Вы находитесь на странице: 1из 19

Capítulo III

TRATAMIENTO DE AGUA

En toda instalación industrial, el agua constituye un servicio indispensable y como


tal, en general no es consumida por el proceso productivo, sino solo utilizada en tareas tales
como enfriamiento, limpieza, consumo humano, higiene (tanto industrial como sanitaria) y,
como se indicó en capítulos anteriores, para producción de vapor; adicionalmente, todos
estos servicios (con excepción del ultimo) conllevan a la producción de aguas residuales
con mayor o menor grado de impurezas contaminantes.

En este sentido, existen dos conjuntos de procesos relacionados con el manejo del
agua en una planta industrial:

1. Tratamiento de agua “cruda”, que engloba el procesamiento del agua desde su


recolección en la fuente hasta su entrega al proceso consumidor. De estos procesos,
el de filtración merece particular atención, tanto desde el punto de vista de los
requerimientos de control para su adecuada operación, como por la importancia que
reviste por ser el proceso básico inevitable sean cuales sean los procesos requeridos
(clorinacion, suavizado, desmineralización, etc.) para el uso final del agua.
2. Tratamiento de aguas “servidas”, que incluye la recolección y procesamiento de las
aguas efluentes de las plantas y demás instalaciones, para adecuarla ya sea para su
reutilización o devolución al medio ambiente. Los contaminantes presentes en las
aguas pueden ser de naturaleza orgánica (como los provenientes de aguas para uso
sanitario), o química (provenientes de procesos industriales), dependiendo de lo cual
se utilizaran procesos mecánicos, biológicos o químicos.

FILTRACIÓN DE AGUA CRUDA

Con este proceso se pretende remover partículas de diversa naturaleza que se


encuentren en suspensión en el agua.
Capítulo III
1. Descripción del proceso

En general se utilizan tres reservorios (ver Fig.VIII.1)

1. Reservorio de asentamiento, para lograr la sedimentación de las partículas más


pesada, aliviando así la operación de la etapa filtrante propiamente dicha.
2. Celda filtrante, cuya finalidad es retener las partículas en suspensión que no
precipitaron en la etapa anterior. Cuenta para ello con una zona rellena con el
material filtrante propiamente dicho, comúnmente denominado “lecho”.
3. Reservorio de aguas claras, de donde succionan las bombas de despacho hacia el
sistema de distribución del agua. Esta etapa también aporta la capacidad necesaria
para minimizar el impacto de las variaciones en la rata de consumo y así lograr la
operación del proceso de filtración a un régimen relativamente constante, lo cual es
importante si se toma en cuenta que en este tipo de plantas el agua fluye por
gravedad de una etapa a otra.

Fig. VIII.1 Filtración de agua cruda

Debe destacarse que pueden utilizarse varias plantas de paralelo, de ser requerido
por el volumen de la demanda.

2. Esquemas de control

Existen varias opciones para el control de la rata de filtración en plantas de


tratamiento de agua, las cuales pueden agruparse en dos tipos:
Capítulo III
a) Natural

Se utiliza este tipo de arreglos cuando se dispone de un suministro abundante y


razonablemente estable de agua, como pudiera serlo un reservorio previo lo
suficientemente grande. En este caso, la rata de filtración está determinada por
la demanda (ver Fig. VIII.2).

Este esquema provee un buen control de los niveles de los recipientes, pero
presenta el inconveniente de permitir el vaciado del filtro al fallar el suministro
de agua cruda, lo cual hace necesario un retrolavado del mismo cuando el
servicio se restablece.

b) Aislamiento del filtro


Este esquema (ver Fig. VIII.3) evita el problema señalado en el caso anterior, ya
que produce el cierre de la válvula de entrada al filtro ante una falla ante una
falla en el suministro de agua cruda. Sin embargo, la regulación del nivel del
filtro se ve algo desmejorada ante variaciones de la demanda con respecto al
esquema anterior.

Fig. VIII.2 Esquema de control Natural


Capítulo III
Alternativamente, como también se muestra en la Fig. VIII.3, la entrada de agua
cruda puede ser ajustada manipulando (arranque y parada, o ajuste de velocidad en
instalaciones más sofisticadas) las bombas de suministro.

