA MALTA

Escritor guayaquileño nacido el 24 de mayo de 1909, hijo del Sr. Demetrio


Aguilera Sánchez y de la Sra. Teresa Malta y Franco.
Todos sus estudios los realizó en su ciudad natal: La
primaria en la escuela de los Hermanos Cristianos y la
secundaria en el Vicente Rocafuerte donde en 1929 obtuvo
el título de Bachiller. Más tarde inició estudios de derecho,
que abandonó dos años después para dedicarse de lleno a
la literatura, pues ya desde 1924 se había iniciado en dicho
campo con la publicación de sus primeros poemas que
aparecieron en la revista Cromos y en el vespertino La
Prensa. Un año después escribió también su primer cuento
del género montubio, al que tituló «La Mardita Canoa».
Perteneció a la llamada Generación de los 30 o Grupo Guayaquil, y en sus obras
predominó siempre el problema social por sobre la sicología de los personajes.
En 1930 publicó, junto a Enrique Gil Gilbert y Joaquín Gallegos Lara, una de las
obras clásicas de la literatura ecuatoriana: «Los que se Van» (Cuentos del Cholo
y del Montubio), y tres años más tarde, la que para muchos está considerada
como su mejor obra: «Don Goyo».
Buscando ampliar el horizonte de su temática, publicó
«Canal Zone» (1935), «La Isla Virgen» (1942), «El Quijote
Dorado», «La Caballeresa del Sol» y «Un Nuevo Mar Para
el Rey» (1964); «Siete Lunas y Siete Serpientes»
(1970), «El Secuestro del General» (1973), «Jaguar»
(1977) y «Una Cruz en Sierra Maestra», a través de las
cuales relató diferentes episodios de la vida de los
pueblos americanos. Escribió además, junto al escritor e
historiador Jorge Pérez Concha: «Primavera Interior» y
«El Libro de los Mangleros», esta última en verso.
Incursionó también en el campo del teatro con obras a
través de las cuales combatió a las dictaduras y a la
corrupción; tal es el caso de «Lázaro», «Carbón» y
«Dientes Blancos».
En reconocimiento a su inestimable labor literaria y
cultural, el gobierno del Dr. Osvaldo Hurtado Larrea le otorgó la más alta
distinción nacional a las letras: El Premio Eugenio Espejo.
Durante su vida actuó en diferentes e importantes cargos: Fue Subsecretario de
Educación, Consejero de la Embajada del Ecuador en Chile y Agregado Cultural
en Brasil. Fue además miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, miembro
de la Comunidad Iberoamericana de Escritores y miembro de la Casa de la
Cultura Latinoamericana.
«Demetrio Aguilera Malta fue uno de los mejores escritores ecuatorianos, que
nos trazó un sendero de luz y nos dejó sabias enseñanzas: pensar con lucidez,
escribir con cultura. Su extensa obra literaria, centrada en la realidad social, nos
deja una obra cultural maravillosa; pues con los ojos del corazón miró a su cholo,
a su montubio, se asoció a su dolor, a su fracaso. Por eso su obra literaria se
extendió, sus libros se han expandido por el mundo de la lengua española, y han
sido traducidos a otros idiomas» (H. Oña Villarreal.- Fechas Históricas y
Hombres Notables del Ecuador, p. 448)
Desempeñando el cargo de Embajador del Ecuador ante el gobierno de México,
murió en la capital azteca el 6 de enero de 1982 y de acuerdo con su voluntad,
su cuerpo fue incinerado y sus cenizas traídas a Guayaquil para ser arrojadas
en aguas del golfo, frente a la isla Puná.