Esquema alterno

A otros
filtros LCA

LTA LCB
FCA
FTA

LTB

A red de
FBC
distribucion
FTB

Fuente de Reservatorio de Reservatorio


agua pura asentamiento Filtro de agua clara

Fig. VIII.3 Esquema de control por aislamiento del filtro

c) Combinado
La Fig. VIII.4 muestra un arreglo que combina las mejores características de los
anteriores, a través de un esquema selectivo; el punto de ajuste de LCA1 es
superior al de LCA2, de manera que en operación normal la salida de este
último es 100%; en estas condiciones, el punto de ajuste de FCB estará
determinado por la salida de LCB, por lo que el sistema se comporta como el de
la Fig. VIII.2. En caso de falla del suministro de agua, el nivel del filtro
comenzara a disminuir, y con él la salida del LCA2, hasta que esta tome control
de FCB, cerrando, de ser necesario, la válvula de control a la salida del filtro de
la misma manera que el esquema de la Fig. VIII.3.
Capítulo III
<
LCA LCA
1 2 LYB LCB

A otros
LTA
FCA filtros
FTA

LTB

A red de
FBC distribucion
FTB

Fuente de Reservatorio de Reservatorio


agua pura asentamiento Filtro de agua clara

Fig. VIII.4 Esquema de control combinado

d) Control de retrolavado

El retrolavado es necesario a fin de retirar el material acumulado durante el proceso


de filtración del lecho filtrante, gracias a una expansión del mismo producida por la
introducción en sentido inverso del agua a través del filtro. Algunos diseños
incluyen mecanismos para efectuar esta operación, como el llamado “filtro
Hardinge”, en el que el lecho filtrante esta soportado por placas porosas, y se
encuentra dividido en compartimientos estrechos por medio de secciones verticales;
el mecanismo de retrolavado es trasladado sobre un puente en la parte superior del
filtro para lavar individualmente los diversos compartimentos,

En filtros más convencionales se requiere de tuberías y válvulas de bloqueo


adicionales para realizar esta operación, así como la de un lazo de control de flujo para
regular la rata de retrolavado. Además, se puede controlar de manera totalmente automática
tanto el inicio como el final del proceso utilizando un transmisor de presión diferencial para
medir el grado de obstrucción del lecho (ver Fig. VIII.5). El final de este proceso puede ser
detectado de manera alterna por medio de un analizador de turbidez del efluente del
retrolavado.
Capítulo III
En este esquema se incluye instrumentación para fijar la rata de retrolavado de
acuerdo a algunos de los conceptos que se indican a continuación.

Lecho filtrante Filtro

∆P
Reservorio de
agua clara
AT
A red de
Y distribucion
Controlador de
retrolavado

FT

FC

Fig.VIII.5 Control de retrolavado

1) Expansión máxima del lecho


Durante el retrolavado, la presión diferencial a través del lecho es proporcional al
peso del medio filtrante suspendido en el agua y, una vez alcanzado el flujo de
retrolavado para que esto se produzca, alcanzara un valor “h” que permanecerá
constante ante ulteriores incrementos de dicho flujo; este valor puede ser calculado
con la ecuación de Fair-Hatch:

Ec.VIII.1 → . .

Dónde:

h = diferencial de presión por expansión del lecho

e = altura del lecho expandido


Capítulo III
P1 = densidad de los granos del lecho

P = densidad del fluido

Fe = relación de porosidad del material

El controlador de retrolavado detecta esta condición cuando la rata de cambio de la


presión diferencial se haga cero, y se encargara entonces de mantener el flujo mínimo
requerido para sostenerla, con lo que se logra economía en la utilización del agua para
retrolavado.

2) Flujo optimo según la temperatura


Se ha demostrado que la efectividad del retrolavado es afectada por la viscosidad
del agua, la cual a su vez depende de su temperatura (ver Fig. VIII.6).
consecuentemente, otro criterio para optimar el retrolavado es ajustar el flujo en
función de esta temperatura (prealimentacion), a fin de obtener una expansión
constante del lecho independientemente de la misma. Esta opción es
particularmente interesante en lugares donde hay amplias variaciones en la
temperatura ambiente.