LUIS ALBERTO COSTALES

Riobamba, 24 de diciembre de 1926 – Riobamba,


01 de febrero de 2006, fue poeta, escritor, filósofo,
maestro, orador y político ecuatoriano.
Poeta resuelto a vivir para amar a su ciudad,
creador de paisajes líricos conjugados con lo épico,
utiliza un vocabulario amplio, elocuente y los más
variados recursos literarios; amante de lo clásico,
muchas de sus composiciones están sujetas a la
mét rica, a la rima y al ritmo. Admirador también del
romanticismo, en etapas subsiguientes busca la
libertad literaria, da más importancia a la
inspiración, defiende el sentimiento, la imaginación, el idealismo, el patriotismo.
Entre sus obras se destacan: "Bucólicas y Una Vida Simple"; "Cuadernos
Culturales"; "Letras del Ateneo del Chimborazo"; “Sobre el Pomo de la Tierra” y
“Exiliado en el Verso” es una obra en la que el autor
transmite sus pensamientos más fantasiosos,
revelando la cultura ecuatoriana a través de la poesía
sus historias de vida, convirtiéndola, según el mismo
autor, en una prolongación de su estirpe mental.

Cofundador del Partido Izquierda Democrática


siendo integrante del Primer Consejo Ejecutivo
Nacional, el cual estuvo conformado por Alfredo
Buendía, Rodrigo Borja, Fidel Jaramillo Terán, Efrén
Cocíos y otros.
Riobamba, a través de su historia, ha sido cuna de
grandes hombres que han orientado y contribuido al
desarrollo de la sociedad. El Dr. Luis Alberto Costales
Cazar es uno de los más relevantes ejemplos, especialmente en su vocación
para la formación de juventudes con altos valores humanísticos y cívicos.
De ancestro de patriotas, luchadores e idealistas, hijo de Don Luis Arsecio
Costales Cevallos y de doña Esther Lucía Cazar Chávez. Para 1927, ocurre en
Riobamba un feliz acontecimiento que marcará la primera infancia: se lleva a
cabo la solemne inauguración del Monumento a Pedro Vicente Maldonado,
personaje muy admirado, recordado y cantado muchas veces por él.
Su niñez y juventud transcurren intercaladas entre las haciendas que fueron
propiedad de sus padres: Maguazo, Lanlán, Ocpote, La Quinta Florida y San
Pablo. De todas ellas guarda en su corazón emociones efervescentes de gratos
momentos familiares: reuniones íntimas a la luz de las velas, donde privilegiaba
la voz de su padre en relatos de anécdotas con carácter histórico, unas veces y
otras, de novelas y cuentos clásicos.
En una ocasión, al pasar a caballo por una iglesia cercana, oye por primera vez
el tañer de una campana y, a su corta edad, pensó que se trataba de una
manifestación divina, por lo que decide escribir su primer poema. Dicho sonido,
agradabilísimo, quedaría impreso para siempre en su alma.
En 1932 realiza su primer año de estudio en la Escuela Simón Bolívar de
Riobamba. De su escuelita se expresa así: "Mi escuelita era pequeña pero
bonita; en sus aleros posábanse las golondrinas, no sé si para descansar de sus
raudos vuelos o para deleitarse viendo nuestras travesuras y oyendo nuestros
cantos infantiles; a la hora de ingreso o de salida nos esperaban ahí, amistosas
nos miraban, cabeceaban, susurraban, tal vez hacían guardia en la fila rigurosa.
Los ámbitos de las aulas eran cálidos, relativamente estrechos, sonorizados por
la voz obstinada de los maestros en generosa entrega de conocimientos,
consejos, admoniciones..."
Para el segundo año de estudio ingresa a la Escuela Santo Tomás Apóstol
Riobamba (STAR), regentada por los padres salesianos, donde conservaría el
mensaje del carisma de Don Bosco, y las clases de pintura impartidas por el
sacerdote italiano José Ferraris.
Sus estudios secundarios los realiza en el Colegio San Felipe Neri de la misma
ciudad, regentada por los padres jesuitas, aquí florecen su amor por la literatura,
la música y demás expresiones artísticas; tuvo el privilegio de escuchar en varias
ocasiones las Misas Gregorianas, cantadas por el gran jesuita Eugenio Goetz.
En 1945 ingresa a la Universidad Central del Ecuador, de la ciudad de Quito, a
la facultad de Ciencias Internacionales (Diplomacia), y en la que fuera designado
Vicepresidente de la Asociación de Estudiantes. Obtiene el Primer Premio Inter-
Universitario por la Declaración de los Derechos del Hombre (1950). Junto con
otros jóvenes rebeldes de la época, entre ellos, Abraham Romero C. fundan el
Movimiento Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana (ARNE).
Su estancia en Quito, estuvo intercalada entre sus estudios profesionales y el
cultivo de las letras; es así como al frecuentar el "Café Bohemio", cafetería
ubicada en pleno centro de la ciudad capital, tuvo la oportunidad de conocer y
hacer amistad con reconocidos poetas tales como: Benjamín Carrión , César
Dávila Andrade, a quien apodaban "El Faquir", entre otros. El Café Bohemio era
un lugar para compartir momentos de amistad e intercambiar trabajos que eran
leídos, admirados y criticados por los asistentes, todo esto acompañado de las
magníficas interpretaciones en piano, del ilustre compositor y maestro Uberto
Santacruz. El contacto con personalidades de la literatura de la época, le inspiran
su acercamiento y acendrada pasión por las letras.
A la edad de 23 años, dos años antes de terminar su carrera universitaria,
contrae nupcias con la distinguida dama riobambeña, doña Aída Violeta Terán
Moncayo; obtiene luego su título de Doctor en Derecho Internacional, cuya tesis
fue aclamada y reposa en los archivos de la Universidad Central. Todavía en
Quito, constata felizmente la llegada de su primer hijo: Luis Eduardo, y de
regreso a su amada ciudad, la de sus hijas e hijo: María del Pilar, Carlos Rodrigo,
Lucía Elena, Nancy Susana y Lourdes Jacqueline.
JUAN LEÓN MERA