Fig. VIII.6 Variación de la viscosidad del agua con la temperatura


Capítulo III
MANEJO DE AGUAS RESIDULAES

Dependiendo de la naturaleza de los residuos y contaminantes que puedan mantener


estas aguas, las plantas para tratamiento de las mismas utilizan varios procesos, ya sean de
tipo físico únicamente (primarios), o incluyendo además procesos del tipo biológico y
electroquímico (secundarios). Adicionalmente, la disposición de los residuos (lodos)
resultante también involucra este último tipo de procesos, como por ejemplo el de la
“digestión”. La Fig. VIII.7 muestra una planta física de tratamiento de aguas residuales,
incluyendo procesos primarios, secundarios y para disposición de lodos.

Sedimentación Sedimentación
Filtrado Tratamiento Clorinación
primaria final

Influente Recirculació n Lodos Efluente


crudos

Sedimentación Lodos
Gas final digeridos

Fig. VIII.7 Planta de tratamiento de aguas residuales

Como quiera que los procesos de filtrado y sedimentación no requieren de ningún control
automático en particular, en las siguientes secciones se estudiaran en detalle solo los
procesos de tratamiento, Digestión y Coronación.

1. Tratamiento
La selección del proceso a ser utilizado en este caso depende principalmente de la
naturaleza de los residuos a ser eliminados. En general, estos procesos consisten en
la promoción de condiciones para la multiplicación de bacterias existentes en las
aguas a fin de que se encarguen de transformar los compuestos contaminantes en
otros menos dañinos. A continuación se describen los dos tipos básicos de
tratamiento, así como los respectivos esquemas de control.
Capítulo III
a) Filtros Biológicos

El tipo de filtro es particularmente efectivo cuando se requiere manejar efluentes de


origen industrial. En este caso se fomenta el crecimiento de bacterias que convierten
compuestos nitrogenados presentes (básicamente amoniaco), primero en nitritos (las
nitrosomas) y luego en nitratos (nitrobactor), los cuales posteriormente pueden ser
utilizados como fertilizantes; en ocasiones este tipo de filtro es utilizado como una etapa
previa a un tratamiento de lodos activados (descrito más adelante). A fin de asegurar un
ambiente suficientemente oxigenado para este proceso, el influente es introducido al filtro
en forma de llovizna (ver Fig. VIII.8), o alternativamente se utilizan los llamados
“biodiscos” (discos giratorios semisumergidos), como mecanismo de oxigenación del
líquido.

Filtro biologico

Filtrado Sedimentacion primaria

Efluente
A digestion de lodo Rango partido

LC
NH3 NH3 A digestion de lodo
min
AC AT
LT

Influente
NH3

Tanquilla de bombeo

Fig. VIII.8 Control de flujo mínimo en un filtro biológico


Capítulo III
Es importante asegurar un flujo mínimo a través del filtro, ya que de lo contrario el
sistema biológico puede degradarse. Así, como previsión en caso de cargas fluctuantes, se
incluye un arreglo para recircular efluente al filtro en situaciones de baja carga de manera
de mantener las condiciones bilógicas necesarias para manejar eventuales incrementos
abruptos de carga.

En la posible solución mostrada en la Fig. VIII.8 la tanquilla que recibe el fluente


también recibe la recirculación, la cual es controlada por medio de un lazo diseñado para
manejar el flujo mínimo requerido. Un controlador de nivel manipula en rango partido tanto
este lazo como las bombas de carga al filtro, la menor de las cuales (en caso de ser
diferentes) es también capaz de manejar el flujo mínimo. Al haber carga normal, la válvula
de recirculación es mantenida cerrada y se operan las bombas necesarias para manejar el
volumen de influente; al disminuir este, se van apagando una a una las bombas (o
controlando su velocidad en rango partido), hasta una sola en servicio, momento a partir del
cual se empieza a abrir la recirculación. En caso extremo de no haber influente alguno, la
recirculación resultante será suficiente para mantener las condiciones biológicas. Por
supuesto, la secuencia contraria ocurre al irse restableciendo las condiciones normales de
carga. Dependiendo del tiempo que se prevea para que esto ocurra, puede que sea necesario
disponer además de facilidades para inyección de amoniaco (NH3), a fin de preservar las
condiciones biológicas.