(Juan León Mera Martínez; Ambato, Ecuador, 1832 -


id., 1894) Escritor ecuatoriano. Heredero y admirador
del romanticismo francés, en particular de
Chateaubriand, se le atribuye el papel de fundador
de la crítica literaria en su país. Miembro del Partido
Conservador, fue senador, gobernador en dos
ocasiones y ministro del Tribunal de Cuentas. Fundó
la Academia ecuatoriana y fomentó la conciencia
literaria criollista. Esta preocupación por la cultura
criolla se refleja en su Ojeada histórico-crítica sobre la poesía ecuatoriana (1868)
y en una carta que dirigió a Menéndez y Pelayo en 1883. Escribió la letra del
himno nacional ecuatoriano, los versos de Melodías indígenas (1858) y la
leyenda inca en verso La virgen del Sol (1861). Su obra más popular, Cumandá
o un drama entre salvajes (1879), se inscribe en el género del melodrama y narra
los amores frustrados de los hermanos indios Carlos y Cumandá, ignorantes de
su parentesco.
De familia humilde, fue abandonado por su padre antes de nacer, y se formó de
modo autodidacta, al amparo de la ternura maternal; ya en Quito, aprendió
pintura y escribió en los periódicos. Se empleó en Correos, llegó a diputado con
tendencias liberales y acabó por ocupar la presidencia del Senado.
Sin embargo, sus primeras inclinaciones políticas sufrieron progresivamente una
evolución que lo acercaron a Gabriel García Moreno, a quien había atacado
antaño, y no tardó en convertirse en el más apasionado de los propagandistas
católicos. Por esta razón fue primero amigo y después enemigo irreconciliable
de su paisano Juan Montalvo, quien le atacó desdeñosamente y sin piedad. Al
contrario de Montalvo, Juan León Mera fue un firme defensor de la aristocracia
criolla que reconocía, en la existencia de lo indígena, un camino para tomar
conciencia "de su historicidad, su conflictivo ser y la crisis de su ideología".
Influido esencialmente por José Zorrilla en el terreno lírico, llevó los acentos
románticos al tema indígena. Como poeta publicó, además de un volumen
de Poesías (1858), el poema La Virgen del Sol (1861), leyenda indígena que es
una verdadera novela en verso y un antecedente indudable de Cumandá. Esta
obra ponía en práctica las doctrinas que el escritor mantenía con respecto a la
poesía indigenista y nacional, y que para él significaban la posibilidad de una
americanización de la literatura. A estos títulos debe añadirse otra leyenda en
verso de tema colonial, Mazorra (1875), y Melodías indígenas (1887, con una
reedición de La Virgen del Sol). Mera fue también el autor de la letra del himno
nacional del Ecuador.
Como prosista, Juan León Mera ofrece diversos aspectos: desde el biográfico
(Cevallos, García Moreno y otros), hasta el crítico (Ojeada histórico-crítica sobre
la poesía ecuatoriana, 1868, en la que mostró un pronunciado interés por la lírica
quichua, y La Dictadura y la Restauración), pasando por el de novelista, que es,
sin duda, el que da más relieve a su personalidad.
Su novela Cumandá o un drama entre salvajes (1879) le aseguró un sólido
prestigio, pero es posible que a la larga sean reconocidas como de mayor interés
literario algunas de sus narraciones breves, de carácter costumbrista, como Los