Se utiliza también recirculación cuando se requiere aumentar el tiempo de


residencia en el filtro. Fig. VIII.9 muestra un esquema por medio del cual se pretende con
este propósito mantener una relación dada entre la recirculación y la carga; los puntos de
recolección y descarga de la recirculación no son importantes y pueden variar de un diseño
a otro. La relación es en general ajustada de manera manual, pero podría automatizarse de
existir algún analizador adecuado para medir la calidad del filtrado. El flujo mínimo es
asegurado por medio de un selector de alta señal, y la función del controlador de nivel en la
tanquilla por medio de la activación de las bombas necesarias para ello.
Capítulo III
b) Aireación (lodo activado)

Este proceso consiste en suministrar aire a las aguas residuales a fin de promover el
crecimiento de bacterias aeróbicas presentes en ella, las cuales convierten los
residuos orgánicos básicamente en CO2, agua y sustancias inertes. Este tipo de filtro
es utilizado para tratamiento de aguas de origen sanitario, y en aplicaciones
industriales que no generen metales pesados, elementos biocidas (tóxicos) o
reacciones de oxidación inorgánica (por ejemplo H2S a SO4).

El flujo de aire debe ser mantenido en proporción directa a la del influente, y


debe estar por encima de un valor mínimo dado. Otro parámetro de suma
importancia que debe ser mantenido es la cantidad de sólidos en suspensión en el
tanque de aireación, para lo cual también en este proceso se utiliza recirculación de
manera similar al caso de los filtros biológicos.

Filtro biologico

Filtrado Sedimentacion
primaria

Influente Sedimentacion
FTA final

Efluente
X > Rango partido
FYA FYB

LC A digestion
F min de lodo
LT
FCB
FTB

Tanquilla de bombeo

Fig. VIII.9 Control de relación de recirculación en un filtro biológico


Capítulo III
La Fig. VIII.10 muestra los esquemas de control de relación para el aire y la
recirculación. En ella se ilustran además algunas posibles sofisticaciones mediante el uso de
analizadores de algunos parámetros de calidad:

• Densidad de lodo de retorno o turbidez del efluente, como la indicación indirecta ( a


través de una correlación con análisis de laboratorio) de la cantidad de solidos
suspendidos en el tanque de aireación, a falta de un equipo que pueda medir
directamente dicho parámetro. Ante un aumento de estas mediciones debe reducirse
la recirculación.
• Oxígeno disuelto en el tanque de aireación, a fin de garantizar las condiciones
adecuadas.

2. Digestores anaeróbicos

Este es el proceso más comúnmente utilizado para la disposición de lodo. En este


caso, se promueve la reproducción de bacterias anaeróbicas, las cuales están capacitadas
para descomponer la materia orgánica presente, como resultado de lo cual se obtiene gas
(normalmente metano) y lodos “digeridos” (inertes).

Fig. VIII.10 Control de un filtro de lodos activados


Capítulo III
A fin de maximizar la eficiencia de este proceso, los esquemas de control deben
cumplir las siguientes funciones:

a) Minimizar el contenido de agua, o, lo que es lo mismo, controlar el contenido de


sólidos, en la carga al digestor (lodos “crudos”).
b) Permitir la acción oportuna del operador gracias a la detección temprana de
condiciones adversas a la correcta operación del equipo, tales como variaciones
en la siguientes variables del digestor:
• Temperatura.
• Nivel.
• Contenido de metano (CH4) en el gas.
• Flujos del gas y del lodo “digerido”.

La Fig. VIII.11 muestra la instrumentación y el esquema de control necesarios


para cumplir con estos requisitos. Vale destacar que el arreglo densitómetro-medidor de
flujo a la descarga de la bomba de gas se puede determinar el contenido de solidos secos,
para así poderlo controlar según la condición básica de diseño de este tipo de equipos
(aproximadamente 3%).