novios de una aldea ecuatoriana (1872), Entre dos tías y un tío y Un matrimonio
inconveniente.
CUMANDÁ O UN DRAMA ENTRE SALVAJES
En la historia de la literatura ecuatoriana, Cumandá o un
drama entre salvajes marca la iniciación de la novela, a
la vez que significa la culminación del romanticismo
como asimilación de escuela literaria. Aunque el
argumento de Cumandá recuerda mucho al
de Atala de Chateaubriand, la verdad es que tiene
bastantes perfiles que le son propios.
La obra relata el amor imposible de dos jóvenes en la
selva virgen del Ecuador, exótico marco que el autor
describe con detalle, mostrando a los pueblos indígenas
orientales como bárbaros y salvajes. Cumandá, la
heroína, que vive entre los salvajes indígenas que
admiran su belleza; Carlos, el amado, cristiano blanco
que se enamora platónicamente de Cumandá; y el
Padre Orozco, misionero religioso, que al final resulta
ser el padre de los tiernos amantes, son los personajes
más caracterizados.
Del escritor Juan León Mera, Cumandá es una novela romántica que relata la
historia entre Carlos y la protagonista.
A través de esta obra literaria, Juan León Mera combina el romanticismo con los
problemas culturales e indígenas que se vivían en la época, relatando también
la explotación del indígena por el indígena mismo.
Pero Cumandá es sobre todo la novela de la selva, de la naturaleza tropical. La
selva es el personaje principal de la obra; frente al protagonismo del paisaje, los
personajes parecen moverse como en un segundo término. Las descripciones
que Juan León Mera hace de la naturaleza primitiva del Oriente ecuatoriano o el
relato de las fiestas entre las tribus salvajes son episodios que confieren interés
permanente a la novela.
Escrito en irreprochable estilo y alejado del costumbrismo, el relato propone la
posibilidad de un encuentro entre lo aborigen y lo culto, entre el caos de la selva
y el orden de la formación cristiana. La novela entusiasmó a Juan Valera y a
muchos de sus coetáneos por el conocimiento que revela de la selva y del indio,
pero está muy lejos de producir la misma impresión en la crítica moderna.

DOLORES VEINTIMILLA

Dolores Veintimilla (Quito, 1829 - Cuenca, 23 de mayo de 1857) fue una poetisa
ecuatoriana.

En su corta vida fue creadora de inspirados poemas y trabajos literarios, el


poema que más se conoce es Quejas. El fracaso en su matrimonio y su
pensamiento adelantado a la época, marcarían la personalidad y los trabajos
posteriores de Dolores.

Obras.- Dolores Veintimilla dejó pocas obras, las cuales fueron publicadas en
conjunto por Celiano Monge en Quito después de la muerte de la poetisa.
Entre la prosa sobresalen “Fantasía” y “Recuerdos”. Son obras en las que
dialoga con el pasado y en las que culpa al tiempo por haber dado una temprana
muerte a sus ilusiones.
En el verso es donde mejor logra plasmar su dolor.
Con “Aspiración”, “Desencanto”, “Anhelo”,
“Sufrimiento”, “La noche y mi dolor”, “Quejas”, “A
mis enemigos”, “A un Reloj” y “A mi madre”.
Cómo característica de estilo se puede contar que
prefirió el verso rimado y musical, y que casi no se
valió de metáforas u otras imágenes literarias para
plasmar su dolor en sus escritos.

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