X
AI2 FI2
AC1 AY1
CH4

δ AT2 FT2

FT1 AT1

Gas
TI
Lodos
crudos LI

Lodos
Digestor de cubierta FT3 digeridos
flotante

FI3

Fig. VIII.11 Digestor anaeróbico


Capítulo III
3. Clorinación

Este proceso se lleva acabo con el objetivo de reducir contenido bacteriano de los
efluentes de una planta dada. Colateralmente el proceso ayuda a reducir olores molestos y a
eliminar grasas. No es, sin embargo, útil directamente en aguas residuales, debido a la
magnitud de la dosificación que se requeriría para una eliminación significativa de
bacterias.

Este proceso presenta la dificultad de que el contenido bacteriano en el efluente


es variable e indeterminable directamente. A continuación se mencionan varias opciones
utilizadas para la dosificación del cloro (cuando ello se justifique económicamente), con
sus características particulares:

a) Control de relación con respecto al flujo total del efluente: evidentemente no da


resultados satisfactorios en aquellas aplicaciones donde es apreciable la situación
arriba planteada.
b) Utilización de un temporizador para variar la dosificación en el transcurso de un
periodo: este esquema puede ser más efectivo si la calidad de efluente varia
cíclicamente de una manera más o menos predecible.
c) Uso de un analizador de cloro residual: con este equipo puede determinarse el
exceso de cloro presente en el efluente ya tratado. Para una operación adecuada, el
analizador debe incluir facilidades para limpieza del electrodo, pero de todas formas
requiere de mucho mantenimiento.

MANEJO DE AGUAS INDUSTRIALES

Los residuos químicos se encuentran entre los más difíciles de manejar. En


términos generales podemos hablar de residuos ácidos y básicos, cuyo manejo se tocó en el
capítulo anterior, y residuos de cianuro y cromatos, que se describen en las secciones
siguientes.
Capítulo III
Los tratamientos correspondientes a la eliminación de cianuros y cromatos
involucran oxidación (ganancia de electrones) y reducción (perdida de electrones) de las
sustancias que en ellas intervienen, por lo que el estado de la reacción puede ser medido por
medio de su potencial de óxido-reducción (POR), el cual a su vez, para una reacción como
la descrita por la Ec. VI.1, está representado por la ecuación de Nernst:

.
Ec. VIII.2 → .
. .

Dónde:

E = POR del proceso.

Eo = potencial “normal” del proceso (de una solución equivalente de concentración 1


molal, a 1 atm. De presión y 25 °C).

R = constante universal de los gases.

T = temperatura absoluta.

n = # de electrones transferidos, de acuerdo a la ecuación balanceada de la reacción.

F = constante de Faraday (96,500 coulombs).

1. Tratamiento de residuos con cianuro

En esta sección se describe la técnica conocida como “clorinacion alcalina”, la


cual se lleva a cabo en dos pasos:

a) Oxidación de cianuro a cianato, utilizando cloro, que es reducido. Con este proceso,
la toxicidad del cianuro se reduce en una proporción de 1000:1.
b) Oxidación del cianato a bióxido de carbono y nitrógeno. Este proceso puede ser
realizado de forma natural, reteniendo el solvente en algún reservorio o piscina
adecuado el tiempo suficiente para que el contacto con el oxígeno atmosférico sea
Capítulo III
suficiente para eliminar el cianato, o controlada, si el efluente es descargado
directamente al medio ambiente.

Las Ec. VIII.3 muestran estas reacciones:

Ec. VIII.3 → 2 !" $" ↔ 2 $


2 !

2 !" $" ↔ 2 $
2 !

Debe destacarse que las mismas solo ocurren si el pH del efluente es superior a
8.5, de los contrario se produciría tricloruro de nitrógeno y el cianuro se convertiría en
cloruro ciánico, compuestos ambos sumamente tóxicos.

Aplicando la Ec. VIII.2 a las Ec. VIII.3 tendremos que:

. ()* + . , * +
Ec. VIII.4 → & '.
. (* + . ,+

. ()* . ,* +
& .- . /
". (* " ,+

1. 2 $" " . ! "


0 .
4. 4 $ " . !"

1. 2 $" 1 ! "
0 .5 . 7
2. 4 $ 2 !"

Es importante destacar que el POR no es un buen indicador de la condición de la


reacción cuando las concentraciones absolutas de los reactantes son altas. En todo caso, el
equipo para medir POR es muy similar a un pH-metro, con diferencias menores en los
materiales de construcción debido al contacto con cianuro.

La Fig. VIII.12 muestra una planta típica para la eliminación de cianuros. En ella
puede observarse que el influente es recibido en un reservorio cuya función es elevar su pH
a un nivel superior a 8,5, tal como se indicó anteriormente, para lo cual se dispone de un
Capítulo III
lazo de control del pH de dicho reservorio, el cual manipula la adición del caustico
necesario.

Seguidamente, el líquido es pasado a un segundo reservorio, que es donde se va a


llevar a cabo la eliminación en sí de los cianuros. Para ello, y de acuerdo con lo indicado
por las Ec. VIII.3, recibe en línea una primera dosificación de cloro para la formación del
cianato, y luego la segunda dosificación, cuando esto sea requerido. El primer tratamiento
se completa en alrededor de 1 minuto, mientras que se requiere de aproximadamente 1
hora para la eliminación total de los cianatos; estos tiempos determinan la capacidad del
reservorio.

Para el tratamiento (control del POR) se utilizan sendos lazos que manipulan la
dosificación de cloro a ambas etapas. Se utiliza caustico también para estas inyecciones
para neutralizar las pequeñas cantidades de ácido hidroclórico que se producen
colateralmente.

pH
FI3 FT3 AC3

POR POR
AC2 AC2 AT3

Influente

Tanque de
control de pH
∞ ∞ Efluente
C C
C
L L
A
O O Reservorio de
U
R R tratamiento
S
I I
T
N N
I
A A
C
D D
O
O O
R R

Fig. VIII.12 Planta de eliminación de cianuros


Capítulo III
2. Tratamiento de residuos con cromatos
Este proceso consiste en la reducción al estado trivalente del cromo hexavalente
presente en el ion cromato, mediante la adición de sulfato ferroso, de metabisulfito
de sodio o de bióxido de azufre, seguida de un proceso de coagulación química.
Cuando se utilizan las dos primeras sustancias el pH del influente debe ser inferior a
2 o 2.5 respectivamente para que la reducción se lleve a cabo, por lo cual es
necesario el uso de ácido; además, estas sustancias vienen en forma de polco seco,
por lo que se requiere de alimentadores especiales para su dosificación. Por otro
lado, el pH debe ser 2.9 cuando se utiliza bióxido de azufre, por lo que no es
necesario el uso de ácido; además, el hecho de ser esta sustancia gaseosa facilita su
manejo.
Las Ec. VIII.5 describen en forma genérica la reducción del cromo:
Ec. VIII.5 → 2 8$' 9 2: ; ↔ 8" $< 9 :" $

8" $< 9 14: ; 6> ↔ 2 ?


;@
7:" $
Los protones y electrones necesarios son aportados por algunas de las sustancias
antes mencionadas. Se deja al lector la deducción de la expresión que representa
POR en esta reacción.
Este proceso se implementa de manera similar al de la eliminación de cianuros
(Fig. VIII.12) con la diferencia de que en este caso no se requieren dos pasos para la
completación de la reacción.
3. Neutralización

Vale destacar que los efluentes que se obtienen en las condiciones descritas en las
secciones precedentes son alcalinos para el caso de los residuos con cianuros, y
altamente ácidos para aquellos con cromatos, por lo que en caso de descarga directa al
medio ambiente deberán ser neutralizados con la adición dosificada de una sustancia
acida o básica, respectivamente.
Capítulo III
En aquellas instalaciones donde existen ambos residuos, es conveniente disponer
de sistemas separados de recolección y tratamiento; así, la posterior mezcla de los
efluentes de ambos procesos produce una neutralización parcial, lo cual permite, con
esquemas similares a los mostrados en las Fig. VII.e y VII.4, optimar la neutralización
final del efluente antes de su descarga al medio ambiente.

Вам также может понравиться